Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía

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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
La Zarza de Moisés.
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(100 poemas de Pedro. J. de la Peña).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
PRIMER DOLOR
Alégrate de las heridas hondas:
Si la pala penetra
profundamente
en las aguas,
mayor es el impulso
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Fabulación del Tiempo (1970)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
IN VITRO
Los que nacimos como yo
(otra vez y otra vez ven, amor mío)
e inmersos en las manos, liquen, polen
aspiramos del alga, del matojo,
con natural semilla, fresca
y caliente oleada, pon tu boca
por sobre el vientre terrenal del mundo...
hoy cantamos, ayer,
los que nacimos como yo
para los huérfanos futuros
que nacerán sobre el cristal, medidos
y compresados en formol, sabiéndose
el tamaño del cuerpo, la color
irrevocable de sus ojos
y sin el arrebato,
sin la enajenación.
(Dame tu mano, ven, abraza fuerte).
Porque es justo tal vez que el hombre ame
y se abandone a sí y en sí se vierta
para llegar al cuerpo, al sexo noble
donde se truecan perlas, paz, cariño
y emanación letal que da la vida
en tanto nos acaba y nos consume
(no rechaces no, amor, coge esta mano).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Para los huérfanos del mundo, aquéllos
que estudiados serán, que requeridos
para labores adyacentes, no en el odio
ni en el amor su vida han de cifrar,
ni sentirán la lágrima o la dicha
resbalar su mejilla, henchir el pecho...
(No habrá besos, mi bien, no tendrán flores
que acariciar, ni pieles fugitivas:
se mirarán extraños, como seres
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
en donde muerto está todo latido).
Pero en mi amor los canto porque es justo
tal vez que amen los hombres
(muslo, tacto
final de la cadera, soplo, llama
que arde sin luz, amor,
cuánta tortura
de los que no te sientan y te abracen).
....por ellos, que algún día han de mirar
como locura el hecho de besarse.
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Fabulación del Tiempo. (1970)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
ATOMIUM
Dejad que todo esto
se desarrolle en vuestros sueños
Sesgada la espalda de arañazos
corre el ciervo
por la espesura, aullando
lo cercan los mastines, su mirada despavorida inquiere
y aunque sabe
la razón de su culpa, aunque conoce
la entraña del delito, se figura
tal vez amor, clemencia
en el distante hielo de la diosa ...
Pero el arco de Diana está tendido
y su flecha le apunta: Quien desvela
nuestro secreto origen, la guardada
joya ancestral de la naturaleza,
recibe su castigo
y así el dardo
parte desde la cuerda y atraviesa
el corazón irreverente; luego
los perros lo devoran y sus restos
son pasto de los buitres.
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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A idéntico final o adversa suerte
Prometeo y Ulises se expusieron
y semejante fue su desenlace:
Crueles
los castigaron las leyendas,
crueles fueron
sus dioses y designios,
mas voluntad igual debe ampararnos
a descubrir el fuego, a dar al mar
la dimensión de su contorno, el giro
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
copernicano del espacio y ser
disturbadora luz, creciente espasmo
que intranquilice el sueño de lo oculto.
Tan sólo desde el riego y el amor nace
y un premio es el morir y el conseguirlo:
No temed la venganza, no temáis
el desbocado soplo del espíritu.
Hay que ver a la diosa, hay que mirar
su espléndido desnudo, el combo vientre,
aunque los perros muerdan nuestra carne.
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Fabulación del Tiempo. (1970)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
RECUERDO DE LA AMADA REFLEJADO EN LA ALBERCA
Pudieras melancólico en esta larga hora
dejar lacio el cristal, las venas azulencas
un sosegado estanque, la transparencia, el rostro
de un desteñido tono, conmovedoramente
mirada sobre el hielo de las aguas marchitas,
deshojar los rumores de un pálpito, su pálpito,
el tenue contrapunto de esta nada tan triste.
Pudieras cultivar, como si aún fueses niño,
la ausencia de la madre, nostalgias preteridas
sobre un tapiz mohoso de tinaja y de miedos,
y ser como esos muebles que gotean el polvo,
que arañan en el alma con su erosión de siglos
o mirar en el péndulo cuántos minutos quedan
para sentir un eco de persistencias triste.
Porque aunque fuese ingrata como una luna hermosa
tuvo siempre en el seno suaves notas, jazmines,
donde todos recuerdan ese inmenso gemido
de su frente, tan fría para rozar los olmos,
tan escasa otra mano para cercar la suya,
y cómo no, evocándola, sentir el reto henchido
de una piedra muy triste, todavía más triste.
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Pues si perlas lloraba ahora en perlas se anega,
en la orilla escotada de una mar sin dulzura
que abrasa el corazón, ya la copa vacía,
ya sangrante nenúfar acariciar sus hombros,
sonreír, pues es tierna la piel en ciertos sitios,
y deshacerte amando, todo tu pecho de agua,
mientras miras sus ojos donde un zafiro brilla.
Círculo de Amor (1972).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
EL DESAMOR
Nuestra historia jamás tuvo ropajes
de fiesta o ceremonia
ni la vivimos nunca al son de la epopeya.
Sencillo fue el hallarte si rememoro el tiempo,
y sin embargo acaso una música extraña,
un magnífico aliento de cantatas y órganos,
se unió a la turbación de nuestro encuentro,
siguió paso tras paso el inasible
sendero de las rosas ...
Y hoy reconstruyo ese dolor
que vive todavía.
No es un viejo dolor de gris polilla,
sino una fuerza bruta y pesarosa,
una cuerda de esparto sujetándome
al modo del ahorcado, en donde fieles
chacales aulladores o la tierra
batida y pantanosa de tu pecho
todavía amenazan.
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Y reconstruyo íntegramente
este enorme dolor, porque no fue tan sólo
sufrimiento,
ni murmullos sin paz
(tu boca tierna,
tu iniciada sonrisa; una manera
dichosamente fantasmal de acariciamos),
pero también el bronce más hermoso
fundiéndose en la fragua del amor,
tu solo paraíso.
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
Y posesiono a este dolor inmenso
del fondo de mi ser, pues más sincero
que la primer palabra cuando niño
- porque mudo sentí, porque ya mudo
fuera el dolor primero que expresarlo –
es componer tu imagen y mi imagen,
es ser espejo que devuelve el tiempo
en dolorida, pero ardiente zarza
que no cesa en su luz, como vivo dominio
de que sólo en la sangre se forja este metal.
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Círculo de Amor (1972).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
ARTEMIS SUJENTÁNDOSE EL VESTIDO
(Mayo en París)
Un poeta, encarcelado, hace música
Con los barrotes de su celda.
