USO, MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS

Anuncio
Instituto
de
Suelos
USO, MANEJO Y
CONSERVACIÓN DE
SUELOS
Autores:
Dr.C. Claro Alberto Alfonso Linares
MSc. Milagros Monedero García
Investigadores del Instituto de Suelos
Primera edición 2004.
ISBN: 959-246-122-8
Asociación Cubana de técnicos Agrícolas y Forestales
Conill y Avenida de Independencia Piso 6
Nuevo Vedado, Plaza, La Habana, Cuba.
1
ÍNDICE
1. Introducción.
2. Fertilidad y Productividad del suelo
3. Uso de los suelos.
4. Conservación de la estructura.
4.1 Medidas de conservación de suelos.
5. Degradación de la estructura de los suelos.
5.1 Formas de degradación
6. Recuperación de la estructura o manejo del
suelo.
6.1 Aportes de materia orgánica
6.2 Rotación de cultivos
6.2.1 Principios generales de la rotación de
cultivos.
6.3 Uso y manejo de los abonos verdes.
6.4 Balance de los nutrientes.
6.4.1 Nutrientes esenciales y su movimiento en
el suelo.
6.4.1.1 Fuentes principales de nutrientes.
6.4.2 Biofertilizantes.
6.4.2.1 Mecanismos de acción de los
Biofertilizantes
6.4.2.2 Fijadores simbióticos del nitrógeno
(Rhizobium y Bradyrhizobium)
6.4.2.3 Fijadores asimbióticos del nitrógeno
(Azotobacter y Azospirillum)
6.4.2.4 Microorganismos solubilizadores del
fósforo del suelo (Fosfórina).
6.4.2.5 Micorrizas.
6.4.2.6 Bioestimuladores del crecimiento.
6.4.2.7 Introducción de los microorganismos
Biofertilizantes en el suelo
6.4.3 Criterios para fertilizar
6.4.3.1. Métodos de fertilización
2
5
9
11
16
17
22
24
27
28
29
31
33
35
35
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
53
6.4.3.2. Principios que deben ser
considerados cuando se vaya a fertilizar
6.5. Restablecer mediante estimulación, la
actividad biológica del suelo
6.6. Los sistemas de labranza de conservación
6.6.1 Principios básicos para las labranzas.
6.6.2 Tipos de labranzas.
6.7. Cultivos de cobertura o agricultura de
conservación.
6.7.1. Principios básicos de la agricultura de
conservación
6.8 Conocer el régimen hídrico para evitar el
deterioro de la estructura
7. Conclusiones
Bibliografía consultada
3
54
1. Introducción.
El impacto ecológico y socioeconómico producido por
La Agricultura Convencional (Agricultura de alto costo
energético), recién está llevando a comprender sus grandes
limitaciones para resolver el problema de la seguridad
alimentaria, especialmente en los países en vías de
desarrollo. Su aplicación no sólo ha provocado la degradación
de los recursos naturales (agua, suelo y vegetación), sino
también, es responsable de la pérdida paulatina del
conocimiento o saber campesino en el manejo de los diversos
sistemas de producción en muchos países.
Dentro de este modelo de Agricultura Convencional, el
recurso suelo es considerado simplemente como un soporte
inerte - fuente de nutrientes - para el desarrollo de las plantas,
donde se pueden aplicar los agroquímicos sin ninguna
consideración medioambiental; no se logra entender que este
recurso tiene vida y su dinámica está estrechamente
relacionada con los ciclos de la naturaleza y es un recurso no
renovable a corto plazo.
Esta forma de explotación del suelo, está acelerando su
degradación y afectando su fertilidad natural, poniendo en
peligro su productividad. No olvidar que la causa de ese
deterioro tiene su origen en factores socioeconómicos, en la
sobreexplotación de la capacidad de uso de las tierras y en
prácticas de manejo inadecuadas; constituyendo una
amenaza de destrucción de la base productiva del medio rural
y en muchos casos ignorada por una gran parte de la
población.
La Ciencia que estudia el suelo es la Pedología y define
el suelo como “el producto de la alteración, del movimiento y
de la organización de las capas superiores de la corteza
terrestre bajo la acción de la vida, de la atmósfera y de los
intercambios de energía que en ella se manifiestan”. (Aubert
et Boulaine, 1982 citado por Lozet et Mathieu 1986).
Es por tanto un medio complejo y dinámico que
evoluciona bajo la influencia de factores externos (hidrosfera,
4
atmósfera y biosfera). Sus propiedades se adquieren
progresivamente bajo la acción combinada de esos factores:
la roca madre se altera bajo la influencia del clima y de una
vegetación pionera, la materia orgánica se mezcla al suelo, los
minerales de la roca se alteran, la materia orgánica se
degrada lentamente primero en humus fresco, finalmente en
ácido carbónico, agua, amoniaco y nitratos. En fin, los
elementos minerales y orgánicos pueden ser desplazados por
el agua de lluvia infiltrada y diferenciar así el suelo en una
sucesión de capas de textura, estructura y colores diferentes
llamados horizontes.
El suelo en el lugar que ocupa esta compuesto por tres
fases, sólida (mineral y orgánica), líquida (agua) y gaseosa
(aire), en proporciones variables para un mismo tipo de suelo
según la influencia de los factores externos (acción de los
elementos del clima, los trabajos culturales y los seres vivos
que lo habitan).
La fase sólida del suelo esta formada de
constituyentes minerales de tamaños variados, así como de
macromoléculas orgánicas, que se organizan en agregados
cuyo agrupamiento conduce a la estructuración del suelo.
Todas las propiedades físicas del suelo como sistema
dependen de una manera u otra del tamaño de las partículas
minerales que componen el suelo y de la forma en que estas
se organizan. En términos pedológicos estas dos propiedades
se llaman textura y estructura del suelo.
La noción de suelos a menudo ha sido confundida y
asociada a los conceptos de tierra, terreno, terrón. A inicios
del siglo XIX, el suelo estuvo vinculado, sobre todo, con su
función agrícola (Littre, 1984). Fue el geólogo ruso;
Dokoutchaev, (1877), sin dudas, el primero en entrever el
papel del suelo como una entidad específica, constituida por
una sucesión de capas u horizontes.
