Los Cuatro Cuadrantes - Ken Wilber

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Los Cuatro Cuadrantes de Ken Wilber
Breve historia de todas las cosas
Formación Profesional de Coaching
Ken Wilber
Los Cuatro Cuadrantes
En su libro "Breve historia de todas las cosas", Ken Wilber sostiene que todo
fenómeno humano consta de cuatro facetas y no puede ser íntegramente
comprendido si no se abordan las cuatro. El fundamento de estas cuatro
vertientes de la realidad tiene que ver con los aspectos “exterior” e “interior”
y sus formas “individuales” y “colectivas”.
Los cuatro aspectos que se deberían estudiar para comprender todas las cosas
serían entonces: lo interior-individual, lo exterior-individual, lo interiorcolectivo, o exterior-colectivo
Intentemos aproximarnos a esta idea a partir de un ejemplo: supongamos que
en estos momentos al lector le surge el pensamiento de buscar en internet
información sobre Ken Wilber.
Lo interior-individual: Al tener ese pensamiento, lo que internamente el lector
está experimentando es el pensamiento en sí, con los símbolos, significados e
imágenes mentales relativas.
Lo exterior-individual: Mientras está vivenciando el pensamiento, están
ocurriendo una serie de cambios en su cerebro, como ser, secresión de
dopamina, aparición de acetilcolina permitiendo la transmisión del impulso
nervioso en el espacio intersináptico, etc. Todos hechos que pueden ser
empíricamente observables desde el exterior, utilizando, por supuesto, el
equipamiento apropiado.
Lo interior-colectivo: Ahora bien, los pensamientos que circulan por la mente
tienen un sustrato cultural. Si el lector habla español (por ende, piensa en
español), el pensamiento se realiza a partir de una serie de símbolos y
significados que serían muy distintos si el lector hablase otro idioma. Un
aborigen del Amazonas sería incapaz de pensar en buscar algo por internet; sus
pensamientos tendrían seguramente otros contenidos acordes a su entorno
cultural.
Lo exterior-colectivo: A su vez, la cultura, también tiene sus componentes
materiales (del mismo modo en que el pensamiento tiene sus correlatos
cerebrales). Citando textualmente a Wilber: "estos componentes sociales
concretos son las modalidades tecnológicas, las fuerzas de producción
(hortícola, agraria, industrial, etc.), las instituciones concretas, los códigos y
pautas escritas, las ubicaciones geopolíticas (aldeas, poblados, estados, etc.),
etc."
Por cuestiones de espacio vamos a dejar el análisis de lo colectivo para otro
artículo, y pondremos el foco en la dualidad interior-exterior. Si bien el
cerebro se encuentra en el "interior" de nuestra cabeza, puede ser observado
exteriormente por un neurofisiólogo provisto del aparataje necesario. Este
médico experto puede llegar a saberlo todo sobre nuestro cerebro
conectándonos a un electroencéfalograma y/o sometiéndonos a una tomografía
de emisión de positrones, pero no puede conocer en absoluto los contenidos
concretos de nuestro pensamiento. Este neurofisiólogo no necesita hablar con
nosotros para saber nuestra tasa de neurotransmisores, mas si quisiese conocer
los pensamientos que pasan por nuestra mente tendría que preguntarnos,
tendría que comunicarse e interpretar lo dialogado.
Wilber afirma que la mente es la apariencia interna de nuestra conciencia
mientras que , por otra parte,el cerebro constituye su apariencia externa. El
cerebro es localizable físicamente, tiene un peso y unas dimensiones. Tiene, en
definitiva, lo que Wilber denomina, una "localización simple".
