investigación de posibles violaciones graves a los derechos

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CRÓNICA DE LA FACULTAD DE INVESTIGACIÓN 1/2007
TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
INVESTIGACIÓN DE POSIBLES VIOLACIONES
GRAVES A LOS DERECHOS HUMANOS
“CASO OAXACA”
CRÓNICA DE LA FACULTAD DE INVESTIGACIÓN 1/2007
TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
INVESTIGACIÓN DE POSIBLES VIOLACIONES GRAVES A LOS DERECHOS
HUMANOS “CASO OAXACA”
Cronista: Nicole Elizabeth Illand Murga
Con el objeto de tener una visión general sobre la forma en la que se dieron las
posibles violaciones graves a garantías individuales, así como las acciones que las
autoridades y los grupos sociales llevaron a cabo desde que inició el conflicto, se
mencionan como hechos destacados, los siguientes: 1
1° de mayo de 2006. Se presentó el "Pliego General de Demandas 2006" por parte de la
Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación al Gobierno del
Estado de Oaxaca, en el cual solicitaban varias cuestiones relacionadas con la educación
y mejoras salariales. 2 Este mismo día se llevó a cabo la marcha tradicional del día del
trabajo en la que participan integrantes de la sección XXII y miembros de otras
organizaciones sociales.
2 de mayo 2006. Inicia la primera fase de negociación con la primera reunión, en la que
participaron el Gobernador del Estado, el Secretario de Gobierno, el Director del Instituto
Estatal de Educación Pública de Oaxaca y la Procuradora General de Justicia del Estado,
con la finalidad de dar contestación al pliego de negociación presentado.
4 de mayo de 2006. Hubo una segunda reunión encabezada por el Secretario General de
Gobierno, quien manifestó no tener noticia alguna sobre los recursos de rezonificación, lo
que dio lugar a que la Comisión negociadora ampliada de la Sección XXII se levantara de
la mesa de negociaciones.
1
Información extraída del dictamen emitido en el expediente relativo a la Facultad de Investigación 1/2007.
En esencia, solicitaban la firma de un convenio específico del gobierno del Estado, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y la Sección
XXII, para que todos los trabajadores de la educación de Oaxaca, se ubicaran en la zona económica número 3, con todas las repercusiones
salariales y en prestaciones que esto conlleva; asimismo, existían peticiones para aumentos financieros, préstamos, becas para los hijos de
los trabajadores y otras cuestiones.
2
-1-
9 de mayo de 2006. Se efectúa otra reunión en la que la mencionada Sección Sindical dio
a conocer que el Ejecutivo estatal externó que su gobierno estaba incapacitado para lograr
la rezonificación, y ante ello se declaró un receso en el proceso de diálogo.
11 de mayo de 2006. Diversas organizaciones sociales agrupadas en el conflicto
magisterial presentaron demandas de diversa índole que se clasificaron en generales,
laborales, de procuración de justicia, de recursos naturales y financieros. Estas demandas
dieron origen a distintas mesas de trabajo para atender las peticiones.
22 de mayo de 2006. Se inicia el plantón en el zócalo de Oaxaca por parte de la Sección
XXII y se impide el acceso a diversos establecimientos, inmuebles y escuelas.
24 de mayo de 2006. Se realiza una marcha hasta la Secretaría General de Gobierno y se
inician bloqueos en la carretera y en el aeropuerto.
25 de mayo de 2006. El titular del Ejecutivo del Estado dio respuesta escrita al pliego
general de demanda, en el que con relación a la zonificación de vida cara, respondió que
se trataba de un asunto de competencia Federal, pero ofrece dinero para la rezonificación,
lo cual rechaza la sección del sindicato.
29 de mayo de 2006. La Comisión Negociadora comunica que el movimiento magisterial
asumiría una posición distinta, ya que las medidas tomadas hasta ese momento habían
sido ineficaces para obtener respuestas favorables a su pliego, y anuncia una resistencia
de carácter activo.
1° de junio de 2006. Integrantes de la Legislatura Estatal solicitaron al gobernador que
retirara la oferta económica que ofreció para la rezonificación solicitada por los maestros;
asimismo, exigieron a los profesores regresar a impartir clases y solicitaron que los
órganos de seguridad nacional, en el ámbito de sus competencias, desalojaran las vías
públicas e instalaciones federales, estableciendo la protección que impida futuros
atentados.
4 de junio de 2006. Los inconformes toman diversos palacios municipales de la entidad
oaxaqueña.
7 de junio de 2006. Se realiza una marcha que culmina con un juicio “popular” en contra
del Gobernador de Oaxaca.
-2-
8 de junio de 2006. La sección XXII envió un oficio al entonces Secretario de Gobernación
para que interviniera en el conflicto, a fin de que se promoviera el diálogo entre las partes.
13 de junio de 2006. El agente del Ministerio público que integró la averiguación previa
68/FM/2006 por los delitos de ataques a las vías de comunicación y otros, cometidos en
agravio de la sociedad y del patrimonio cultural de Oaxaca, después de practicar una
inspección ocular en la zona ocupada por el plantón, emitió un acuerdo ordenando que se
procediera a realizar un operativo para liberar las vialidades ocupadas. Asimismo, el
Gobernador de Oaxaca gira oficios al Secretario de Gobernación y al Secretario de
Seguridad Pública Federal para solicitar el apoyo de las fuerzas federales en el operativo
de desocupación de vialidades. Ese mismo día, las autoridades federales le hicieron saber
al gobernador la imposibilidad de que la Policía Federal Preventiva actuara al día siguiente
y lo convocaron a una reunión para analizar la adecuada intervención de la Federación.
14 de junio de 2006. A pesar de lo anterior, se diseña una estrategia por parte de la
policía estatal para llevar a cabo un operativo con la finalidad de desocupar las vías del
centro histórico de la ciudad de Oaxaca y desalojar a los manifestantes del plantón. Sobre
esta base, la policía preventiva estatal, apoyada por la policía ministerial y la policía
auxiliar, bancaria, industrial y comercial empieza el operativo, pero son superados en
número por los manifestantes y dicho operativo fracasa.
15 de junio de 2006. Se rompen las negociaciones y se toman por parte de los
manifestantes siete palacios municipales más de la entidad e inicia la segunda fase de
negociación, en la que interviene la Secretaría de Gobernación como parte mediadora.
20 de junio de 2006. Se constituye una organización que los manifestantes llaman
Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), con 85 organizaciones sociales.
22 de junio de 2006. La Sección XXII del Sindicato y la APPO constituyen barricadas para
proteger antenas de radio que mantenían en custodia.
27 de julio de 2006. La APPO solicita al Senado la desaparición de los Poderes del
Estado.
-3-
1° de agosto de 2006. Los manifestantes ocupan una televisora estatal y estaciones de
radio para difundir las demandas del movimiento, así como las oficinas del Tribunal
Superior de Justicia y de diversos juzgados penales.
10 de agosto de 2006. El Senado declara improcedente la solicitud de la APPO en el
sentido de que se tengan por desaparecidos los Poderes.
26 de agosto de 2006. Inicia otra fase de negociación entre la Secretaría de Gobernación
e integrantes de los grupos inconformes. En esta fase dicha dependencia adopta el papel
de parte negociadora y no únicamente mediadora, dándose algunas reuniones.
7 de septiembre de 2006. El secretario particular del titular de la hoy Secretaría de
Seguridad Pública local fue agredido con motivo de la toma de esa dependencia; en esta
misma fecha también se reúne nuevamente la Secretaría de Gobernación con los grupos
inconformes, pero éstos rechazan que haya un acuerdo pacífico.
14 de septiembre de 2006. Hay una reunión de la Secretaría de Gobernación y los
manifestantes en la que se advirtieron más de 500 solicitudes de la sociedad oaxaqueña,
pidiendo la intervención del Gobierno Federal. Ese mismo día, el Congreso local, mediante
el Decreto 313, en términos del artículo 119 de la Constitución Federal, 3 excitó a los
Poderes de la Unión a prestar protección al Estado ante la situación de trastorno interior,
documento que fue entregado a la Presidencia de la República el 18 de septiembre
siguiente.
19 de septiembre de 2006. La Secretaría de Gobernación creó la Mesa de Incidentes,
para salvaguardar la integridad física y el patrimonio de las personas con motivo de la
Comisión de Delitos del orden local, así como organizar su seguridad y libertad. El 20 de
septiembre se da otra reunión de la Secretaría de Gobernación con los manifestantes.
27 de septiembre de 2006. Hay un paro empresarial de 48 horas para demandar la
intervención de los tres niveles de gobierno en la solución del conflicto.
1° de octubre de 2006. Tienen lugar ataques en los campamentos de manifestantes
instalados en la zona de Brenamiel, donde se ubican antenas radiofónicas; el mismo día
3
Artículo 119.- Los Poderes de la Unión tienen el deber de proteger a los Estados contra toda invasión o violencia exterior. En cada caso de
sublevación o transtorno interior, les prestarán igual protección, siempre que sean excitados por la Legislatura del Estado o por su Ejecutivo, si
aquélla no estuviere reunida.
(…)
-4-
un conductor en motocicleta pierde la vida al lesionarse y chocar con un cable colocado
para impedir el acceso de vehículos en una de las barricadas.
2 de octubre de 2006. Fallece un policía durante su recorrido de vigilancia.
4 de octubre de 2006. Se reúnen la Secretaría de Gobernación, el Gobernador de
Oaxaca y diversos sectores de la población, aprobándose otra mesa de trabajo para
redactar el Pacto por la Gobernabilidad, la Paz y el Desarrollo de Oaxaca. 4
5 de octubre de 2006. Fallece una persona después de haber sido amarrada en el interior
de un vehículo y lesionada cuando presumiblemente se dirigía a una reunión con sus
compañeros del Consejo Central de Lucha. El mismo día hay otra reunión de la Secretaría
de Gobernación y manifestantes en la que se reconoció la existencia de grupos violentos
dentro de la organización y también, en esta fecha, se devuelven las estaciones de una
radiodifusora.
14 de octubre de 2006. Hombres armados abrieron fuego contra una barricada en los
rumbos de la colonia Miguel Alemán de la ciudad de Oaxaca; el mismo día fallece una
persona en una barricada por impacto de arma de fuego.
18 de octubre de 2006. Fallece un hombre por disparo de arma de fuego proveniente del
interior de un vehículo de motor que se dio a la fuga; un día después, la Comisión de
Gobernación de la Cámara de Senadores dictaminó la improcedencia de la declaración de
desaparición de Poderes.
27 de octubre de 2006. El Secretario de Gobierno del Estado de Oaxaca reconoció que
se desataron hechos violentos, como el enfrentamiento en una barricada ubicada en el
Municipio de Santa Lucía del Camino, entre vecinos del lugar y manifestantes, donde
resultaron heridos por arma de fuego un camarógrafo y un reportero. Ese mismo día, hubo
un enfrentamiento entre manifestantes y pobladores del municipio de Santa María
Coyotepec, cuando un grupo de 300 personas bloquearon la circulación sobre la carretera
federal que comunica con la ciudad de Oaxaca; derivado de estos hechos, falleció uno de
los jefes de la Policía Municipal, quien recibió un impacto de arma de fuego y resultó
lesionada otra persona, lo que motivó que los vecinos del lugar repelieran la agresión y se
detuvieran a varios sujetos.