Posteriormente los especialistas de la Ciencia del Suelo
han dirigido su atención sobre el análisis y la descripción del
perfil pedológico. El estudio morfológico, mineralógico y
5
geoquímico de los constituyentes del suelo con el objetivo de
definir y comprender el modo de formación de los diferentes
horizontes: horizontes de superficie ricos en materia orgánica
(horizonte A1), horizontes eluviados empobrecidos en arcilla
(horizonte A2), horizonte de acumulación de arcilla y hierro
(horizonte B), horizontes de alteración de la roca madre, etc.
Diversas clasificaciones basadas en la caracterización
y las relaciones entre estos horizontes, se han elaborado por
diferentes países, predominando las escuelas rusa, este
europeas y norteamericana, lo que ha complicado la
comprensión y entendimiento entre los especialistas para el
uso de un mismo lenguaje pedológico, mención aparte
necesita el intento de la clasificación mundial elaborada por la
FAO, (1975), y en los últimos años, en el Congreso Mundial
de Suelos de 1998, que se aprobó el uso del World
Reference Base (Sistema Referencial Mundial de Suelos),
aprobado por todos los países por ser más completa que la
versión de clasificación de la FAO.
En el caso de Cuba se elaboró la clasificación genética
de los suelos, de la cual el Instituto de Suelos publicó la última
versión en el año 1999 con el nombre de “Nueva Versión de
Clasificación Genética de los Suelos de Cuba”, la cual esta
siendo utilizada para la docencia y los servicios en Cuba. En
esta clasificación abierta se emplean 5 unidades taxonómicas,
Agrupamiento (14), Tipo (36), Subtipo (174) y Género (134) y
Especie (según el factor limitante).
El Agrupamiento reúne tipos de suelos que tienen en
común el proceso principal de formación del suelo y su grado
de evolución en relación con la interacción de los factores de
formación. Ellos, en su mayoría, se definen por el horizonte
principal de diagnóstico.
El Tipo genético es la unidad taxonómica básica de la
clasificación y comprende aquellos suelos que presentan una
manifestación clara de un mismo proceso de formación con un
grado de desarrollo análogo. En la mayoría de los casos se
define por horizontes normales de diagnóstico.
6
El Subtipo de suelos refleja las formas cualitativas de
manifestación del proceso de formación de los tipos genéticos
de suelos y puede constituir, además, transiciones entre los
tipos. Se define por los horizontes normales o por las
características de diagnóstico.
El Género está determinado por características
químico-mineralógicas del suelo, relacionado con la roca
madre o con la intensidad de lavado de las sustancias, la
mineralogía, el grado de saturación del suelo, la presencia de
rocas madres duras y compactas o fragmentadas a menos de
50 cm de profundidad (contacto lítico y paralítico).
Las Especies de los suelos se separan según los
factores limitantes de los suelos, establecido en el mapa de
suelos 1:25 000 (DNSF, 1990).
Para algunos autores (Callot et al., 1982) el análisis
pedológico aun es muy general, pues ellos se efectúan a una
escala de tiempo relativamente grande (millones de años) y
no tiene en cuenta el funcionamiento actual de los suelos a la
escala de vida de un vegetal (centenas de años). Los
pedológos, orientan sus investigaciones sobre los procesos
de evolución del suelo, alejándose progresivamente del
contexto agronómico.
Entonces Henin (1960), pedólogo francés, desarrolló el
concepto de perfil cultural, basado sobre todo en el estudio de
las propiedades físicas de las capas del suelo en medio
cultivado. Esta concepción más agronómica del suelo permite
adaptar mejor las técnicas culturales en función de la textura y
la estructura de los suelos. En particular, el estudio de la
porosidad del suelo y de la estabilidad de los agregados
estructurales muestran las posibilidades de colonización del
suelo por las raíces.
Esta concepción tiene relación estrecha con la
Edafología que se define como “la ciencia que estudia el suelo
desde el punto de vista de los vegetales que produce” a
diferencia de la Pedología , que lo considera como un cuerpo
7
aislado, sin casi tener en cuenta las consecuencias prácticas
que de su estudio se desprenden.
El presente documento tendrá este enfoque, aunque sin
soslayar los aportes que los pedológos cubanos han dado
para el manejo de los suelos.
2. Fertilidad y Productividad del suelo.
De las definiciones y conceptos antes analizados se
desprende que el manejo integrado del suelo, según Alfonso,
(1996), se vincula a la práctica de una Agricultura Sostenible y
esta depende ampliamente y promueve a largo plazo la
fertilidad y la productividad de los suelos y esto requiere una
comprensión básica de la interrelación planta - estructura textura - biota del suelo - materia orgánica.
La acción conjunta de los factores bióticos y abióticos
en el proceso de formación del suelo contribuye a la creación
de una capa superficial humosa muy apreciada por los
agricultores. El humus es el resultado de la descomposición
cíclica de la materia orgánica a consecuencia de la actividad
del edafón, que solubiliza y libera los nutrientes a ser
absorbidos por las plantas. En condiciones tropicales, la tasa
de acumulación de humus en el suelo es baja, por lo que es
muy importante fomentar el reciclaje intensivo de la materia
orgánica.
Fertilidad del suelo, es la aptitud de un suelo para
producir bajo un determinado clima. Esta aptitud se mide por la
abundancia de las cosechas qué el puede dar cuando se le
aplican técnicas agrícolas convenientes, y a la exigencia de las
cualidades y de la persistencia a largo plazo de esta aptitud de
producir. Se mide esta fertilidad por los rendimientos de las
plantas cultivadas. Ello significa que puede suceder que un
suelo fértil o rico, si es mal cultivado puede dar rendimientos
mediocres y viceversa, un suelo pobre puede dar rendimientos
aceptables si es bien cultivado. Por tanto se debe distinguir la
fertilidad natural o actual de la fertilidad adquirida o
8
potencial. En fin se debe diferenciar la fertilidad química de la
fertilidad física. (Lozet et Mathieu, 1986).
Al respecto Porta et al. (1999) introdujeron el termino
“Fertilidad sostenible o durable que implica que a largo plazo
siempre haya disponibilidad de nutrientes. En la práctica, en
ningún ecosistema el ciclo biogeoquímico es completamente
cerrado, si bien los que más se aproximan a esta condición son
aquellos ecosistemas forestales en estado estacionario, en los
que se pueda admitir que las pérdidas de nutrientes por erosión,
lavado y volatilización, se compensan con los aportes a partir
de la atmósfera y por meteorización de las rocas y minerales.
