Medievo

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• realice un mapa de España en el que aparezcan las principales ciudades hispanomusulmanas. elija
una de ellas y haga un comentario sobre su estructura (interior y exterior), composición social,
actividad económica, etc.
Remontándonos a la época del Imperio Romano advertimos la importancia que tuvo la ciudad como
centro de operaciones polÃ−ticas, económicas, etc. La posterior decadencia desde el Bajo Imperio a la
época visigoda no significó su desaparición sino su vitalidad.
Con la llegada de los musulmanes la ciudad adquirirá un desarrollo extraordinario que aumentará la
diferencia con respecto a las ciudades cristianas. La ciudad musulmana era el centro neurálgico de la
comunidad y en ella se tomaban las decisiones polÃ−ticas, administrativas, religiosas, económicas y
culturales.
Sevilla como Córdoba, Toledo y Zaragoza conocieron la popularidad gracias al importante comercio
desarrollado por los musulmanes. El aspecto urbanÃ−stico de las ciudades, por ejemplo, Córdoba, englobaba
una estructura interior que albergaba la mezquita, los barrios centrales y una complicadÃ−sima red
urbanÃ−stica.
Por otra parte, la estructura externa hace referencia a las murallas y a la explanada situada en su exterior
denominada shrila que se utiliza como zoco semanas, oratorio al aire libre con su mirhab orientado hacia la
Meca y en paseo ornamentado.
El centro urbano “medina” y a veces denominado “alcazaba” estaba presidido por el alcázar del Califa y
rodeado de una muralla, que a su vez contenÃ−a siete puertas al exterior. La ciudad se vio obligada a realizar
algunos ensanches hacia el este, el norte y el oeste.
Otro elemento importante que dignificaba la fisonomÃ−a de la ciudad es el puente romano sobre el
Guadalquivir. Aguas abajo del puente, la explanada de Al-Musarce y el principal oratorio al aire libre. Hay
que citar el palacio de Medina-al Zahara, de Abd-Al-Rahmán III, que constituÃ−a una ciudad palaciega y
administrativa.
• estructura social y religiosa de córdoba
Se caracteriza por su heterogeneidad religiosa, social y étnica.
• El grupo dominante era la aristocracia, formada por árabes y sirios. Muchos de ellos ocupaban
cargos administrativos en el palacio.
• Los beréberes norteafricanos, musulmanes de religión pero no de etnia árabe. Fueron utilizados
por los árabes indiscriminadamente. Esto provocó revueltas ya que se les consideraba socialmente
inferiores.
• MuladÃ−es: descendientes de hispanogodos que aceptan la religión islámica, pero no se agruparon
a ellos a pesar de los intentos.
• Mozárabes: cristianos en territorio árabe. Darán origen a una gran cultura templaria en el norte de
la PenÃ−nsula.
• JudÃ−os: durante los Omeyas se integrarán con los musulmanes.
• Eslavos, formaron parte del ejército como mercenarios. Se compraban en Europa como esclavos.
El resultado de la coexistencia de estas gentes fue la existencia del bilingüismo utilizando el árabe y el
latÃ−n vulgar.
Otros grupos ordenados según su rango:
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• Califas, emires y sus familias, funcionarios burócratas y militares de rango.
• Comerciantes, juristas, intelectuales y otros militares de menor rango.
• Artesanos especializados y comerciantes modestos que constituÃ−an la clase media.
• La plebe urbana y rural.
• Emigrantes y esclavos
• Campesinado fuera de la ciudad que abastecÃ−a el núcleo urbano, por tanto era dependiente de
éste.
• economÃ−a
La economÃ−a en Al-Ôndalus era esencialmente urbana, mercantil y monetaria. La industria y el comercio
se basaban en una moneda fuerte y estable y la agricultura especializada e intensiva.
Córdoba, con primacÃ−a sobre el resto, recibió un gran impulso al integrarse en el circuito comercial
islámico. Las fuentes hablan de una población de cien mil habitantes para la época Omeya.
La agricultura dejó de tener las caracterÃ−sticas de supervivencia. Floreció tanto la agricultura de secano
(cereales, vid, olivo), como la de regadÃ−o. Se introducen nuevas especies y nuevas técnicas agrÃ−colas
innovadoras, como las acequias.
La Córdoba comercial se agrupará en calles próximas a la mezquita. AllÃ− se venden drogas, perfumes,
joyas, telas, etc. El comercio de la ciudad se especializó en nuevos libros.
En cuanto a la industria, Córdoba destacó por el trabajo en madera, eran famosos sus trabajos de artesonado
y muy importante la industria textil. La seda de Córdoba se vendÃ−a en el norte de España y en el Oriente.
También destacaron en la capital de los Omeyas los artesanos del vidrio y la cerámica. La industria del
trabajo en oro, planta, piedras preciosas y marfil que imitaban los artÃ−culos llegados de Oriente. En las
costas, Abd-Al-Rahmán III y Al-Hakan II crearon talleres en los que los esclavos desempeñaban el arte
importado de Bizancio.
• desarrollo cultural
La cultura tuvo en la España musulmana un extraordinario desarrollo y Córdoba fue el foco de esta
actividad. La mentalidad de la aristocracia árabe instalada en la PenÃ−nsula en torno a los Omeyas muestra
una gran inquietud cultural que se desarrollará en varios campos:
• La poesÃ−a y la música.
