A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 12 de septiembre de 2012, dispuesto habiéndose en el establecido, Acuerdo 2078, de que conformidad deberá con lo observarse el siguiente orden de votación: doctores Genoud, Soria, de Lázzari, Hitters, Negri, Kogan, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 107.895, "Marocchi, Américo Omar contra Ayçaguer, Ricardo Osvaldo. Desalojo". A N T E C E D E N T E S La Sala I de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Azul confirmó, por otros fundamentos, la sentencia de primera instancia que hizo lugar a la demanda de desalojo, condenando al accionado a entregar el inmueble objeto de autos, con costas en virtud de su condición de vencido (fs. 149/155 vta. y 178/187). Se recurso interpuso, extraordinario de por la parte inaplicabilidad de demandada, ley (fs. 190/194). Dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Genoud dijo: I. El señor Américo Omar Marocchi entabló demanda de desalojo contra Ricardo Osvaldo Ayçaguer por las causales de vencimiento del término legal -art. 2 de la ley 23.091- y por la falta de pago respecto de los locales comerciales del inmueble ubicado en la calle General San Martín n° 781 de la ciudad de Tandil (fs. 63/68). II. En primera instancia, la acción fue acogida por la causal de extinción del plazo previsto en la cláusula segunda del contrato de locación, estimándose innecesario el tratamiento de la cuestión relacionada con la falta de pago (fs. 149/155 vta.). Apelada esta sentencia por el demandado, la Cámara interviniente confirmó el fallo recurrido (fs. 190/194). Para destacar, consideró así que resolver, con en relación lo a que la interesa causal de vencimiento del contrato (previsto por un año con opción a otro más), el propio Marocchi admitió que el plazo aplicable no era el convencional sino el mínimo legal de tres años contenido en el art. 2 de la ley 23.091, en razón de su destino comercial, por lo que su cumplimiento se habría producido el 1 de julio de 2005, criterio que el demandado también reconoció al contestar la demanda (fs. 182). Sin embargo, a continuación ponderó que por imperio de la ley, concluida la locación, la misma continúa hasta que el locador disponga lo contrario (art. 1622, Código Civil), por lo que entendió que "... el contrato habría vencido el día 01.07.06", tal como fuera alegado por el accionado (fs. 182 vta.), dado que el locador no había exigido la restitución del inmueble sino hasta el mes de febrero de 2006 inclusive, ya que reclamó el pago de los alquileres hasta ese período y, además, porque de acuerdo con lo estipulado en el contrato, el locatario Ayçaguer tenía el derecho a solicitar la prórroga prevista en la cláusula segunda (fs. 183 vta.). No obstante ello, a continuación juzgó que el caso debía ser decidido con base a otro argumento. En este sentido señaló que "... resulta dirimente para arribar a una justa resolución del caso, es que aún cuando tomemos el plazo más extenso que es el propuesto por el demandado (28.02.07) el mismo expiró en el curso del proceso, lo que así debió ser valorado en primera instancia y debe serlo en la presente (art. 163 inc. 6to. 2do. párrafo y 272 del C.P.C.C.)" (fs. cit.). Al respecto observó que si bien antes indicado demanda, sí no lo estaba estaba vencido al cuando momento en se que el plazo contestó se dictó la la sentencia y con mayor holgura en la oportunidad de expresar agravios (fs. 184). En razón de ello, entendió que el demandado es quien debe cargar con las costas ya que, más allá de ser dudoso que el plazo se encontrara efectivamente vencido al tiempo en cumplido que el persistió respondió término ocupando la más el demanda, amplio inmueble que y lo cierto él mismo oponiéndose es que indicó, a la procedencia de la acción de desalojo. Por ello, su proceder no configura la eximente prevista en el art. 677 del Código Procesal Civil y Comercial (fs. 184 vta.). III. La parte demandada, con letrado patrocinante, se alza contra este pronunciamiento mediante el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido a fs. 190/194, en el que denuncia la violación de los arts. 18 de la Constitución nacional y 34 inc. 4, 36 inc. 2, 68 ap. 2, 163 inc. 6 y 272 del Código Procesal Civil y Comercial. En primer lugar se agravia por cuanto el decisorio infringe el principio de