“Debemos aprender a observar sin juicio”

Anuncio
PSICO | ENTREVISTA
Timothy Gallwey
“Debemos aprender
a observar sin juicio”
A veces, cuanto más te esfuerzas en algo, más te alejas de lograr un buen
resultado. ¿Te ha pasado? Eso es porque tu mente está enfocada en la meta
y en lo que debes y no debes hacer para alcanzarla. Dejar el juicio de lado te
permite conectar con tu potencial interior y sacar el mayor rendimiento de él
M
Por Marta Bellmont. Fotos: www.orlandoduran.com
uchas dificultades que se
dan en el tenis tienen un
origen mental. Los jugadores suelen pensar demasiado
antes y durante los golpes,
se esfuerzan en controlar sus
movimientos y se preocupan
en exceso por los resultados. Esto se traduce en
mucha preocupación y poca concentración. En
otras palabras: al pensar, esforzarse y preocuparse
tanto, se genera mucha tensión y una mala coordinación muscular en el cuerpo que acaba afectando
a los resultados. Si en lugar de utilizar la mente
para pensar en negativo, lamentarse y complicar las
cosas, los jugadores aprendieran a observar el juego
y sus movimientos sin juzgar si están bien o mal
hechos, conseguirían una concentración natural
relajada, sin esfuerzo, que es la clave del método
de desarrollo y entrenamiento para la excelencia
“juego interior”, creado por Timothy Gallwey en
1971 y que reflejó tres años más tarde en su libro
El juego interior del tenis.
Aprovechando que Gallwey ha visitado España para
participar en las Jornadas Solidarias de Coaching,
Inteligencia Emocional y Programación Neurolingüística, celebradas en abril en Madrid y organizadas
por D’Arte Coaching y Formación, hemos hablado
con él para tener, de primera mano, más detalles sobre su interesante método. Un método que ha sido
reconocido como uno de los más eficaces para, entre
otras cosas, aumentar la capacidad de concentración,
transformar la ansiedad y el estrés en satisfacción y
48 ■ Psicología
disfrute, mejorar el aprendizaje continuado y elevar
el desempeño al máximo nivel de rendimiento. Pese
a haber sido formulado en el ámbito deportivo, los
fundamentos que lo sustentan lo hacen extrapolable
a cualquier ámbito, sobre todo porque la concentración que se requiere en tenis no difiere en nada de
la que se necesita para desempeñar cualquier otra
tarea. Además, al aprender a dar la bienvenida a los
obstáculos, estamos potenciando automáticamente
nuestra capacidad para encontrar ventajas en todas
las dificultades a las que nos enfrentemos a lo largo
de nuestra vida. Así pues, cada progreso interior se
aplica inmediatamente a toda la gama de actividades
que realicemos.
PSICOLOGÍA PRÁCTICA: A usted se le atribuye
la invención del coaching, y casi fue por casualidad. ¿Cómo sucedió?
TIMOTHY GALLWEY: Todo surgió por sorpresa,
en un momento de cambio en mi vida. Mi novia
vivía lejos de mí y yo no estaba seguro de querer
continuar con mi vida profesional. Me dieron la
oportunidad de entrenar a un club local de tenis y,
después de unos meses entrenando a mis alumnos
cómo mejorar en el juego, descubrí que uno de
ellos daba mal el golpe del revés. Pero él, por sus
propios medios, logró corregirlo y mejorarlo. Eso
me dejó desconcertado. Significaba que yo, como
entrenador, no hacía falta, que el alumno podría
aprender por sí mismo. Ese fue el inicio del “juego
interior”, un método que más tarde describo en mi
libro El juego interior del tenis. Me di cuenta de que
Psicología ■ 49
PSICO | ENTREVISTA
Timothy
Gallwey
Graduado en Literatura Inglesa en la Universidad de Harvard, ha trabajado como
entrenador de tenis y se le atribuye la creación de la metodología “el juego interior”
para el entrenamiento y desarrollo de la excelencia personal y profesional en una
variedad de campos, germen de lo que hoy es el coaching. Es considerado como una
de las personas más influyentes en disciplinas como el liderazgo, coaching y psicología
laboral, organizacional, educativa y deportiva. Entre sus libros más destacados se
encuentran El juego interior del tenis, El juego interior del golf, El juego interior de la
música, El juego interior del trabajo y El juego interior del estrés.
hasta ese momento mi prioridad había sido enseñar; que el alumno aprendiera era secundario.