El ciclo de nutrientes según Porta et al. (1999) se puede
modelar como:
Figura 1. El ciclo de nutrientes.
Productividad del suelo, es la aptitud de un suelo a soportar
un cultivo o un sistema de cultivo en las condiciones normales
de explotación. Para entender como funciona la productividad
del suelo se deben reconocer las relaciones existentes entre el
suelo y la planta. Ciertos factores externos controlan el
crecimiento de las plantas: aire, calor (temperatura), luz,
9
nutrientes y agua. Esta productividad depende de la fertilidad
natural y de la fertilidad adquirida. (Lozet et Mathieu, 1986)
Por tanto es necesario conocer que la fertilidad
natural del suelo es la capacidad de sostener a la planta e
influir en su rendimiento. El suelo junto con factores como el
clima y la forma de agricultura dan por resultado la
productividad.
Para Espinosa (1997) la fertilidad es vital para que un
suelo sea productivo. Al mismo tiempo, un suelo fértil no es
necesariamente un suelo productivo. Factores como mal
drenaje, insectos, sequía, pendiente, etc. pueden limitar la
producción, aun cuando la fertilidad del suelo sea adecuada.
Otros autores como Kolmans y Darwin (1995),
establecen una relación entre la salud de las plantas y la
fertilidad orgánica y la exponen de la siguiente forma:
Figura 2. Relación entre la salud de las plantas y la fertilidad
orgánica.
10
3. Uso de los suelos.
Cuando se vaya a valorizar una región para ser cultivada
se pueden agrupar sus suelos en clases de productividad, por lo
que los conceptos de fertilidad y productividad determinan el
uso de los suelos. Atendiendo a su capacidad productiva y
susceptibilidad a la erosión hídrica (es el proceso erosivo
determinado por la acción del agua sobre el suelo y
comprende la acción de la lluvia y la escorrentía), es posible
clasificar los suelos en 8 clases agrológicas o
Agroproductivas. (Cabrer y García, 1965).
Las cuatro primeras clases, constituyen un grupo de
suelos apropiados, en distintos grados, para establecer en
ellos cultivos anuales, que exigen escardas o remociones
periódicas de tierras. Comprende aquellos terrenos laborables
con maquinaria agrícola pesada o con tracción animal, y que
tienen grado de pendientes variables; además de suficiente
fertilidad natural para permitir el desarrollo, por lo menos
mediano, de los cultivos.
Un segundo grupo de suelos, que comprende las clases
V, VI, VII y VIII, son tierras apropiadas para establecer en ellas
vegetación permanente (potreros, cafetales, cacaotales,
maderables, frutales, bosques, etcétera). Se presenta a
continuación las clases, sus principales características y usos.
Clase I. Comprende terrenos apropiados para el cultivo. No
requiere prácticas de conservación antierosivas.
Tienen relieve llano o de ligera pendiente, son fáciles de
trabajar, que no tienen piedras en la capa arable. Son suelos
profundos, de fertilidad natural que varia de mediana a alta. Por
lo general son los suelos más productivos, tienen buen drenaje.
Pueden ser usados en todos los cultivos agrícolas.
Cuando están sujetos a una explotación continuada de
cosechas, requieren la conservación y aumento de la fertilidad
natural mediante el suministro adecuado de fertilizantes, abonos
orgánicos, abonos verdes, rotación de cosechas, etc.
11
Comprende el agrupamiento de suelos Ferralítico y
Ferrálico, los subtipos Ferralítico Rojo y Ferrálico Rojo, en
particular para ambos, los subtipos típico, compactado,
lixiviado, hidratado, nodular y húmico y algunos subtipos de
los tipos Ferralítico Amarillento lixiviado y Ferrálico
Amarillento, todos presentes en la Llanura Roja Habana
Matanzas.
Clase II. Comprende terrenos apropiados para el cultivo.
Requiere siempre prácticas simples de conservación
antierosivas de suelos.
Son suelos de relieve ondulado a ligeramente alomado,
capa arable de cierta profundidad y de buena a mediana
fertilidad natural. Están expuestos a los efectos de la erosión por
el agua o por el viento. Exigen contrarrestar la erosión,
conservación de las aguas, simples medidas de drenaje,
eliminación de piedras, aumento de la fertilidad natural.
Pueden ser usados en numerosos cultivos de modo
permanente, cuando exista un buen manejo de los mismos y se
empleen practicas de conservación tales como: cultivos en
surcos a nivel, cultivos en fajas, cultivos de coberturas, rotación
de cultivos, sistemas sencillos de terrazas, etc.
Comprende la mayor parte de los suelos de los
agrupamientos Fersialítico y Pardo Sialítico y los restantes
subtipos de los agrupamientos Ferralítico y Ferrálico (estos
últimos no necesitan medidas antierosivas).
Clase III. Comprende terrenos apropiados para el cultivo.
Requieren siempre prácticas complejas o el uso intensivo de
métodos combinados de conservación de suelos y de agua.
Son suelos de relieve en pendiente o declive de
consideración, perfil del suelo de mediana profundidad, fertilidad
natural mediana y muy susceptible a los efectos de la erosión
severa.
12
Para su uso en la agricultura, requieren el empleo
combinado de los sistemas antierosivos que se aplican en los
cultivos en pendientes.
Dentro de los principales agrupamientos de suelos que
se encuentran en esta clase están: el Ferrítico, el Alítico y el
Húmico Sialítico
Clase IV. Comprenden terrenos que sirven únicamente para
cultivos muy limitados, es decir, son tierras que pueden
utilizarse ocasionalmente en algunos cultivos. Requieren
prácticas intensivas de conservación de suelos y de agua.
Relieve que varia desde un elevado grado de pendiente,
a una mediana inclinación o a veces hasta llano, capa arable de
poco espesor o de mediana profundidad, propiedades físicas
desfavorables para la retención de la humedad , fertilidad de
mediana a baja, susceptibilidad severa a la erosión.
Estos suelos no son buenos para los cultivos en surcos,
se emplean mejor para vegetación permanente. Cultivos
intensivos en esta clase de tierra solo se justifican en caso de
gran emergencia o necesidad. Las regiones llanas de drenaje
imperfecto aunque no están expuestas a la erosión que no son
apropiadas para cultivos en surcos por el largo periodo en que
están saturadas de agua. Se consideran dentro de esta clase.
Comprende los agrupamientos: Vertisol (varios
subtipos), Fluvisol (algunos subtipos) y Antrosol.
