Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía La Zarza de Moisés. Página 1 (100 poemas de Pedro. J. de la Peña). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 1 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía PRIMER DOLOR Alégrate de las heridas hondas: Si la pala penetra profundamente en las aguas, mayor es el impulso Página 2 Fabulación del Tiempo (1970) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 2 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía IN VITRO Los que nacimos como yo (otra vez y otra vez ven, amor mío) e inmersos en las manos, liquen, polen aspiramos del alga, del matojo, con natural semilla, fresca y caliente oleada, pon tu boca por sobre el vientre terrenal del mundo... hoy cantamos, ayer, los que nacimos como yo para los huérfanos futuros que nacerán sobre el cristal, medidos y compresados en formol, sabiéndose el tamaño del cuerpo, la color irrevocable de sus ojos y sin el arrebato, sin la enajenación. (Dame tu mano, ven, abraza fuerte). Porque es justo tal vez que el hombre ame y se abandone a sí y en sí se vierta para llegar al cuerpo, al sexo noble donde se truecan perlas, paz, cariño y emanación letal que da la vida en tanto nos acaba y nos consume (no rechaces no, amor, coge esta mano). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página 3 Para los huérfanos del mundo, aquéllos que estudiados serán, que requeridos para labores adyacentes, no en el odio ni en el amor su vida han de cifrar, ni sentirán la lágrima o la dicha resbalar su mejilla, henchir el pecho... (No habrá besos, mi bien, no tendrán flores que acariciar, ni pieles fugitivas: se mirarán extraños, como seres 3 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía en donde muerto está todo latido). Pero en mi amor los canto porque es justo tal vez que amen los hombres (muslo, tacto final de la cadera, soplo, llama que arde sin luz, amor, cuánta tortura de los que no te sientan y te abracen). ....por ellos, que algún día han de mirar como locura el hecho de besarse. Página 4 Fabulación del Tiempo. (1970) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 4 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía ATOMIUM Dejad que todo esto se desarrolle en vuestros sueños Sesgada la espalda de arañazos corre el ciervo por la espesura, aullando lo cercan los mastines, su mirada despavorida inquiere y aunque sabe la razón de su culpa, aunque conoce la entraña del delito, se figura tal vez amor, clemencia en el distante hielo de la diosa ... Pero el arco de Diana está tendido y su flecha le apunta: Quien desvela nuestro secreto origen, la guardada joya ancestral de la naturaleza, recibe su castigo y así el dardo parte desde la cuerda y atraviesa el corazón irreverente; luego los perros lo devoran y sus restos son pasto de los buitres. ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página 5 A idéntico final o adversa suerte Prometeo y Ulises se expusieron y semejante fue su desenlace: Crueles los castigaron las leyendas, crueles fueron sus dioses y designios, mas voluntad igual debe ampararnos a descubrir el fuego, a dar al mar la dimensión de su contorno, el giro 5 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía copernicano del espacio y ser disturbadora luz, creciente espasmo que intranquilice el sueño de lo oculto. Tan sólo desde el riego y el amor nace y un premio es el morir y el conseguirlo: No temed la venganza, no temáis el desbocado soplo del espíritu. Hay que ver a la diosa, hay que mirar su espléndido desnudo, el combo vientre, aunque los perros muerdan nuestra carne. Página 6 Fabulación del Tiempo. (1970) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 6 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía RECUERDO DE LA AMADA REFLEJADO EN LA ALBERCA Pudieras melancólico en esta larga hora dejar lacio el cristal, las venas azulencas un sosegado estanque, la transparencia, el rostro de un desteñido tono, conmovedoramente mirada sobre el hielo de las aguas marchitas, deshojar los rumores de un pálpito, su pálpito, el tenue contrapunto de esta nada tan triste. Pudieras cultivar, como si aún fueses niño, la ausencia de la madre, nostalgias preteridas sobre un tapiz mohoso de tinaja y de miedos, y ser como esos muebles que gotean el polvo, que arañan en el alma con su erosión de siglos o mirar en el péndulo cuántos minutos quedan para sentir un eco de persistencias triste. Porque aunque fuese ingrata como una luna hermosa tuvo siempre en el seno suaves notas, jazmines, donde todos recuerdan ese inmenso gemido de su frente, tan fría para rozar los olmos, tan escasa otra mano para cercar la suya, y cómo no, evocándola, sentir el reto henchido de una piedra muy triste, todavía más triste. Página 7 Pues si perlas lloraba ahora en perlas se anega, en la orilla escotada de una mar sin dulzura que abrasa el corazón, ya la copa vacía, ya sangrante nenúfar acariciar sus hombros, sonreír, pues es tierna la piel en ciertos sitios, y deshacerte amando, todo tu pecho de agua, mientras miras sus ojos donde un zafiro brilla. Círculo de Amor (1972). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 7 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía EL DESAMOR Nuestra historia jamás tuvo ropajes de fiesta o ceremonia ni la vivimos nunca al son de la epopeya. Sencillo fue el hallarte si rememoro el tiempo, y sin embargo acaso una música extraña, un magnífico aliento de cantatas y órganos, se unió a la turbación de nuestro encuentro, siguió paso tras paso el inasible sendero de las rosas ... Y hoy reconstruyo ese dolor que vive todavía. No es un viejo dolor de gris polilla, sino una fuerza bruta y pesarosa, una cuerda de esparto sujetándome al modo del ahorcado, en donde fieles chacales aulladores o la tierra batida y pantanosa de tu pecho todavía amenazan. Página 8 Y reconstruyo íntegramente este enorme dolor, porque no fue tan sólo sufrimiento, ni murmullos sin paz (tu boca tierna, tu iniciada sonrisa; una manera dichosamente fantasmal de acariciamos), pero también el bronce más hermoso fundiéndose en la fragua del amor, tu solo paraíso. ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 8 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía Y posesiono a este dolor inmenso del fondo de mi ser, pues más sincero que la primer palabra cuando niño - porque mudo sentí, porque ya mudo fuera el dolor primero que expresarlo – es componer tu imagen y mi imagen, es ser espejo que devuelve el tiempo en dolorida, pero ardiente zarza que no cesa en su luz, como vivo dominio de que sólo en la sangre se forja este metal. Página 9 Círculo de Amor (1972). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 9 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía ARTEMIS SUJENTÁNDOSE EL VESTIDO (Mayo en París) Un poeta, encarcelado, hace música Con los barrotes de su celda. No los lima ni escapa, porque afuera es cascabel el mundo, es apenas arrullo frente al gran campanario de su alma enamorada. Por eso distorsiona no en pocas ocasiones recuerdos familiares o implacable define la belleza infinita, que no le pertenece. Ama mundos lejanos apenas conocidos como a los tilos ama o vence a las crisálidas del corazón, nacidas como limos dorados en la margen de un río. Así pasa los días, sublimando los símbolos que a menudo aparecen entre sueños del sueño de vivir: Camina por los astros con un brillo marchito o se cae desmayado sobre un espacio frágil, lleno de diosas jóvenes y fragantes centauros. Y si por gratia Dei le dan libertad se queda encarcelado junto al Louvre, se queda encarcelado de por vida mirando cómo Artemio se sujeta el vestido… Como ojo umbilical el metro escapa mientras él tintinea en la vitrina un motete menor…Tal vez, aún sueña. Página 10 Círculo de Amor (1972). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 10 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía PUNTO DE PARTIDA Fértilmente agoniza la lluvia sobre el bosque que fue no ha mucho de hojas amarillas y en los añiles de la tarde parda que fue no ha mucho de hojas amarillas sigue sonando el zueco sobre el gris nevado que fue no ha mucho de hojas amarillas. No rumor hondo ni apagada vela sobre el cairel, ni acompasado gesto desbrozad del otoño, que si antes se han visto amores muertos retoñando se han visto retoñando frescos silvos en los fraguares secos y encina dos tras de la falda fiel de las colinas. Los tiernos brotes de la amarga espiga que fue no ha mucho de hojas amarillas, los altos aires, las solemnes notas, languideciendo irán, como rodados cantos al margen de los ríos; y ventanal se hará vuestra mirada que fue no ha mucho de hojas amarillas para iniciar el viaje hacia el desnudo. (Arboles ancestrales, siemprevivas y eternas mariposas de aquel día en que el verano en juegos arrullaba la luz que amanecía y escapaban las alas fugacísimas del árbol que arrebató el otoño con su viento.) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página 11 Igual que vuestra exhausta primavera pasan como alfileres por el trillo los gránulos de nieve... El monigote hierático consume una débil sonrisa 11 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía detrás de su bufanda y el mudo campanario, que fue no ha mucho de hojas amarillas, sorbe carámbanos o juega en su pizarra al llanto de abrevar flacos rocines que lamen el azul de las estrellas y las deshojan de hojas amarillas. Página 12 Ciudad del Horizonte (1973). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 12 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía DESARRAIGO DEL ÁRBOL Retóricas figuras de algún descabezado emperador o parlanchín, vivas murallas, arriba, hacia el cuartel trascatedral de Ibiza, mirador de tan bello paisaje, incandescentes aguas tranquilas, cuna nuestra. Tal me recuerdo un día, joven y tersa piel, finos cabellos y recio cuerpo como un almendro en flor, como un lancero persa en Salamina, y así, picando el paladar, los caracoles y un vino fuerte, de tosca gradación, de gusto sólido, que calentaba un sol dentro del pecho. Y luego descender, lleno de dicha, al luminoso carnaval, sencillas cestas para la compra de gaviotas, uvas como limones, pescadores solemnes, viejas mujeres trasegando el luto con lazo de color sobre la trenza: simprometida o fiel o ausente el novio. Alegría de esparto entrelazado y algarrobo el dolor cuando al dejarte la mar se entreponía, dibujaba un largo y rojo cuerno, una gran bruma de lágrimas y tul, entre las cuales potro era yo, espoleado en el ijar, abandonando el heno de su caballeriza…! Página 13 Ciudad del Horizonte (1973). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 13 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía ACEPTACIÓN DEL DESTINO PROPIO (SAGITARIO) Felicidad a veces, pero nunca conseguirás la plenitud. Aunque tu flecha alcance el aire abierto, el viento, el sol, el curvo espacio, la infinita carrera, la longitud perdida de la tarde, hay un caballo ilimitado que sin jinete corre más allá. y tú, loco centauro, has de saberlo y conocer qué límite te obliga a ser mero jinete de ti mismo, inaprensible ecuestre del carcaj! Pero lanzas tu flecha y nunca llega donde tu sueño quiere ir, Quirón demente: donde la noche es vida y vida es el silencio, donde germinan oros sin medida, donde nace el temblor del talismán…! Página 14 Ciudad del Horizonte (1973). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 14 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía TELL-ELL-AMARNA Menfis había muerto y fue preciso crear una ciudad con muchos templos que adoraran a Dios, que era ya único, y se fijó por ello el horizonte, allá donde entre el sol y las arenas hubiera poco más de una rendija con que cruzar el paso a otro destino. Y así naciste tú, ciudad que nunca podré encontrar y que resides en el pliegue final de mi esperanza porque tu mismo manto son mis sueños. Te busco cada hora desvelada con los ojos brillantes de infinito por el bálsamo fino de los muertos y sé que es espejismo a cada paso y me acrecienta el pecho noche y día la duda de saberte sepultada... Pero sin ti la vida es sin objeto. Te busco por los valles del milagro y quedas a la diestra del camino y más lejos aún y más distante, Ciudad del Horizonte en donde el hombre ha puesto el gran enigma de la Vida. Página 15 Ciudad del Horizonte (1973). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 15 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía CANTIDAD DEL FRACASO. Las cosas no las sabes hasta decir su nombre y aunque los nombres sean más bellos que la vida la vida es lo que existe, no el nombre de las cosas, y aun algunas suceden sin saber pronunciarlas. Poco sabes entonces de los hechos reales: tus palabras son pocas para tantos mensajes que lanzan los sonidos, que aprisionan colores, que reclaman perfumes, matiz, sabores, tacto. La poesía es bella y es gloriosa y es triste porque intenta imposibles con espadas marchitas, porque vive en los símbolos remotos del objeto y efímero es su símbolo: el borbotón del agua... La poesía se hunde en un agua estancada y se eleva y convierte en emblema del aire: vuelo fugaz del hombre cuando eleva su vista y trasforma sus labios en gigantescas alas de palabra armoniosa. Salvación de suicidas. Página 16 Teatro del Sueño (l979). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 16 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía HABANA VIEJA Son los seguros trazos de este patio quienes marcaron el ajedrez antiguo de las baldosas desgastadas. Pórticos columnarios, farolas que iluminan arecas y poncianas, palmiches, guanos, crotos... Ellos los vieron conversar intercambiando hipérboles y asmas, fingir jaquecas, componer danzones, levantar los sombreros del quintrín saludando a las damas, encender Partagás camino de O'Reilly o la Plaza de Armas. Si desbordó su fuerza esta ilusión de orden cerrado, fue a causa de la vida no regular, rectangular, perfecta, que la norma imponía. Y así, lenteja mal trazada, La Habana fue creciendo, vivificando sus bordes marineros: y cayó la muralla bajo el taller de platería, al lado del convento, en la calleja que sale al malecón tras viviendas hermosas e insalubres. Página 17 Como el calor derrite y evapora parecen esfumarse estos recuerdos que tantos, tantos ojos percibieron. Y es todo como un baile, un carnaval, como candela que encendida sigue, que se acelera, se arritmia, se recorta iluminando sombras mulatas a la tarde en agonía lenta y borra, mientras bebe los últimos aceites, absorbe interminable falaz sustitución: Asume, con un gesto, el conflicto de todos con la Historia. Teatro del Sueño (1979). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 17 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía EL PRESTE JUAN Nada importa que el mito sea falso. Imaginé tan bella esta mentira que ¿cómo he de aceptar a tan necia verdad sustituyéndola? Encendidas sus teas y sus plazas solemnes, esta ciudad me pertenece. Recónditos reductos por mis pasos han sido desvelados, misteriosas músicas el laberinto del oído sabe. Fantaseé la gloria de sus fieras, el baldaquino de oro de sus brujos y los guerreros de ceñida espada... Y nada importa si hoy me aseguráis que sus amantes no fueron tan bellos o ni siquiera fueron bellos, porque rehago sus palacios como joya perfecta que incendia la marea. Y nada importa si hoy me aseguráis la muerte de los héroes con el torpe argumento de sus huesos. Cuando la leyenda destruís, sus ecos reviven por debajo del puñal, emergen como notas de laúdes las heridas del cuerpo acribillado. Página 18 Son todos inmortales como un viento. La eterna y lenta risa de su fiesta es más clara verdad que vuestro humo. Teatro del Sueño (1979). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 18 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía HOMENAJE SENCILLO A LA BELLEZA A nada se parece la belleza: su mundo es raro y propio. Es la escama de un pez sobre la piedra, es la sedienta ortiga: un despertar de párpados hinchados. Deja siempre los dedos en la niebla, marca hondamente el barro. Es única y desnuda. Nunca se queda donde estoy. La reconozco cada vez que pasa. Página 19 Teatro del sueño (1979) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 19 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía NORMAS NOVÍSIMAS La fiel caballería fue invitada, casi en bloque, al gran baile de la duquesa rusa. Al repicar del alba, los húsares y ulanos se armaron confiados para la cruenta lucha. Coraceros y dragones les envolvieron por sorpresa en una escaramuza sagaz como la niebla. Relinchaban los potros, y en la extensa llanura retumbaba el zumbido de cascos y metralla. Entrechocaban los aceros, los sables relucían, y el cornetín, sangrante, llamó a la retirada cuando murió el alférez portando el necio trapo. Un montón de gusanos quedó sobre el terreno de uniformes raídos y empapados de barro. Página 20 Ojo de pez (1982) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 20 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía JINETES EN EL CIELO (A Calígula) Algunos se sintieron semidioses, carne inmortal, nacida de los dioses, dioses incluso a lomos de sus grupas. Un caballo bastó para un imperio y por su falta un reino fue perdido. Y el caballo y el hombre en el centauro fueron suma de la sabiduría: fusión de inteligencia y de belleza.. Pero no os engañéis: alzados en estribos, atalayados desde rubias crines, sintiendo el aletea de todo el universo en esa dulce sangre que vibra inextinguible, nada somos sin ellos. Su fuerza empalidece nuestra fuerza. Comprendo que un caballo fuese cónsul Página 21 Ojo de pez (1982) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 21 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía ACRÓPLIS Y de noche seguir con el puñal cerrado entre los dedos. Hundirme por el bosque, sintiendo en las espaldas ojos de aves nocturnas. Tener el arma fija, escuchando el resuello de las fieras. ¿No es acaso la vida esa emoción que estas estatuas muertas nos han arrebatado? Página 22 Ojo de pez (1982) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 22 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía GRAN ANGULAR El vertedero tiene hermosos líquenes, olores densos, brillos fortuitos. Hay un cristal de gafa, un manillar de bici, varias moscas que merodean entre las peladuras de naranja y cáscaras de huevo. Del diccionario salen, como esperma, palabras insectívoras: escapan del desorden alfabético.. Se iluminan: Luciérnagas, gusanos y abejorros huyen de las columnas gloriosas donde todo se encierra. Las páginas, vacías, espejean su insólito rectángulo. Un gran paisaje seco, con rastros de mucosa y arrugas informales, queda en el muladar. Profundo como nunca el campo nos ofrece fina bosta quemada. Página 23 Ojo de pez (1982) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 23 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía HORQUILLAS La Y griega es una horquilla sujetando la nada. Conozco bien las noches de la nada: Muros, calles desiertas mojadas levemente, paso cansino y lento de estas botas reviejas. Los embriagados se hunden en turbios callejones como barcas perdidas. Sus ojos se han cubierto de un velo negligente de tristeza y hastío. Sumidos en la gloria del silencio más puro dicen nacer los soles. y es fácil comprender que el alma es una horquilla que sujeta la nada. Página 24 Ojo de pez (1982) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 24 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LEMA Escribir la distancia circunscribir un punto. Página 25 Ojo de pez (1982) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 25 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LOS CABALLOS. A Fernando Savater. La niebla es los caballos cuando respiran: de sus ardientes pechos sube a sus bocas, como una nube blanca se eleva y gira por los cortados picos, sobre las rocas. El sol es los caballos cuando te miran, el sol son los caballos cuando los tocas después de ese galope en que traspiran y relucen y brillan como las focas. El viento es esas crines cuando se mecen, la tempestad sus belfos cuando resoplan, la vida sólo es vida cuando galopan. Sólo es de noche cuando se desvanecen. Página 26 Poesía Hípica (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 26 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía VITUPERIO DEL