4
Dicho pacto se firmó el día 8 de octubre de 2006.
-5-
Asimismo, el proceso de negociación entre la Secretaría de Gobernación y la
Sección XXII, del Sindicato Nacional de Trabajadores, culminó con la firma de los
documentos de 27 y 28 de octubre, en los que se dio respuesta al pliego de peticiones
presentado el 1° de mayo de 2006.
28 de octubre de 2006. El Gobernador de Oaxaca solicitó al presidente de la República
su intervención. La Secretaría de Gobernación informó que el Ejecutivo Federal ordenó el
despliegue de las fuerzas federales a la ciudad de Oaxaca. El mismo día, elementos de la
Policía Federal Preventiva iniciaron el operativo con base en un “Plan Rector de
Operaciones”. Dicho documento, a decir de las autoridades, normó el uso de la fuerza
pública en todos los operativos verificados durante el periodo comprendido del 29 de
octubre de 2006 al 24 de enero de 2007.
29 de octubre de 2006. Empieza el “Operativo Benito Juárez”, en el que la Policía Federal
Preventiva pretende recuperar la ciudad de Oaxaca. Los elementos policiacos que
ingresan al zócalo de la ciudad son agredidos durante su avance y se generan
enfrentamientos que dan como resultado varios detenidos, así como diversas personas y
policías lesionados, aunque se logran retirar varias barricadas. Este día fallece un sujeto a
causa de una herida producida por disparo de proyectil de gas comprimido.
30 de octubre de 2006. La Policía Federal Preventiva bloquea el zócalo de la ciudad de
Oaxaca para impedir que los manifestantes entren de nueva cuenta al primer cuadro de la
ciudad, formando vallas con sus escudos y detrás de tanquetas antimotines. En respuesta
a dicha acción un grupo de personas realizó diversos actos en protesta, como la toma de
edificios públicos y la quema de diversos materiales, como llantas y un vehículo. A pesar
de los esfuerzos de la policía un grupo de inconformes se lograron ubicarse en calles
cercanas al zócalo, donde se generó un enfrentamiento entre policías e inconformes.
31 de octubre de 2006. Regresan a impartir clases los maestros de la sección XXII.
1° de noviembre de 2006. La Policía Federal Preventiva implementa más operativos para
eliminar barricadas, suscitándose enfrentamientos con los inconformes, pero se recuperan
las instalaciones de una televisora y de Brenamiel, lugar donde se ubican las antenas
repetidoras de radio.
-6-
2 de noviembre de 2006. La Policía Federal Preventiva libera la circulación de varias
avenidas, con un reporte de heridos y detenidos, tanto de una parte como de otra. Poco a
poco, se van recuperando cada uno de los espacios y edificios tomados a fin de restaurar
el orden en Oaxaca.
20 de noviembre de 2006. Hay enfrentamientos entre inconformes y la Policía Federal
Preventiva.
25 de noviembre de 2006. Luego de una marcha hay enfrentamientos y se incendian
inmuebles, entre ellos, el Tribunal Superior de Justicia, un inmueble del Poder Judicial
Federal, el Teatro Juárez, la sede del Congreso local y las oficinas de la Secretaría de
Turismo de la entidad; además, se dañaron edificios de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, el Registro Público de la Propiedad, la Facultad de Sociología de la
Universidad Autónoma, la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles en la entidad y una
sucursal bancaria. La Policía Federal Preventiva trata de sofocar estos enfrentamientos.
29 de noviembre de 2006. Se retiran las últimas barricadas que aún impedían el tránsito
de varios sitios. Al día siguiente se normaliza el transporte público en el Centro Histórico.
2 de diciembre de 2006. El Secretario de Gobierno informó que de manera paulatina se
reanudaron las relaciones con los inconformes.
5 de diciembre de 2006. El comisario general de la Policía Preventiva Local informó a la
Coordinación de Fuerzas Federales de Apoyo que la situación de emergencia había
desaparecido, proponiendo que en caso de que prevalecieran las mismas condiciones de
inestabilidad social, fueran ya las autoridades locales las responsables de mantener el
orden y la paz pública en la ciudad.
24 de enero de 2007. Finalizan los operativos a cargo de la Policía Federal Preventiva y
se devuelve la función de seguridad pública a los cuerpos de seguridad estatales.
16 de julio de 2007. Se da un enfrentamiento entre manifestantes y la policía estatal en el
Cerro del Fortín, lugar donde se pretendía llevar a cabo la festividad de la “Guelaguetza”,
pues los primeros no aceptaron pacíficamente la prohibición de ingresar al auditorio.
-7-
Estos son algunos de los hechos que dieron lugar a que el día 29 de marzo de
2007 la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión solicitara a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación que ejerciera la facultad prevista en el segundo párrafo del artículo 97
de la Constitución Federal, 5 a fin de que se investigara si existió la probable violación de
garantías graves en los hechos que tuvieron lugar de mayo de 2006 a enero de 2007.
El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó ejercer dicha
facultad de investigación 6 y designó a dos Magistrados de Circuito como integrantes de la
Comisión Investigadora. 7
Posteriormente, En sesión de veintiséis de noviembre de dos mil siete, el Tribunal
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó ampliar la investigación
para que se incluyeran los hechos acaecidos el 16 de julio de 2007 en el Cerro del Fortín
de Oaxaca.
Así, la Comisión investigadora presentó el resultado de su investigación, 8 el cual
fue turnado al señor Ministro Mariano Azuela Güitrón a fin de que estudiara su
contenido y elaborara un proyecto de resolución, mismo que se discutió por el Tribunal
Pleno los días 13 y 14 de octubre de 2009.
Al presentar el asunto, el señor Ministro Mariano Azuela Güitrón puntualizó que
el dictamen elaborado bajo su ponencia se dirigía a la sociedad en general, al pueblo de
Oaxaca, a quienes sufrieron las consecuencias de los hechos investigados, a los grupos
organizadores del movimiento que propició tales acontecimientos, así como a las
autoridades que intervinieron en ellos y en general a aquéllas que deben conocer los
criterios del Alto Tribunal para normar su actuación en casos semejantes.
Tras mencionar la estructura del proyecto de dictamen que se sometía a
consideración del Tribunal Pleno, indicó que entre los diversos aspectos abordados,
estaban los siguientes:
5
Artículo 97. (…)
La Suprema Corte de Justicia de la Nación podrá nombrar alguno o algunos de sus miembros o algún Juez de Distrito o Magistrado de
Circuito, o designar uno o varios comisionados especiales, cuando así lo juzgue conveniente o lo pidiere el Ejecutivo Federal o alguna de las
Cámaras del Congreso de la Unión, o el Gobernador de algún Estado, únicamente para que averigüe algún hecho o hechos que constituyan
una grave violación de alguna garantía individual. También podrá solicitar al Consejo de la Judicatura Federal, que averigüe la conducta de
algún juez o magistrado federal.
6
Los Ministros determinaron ejercer la facultad de investigación en las sesiones de los días 19 y 21 de junio de 2007.
7
La Comisión investigadora se integró por los Magistrados de Circuito Manuel Baráibar Constantino y Roberto Lara Hernández.
8
El 3 de marzo de 2009 los Magistrados Comisionados presentaron a la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el informe
preliminar.
-8-
SUFICIENCIA DE LA INVESTIGACIÓN
En el proyecto se proponía que la investigación realizada por la Comisión
Investigadora sobre los hechos acaecidos en Oaxaca resultaba suficiente, toda vez que
los elementos de convicción recabados permitían determinar que en el caso hubo violación
grave de garantías e identificar a las autoridades que participaron en los hechos
correspondientes.
El Ministro Azuela Güitrón mencionó que después de un exhaustivo análisis de las
probanzas, era claro que durante el periodo investigado se afectaron diversas garantías en
el Municipio de Oaxaca de Juárez y zona conurbada, entre ellas, la referente a la vida,
integridad personal, acceso a la justicia, libertad, trabajo, expresión, educación, propiedad,
posesión y el derecho a la paz, toda vez que se vivió una situación en la que
prácticamente se anuló el Estado de derecho.
HECHOS ACAECIDOS EN OAXACA Y ZONAS CONURBADAS
Entre los diversos hechos que se dieron en Oaxaca y zonas conurbadas, el
Ministro ponente destacó que los manifestantes hicieron un plantón permanente en el
primer cuadro de la ciudad y vialidades aledañas, tomaron diversas oficinas tanto privadas
como públicas y cerraron sucursales bancarias, así como diversos comercios. Refirió que
las barricadas instaladas por los inconformes en diversos puntos de la ciudad, impedían el
tránsito de personas y vehículos, lo que propició enfrentamientos entre los ciudadanos que
no estaban de acuerdo con aquéllas y los inconformes.
Señaló que se ocuparon instalaciones de un periódico local y estaciones de radio,
violándose la garantía de libertad de expresión, ya que estas últimas se vieron impedidas
para comunicar los mensajes que legítimamente podían expresar, en tanto que
únicamente se difundían comunicaciones que propiciaban violencia y que sólo externaban
las ideas propuestas por los manifestantes.
Asimismo, refirió que se afectó severamente el servicio público de procuración y
administración de justicia al provocarse el cierre de diversos juzgados penales y del
Tribunal Superior de Justicia y el cambio de residencia de algunas oficinas del Ministerio
Público sin que la población tuviera noticia de tales cambios.
-9-
El Ministro ponente señaló que estos hechos se fueron actualizando de momento a
momento, por un período de tiempo más o menos prolongado e implicaron que una parte
importante de la comunidad sufriera trastornos en su vida y dejara de gozar de diversos
derechos fundamentales.
Puso de relieve que lo que comenzó como un plantón con motivo de una exigencia
magisterial, terminó siendo un movimiento social que provocó un desorden generalizado
que se prolongó por un tiempo significativo y expresó que los hechos antes mencionados
impidieron que las personas gozaran de sus derechos, toda vez que no podían transitar
libremente por las calles ni acudir a sus centros de trabajo, coartándose sus libertades de
tránsito, comercio y trabajo.
VIOLACIONES GRAVES A LAS GARANTÍAS
En el dictamen presentado se señalaba que cuando las autoridades estatales y
federales determinaron hacer uso de la fuerza pública para solucionar el conflicto social en
Oaxaca, se incurrió, en la ejecución correspondiente, en actos que además de denotar
falta de eficiencia y profesionalismo de los cuerpos policíacos, provocaron la violación de
diversas garantías, pues varias personas fueron objeto de tratos crueles e inhumanos
durante su detención y traslado a los penales correspondientes, sin que la autoridad
contara con registros que informaran la manera en la que procedieron durante tales
traslados, lo cual resultaba indispensable, dado el estado de vulnerabilidad en que se
encontraban los detenidos.
Aunado a lo anterior, el Ministro Azuela Güitrón señaló que se omitió tomar las
medidas necesarias para ocasionar el menor daño posible a los propios elementos
policíacos, quienes fueron sometidos a riesgos innecesarios e igualmente se advertían
excesos en la represión a los inconformes, pues hubo personas que presentaron lesiones
graves que no guardaban proporción con el objetivo que se pretendía alcanzar mediante
los operativos, además de que uno de éstos fue fallido y lejos de contribuir a la solución
del conflicto, ocasionó más violencia y represión, generando una situación de mayor
desorden generalizado a la que existía antes de implementar el operativo.