Clase V. Comprende terrenos impropios para cultivos en surcos
pero que pueden emplearse en vegetación permanente
(potreros, repoblación forestal, bosques, sirvo pastoreo, etc.)
Son terrenos de poca pendiente y no están sujetos a
erosión apreciable. Es decir, que los terrenos de esta clase son
casi llanos. No pueden cultivarse a causa de la excesiva
pedregocidad o elevada humedad
por estar sujetos a
inundaciones, salinización secundaria o primaria.
Se pueden utilizar en potreros con un buen manejo, o en
bosques.
13
Comprende suelos de los agrupamientos: Vertisol
(algunos subtipos), Hidromorficos, Halomorficos, Histosol y
Fluvisol (algunos subtipos).
Clase de la VI a la VIII. Comprende terrenos no apropiados
para el cultivo o para vegetación permanente.
Son suelos con pendientes superiores a 20%, poco
profundos, muy sensibles a la erosión y expuestos a la lluvia,
excesivamente pedregosos o rocosos.
Solo pueden ser utilizados para la reforestación y en la
clase VI en sirvo pastoreo con buen manejo. Requiere medidas
costosas de conservación de suelos. Comprende los
agrupamientos de suelos Poco Evolucionados.
En los últimos años se ha establecido para Cuba una
modificación para el uso de los suelos, la que se ajusta más a
los sistemas de producción de la Agricultura Cubana, por lo
que se han definido y utilizan las Categorías
Agroproductivas, las cuales determinan el establecimiento
de los Rendimientos Mínimos Potenciales (RMP) de los
sistemas de riego o campos y se fundamenta en la definición
de la Capacidad Agroproductiva de cada suelo frente a un
cultivo en específico.
El método utilizado es el inductivo-cuantitativo, donde
se combinan factores edafoclimáticos con el comportamiento
de los rendimientos de 21 cultivos en los diferentes tipos de
suelos; a partir de ahí es posible inducir los rendimientos
mínimos potenciales.
Para dicha evaluación Agroproductiva de los suelos se
fijaron las cuatro categorías siguientes:
I Muy Productiva: En estos suelos es posible alcanzar los
máximos rendimientos previstos para un cultivo; no hay
afectaciones de Factores Limitantes o su incidencia es
mínima; tienen una expectativa de rendimiento que oscila
entre 70 y 100% de los Rendimientos Mínimos Potenciales
(RMP).
14
II Productiva: Es posible alcanzar altos rendimientos; por lo
general aparecen limitantes de carácter poco severo o que no
tienen una marcada incidencia sobre la mayoría de los
cultivos; estas limitantes pueden ser atenuadas o eliminadas
con determinadas prácticas en el manejo de los suelos; tienen
una expectativa de rendimientos que varía entre 50 y 70% de
los RMP.
III
Medianamente Productiva: Existe una acentuada
influencia de los factores limitantes sobre el desarrollo de los
cultivos; por lo general requieren de prácticas específicas. En
dependencia de los factores limitantes que ocurran en estos
suelos, cuando se manejan de forma adecuada es posible
alcanzar
rendimientos que se corresponden con una
categoría superior (II). En esta categoría (III) se obtiene entre
30 - 50% de los RMP
IV Poco Productivo: Suelos con limitantes severas, se
afecta sensiblemente el desarrollo y rendimiento de los
cultivos; el potencial productivo es bajo, sin embargo, no están
totalmente excluidos desde el punto de vista agrícola;
excepcionalmente se pueden obtener resultados aceptables
en especies muy específicas. Requieren de un manejo bien
diferenciado que puede incluir prácticas especiales o
complejas. La expectativa de rendimiento para estos suelos es
inferior al 30% de los RMP.
4. La conservación de la estructura de los suelos.
Si se recuerda la definición de fertilidad, ella ésta regida
en primer lugar por el estado físico (fertilidad potencial) y esta a
su vez por las modificaciones que sufre la estructura del suelo,
que es variable en dependencia de los factores que sobre ella
incidan. Es prudente diferenciar entonces el concepto de
estructura (un estado momentáneo) al de su estabilidad
estructural (cambios de ese estado).
15
La estructura es el resultado de la forma en que están
asociados los constituyentes elementales de la tierra (arcilla,
limo, arena). Este término evoca el arreglo espacial de las
partículas minerales y su eventual unión por las sustancias
cementantes tales como: materia orgánica, arcilla y óxidos. Para
caracterizar una estructura es necesario estudiar la disposición
de sus elementos constituyentes bajo tres puntos de vista:
a. La importancia de los poros vacíos y de los llenos (la
Porosidad).
b. La resistencia de las ataduras de los constituyentes
elementales entre sí (cohesión) y la resistencia de las
ataduras que unen los agregados entre sí (cohesión de la
masa del suelo con respecto a un agente exterior).
c. Forma, tamaño de los elementos estructurales (figura 1)
y tipos (Figura 2)
Figura 3. Diferentes formas de agregados.
16
Figura 4. Tipos de estructuras
Por su parte, estabilidad estructural es la aptitud de un
suelo a resistir más o menos la acción de los agentes externos,
principalmente el agua, sin destruirse.
Importancia de la estabilidad estructural.
Cuanto mayor tiempo dure un estado de la estructura
que sea favorable para el cultivo, sea este estado natural o
logrado por el trabajo del hombre, es decir, una estructura con
una estabilidad estructural elevada, la adaptación del cultivo en
cuestión será mejor. Este es el gran dilema (paradigma) que se
le presenta al agrónomo o al agricultor a la hora de preparar su
tierra o al manejar el suelo de forma general, es decir, la
conservación de la estructura.
4.1. Medidas de conservación de suelos.
En el pasado, y aún hoy en día en muchas partes, el
énfasis de las prácticas o medidas de conservación era
controlar las tasas de pérdidas de suelo por erosión,
expresada en Mg/ha o mm por año. Las medidas de
conservación generalmente mecánicas, estaban dirigidas a
reducir la erosión a una tasa aceptable llamada tolerancia de
pérdida de suelo. Actualmente ha cambiado el énfasis ya que
17
se considera que los efectos de la erosión no son sólo
pérdida de profundidad del suelo, sino pérdida de nutrientes y
de materia orgánica, y de deterioro de las propiedades físicas.