"Se puede señalar el cerebro, una roca o una ciudad pero no es posible hacer lo
mismo con la envidia, el orgullo, la conciencia, el valor, la intención o el
deseo. ¿Qué es el deseo? Trate de señalarlo y verá que no puede hacerlo del
mismo modo que puede apuntar a una roca porque el deseo es una dimensión
interna y carece, por tanto, de localización simple.¡Pero eso no significa que
no sea real! Tan sólo significa que carece de localización simple." El deseo, por
continuar con el ejemplo de Wilber, no se puede ver, no es perceptible ni
siquiera con algún dispositivo tecnológico como un microscopio. No se puede
ver pero se puede interpretar. Dice Ken Wilber: "las superficies pueden ser
vistas pero las profundidaes deben ser interpretadas".
Justamente, el psicoanálisis creado por Sigmund Freud es una aproximación
interpretativa. La genialidad de Freud tiene que ver con esto y, precisamente
por eso ha sido y es tan criticado: por no haber utilizado el método empíricocientífico. Lo que sucede es que a Freud le preocupaba investigar la dimensión
interna. A Freud le interesaban el deseo, los sueños, los actos fallidos. Desde la
neurofisiología se puede investigar qué sucede en el cerebro mientras soñamos
pero no era eso lo que le interesaba a Freud. A Freud le intrigaban los
contenidos subjetivos del sueño, los símbolos y sus significados. Y para abordar
esos aspectos no le servía el método científico; él tenía que inventar otro
método. Y ese fue el psicoanálisis; práctica que impone la interpretación como
medio para acceder a los significados mentales.
Por supuesto que el psicoanálisis no es único sistema terapeutico basado en la
interpretación; pero es indudable que Freud fue un pionero en esto de
interpretar el significado de los sueños, los actos fallidos, los síntomas, etc.Y,
sin lugar a dudas, allanó el camino que luego transitaron la terapia junguiana,
la gestalt, el análisis transaccional y otras.
En la psiquiatría, por su parte, el psiquiatra administra una determinada droga
para compensar la conducta del paciente. Esto lo hacen mayoritariamente, en
el primer encuentro. Es cierto que algunos entablan una mínima conversación
con el paciente, pero no se comprometen mayormente en comprender el
significado de los síntomas. En periódicas consultas, el psiquiatra irá ajustando
la medicación hasta obtener el efecto deseado.
Siguiendo con Wilber: "Para quienes sustentan ese punto de vista, la depresión
no tiene que ver con la ausencia de valores o con la pérdida del sentido de la
vida sino con una baja concentración de serotonina. (...) El Prozac podrá, hasta
cierto punto, compensar el desequilibrio de serotonina -lo cual resulta muy
adecuado y, en ocasiones, sumamente beneficioso-, pero el hecho es que eso
no me ayudará lo más mínimo a comprender mi sufrimiento interior, a
interpretarlo."
Las aparentes discordias entre psiquiatras y psicoanalistas o psicólogos en
general, se originan entonces al enfocar la atención en distintas caras del
mismo fenómeno. El psiquiatra estudia el funcionamiento del cerebro (exteriorindividual) y desatiende, incluso hasta negando su existencia, el mundo interior
de los símbolos y significados. El psicólogo, por su parte, se centra en el
funcionamiento de la mente (interior-individual) sin negar obviamente la
existencia de la neurofisiología del cerebro pero no enfocando en ella.
Esta situación me recuerda al famoso cuento de los ciegos y el elefante, en el
que un maharajá mandó reunir a todos los ciegos del pueblo, pidió que los
pusieran ante un elefante y les pidió que tratasen de identificar qué era. Unos
dijeron, tras tocar la cabeza: "Un elefante se parece a un cacharro"; los que
tocaron la oreja, aseguraron: "Se parece a un cesto"; los que tocaron el
colmillo: "Es como una reja de arado"; los que palparon el cuerpo: "Es un
granero." Y así, cada uno convencido de lo que declaraba, comenzaron a
disentir enfáticamente entre ellos.
Se dice que esta historia la contó Buda en respuesta a las reiteradas rencillas
entre seguidores de distintas escuelas metafísicas y religiosas. Y se cuenta que
agregó: "La visión parcial entraña más desconocimiento que conocimiento".
"Aunque todos estan parcialmente correctos, dada la limitación de sus
facultades, todos estan errados dada la realidad evidente."
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