^ FI barrenillo en la madera de roble y la "anelación" en ^ los

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11tI1NISTERIO DE AGRICULTURA
SECCION DE PUBLICACIONES, PRENSA
Y PROPAGANDA
: HOJAS D IVULOAD ORAS
3
AÑOXXXVI II
.
AGOSTO, t944
II
NUM. b1 ^!I
^ FI barrenillo en la madera de roble y la "anelación" en
^ los árboles como medio profiláctico contra su inuasión _ I
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;
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,
Por D. I. CLAVER CoRx11A,
Ingeniero de Montes.
El barrenillo (Anobiunc peTtin^a.x) es un coleóptero se€ rricorni^o, oscuro, que lleva un reborde en el coselete.
Sus antwenas den^tadas están insertas junto a los ojos.
: Los élitros son profundamen^te punteados. E1 insect.o adul: to mi^de 5 ó 6 milímetros.
'
En
estado
de
larva,
vive
aíacando
la
madera
;
_
muerta, de roble especialmente, en la que hac•e ^
g^alerías profundas en la albura que taládra a;
_.
golpe seco, sincrónico, que recuerda el tic-tac :
i
del reloj, ruido que se d^estaca perfectamente ;
^ 1
Hy^e a.v .^ durante el silencio de la noche. P.or es^to se le É
^;e„<^ <<ur^^f:^^- llama vulgarmente "el reloj de la muerie".
taao at aoLle
En mayo o junio, la larva hace una cavidad :
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en la gal^ería que tiene abier+ta en la madera y se trans- ^
forma en ninfa. A1 cabo de pooos días sale el insecto per- i
i'ecto, que continúa taladrando la galería que venía abrien- :
do en estado de larva. Como a su vez pone allí los huevos :
I
la hembra y salen nu^evas larvas, al cabo del tiempo des- ^
trozan la madera de l^os rrvuebles, porque ^ste insecto pre- ^
fie^•e atacar las maderas viejas y las de.ia como una criba ^
con sus profusas galerías.
Este insecto ataca a las maderas por el almidón que ^
I
contienen. Se alimenta, del qua lleva la albura. ^
Puede esto observarse ta'átando la macl^era de la €
galería con yaáo, que da color azulad,o en p2-e- ^
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......... ^
Eetas Ho^^s sP remiten gratie a quien lae pida a la Sección dr
Publicacionee, Prensa 7 Propaganda, del Minieterio de Agricultura.
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sencia del almidón. El serrín que produce el barrenillo al taladrar
la madera, no acusa ningún resto de almidón, porque lo asimiló
este insecto y dejó el residuo del serrín completamente ,exen^t^o de
almi,dón.
El medio de evitar las invas^ones del barrenillo en la madera
de los muebies es privar a la albura del almidón que na^turalmente
lleva, para que no encuentre medio propicio a sn^ voracidad,
La albura ^en los robles con^tiene siempre almidón. Esta albura,
que es la madera recién formada que ii^nen los árboles, se encuentra localizada inmediatamente debajo de la zona cambial. A medida que avanza la edad en el árbol, se va transf^ormando la parte interna de la albura en madera perfe^ta. En es^t-a transformación,
]a madera pierde el almidón, que es sustituído por el tanino.
La madera perfecia o el duramen, como vulgarmente se le llama, queda casi absolut.amen!te exenta de los principios amiláceos
que conteuía la albura.
Si se consigue eliminar el almidón de la albura, toda la madera q^uedará absolutamente exenta de ese principio, que es base, no
s^olamentte del a^taque de los insectos, que, como el barrenillo, asi^milan el almidón y l^o buscan a través de las galerías que producen
en las maderas que lo contienen, sino que es también causa de descomposiciones orgánicas en presencia de la humedad, hasta el punto que si el almidón no es totaamente eliminado de la madera, se
halla siempre expuesta al ataque de los microorganismos que pululan en la atmósfera, y es, ^en definitiva, este principio una de las
principales ca^usas de la destrucción de las maderas en obra o
en uso.
Los árboles t^enen ^un máximo de intensidad circulatoria d^ la
sa^-ia, que ocurre al final de la primavera; después decrece,
Los árboles del género Quercus hacen excepción a esía le,y bá^
siea del crecimiento, presentando dos máximos en la actividad circulatoria de la savia, que corresponden consiguientemente a dos
máximos de cre^c:m ento. A1 poco tie^mpo de iniciarse la declinación circulatoria, vuelve a incrementarse en julio para presentar
otro segundo máaimo en agosto, en fecha más o menos avanzacla
según las coudiciones de la estación.