Por ello ahora las prácticas de conservación tratan de
integrar, a través de medidas o prácticas agronómicas o
biológicas, el control de la erosión y el mantenimiento de la
fertilidad química, física y biológica del suelo. Preservar el
agua de lluvia donde cae engloba los principios de reducir la
erosión del suelo y al mismo tiempo mejorar la capacidad de
retención de agua aprovechable por las plantas. También en
ese sentido, las prácticas agronómicas de manejo de suelos y
cultivos son generalmente más efectivas que las prácticas
mecánicas u obras de ingeniería para el manejo del agua.
Entre las prácticas de manejo de tierra s para el control de la
erosión, el establecimiento de una adecuada cobertura de
plantas no solo es la más barata y efectiva medida de
conservación, sino la que también conduce a una mejor
explotación de los recursos tierra y agua. (Pla Sentís, 1996)
citado por FAO, (1996).
Las medidas de conservación agronómicas son, en lo
esencial, técnicas mejoradas de manejo de suelos, los cultivos
y el ganado, que guardan estrecha relación con las prácticas
agrícolas normales, pero que están diseñadas o elegidas
especialmente para facilitar la conservación. Sin embargo,
antes de aplicarlas en una nueva localidad, se debe examinar
meticulosamente
su compatibilidad
con los métodos
agrícolas y los sistemas de cultivos existentes, al mismo
tiempo que su eficacia posible para luchar contra la erosión en
las condiciones imperantes. (FAO, 1990).
Para el establecimiento de las medidas agronómicas que
más adelante se citaran, se tiene en cuenta los principales
efectos de la vegetación en cuanto a la protección del suelo:
1. Interceptar las gotas de lluvia, absorbe su energía y
reduce la escorrentía.
2. Retarda la erosión al disminuir la velocidad de
escorrentía.
18
3. Limita el movimiento del suelo desprendido.
4. Mejora la agregación y porosidad del suelo por efecto
de las raíces y residuos de plantas.
5. Aumenta la actividad biológica del suelo.
6. Aumenta la capacidad de almacenaje de agua en el
suelo al disminuir su humedad por la transpiración.
Estos efectos de la vegetación varían estacionalmente,
por las especies, suelos y clima, así como por la calidad del
material vegetal que suministra (raíces, residuos de plantas,
ramas terminales, etcétera).
Las principales medidas o prácticas agronómicas son:
Cultivos múltiples o policultivos. Que son los cultivos
que se pueden definir en general como cultivos de más
de una especie en una misma parcela de tierra durante
un año. Son eficientes por si solas en pendientes
menores del 12%.
Cultivos siguiendo las curvas de nivel o siembra en
contornos. Para la lucha contra la erosión, el cultivo
siguiendo las curvas de nivel es mejor que el laboreo
vertical de las pendientes, combinado con otras
medidas de conservación puede ofrecer excelentes
resultados. Son efectivas para pendientes menores del
12%.
Cultivos en fajas. Es una práctica en que los cultivos
se siembran o plantan siguiendo un orden sistemático
de fajas o bandas que sirven de barreras al agua y a la
erosión eólica. Existen tres tipos principales:
1) Cultivos en fajas siguiendo las curvas de nivel: Se
plantan dos o más cultivos siguiendo las curvas de
nivel en fajas alternativas.
2) Cultivos en fajas en campo: Las fajas alternativas
son de una anchura uniforme a lo largo del campo y
no se ajustan necesariamente a la curva de nivel.
Esta forma se suele practicar en una topografía muy
irregular.
19
3) Cultivos en fajas rompevientos: Se plantan cultivos
altos resistentes al viento alternativamente en fajas
más estrechas perpendiculares a la dirección de los
vientos predominantes.
Esta forma es efectiva en pendientes menores del
12%.
Cobertura del suelo con rastrojos o “mulch”.
Esta práctica es bastante eficaz para luchar contra
la erosión porque protege al nivel del suelo,
formando una cobertura contra la erosión por
impacto de las gotas de lluvias y la constitución de
una sobrecapa. Es efectiva hasta un 15% de
pendiente.
Cultivos de coberturas. Son cultivos densos que
se plantan principalmente para proteger el suelo
entre cultivos arbóreos o cultivos semipermanentes
o entre las estaciones o intercosechas (estación de
lluvias intensas). Los cultivos de coberturas pueden
ser gramíneas o leguminosas, anuales o perennes,
solos o asociados, según sean las necesidades
reales. Son muy eficientes como medidas
antierosivas en pendientes menores al 16%.
Labranza mínima. Se define como la manipulación
mínima del suelo necesario para la producción de
cosechas. Una expresión más amplia, la labranza
de conservación, se utiliza a veces para insistir en el
tipo de sistema de labranza que reduce las pérdidas
de suelo y agua. Son efectivas solo combinadas con
otras medidas de conservación.
Barreras vegetativas. Son arbustos o gramíneas
resistentes plantadas a través de una pendiente con
el fin de retrasar el arrastre del suelo pendiente
abajo. Se pueden establecer a menores distancias
para formar terrazas naturales a la distancia a que
se construyen los bancales o mayor distancia,
similar a la calculada para los diques de laderas, a
20
las que se le instalan drenajes de nivel cada dos
barreras, para luchar contra la escorrentía excesiva.
Los cultivos más utilizados en Cuba como barreras
son: Vetiver (Vetiveria zizanoides), Piñón amoroso
(Gliricidia
sepium),
Leucaena
(Leucaena
leucosephala), Piña de ratón (Bromelia pinguin
Lindl.), Piña (Annana scuamosa), Caña de azúcar
(Sacharum oficinalis), Platano (Musa paradisiaca),
Millo forrajero (Sorghum annum), etcétera.
Aunque se consideran medidas de acondicionamiento
del suelo, se pueden señalar como medidas efectivas
combinadas a las anteriores, las siguientes:
Uso de abonos orgánicos, (estiércol y compost)
y abonos verdes. Incorporan materia orgánica al
suelo para mejorar tanto su fertilidad como su
estructura. Los abonos verdes además de aportar
materia orgánica y reponer los nutrientes de las
plantas, mejora la estructura del suelo y reduce al
mínimo la escorrentía y la erosión.
Rotación o sucesión de cultivos, entre los cultivos
utilizados en las rotaciones cabe mencionar los
cultivos en hileras, los granos, las leguminosas y las
gramíneas o sus mezclas. La inclusión de estas
últimas no sólo enriquecerá las reservas de
nutrientes, sino que mejorará asimismo la estructura
del suelo.