En resumen, sostuvo que se actualizó una violación grave de garantías al
menoscabarse varios derechos fundamentales y suprimirse otros ilegítimamente; situación
ésta que prevaleció por un tiempo considerable por la ausencia de orden y paz pública que
- 10 -
implicó
un
déficit
injustificado
en
el
goce
de
las
garantías,
cuestión
que
constitucionalmente resulta inadmisible en un Estado de derecho.
Finalmente, refirió que por la propia naturaleza del conflicto y por el cúmulo de
garantías afectadas, se alteró significativamente la vida de una comunidad y se causó
conmoción social.
Las garantías que se estimaron violadas fueron la libertad de tránsito, la libertad de
trabajo y comercio, el derecho a recibir educación básica, el derecho a la información, y
en cuanto a las personas en particular, les afectó el derecho a la vida, a la salud, el
derecho a la propiedad, la libertad personal, y otros derechos.
AUTORIDADES INVOLUCRADAS EN LOS HECHOS VIOLATORIOS DE GARANTÍAS
Para determinar qué autoridades estuvieron involucradas en los hechos que se
consideraron violatorios de garantías, así como su grado de participación, el Ministro
Azuela refirió que era necesario tomar en cuenta, a efecto de hacer una valoración
objetiva, que las autoridades siempre tuvieron la voluntad de solucionar el conflicto
mediante la vía de diálogo y la negociación, pues incluso hicieron ofrecimientos de tipo
económico que fueron calificados como insuficientes por los inconformes.
Puntualizó que las autoridades adoptaron medidas tendentes a solucionar el
conflicto mediante la negociación; tan fue así que el entonces Secretario de Gobernación
intervino de manera personal en las negociaciones, sin embargo, los inconformes
radicalizaron sus demandas al grado de que éstas escaparon al ámbito estrictamente
magisterial, lo que originó el conflicto social.
En el dictamen, las autoridades locales a las que se imputaba participación en el
operativo del 15 de junio de 2006, fueron: el director General de Seguridad Pública del
Estado, el director de la Policía Ministerial, el director de la Policía Auxiliar, Bancaria,
Industrial y Comercial y siete mandos en el operativo; igualmente, a tres mandos
pertenecientes a la Policía Preventiva del Municipio de Oaxaca de Juárez, a la Policía
Preventiva del Estado, a la Policía Ministerial y a la Policía Auxiliar Bancaria, Industrial y
Comercial, quedando fuera de la imputación los titulares de esas dependencias.
- 11 -
Asimismo, se imputó participación a autoridades del orden federal que participaron
en diversos operativos desarrollados del 29 de octubre de 2006 al 25 de enero de 2007,
entre ellos, al jefe del Estado Mayor, al Coordinador de las Fuerzas Federales de Apoyo
de la Policía Federal Preventiva y a 12 comandantes encargados de ejecutar el plan rector
de operaciones, así como a 28 policías.
POSICIONAMIENTO PERSONAL DE LOS SEÑORES MINISTROS
A fin de discutir este asunto, el señor Ministro Presidente Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia exhortó a los señores Ministros integrantes del Tribunal Pleno a dar su
posicionamiento personal respecto de la totalidad del proyecto. En esencia, las posturas
fueron las siguientes:
Ministro Genaro David Góngora Pimentel
En su intervención, el señor Ministro Genaro David Góngora Pimentel hizo notar
que este asunto revestía una gran complejidad por el contexto histórico y por el sufrimiento
humano que hubo y seguirá habiendo en el Estado de Oaxaca.
Señaló que durante el periodo investigado prevaleció en la ciudad de Oaxaca y
municipios conurbados una situación de desgobierno que imposibilitó a sus habitantes
disfrutar plenamente de sus garantías, además de que muchas personas perdieron sus
fuentes de subsistencia y se suspendieron clases en las escuelas, lo que resultaba trágico
en un Estado donde la solución esencial de los problemas debería comenzar por la
educación.
Indicó que las tanto las autoridades estatales como las federales actuaron con
desinterés e incurrieron en violaciones graves de garantías con motivo del uso excesivo de
la fuerza pública, los traslados arbitrarios y los actos de tortura que en la investigación se
documentaron plenamente.
Participación del Gobernador de Oaxaca
Manifestó que contrario a lo indicado en el proyecto, la participación asignada al
Gobernador del Estado de Oaxaca no era atenuada, ya que no sólo era responsable por la
omisión en el uso oportuno de la fuerza pública y la ausencia de cuerpos de seguridad
- 12 -
profesionales, sino también por la falta de atención que puso a la problemática de fondo, la
incapacidad y la falta de oficio político.
Detalló que la actuación precipitada y fallida en el operativo de desocupación de
vialidades era atribuible directamente al gobernador como responsable de tomar la
decisión y la planeación del desalojo, pues la implementación de un operativo sin contar
con datos fiables en cuanto a las características del movimiento a que se enfrentaba el
Estado, así como sobre el número de personas que intervinieron, su capacidad de
reacción y organización, el apoyo popular y el armamento, sólo podía tener el fin funesto
de que los policías enviados a desalojar fueran acorralados en la plaza por los
inconformes. Esta irreflexión con que actuó el gobernador, dijo, conllevaba una
responsabilidad; más aún, porque a partir de cierta fecha desapareció de las
negociaciones eludiendo el compromiso del cargo para el que fue electo y propició un
estado de anomia. 9
Explicó que las anteriores acciones y omisiones permitieron la violación grave a los
derechos fundamentales de los habitantes del Estado de Oaxaca, lo que no se atenuaba
por el hecho de que la policía no estuviera preparada debido al bajo presupuesto estatal,
ni por las carencias históricas de la entidad o por el poco tiempo que llevaba en el cargo el
gobernador, sino que por el contrario, dijo, la conciencia de estas carencias exigía actuar
con prudencia.
Excesos en el uso de la fuerza pública y asignación de responsabilidades
El Ministro Góngora Pimentel indicó que si bien el dictamen documentaba
correctamente los excesos en el uso de la fuerza pública, no coincidía con la asignación
de responsabilidades, ya que la participación no sólo se limitaba al jefe del Estado Mayor
de la Policía Federal Preventiva, sino que también debía señalarse al entonces Secretario
de Seguridad Pública Federal, principalmente en cuanto a la falta de registros que
permitieran conocer los elementos y las circunstancias en que se llevaron a cabo las
acciones del “Operativo Juárez” y los traslados de los detenidos durante los cuales se
produjeron actos de tortura. También refirió que en este mismo rubro de participación de
las autoridades federales, el proyecto analizado soslayaba los hechos consistentes en la
detención arbitraria de dos de los líderes de la Asamblea Popular de los Pueblos de
Oaxaca (APPO).
9
Conforme al Diccionario de la Lengua Española, anomia significa ausencia de ley.
- 13 -
Señor Ministro José Ramón Cossío Díaz
El señor Ministro José Ramón Cossío Díaz destacó varios aspectos del
dictamen, entre ellos, la idea de que los derechos fundamentales pueden ser violados por
las autoridades, ya sea por acción o bien por omisión cuando no toman las medidas
necesarias para garantizar los derechos fundamentales en lo individual ni el disfrute de las
condiciones vitales mínimas que actúan como presupuesto necesario para su disfrute y
que incluyen el mantenimiento de una estructura de condiciones que en su conjunto se
designa como la preservación del Estado de derecho.
También compartió el dictamen en cuanto a que todos los órdenes de gobierno del
Estado Federal son responsables, cada uno en su esfera de competencias, de hacer lo
necesario para garantizar los derechos de los individuos y las condiciones de las que
depende su disfrute; además celebró el argumento de privilegiar la interpretación de los
derechos en el sentido que más favorezcan a la persona, así como la idea del mínimo vital
manejada como una noción representativa del mínimo necesario y universalmente exigible
en términos de disfrute de derechos como piso básico de las garantías que la actividad de
los Poderes estatales debe asegurar a todos.
Acto seguido, identificó lo que a su parecer eran las omisiones generales del
dictamen y en ese orden puntualizó que en el dictamen no se advertía un análisis o
calificación de las conductas de las autoridades políticas que permitieron que el conflicto
magisterial adoptara las proporciones que llevaron a requerir la utilización repetida de la
fuerza pública federal para sofocarlo, ya que sólo se identificaban algunas omisiones
estructurales por parte del Gobernador del Estado, pero no se realizaba ninguna
declaración sobre las conductas que dejó de efectuar la Federación.
En cuanto a la disposición de negociar por parte de las autoridades federales, el
Ministro Cossío Díaz señaló que, a su parecer, el Secretario de Gobernación no tenía la
facultad de constituirse como mediador de un conflicto entre organizaciones sociales y un
gobierno estatal cuando éste había solicitado de manera previa la intervención de las
fuerzas federales en auxilio de la propia fuerza local; auxilio y cooperación que, dijo, sí se
contempla en el artículo 119 de la Carta Magna, cuyo texto establece que los Poderes de
la Unión tienen el deber de proteger a los Estados contra toda invasión o violencia exterior,
y que en cada caso de sublevación o trastorno interior, les prestarán igual protección
- 14 -
siempre que sean excitados por la Legislatura del Estado o por su Ejecutivo si aquélla no
estuviese reunida.
Explicó que de acuerdo a lo previsto en las fracciones XIV y XVI del artículo 27 de
la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, 10 corresponde a la Secretaría de
Gobernación conducir las relaciones del Ejecutivo con las entidades federativas, así como
las relaciones de éste con las organizaciones sociales, pero desde el ámbito de sus
competencias, es decir, desde el ámbito federal, sin que dicha Secretaría tenga la facultad
de negociar con un grupo que exige la destitución del Gobernador del Estado como
consecuencia de un juicio seguido ante un jurado popular. Añadió que estas
negociaciones evitaron que se actuara de manera eficaz, oportuna y contundente contra
las actuaciones del movimiento magisterial.
Expresó que no podía sostenerse el argumento de que no existían las condiciones
para que el Estado de Oaxaca contara con la fuerza policial suficiente para disuadir los
hechos acontecidos, ya que las autoridades federales tenían el mandato constitucional y
legal de coordinarse para apoyar y auxiliar a la fuerza pública local en un evento que ya no
era de naturaleza negocial.
Asimismo, precisó que también era clara la competencia de la Secretaría de
Seguridad Pública Federal para tomar medidas, así como realizar acciones policiales y
operativos conjuntos, que se deriva de los artículos utilizados como fundamento en el
oficio de solicitud de coordinación formulada por parte del gobierno del Estado.
De esta manera, consideró que para el ejercicio de la ayuda federal, no podían ser
determinantes consideraciones ajenas al sistema de competencias y atribuciones de los
distintos niveles de gobierno y sus mandatos de cooperación y auxilio, pues en los hechos
ocurridos era claro que la violación grave de garantías se derivó de la evidente
desestimación de las responsabilidades constitucionales del gobierno federal para auxiliar
a una entidad integrante de nuestro pacto federal.