FRÍO (A «Pascal) «También mueren caballos en combate y lo hacen lentamente, pues reciben flechazos imprecisos...» JULIO MARTÍNEZ MESANZA Todos los caballos, cuando mueren, se llevan en la boca un poco de pradera. Los he visto morir hendiendo el aire y llenando sus ojos del vidrio de las lupas. Me he asomado a sus ojos, pero no era mi rostro el rostro que veía, sino rostros más viejos, circulares, redondos, acabados, sin vida. Como fiestas de sangre he amado a los caballos y verlos como bultos informes bajo nieve con las crines tapadas por el blanco sudario y la escarcha del casco recortada en su lumbre e intentar rescatar sus abultados vientres con la pala, y pararse, y sentir la mole enrarecida quieta, oscura, callada esa respiración suya, profunda y afanosa, como órgano de iglesia, es el más gris insulto que me ha lanzado el frío. El frío abominable que desdora los cuerpos, la belleza del cuerpo que no acepta el perdón para el salto, la córcova o la feliz carrera, ese frío que odia las maderas más altas de sus capas de roble, de olmo rojo, rojizo castaño, y su fuerza de montes, sus aladas raíces, que el frío mata en seco, mata luego, sorprende su masticar de yerba, estremece, aniquila y es un frío de hombres tocando la inocencia. ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página 27 Calcinados que sean sus recuerdos fervientes y la rubia cerveza derramada en sus colas, en la vega, en el puerto, estremecido el frío en los cantos rodados, como agujas clavándose 27 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía sobre el hambre, perdidos, sin la yerba, los ojos reflejando el misterio de esos rostros antiguos que se fueron, nos fuimos, para siempre con ellos sin guerrera y sin blusa, estremecidamente solos en su inmensa pupila: el opaco azabache recubierto de nieve que nos lleva con ellos hacia el reino del frío. Página 28 Poesía Hípica (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 28 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía UN GUERRERO DECIDE ENCAMINARSE A UNA MUERTE SEGURA. Pensaba ya en marcharme de mi casa harto de gentes tibias e indolentes capaces de aceptar la tiranía. Estaba ya en camino, mas de pronto con el único amigo que poseo -reflejos de caldero por sus crines y todo el corazón puesto en la bocadecido volver grupas y enfrentarme a una muerte segura, inevitable. Recupero en mis manos el clarín de la aurora, saco del tahalí la escasa cantidad de mínima esperanza que aún me queda y, armado de estas prendas, camino hacia el combate. Sé que así ocuparé el único trono que aguarda a los valientes: un lugar en el reino de los necios, sin otro premio que la murmuración ni otra estima que una piedad insana. Página 29 Pero con gusto cambio esa ventura amarga que renuncia a las joyas, los premios, el poder... pero no acata el miedo. Poesía Hípica (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 29 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía EQUITIS EXEMPLA La vida, siempre cruel para los orgullosos, para el amable es dulce. Y dulce para ti que te repliegas en el borde del rumor y del ruido, en la angostura verde de los valles que se tropiezan con las piedras ocres. En la mañana, cuando la luz se anuncia, te diriges a un mundo sucedido y una visión te asedia y se apodera íntimamente de toda tu mirada. Están los cazadores en la fonda y hablan de tiempos en que osos y lobos bajaban a la vega para atacar a los potrillos, y devorar corderos indefensos. Testigos son de un concepto inasible más allá de estos muros, de una abstracción lejana de la vida y la muerte que tan extraña suena como un cuento de gnomos. Y de improviso ves pasar al viejo hidalgo con su alazán de rubia crin y albina cola como si fuese la imagen de tu abuelo camino de la torre de Proaño. Hubieses deseado ser como él, confiésalo: beldar los trigos y podar las viñas, horconear el heno en el pajar mientras los perros ladran y la yunta remece el carro henchido hasta los topes. 30 Y observas las acacias movidas por el viento, el bulto, ya lejano, del hombre y del caballo, las eras del camino y el castillo de Argueso, la sombra del recuerdo como un trote que inunda los ecos de tu casa, abandonada y rota. ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página Poesía Hípica (2000) 30 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía ENVEJECEMOS JUNTOS (A <<Sufi>>) ¿Y qué decir ahora de aquel valor atolondrado que disputaba al viento su propia primacía haciendo todo en uno el presente, el pasado, la misma libertad? Las Lejanas hogueras brillando en los parajes en tanto que tú y yo, solitarios, resurgimos como lobos hambrientos tras los verdes ramajes con rugir de metal. A lo lejos el ansia de los montes azules, los roquedales cárdenos bajo la tarde gris, los palomos pintados sobre un campo de gules en búsqueda de amor. Envejecemos juntos y juntos proseguimos con esta bárbara costumbre de sobrevivir, contra el viento de frente o el halago o los mimos o la flecha del sol. Pasaron ya los tiempos de saltarse las zarzas, de vadear los ríos entre guijarros deslumbrantes, de evitar la amenaza de abejas o de garzas en pascual procesión. En tu crin portentosa te ha salido una cana y se une a las mías con la misma vejez. Caballo hermoso y mío, tu cabeza es humana. También tu corazón. 31 Somos como el centauro, sólo un cuerpo de amigos, un cuerpo prodigioso ensamblado hasta su fin. Envejecemos juntos entre mieses y trigos con la misma dulzura que la flor del jardín. ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página Poesía Hípica (2000) 31 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía COMPOSICIÓN DE LUGAR Sostengo la hipótesis de que nunca he nacido. Que esta sonrisa mía jamás fue una sonrisa. Os engañáis. Me engaño. Tampoco habéis nacido. Únicamente existe la verde cabellera que a todos nos cobija desde su inexistencia. El sueño de los árboles cuando sueñan sus hojas. El manto de la muerte: eso, tan sólo, existe. Página 32 Des(s)apariciones (1994) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 32 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía KEOPS Mi obra es mi pirámide. Ahora miro crecer los versos que, olvidado, escribí. Ni míos son. Son piedras derruidas, pozos secos, dunas oscurecidas, sal y sol y viento trizadores de ásperas superficies donde se eriza el lomo de los gatos cuando sueño, aferrado y ajeno, en mi vigilia. Entre sus sombras cruzo -laberintos para ningún tesoroy me estremezco enternecido. En ellos he guardado mis años de silencio. Por eso son mi tumba. Página 33 Des(s)apariciones (1994) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 33 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía PARADOJAS El día es ciego, pero en la noche ¡qué esplendor las estrellas! Nada los