Ahora bien, si aprendía por sí solo, me sentía
frustrado por no haber sido yo el responsable
de ese aprendizaje. Yo me había formado en
una institución académica donde el aprendizaje era lo primordial, y en ese momento no
estaba siendo coherente. Entonces me pregunté cuánto se puede llegar a aprender con las
mínimas o nulas instrucciones. Asimismo me
pregunté qué pasaba por la cabeza del alumno
cuando la pelota de tenis se le acercaba. Ningún
profesor jamás me había formulado esta cuestión ni yo como profesor se la había planteado
a ningún alumno. La respuesta fue reveladora:
en la cabeza de mis alumnos, cuando la pelota
se acercaba a ellos, solo había frases grabadas y
repetidas constantemente sobre lo que hay y
no hay que hacer. A estas frases les seguían unos
niveles altos de inseguridad, tensión, presión…
Me planteé también qué piensan los atletas de
élite durante carreras de corta duración. La
respuesta fue que solo les daba tiempo a tener
pensamientos antes y después de la carrera.
Durante la misma estaban tan enfocados en
darlo todo que no podían pensar en nada más.
Entonces me di cuenta que todas mis instrucciones generaban casi más interferencias que
bondades, y decidí eliminarlas. Aprendí que sin
las instrucciones el jugador se mostraba más
relajado, fluido, concentrado, etc.
¿Entonces qué hacía usted durante los entrenamientos, cuál era su papel?
Simplemente preguntar a los alumnos qué
habían observado y cómo se sentían. Empecé
a efectuar preguntas de observación del tipo:
“¿Dónde está la raqueta en el momento del
bote?”.Y si el alumno contestaba con otra pregunta como: “¿Dónde debe estar para estar
bien?”, yo le respondía algo así: “No lo sé,
¿dónde está?”. Curiosamente, el alumno, ob50 ■ Psicología
servando esto, corregía en la dirección que yo
le había sugerido. De esta forma, aprendía solo
y sin instrucciones. La corrección se producía
hacia lo que le hacía sentir mejor, más solido,
más relajado y con mayor disfrute. Así fue como
nació mi método llamado “juego interior” en
el año 1971.
Un método que inicialmente aplicó al ámbito
deportivo. ¿Hay diferencias cuando se aplica
a otros ámbitos: personal, profesional...?
Es exactamente igual. En el deporte la amenaza
se llama pelota. Los deberías y no deberías y la
tensión impiden que conectes con tu sabiduría
natural de mejora y aprendizaje. A nivel personal y profesional, las expectativas, el diálogo
interno, los reproches, los así sí y así no, etc.
nos llevan a tensarnos, a seguir alimentando el
diálogo interno, ese saboteador crítico que nos
impide mejorar y sacar nuestra mejor versión.
Curiosamente, mi libro, cuando salió, lo leyeron
muchísimas personas que no jugaban a tenis, y
sin embargo conseguían aplicar sus enseñanzas
a su vida personal y profesional.
¿Qué importancia tiene para el coaching el
conocimiento de uno mismo?
El autoconocimiento se da en la observación
de uno mismo sin juicio. A partir de esta se
desencadena un entendimiento que genera
sanación, y también movilidad. Un niño menor de cinco años sabe que tiene la capacidad
de moverse (o ser movido) hacia el lugar u
objetivo que desea, disfrutando del proceso
y en un tiempo determinado. El problema es
que, al perder la conexión con quienes somos,
olvidamos que tenemos esa movilidad y nos
quedamos bloqueados.
¿A qué se refiere con eso de “observarse
sin juicio”?
Dejar el juicio de lado es conectar con nuestro
Timothy Gallwey creó
hace más de 40 años
un método de entrenamiento para jugadores
de tenis que sentó las
bases del coaching personal y ejecutivo actual.
“hogar”, con lo que tenemos dentro, algo que,
paradójicamente, siempre buscamos fuera. La
observación, darnos cuenta de lo que sucede
dentro y fuera de nosotros, sumado a nuestra
capacidad de decidir y de confiar en lo que
merece la pena, hace que la vida nos muestre
el potencial que tenemos dentro.
Propone una fórmula: desempeño es igual al
potencial menos las interferencias...
Todos nacemos con un potencial enorme que
puede ser desarrollado. Esto nos dignifica como
seres humanos. La capacidad de alimentar este
potencial practicándolo, desarrollándolo, es un
privilegio que tenemos como seres humanos.
Solo hay una parte de nosotros que nos impide
desarrollar nuestro rendimiento: las interferencias provocadas por esa parte de nosotros
aprendida sobre lo que se debe y no se debe
hacer. Generamos imágenes idealizadas y falsas
que utilizamos como espejos, y lo único que
causan es tensión y decepción continuas. Si
somos capaces de disminuir estas interferencias observando lo que sucede tanto dentro
de nosotros como fuera, sin juicio, podemos
quitarle decibelios a la situación y permitir
que nuestro potencial se expanda, y por ende,
rendir más.
Hay quien afirma que el coaching nos ayuda
a desdramatizar las situaciones y a verlas
de una manera más sencilla con el fin de
facilitar el afrontamiento de las mismas.
¿Está de acuerdo?