congruencia y vulnera el derecho de defensa al admitir la causal de vencimiento de contrato por un hecho sobreviniente a la traba de la litis, sin que haya sido introducido como hecho nuevo ni dado oportunidad para que se expidiera sobre la nueva fecha de conclusión criterio Afirma contractual, amplio que el que así refleja principio como la tampoco sentencia mencionado -el respecto de de la del Cámara. congruencia- exige una correlación entre el contenido del fallo y la forma como se traba la litis (fs. 190 vta./191). En segundo lugar controvierte la imposición de las costas. Sostiene que la causal por falta de pago no prosperó, y que con relación a la de vencimiento del plazo contractual, como fuera resuelto por la alzada, no se hallaba configurada al momento de interponerse la demanda, situación que descarta su condición de vencido, por lo que pide que las costas sean impuestas al actor (fs. 191 vta./193 vta.). IV. El recurso no prospera por las razones que paso a exponer. a) Tal como lo he sostenido antes, los arts. 34 inc. 4, 163 inc. 6 y 164 del Código Procesal Civil y Comercial consagran el principio de congruencia, base de nuestro ordenamiento jurídico adjetivo, que se deriva a su vez del sistema conformidad que dispositivo. ha de existir Puede entre definírselo la como sentencia y la la pretensión o pretensiones que constituyen el objeto del proceso, más la oposición u oposiciones en cuanto delimitan ese objeto. Dicho de otro modo, desde el punto de vista intrínseco, las decisiones positivas y expresas contenidas en la sentencia -acto que resume la función jurisdiccionaldeben estar en relación directa con las acciones deducidas en juicio y con arreglo a las causas invocadas (conf. C. 99.508, sent. del 11-VI-2008; v. también Ac. 92.229, sent. del 13-XII-2006). En el sub lite el recurrente ha demostrado la infracción al mencionado principio y al derecho de defensa en juicio, toda vez que la decisión atacada no se corresponde con los términos y fundamentos fácticos- jurídicos en que fue formulada la demanda y su contestación y, consecuentemente, con la forma en que quedó trabada la litis, esto es, la pretensión de desalojo fundado en la causal de vencimiento del término mínimo legal -art. 2 de la ley 23.091- (v. fs. 63/64 y 82; arts. 163 inc. 6, 272 y 289, C.P.C.C.; 18, Cont. nac.; 11, Const. prov.). En efecto, el sentenciante sostuvo que la forma más justa para dirimir el caso, aún considerando el plazo más extenso propuesto por el demandado, es la de juzgar que durante el "curso del proceso" se extinguió el contrato. Ello con sustento en lo dispuesto por los arts. 163 inc. 6, párrafo segundo, y 272 del Digesto procesal (v. fs. 183 vta.). Sin embargo, el tribunal a quo olvida que si bien la ley adjetiva faculta a los jueces a hacer mérito de los hechos constitutivos, modificativos o extintivos producidos en la sustanciación del litigio, aunque no se hubiesen invocados como hechos nuevos, en la valoración de tales hechos no se autoriza a exceder los términos de la relación procesal ni a decidir cuestiones respecto de las cuales las partes no han sido oídas, conforme se denuncia en el recurso bajo análisis (v. fs. 191; arts. 18, Const. nac.; 11, Const. prov.; conf. Palacio, Lino E., "Derecho Procesal Civil", Abeledo-Perrot, 1975, t. V, p. 439). b) En virtud de lo expuesto, en tránsito de recomponer positivamente el litigio (art. 289 inc. 2, C.P.C.C.), se impone la necesidad de abordar la solución del caso de acuerdo con los escritos postulatorios presentados en la causa. Así pues, en el sub examine, la acción fue iniciada por el vencimiento del término legal establecido por el art. 2 de la ley 23.091, al exponerse que el plazo mínimo para distintos a la la locación vivienda de es los de inmuebles tres años, con fines conforme se alegara en la demanda y fuera aceptada por el demandado en la contestación (fs. 63/64 y 82; arts. 330 y 354, C.P.C.C.), dado que el convenido no superaba esa extensión (el término previsto es de un año con opción a otro más). Al respecto, cabe señalar que el plazo mínimo previsto en la ley de locaciones urbanas es de orden público, por lo que resultan nulas las cláusulas en las que se estipula un plazo locativo inferior, ya que esta norma imperativa supone un límite a la libertad contractual a fin de garantizar una permanencia