No los lima ni escapa, porque afuera
es cascabel el mundo, es apenas arrullo
frente al gran campanario de su alma enamorada.
Por eso distorsiona no en pocas ocasiones
recuerdos familiares o implacable
define la belleza infinita, que no le pertenece.
Ama mundos lejanos apenas conocidos
como a los tilos ama o vence a las crisálidas
del corazón, nacidas
como limos dorados en la margen de un río.
Así pasa los días, sublimando los símbolos
que a menudo aparecen entre sueños del sueño
de vivir: Camina por los astros con un brillo
marchito o se cae desmayado sobre un espacio
frágil, lleno de diosas jóvenes y fragantes
centauros.
Y si por gratia Dei le dan libertad
se queda encarcelado junto al Louvre,
se queda encarcelado de por vida
mirando cómo Artemio se sujeta el vestido…
Como ojo umbilical el metro escapa
mientras él tintinea en la vitrina
un motete menor…Tal vez, aún sueña.
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Círculo de Amor (1972).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
PUNTO DE PARTIDA
Fértilmente agoniza la lluvia sobre el bosque
que fue no ha mucho de hojas amarillas
y en los añiles de la tarde parda
que fue no ha mucho de hojas amarillas
sigue sonando el zueco sobre el gris nevado
que fue no ha mucho de hojas amarillas.
No rumor hondo ni apagada vela
sobre el cairel, ni acompasado gesto
desbrozad del otoño, que si antes
se han visto amores muertos retoñando
se han visto retoñando frescos silvos
en los fraguares secos y encina dos
tras de la falda fiel de las colinas.
Los tiernos brotes de la amarga espiga
que fue no ha mucho de hojas amarillas,
los altos aires, las solemnes notas,
languideciendo irán, como rodados
cantos al margen de los ríos;
y ventanal se hará vuestra mirada
que fue no ha mucho de hojas amarillas
para iniciar el viaje hacia el desnudo.
(Arboles ancestrales, siemprevivas
y eternas mariposas de aquel día
en que el verano en juegos arrullaba
la luz que amanecía y escapaban
las alas fugacísimas del árbol
que arrebató el otoño con su viento.)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Igual que vuestra exhausta primavera
pasan como alfileres por el trillo
los gránulos de nieve... El monigote
hierático consume una débil sonrisa
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
detrás de su bufanda y el mudo campanario,
que fue no ha mucho de hojas amarillas,
sorbe carámbanos o juega en su pizarra
al llanto de abrevar flacos rocines
que lamen el azul de las estrellas
y las deshojan de hojas amarillas.
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Ciudad del Horizonte (1973).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
DESARRAIGO DEL ÁRBOL
Retóricas figuras de algún descabezado
emperador o parlanchín, vivas
murallas, arriba, hacia el cuartel
trascatedral de Ibiza, mirador
de tan bello paisaje, incandescentes
aguas tranquilas, cuna nuestra.
Tal me recuerdo un día, joven
y tersa piel, finos cabellos
y recio cuerpo como un almendro en flor,
como un lancero persa en Salamina,
y así, picando el paladar, los caracoles
y un vino fuerte, de tosca gradación,
de gusto sólido, que calentaba un sol
dentro del pecho.
Y luego descender, lleno de dicha,
al luminoso carnaval, sencillas cestas
para la compra de gaviotas,
uvas como limones, pescadores
solemnes, viejas mujeres trasegando el luto
con lazo de color sobre la trenza:
simprometida o fiel o ausente el novio.
Alegría de esparto entrelazado
y algarrobo el dolor cuando al dejarte
la mar se entreponía, dibujaba
un largo y rojo cuerno, una gran bruma
de lágrimas y tul, entre las cuales
potro era yo, espoleado en el ijar,
abandonando el heno de su caballeriza…!
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Ciudad del Horizonte (1973).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
ACEPTACIÓN DEL DESTINO PROPIO
(SAGITARIO)
Felicidad a veces, pero nunca
conseguirás la plenitud.
Aunque tu flecha alcance
el aire abierto, el viento, el sol,
el curvo espacio, la infinita carrera,
la longitud perdida de la tarde,
hay un caballo ilimitado
que sin jinete corre más allá.
y tú, loco centauro, has de saberlo
y conocer qué límite te obliga
a ser mero jinete de ti mismo,
inaprensible ecuestre del carcaj!
Pero lanzas tu flecha y nunca llega
donde tu sueño quiere ir, Quirón demente:
donde la noche es vida
y vida es el silencio,
donde germinan oros sin medida,
donde nace el temblor del talismán…!
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Ciudad del Horizonte (1973).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
TELL-ELL-AMARNA
Menfis había muerto y fue preciso
crear una ciudad con muchos templos
que adoraran a Dios, que era ya único,
y se fijó por ello el horizonte,
allá donde entre el sol y las arenas
hubiera poco más de una rendija
con que cruzar el paso a otro destino.
Y así naciste tú, ciudad que nunca
podré encontrar y que resides
en el pliegue final de mi esperanza
porque tu mismo manto son mis sueños.
Te busco cada hora desvelada
con los ojos brillantes de infinito
por el bálsamo fino de los muertos
y sé que es espejismo a cada paso
y me acrecienta el pecho noche y día
la duda de saberte sepultada...
Pero sin ti la vida es sin objeto.
Te busco por los valles del milagro
y quedas a la diestra del camino
y más lejos aún y más distante,
Ciudad del Horizonte en donde el hombre
ha puesto el gran enigma de la Vida.
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Ciudad del Horizonte (1973).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
CANTIDAD DEL FRACASO.
Las cosas no las sabes hasta decir su nombre
y aunque los nombres sean más bellos que la vida
la vida es lo que existe, no el nombre de las cosas,
y aun algunas suceden sin saber pronunciarlas.
Poco sabes entonces de los hechos reales:
tus palabras son pocas para tantos mensajes
que lanzan los sonidos, que aprisionan colores,
que reclaman perfumes, matiz, sabores, tacto.
La poesía es bella y es gloriosa y es triste
porque intenta imposibles con espadas marchitas,
porque vive en los símbolos remotos del objeto
y efímero es su símbolo: el borbotón del agua...
La poesía se hunde en un agua estancada
y se eleva y convierte en emblema del aire:
vuelo fugaz del hombre cuando eleva su vista
y trasforma sus labios en gigantescas alas
de palabra armoniosa. Salvación de suicidas.