• Auge de la biblioteca de Al-Hakan II.
• La filosofÃ−a
Toda esta cultura está empleada por elementos del mundo islámico más los de origen visigodo e
hispano-romano.
Cuando Abd-Al-Rahmán III adopta el tÃ−tulo de califa, para demostrar su poder, se entrega a la
construcción de edificios que serán el sÃ−mbolo del poder de su califato. De esta manera Córdoba se
convierte en la ciudad más importante del mundo occidental.
La poesÃ−a popular hispano-musulmana se recoge en la moaxacas que luego influirá en la poesÃ−a del
siglo XI española, llamada jarcha, poesÃ−a plebeya.
La actividad literaria y cientÃ−fica es muy importante, se traducen libros de medicina, matemáticas,
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astronomÃ−a de los mundos persa, indio, etc. En córdoba las dos ciencias más relevantes son la medicina y
la astronomÃ−a. Todo este interés por la ciencia y la cultura se traduce en el culto al libro.
BIBLIOGRAFÃ A
• La España Musulmana Raquel Arie Editorial Labor 1988
• Hª medieval de España UNED
• La España Medieval de J.L. MartÃ−n. Historia 16.
• La vida económica de los musulmanes de España, CapÃ−tulo de M. González Edad Media. Ariel
1992
• el reino asturleonés
Las primeras crónicas cristianas que tratan de los primeros tiempos de la Reconquista nos ofrecen pocas
noticias acerca de la ocupación de la PenÃ−nsula por los musulmanes. Los supervivientes de la batalla de
Guadalete tomaron el camino del norte con la esperanza de encontrar allÃ− el lugar adecuado para reorganizar
la defensa.
El primer núcleo de resistencia cristiano se organizó en Amaya, norte de la provincia de Burgos. Las
crónicas de estos primeros momentos nos dan a entender que toda la zona norteña estuvo ocupada por los
musulmanes pero este dominio no fue total.
También hablan las crónicas de Pelayo como rehén de Córdoba de donde huyó en 717. de aquÃ− se
dirige al norte donde logró agrupar un núcleo de montañeses, descontentos con la dominación
musulmana. La tesis de Covadonga como inicio de la Reconquista ha perdido fuerza, parece ser que tan sólo
se trató de una simple escaramuza.
La crónica mozárabe no habla de Pelayo como héroe de Covadonga, quieren darle un linaje noble como
sucesor de los reyes visigodos para enlazar las dos monarquÃ−as e iniciar asÃ− la Reconquista.
Tanto la idea de unidad de España bajo la dirección de los reyes astur-leoneses-castellanos tiene su punto
de arranque en Covadonga y en los cronistas mozárabes sus defensores.
Pero la realidad es que los orÃ−genes del reino astur hay que situarlos a mediados del siglo VIII, coincidiendo
con la sublevación de los beréberes a los que destruye sus guarniciones Alfonso I, desde este momento se
puede hablar de un reino astur.
Este rey aprovechó las dificultades internas de Al-Ôndalus para realizar campañas al sur de la Cordillera
Cantábrica. Pero si Alfonso I fue el creador del reino, con Alfonso II se afianza e independiza. Estaba
influido por los mozárabes para quienes los reyes asturianos eran legÃ−timos descendientes de los reyes
godos de Toledo. Impuso el Fuero Juzgo y se erigió en defensor de la ortodoxia frente al adopcionismo,
herejÃ−a defendida por Elipando, arzobispo de Toledo. La influencia mozárabe se dejó sentir en el
ámbito cultural y arquitectónico.
Con Alfonso III asistimos al momento más brillante de la monarquÃ−a astur. Avanzó hacia la lÃ−nea del
Duero aprovechando la crisis del emirato cordobés para repoblarla. Esto motivó el traslado de la capital a
León.
Durante la 1ª ½ del siglo X el reino astur-leonés estuvo a punto de fragmentarse en tres reinos: Asturias,
Galicia y León. Esto ocurrió a la muerte de Alfonso III quedando el reino dividido entre GarcÃ−a,
Ordoño y Fruela. En esta época el reino astur-leonés constituirá el núcleo hispánico cristiano más
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importante frente al Islam peninsular.
Pero realmente quien consigue evitar la disgregación será Ramiro II. Este rey, polÃ−tico notable intentará
continuar la repoblación del Duero tras la batalla de Simancas (929) que frenó el expansionismo de
Abd-Al-Rahmán III. En estos momentos presentan inquietudes internas. Por cuestiones económicas, el
conde de Castilla Fernán González persigue la autonomÃ−a del territorio que constituÃ−a la Moral
Oriental fronteriza con Navarra y el Valle del Ebro. A la muerte de Ramiro, el conde castellano se declara
independiente. Comienza en la 2ª ½ del siglo X el perÃ−odo de luchas internas y amenaza exterior desde
Córdoba.
A partir de entonces, los reyes leoneses serÃ−an simples figuras decorativas en manos de Córdoba o de los
nobles cada vez más en descenso y dejaron de ser principales dirigentes de la España cristiana. El hueco
serÃ−a ocupado por el reino de Navarra y por el joven condado de Castilla.
BIBLIOGRAFÃ A
• Hª de la Edad Media. Editorial Ariel 1992.
• Unidades Didácticas asignatura UNED
• Hª Medieval de España. J.L. MartÃ−n. Historia 16.
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