5. Degradación de la estructura.
Definición:
Es difícil definir el término degradación del suelo cuando
existe una enorme variación de suelos, clima y desarrollo
socioeconómico. Se define como la reducción, en términos de
cantidad y calidad, de la capacidad actual y/o futura del suelo
para la producción vegetal. Para precisar mejor este término es
importante identificar los límites críticos de las propiedades del
suelo y los procesos que limitan su uso potencial. Desde el
21
punto de vista agrícola, este límite crítico es el punto en el cual
el suelo no puede soportar una agricultura comercial o de
subsistencia.(Benites et al., 1994)
Por otra parte en el documento emitido en La Cumbre
para la Tierra, (1992) por degradación de tierras se entiende
la reducción o la pérdida de la productividad biológica o
económica y la complejidad de las tierras agrícolas de secano,
las tierras de cultivos de regadíos o las dehesas, los pastizales,
los bosques y las tierras arboladas, ocasionadas en zonas
áridas, semiáridas y subhúmedas secas, por los sistemas de
utilización de la tierra o por un proceso o una combinación de
procesos, incluido los resultantes de actividades humanas y
pautas de poblamiento tales como:
i) la erosión del suelo causada por el viento o el agua.
ii) el deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas
o de las propiedades económicas del suelo, y
iii) la pérdida duradera de vegetación natural.
En términos generales la degradación del suelo provoca
alteraciones en el nivel de fertilidad del suelo y
consecuentemente en su capacidad de sostener una agricultura
productiva.(Da Veiga y Do prado, 1994).
Por último se entiende por DESERTIFICACION la
degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y
subhúmedas secas, resultantes de diversos factores, tales
como los climáticos y las actividades humanas. (Cumbre para
La Tierra, 1992).
Por tanto la desertificación puede considerarse como la
consecuencia final de la degradación de los suelos. Se define
como "la disminución o destrucción del potencial biológico de la
tierra, proceso que a la postre puede llevar a una situación casi
desértica", (Nahal, 1986). La Comisión Mundial sobre el Medio
Ambiente y Desarrollo (PNUMA, 1984) señala que el 29% de la
superficie terrestre del planeta sufre una desertificación ligera,
mediana o grave, mientras que el 6% se considera como
desertificado en grado sumamente grave.
22
La desertificación es un problema medioambiental que
afecta a casi la mitad de los países. Se estima que se pierden
cada año entre 6 y 27 millones de hectáreas de tierra,
dependiendo de las regiones, debido a la desertificación. Un
70% de las zonas áridas, que ocupan un tercio de la superficie
terrestre, y en especial aquéllas que rodean los desiertos, se
encuentran lo suficientemente deterioradas como para ser
vulnerables a este proceso.
Más que el simple avance de las dunas, la desertificación
implica una degradación del suelo tan grande que la tierra
pierde la capacidad de sostener su riqueza y diversidad
biológica. La principal causa de este proceso es la escasez de
lluvias, pero el sobrepastoreo, la deforestación, la irrigación
excesiva y las prácticas agrícolas poco apropiadas, contribuyen
a acrecentar significativamente el problema. Una vez que se
despoja a la tierra de su vegetación por alguna de estas causas,
el viento y la erosión del agua dan lugar a unas tierras débiles y
áridas que no se recuperarán en siglos. (Encarta, 2003).
5.1. Formas de la degradación
La degradación del suelo puede ser cuantitativa, por
ejemplo, la pérdida del suelo debido a la erosión; o cualitativa,
como la disminución de la fertilidad, cambios estructurales,
cambios en la tasa de aireación / humedad, cambios en el
contenido de sales y compuestos alcalinos, contaminación con
algunos compuestos químicos y cambios en la flora o fauna del
suelo. La degradación del suelo puede ser también un
fenómeno natural, por ejemplo, la formación de fragipanes, de
lateritas/plintitas, o puede ser causada por el hombre.
Según Benítez et al. (1994) la degradación puede ser
también erosiva y no erosiva, los tipos de degradación noerosiva más comunes son:
- compactación y quema,
- disminución de la fertilidad del suelo,
- pérdidas de materia orgánica,
- problemas con el uso no agrícola del estiércol,
23
- cambios estructurales: laterización, encostramiento y
formación de panes,
- acidificación,
- acumulación de compuestos tóxicos y plagas,
- degradación de suelos como consecuencia del anegamiento,
la salinización o alcalinización.
Factores causales de la degradación. (Salazar, 1994).
1.- Deforestación.
2.- Sobrepastoreo.
3.- Actividades agrícolas.
4.- Sobre explotación.
5.- Actividades bioindustriales.
Baste señalar que en Norte y Centroamérica hay 91
millones de hectáreas afectadas por la tercera causa de
degradación, siendo la más significativa.
Según Robert (1997) la degradación es una interacción
de los tres procesos siguientes (Fígura 5).
Degradación física donde la erosión aparece como el
fenómeno dominante en el sur del globo y en las regiones de
temperaturas moderadas (ejemplo Francia).
Degradación física y química con la salinización más a
menudo vinculada con la irrigación.
Degradación química por acidificación y contaminación.
Y finalmente la degradación biológica que acompaña a
menudo los otros tipos de degradación y puede conducir a la
desertificación.
24
Figura 5. Los diferentes procesos de degradación de los
suelos.
La degradación de tierras depende en parte de las
características de suelos y clima, pero se debe
fundamentalmente a un uso y manejo inadecuado de los
recursos suelo y agua. El agua es el principal factor causante
de la degradación de los suelos, pero a su vez es el recurso
más afectado por dicha degradación. Uno de los principales
efectos de la degradación de suelos es la pérdida de
capacidad de los suelos para regular el régimen hídrico tanto
a nivel local como de cuencas hidrográficas, lo cual afecta
negativamente la suplencia regular de agua, en cantidades
adecuadas, para usos agrícolas, urbanos e industriales.
Por otro lado, para lograr incrementar y regularizar la
producción agrícola de las tierras, y para contrarrestar uno de
los principales efectos negativos de la degradación de suelos,
crece la necesidad de utilizar agua para riego, lo cual puede
llevar al agotamiento de las reservas de agua superficial y
subterránea, y a incrementar la competencia de uso para otros
fines. Por lo tanto este desarrollo agrícola no será sostenible,
y de no encontrarse soluciones alternativas pudiera resultar en
consecuencias catastróficas dentro de unas décadas. Los
objetivos supuestamente conflictivos de productividad de
agroecosistemas y su vulnerabilidad a la degradación
ambiental son controlados por los mismos factores (suelo,
clima, topografía, manejo) y procesos hidrológicos
fundamentales (El-Swaify y Evans, 1999).