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Teatro del Sueño (l979).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
HABANA VIEJA
Son los seguros trazos de este patio
quienes marcaron el ajedrez antiguo
de las baldosas desgastadas. Pórticos
columnarios, farolas que iluminan
arecas y poncianas, palmiches, guanos,
crotos... Ellos los vieron conversar
intercambiando hipérboles y asmas,
fingir jaquecas, componer danzones,
levantar los sombreros del quintrín
saludando a las damas, encender Partagás
camino de O'Reilly o la Plaza de Armas.
Si desbordó su fuerza esta ilusión
de orden cerrado, fue a causa de la vida
no regular, rectangular, perfecta,
que la norma imponía. Y así, lenteja
mal trazada, La Habana fue creciendo,
vivificando sus bordes marineros:
y cayó la muralla bajo el taller
de platería, al lado del convento,
en la calleja que sale al malecón
tras viviendas hermosas e insalubres.
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Como el calor derrite y evapora
parecen esfumarse estos recuerdos
que tantos, tantos ojos percibieron.
Y es todo como un baile, un carnaval,
como candela que encendida sigue,
que se acelera, se arritmia, se recorta
iluminando sombras mulatas a la tarde
en agonía lenta y borra, mientras bebe
los últimos aceites, absorbe interminable
falaz sustitución: Asume, con un gesto,
el conflicto de todos con la Historia.
Teatro del Sueño (1979).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
EL PRESTE JUAN
Nada importa que el mito sea falso.
Imaginé tan bella esta mentira
que ¿cómo he de aceptar
a tan necia verdad sustituyéndola?
Encendidas sus teas y sus plazas
solemnes, esta ciudad me pertenece.
Recónditos reductos por mis pasos
han sido desvelados, misteriosas
músicas el laberinto del oído sabe.
Fantaseé la gloria de sus fieras,
el baldaquino de oro de sus brujos
y los guerreros de ceñida espada...
Y nada importa si hoy me aseguráis
que sus amantes no fueron tan bellos
o ni siquiera fueron bellos,
porque rehago sus palacios como joya
perfecta que incendia la marea.
Y nada importa si hoy me aseguráis
la muerte de los héroes
con el torpe argumento de sus huesos.
Cuando la leyenda destruís, sus ecos
reviven por debajo del puñal,
emergen como notas de laúdes
las heridas del cuerpo acribillado.
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Son todos inmortales como un viento.
La eterna y lenta risa de su fiesta
es más clara verdad que vuestro humo.
Teatro del Sueño (1979).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
HOMENAJE SENCILLO A LA BELLEZA
A nada se parece la belleza:
su mundo es raro y propio.
Es la escama de un pez sobre la piedra,
es la sedienta ortiga:
un despertar de párpados hinchados.
Deja siempre los dedos en la niebla,
marca hondamente el barro.
Es única y desnuda.
Nunca se queda donde estoy.
La reconozco cada vez que pasa.
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Teatro del sueño (1979)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
NORMAS NOVÍSIMAS
La fiel caballería fue invitada,
casi en bloque, al gran baile de la duquesa rusa.
Al repicar del alba, los húsares y ulanos
se armaron confiados para la cruenta lucha.
Coraceros y dragones les envolvieron por sorpresa
en una escaramuza sagaz como la niebla.
Relinchaban los potros, y en la extensa llanura
retumbaba el zumbido de cascos y metralla.
Entrechocaban los aceros, los sables relucían,
y el cornetín, sangrante, llamó a la retirada
cuando murió el alférez portando el necio trapo.
Un montón de gusanos quedó sobre el terreno
de uniformes raídos y empapados de barro.
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Ojo de pez (1982)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
JINETES EN EL CIELO
(A Calígula)
Algunos se sintieron semidioses,
carne inmortal, nacida de los dioses,
dioses incluso a lomos de sus grupas.
Un caballo bastó para un imperio
y por su falta un reino fue perdido.
Y el caballo y el hombre en el centauro
fueron suma de la sabiduría:
fusión de inteligencia y de belleza..
Pero no os engañéis: alzados en estribos,
atalayados desde rubias crines,
sintiendo el aletea de todo el universo
en esa dulce sangre que vibra inextinguible,
nada somos sin ellos.
Su fuerza empalidece nuestra fuerza.
Comprendo que un caballo fuese cónsul
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Ojo de pez (1982)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
ACRÓPLIS
Y de noche seguir
con el puñal cerrado entre los dedos.
Hundirme por el bosque,
sintiendo en las espaldas ojos de aves nocturnas.
Tener el arma fija,
escuchando el resuello de las fieras.
¿No es acaso la vida esa emoción
que estas estatuas muertas nos han arrebatado?
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Ojo de pez (1982)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
GRAN ANGULAR
El vertedero tiene hermosos líquenes, olores densos,
brillos fortuitos.
Hay un cristal de gafa, un manillar de bici, varias
moscas que merodean entre las peladuras de naranja
y cáscaras de huevo.
Del diccionario salen, como esperma, palabras
insectívoras: escapan del desorden alfabético..
Se iluminan:
Luciérnagas, gusanos y abejorros huyen de las columnas gloriosas
donde todo se encierra.
Las páginas, vacías, espejean su insólito rectángulo.
Un gran paisaje seco, con rastros de mucosa y arrugas
informales, queda en el muladar.
Profundo como nunca el campo nos ofrece fina bosta
quemada.
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Ojo de pez (1982)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
HORQUILLAS
La Y griega es una horquilla sujetando la nada.
Conozco bien las noches de la nada:
Muros, calles desiertas mojadas levemente,
paso cansino y lento de estas botas reviejas.
Los embriagados se hunden en turbios callejones
como barcas perdidas.
Sus ojos se han cubierto de un velo negligente
de tristeza y hastío.
Sumidos en la gloria del silencio más puro
dicen nacer los soles.
y es fácil comprender que el alma es una horquilla
que sujeta la nada.
Página
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Ojo de pez (1982)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LEMA
Escribir la distancia
circunscribir un punto.
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Ojo de pez (1982)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LOS CABALLOS.
A Fernando Savater.
La niebla es los caballos cuando respiran:
de sus ardientes pechos sube a sus bocas,
como una nube blanca se eleva y gira
por los cortados picos, sobre las rocas.
El sol es los caballos cuando te miran,
el sol son los caballos cuando los tocas
después de ese galope en que traspiran
y relucen y brillan como las focas.
El viento es esas crines cuando se mecen,
la tempestad sus belfos cuando resoplan,
la vida sólo es vida cuando galopan.
Sólo es de noche cuando se desvanecen.
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Poesía Hípica (2000)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
VITUPERIO DEL FRÍO
(A «Pascal)
«También mueren caballos en combate
y lo hacen lentamente,
pues reciben flechazos imprecisos...»
JULIO MARTÍNEZ MESANZA
Todos los caballos, cuando mueren,
se llevan en la boca un poco de pradera.