mínima en el bien locado y paliar de esta manera el déficit habitacional (conf. Llambías, Jorge J., "Código Civil Anotado", Abeledo-Perrot, t. III-B, p. 155; López de Zavalía, "Teoría de los Contratos", editor Zavalía, 1992, t. 3, pp. 101 y 112). Ahora bien, el orden público vulnerado no vuelve sólo ineficaz la aplicación del plazo de un año estipulado en la cláusula segunda del contrato -como han entendido las partes y el tribunal a quo- sino también la "opción" de prórroga por igual período, puesto que el pacto resulta indivisible según la inteligencia que el mismo presenta en el contexto del negocio jurídico celebrado (fs. 28; arts. 21, 953, 1039 y 1198, Cód. Civil; Lorenzetti, Ricardo L., "Tratado de los Contratos", 2ª ed., RubinzalCulzoni, 2007, t. II, pp. 367/368; Spota, Alberto G., "Contratos - Instituciones de Derecho Civil", 2ª ed., LL 2009, t. V, pp. 107/108). Repárese en que la misma ley dispone que los contratos celebrados por términos menores deben ser considerados como formulados por los plazos mínimos (art. 2, párr. 2do., ley 23.091). De ahí que siendo una consecuencia del orden público la ineficacia de la cláusula en crisis, la misma resulte ineficaz en su totalidad, dado que para que pueda funcionar la nulidad parcial, se requiere que el contenido del acto sea susceptible de división, sin que se destruya la esencia del conjunto (conf. Llambías, Jorge J., "Código Civil Anotado", comentario art. 1039, Abeledo-Perrot, t. II-B, p. 217), extremo que no se observa en el caso, por lo que la cláusula segunda es del todo inválida (arts. 22, 1037, 1038, 1039 y 1047, Código Civil). Por otra parte, una interpretación contraria a este sentido llevaría a extender la locación originariamente pactada por un año -con opción a otro máspor un tiempo mucho más amplio que el concebido por las partes (a prórroga), voluntad de cuatro años: el desnaturalizándose los contratantes plazo de mínimo este (arts. legal modo 1197 aún y más la más la 1198, Cód. Civil). Tal consideración se encuentra confirmada además por la conducta desplegada en el cumplimiento de la obligación de restituir cuando el actor Marocchi libró la misiva de fs. 29/32 donde reclama la devolución de la cosa y, asimismo, con el juego armónico de los arts. 1622 y 1609 del Código Civil que disponen que no hay "tácita reconducción", sino continuación de la locación concluida, y que el locador puede pedir la devolución del inmueble "en cualquier momento". En suma, el actor reclamó la restitución de los locales arrendados mediante carta documento después de haber transcurrido el plazo mínimo legal, según expusiera en el escrito de inicio (fs. 63 vta./64) y reconociera expresamente el demandado en su contestación (fs. 81; art. 354 inc. 1, C.P.C.C.), todo ello de conformidad con lo normado por el citado art. 1622, por lo que considero que al momento de deducirse la acción de desalojo el contrato se encontraba extinguido (art. 2, ley 23.091) y el accionado, en mora (art. 509, Código Civil), siendo por lo tanto procedente la demanda instaurada por la causal esgrimida oportunamente (arts. 1609 y 1622, Código Civil; 676, C.P.C.C.). c) Finalmente, costas, teniendo en cuenta en lo que concierne a las la solución propuesta en el punto que antecede, se torna indiscutible que el demandado reviste la condición de vencido, por lo que debe aplicarse el principio de la derrota contemplado en la primera parte del art. 68 del Código Procesal Civil y Comercial. V. Por ello, si mi criterio es compartido, corresponde rechazar inaplicabilidad de ley, el recurso dado que extraordinario por los de fundamentos expuestos no resulta suficiente para alterar la suerte de la decisión adoptada. Las costas se imponen al demandado vencido (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Voto, pues, por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: 1. Por las razones que expondré a continuación, el recurso no puede prosperar. a. El eje de la crítica formulada por el demandado reposa en la presunta infracción al principio de congruencia en que habría incurrido la Cámara cuando, a fin de acoger la pretensión de desalojo, ponderó que el plazo del contrato de locación habría fenecido durante el curso del proceso y con antelación al dictado de la sentencia de primera instancia. Sostuvo el tribunal a quo -por mayoría- que