LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA Los pequeños partidos burgueses se habían conjurado desde agosto de 1930 (véase “Pacto de San Sebastián”) para proclamar la República y en octubre de 1930 ampliaron dicho pacto incorporando al PSOE (véase “Conjunción republicano-socialista”). Por parte del rey Alfonso XIII se considera importante convocar elecciones, pero ante la negativa mayoritaria de todos los partidos burgueses a concurrir a unas elecciones legislativas se decide convocar para el 12 de abril de 1931 unas elecciones municipales. Pese a que los partidos monárquicos se impusieron en la mayoría de las zonas rurales del país, el triunfo republicano-socialista fue extraordinario, imponiéndose en 45 de las 52 capitales de provincia y obteniendo más del 50% de los concejales. Ante tamaña derrota monárquica y el consiguiente temor al estallido revolucionario el rey decide huir a Francia, proclamándose la II República el 14 de abril de 1931. BIENIO REFORMISTA (1931-33) Tras las elecciones legislativas de junio de 1931 se constituyen unas Cortes constituyentes dominadas por los republicano-socialistas (117 diputados) y el Partido Radicalsocialista (de centro-derecha, 93 diputados). Niceto Alcalá Zamora, miembro de un pequeño partido de centro-derecha burgués, Derecha Republicana, es proclamado Presidente de la República; éste a su vez nombra a Manuel Azaña, miembro de un pequeño partido de centro-izquierda burgués, Acción Republicana, como Presidente de Gobierno. Aún antes de la aprobación de la Constitución, el Gobierno había puesto en marcha un plan de reformas que buscaba la democratización y secularización del estado, y mejorar las condiciones de vida de las capas populares. Las principales medidas, adoptadas entre el verano de 1931 y el verano de 1933 fueron: Reforma religiosa: la Constitución de diciembre de 1931 declaró al Estado español como “aconfesional”; el Estado regula el funcionamiento de las organizaciones religiosas; se elimina la partida presupuestaria destinada a sufragar el culto religioso y la vida de los sacerdotes; se disuelve la Compañía de Jesús por ser un peligro para la República y se elimina el control religioso sobre la educación. Reforma educativa: la enseñanza es laica, terminando con el control por parte de la Iglesia; se crean 6.800 escuelas en toda España (aunque el plan era crear 21.000, el éxito es más que evidente, pues de 1900 a 1930 sólo existían 6.000); nacen las “misiones pedagógicas” para acercar la cultura al pueblo (grupos de intelectuales, actores y pedagogos recorrieron España enseñando a leer a más de medio millón de personas, creando 5.000 bibliotecas, llevando espectáculos teatrales a lugares recónditos…) Reforma militar: Situación heredada por la República: el Ejército tenía un exceso de oficiales (24.000 oficiales, de ellos 471 generales, por sólo 80.000 Reforma agraria: soldados), un presupuesto miserable (el 60% del presupuesto se destinaba para pagar los altos sueldos de los oficiales, las pensiones y condecoraciones, mientras sólo el 10% se destinaba a la compra de armas) y era discriminatorio (no ricos se libraban del servicio militar tras pagar una contribución). El gobierno republicano llevó a cabo una amplia reforma: jubiló a más de 10.000 oficiales, terminó con el pago de las clases altas para librarse del servicio militar y se decretó la eliminación y revisión de los ascensos por méritos de guerra (lo que provocó el odio de los africanistas). Situación heredada: por toda España, aunque especialmente en Extremadura y Andalucía, existían inmensos latifundios propiedad de unas pocas familias nobles que se empleaban para la caza o la cría de toros; al mismo tiempo, dos millones de braceros trabajaban sólo 150 días al año, y cuando lo hacía era por unos salarios de miseria y en jornadas laborales de 14 horas diarias. El gobierno republicano decretó la expropiación de los latifundios que no fuesen