hombres ven en mitad de la luz, sólo la sombra enseña lo que luce lejano. Vida, dicen, es luz. Pero la muerte llega con el alba. Luz que ciega y maltrata. Oscuridad que enciende las lámparas del alma. Página 34 Des(s)apariciones (1994) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 34 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía BANDADA DE GARZAS. El nombre del río no recuerdo. Tan sólo la sorpresa del árbol macedonio, vertical ataúd, iluminándose de nieve y el rumor de la barca y el brillo del fusil irradiando en el sol. Y luego el estampido dibujando en el cielo un palmeral de ingenuas sonrisas voladoras. Página 35 Des(s)apariciones (1994) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 35 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LA VIDA ES UNA OCASIÓN QUE SE PIERDE Si fueran mil, las mil se perderían porque la esencia es siempre inesquivable como la escuela de un temperamento. Y mejor que así sea, si pensamos que una espada traspasa una cortina y se clava en Polonio, empuñada por Hamlet que busca la venganza en otro corazón. O que el hidalgo aquel que pretendía desfacer los entuertos, tales hizo que aún lo recuerdan los entuertadores como maestre de su cofradía. Discontinua y fluyente, aquí vive la vida su tentación de Tántalo, las manzanas que ofrece, giratorias y ausentes, el agua traspasada, que sólo es vidrio y aire. Pero, si te acercases, se desvanecería como las otras veces, como todas las veces en que vino a buscarte ... y te encontró escribiéndola. Página 36 Des(s)apariciones (1994) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 36 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía EN LA CASA DEL PADRE He llegado a la casa del Padre: los cancerberos me han abierto con su pesada llave la herrumbrosa puerta del jardín y he caminado entre el sendero de cipreses respirando el ozono de la arcilla mojada por la lluvia. Y he subido el repecho, con las piedras menudas haciendo ruido bajo los zapatos mientras el avefría abría en abanico su cola de ojos cenicientos, seguro que la luz de los cristales multicolores y el rosetón con forma de estrella de David me abrirían el pecho como fruta al cruzar su mirada con mis ojos. Y la tapia de pinos de la casa, con sus piñas cerradamente azules, me dio su Bienvenida... Y he abierto la cancela y nadie había en la casa del Padre, sin memoria la memoria del Padre y sostenida y feble su copa de cristal por una mano hueca donde el vino manaba como sangre con el Padre extraviado, entre los dedos la gran casa del Mundo ... ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página 37 Y al verle muerto allí, desvanecida la gloria del poder, he continuado por los pasillos suntuosos de relojes y muebles, por el sagrado laberinto herido donde pasé mi infancia y he llegado hasta el césped que desciende hacia el río en el jardín 37 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía de atrás, y a la barca, y al Orco ... Y al cruzar por el puente he percibido un aleteo de voces y de mimbres en el abandonado palomar y he mirado hacia dentro y allí estaban las dos palomas blancas, hembra y macho, como en mi antigua primavera con el fuego no extinto de su Amor ... ... Y les abrí la puerta y se han quedado batiendo allí las alas, sin salir, coronando con sus plumas batientes la alegría de la perfecta muerte, definitiva y sola, en la casa del Padre. Página 38 Des(s)apariciones (1994) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 38 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LAS DESAPARICIONES En los fantasmas no, pero en las fugas sí creo. En la magia carente de sentido. En la disolución de lo incorpóreo cuando se inventa materializarse. En el desvanecerse doloroso de objetos, de ideas, de palabras, difuminados, idos, olvidados. En ser escrupulosamente hecho cenizas y arrojado en el mar. En ese instante de la presencia fortuita de lo que evitabas, que se hace inevitable. En la sonrisa imbécil dentro de la mirada inteligente. En esa movediza novedad que parecía cambiar y que no cambia nada en la Nada. En los duendes del cuerpo. En toda la material inconsistencia con la que palpo lo que no es o convierto en no ser a lo que palpo. En hacer de mi modo de vivir un sombrero de copa sin copa y sin sombrero. Página 39 Des(s)apariciones (1994) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 39 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía WHAT’S WRONG? Miro abiertas mis manos como estrellas de mar: ¿En qué me equivoqué si en su interior no hay nada? Demasiado conozco la inasible respuesta: «Esta arena que cruza, esta agua que se pierde. . .» Porque es norma concreta de la antigua oblación: nunca debe el guerrero perdonar a su víctima. Página 40 El soplo de los Dioses (1992) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 40 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía BACK HOME. Je ne suis jamais seul avec ma solitude. G. MOUSTASKI Puedes venir si quieres. Mejor no te engañes, sin embargo. El invierno, ya sabes, es duro en esta casa y la humedad dibuja anchos mapas hostiles en todas las paredes con ruda indiferencia hacia los huesos. Y yo soy puntilloso y no permito que te comas la fruta del frutero o que naufragues en mi almohada robándome tus brazos entre sueños. Y menos que me quemes las cortinas con esa ciega vocación suicida con la que fumas todos tus cigarros. Así que ven si quieres, Soledad, y quédate a mi lado si tanto te apetece; pero luego no digas que te obligo a nocturnas juergas inconfensables. Soy un amante infiel y sólo sé estar solo cuando tú me acompañas. Página 41 El soplo de los Dioses (1992) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 41 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía UN ENANO CON UNA NARANJA A Toulouse-Lautrec. Casualidad ninguna. Era él y lo encontré donde más esperaba: en el salón, bajo los bulbos de ceniciento azul del gas, pelando una naranja que era rosa en sus manos y con olor a rosa. Su grotesca cabeza destacaba en el amplio espejo del local. Las piernas no alcanzaban a tocar el suelo. La pechera bullía bajo el frac como un bandoneón que un borracho tocara, pero en sus manos, elegantes, la naranja tenía la levedad de un astro emergiendo del agua. Era monstruoso y triste y estaba acompañado por una mujer bella, rubia, con blusa roja, sin más adorno que un pendantif dorado. Elegante corista del “Moulin” o algún prostíbulo inmediato, mientras él, excitado, le contaba alguna obscena historia para que ella riese. Cuando un amor se pierde es asunto sabido que los débiles buscan desamores livianos que ayuden a ahuyentarlo. Pero de poco sirven las escenas galantes a quien tiene una espina irremediable y torva, atravesada en la garganta. ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página 42 Lo vi quedarse quieto y fijarse en la blusa y luego en la naranja. Colocar su monóculo como quien busca ocultamente un signo secreto, en el jardín del paraíso, con Jerónimo Bosco, inventando un color, ardido, momentáneo, como una gran verdad que nos aplasta. 42 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía Permaneció en silencio y tanto tiempo que ella se fue, pretextando una trivial excusa, en tanto que él, mientras su vista atónita se ocultaba en la copa de champagne, pedía al camarero que le diese una bolsa vulgar, de la cocina, donde guardar los restos de su postre Nunca supieron en “Maxim´s” por qué Tolouse/ Lautrec, -tan espléndido y gentil en sus propinasse guardaba las mondas de naranja. Página 43 El soplo de los Dioses (1992) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 43 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía UN ENANO CON UNA NARANJA A Jorge Luís Borges Has cantado la espera ardua y felina, los sucesivos libros, los espejos, y un espanto sin nombre se avecina entre la niebla de tus ojos viejos. Ignoraste lo sabio y lo seguro por trascender más lejos de tu suerte, has predicado al tigre por lo impuro de su rayada piel y de su garra fuerte. Caminando infinitos laberintos averiguaste lo que nadie sabe: ser libre y contenerte del instinto para volar tan preso como el ave. Con el sueño sereno de tu gloria están todos tus mitos: tus abuelos. Nunca más limpio el aire de la Historia transitará por los brumosos cielos. En la brutalidad plural de las estancias domaste un potro joven y angustioso. Relampaguean todas las distancias en la rosada esquina de tu arrojo. Por rincones de letras diminutas aprendiste universos siderales: hoy son pocas las letras que disfrutas pese a escuchar sus pozos insondables. 44 Borges, tú que has visto la luz y su negrura, este ajedrez de días y de noches adviertes: sabrás así dejamos tu espléndida locura cabalgando en los libros de la muerte. ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página El soplo de los Dioses (1992) 44 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía EL VIENTO (A César Simón) Vuelvo mis pasos sobre el ángel muerto que extiende yerta capa en sus brazos desnudos y dejo huellas rojas, rastros de brusquedad, pruebas contra el espíritu. Cuerpos inmotivados, fantasmales amigos: vuelvo a vosotros huérfano de humanidad, retirado y ajeno a la esperanza: ¡en verano salí; vuelvo en invierno! Página 45 Corpus Ecológico (1998) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 45 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía EL VIENTO Íbamos altos, con la zarpa abierta, oteando infinitos horizontes. De pronto, entre las brañas, triscaba un cervatillo saltaba alguna liebre en los matojos ¡qué esplendor la caída y el contacto y la muerte! Pero nosotros, altos, jamás nos deteníamos. En libertad, seguros y de suerte que el sol nos señalara la lumbre de las plumas e hiciese un guiño lejos: igual que un atambor redobla el ruido. Y altaneros y frescos nos cernían los aires de la cumbre. ¡Toda nuestra la cumbre!. Y el deseo por derramarnos como el viento, y acabar con el golpe y enjugarnos el pico con la vianda. Así el viento nos oye y nos conoce: sol en el ojo, ya más lento que la enorme caída, roquedal centinela, árboles de alcándara y el ulular de ramas en el bosque. ¡ Altos, sobre las copas, éramos el viento: la sombra que jamás se ha detenido !. Página 46 Corpus Ecológico (1998) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 46 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía CLARO EN EL BOSQUE Aquí, entre los helechos donde remece el viento las frescas flores amarillas, la secuestrada luz regresa al bosque. La frondosa penumbra destila su esplendor debajo del vellón huidizo de la niebla, entre los robles y olmedos y castaños. Y claro emerge el centro, la realidad del ser: embriágame, perfección del instante, absórbeme, matriz de la memoria, purifícame, estirpe de mi sangre, tiniebla de mi infancia: clarifícame. Página 47 Corpus Ecológico (1998) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 47 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía SUEÑO DEL ARBOL. Yo era un árbol. Soñaba. Las hojas me crecían al borde de las ramas como dedos temblantes de inmóviles estatuas. Sonreía a la muerte que de lejos miraba. Un día, como un rayo se abrió la grieta amarga y dentro, entre sus nudos, la serpiente enroscada. No decía mis sueños. Mis sueños los callaba. Un sueño verde y de oro rompió su seca cáscara. Abridlo, es de vosotros el sueño de esta fábula. Página 48 Corpus Ecológico (1998) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 48 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía DESIERTO DE LAS PALMAS. Con sus mínimas uñas arañan estos pinos la ladera del mar. Evoco este recuerdo de tiempos veraniegos: naranjos extendidos en un huerto sin límite, la escueta y simple recta de la vía del tren, pedregoso el camino, reseco y polvoriento, a la cumbre del monte para sentir a Dios. Los árboles de entonces son la dicha de entonces, la excursión del colegio, confesiones y pláticas, la iglesia carmelita sobre Benicasim, tan ligera en el cuerpo la ropa no pesaba, ni pesaban la culpa, la pena, el corazón. Ahora que la costa se viste de cemento, que las torres enturbian la mirada precisa, estos pinos de sombra, ardidos y encendidos, dibujados de muerte sobre un cielo pagano envenenan la tarde sobre la cresta añil. Dioses mediterráneos nos ungían la frente, vida de plenitudes fue la nuestra de entonces, un surco de alegría cuando aún éramos jóvenes, un fervor por la sangre cultivada en el pecho como fuente de dichas sin cesar de latir. ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página 49 Pero ahora estos pinos con breves toques verdes, estas cumbres peladas que devora la luz, esa costa de piedra, de ladrillo y cemento, no son más que un despojo, un vestigio perdido de aquel maravilloso y sagrado esplendor. Como el paisaje entero, te has quemado por dentro. Aunque abras las ventanas, aunque busques tus nidos 49 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía o cuentes aventuras de cofres de piratas berberiscos, ya no eres Ulises, ni Baco, ni Neptuno, no guardas más belleza que un lejano rumor. Cuando se ha concebido la vida como un ímpetu ¡ cuánto duelen los pinos ardidos frente al mar!. Página 50 Corpus Ecológico (1998) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 50 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía CERCA DEL PARAÍSO. (Río Flores,Guatemala). Recuerdo la montaña, un tejado armonioso poblado de verdura, cabañas, tierras ocres ... El gran río escondido. Caballistas ajenos que bañaban sus cuerpos untados en la lluvia. Vivas flores silvestres crecieron a los lados. Un