Universidad Nacional Mayor de San Marcos From the SelectedWorks of Fort Ninamancco Cordova Winter July, 2014 La defensa posesoria extrajudicial Fort Ninamancco Córdova, Universidad Nacional Mayor de San Marcos Available at: http://works.bepress.com/fort_ninamancco/18/ La defensa posesoria extrajudicial OPINIÓN Fort NINAMANCCO CÓRDOVA* L debe contarse desde el momento en que se toma a defensa extrajudicial de la posesión, regulada conocimiento del acto de despojo. Acreditar dicho en el artículo 920 del Código Civil, ha sufrido momento, qué duda cabe, puede generar varias una importante transformación en virtud del complicaciones a nivel probatorio. Por ejemplo, si artículo 67 de la Ley N° 30230. Como se sabe, la el despojo de un inmueble se consuma a inicios del redacción original de dicho artículo establecía que mes de junio, pero quien poseía pretende reacciotodo poseedor –incluido el poseedor ilegítimo–, se nar dos meses después, alegando que estuvo fuera encontraba facultado para repeler la fuerza que se del país durante ese lapso, cosa que demuestra con emplee contra él si alguien pretendía arrebatarle el su certificado de movimiento migratorio ¿Es lícito bien objeto de su posesión. De igual forma, todo este intento de recuperación? ¿No puede consideposeedor se encontraba facultado para recuperar rarse altamente probable que el el bien que le había sido arreconocimiento del despojo haya batado, siempre y cuando tal ocurrido mucho antes, en virrecuperación se diera de forma Existen varias cuestiones que tud de un simple correo elecinmediata. Así quedaba confideben ser dilucidadas por trónico o mensaje vía una red gurado uno de los principales nuestra doctrina y jurisprudensocial? Además, téngase en supuestos de autotutela concia cada vez que se enfrenten cuenta que el establecimiento sagrados en nuestro ordenaa la necesidad de aplicar el del plazo de quince días, guste miento. El carácter excepcioo no, implica una extensión de nal de estos supuestos no ha nuevo artículo 920. la aplicación de la autotutela sido puesto en duda jamás por en materia de posesión. En su parte de la doctrina nacional y segunda parte, la nueva normativa establece que extranjera. Y es obvio, el Derecho justamente surge el propietario puede también emplear la autotutela para evitar que los individuos solucionen sus concontra el poseedor precario que ocupe su inmueble. flictos sin emplear la fuerza o “mano propia” (denoPara esto, existen dos requisitos: i) que no exista en minada también “acción directa”), de modo que la el inmueble una edificación terminada o por termiautotutela solo debe tener lugar en contadísimas ocanar, y ii) que el poseedor precario no haya usufrucsiones. Sobre la base de estas consideraciones, la tuado el inmueble durante diez (10) años. Hay que doctrina más acreditada siempre ha sostenido que resaltar que a la norma no le interesa si la edificación la protección extrajudicial de la posesión debe tener ha sido construida por el propietario o por el poseeun radio de acción bastante restringido, pues de lo dor precario. Lo que se puede interpretar es que si el contrario quedaría gravemente comprometida la paz inmueble posee una edificación terminada o por tersocial1. minar, simplemente el propietario no podrá valerse de Ahora bien, la nueva normativa, en su primera parte, esta nueva facultad de ejercitar autotutela. Aquí, claro modifica el carácter inmediato que debía tener la está, el concepto de “edificación” tiene un rol clave. reacción del poseedor despojado. Se establece un Creo que una luz importante puede ser aportada por plazo de quince (15) días para que el poseedor pueda el artículo 3 de la Ley N° 29090 - Ley de Regularecuperar el bien que le ha sido arrebatado. Tal plazo ción de Habilitaciones Urbanas y Edificaciones, que * 1 Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Profesor de Derecho Civil en las universidades Ricardo Palma y San Juan Bautista. Comisionado de Estudio de Derecho Civil del ilustre Colegio de Abogados de Lima. HARRY WESTERMANN, Harm Peter Westermann, Karl-Hein Gursky y DIETER Eickmann. Derechos Reales. Vol. I. Traducción de Ana Cañizares Laso y otros. Fundación Cultural del Notariado, Madrid, 2008, p. 269. 