cultivados, cuyas tierras serían entregadas a los braceros. La reforma se llevó a cabo lentamente, en parte debido a que el Estado no poseía dinero para pagar las indemnizaciones a los propietarios de las tierras (el estado español sufría las consecuencias del crack de 1929), lo que provocó las críticas desde los sectores anarquistas y socialistas. Lentitud en la aplicación de la reforma: el proyecto se presentó al Parlamento en marzo de 1932 y sólo se acabó aprobando en septiembre de 1932; los proyectos iniciales preveían el reparto de tierras a 180.000 campesinos en 1934, cuando efectivamente sólo se repartieron tierras a 15.000. Elaboración de los Estatutos de Autonomía: en septiembre de 1932 se aprobó el Estatuto de Cataluña. Cataluña se convertía en región autónoma, con gobierno, parlamento y administración propios. Cataluña adquiría competencias sobre administración, obras públicas y cultura, y el catalán se convirtió en lengua co-oficial en el territorio catalán. Desde sus inicios la República hubo de enfrentarse a serios y crecientes problemas. Aunque desde la izquierda anarquistas y comunistas rechazaban un régimen que consideraban burgués y cuyas reformas criticaban por ser limitadas y lentas, el principal peligro para la República provenía desde la derecha. Los monárquicos y las clases acomodadas no se resignaban a aceptar las reformas emprendidas por el gobierno. Ser de derechas significaba estar a favor de mantener el sistema socioeconómico de la Restauración, es decir, el poder de terratenientes e industriales, apoyarse en el ejército y la Iglesia para mantener el orden establecido, poner freno a los nacionalismos catalán, vasco y gallego para conservar la estructura centralizada del Estado y evitar la aprobación de los Estatutos de Autonomía que concedían cierta independencia a las regiones históricas. La imagen reformista del gobierno republicano se deterioró principalmente debido a: Precaria situación económica, derivada de los efectos del crack de 1929: hizo que el Estado no dispusiera de dinero con el que indemnizar a los propietarios de tierras, a quienes debería haber expropiado para acelerar la reforma agraria; la crisis también provocó un aumento extraordinario del paro, que llegó a 700.000 personas. Represión por parte de la Guardia Civil (a quien el gobierno no era capaz de controlar en sus excesos) en diferentes lugares de España. Castilblanco (Extremadura): el 30 de diciembre de 1931 una manifestación de braceros en paro fue disuelta por la Guardia Civil, a instancias del alcalde del pueblo; un guardia mató a un manifestante, lo que provocó el linchamiento y asesinato de cuatro guardias. Arnedo (La Rioja): el 5 de enero de 1932 una manifestación de trabajadores que protestaba contra el despido de unos sindicalistas de una fábrica de calzado por cuestiones políticas concluyó con la intervención de la Guardia Civil, quien como represalia a los sucesos de Castilblanco disparó contra los manifestantes provocando la muerte de once personas. Tras este hecho el gobierno de Azaña cesó a Sanjurjo como Director de la Guardia Civil. “Sanjurjada”: en agosto de 1932 fracasa un intento de golpe de Estado proyectado por grupos monárquicos con el apoyo de algunos militares como el general Sanjurjo. Pese a tomar la guarnición de Sevilla Sanjurjo, los golpistas no consiguen hacerse con el control de Madrid y el golpe fracasa. Tras el fracaso golpista los sectores más conservadores deciden crear un gran partido político con el que hacerse con el poder de una manera legal. José María Gil Robles funda entonces CEDA (“Confederación Española de Derechas Autónomas”). “Suceso de Casas Viejas” (Cádiz): el 9 de enero de 1933 un grupo de braceros ocupa las tierras del duque de Medina Sidonia. La Guardia Civil decide hacerles frente y durante el enfrentamiento armado murieron seis braceros, dos mujeres y dos guardias civiles. Para vengar la muerte de sus dos compañeros la Guardia Civil