Concluyó que aun cuando la pretensión de las autoridades federales hubiera sido
resolver el conflicto, era deber del Tribunal Constitucional calificar las omisiones a la
10
ARTICULO 27.- A la Secretaría de Gobernación corresponde el despacho de los siguientes asuntos:
…
XIV.- Conducir, siempre que no esté conferida esta facultad a otra Secretaría, las relaciones del Poder Ejecutivo con los demás Poderes de la
Unión, con los órganos constitucionales autónomos, con los gobiernos de las entidades federativas y de los municipios y con las demás
autoridades federales y locales, así como rendir las informaciones oficiales del Ejecutivo Federal;
XVI.- Conducir, en el ámbito de su competencia, las relaciones políticas del Poder Ejecutivo con los partidos y agrupaciones políticos
nacionales, con las organizaciones sociales, con las asociaciones religiosas y demás instituciones sociales;
- 15 -
observación de los mandatos de la Carta Fundamental, independientemente de que la
naturaleza de la decisión haya sido o no política.
Valoración de los hechos más relevantes
Al referirse a lo acontecido el 14 de mayo de 2006, indicó que le parecía grave que
parte de la narrativa que de ello se hacía en el dictamen, se basara en los partes de las
fuerzas de seguridad y las actas notariales, pues ello quería decir que la única visión de
los hechos era la aportada por la propia autoridad.
Consideró que la afirmación contenida en el dictamen acerca de que las
afectaciones ocurridas hubieran sido todavía más graves si se hubiera optado por el uso
inmediato de la fuerza pública, dado que los enfrentamientos hubieran sido constantes con
un número considerable de fallecimientos, era un juicio hipotético para predecir situaciones
fácticas concretas.
En cuanto a las autoridades participantes, mencionó que en el proyecto no se hacía
ninguna imputación al director general de Traslado de Reos y Seguridad Penitenciaria,
quien debió intervenir en los traslados de los detenidos, en términos del artículo 27 del
Reglamento de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.
Refirió que aun cuando el proyecto destacaba la detención de personas no
involucradas en los hechos, que fueron consignadas y posteriormente puestas en libertad
por el juez competente, así como que en la detención de menores se inobservaron las
medidas necesarias acordes a su edad, éstos eran hechos que representan violaciones
directas al artículo 16 constitucional y que no se reflejaban en el capítulo del proyecto
relativo a las garantías afectadas.
Sobre los hechos del 16 de julio del 2007, acaecidos en el denominado "Operativo
en el Cerro del Fortín", mencionó que el proyecto no desarrollaba en qué consistió la falta
de proporcionalidad en el uso de la fuerza pública e indicó que para evaluar a las
instituciones policiales debían analizarse tres momentos: a) prevención, b) respeto y
protección, y c) investigación y sanción; asimismo, comentó que el proyecto no explicaba
los detalles en la ejecución del uso de la fuerza pública que produjo una gran cantidad de
lesionados.
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Como conclusiones generales a la valoración de los hechos, se refirió a lo
siguiente:
Indicó que en la atribución de responsabilidades había un claro deslinde de las
autoridades federales y la del Gobernador del Estado.
En su opinión, la forma de presentar los resultados de la investigación provocaba
dificultad para relacionar cuáles eran las violaciones graves y qué autoridades las llevaron
a cabo, al no haber imputaciones concretas. Precisó que habiéndose identificado los
hechos donde sí hubo participación de las autoridades federales, hacía falta el reproche
que pudiera hacérseles.
Señaló que las consideraciones del proyecto introducían valoraciones de carácter
sociológico que provocaban que muchas de las determinaciones e identificaciones de la
responsabilidad quedaran en suspenso o faltas de correlación.
A su parecer, el dictamen debía contener adicionalmente las siguientes cuestiones:
Primero, un reconocimiento y valoración de las negociaciones locales que hubo, en
una fase inicial, entre el Gobernador del Estado y la sección XX ampliada del magisterio, a
la luz de las competencias y deberes que las normas constitucionales y legales establecen
para las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Segundo, un reconocimiento y valoración de las excitativas para solventar las
peticiones del magisterio, que conforme a las normas constitucionales y legales no eran
competencia de las autoridades del Estado de Oaxaca.
Tercero, reconocer y valorar las solicitudes de protección con base en el artículo
119 constitucional y la Ley de Bases de Coordinación de Seguridad Pública, y la
subsiguiente omisión de las autoridades federales competentes de cumplir con su deber.
Cuarto, complementar o clarificar los criterios de imputación para establecer una
conexión clara entre la descripción de los hechos y los participantes en los mismos.
- 17 -
Señor Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo
Para el señor Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo este caso se trataba de
una conflictiva con raíces atribuibles a muchos factores que se han venido arrastrando
desde hace mucho tiempo, que inició como una causa social magisterial y que se convirtió
en un movimiento con ambiciones políticas de gran envergadura que fue aglutinando
muchas otras organizaciones sociales.
Opinó que el tema central en el caso Oaxaca eran las múltiples y trascendentes
omisiones que hubo en el cumplimiento de la función de seguridad que generaron un
estado de abandono total, las cuales fueron desde la inacción del gobierno estatal hasta la
falta o tardío apoyo que brindó el gobierno federal para remediar un conflicto, que no sólo
implicó pérdidas, lesiones y afectaciones a los involucrados en el enfrentamiento con el
gobierno estatal, sino que trajo aparejadas amplias consecuencias y daños colaterales con
efectos incluso de largo alcance en el tiempo.
Precisó que estos aspectos no podían abordarse ni concluirse sin analizar otros
temas como lo relativo a los deberes que tiene el Estado hacia los gobernados, la
seguridad pública como facultad concurrente entre los tres órdenes de gobierno y lo
concerniente a la intervención federal estipulada en el artículo 119 constitucional.
Deberes del Estado hacia los gobernados
En cuanto a este tema, hizo notar que en Oaxaca, la mayoría de los hechos que
podían considerarse lesivos de derechos humanos, con excepción de los operativos de
policía, fueron realizados materialmente por civiles, pues muchos de éstos mataron a otras
personas, retuvieron y lesionaron policías, impidieron el libre tránsito en la ciudad y la
región, imposibilitaron el ejercicio del comercio, que se impartiera educación, acudir a
centros de trabajo, incendiaron oficinas públicas, tomaron estaciones de radio e impidieron
la realización de gobierno y otra cantidad de hechos.
Refirió que por estas circunstancias no podía considerarse que se trataba
estrictamente de hechos violatorios de garantías, sobre todo porque las garantías como
tales se deben dar en una relación gobernado-gobernante; de ahí que compartiera el
proyecto en la propuesta de configurar estas violaciones a partir del esquema de deberes
positivos del Estado, esto es, partiendo de que cada uno de los derechos humanos que se
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consideran violados, son derechos que imponen al Estado no sólo el deber de no interferir
en el goce de los mismos, sino el de realizar las acciones necesarias para que su goce y
ejercicio sean posibles por los gobernados.
Así pues, coincidió con el hecho de que no fueron cumplidos los deberes de hacer
que cada uno de los derechos humanos violentados impone al Estado y por lo tanto, que
se configuró la violación de garantías individuales.
Identificación de los servidores públicos involucrados en el caso
Indicó que al abordarse en el proyecto el tema de la identificación de los servidores
públicos involucrados, si bien se aludía a que se configuraron violaciones por
incumplimiento de deberes positivos del Estado hacia los gobernados, lo cierto era que
sólo se consideraron responsables de las violaciones por omisión a los funcionarios que
incurrieron en ellas en forma decisiva, lo cual, llevaba a que a los funcionarios encargados
de velar por esos derechos humanos no se les reputara responsabilidad en tales
omisiones.
La seguridad pública como facultad concurrente entre los tres órdenes de gobierno.
Explicó que la seguridad pública es una facultad concurrente entre los tres órdenes
de gobierno, ya que las autoridades estatales tienen la posibilidad y el deber de realizar la
función pública en todo el Estado, al tiempo que las autoridades municipales en sus
respectivos Municipios, mientras que la Federación tiene la posibilidad y el deber de
hacerlo en todo el país al tiempo que actúen también las autoridades estatales y
municipales.
En el caso, dijo, era evidente que en el ejercicio de esta función el gobierno federal
dejó en un estado de abandono al Estado de Oaxaca y el gobierno estatal abordó
tardíamente el movimiento social por su fallido operativo policial de desalojo de los
plantones y barricadas, lidiando con un grupo que los superaba en fuerza, número,
organización, capacidad y resistencia, a grado tal, que dicho fracaso expandió el
descontrol, no obstante que no tendría que haber sido así, precisamente porque la
seguridad pública es una materia concurrente que se ejerce de manera coordinada, ya que
las fuerzas federales deben apoyar a las fuerzas estatales cuando éstas lo requieran, pues
- 19 -
no es una facultad de ejercicio potestativo, sino que es una obligación de concurrencia,
asistencia y coordinación en la materia.
Precisó que el gobierno de Oaxaca no contaba en el renglón de seguridad pública
con la capacidad y competencia necesaria para brindar seguridad pública y restablecer el
orden e hizo notar que el gobierno federal no sólo no ofreció su apoyo, sino que cuando le
fue solicitado se negó durante varios meses que fueron cruciales para que creciera la
violencia y el caos e hizo notar que si bien eventualmente se involucró en la negociación
entre las partes, éste no era su único deber frente al conflicto, ni llegaba hasta ahí su
participación.
Puntualizó que la omisión y falta de oportunidad en el uso de la fuerza pública de
las autoridades dio lugar a múltiples violaciones de derechos humanos por incumplimiento
de deberes positivos, por lo que debía reprocharse al gobierno el no haber hecho cesar la
violencia con que se expresaba el descontento y que llevó a una violación generalizada y
continuada de derechos humanos en Oaxaca, teniendo igual responsabilidad el gobierno
federal y el estatal.
Intervención o auxilio federal
Mencionó que la llamada intervención o auxilio federal, que se prevé en el párrafo
primero del artículo 119 constitucional, al establecer que los poderes de Unión deben
proteger a los Estados contra toda invasión o violencia exterior, y que en caso de
sublevación o trastorno interior, les prestarán igual protección, debía interpretarse en el
sentido de que en materia de seguridad pública, el apoyo no sólo es en casos extremos y
mediante formalidades en la petición de apoyo.
En tal virtud, señaló que la Federación tenía que haber apoyado al Estado sin
necesidad de esperar a que se reunieran las condiciones extremas a que se refiere el
artículo 119, en razón de la concurrencia mandada por el artículo 21 en materia de
seguridad pública, máxime que mediaba petición para ello por parte del gobierno del
Estado y era evidente que las autoridades locales estaban rebasadas y las condiciones
imperantes en Oaxaca exigían una participación más activa de la federación que no se dio,
o que se dio muy tarde y que generó una situación indigna de vida por demás prolongada
que se tradujo en la violación por falta de cumplimiento de los deberes positivos.
- 20 -
Indicó que a los derechos humanos violados agregaría que también debían
considerarse incumplidos los deberes del Estado inherentes a la rendición de cuentas, así
como los de represión de conductas antijurídicas desplegadas por los servidores públicos
y por civiles.