En este doble ciclo tiene lugar ta,mbién la intensificac^ón de
producción amilácea en la albura de los robles. Si l^og•ramos illterrumpirla, ha}^remos logrado eliminar la causa de las acumulaciones del almidón; por consigui^ente, llegaremos así a preven'r la
causa de la invas•ión y habremos garantizado la madera de los árI^oles en pie, de esta plaga.
La "anelación" ti•ene por objeto evitar la acumulación del almidón en los radios medulares y en el parénquima leñoso. Consis
te en quitar anularmente la corteza de los ^,rboles que están dest^nados a inm^ediato aprovechamien^to.
En ]a práctica se lleva a cabo antes de la primavera, que precede al apeo, teniendo cuidado de destruir después todos los bro-tes que profusamente salen de los b^ordes de cicatrización de la herida, por el mismo efecto de la acumulación del almidón.
La "anelación" se hace en una anchura de 15 a 20 centíme^tros
alrededor de los fustes; pero en los de roble, en los que la acumulación amilácea es más intensa que en o'tras espec^es de árboles.
resultai•á siempre deficiente la simple "anelación", porque no llegar•á a impedir absolutamente el flujo amiláceo que acompaña a la
circulación savial. Sería necesario descortezar t^otalmente el tron^co
y prolongar estos efectos durante dos o tres años, para conseguir
al^•ún efecto posiitivo; pero se correrfa riesgo cuand^o menos de
provocar la oxidación tánica de la madera, con l^os consiguientes
efectos de depreciación.
Preferible es 'tratar por doble anelación los troncos de los rohle^s que hayan de ser obje^to de un próximo apeo.
La "anelación" ha de practicarse antes de que se inicie el movirniento ascensional de la savia. No hay ningún inconveniente en
que se realice cuattro o seis meses antes.
En c•uan'to se inicia la ascens^ón de la savia en los árboles anel^idos por los vasos leño^s^os, se elabora en ,las hojas el almidón, q^ue
es transportacio por la savia descendente a través de los tubos cril^osos. A1 lle^;ar a la zona anular descortezada, se acumula el almidón en las inmediaciones del reborde superior de la herida, qucdando privados de almidón los tejidos liberianos infraanulares, y
se pro^•oca w1a proliferación celular en las yemas adventicias, dando, en d^efinitiva, multitt.td de lardtes, qtie hay necesi^dad de ex^ti^•par.
Por otra parte, con el descort•ezamiento anular queda protegida
la n^adera de,] árhol de ]a acción solar, que no se consegu^ría descoi•tezándolo tatahnente, en cuyos á,rboles así maltra^tados queda! ía htímeda la parte interna y seca la exterior, produciéndose pro
fusas ^• pi°ofundas fendas.
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Con la "anelación" se logran los efectos positivos de la eliminación del almidón, evitándose aquellos inconvenientes apuntados.
Se cm^ocen est^os efe^•tos tr,atarndo algzunas astillas ^de la alb^z+,^•a
anelaicla ^eqn sol^iación ^c^e yacto, ^prepiarr•aklu ^or ^iit¢el<t^ciones ique Icu^am a
crnno^ce7• eG yna}ct;o de lelimz^a•ción ^del Ialmi^dó^n.
Como el almidón es sustiti^ído por tanino en la madera anelada, también puede conocerse el efec^to de riqueza en tanino por titulaciones de percloruro de hier•ro, que en presencia del tanino
dan coloración oscura, tanto más intensa, cuanto más rica es en
es^te principi^o la madera.
La "anelación" debiera de ser práctica obligada en los aprovpchamientos de roble.
En los árboles que están destinados al apeo, podría empezarse
a pi•acticar en el o^toño, tan pronto como decrezca la circulación
de la savia. Así podría quedar terminado en todos los árboles antes de q^ue en la primavera sigu.iente empiece a no^tarse el movimiento ascensional, suspendiendo estas tareas en los días de heladas intensas, porque entonces es^tá fuertemente adherida la corteza y cues^ta más trabajo desprenderla.
Los anillos se practican, uno a 1,30 metros snbre el raigal y el
o^tro inmediatamente debajo de las primeras ramas. Los obreros
se proveen cle grampones arqueados que sujetan a sus^ p^es, con los
que trepan por el tronco clavanú^ en él los garfios interiores.
La "anelación" no es eficaz más que contra el ataque de insectos, como el barrenillo (ccn^nbium), que se alimen,tan preferenten^ente de almidón. No se opone a la invas•ión de otros insectos ;
pero camo aquellos están muy extendidos y son los que mayores
destrozos causan a la madera labrada por la profusión de sus galerías, no debe desdeñarse su prácltica.
Debe de tenerse muy- presenie que los árboles que han sido anelaclos dan maderas inatacables por tales insectos.
^Knl^IC.45
UGCI^A.-^tELE^^D^!
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