Los he visto morir hendiendo el aire
y llenando sus ojos del vidrio de las lupas.
Me he asomado a sus ojos, pero no era mi rostro
el rostro que veía, sino rostros más viejos,
circulares, redondos, acabados, sin vida.
Como fiestas de sangre he amado a los caballos
y verlos como bultos informes bajo nieve
con las crines tapadas por el blanco sudario
y la escarcha del casco recortada en su lumbre
e intentar rescatar sus abultados vientres
con la pala, y pararse, y sentir la mole enrarecida
quieta, oscura, callada esa respiración suya,
profunda y afanosa, como órgano de iglesia,
es el más gris insulto que me ha lanzado el frío.
El frío abominable que desdora los cuerpos,
la belleza del cuerpo que no acepta el perdón
para el salto, la córcova o la feliz carrera,
ese frío que odia las maderas más altas
de sus capas de roble, de olmo rojo, rojizo
castaño, y su fuerza de montes, sus aladas
raíces, que el frío mata en seco, mata luego,
sorprende su masticar de yerba, estremece, aniquila
y es un frío de hombres tocando la inocencia.
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Calcinados que sean sus recuerdos fervientes
y la rubia cerveza derramada en sus colas,
en la vega, en el puerto, estremecido el frío
en los cantos rodados, como agujas clavándose
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
sobre el hambre, perdidos, sin la yerba, los ojos
reflejando el misterio de esos rostros antiguos
que se fueron, nos fuimos, para siempre con ellos
sin guerrera y sin blusa, estremecidamente solos
en su inmensa pupila: el opaco azabache recubierto
de nieve que nos lleva con ellos hacia el reino
del frío.
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Poesía Hípica (2000)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
UN GUERRERO DECIDE ENCAMINARSE A UNA MUERTE SEGURA.
Pensaba ya en marcharme de mi casa
harto de gentes tibias e indolentes
capaces de aceptar la tiranía.
Estaba ya en camino, mas de pronto
con el único amigo que poseo
-reflejos de caldero por sus crines
y todo el corazón puesto en la bocadecido volver grupas y enfrentarme
a una muerte segura, inevitable.
Recupero en mis manos el clarín de la aurora,
saco del tahalí la escasa cantidad
de mínima esperanza que aún me queda
y, armado de estas prendas,
camino hacia el combate.
Sé que así ocuparé el único trono
que aguarda a los valientes:
un lugar en el reino de los necios,
sin otro premio que la murmuración
ni otra estima que una piedad insana.
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Pero con gusto cambio esa ventura amarga
que renuncia a las joyas, los premios, el poder...
pero no acata el miedo.
Poesía Hípica (2000)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
EQUITIS EXEMPLA
La vida, siempre cruel para los orgullosos, para el amable es dulce.
Y dulce para ti que te repliegas en el borde
del rumor y del ruido,
en la angostura verde de los valles
que se tropiezan con las piedras ocres.
En la mañana, cuando la luz se anuncia,
te diriges a un mundo sucedido
y una visión te asedia y se apodera
íntimamente de toda tu mirada.
Están los cazadores en la fonda
y hablan de tiempos en que osos y lobos
bajaban a la vega para atacar a los potrillos,
y devorar corderos indefensos.
Testigos son de un concepto inasible
más allá de estos muros,
de una abstracción lejana de la vida y la muerte
que tan extraña suena como un cuento de gnomos.
Y de improviso ves pasar al viejo hidalgo
con su alazán de rubia crin y albina cola
como si fuese la imagen de tu abuelo
camino de la torre de Proaño.
Hubieses deseado ser como él, confiésalo:
beldar los trigos y podar las viñas,
horconear el heno en el pajar
mientras los perros ladran y la yunta remece
el carro henchido hasta los topes.
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Y observas las acacias movidas por el viento,
el bulto, ya lejano, del hombre y del caballo,
las eras del camino y el castillo de Argueso,
la sombra del recuerdo como un trote que inunda
los ecos de tu casa, abandonada y rota.
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Poesía Hípica (2000)
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
ENVEJECEMOS JUNTOS
(A <<Sufi>>)
¿Y qué decir ahora de aquel valor atolondrado
que disputaba al viento su propia primacía
haciendo todo en uno el presente, el pasado,
la misma libertad?
Las Lejanas hogueras brillando en los parajes
en tanto que tú y yo, solitarios, resurgimos
como lobos hambrientos tras los verdes ramajes
con rugir de metal.
A lo lejos el ansia de los montes azules,
los roquedales cárdenos bajo la tarde gris,
los palomos pintados sobre un campo de gules
en búsqueda de amor.
Envejecemos juntos y juntos proseguimos
con esta bárbara costumbre de sobrevivir,
contra el viento de frente o el halago o los mimos
o la flecha del sol.
Pasaron ya los tiempos de saltarse las zarzas,
de vadear los ríos entre guijarros deslumbrantes,
de evitar la amenaza de abejas o de garzas
en pascual procesión.
En tu crin portentosa te ha salido una cana
y se une a las mías con la misma vejez.
Caballo hermoso y mío, tu cabeza es humana.
También tu corazón.
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Somos como el centauro, sólo un cuerpo de amigos,
un cuerpo prodigioso ensamblado hasta su fin.
Envejecemos juntos entre mieses y trigos
con la misma dulzura que la flor del jardín.
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Poesía Hípica (2000)
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
COMPOSICIÓN DE LUGAR
Sostengo la hipótesis de que nunca he nacido.
Que esta sonrisa mía jamás fue una sonrisa.
Os engañáis. Me engaño. Tampoco habéis nacido.
Únicamente existe la verde cabellera
que a todos nos cobija desde su inexistencia.
El sueño de los árboles cuando sueñan sus hojas.
El manto de la muerte: eso, tan sólo, existe.
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Des(s)apariciones (1994)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
KEOPS
Mi obra es mi pirámide.
Ahora miro crecer los versos
que, olvidado, escribí.
Ni míos son. Son piedras
derruidas, pozos secos, dunas
oscurecidas, sal y sol y viento
trizadores de ásperas superficies
donde se eriza el lomo de los gatos
cuando sueño, aferrado y ajeno,
en mi vigilia.
Entre sus sombras cruzo
-laberintos para ningún tesoroy me estremezco enternecido.
En ellos he guardado
mis años de silencio.
Por eso son mi tumba.
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Des(s)apariciones (1994)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
PARADOJAS
El día es ciego,
pero en la noche
¡qué esplendor las estrellas!
Nada los hombres ven
en mitad de la luz,
sólo la sombra enseña
lo que luce lejano.
Vida, dicen, es luz.