Autoridades Participantes
El Ministro Gudiño mencionó que los funcionarios involucrados en las violaciones
de derechos humanos no sólo eran los mandos operativos, sino también lo eran, por
omisión, el propio Ejecutivo Federal, el Secretario de Gobernación y de Seguridad Pública,
e incluso, los titulares de dichos cargos luego del relevo del sexenio presidencial, pues los
hechos se prolongaron tiempo después.
Además, dijo que debía considerarse involucrado al Gobernador del Estado de
Oaxaca no sólo por no haber contado con un cuerpo de policía competente, pues también
era responsable por la manera en que se utilizó la fuerza pública, por el ineficaz manejo de
la política interior y por las omisiones en que incurrió en materia de seguridad pública.
Opinó que también eran responsables, por falta de investigación efectiva en las
represiones, los funcionarios del Ejecutivo Federal ya mencionados, el Procurador General
de la República y las respectivas entidades federativas.
Señor Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano
El señor Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano expresó que en este
asunto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitía únicamente una opinión y al
hacer referencia al informe rendido por los Magistrados integrantes de la Comisión
Investigadora señaló que del mismo se advertía que el conflicto magisterial obedeció más
que nada a la molestia de algunos dirigentes sociales y políticos, quienes a pesar de su
inconformidad, son seres humanos en pleno ejercicio de sus garantías constitucionales
que deben ser respetados por la autoridad.
Coincidió con el señor Ministro Góngora Pimentel en cuanto al estudio sociológico
del atraso y del sufrimiento acumulado que existe entre los oaxaqueños, lo cual dijo, era
lamentable; no obstante, puntualizó que la facultad de investigación prevista en el segundo
párrafo del artículo 97 constitucional no era la vía para diluir tal sufrimiento.
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Señaló que si bien el operativo de 14 de junio de 2006 fue un fracaso, era muy
complejo señalar que siempre que una autoridad en ejercicio de fuerza pública interviene,
debe de garantizar un resultado plausible, pues refirió que no existe un protocolo para ello,
además hizo notar que en materia de seguridad pública es fácil predicar policías óptimas,
eficaces y que no se equivoquen nunca, pero indicó que con el retraso ancestral, en donde
las prioridades están absolutamente trastocadas, no era dable exigir policías eficientes en
Oaxaca.
Sostuvo que para poder reprochar a la fuerza pública el no haber cumplido con sus
misiones primigenias, debían analizarse cuáles eran sus posibilidades reales, y con base
en esto hacer los reclamos correspondientes, pero no a partir de un mundo ideal, resolver
lo que debe y no hacerse.
Cuestionó el hecho de poder atribuir a alguien las violaciones perpetradas, pues
hizo notar que en el caso se estaba ante un grupo de personas a las que no interesó la
afectación ocasionada a la sociedad civil y con las que, en un momento dado, no era
posible sostener un diálogo para que la situación se solucionara.
Opinó que era discutible que los hechos analizados constituyeran en realidad una
violación grave de garantías individuales, ya que el uso de la fuerza pública primero fue
legítimo, luego, los decesos ocurridos no se le atribuyen a ninguna autoridad y los
probables excesos físicos fueron producto de la violencia con que actuaron los
inconformes.
Indicó que en el operativo de 14 de junio de 2006 llevado a cabo por las
autoridades locales, que se vieron rebasadas con el número y actitud de los inconformes,
se advertía el cuidado con el que éstas quisieron actuar, pues incluso se levantaron actas
por notario público en las que se dio fe del desarrollo del operativo, lo que evidenciaba el
temor de que con motivo del operativo pudiera imputárseles la comisión de violaciones a
las garantías individuales, por tanto, a su parecer, era claro que la autoridad cuidó su
actuación y a pesar de ello ahora se pretende inculparla por omisiones.
Por otra parte, reconoció que en los distintos operativos a cargo de las autoridades
federales que tuvieron lugar el 29 de octubre de 2006 y hasta el 24 de enero de 2007, el
uso de la fuerza pública fue legítimo, no así profesional ni eficiente.
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Trajo a la vista que los traslados de los detenidos no quedaron documentados y
que si bien algunos de los detenidos presentaban lesiones, éstas no necesariamente eran
producto del uso de la fuerza pública, sino del enfrentamiento de los inconformes.
El Ministro Aguirre señaló que ante la escasez de presupuesto, era cuestionable
que los cuerpos policiales tuvieran capacitación y profesionalización; además, puso en
duda la responsabilidad del titular del Ejecutivo estatal en cuanto a esa falta de
capacitación y profesionalismo.
Dijo que si bien podía hablarse de una violación grave de garantías por el hecho de
que se haya repelido sin profesionalismo a los grupos que buscaban la ingobernabilidad y
la violencia, lo cierto era que no había una atribución directa a persona determinada de
estas violaciones de garantías, sino que se hacían imputaciones genéricas.
Concluyó que la violación grave de garantías individuales radicaba en que la fuerza
pública no impidió el conflicto, pudiendo haberlo hecho, por lo cual, dijo, habría que
analizar evento por evento.
SESIÓN PÚBLICA DEL 14 DE OCTUBRE DE 2009
Señora Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos
La señora Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos se refirió a cada uno de los
hechos analizados y lo que sucedió en ese período antes de exponer su punto de vista.
Tras reconocer el trabajo realizado en la investigación, no compartió el apartado del
proyecto relativo a las garantías individuales violadas, pues hizo notar que los hechos que
implican esas violaciones no fueron actuaciones llevadas a cabo por la autoridad
correspondiente, sino que fueron realizadas por particulares, los cuales no violan garantías
individuales sino que cometen delitos o infracciones, pues los únicos que pueden violarlas
son las autoridades.
En ese entendido, la Ministra Luna Ramos indicó cuáles fueron los nueve hechos
que implicaron la actuación de las policías tanto estatal como federal, precisamente para el
restablecimiento del orden y que, en esencia, fueron los siguientes:
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1. La Ministra Luna Ramos señaló que el primer suceso tuvo lugar el día 14 de junio
de 2006, cuando la policía estatal inició un operativo a fin de desalojar a las
personas que permanecían en el plantón del zócalo de la ciudad de Oaxaca.
Mencionó que si bien al principio se lograron liberar algunas vialidades,
posteriormente, los miembros del magisterio y grupos sociales que los apoyaban
se reagruparon hasta alcanzar una cantidad de personas que llegaron a superar a
los elementos de policía en gran proporción, por lo que este operativo policial
fracasó.
2. Refirió que el segundo suceso se suscitó el día 29 de octubre de 2006, cuando
comenzó el “Operativo Benito Juárez”, en el que elementos de la Policía Federal
Preventiva
entraron
al
zócalo
de
la
ciudad
de
Oaxaca,
generándose
enfrentamientos en diversos lugares. La Ministra Luna Ramos hizo notar que ese
día la presencia de la Policía Federal Preventiva hizo que cesara la toma del
edificio del Tribunal Superior de Justicia y demás instalaciones afectadas.
3. Mencionó que el tercer suceso acaeció el día 30 de octubre de 2006, cuando la
Policía Federal Preventiva bloqueó el zócalo de la ciudad de Oaxaca para impedir
que los manifestantes entraran nuevamente al primer cuadro de la ciudad. En
respuesta a dicha acción un grupo de personas realizó diversos actos en protesta y
se suscitaron enfrentamientos entre policías e inconformes.
4. El cuarto suceso se dio el día 1o. de noviembre de 2006, cuando la Policía Federal
Preventiva realizó otros operativos para eliminar barricadas, lo que ocasionó
enfrentamientos con personas inconformes. En ese operativo se recuperaron las
instalaciones del canal 9 de televisión y de Brenamiel, lugar donde se ubicaban las
antenas repetidoras de radio.
5. El quinto suceso se desarrolló el día 2 de noviembre de 2006. En esta fecha la
Policía Federal Preventiva liberó la circulación de las avenidas Cinco Señores y
Universidad, produciéndose enfrentamientos entre los policías y los manifestantes,
con un reporte de heridos y detenidos tanto de una parte como de otra.
6. El día 20 de noviembre de 2006 se dio el sexto suceso, en el que también se
originaron enfrentamientos entre la Policía Federal Preventiva y manifestantes,
cuando los primeros iban recuperando espacios y edificios de la ciudad de Oaxaca.
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7. Como suceso número siete, la Ministra Luna Ramos destacó lo acaecido el 25 de
noviembre de 2006; día en que se realizó una marcha en la que hubo
enfrentamientos y se incendiaron varios inmuebles. La Policía Federal Preventiva
trató de sofocar los enfrentamientos.
8. El suceso número ocho se llevó a cabo el 29 de noviembre de 2006, cuando se
retiraron las últimas barricadas que aún impedían el tránsito de varios sitios. Actos
en los que participó la Policía Federal Preventiva.
9. El noveno suceso aconteció el 16 de julio de 2007 en el Cerro del Fortín, lugar en
donde tradicionalmente se lleva a cabo la fiesta de “La Guelaguetza”, ya que ese
día los manifestantes trataron de impedir que se llevara a cabo dicha festividad,
generándose un enfrentamiento entre éstos y la policía estatal.
La señora Ministra Luna Ramos destacó que de estos nueve sucesos, sólo el
primero y el noveno, fueron llevados a cabo por la policía estatal, pues del segundo al
octavo fueron realizados por la Policía Federal Preventiva.
Suficiencia de la Investigación y responsabilidades en la violación grave de
garantías
La Ministra Luna Ramos opinó que fue suficiente la investigación llevada a cabo
por los Magistrados Comisionados, por todos los datos aportados y las pruebas de las
cuales se hicieron cargo e indicó que si bien en el caso analizado existió violación grave
de garantías, debía delimitarse cuáles eran realmente las responsabilidades por parte de
las autoridades.
En cuanto a la participación del Gobernador de Oaxaca en los hechos analizados,
coincidió con el hecho de que se estimara atenuada, pues mencionó que éste nunca
abandonó el problema, ni dejó de intervenir para lograr la estabilidad en la entidad, ya que
desde que se presentó el pliego de peticiones por parte del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación, 11 el gobierno del Estado estableció mesas de diálogo en
las que pretendían negociar por la vía pacífica, y precisó que fue después de muchas
reuniones, cuando el gobernador solicitó ayuda a la Secretaría de Gobernación y al
11
Pliego de peticiones presentado el día 1° de mayo de 2006.
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gobierno federal al estimar que no sería posible arribar a una solución del problema,
momento en el cual, se ordenó el operativo de desalojo por parte de la policía estatal, que
fue rebasada en número por los manifestantes.
Por tanto, consideró que en este primer suceso, no hubo violación grave de
garantías por parte de la policía estatal, porque éstos fueron los perjudicados, no así los
manifestantes.
Destacó que el hecho de que la Secretaría de Gobernación tuviera reuniones de
trabajo con una actitud negociadora con los manifestantes y con el gobierno del Estado,
significaba que el gobierno federal tuvo una participación activa y directa con la esperanza
de lograr que el conflicto se solucionara por la vía pacífica.
Para ella, la Policía Federal Preventiva participó de una manera profesional y
ordenada, pues tenían un plan rector de operaciones en el que se delimitó y determinó el
propósito, la organización de los operativos, sus fases estructuradas, los sitios en los que
tenían que entrar y la manera en la que tenían que penetrar a la ciudad.