buitre hermosamente meditaba el sombrío gesto de su garganta. Negras hojas sumían todo el color del mundo a una intacta negrura. Entonces vi que el río era un árbol sonoro, un gigante caído de una cascada turbia que agitaba sus ramas con un vuelo de pájaros y llevaba en sus frutos reflejos tornadizos ... Los perros que ladraban en un sol muy lejano parecían estrellas de voces cautivadas ... Supe que todo aquello condenaba aquel beso a ser rumor del agua camino de un olvido. Página 51 Corpus Ecológico (1998) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 51 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía VACIANDO LA CASA DE LOS MUERTOS. ( Jorge Juan 4 ). Este dolor de ver en la penumbra el rostro de los muertos detrás de los visillos con luces atenuadas por las contraventanas: el brillo de unas gafas, las canas del bigote, la certeza profunda de que aquí se encontraron para no irse jamás. Esta certeza, mientras recolecto los laureles de su éxito, sus cartas perfumadas, viejos discos de tangos, de valses y fox-trots, esta seguridad de que me ayudarían también a recoger lo que olvidaron llevarse al Más Allá. Esta seguridad de que se amaban mientras hablaban solos, sin mirarse -¡tanta era su costumbre de quererse a ciegas!como aliados de un pacto de sangre que no hubo de sellarse, como pasajeros en un mismo haz de amor. Esta certeza, esta seguridad de que las cosas que les pertenecieron jamás han de ser mías, pues que suyas son. Que conmigo se vienen y con ellos vienen ellas también, para ser suyas y verlas de corazón. Página 52 Esta seguridad, certeza, juramento de que al limpiar su casa no la desprotejo, sino que la conduzco hacia un reino de luz en donde la memoria se condensa de espectros tan frágiles como ellos...y tan deshilachados como lluvia de mar. Este juramento, seguridad, certeza de que sus manos apilan estos bultos, ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 52 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía de que envuelven conmigo los paquetes y conmigo abastecen las hinchadas maletas y se cargan al hombro las mochilas amargas que yo no he de llevar. Esta alianza como una inamovible seguridad, certeza, juramento de que aquí siguen ellos, aquí se perpetúan... mientras yo ya no estoy. Página 53 Los Dioses Derrotados (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 53 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía MUERTES PARALELAS (A Félix Grande) El gran poeta inglés ya habló de Kublai Khan. Yo prefiero, en Mysore, hablar de noches angustiadas bajo el paraguas de cobalto de este cielo magnífico mientras el altavoz del minarete explora los ecos, tras los montes de cobre, de otros campos vacíos. Y escuchar el ladrido de los perros que aúllan y sentir cómo rumian los bueyes su paciencia cansada mientras el alarido de los astros me ciega y las diosas hindúes desperezan sus brazos, los mendigos elevan al cielo sus ojos sin estrellas y en los montes de cobre se adivinan los ayes de este pueblo escindido -romaníes y tarantosque se mueren a oscuras, en la noche estrellada, como ramas partidas del árbol de la Historia. Página 54 Los Dioses Derrotados (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 54 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LAS RUINAS Y LOS TEMPLOS En el río del cielo bebían los creyentes, el agua del saber, el frescor del milagro, el soplo místico que los alimentaba en Benarés, en Pushkar, junto al Ganges, ellas con saris húmedos, ellos con ropas blancas de algodón, semidesnudos todos, pues bastaba la desnudez para sentir la dicha de la fe. Los mongoles llegaron, sin embargo, para enseñarles que existe un solo dios. Les quemaron los libros, arruinaron sus templos y construyeron mezquitas sobre ellos para sustituir el Error por la Verdad. Un tropel de vivísimas imágenes se superponen y confunden en Palermo y en Puebla, romanos sobre griegos, asirios sobre númidas, cristianos sobre chichimecas, judíos sobre palestinos, en Estambul y en Jerusalem, árabes sobre visigodos, cristianos sobre árabes, protestantes sobre católicos en la Selva Amazónica, celtas sobre normandos, sajones sobre celtas, en Mesopotamia y en Hastings. Todos venciendo sobre todos, perdiendo contra todos a la vez. Frente a esa confusión ¡qué claro y puro emerge este milagro del amor que hizo edificar un rey desesperado ante la muerte de Muntaj Mahal! ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS Página 55 Igual que con los reyes nacen sólo los dioses sobre el cadáver de otro dios. Así en aquella Iglesia del Rosario que se alzaba en Cholula sobre la pirámide tan disonante y rara como una cereza que emergiera en un cocktail sobre el hielo. 55 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía Porque los templos del odio son más frecuentes, pero son menos bellos que los del amor, pues el poder se niega y sustituye en tanto que el amor permanece en sí mismo. Las ruinas de los templos de los dioses se estrellan contra esta innata perfección. Y es curioso pensar que sea el amor humano más fuerte que el divino. Más sabia y verdadera su exclusiva Verdad. Página 56 Los Dioses Derrotados (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 56 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía A TIENTAS (A Francisca Aguirre) En las tinieblas de la Humanidad algunas luces encendidas: La luz de Buda, la de Cristo, el soñador Platón y el místico Averroes, San Francisco de Asís, nuestro San Juan, el sublime Quijote, el príncipe Bolkonski, San Oppenheimer y San Bertrand Russell y algunos pocos más. Son claros en el bosque, son dioses derrotados, aunque vivos, son rayos de fulgor en los días de niebla, son la esperanza incierta que nos sostiene aún. Pero el mundo se encierra tras tristes nubarrones. A tientas va la vida evitando caerse a un abismo más hondo que la incredulidad. Cuando ya hemos perdido todas las esperanzas y de nada nos sirven ni Bakunin ni Trostki ¿En qué creer entonces en las horas difíciles? ¿Qué profeta esperamos? ¿Qué Mesías vendrá a redimir las culpas? Página 57 Los Dioses Derrotados (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 57 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía DIÁLOGO ENTRE DIOSES Y MUERTOS (A Luís Alberto de Cuenca) Los dioses también cruzan ese río y a la hora de morir tienen miedo, se agitan y blasfeman por ocupar el mejor puesto en la barca. Igual que los humanos son los dioses. Soñé sus voces y el estruendo y los gritos mientras Menipo, el cínico, recriminaba su insolente conducta: -¿Qué? ¿Vosotros no habíais de morir? ¿Iban a ser eternos los paganos cuando os adoraban? -¡Por Hera! Yo fui dios de la guerra y ahora ¿he de viajar como un soldado? -¡Por Ares! Yo triunfé en la disputa en el Torneo Celestial de la Belleza ¡pero me