Pero la muerte llega
con el alba.
Luz que ciega y maltrata.
Oscuridad que enciende
las lámparas del alma.
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Des(s)apariciones (1994)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
BANDADA DE GARZAS.
El nombre del río no recuerdo.
Tan sólo la sorpresa
del árbol macedonio, vertical
ataúd, iluminándose de nieve
y el rumor de la barca
y el brillo del fusil
irradiando en el sol.
Y luego el estampido
dibujando en el cielo
un palmeral de ingenuas sonrisas voladoras.
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Des(s)apariciones (1994)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LA VIDA ES UNA OCASIÓN QUE SE PIERDE
Si fueran mil, las mil se perderían
porque la esencia es siempre inesquivable
como la escuela de un temperamento.
Y mejor que así sea, si pensamos
que una espada traspasa una cortina
y se clava en Polonio, empuñada por Hamlet
que busca la venganza en otro corazón.
O que el hidalgo aquel que pretendía
desfacer los entuertos, tales hizo
que aún lo recuerdan los entuertadores
como maestre de su cofradía.
Discontinua y fluyente, aquí vive la vida
su tentación de Tántalo,
las manzanas que ofrece, giratorias y ausentes,
el agua traspasada, que sólo es vidrio y aire.
Pero, si te acercases, se desvanecería
como las otras veces, como todas las veces
en que vino a buscarte ...
y te encontró escribiéndola.
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Des(s)apariciones (1994)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
EN LA CASA DEL PADRE
He llegado a la casa del Padre:
los cancerberos me han abierto con su pesada llave
la herrumbrosa puerta del jardín
y he caminado entre el sendero de cipreses
respirando el ozono
de la arcilla mojada por la lluvia.
Y he subido el repecho, con las piedras menudas
haciendo ruido bajo los zapatos
mientras el avefría abría en abanico
su cola de ojos cenicientos,
seguro que la luz de los cristales multicolores
y el rosetón con forma de estrella de David
me abrirían el pecho como
fruta al cruzar su mirada con mis ojos.
Y la tapia de pinos de la casa,
con sus piñas cerradamente azules,
me dio su Bienvenida...
Y he abierto la cancela y nadie había
en la casa del Padre, sin memoria
la memoria del Padre y sostenida y feble
su copa de cristal por una mano hueca
donde el vino manaba como sangre
con el Padre extraviado, entre los dedos
la gran casa del Mundo ...
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Y al verle muerto allí,
desvanecida la gloria del poder,
he continuado por los pasillos suntuosos
de relojes y muebles,
por el sagrado laberinto herido
donde pasé mi infancia
y he llegado hasta el césped
que desciende hacia el río en el jardín
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
de atrás, y a la barca, y al Orco ...
Y al cruzar por el puente he percibido
un aleteo de voces y de mimbres
en el abandonado palomar
y he mirado hacia dentro y allí estaban
las dos palomas blancas, hembra y macho,
como en mi antigua primavera
con el fuego no extinto de su Amor ...
... Y les abrí la puerta y se han quedado
batiendo allí las alas, sin salir,
coronando con sus plumas batientes la alegría
de la perfecta muerte, definitiva y sola,
en la casa del Padre.
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Des(s)apariciones (1994)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LAS DESAPARICIONES
En los fantasmas no, pero en las fugas
sí creo. En la magia carente de sentido.
En la disolución de lo incorpóreo
cuando se inventa materializarse.
En el desvanecerse doloroso
de objetos, de ideas, de palabras,
difuminados, idos, olvidados.
En ser escrupulosamente hecho cenizas
y arrojado en el mar.
En ese instante de la presencia fortuita de lo que evitabas,
que se hace inevitable.
En la sonrisa imbécil
dentro de la mirada inteligente.
En esa movediza novedad
que parecía cambiar y que no cambia
nada en la Nada.
En los duendes del cuerpo.
En toda la material inconsistencia
con la que palpo lo que no es
o convierto en no ser a lo que palpo.
En hacer de mi modo de vivir
un sombrero de copa sin copa y sin sombrero.
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Des(s)apariciones (1994)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
WHAT’S WRONG?
Miro abiertas mis manos como estrellas de mar:
¿En qué me equivoqué si en su interior no hay nada?
Demasiado conozco la inasible respuesta:
«Esta arena que cruza, esta agua que se pierde. . .»
Porque es norma concreta de la antigua oblación:
nunca debe el guerrero perdonar a su víctima.
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El soplo de los Dioses (1992)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
BACK HOME.
Je ne suis jamais seul
avec ma solitude.
G. MOUSTASKI
Puedes venir si quieres.
Mejor no te engañes, sin embargo.
El invierno, ya sabes, es duro en esta casa
y la humedad dibuja anchos mapas hostiles
en todas las paredes
con ruda indiferencia hacia los huesos.
Y yo soy puntilloso y no permito
que te comas la fruta del frutero
o que naufragues en mi almohada
robándome tus brazos entre sueños.
Y menos que me quemes las cortinas
con esa ciega vocación suicida
con la que fumas todos tus cigarros.
Así que ven si quieres, Soledad,
y quédate a mi lado si tanto te apetece;
pero luego no digas que te obligo
a nocturnas juergas inconfensables.
Soy un amante infiel
y sólo sé estar solo cuando tú me acompañas.
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El soplo de los Dioses (1992)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
UN ENANO CON UNA NARANJA
A Toulouse-Lautrec.
Casualidad ninguna. Era él y lo encontré
donde más esperaba: en el salón, bajo los bulbos
de ceniciento azul del gas, pelando una naranja
que era rosa en sus manos y con olor a rosa.
Su grotesca cabeza destacaba en el amplio
espejo del local. Las piernas no alcanzaban
a tocar el suelo. La pechera bullía bajo el frac
como un bandoneón que un borracho tocara,
pero en sus manos, elegantes, la naranja tenía
la levedad de un astro emergiendo del agua.
Era monstruoso y triste y estaba acompañado
por una mujer bella, rubia, con blusa roja,
sin más adorno que un pendantif dorado.
Elegante corista del “Moulin” o algún prostíbulo
inmediato, mientras él, excitado, le contaba
alguna obscena historia para que ella riese.
Cuando un amor se pierde es asunto sabido
que los débiles buscan desamores livianos
que ayuden a ahuyentarlo. Pero de poco sirven
las escenas galantes a quien tiene una espina
irremediable y torva, atravesada en la garganta.
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Lo vi quedarse quieto y fijarse en la blusa
y luego en la naranja. Colocar su monóculo
como quien busca ocultamente un signo
secreto, en el jardín del paraíso, con Jerónimo
Bosco, inventando un color, ardido, momentáneo,
como una gran verdad que nos aplasta.