no obstante las dificultades que en el caso suscita la determinación del momento en que se produjo exactamente el vencimiento del contrato (v. fs. 182/183), "aún cuando tomemos el plazo más extenso que es el propuesto por el demandado (28.02.07) el mismo expiró en el curso del proceso, lo que así debió ser valorado en primera instancia y debe Párrafo serlo y 272 sustentado la en la del presente (art. C.P.C.C.). Es demanda en el 163 que inc. [...] vencimiento 6to. 2do. habiéndose del plazo contractual, hallándose demostrado que él operó durante el proceso, aunque no lo haya estado al reclamarse mediante la demanda la restitución del inmueble locado, la acción debe ser admitida (art. 163 ap. 6to. 2da parte C.P.C.C.; art. 1604, inc. 1ro. C. Civil) debiendo los accionados ser condenados al desalojo del bien (art. 1556 C. Civil). Es que [acotó] durante el proceso un hecho constitutivo vinculado con el derecho -el vencimiento del plazo del que se valían los locatarios- corresponde atenerse a tal acaecimiento, lo que no vulnera de tal modo el principio por el cual debe estarse al contenido de la litis trabada" (v. fs. 184 y vta.). b. Frente a tal base y desarrollos argumentales, el quejoso arguye la violación al principio de congruencia e infracción a lo normado por los arts. 34 inc. 4, 163 inc. 6 y 272 del Código Procesal Civil y Comercial. En la parcela de su impugnación destinada a demostrar el yerro denunciado expresa su disconformidad con el criterio seguido por la alzada, alegando que la apelación no importa un nuevo juicio sino un reexamen y que si bien el contractual actor lo solicitó hizo en el base desalojo a por vencimiento circunstancias fácticas determinadas que dieron lugar a su contestación. Destaca, seguidamente, que su adversario no introdujo como hecho nuevo la circunstancia ponderada por la Cámara, ni se corrió traslado a su parte, no pudiendo el tribunal suplir tal omisión sin vulnerar la congruencia y su derecho de defensa (v. fs. 190 vta./191). c. Pues bien, la protesta ensayada en tales términos luce manifiestamente insuficiente a fin de no invocar la conmover el fallo en crisis. Ello por cuanto, obstante infracción al art. 163 inc. 6 del ordenamiento procesal, el impugnante omite todo desarrollo sobre el tópico y se desentiende que dicha norma, tras señalar que la sentencia deberá contener la decisión expresa, positiva y precisa, de conformidad con las pretensiones deducidas en el juicio, dispone que constitutivos, ella "podrá hacer modificativos o mérito de extintivos, los hechos producidos durante la sustanciación del juicio y debidamente probados, aunque no hubiesen sido invocados oportunamente como hechos nuevos". Fue precisamente tal precepto al que acudió el tribunal de grado en apoyo de su decisión y en virtud del cual se consideró habilitado a ponderar el vencimiento contractual operado durante la sustanciación del proceso, no obstante su falta de invocación como hecho nuevo. En vía extraordinaria, la réplica concreta, directa y eficaz de los fundamentos esenciales del fallo comporta un requisito de ineludible cumplimiento para el impugnante. Va de suyo, entonces, que la insuficiencia recursiva deja incólume la decisión controvertida; déficit que, entre otros factores, resulta de la falta de cuestionamiento idóneo de los conceptos o fundamentos sobre los que -al margen de su acierto o error- se asienta el fallo del tribunal inferior (doc. Ac. 81.965, sent. de 19III-2003; C. 97.296, sent. de 15-IV-2009), lo que torna insuficiente el remedio intentado (art. 279 su doc. del C.P.C.C.). 2. Igual suerte adversa ha de correr el embate en materia de costas. a. Arguye el quejoso que yerra el tribunal de grado al no aplicar al caso el art. 68 segundo párrafo del Código Procesal Civil y Comercial e imponer las costas a su parte. De un lado, señala que el desalojo promovido lo fue en base a dos causales, a saber el vencimiento del contrato y la falta de pago y que, habiéndose acogido la pretensión sólo por la primera causal, ello importó que en lo que respecta a la segunda su parte resultó vencedora (v. fs. 191 vta./192). Del otro, expresa que la condena encontró fundamento en el vencimiento del contrato acaecido luego de trabada la litis, circunstancia que a su entender determina que es el actor quien debe soportar las costas del