En la vida suceden cosas. Algunas aparentemente son sencillas y nos generan bienestar,
otras nos ponen a prueba y nos causan inquietud y tensión. En el proceso de conectar con
nuestro ser, nuestras posibilidades y potencial,
si somos capaces de disminuir las interferencias
programadas, la vida se torna en una sucesión
de posibilidades y opciones donde continuamos
aprendiendo, disfrutando y rindiendo más.Y es
en los momentos más adversos donde podemos hacer uso y disfrute de estas capacidades.
También existen momentos difíciles donde el
duelo es necesario, aunque también nos hacen
madurar y aprender. Lo bueno es que podemos
aplicar este aprendizaje a cualquier situación,
tanto a alcanzar una meta o un reto, como
vivir una relación maravillosa o gestionar y
transformar situaciones difíciles.
Puede que el lector no sepa exactamente
cuándo es necesario acudir a un psicólogo y
cuándo a un coach. Estando con uno de los
padres del coaching, no puedo dejar pasar la
Psicología ■ 51
PSICO | ENTREVISTA
“Todos somos absolutamente
responsables de una vida: la
propia. Es momento de saber
qué podemos hacer para
vivirla satisfactoriamente”
oportunidad de que preguntárselo: ¿puede
explicar la diferencia?
Un coach puede no tener capacidad para trabajar con situaciones del pasado, con traumas o
problemas mentales. Ahí no debe entrar, mientras que el psicólogo sí puede ayudar. Quiero
aclarar que, cuando yo aplicaba el “juego interior” con alumnos que hacían terapia psicológica, mi método complementaba y generaba
en ellos una mejora muy sensible.
Cuando la negatividad invade todos los poros
de nuestra piel hasta el punto de bloquearnos y sumirnos en el sufrimiento, ¿podemos
hacer algo para salir de ese círculo?
¡Claro! Observar sin juicio. Poner interés en
lo que sucede. Medir el nivel de las variables
críticas que generan esa negatividad. No intentar cambiar la negatividad, sino ver cuáles
son las variables que están sucediendo mientras
siento esa negatividad. Y ver cómo cambian,
cómo evolucionan ante la observación.
Antes se ha referido a la necesidad de cambiar el diálogo interno. ¿En qué situaciones
es necesario?
El diálogo interno es juicioso. Si intentamos
cambiarlo o eliminarlo, tendremos un conflicto. Se trataría simplemente de distraerlo:
distraer al distractor, distraer la duda. ¿Cómo?
Dándole una tarea que sea interesante, relevante y observable. En cuanto ese diálogo se
pone a hacerlo, no tiene tiempo ni espacio
para la crítica, para el control.
¿Sería ese un recurso válido para hacerle
frente al miedo o la inseguridad?
Exacto. Cuando tenemos miedo, ponemos al
diálogo interno a intentar resolver el problema
con los “debería” y “no debería”. Así no promovemos el aprendizaje, sino que entramos
en un círculo vicioso de sabotaje. La solución
es que la persona se fije en variables tanto
52 ■ Psicología
internas como externas que sean interesantes
pero no peligrosas.
Usted ha dicho que el cambio necesario
para desarrollar todo nuestro potencial pasa
por desarrollar el liderazgo individual y por
hacernos responsables de nuestra propia
trayectoria, ¿es correcto?
Todos y cada uno de nosotros somos absolutamente responsables de una vida humana: la
nuestra. Sin embargo, hemos ido aprendiendo
a vender las “acciones” de nuestra propia “corporación” a nuestra pareja, jefe, hijos, amigos,
compañeros, sociedad, padres, hermanos…
Además, otras personas nos venden las suyas,
haciéndonos responsables de su bienestar. Es el
momento de recuperar nuestras “acciones”, de
saber qué queremos hacer con este regalo de la
vida y de vivir plena y satisfactoriamente.
En tenis, como en otros ámbitos de la vida
cotidiana, la confianza en uno mismo es
esencial para lograr un buen resultado (ya
lo ha comentado), y el coaching puede mejorarla. ¿De qué forma se trabaja?
Hay que confiar en aquello que sea confiable,
especialmente en nuestra capacidad de movernos y cambiar. Cada acción que realizamos nos
da información, y con ellas aprendemos qué es
y que no es confiable. La confianza nos ayuda
a caminar hacia nuestros objetivos.
Los pensamientos nos impiden a veces disfrutar del trabajo. ¿Hay remedio?
No importa lo que suceda fuera de nosotros;
siempre podemos sacarle más partido a cada situación, incluyendo un trabajo tedioso. Elimina
el juicio, observa lo que sucede y reflexiona
sobre lo que vas aprendiendo. Nosotros hicimos un trabajo con una gran compañía de
telefonía transformando un trabajo rutinario
en un lugar donde se podía practicar el foco, la
escucha activa, la empatía y la amabilidad.
Descargar