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
Permaneció en silencio y tanto tiempo
que ella se fue, pretextando una trivial excusa,
en tanto que él, mientras su vista atónita
se ocultaba en la copa de champagne, pedía al camarero
que le diese una bolsa vulgar, de la cocina,
donde guardar los restos de su postre
Nunca supieron en “Maxim´s” por qué Tolouse/ Lautrec,
-tan espléndido y gentil en sus propinasse guardaba las mondas de naranja.
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El soplo de los Dioses (1992)
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
UN ENANO CON UNA NARANJA
A Jorge Luís Borges
Has cantado la espera ardua y felina,
los sucesivos libros, los espejos,
y un espanto sin nombre se avecina
entre la niebla de tus ojos viejos.
Ignoraste lo sabio y lo seguro
por trascender más lejos de tu suerte,
has predicado al tigre por lo impuro
de su rayada piel y de su garra fuerte.
Caminando infinitos laberintos
averiguaste lo que nadie sabe:
ser libre y contenerte del instinto
para volar tan preso como el ave.
Con el sueño sereno de tu gloria
están todos tus mitos: tus abuelos.
Nunca más limpio el aire de la Historia
transitará por los brumosos cielos.
En la brutalidad plural de las estancias
domaste un potro joven y angustioso.
Relampaguean todas las distancias
en la rosada esquina de tu arrojo.
Por rincones de letras diminutas
aprendiste universos siderales:
hoy son pocas las letras que disfrutas
pese a escuchar sus pozos insondables.
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Borges, tú que has visto la luz y su negrura,
este ajedrez de días y de noches adviertes:
sabrás así dejamos tu espléndida locura
cabalgando en los libros de la muerte.
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El soplo de los Dioses (1992)
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
EL VIENTO
(A César Simón)
Vuelvo mis pasos sobre el ángel muerto
que extiende yerta capa en sus brazos desnudos
y dejo huellas rojas, rastros de brusquedad,
pruebas contra el espíritu.
Cuerpos inmotivados, fantasmales
amigos: vuelvo a vosotros huérfano
de humanidad, retirado y ajeno
a la esperanza: ¡en verano salí;
vuelvo en invierno!
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Corpus Ecológico (1998)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
EL VIENTO
Íbamos altos, con la zarpa abierta,
oteando infinitos horizontes.
De pronto, entre las brañas, triscaba un cervatillo
saltaba alguna liebre en los matojos
¡qué esplendor la caída
y el contacto y la muerte!
Pero nosotros, altos,
jamás nos deteníamos.
En libertad, seguros y de suerte
que el sol nos señalara
la lumbre de las plumas
e hiciese un guiño lejos:
igual que un atambor redobla el ruido.
Y altaneros y frescos
nos cernían los aires de la cumbre.
¡Toda nuestra la cumbre!.
Y el deseo por derramarnos
como el viento,
y acabar con el golpe y enjugarnos
el pico con la vianda.
Así el viento nos oye y nos conoce:
sol en el ojo, ya más lento
que la enorme caída,
roquedal centinela, árboles de alcándara
y el ulular de ramas en el bosque.
¡ Altos, sobre las copas, éramos el viento:
la sombra que jamás se ha detenido !.
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Corpus Ecológico (1998)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
CLARO EN EL BOSQUE
Aquí, entre los helechos
donde remece el viento
las frescas flores amarillas,
la secuestrada luz
regresa al bosque.
La frondosa penumbra
destila su esplendor
debajo del vellón huidizo
de la niebla, entre los robles
y olmedos y castaños.
Y claro emerge el centro,
la realidad del ser:
embriágame, perfección del instante,
absórbeme, matriz de la memoria,
purifícame, estirpe de mi sangre,
tiniebla de mi infancia: clarifícame.
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Corpus Ecológico (1998)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
SUEÑO DEL ARBOL.
Yo era un árbol.
Soñaba.
Las hojas me crecían
al borde de las ramas
como dedos temblantes
de inmóviles estatuas.
Sonreía a la muerte
que de lejos miraba.
Un día, como un rayo
se abrió la grieta amarga
y dentro, entre sus nudos,
la serpiente enroscada.
No decía mis sueños.
Mis sueños los callaba.
Un sueño verde y de oro
rompió su seca cáscara.
Abridlo, es de vosotros
el sueño de esta fábula.
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Corpus Ecológico (1998)
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
DESIERTO DE LAS PALMAS.
Con sus mínimas uñas
arañan estos pinos
la ladera del mar.
Evoco este recuerdo de tiempos veraniegos:
naranjos extendidos en un huerto sin límite,
la escueta y simple recta de la vía del tren,
pedregoso el camino, reseco y polvoriento,
a la cumbre del monte para sentir a Dios.
Los árboles de entonces son la dicha de entonces,
la excursión del colegio, confesiones y pláticas,
la iglesia carmelita sobre Benicasim,
tan ligera en el cuerpo la ropa no pesaba,
ni pesaban la culpa, la pena, el corazón.
Ahora que la costa se viste de cemento,
que las torres enturbian la mirada precisa,
estos pinos de sombra, ardidos y encendidos,
dibujados de muerte sobre un cielo pagano
envenenan la tarde sobre la cresta añil.
Dioses mediterráneos nos ungían la frente,
vida de plenitudes fue la nuestra de entonces,
un surco de alegría cuando aún éramos jóvenes,
un fervor por la sangre cultivada en el pecho
como fuente de dichas sin cesar de latir.
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pero ahora estos pinos con breves toques verdes,
estas cumbres peladas que devora la luz,
esa costa de piedra, de ladrillo y cemento,
no son más que un despojo, un vestigio perdido
de aquel maravilloso y sagrado esplendor.
Como el paisaje entero, te has quemado por dentro.
Aunque abras las ventanas, aunque busques tus nidos
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
o cuentes aventuras de cofres de piratas berberiscos,
ya no eres Ulises, ni Baco, ni Neptuno,
no guardas más belleza que un lejano rumor.
Cuando se ha concebido la vida como un ímpetu
¡ cuánto duelen los pinos ardidos frente al mar!.
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
CERCA DEL PARAÍSO.
(Río Flores,Guatemala).
Recuerdo la montaña, un tejado armonioso
poblado de verdura, cabañas, tierras ocres ...
El gran río escondido. Caballistas ajenos
que bañaban sus cuerpos untados en la lluvia.
Vivas flores silvestres crecieron a los lados.
Un buitre hermosamente meditaba el sombrío
gesto de su garganta. Negras hojas sumían
todo el color del mundo a una intacta negrura.