89 define a una edificación como “el resultado de construir una obra cuyo destino es albergar al hombre en el desarrollo de sus actividades”. Entonces, si, por ejemplo, la única obra que está en el inmueble es un gran corral de animales, el propietario podría recuperar el bien por su propia cuenta, ya que no se trata de una construcción cuyo fin sea albergar personas. Esta idea podría refutarse diciendo que no es pertinente dicha definición porque la misma solo es oportuna para los asuntos regulados por la Ley N° 29990. Empero este argumento sería demasiado simplista, ya que la norma modificatoria en cuestión y la Ley N° 30230 comparten una misma finalidad: promover la inversión inmobiliaria, de modo que la interpretación sistemática del nuevo artículo 920 con el citado artículo 3 se encuentra más que justificada. El concepto de “poseedor precario” también juega un rol fundamental, debiendo tenerse presente la primera regla vinculante contemplada en el IV Pleno Casatorio Civil, que se ocupa de este concepto. Luego de precisar el rol de las Municipalidades y la Policía Nacional del Perú, la nueva norma termina señalando que la autotutela de la posesión en ningún caso es aplicable contra el propietario del inmueble, a menos que el ocupante haya adquirido por prescripción. Es evidente que esto último es un absurdo, puesto que si el ocupante ya adquirió por prescripción, el nuevo dueño es justamente el ocupante. En consecuencia, la última parte de la norma solo significa que la defensa posesoria extrajudicial de un inmueble nunca puede emplearse contra el propietario. Esto significa nada menos que el propietario puede recuperar –vía extrajudicial– el inmueble bajo cualquier tipo de circunstancia, lo que se contradice con lo dispuesto en 2 3 90 la segunda parte de la nueva normativa. Es indispensable poner orden. Una interpretación que puede plantearse es aquella según la cual la última parte de la norma se relaciona directamente con la primera, dejando a salvo lo dispuesto en la segunda parte. Y es que no puede plantearse una interpretación que vacíe el contenido o sentido de un precepto. Así las cosas, el poseedor podría ejercitar autotutela si pretenden despojarlo, salvo que sea el propietario quien desee ocupar el bien. En este caso el poseedor no puede “repeler” al dueño, a menos que el inmueble tenga una edificación completa o en proceso. Hay que reconocer, sin embargo, que existen varias cuestiones que deben ser dilucidadas por nuestra doctrina y jurisprudencia cada vez que se enfrenten a la necesidad de aplicar el nuevo artículo 920. Lo que no se puede negar es que el legislador, mal que bien, deliberadamente ha pretendido empoderar a los propietarios para que estos puedan protegerse mejor a nivel extrajudicial, aunque no de un modo adecuado, puesto que la nueva normativa adolece de contradicciones internas, tal como se ha visto. Al margen de las críticas que puedan hacerse, es justo preguntarse si, en los tiempos que corren, está o no justificada una amplificación notable de la tutela extrajudicial de la posesión de los propietarios. La respuesta admite discusión. Por mi parte finalizo estas líneas recordando dos cosas: i) una reputada doctrina italiana siempre ha enseñado que el ejercicio efectivo de la posesión es la finalidad genuina del derecho de propiedad2, y ii) un célebre maestro sanmarquino siempre enseñó que la tutela extrajudicial de la posesión cobraba pleno sentido en contextos sociales donde las autoridades “no existen o llegan tardíamente”3. SACCO, Rodolfo y CATERINA, Raffaele. Il possesso. Giuffré, Milán, 2000, pp. 7-11. ARIAS SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis. Tomo III, Normas Legales, Lima, 2011, p. 137.