Así pues, consideró si bien fracasó el operativo del 14 de junio de 2006 que llevó a
cabo la policía estatal, no podía pensarse lo mismo respecto de los demás operativos,
pues tan no fue así que se recobró la ciudad de Oaxaca y se restableció el orden, es decir,
la Policía Federal Preventiva cumplió su cometido en el momento en que entró al desalojo.
Mencionó que una vez que la policía entró a la ciudad de Oaxaca, hubo agresiones
por parte de los manifestantes, lo cual justificó el uso de la fuerza pública, ya que si a
través de la vía de la negociación no se había logrado restablecer el orden por parte de las
propias autoridades estatales y federales, concretamente de la Secretaría de Gobernación,
la única manera era a través del ejercicio del uso de la fuerza pública con el objeto de
recobrar todos los inmuebles y las calles tomadas.
Reconoció que al repeler la agresión, hubo exceso por parte de los policías cuando
ya era innecesaria la violencia y los golpes, lo cual, a su parecer, era lo que constituía una
violación grave de garantías, pero señaló que contrario a lo sostenido en el proyecto, estas
violaciones no eran atribuibles a los jefes policíacos de la Policía Federal Preventiva y al
Coordinador de la Policía Federal Preventiva, pues en su opinión, los jefes policíacos que
intervinieron, actuaron conforme a un plan rector de operaciones a fin de ingresar de
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manera ordenada y adecuada a la ciudad de Oaxaca, precisamente con la advertencia de
que no se violaran garantías por parte de los policías.
Por ende, mencionó que la violación de garantías sólo se dio por parte de los
policías porque en las detenciones hubo exceso de fuerza y agresiones cuando ya no
había necesidad; de ahí que sólo necesitaba identificarse a las personas que las
efectuaron y por tanto, serían éstas las involucradas en la violación de garantías señalada.
Señor Ministro Sergio A. Valls Hernández
El señor Ministro Sergio A. Valls Hernández compartió la consulta sometida a
consideración del Tribunal Pleno en cuanto a la suficiencia de la investigación, a las
consideraciones relativas a los derechos del hombre, al ideal de sociedad que el proyecto
sustenta para la Constitución Federal, la importancia de la corresponsabilidad entre la
sociedad y el Estado, así como respecto a la naturaleza de las garantías individuales como
mandatos de optimización.
Expuso que lo sucedido durante el período investigado se gestó en el contexto de
un conflicto añejo y multifacético originado en la pobreza, la marginación, la situación
geográfica, económica y de vulnerabilidad que desembocó en un estado de
ingobernabilidad, a grado tal que vulneró las garantías de tránsito, comercio, trabajo,
educación, entre otras, en perjuicio no sólo de la sociedad en general sino de los propios
manifestantes, que rebasó las alternativas tradicionales de solución de conflictos, esto es,
la aplicación del derecho, y dio lugar al uso de la fuerza del Estado como instrumento de
control.
Refirió que el poder de mando en una nación radica en su imperium, que no es otra
cosa que el monopolio del uso de la fuerza y aun de la violencia por parte del propio
Estado, como medio a través del cual las instituciones subsisten y se mantiene el orden, la
libertad, la paz pública y la sana convivencia social, esto es, el Estado de derecho; sin
embargo, indicó que ese poder coactivo no es absoluto, pues sólo debe ejercerse cuando
no haya otra medida viable, es decir, cuando todos los demás instrumentos han fracasado,
y por eso, a efecto de garantizar que la fuerza sea usada sólo como última ratio, es que los
Estados modernos precisan limitarla mediante un marco normativo.
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Indicó que en nuestro país, es la Constitución Federal la que cumple, en primer
término, la encomienda de evitar que la fuerza del Estado vulnere la esfera de los
gobernados, para lo cual establece normas que restringen la conducta de la autoridad, por
ejemplo, el artículo 21, cuyo texto regula el tema de la seguridad pública y la actuación de
las instituciones policiales como una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal,
los Estados y los municipios en sus respectivas competencias y precisa que el actuar de
las instituciones policiales se regirá por los principios de legalidad, eficiencia,
profesionalismo y honradez, así como que la Federación, el Distrito Federal, los Estados y
los municipios se coordinarán para establecer un sistema nacional de seguridad pública.
Agregó que ese marco constitucional armoniza con la regulación internacional en
normas tales como la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención contra la Tortura y otros tratos
o penas crueles, inhumanos o degradantes y la Convención Interamericana para prevenir
y sancionar la tortura; ordenamientos todos que coinciden en destacar la obligación de
respetar los derechos humanos, e indicó que en ese contexto normativo es que se acota el
ejercicio de la función de seguridad pública, se regula la actuación de policías y se delimita
el uso de la fuerza del Estado en equilibrio con los derechos humanos de los gobernados.
Señaló que en el caso, los inconformes ya habían desplegado múltiples conductas
infractoras de la paz social, pues su actuar se materializaba al margen del derecho,
poniendo en peligro la integridad de la sociedad, y ante tal situación de violencia y
descontrol, era evidente que cuando las autoridades hicieron uso de la fuerza, ésta no sólo
era necesaria sino obligada, dado que ya no había posibilidad alguna de diálogo y era la
única alternativa que quedaba para conservar el Estado de derecho; de ahí que, en
principio, resultaba justificada la decisión de usar la fuerza para evitar males mayores y
restablecer el orden, ya que se aplicó en salvaguarda del interés general o bien común
que es el fin más valioso de todo Estado de derecho.
No obstante, recalcó que la fuerza pública no se usó bajo parámetros de
proporcionalidad, racionalidad y humanidad, sino que se desbordó al no existir control del
problema para contener el ejercicio del derecho a los beligerantes; de ahí que los hechos
acaecidos en el período investigado resultaban violatorios de garantías, en tanto que se
trastocaron derechos fundamentales. Reconoció que la violación generalizada de
garantías se provocó por una omisión de las autoridades consistentes en no desplegar los
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actos de imperio necesarios tendientes a restablecer el orden y garantizar el goce de
derechos fundamentales.
Compartió el proyecto en cuanto a la vinculación de las autoridades que
intervinieron en los hechos materia de esta facultad de investigación, con la violación de
garantías que se les atribuía.
Finalmente, puntualizó que no era obligación del Gobernador de Oaxaca cuidar de
las fuerzas públicas al grado que señalaba el proyecto, esto es, la falta de supervisión,
preparación y profesionalismo de la policía, y en general, la eficiencia de la fuerza pública
con que cuenta para la solución de conflictos sociales, por lo que a juicio del Ministro Valls,
no existía “ese no actuar” del titular del Ejecutivo local que se pudiera considerar
directamente fuente de la violación grave de garantías, y señaló que su responsabilidad ni
aun atenuada era jurídicamente sustentable.
Señor Ministro José Fernando Franco González Salas
El señor Ministro José Fernando Franco González Salas destacó la complejidad
de la investigación realizada y en lo general, compartió el marco teórico del proyecto, la
conclusión de que existieron violaciones graves a diversas garantías individuales, así
como que durante varios meses no existió propiamente Estado de derecho en Oaxaca y
que el uso legítimo de la fuerza pública en este conflicto evidenció la falta de eficiencia y
profesionalismo de los cuerpos policíacos; sin embargo, estimó que el proyecto debía
precisar con mayor detalle las violaciones derivadas de la actuación de las fuerzas
policiales en los cateos y en los operativos “Juárez” y el del Cerro del Fortín, así como en
las detenciones y traslados.
Destacó dos temas fundamentales: primero, el relativo al contenido y alcance del
primer párrafo del artículo 119 constitucional, y segundo, las obligaciones que derivan para
los distintos órdenes de gobierno del sistema de facultades concurrentes en materia de
seguridad pública, que prevén los artículos 21 y 73, fracción XXIII constitucionales.
En cuanto al análisis del primer párrafo del artículo 119 constitucional, estimó que
no se abordaba en el proyecto con la profundidad necesaria, siendo que su objeto es
garantizar protección a los Estados dentro del sistema federal frente a la eventualidad de
- 29 -
riesgos en dos supuestos: en caso de invasión o violencia exterior y en caso de
sublevación o trastorno interior.
A su parecer, la protección prevista en el citado artículo 119 de la Constitución
Federal, puede darse sin ninguna concurrencia entre los órdenes de gobierno, y por la
misma razón, indicó que con base en la fracción VI del artículo 89 constitucional, 12 no
nada más con las fuerzas de seguridad pública tendría que hacerse frente a un conflicto
interno mayor en un Estado que pusiera en riesgo la seguridad interior del país, ya que la
protección podría darse inclusive con el uso de las fuerzas armadas.
Respecto a las obligaciones que nacen del sistema de facultades concurrentes en
materia de seguridad pública, opinó que debía establecerse claramente que se trata de un
régimen distinto al previsto en el artículo 119 de la Carta Magna, lo anterior, porque no
tienen necesariamente las mismas finalidades, conforme a las bases constitucionales a
nivel federal y local que las regulan y en este sentido, le parecía que el proyecto no
desarrollaba los argumentos para determinar cuáles son las obligaciones que nacen para
los Poderes Federales en uno y otro supuesto.
Estimó que el proyecto debía hacerse cargo con mayor profundidad del tema de las
facultades de las autoridades federales para intervenir en una negociación como la que se
dio en el caso del conflicto de Oaxaca, a efecto de poder deslindar la correcta o no
actuación que éstas tuvieron.
Así pues, se separó del proyecto en la parte que imputaba responsabilidad al
Gobernador de Oaxaca por no contar en el Estado con una fuerza de seguridad pública
eficiente y capaz de disuadir por sí misma, el surgimiento de conflictos sociales como el
que se presentó, pues a su parecer, esta situación es una responsabilidad histórica
compartida con muchas otras autoridades y producto de una condición deficiente
multifactorial; por lo que en todo caso lo que se debe evaluar es el apego a la Constitución
y a las leyes, de su actuación durante el conflicto.
Por ende, consideró que debían reforzarse las conclusiones del proyecto respecto
de la actuación de las autoridades federales involucradas en el conflicto y, en su caso,
revisar la participación y actuación de las estatales, pues precisó que tan grave era dejar
12
Artículo 89.- Las facultades y obligaciones del Presidente, son las siguientes:
…VI.- Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente o sea
del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación.
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impunes a quienes han incurrido en actos ilegales o delictuosos como imputarles
responsabilidades a quienes no son culpables de los mismos.
Señor Ministro Juan N. Silva Meza
En su participación, el señor Ministro Juan N. Silva Meza hizo notar que la
facultad de investigación consagrada en el artículo 97, párrafo segundo, de la Constitución
Federal, no es sólo un mecanismo de control de regularidad constitucional, sino que es un
mecanismo de control político constitucional de actos y omisiones de los miembros de los
poderes públicos.
Señaló que la finalidad de este mecanismo estriba en que, al ponerse en marcha,
sea un eficaz instrumento de reparación al incumplimiento de obligaciones contraídas por
el Estado mexicano en todos los niveles y órdenes de gobierno en materia de derechos
humanos en el ámbito internacional, aspecto que, dijo, no se consideró en el proyecto que
se analizaba.
Suficiencia de la Investigación
Consideró que la investigación realizada fue suficiente, pues en su desarrollo se
recabó un cúmulo de pruebas con las que se acreditó fehacientemente que en el caso
existieron hechos que constituyen violación grave y generalizada de garantías individuales
y derechos fundamentales.