Entonces vi que el río era un árbol sonoro,
un gigante caído de una cascada turbia
que agitaba sus ramas con un vuelo de pájaros
y llevaba en sus frutos reflejos tornadizos ...
Los perros que ladraban en un sol muy lejano
parecían estrellas de voces cautivadas ...
Supe que todo aquello condenaba aquel beso
a ser rumor del agua camino de un olvido.
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Corpus Ecológico (1998)
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
VACIANDO LA CASA DE LOS MUERTOS.
( Jorge Juan 4 ).
Este dolor de ver en la penumbra
el rostro de los muertos detrás de los visillos
con luces atenuadas por las contraventanas:
el brillo de unas gafas, las canas del bigote,
la certeza profunda de que aquí se encontraron
para no irse jamás.
Esta certeza, mientras recolecto
los laureles de su éxito, sus cartas perfumadas,
viejos discos de tangos, de valses y fox-trots,
esta seguridad de que me ayudarían
también a recoger lo que olvidaron
llevarse al Más Allá.
Esta seguridad de que se amaban
mientras hablaban solos, sin mirarse
-¡tanta era su costumbre de quererse a ciegas!como aliados de un pacto de sangre
que no hubo de sellarse, como pasajeros
en un mismo haz de amor.
Esta certeza, esta seguridad
de que las cosas que les pertenecieron
jamás han de ser mías, pues que suyas son.
Que conmigo se vienen y con ellos
vienen ellas también, para ser suyas
y verlas de corazón.
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Esta seguridad, certeza, juramento
de que al limpiar su casa no la desprotejo,
sino que la conduzco hacia un reino de luz
en donde la memoria se condensa de espectros
tan frágiles como ellos...y tan deshilachados
como lluvia de mar.
Este juramento, seguridad, certeza
de que sus manos apilan estos bultos,
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
de que envuelven conmigo los paquetes
y conmigo abastecen las hinchadas maletas
y se cargan al hombro las mochilas amargas
que yo no he de llevar.
Esta alianza como una inamovible
seguridad, certeza, juramento
de que aquí siguen ellos, aquí se perpetúan...
mientras yo ya no estoy.
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Los Dioses Derrotados (2000)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
MUERTES PARALELAS
(A Félix Grande)
El gran poeta inglés ya habló de Kublai Khan.
Yo prefiero, en Mysore, hablar de noches angustiadas
bajo el paraguas de cobalto de este cielo magnífico
mientras el altavoz del minarete explora los ecos,
tras los montes de cobre, de otros campos vacíos.
Y escuchar el ladrido de los perros que aúllan
y sentir cómo rumian los bueyes su paciencia cansada
mientras el alarido de los astros me ciega
y las diosas hindúes desperezan sus brazos,
los mendigos elevan al cielo sus ojos sin estrellas
y en los montes de cobre se adivinan los ayes
de este pueblo escindido -romaníes y tarantosque se mueren a oscuras, en la noche estrellada,
como ramas partidas del árbol de la Historia.
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Los Dioses Derrotados (2000)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LAS RUINAS Y LOS TEMPLOS
En el río del cielo bebían los creyentes,
el agua del saber, el frescor del milagro,
el soplo místico que los alimentaba
en Benarés, en Pushkar, junto al Ganges,
ellas con saris húmedos, ellos con ropas blancas
de algodón, semidesnudos todos, pues bastaba
la desnudez para sentir la dicha de la fe.
Los mongoles llegaron, sin embargo,
para enseñarles que existe un solo dios.
Les quemaron los libros, arruinaron sus templos
y construyeron mezquitas sobre ellos
para sustituir el Error por la Verdad.
Un tropel de vivísimas imágenes
se superponen y confunden en Palermo y en Puebla,
romanos sobre griegos, asirios sobre númidas,
cristianos sobre chichimecas, judíos sobre palestinos,
en Estambul y en Jerusalem, árabes sobre visigodos,
cristianos sobre árabes, protestantes sobre católicos
en la Selva Amazónica, celtas sobre normandos,
sajones sobre celtas, en Mesopotamia y en Hastings.
Todos venciendo sobre todos, perdiendo contra todos a la vez.
Frente a esa confusión ¡qué claro y puro
emerge este milagro del amor
que hizo edificar un rey desesperado
ante la muerte de Muntaj Mahal!
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Igual que con los reyes nacen sólo los dioses
sobre el cadáver de otro dios.
Así en aquella Iglesia del Rosario
que se alzaba en Cholula sobre la pirámide
tan disonante y rara como una cereza
que emergiera en un cocktail sobre el hielo.
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
Porque los templos del odio son más frecuentes,
pero son menos bellos que los del amor,
pues el poder se niega y sustituye en tanto
que el amor permanece en sí mismo.
Las ruinas de los templos de los dioses
se estrellan contra esta innata perfección.
Y es curioso pensar que sea el amor humano
más fuerte que el divino.
Más sabia y verdadera su exclusiva Verdad.
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Los Dioses Derrotados (2000)
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
A TIENTAS
(A Francisca Aguirre)
En las tinieblas de la Humanidad
algunas luces encendidas:
La luz de Buda, la de Cristo,
el soñador Platón y el místico Averroes,
San Francisco de Asís, nuestro San Juan,
el sublime Quijote, el príncipe Bolkonski,
San Oppenheimer y San Bertrand Russell
y algunos pocos más.
Son claros en el bosque,
son dioses derrotados, aunque vivos,
son rayos de fulgor en los días de niebla,
son la esperanza incierta
que nos sostiene aún.
Pero el mundo se encierra tras tristes nubarrones.
A tientas va la vida evitando caerse
a un abismo más hondo que la incredulidad.
Cuando ya hemos perdido todas las esperanzas
y de nada nos sirven ni Bakunin ni Trostki
¿En qué creer entonces en las horas difíciles?
¿Qué profeta esperamos?
¿Qué Mesías vendrá a redimir las culpas?
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
DIÁLOGO ENTRE DIOSES Y MUERTOS
(A Luís Alberto de Cuenca)
Los dioses también cruzan ese río
y a la hora de morir
tienen miedo, se agitan y blasfeman
por ocupar el mejor puesto en la barca.
Igual que los humanos son los dioses.
Soñé sus voces y el estruendo y los gritos
mientras Menipo, el cínico, recriminaba
su insolente conducta:
-¿Qué? ¿Vosotros no habíais de morir?
¿Iban a ser eternos los paganos
cuando os adoraban?
-¡Por Hera! Yo fui dios de la guerra
y ahora ¿he de viajar como un soldado?
-¡Por Ares! Yo triunfé en la disputa
en el Torneo Celestial de la Belleza
¡pero me obligan a viajar sin costurera!