obligan a viajar sin costurera! -¡Por Afrodita! -dijo Apolo- Aún es peor lo mío: ¡Ni tiempo me han dejado para ir al peluquero! -No es por haber perdido el rayo- dijo Zeus ¡Es que nos hacen viajar como mendigos! Murieron todos vuestros devotos -les contestó el cínico Menipo – que os ofertaban toros, corderos y palomas. Vacíos están ya vuestros altares. Cuando los dioses mueren (y estáis muertos) son menos que mendigos. Página 58 Los Dioses Derrotados (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 58 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LOCURA Y BELLEZA Por algún raro hueco destila la locura su belleza. No sólo la belleza del deseo, la del amor y las intensidades más escondidas y soñadas, sino esa otra belleza de lo incierto, esa locura del bien inasible, esa perplejidad ante lo estúpido de que la vida sea real y no los sueños. Esas mujeres astilladas, firmes en su profunda convicción de errar y de amar el error. Esas artistas del autoengaño, como Emily Brönte, esas poetas del salvaje viento, del irisado sol, de la segura e imprevisible tempestad del alma. No son muchas acaso, pero son. Y su golpe de fuego nos apaga. Nos conmueve profundamente algo de inquietante y obscena plenitud. Me viene a la memoria Sylvia Plath. Algunos de sus versos me emocionaron hondamente, cuando fui muchacho. Ahora la imagino vestida de noche como aquella otra loca se vestía de mar. Página 59 Los Dioses Derrotados (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 59 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LOS DRUÍDAS (A John Houston) Si están verdes los prados, si lozanos los trigos ¿Temeré yo al invierno, me enfriarán las nieves? Los bosques misteriosos que ocultan las deidades ¿podrán quitarme el goce de luminosos días? El salto de las ranas del cenagoso estanque ¿será menos alegre cuando sople otro viento? En la mística rosa del libro de los sabios ¿tendrán menos color sus pétalos marchitos? Sufre Erín y entera llora la muerte de Parnell: el capitán de druidas rey de las tribus celtas. Algún rincón lejano de transparentes aguas se llenará de sangre con el beso de un gnomo. Página 60 Los viejos sacerdotes junto a las toscas cruces rezarán sus plegarias sin despegar los labios. Entre todos los bardos, ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 60 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía artistas y guerreros, no habrá ninguna estatua tan clara y merecida. Y, como a todas ellas, la ensuciarán palomas, la oxidarán las lluvias, la escupirán mendigos. ¿Seré yo menos ciego por adorar el muérdago en los robles? ¿más cuerdo por reposar en la arcilla? Prefiero caminar antes por los sombríos lagos, llenándome la boca con las silvestres moras. O como Michael Furey morir de amor prohibido, lo mismo que Parnell, como todos los vivos... << y los muertos>>. Página 61 Los Dioses Derrotados (2000) ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 61 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía EL VIAJE SIN FIN Las trochas, los caminos, los senderos de limo, las luces de neón, las curvas peraltadas las esquinas heladas de alguna habitación. Los puertos y aeropuertos donde casi ya muertos hicimos colación. El cansancio y el sueño y el dormir como un leño en un sucio rincón. Las comidas espesas las manchadas mesas de algún triste vagón. Y los días gloriosos de marinos reposos en algún malecón. Mi vida de viajero sin manta y sin dinero, sin un maravedí, por las selvas urbanas, por las calles paganas donde tan feliz fui. Página 62 Los Iconos Perfectos (2002). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 62 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LA VIDA ES COMO UN VIAJE ¿SIN RETORNO? Te dirán muchas veces que la vida es como un viaje sin retorno. Que aproveches el tiempo -”carpe diem” y no mires ni atrás ni hacia delante. Esos no saben nada, créeme. La vida es ciertamente como un viaje al que siempre volvemos, en el que siempre estamos regresando, del que nunca salimos. Los paisajes que vemos ¡los tenemos tan vistos! Esos desconocidos ¡nos son tan familiares! ¡Cómo negar entonces que estuvimos aquí, bajo esos mismos árboles sin frutos, huérfanos de sus sombras protectoras, de sus hojas caducas y sus ramas perennes? Distingamos lo real de lo accesorio: ya hemos vivido antes y a vivir volveremos. Somos viajeros quietos en un mar que se mueve y los pies se nos bañan en idénticas olas. El mar es el que cambia. Nuestro río es inmóvil. Página 63 Los Iconos Perfectos (2002). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 63 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía CONMOCIÓN DEL SISTEMA NEUROLÓGICO En una lágrima caben terremotos invisibles: terremotos que rompen el corazón que la mira. Página 64 Los Iconos Perfectos (2002). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 64 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía MAPAMUNDI Recorro con el dedo los parajes lejanos, los glaciares del norte, las pampas argentinas, las soberbias montañas y las arenas finas donde tienden su sueño los cansados humanos en busca del sosiego de las playas marinas; y de pronto me veo tocando con las manos el paraíso entero con sus frutos paganos: las manzanas de Tántalo y las murallas chinas. Ese dedo que roza las costas caribeñas, los altos de Txapala, las selvas intrincadas y las taigas inmensas del bosque siberiano. Ese dedo que cruza las montañas rifeñas, el curso del Danubio y las cumbres nevadas... y hace del mapamundi la sombra de mi mano. Página 65 Los Iconos Perfectos (2002). ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 65 Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía LA MUERTE DE DIOS. Medito a veces al recordarte vivo sobre la cruel naturaleza de la muerte. Seis años ya, y aún permanece tu rostro sereno y sonriente en la fotografía que adorna mi despacho. Nada ha desmenuzado esa sabia apariencia de la felicidad de un fugitivo instante. Al contrario, más feliz cada día pareces al mirarte eterno en la caricia de tu rostro que una mano filial sostiene como una patena sostendría una forma sagrada. Soy yo quien se devora y envejece. Quien es la imagen misma de la infelicidad al mirarte sereno, aceptando a la muerte como quien bebe el trago de un cáliz sanguinario y encuentra vino en él y en él encuentra rosas. Créeme que te envidio tanto como te quiero. No he sabido templarme con tu misma paciencia, no he sabido crecer insondable y secreto a esa necia miseria del instante continuo. La vida a mí me puede mientras tu te consagras a la muerte. Y esa desolación de tu vacío aumenta con los días en que me estás faltando y el fervor de tu nombre me sangra entre los labios. (2002). Página 66 Los Iconos Perfectos ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS 66