Oficio 220-020475 de Febrero 13 de 2008 Asunto: Inscripciones en el libro de registro de acciones (artículo 416 del Código de Comercio). Me refiero a su escrito radicado en esta Entidad con el número 2007-01-200111, por medio del cual previas algunas consideraciones legales formula una serie de interrogantes relacionados con el registro de la prenda de acciones y con las facultades del representante legal respecto de dicha materia. Sobre el particular, es preciso en primer término hacer algunas consideraciones de orden legal, en aras de brindar una mayor claridad a las respuestas: Dispone el artículo 416 del Código de Comercio: “ La sociedad no podrá negarse a hacer las inscripciones en el libro de registro de acciones, que se prevén en esta sección sino por orden de autoridad competente, o cuando se trate de acciones para cuya negociación se requieran determinados requisitos o formalidades que no se hayan cumplido.” Conforme con este precepto, la sociedad no está facultada para negarse a realizar en el libro de registro de acciones las inscripciones previstas en la Sección V del Capítulo II del Título VI del Libro II del Código de Comercio, valga decir, enajenación, ventas forzadas, adjudicación judicial, prenda, usufructo, anticresis o embargo de acciones, sino únicamente en los siguientes casos: Cuando medie orden de no efectuar la correspondiente inscripción por parte de autoridad competente. cuando se trate de acciones para cuya negociación se requieran determinados requisitos o formalidades que no se hayan cumplido. Lo anterior indica que el legislador determinó de forma precisa y taxativa los casos en los que hay lugar a que la sociedad, y por ende sus representantes o administradores, puedan abstenerse de registrar en el libro de acciones las diversas operaciones que sobre estas se realicen. En el primero de los referidos casos el artículo 416 del Ordenamiento Mercantil faculta a la autoridad competente para ordenar la no inscripción en el libro de registro de acciones cuando a ello hubiere lugar, lo cual se encuentra en armonía con lo reglado por el artículo 409 del citado ordenamiento, el que implícitamente admite que la autoridad competente impida o cancele las inscripciones en el mencionado libro. En el segundo de los casos, la sociedad está legitimada para abstenerse de registrar única y exclusivamente cuando en una negociación de acciones se hubiesen pretermitido requisitos o formalidades requeridos para tal fin. Este supuesto ha de entenderse en el sentido de que se trata de requisitos o formalidades de carácter procedimental que se hubieren inobservado frente a la sociedad, como por ejemplo los relativos al procedimiento de derecho de preferencia pactado en los estatutos, mas nó aquellos relacionados con los requisitos de fondo del respectivo negocio jurídico que se celebra sobre las acciones, toda vez que estos últimos corresponde determinarlos a las partes en ejercicio de la autonomía de la voluntad privada, como ocurre en la enajenación de acciones en donde los interesados son quienes fijan el precio y la forma de pago de las mismas (artículo 407 C.Co), o como acontece en el contrato de prenda de acciones en el que es el propio legislador el que faculta al accionista (deudor) para que establezca si otorga a su acreedor prendario los derechos derivados de tal calidad (artículo 411 Ibídem). Además de las hipótesis de no inscripción previstas en el artículo 416 a que se ha hecho referencia, existe otro supuesto en el que la sociedad no debe efectuar la inscripción, y es el caso de las acciones embargadas en el que la sociedad no puede aceptar transferencia ni gravamen alguno sobre las mismas, de conformidad con lo dispuesto por el numeral 6º del artículo 681 del Código de Procedimiento Civil. Ahora bien, en el evento en el que la sociedad por conducto de su representante se niegue injustificadamente a efectuar las inscripciones en el libro de registro de acciones, la Superintendencia de Sociedades tratándose de sociedades sujetas a su vigilancia está facultada para ordenar la correspondiente inscripción (artículo 84 Num. 11 Ley 222 de 1995), previa investigación de los hechos que dieron lugar a la negativa de registro por parte de la compañía. Ello sin perjuicio de las sanciones a que hubiere lugar por el incumplimiento de las disposiciones legales o estatutarias relacionadas con la inscripción de acciones en el libro correspondiente (artículo 86 Num. 3º Ibídem). En este orden de ideas, los administradores de la sociedad, en ejercicio del deber jurídico de velar por el estricto cumplimiento de las disposiciones legales o estatutarias (artículo 23 Num. 2º Ley 222 de 1995), están obligados a observar las normas sobre inscripción de