-¡Por Afrodita! -dijo Apolo- Aún es peor lo mío:
¡Ni tiempo me han dejado para ir al peluquero!
-No es por haber perdido el rayo- dijo Zeus
¡Es que nos hacen viajar como mendigos!
Murieron todos vuestros devotos
-les contestó el cínico Menipo –
que os ofertaban toros, corderos y palomas.
Vacíos están ya vuestros altares.
Cuando los dioses mueren (y estáis muertos)
son menos que mendigos.
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LOCURA Y BELLEZA
Por algún raro hueco
destila la locura su belleza.
No sólo la belleza del deseo,
la del amor y las intensidades
más escondidas y soñadas,
sino esa otra belleza de lo incierto,
esa locura del bien inasible,
esa perplejidad ante lo estúpido
de que la vida sea real y no los sueños.
Esas mujeres astilladas, firmes
en su profunda convicción de errar
y de amar el error. Esas artistas
del autoengaño, como Emily Brönte,
esas poetas del salvaje viento,
del irisado sol, de la segura
e imprevisible tempestad del alma.
No son muchas acaso, pero son.
Y su golpe de fuego nos apaga.
Nos conmueve profundamente algo
de inquietante y obscena plenitud.
Me viene a la memoria Sylvia Plath.
Algunos de sus versos me emocionaron
hondamente, cuando fui muchacho.
Ahora la imagino vestida de noche
como aquella otra loca se vestía de mar.
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Los Dioses Derrotados (2000)
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LOS DRUÍDAS
(A John Houston)
Si están verdes los prados,
si lozanos los trigos
¿Temeré yo al invierno,
me enfriarán las nieves?
Los bosques misteriosos
que ocultan las deidades
¿podrán quitarme el goce
de luminosos días?
El salto de las ranas
del cenagoso estanque
¿será menos alegre
cuando sople otro viento?
En la mística rosa
del libro de los sabios
¿tendrán menos color
sus pétalos marchitos?
Sufre Erín y entera llora
la muerte de Parnell:
el capitán de druidas
rey de las tribus celtas.
Algún rincón lejano
de transparentes aguas
se llenará de sangre
con el beso de un gnomo.
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Los viejos sacerdotes
junto a las toscas cruces
rezarán sus plegarias
sin despegar los labios.
Entre todos los bardos,
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
artistas y guerreros,
no habrá ninguna estatua
tan clara y merecida.
Y, como a todas ellas,
la ensuciarán palomas,
la oxidarán las lluvias,
la escupirán mendigos.
¿Seré yo menos ciego
por adorar el muérdago
en los robles? ¿más cuerdo
por reposar en la arcilla?
Prefiero caminar antes
por los sombríos lagos,
llenándome la boca
con las silvestres moras.
O como Michael Furey
morir de amor prohibido,
lo mismo que Parnell,
como todos los vivos...
<< y los muertos>>.
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Los Dioses Derrotados (2000)
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
EL VIAJE SIN FIN
Las trochas, los caminos,
los senderos de limo,
las luces de neón,
las curvas peraltadas
las esquinas heladas
de alguna habitación.
Los puertos y aeropuertos
donde casi ya muertos
hicimos colación.
El cansancio y el sueño
y el dormir como un leño
en un sucio rincón.
Las comidas espesas
las manchadas mesas
de algún triste vagón.
Y los días gloriosos
de marinos reposos
en algún malecón.
Mi vida de viajero
sin manta y sin dinero,
sin un maravedí,
por las selvas urbanas,
por las calles paganas
donde tan feliz fui.
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Los Iconos Perfectos (2002).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LA VIDA ES COMO UN VIAJE ¿SIN RETORNO?
Te dirán muchas veces que la vida
es como un viaje sin retorno.
Que aproveches el tiempo -”carpe diem” y no mires ni atrás ni hacia delante.
Esos no saben nada, créeme.
La vida es ciertamente como un viaje
al que siempre volvemos,
en el que siempre estamos regresando,
del que nunca salimos.
Los paisajes que vemos ¡los tenemos tan vistos!
Esos desconocidos ¡nos son tan familiares!
¡Cómo negar entonces que estuvimos aquí,
bajo esos mismos árboles sin frutos,
huérfanos de sus sombras protectoras,
de sus hojas caducas y sus ramas perennes?
Distingamos lo real de lo accesorio:
ya hemos vivido antes y a vivir volveremos.
Somos viajeros quietos en un mar que se mueve
y los pies se nos bañan en idénticas olas.
El mar es el que cambia.
Nuestro río es inmóvil.
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Los Iconos Perfectos (2002).
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
CONMOCIÓN DEL SISTEMA NEUROLÓGICO
En una lágrima caben terremotos invisibles:
terremotos que rompen el corazón que la mira.
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
MAPAMUNDI
Recorro con el dedo los parajes lejanos,
los glaciares del norte, las pampas argentinas,
las soberbias montañas y las arenas finas
donde tienden su sueño los cansados humanos
en busca del sosiego de las playas marinas;
y de pronto me veo tocando con las manos
el paraíso entero con sus frutos paganos:
las manzanas de Tántalo y las murallas chinas.
Ese dedo que roza las costas caribeñas,
los altos de Txapala, las selvas intrincadas
y las taigas inmensas del bosque siberiano.
Ese dedo que cruza las montañas rifeñas,
el curso del Danubio y las cumbres nevadas...
y hace del mapamundi la sombra de mi mano.
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Los Iconos Perfectos (2002).
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Pedro. J. de la Peña, Santander, España Poesía
LA MUERTE DE DIOS.
Medito a veces al recordarte vivo
sobre la cruel naturaleza de la muerte.
Seis años ya, y aún permanece tu rostro
sereno y sonriente en la fotografía
que adorna mi despacho.
Nada ha desmenuzado esa sabia apariencia
de la felicidad de un fugitivo instante.
Al contrario, más feliz cada día pareces
al mirarte eterno en la caricia de tu rostro
que una mano filial sostiene como una patena
sostendría una forma sagrada.
Soy yo quien se devora y envejece.
Quien es la imagen misma de la infelicidad
al mirarte sereno, aceptando a la muerte
como quien bebe el trago de un cáliz sanguinario
y encuentra vino en él
y en él encuentra rosas.
Créeme que te envidio tanto como te quiero.
No he sabido templarme con tu misma paciencia,
no he sabido crecer insondable y secreto
a esa necia miseria del instante continuo.
La vida a mí me puede mientras tu te consagras
a la muerte. Y esa desolación de tu vacío
aumenta con los días en que me estás faltando
y el fervor de tu nombre me sangra entre los labios.
(2002).
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