proceso ya que al iniciarlo carecía de derecho. Reputa, asimismo, que justificar las la razones imposición brindadas de costas por a la su Cámara parte para resultan insuficientes para sostener tal tramo de la decisión (v. fs. 192 vta./193). b. Corte, la Conforme aplicación, inveterado regulación y criterio de distribución esta de las costas constituye una típica cuestión de hecho ajena por principio a la instancia extraordinaria, salvo el supuesto de absurdo (conf. C. 89.841, sent. de 13-XII-2006; C. 94.917, sent. de 13-II-2008; C. 94.657, sent. de 29-XII2008; C. 99.149, sent. de 2-III-2011, entre otras). De ahí que los tribunales de grado tienen amplias facultades al efecto, cuya decisión sólo es susceptible de examen ante esta Corte cuando ha mediado una irracional o burda meritación de las circunstancias de la causa que conduzcan a alterar la condición de vencido -o en otras palabras- que se acredite la existencia de un grave vicio valorativo (conf. C. 97.365, sent. de 23-IV-2008; C. 94.756, sent. de 26-VIII-2009; C. 105.186, sent. de 9-XII-2010). En la especie, las críticas formuladas por el demandado lejos están de evidenciar semejante vicio. En efecto, el hecho de que la acción prosperara con base en una de las causales esgrimidas por el actor no modifica ni altera el carácter de vencido del accionado, máxime cuando el tratamiento del segundo de los motivos invocados al demandar no fue abordado en razón de reputarse abstracto ante el acogimiento del vencimiento contractual como causal de desahucio. De otra parte, el tribunal de grado se ocupó de expresar elementos las para razones por las cuales apartarse del principio no concurrían objetivo de la derrota consagrado en el art. 68 primer párrafo del Código procesal. pudiera En este reputarse sentido dudoso precisó que el que más plazo allá de contractual que se encontrara vencido al contestarse la demanda "lo cierto es que una vez [demandado] vencido indicó el plazo persistió más amplio ocupando el que él mismo inmueble y oponiéndose a la procedencia de la acción de desalojo, lo que queda plasmado en la expresión de agravios". A juicio del a quo "el único proceder que podría haber eximido al demandado de abonar las costas del proceso -si es que se compartía que la fecha de vencimiento por él indicada era la correcta- es el que prescribe el art. 677 del C.P.C.C. para la condena a futuro, lo que equivale a decir que fenecido desocupado el el plazo bien que y él mismo cesado en indicó su debió oposición haber a la procedencia de la acción" (v. fs. 184 y vta.). Por lo demás, en lo que atañe a la coexistencia de dos procesos -a saber, el de desalojo y el de homologación de acuerdodestacó que no se observaba un proceder abusivo del actor que lo haga merecedor de cargar con las costas (art. 1071 del C.C. y 68 del C.P.C.C.), puesto que "si bien es cierto que cuando se homologación inició de el presente convenio no proceso se [...] encontraba el de totalmente concluido pues no se encontraba firme la resolución que ponía fin al mismo, no lo es menos que tiempo antes se había dictado la resolución de fs. 44/46, por la cual se rechazaba el pedido de homologación de convenio, con costas al locador", pronunciamiento adverso que no fue cuestionado por el locador (v. fs. 185 y vta.). Tales reproche que conclusiones logre patentizar no que han el merecido juzgador un hubiere incurrido en absurdidad ni que se configure uno de los aquellos extremos excepcional en constituye absurdo apreciación objetable; la necesarios materia. opinable se o (conf. 89.701, Ac. una Vale cualquier que requiere razonamiento para recordar error, aparezca un grosera sent. abrir grave aquí ni como esta que no siquiera la discutible u vicio lógico desinterpretación de vía 8-VI-2005), del material situaciones extremas que -insisto- el impugnante no logra justificar. 