Refirió que esta investigación también reveló el proceder de algunas autoridades
para encubrir a diversos servidores públicos que participaron directamente en los hechos
investigados y que violaron gravemente garantías individuales y derechos fundamentales,
lo cual efectuaron con la finalidad de evadir responsabilidades civiles, penales,
administrativas y políticas respecto de las cuales el Estado debe responder
indefectiblemente a fin de evitar, a su vez, responsabilidades históricas, ya que para el
Ministro Silva Meza los hechos acaecidos en el Estado de Oaxaca pasarán a formar parte
de la historia de nuestro país por infringir los diversos órdenes jurídicos, específicamente
en lo relativo a las limitantes al ejercicio de la función pública contenidas en la Constitución
Federal.
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Precisó que los Poderes Ejecutivo, Federal y Estatal tienen responsabilidad directa
en los acontecimientos acaecidos en el municipio de Oaxaca y zona conurbada, sin que
ésta pueda atenuarse por la circunstancia de que no se abstuvieron por completo de
actuar con voluntad de resolver el conflicto social, o bien, porque no se está ante una
omisión absoluta, sino frente a resultados indeseados, pues hizo notar que la lesión a las
garantías individuales y los derechos fundamentales son atribuibles por acción y en
especial por omisión grave como resultado de su posición de jerarquía y de mando, de sus
servidores públicos subordinados.
Especificó que si bien los titulares de los Poderes Ejecutivo, Federal y Estatal
llevaron a cabo actos dirigidos a tratar de solucionar el conflicto, éstos no fueron los
idóneos, ya que no impidieron la movilización ciudadana a gran escala ni que diversos
servidores públicos incurrieran en una violación generalizada de garantías y derechos,
siendo que tales Poderes tenían las facultades y atribuciones constitucionales y legales
para hacer cesar dichas acciones, lo cual trajo como consecuencia que, además de las
garantías individuales y derechos fundamentales que se consideran infringidos en el
dictamen que se analizaba, se encontrara plenamente acreditado que también se violaron
los derechos a conocer la verdad, a la indemnización y al acceso a la información.
Para el Ministro Silva Meza fue incompleta la asignación de responsabilidades que
en el dictamen se proponía, ya que debían definirse los principios constitucionales que las
fuerzas del orden deben seguir al llevar a cabo su trabajo.
También disintió del proyecto respecto de los principios que guían la prestación del
servicio de seguridad pública, que de manera concurrente deben ofrecer los tres niveles
de gobierno, y que en opinión del Ministro Silva Meza, debe tener como principio rector la
protección irrestricta de los derechos humanos, no solo la legalidad, la eficiencia, el
profesionalismo, la proporcionalidad.
Indicó que si bien existió un plan rector de operaciones que se utilizó para llevar a
cabo el operativo de las fuerzas federales de Oaxaca, en el cual se ordenaba respetar los
derechos de las personas, dicha orden no se cumplió y por ello resultaba necesario
determinar quién estaba a cargo de que las órdenes se cumplieran y, en su caso, cómo se
repararía el incumplimiento.
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Además, mencionó que el hecho de que las autoridades no pudieran explicar cómo
se desarrollaron los operativos a pesar de contar con un plan maestro, era una causa más
para exigir responsabilidades a todos los funcionarios que integraron la cadena de mando,
pues la falta de planeación y las omisiones gubernamentales, tanto federales como
estatales, violaron obligaciones internacionales signadas por México en relación con la
violación de derechos humanitarios afectados por el uso de la fuerza pública.
Explicó que el Estado al usar la fuerza pública en ejercicio de sus facultades
constitucionales no puede desentenderse de su obligación de velar que la seguridad de
todos se garantice, sean o no participantes. Asimismo, destacó que también se dieron
tratos inhumanos y tortura, que obligan al Estado mexicano a ser reparados.
No compartió el dictamen en la parte que consideró que la orden fue legítima pero
el operativo mal realizado, pues en su opinión, no puede ser legítimo un operativo que
debe serlo de principio a fin y que tiene como consecuencia la detención de inocentes.
Consideró que era incorrecto que el proyecto distinguiera entre responsabilidad
activa y responsabilidad omisiva; asimismo, consideró injusto que la valoración de la labor
de las autoridades se haga ex post facto, pues indicó que no había razones para creer que
la responsabilidad activa en la violación de derechos humanos sea más grave en
comparación con la responsabilidad omisiva que produzca el mismo resultado, ni era
convincente que la violación a los derechos humanos fuera más grave o menos en razón
del contexto en el cual se realizó, pues indicó que la violación grave de derechos humanos
es absoluta; sin embargo, dijo, la responsabilidad por parte del Estado respecto a esas
violaciones sí se puede intensificar.
Estimó inadecuado dejar toda la responsabilidad sólo a cargo del entonces jefe del
Estado Mayor de la Policía Federal Preventiva y del coordinador de las Fuerzas Federales
de Apoyo, pues precisó que estos funcionarios tenían mandos superiores encargados de
vigilarlos y de estar enterados del desarrollo de sus actividades, en concreto, del titular del
Poder Ejecutivo Federal.
También planteó que la responsabilidad total de la planeación y puesta en marcha
de los operativos por lo que hace al Estado de Oaxaca, sobre todo en relación con el
operativo efectuado el día 14 de junio de 2006, no sólo debía recaer en el director general
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de Seguridad Pública del Estado, pues éste tiene superiores jerárquicos, incluyendo al
Gobernador del Estado, quien debe vigilar que su actuación se apegue a la ley.
No estuvo de acuerdo en considerar como atenuante el hecho de que las
autoridades federales y locales intentaron resolver el conflicto mediante el diálogo, pues en
opinión del Ministro Silva, una vez agotada la vía conciliadora y decidido el uso legítimo de
la fuerza pública, las autoridades debían ejercerla con estricto respeto al Estado de
derecho y a los derechos humanos, ya que un gobierno democrático no puede aplicar el
uso indiscriminado de la fuerza, menos con el pretexto de que intentó por todos los medios
disuadir conflictos por medio de la razón.
Consideró que la violación a garantías individuales no podía reprocharse en esta
investigación únicamente a los individuos que originaron y participaron en las
movilizaciones, pues la afectación también era responsabilidad de los órganos del Estado
a nivel federal y local, tanto por acción como por omisión, por lo que cada quién habría de
responder por lo suyo.
Asimismo, refirió que no había suficientes razones para considerar que la pérdida
de ciclos escolares y las pérdidas patrimoniales sufridas por las revueltas o la afectación al
sistema de aplicación e impartición de justicia derivada del vandalismo ejecutado en contra
de oficinas públicas no sea responsabilidad del Estado, quien resultó incapaz de evitarlo y
fue tardío en encontrar la solución e incluso no ha podido establecer remedios
convincentes a estas afectaciones.
Para el Ministro Silva Meza, la responsabilidad del Gobernador de Oaxaca no era
atenuada, pues los funcionarios encargados de servir a una sociedad no podían atribuir
sus fallas en el ejercicio de gobierno a los problemas ancestrales que la sociedad arrastra.
Concluyó que la investigación era suficiente, que sí hubo violación grave a
garantías individuales y derechos humanos, que las garantías violadas en el caso de
Oaxaca eran las señaladas en el proyecto y que los responsables eran las personas que
participaron por acción y omisión en los operativos emprendidos por las autoridades
federales y estatales, entre las que se incluye a quienes los ordenaron, de tal manera que
todos los que integraban las cadenas de mando en ambos niveles de gobierno resultaban
responsables, desde los más altos funcionarios hasta los mandos operativos.
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Señora Ministra Olga Sánchez Cordero
La señora Ministra Olga Sánchez Cordero expresó que el gobierno del Estado de
Oaxaca fue omiso en proteger eficazmente los derechos fundamentales de sus
gobernados, los cuales tenía la obligación de respetar y vigilar que se respetaran, por lo
que su actuar omiso ocasionó una violación grave de éstos.
Sostuvo que fue ineficaz la actividad desplegada por las autoridades federales
como mediadoras en el conflicto magisterial, ya que no se lograron los consensos
necesarios para la distensión del conflicto, sino que su duración se vio ampliada y la
situación de ingobernabilidad agravada, tal como se podía advertir de la propia
investigación. Hizo notar que sobre este aspecto, no se hacía pronunciamiento alguno en
el proyecto.
Precisó que la actitud omisa e ineficaz de las autoridades de los distintos ámbitos
de gobierno en la implementación y aplicación de decisiones políticas, generaron la
ingobernabilidad que prevaleció en la ciudad de Oaxaca y parte del Estado, sobre todo,
porque esas acciones debieron efectuarse mediante los cauces institucionales de manera
eficiente, oportuna, en acatamiento a las normas establecidas, sin violentar el marco del
derecho y en un contexto de legitimidad democrática; cuestión ésta que, dijo, tenía que
tener un mayor énfasis en el dictamen, pues no sólo debían ocuparse de calificar las
actuaciones de las autoridades y de los cuerpos de seguridad pública, sino que tenían que
evaluar el desempeño de todas las autoridades que intervinieron de manera directa e
indirecta en el conflicto.
Mencionó que lograr que los actores políticos implicados en la toma de decisiones
sean capaces de garantizar la permanencia del sistema político y social sin estados de
excepción y sin vulnerar los derechos fundamentales y las leyes básicas, se llama eficacia
gubernamental y su correcto ejercicio supone la no violación de derechos fundamentales;
tema que, dijo, debía constituir una parte destacada del proyecto y con base en eso,
ampliar el universo de autoridades que participaron en los hechos mediante su actuar
positivo o negativo.
Indicó que la investigación no podía circunscribirse únicamente a la indagación de
la violación a garantías durante los eventos en que tales fuerzas tuvieron intervención, sino
que debía extenderse a las acciones u omisiones de las autoridades durante los diversos
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eventos que se narraban en la determinación de violaciones de garantías, pues en ningún
apartado del proyecto se analizaron y valoraron estos hechos en la misma forma que se
hizo con la intervención de las fuerzas policíacas.
Hizo notar que la actuación de los gobiernos local y federal en muchos sentidos fue
omisa e ineficaz en la resolución del conflicto, por lo que era en estas omisiones del
gobierno donde el proyecto debía abundar respecto a la trascendencia que tuvieron en los
resultados materiales que se reseñaban.
Asimismo, indicó que si bien se consideraba en el dictamen que la violación de
garantías no sólo ocurre con un actuar positivo de la autoridad sino que ésta se comete
igualmente y tal vez con mayor gravedad cuando la autoridad soslaya un deber de actuar
que tiene frente al gobernado, lo cierto era que en dicho dictamen no se concluía con un
señalamiento de las autoridades que actuaron omisivamente, sino que se limitaba a
atenuar la responsabilidad de las autoridades locales, sustentándola en datos
socioeconómicos y poblacionales.
Sobre ello, puntualizó que la realidad socioeconómica del país, que en muchos
sentidos es similar a la del Estado de Oaxaca, no podía justificar el conflicto analizado,
pues por el contrario, estos datos tendrían que sustentar que el actuar de una autoridad en
estas circunstancias debe ser de mayor entidad para responder a esa realidad, sin que la
responsabilidad constitucional por omisión de las autoridades pueda atenuarse por estos
factores.