25
6. Recuperación de la estructura o manejo del suelo.
Este aspecto es quizás uno de los más importantes, por
cuanto en él se resume prácticamente todo el manejo del
suelo. Un buen manejo de suelo implica la generación
significativa de materia orgánica– biomasa (vegetal y animal).
La sostenibilidad de la fertilidad del suelo esta en función de la
capacidad de autogeneración de biomasa del sistema
productivo. Recuperar la estructura, se refiere a restablecer la
estabilidad estructural de un suelo que por diversas causas ha
perdido su fertilidad natural y ha adquirido otra menos
favorable para el desarrollo de las plantas (funcionamiento del
suelo, Callot et al., 1982). Para lograrlo se deben conjugar
todos los factores que componen el sistema, es decir, ejecutar
las mejores opciones de manejo que influyen en el
restablecimiento de la materia orgánica (humus), principal
agente aglutinador o cementante de la estructura (puentes de
unión de las partículas del suelo).
Entre estos factores se encuentran:
 Aportes de materia orgánica.
 Rotación de cultivos, estos deben incluir abonos verdes de
alta relación C/N que hagan positivo el balance húmico del
suelo.
 Balance de los nutrientes para evitar acumulación de los
mismos.
 Utilización de Biofertilizantes, que no agredan la estructura.
 Restablecer mediante estimulación, la actividad biológica
(fauna y biota) del suelo o incluso por introducción de éstas
en el suelo.
 Sistemas de labranzas de conservación.
 Cultivos de coberturas
 Conocer el régimen hídrico de los suelos para establecer
sistemas de riegos que no deterioren la estructura.
6.1 . Aportes de materia orgánica.
Las materias orgánicas se manifiestan a través de una
serie de acciones directas o indirectas, la mayor parte
26
favorables a la vegetación y al suelo, la materia orgánica
aumenta la capacidad de almacenamiento de agua del suelo,
mejora la porosidad de los suelos compactados, regula la
aireación y la temperatura, crea una estructura granular
aterronada que favorece el desarrollo optimo de las raíces de
las plantas. Asimismo, tiene sustancias activas, aumenta la
actividad biótica, es rica en microorganismos, reprime y regula
el crecimiento desmesurado de las poblaciones de organismos
dañinos. La materia orgánica es una gran reserva de nutrientes
que es liberada poco a poco para su empleo e impide su
arrastre por la erosión.
a) Ciertos aportes de materia orgánicas (raíces de plantas
cultivadas y en particular de plantas de prados) intervienen
directamente en la creación de una estructura favorable, (figura
6).
27
Figura 6. Modo de formación de agregados al contacto con las
raíces (según Tinker, 1976 y Greenland, 1979).
1- Unión de las partículas por los puentes de mucílagos en
el curso de la retracción del suelo en la interfase
suelo/raíz.
2- Agregado de partículas en los alrededores de la raíz,
construido en el curso de las diversas fases de
desecación y humectación.
b) La microflora del suelo depende de los aportes de materia
orgánica fresca. Las poblaciones microbianas son capaces de
multiplicarse o de desaparecer brutalmente según la presencia
o ausencia de los metabolitos nutritivos indispensables.
c) El humus tendrá, según diversos autores, un efecto
estimulante con respecto a la vegetación.
Las fuentes más conocidas de materia orgánicas son:
Pajas de diferentes gramíneas, compost de pajas, abonos de
granjas, constituyen las fuentes orgánicas por excelencia
(estiércoles equinos, bovinos, porcinos, ovinos,
avícolas,
estiércoles de granjas mixtos, frescos y mineralizados), los
restos de cosechas, los abonos verdes (leguminosas,
gramíneas y crucíferas), los residuales domésticos
e
industriales.
Otras fuentes diversas son: los productos comerciales
(super humus, etc...), desechos de industrias fitógenas. (café,
bagazo, cachaza etc.), turba, desechos de podas, aserrín,
compost vegetales, algas marinas, guanos de murciélagos etc.
6.2.
Rotación de cultivos.
Rotación o sucesión de cultivos se define como "el
orden de sucesión en la misma parcela de plantas que
pertenecen a especies e incluso sencillamente a variedades
diferentes". Se debe tener en cuenta el efecto que realiza el
cultivo sucesor y antecesor, de donde se derivan el concepto de
28
simpatía y antipatía en dependencia del efecto que hace un
cultivo sobre el cultivo principal. También algunos autores lo
llaman alelopatía. Entre los cultivos utilizados en las rotaciones
cabe mencionar los cultivos en hileras, los granos, las
leguminosas y las gramíneas o sus mezclas. La inclusión de
estas últimas no sólo enriquecerá las reservas de nutrientes,
sino que mejorará asimismo la estructura del suelo.
A continuación (Cuadro 1), se expone un ejemplo de
una rotación con la papa como cultivo cabeza de rotación o
cultivo principal, en un suelo Ferralítico Rojo con contenidos
bajos de materia orgánica (< 2%).
29
Cuadro 1. Rotación de cultivos propuesta para fincas con contenidos de MO < 2%.
30
Abreviaturas
H = Hortalizas (Col, Tomate, Cebolla, Ajo, Pimiento), Re = Remolacha, P = Papa (este cultivo rotará
2 años si y uno no), L.M. = Labranza o laboreo Mínimo, Bo = Boniato, Hb = Habichuela, Za =
Zanahoria, Pe = Pepino, Ca = Calabaza, Mz = Maíz (podrá ser cosechado tierno a los tres meses o
seco a los 4 meses), Fj = Fríjol Común (sembrado como precedente de la papa puede ser de un
ciclo de 80 días y como sustituto de la papa en la rotación su ciclo podrá ser de variedades de hasta
110 días.
G + AV = Asociación de Maíz o Sorgo + Abono Verde (Vigna, Canavalia, Fríjol Terciopelo, Dolicho), la
distribución espacial de ambos cultivos será de 2:1 (2 surcos de gramínea y uno del abono verde).