ejecutó a otros doce campesinos del pueblo. Este hecho de brutalidad indiscriminada provocó la radicalización de las bases socialistas (quienes exigieron al PSOE que rompiese su colaboración con el gobierno), de los comunistas y los anarquistas. En el verano de 1933 la dirección del PSOE radicalizó su postura y rompió la conjunción republicano-socialista, presionado por sus bases sociales, en demanda de una mayor amplitud de las reformas emprendidas. En septiembre de 1933 se convocaron elecciones legislativas. BIENIO CONSERVADOR (1933-35) Elementos novedosos y decisivos de las elecciones legislativas de noviembre de 1933: Nueva ley electoral favorecía a las grandes coaliciones, hecho que perjudicaba a la izquierda tras el fin de la “Conjunción republicano-socialista”. Anarquistas apoyan la abstención. Mujer vota por primera vez en la historia de España. Resultado de las elecciones: Victoria de la derecha: CEDA de Gil Robles es el partido más votado y obtiene 115 diputados. Partido Radical de Lerroux 104 diputados. Los partidos monárquicos (“Renovación Española” alfonsino y “Comunión Tradicionalista” carlista) consiguen 43 diputados. El partido fascista español “Falange”, creado por José Antonio Primo de Rivera, obtiene dos diputados. División de la izquierda: PSOE 62 diputados. Diferentes partidos reformistas liberales consiguen 26 diputados. Pese a ser el partido más votado y con mayor número de diputados, el Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, se negó a encomendar la formación de gobierno a un partido que no se consideraba republicano; Niceto encargó la formación de gobierno a los radicales de Lerroux. Éste, pese a no contar con ningún miembro de CEDA en su gobierno, estaba supeditado a los deseos de CEDA en el Parlamento, pues sin ellos no se conseguía aprobar ninguna ley. La política llevada a cabo por el gobierno de Lerroux de 1933 a 1935 se puede definir como revisionista de toda la labor realizada por el gobierno previo: Amnistía a todos los sublevados condenados por la sanjurjada. Indemnizaciones a la Iglesia por las pérdidas ocasionadas durante los dos años precedentes. Bloqueo total de la ley agraria. Fin de la reforma militar. Supresión del estatuto de autonomía de Cataluña (tras la revolución de octubre de 1934). A mediados de 1934 la CEDA cambia su estrategia política y presiona en el Parlamento bloqueando todas las iniciativas del gobierno para obtener su entrada en el mismo; el plan era que su entrada en el gobierno provocase la reacción aireada de la izquierda, dándose de esta manera una excusa perfecta para aplastarla por la fuerza. En septiembre de 1934 Niceto encarga a Lerroux que reforme su gobierno para dar entrada en él a tres ministros de CEDA. Revolución de Asturias (octubre de 1934): La entrada en el gobierno republicano de CEDA provocó la convocatoria de una huelga general en toda España el 5 de octubre. En Cataluña el gobierno autónomo de la Generalitat proclamó el “Estado catalán dentro de la Republica Federal española”, pero el gobierno central consiguió reprimir la huelga en Barcelona y detener al Presidente catalán Lluís Companys. En único sitio donde la huelga triunfó fue en Asturias y la provincia de León, donde la acción conjunta de socialistas, comunistas y anarquistas movilizó a 70.000 trabajadores que se hicieron con el control de Oviedo. El gobierno encargó al general Franco aplastar la revolución; la represión fue brutal. Tras acabar con la revolución asturiana el gobierno encarceló a más de 30.000 personas, entre ellos a Azaña (antiguo Presidente de gobierno), Largo Caballero (dirigente del PSOE) o Companys (Presidente de la Generalitat de Cataluña). Tras la revolución de Asturias la vida política se radicalizó. Diferentes escándalos de corrupción hicieron dimitir al presidente de gobierno Lerroux y varios ministros radicales. Por ello Niceto se vió obligado a convocar unas nuevas elecciones legislativas para 1936.