De acuerdo con lo expuesto, y coincidiendo con muchas partes del proyecto,
sostuvo que la calificación de las violaciones no podía circunscribirse al análisis de los
hechos en los que se utilizó la fuerza pública, sino que el conflicto debía analizarse en toda
su dimensión, considerando todas y cada una de las circunstancias que concurrieron.
Señor Ministro Presidente Guillermo I. Ortiz Mayagoitia
Al externar su opinión, el señor Ministro presidente Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia precisó que la autoridad tiene la obligación de garantizar el respeto a las
garantías sociales, para lo cual, hay deberes a cargo de los tres niveles de gobierno,
siendo el principal, hacer prevalecer el orden público como condición necesaria para el
disfrute generalizado de las garantías que la Constitución protege.
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Precisó que al hablar de orden público, se refería a esta expresión en el sentido
material de buen comportamiento cívico, del deber que tenemos todos de usar
adecuadamente los bienes de uso común, de convivir en paz, con armonía y respetando el
derecho de los demás, e hizo notar que ésta es una obligación personal que se convierte a
la vez en una garantía social al cuidado de las autoridades constituidas, teniendo éstas la
facultad de imponerse y de hacerlo inclusive por la fuerza para asegurar que el buen
comportamiento cívico se cumpla.
Así, refirió que frente a cada acción privada que altere este orden de convivencia,
se debe producir una acción de la autoridad que sea restauradora del orden, para lo cual
existe la policía preventiva municipal y las fuerzas de seguridad pública que tienen una
misión más allá del orden público: la prevención, la investigación y la persecución del
delito.
No obstante, precisó que en el caso concreto no era función de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación analizar la conducta asumida por quienes alteraron el orden
público y la paz en la ciudad de Oaxaca durante el período investigado, sino que debían
resolver si las autoridades atendieron debidamente esos eventos, o si por el contrario,
fueron indiferentes u omisos, o actuaron con exceso; esto es, si cumplieron o no con su
deber de garantizar el orden público, la buena convivencia y la paz social, y luego, verificar
si en el caso de omisión, esto se tradujo en violación grave de garantías individuales y en
su caso determinar qué servidores públicos son responsables de ese resultado.
Explicó que si bien los tres niveles de gobierno deben concurrir a este deber de
cuidado del orden público que garantiza el bienestar y la paz social, lo cierto es que tienen
distintos mandatos legales a los cuales responder.
Destacó que el no mencionar en el proyecto al presidente municipal de la ciudad de
Oaxaca, atendía al hecho de que el Gobernador del Estado que reside en esa ciudad, es
el mando supremo de la fuerza policíaca municipal y era quien podía determinar que ésta
interviniera mediante una orden directa.
Indicó que si bien el gobernador podía pedir el auxilio de la Federación, ésta no
tiene un deber de respuesta inmediata como si estuviera al mando de los gobiernos
estatales, pues fuera de los supuestos en que el artículo 119 constitucional manda actuar
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directamente a la Federación, la excitativa en los otros casos tiene que ser considerada
por la autoridad federal para que, con prudencia determine si debe o no actuar y en qué
medida debe hacerlo.
Para el señor Ministro, el reproche fundamental es que no se cuidó el orden público
en la ciudad, lo cual, fue una omisión a cargo del gobernador de la entidad que dio como
resultado que el desorden generalizado produjera por parte de los particulares, la
afectación de diversos derechos humanos fundamentales como la libertad de comercio, el
derecho a la paz social, la convivencia armoniosa y el disfrute pleno de la propiedad
privada, pero fundamentalmente, el reclamo consistió en que no hubo acciones tendientes
a mantener la vigencia del orden público en la ciudad.
Precisó que en contrastante con el Caso Atenco, donde hubo una actuación
inmediata oportuna, aunque con excesos, en este asunto lo que se analizaba era la
consecuencia de un “no hacer” y de trasladar el problema a la autoridad federal, para que
de inmediato y sin mayor problema, en cuanto a responsabilidades de las autoridades
estatales, se produjera la solución, sin embargo, puntualizó que ese no era el “deber ser”,
sino tomar toda otra serie de medidas que sí estaban al alcance del gobierno estatal para
dar tranquilidad y orden a los pobladores de la ciudad de Oaxaca.
Por eso, coincidió en que había responsabilidad de las autoridades policíacas, pero
no de las federales, particularmente de los jefes policíacos o directivos, pues hizo notar
que éstos sí trazaron una estrategia, la cual si bien no se observó debidamente en la
realización del operativo, ello no quería decir que la desobediencia de los elementos de las
fuerzas armadas fuera directamente imputable a quienes les dijeron cómo debía hacerse y
con qué estrategia.
Finalmente, contrario a lo sostenido en el proyecto analizado, opinó que la
participación del Gobernador de Oaxaca en los hechos violatorios de garantías no era
atenuada, sino que la identificación de involucramiento debía quedar en los mismos
términos que en el caso de las otras autoridades.
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VOTACIONES
Tomadas las votaciones correspondientes, los Ministros llegaron a las siguientes
decisiones:
1. La investigación llevada a cabo por los Magistrados de la Comisión Investigadora fue
suficiente para pronunciarse sobre los hechos investigados.
2. Los hechos y omisiones demostrados en la investigación constituyen grave violación
de garantías individuales.
3. Que debían agregarse como hechos u omisiones que constituyen grave violación de
garantías individuales, además de los que precisaba el proyecto, algunos hechos
que se suscitaron en el Cerro del Fortín y otros que tenían que ver con el
fallecimiento de Alberto Jorge López Bernal, el ataque a Eleuterio o Emeterio Medina
o Merino Cruz y lo relacionado con las omisiones a las excitativas del 1° de junio y
14 de septiembre de 2006 efectuadas por parte de la Legislatura estatal y
posteriormente por el Gobernador de Oaxaca. Además, que también debía
incorporarse todo lo correspondiente a la cronología de las negociaciones generadas
a partir del día 2 de mayo de 2006 hasta el momento en que entró a mediar la
Secretaría de Gobernación.
4. Que las garantías individuales gravemente violadas son el derecho a la vida, 13
derecho de acceso a la justicia, 14 derecho a la integridad personal, 15 garantía de
libertad de trabajo, 16 garantía de libertad de tránsito, 17 garantía a la educación, 18
libertad de pensamiento y expresión, 19 derecho a la propiedad y posesión, 20 derecho
a la paz 21 y derecho a la información.
13
Hubo homicidios producidos por armas de fuego en contra de manifestantes durante las marchas del magisterio, por heridas de bala en
enfrentamientos entre vecinos e integrantes de la APPO y por heridas causadas con armas de fuego en contra de personas que se
encontraban en barricadas. Muerte de un motociclista en una barricada causada por cables colocados para impedir el acceso a vehículos.
Fallecimiento del conductor de un vehículo causado por el disparo de un motociclista. Doce personas perdieron la vida.
14
Lo anterior porque la actividad de diversos órganos jurisdiccionales del Consejo de la Judicatura Federal fue suspendida por varios días;
manifestantes que ingresaron al edificio sede de los órganos judiciales federales, ocasionaron un incendio que destruyó 71 expedientes
judiciales; hubo bloqueos que impidieron el acceso a las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca, cuyo edifico
sede fue tomado a partir del 3 de agosto de 2006, suspendiéndose sus labores por varios meses en algunos casos; se bloquearon y tomaron
dependencias de la Procuraduría General de Justicia del Estado; los manifestantes en el zócalo detuvieron a algunas personas a quienes
amarraban, desnudaban y evidenciaban con letreros, realizando juicios populares y sumarios.
15
Después del 14 de junio de 2006, luego del fallido operativo que se realizó para desalojar a los manifestantes del zócalo, las autoridades se
vieron imposibilitadas de prestar el servicio de seguridad pública en las zonas en conflicto. Además, en los operativos realizados por las
fuerzas federales, varios menores de edad fueron detenidos e incluso hubo tratos crueles y degradantes por parte de las fuerzas policíacas
contra los detenidos el 25 de noviembre de 2006.
16
La actividad comercial se afectó a partir del 22 de mayo de 2006 con un plantón definitivo en el centro histórico de Oaxaca, poniéndose en
riesgo el empleo de muchas personas y frenándose la operación de unidades económicas.
17
Desde el 23 de agosto de 2006, los manifestantes pusieron barricadas en las calles impidiendo el tránsito de vehículos y de personas.
18
Los inconformes suspendieron las clases como medio para presionar a las autoridades a acceder a diversas peticiones, lo que provocó que
más de un millón de estudiantes se quedaran sin clases, anulándose el derecho a la educación.
19
Se propició coacción e intimidación hacia los comunicadores, lo que obstruyó la libertad de pensamiento y expresión, además de que
algunas radiodifusoras fueron tomadas ilegalmente por un largo periodo.
20
Afectaciones a los derechos de propiedad y posesión, derivadas de daños ocasionados a inmuebles, incluyendo bienes patrimonio de la
humanidad. Asimismo, en repetidas ocasiones se incendiaron vehículos, hubo robos a centros comerciales, negocios, unidades de transporte
público y de reparto. No se garantizó la plena eficacia de estos derechos y no se protegió a la población de perturbaciones injustificadas
proferidas por particulares.
21
La negociación entre el gremio magisterial con el Estado, con motivo de diversas demandas preponderantemente de naturaleza económica
(rezonificación) derivó en conflicto; los medios de comunicación fueron tomados y a través de ellos se difundían mensajes agresivos e
incitaciones a la violencia; asimismo, las afectaciones en la procuración e impartición de justicia también alteraron la paz social.
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5. Que las autoridades locales que participaron en hechos que constituyen violación
grave de garantías, son:
- El Gobernador del Estado de Oaxaca, cuya participación es lisa y llana, sin
atenuantes.
- El Director General de Seguridad Pública del Estado; el Director de la Policía
Ministerial; el Director de la Policía Auxiliar, Bancaria, Industrial y Comercial y, 7
mandos operativos. 22
6. Que las autoridades federales que participaron en hechos violatorios graves de
garantías, son:
- 10 comandantes en el “Operativo Juárez”, encargados de ejecutar el “Plan rector
de operaciones” y 28 elementos policíacos de la Policía Federal Preventiva. 23
- 3 mandos de diversos cuerpos de policía que actuaron en el operativo del día 16 de
julio de 2007.
7. Se excluyó de la lista de servidores públicos participantes en la violación grave de
garantías individuales, al jefe del Estado Mayor y al coordinador de fuerzas federales
de apoyo.
8. Que no debían agregarse como involucrados a otros funcionarios federales
responsables de estas violaciones prolongadas de derechos humanos por omisión.
Consecuentemente, se declaró aprobado el dictamen relativo a la facultad de
investigación 1/2007 con las modificaciones derivadas de la discusión. 24
Los señores Ministros anunciaron su intención de elaborar votos concurrentes y
particulares.
22
Debido al uso de la fuerza pública el 14 de junio de 2006.
Debido al uso de la fuerza pública en el “Operativo Juárez” del 29 de octubre de 2006 al 24 de enero de 2007.
24
La señora Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos se hizo cargo del engrose.
23
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