3. Por las razones expuestas, voto por la negativa, con costas a los recurrentes vencidos (arts. 68 y 289 del C.P.C.C.). A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: He de discrepar con las razones expuestas por el doctor Genoud en el capítulo IV, a) de su voto: en mi opinión no hay infracción -invocada por el recurrentedel principio de congruencia ni de la defensa enjuicio. demanda, fs. En este proceso 63 vta.) el se ha desalojo pretendido de ciertos (ver locales comerciales en razón de hallarse vencido el plazo legal de duración del contrato (art. 2, ley 23.091), sin importar que contractualmente se hubiese fijado un lapso diferente (solo un año; cláusula segunda). Previo al inicio de las actuaciones -unos cuarenta y cinco meses después de suscribirse tal contrato-, y como para dar cumplimiento con lo normado por el art. 1622 del Código Civil, el actor ha intimado a su inquilino a la restitución de los bienes arrendados. El demandado, al responder la acción que le es dirigida, además de reconocer la recepción de la intimación (fs. 81 vta.), arguye que ejerce la opción consagrada en la misma cláusula segunda del contrato- de prolongar un año más la locación. De esta manera, si a los tres años del plazo legal -contados desde la suscripción del contrato- se le adiciona el año de la opción, a la fecha de interposición de la demanda el plazo locativo no se hallaba vencido. La Cámara de Apelación, para confirmar la sentencia de grado, consideró -en lo que interesa a los fines del recurso extraordinario- que aún el plazo más extenso que pudiera considerarse como de duración de la locación (ante las varias interpretaciones posibles de la cláusula segunda y la conducta de las partes), que no estaba vencido al promoverse la demanda, había expirado durante el curso del proceso. El fundamento normativo de tal conclusión lo toma de los arts. 163 inc. 6 y 272 del Código Procesal Civil y Comercial, en cuanto en ambos se dispone que el constitutivos, durante la juez deberá hacer modificativos sustanciación o del mérito de los extintivos juicio, o hechos producidos resolver las cuestiones derivadas de hechos posteriores a la sentencia de primera instancia. Ante adelanté- que ello, haya no sido encuentro afectado el -tal como lo principio de congruencia, desde que las sentencias dictadas (y, sobre todo, la de la Cámara) se corresponden con la pretensión jurídica que conforma el contenido de la disputa, mediando conformidad entre lo resuelto y el pedimento formulado respecto de las personas, el objeto y la causa (conf. L. 103.075, sent. advertirse tribunal de una del 21-XII-2011), introducción cuestiones sobre sin que tampoco sorpresiva por las no cuales parte se pueda del hubieran expedido las partes o no hubieran podido ejercer plena y oportuna defensa (conf. L. 101.840, sent. del 13-IV-2011; L. 100.040, sent. del 21-XII-2011; etc.). El que se consideraran ciertos hechos relevantes ocurridos durante la sustanciación del juicio (en tal categoría entra, seguramente, el transcurso del tiempo y su efecto sobre la duración del contrato) no solo no ha alterado aquella relación entre lo peticionado y lo resuelto, sino que viene a representar el efectivo cumplimiento, por parte del juez, de su deber de valorar esos hechos en los términos de las mismas normas que el recurrente invoca como violadas (arts. 163 y 272 de la ley ritual). Lo contrario -no hacer mérito de los mismos o ignorar sus efectos sobre las relaciones jurídicas en curso- implicaría la afectación de la economía procesal y desvirtuaría el paradigma actual del servicio de justicia en su papel de coadyuvante en la realización de valores sociales. En lo demás, comparto las restantes consideraciones que el doctor Genoud formula respecto de que la nulidad de la cláusula segunda involucra la de la opción para prolongar por un año más el contrato, lo que tira por tierra todas las defensas del accionado y pone sello definitivo a la suerte del recurso traído (art. 289, C.P.C.C.). Respecto del agravio referido a la imposición de costas, adhiero a los motivos y sentido del voto del doctor Soria. Con los alcances indicados, voto por la negativa. Los señores jueces doctores Hitters, Negri y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votaron la cuestión planteada también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, por mayoría, se rechaza el recurso extraordinario interpuesto, con costas (art. 289, C.P.C.C.). El depósito de $ 4.393 efectuado a fs. 233 y 252/253, queda perdido (art. 294, C.P.C.C.). El tribunal a quo deberá dar cumplimiento a lo dispuesto por los arts. 6 y 7 de la Resolución 425/2002 (texto resol. 870/2002). Regístrese, notifíquese y devuélvase. EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS LUIS ESTEBAN GENOUD HILDA KOGAN CARLOS E. CAMPS Secretario