Asociado con el maíz puede sembrarse calabaza, o también se pueden asociar habichuela para el
consumo y/o fríjol común, ello permitirá además el control de las malezas, e introduce el concepto de
policultivos en el sistema y contribuye a elevar el Índice Equivalente de la Tierra (IET).
En los suelos con valores de materia orgánica < 2%, es recomendable también, aportar
materia orgánica directamente en la preparación en la última labor de grada antes del surcado, a
razón de: 20-25 t/ha (estiércoles, cachaza, etc.), el compost en menor volumen a razón de 5-10 t/ha y
el humus de lombriz a razón de 4 t/ha localizado en el surco, en estos casos es necesario balancear
la adición de nutrientes que efectúan dichos abonos orgánicos, incluido los nutrientes que pudieran
reciclar los abonos verdes. Igualmente es necesario aclarar que de disponerse de materia orgánica
suficiente, esta puede aplicarse todos los años.
31
Estas propuestas de rotaciones no constituyen un esquema
único y como toda rotación son flexibles debiendo cumplir
con los principios establecidos para las mismas, los que se
exponen a continuación.
6.2.1. Principios generales de la rotación de cultivos.
Los principios generales que debe cumplir una buena
rotación son:
1.- Que desde el punto de vista nutricional la secuencia sea
ventajosa o al menos no perjudicial. Preferiblemente deben
alternarse plantas capaces de extraer nutrientes de las capas
más profundas del suelo a las más superficiales.
En el ejemplo del Cuadro 1, la papa puede aportar a la reserva
del suelo gran cantidad de nutrientes los
que serán
aprovechados por el cultivo que le sucede, en el caso que
fuera una asociación de una gramínea con leguminosa,
utilizada esta última como abono verde, la misma además de
aprovechar dichos nutrientes, a su vez dejaran en el suelo
materia orgánica y reciclaran adicionalmente nutrientes que
extraerán las raíces de las gramíneas de la profundidad y la
leguminosa facilitará Nitrógeno que fijaron de la atmósfera por
la simbiosis que se produce entre sus raíces y las bacterias
fijadoras de N.
2.- Hay que hacer alternar las plantas de enraizamiento
profundo con las de enraizamiento superficial.
El ejemplo de los sistemas radicales ramificados y pivotantes
de las gramíneas y leguminosas respectivamente o la
asociación de ambas, sembrados después de cultivos de
raíces superficiales como la papa u otros cultivos hortícolas es
un ejemplo de esa alternancia.
3.- Características de los suelos y su abastecimiento de agua.
Los tipos de suelos, su fertilidad natural, teniendo en cuanta
sus reservas de nutrientes y el contenido de materia orgánica,
variables según el uso y el manejo que se le haya dado, se
deberá tener en cuenta a la hora de seleccionar la secuencia
de cultivos de la rotación, lo que determinará el cultivo
principal o cabeza de rotación. Por lo que la rotación escogida
conserve y mejore los suelos bajo explotación mediante
proyectos de agricultura sostenible aplicando medidas
agrotécnicas reconocidas, como materia orgánica del tipo que
mejor se acomode al lugar y puede incluir abonos verdes.
4.- Necesidad de flexibilidad en el programa de rotación.
Esta no deberá ser rígida sino que debe variar de acuerdo con
la planificación de la producción que se realice, los intereses
económicos y las demandas del mercado local. Esta
producción de alimentos energéticos, proteicos, y vitamínicos
debe ser máxima con el mínimo de insumos tanto en la
producción por superficie como por hombre sin deterioro del
medio ambiente. Pudiendo cambiar en función de los intereses
de los productores y el mercado.
5.- Medidas para el tratamiento de la fertilidad y para el control
de malezas, insectos y enfermedades.
Bien manejado puede constituir además de un buen balance
de la nutrición (reciclaje) y entrada al sistema de materia
orgánica, un control de las malezas, plagas, enfermedades y
nemátodos, al romper los ciclos de desarrollo de las mismas, al
no ser hospederas de plagas y vectores de enfermedades que
afectan al cultivo sucesor.
6.- Distribución de la mano de obra y necesidad de equipos por
unidades de producción.
La distribución de la fuerza de trabajo y los equipos se
planificaran de acuerdo con los cultivos que se van a
establecer en la rotación, lo que permitirá un mejor balance a
la hora de contratar mano de obra y empleo de equipos e
implementos de trabajo.
33
7.- Eficiencia económica del área durante todo el período de
rotación.
Como se dijo anteriormente en relación con la flexibilidad de la
rotación, esta debe arrojar siempre un índice equivalente de la
tierra (IET) máximo, el que representa el área relativa de tierra
cultivada en unicultivo que se necesita para obtener la misma
producción que en asociación. El IET se asume para expresar
las ventajas de los sistemas de cultivo respecto a los
unicultivos.
6.3.
Uso y manejo de los abonos verdes.
El abono verde se define como aquel cultivo que se
siembra con el objetivo de obtener o producir materia vegetal
(biomasa) para ser incorporada al suelo o para dejarlo en
cobertura permanente (cultivo de cobertura). Las Mejoras
que se le atribuyen son:
- Enriquecimiento en humus de los suelos.
- Protección del suelo.
- Activación de la vida microbiana.
- Reducción de malezas y los costos de limpieza.
- Reducción de enfermedades y plagas.
- Acción sobre la dinámica de los elementos fertilizantes.
- Conservación de la humedad si se deja semienterrado o en
cobertura.
Los suelos donde se va a utilizar el abono verde deben
ser, en primera instancia, suelos donde:
- Los tenores de materia orgánica estén bajos.
- Las propiedades físicas se presenten desfavorables.
- La actividad biológica se vea reducida.
- Síntomas de degradación (deterioro físico, químico o
biológico)
- Costras superficiales.
- Horizontes compactos.
Lugar del abono verde en la rotación.
34
- Puede ocupar un lugar entre dos cultivos (se considera en
ese caso como un cultivo intercosecha o intercalado).
- Puede ser un cultivo solo (se utiliza como tal en tierras ya
degradadas, barbecho dirigido).
- Asociado una parte del año a cultivos económicos.
Se utilizan fundamentalmente especies de las familias
siguientes: Leguminosas (Canavalia, Mucuna o Frijol de
Terciopelo, Vigna, Dolichos, Crotalaria, etc.)
- Gramíneas (Sorgo de grano o forrajero conocidos como millo
u otras gramíneas utilizadas con tal fin).
- Crucíferas (en menor grado).
Las cualidades requeridas para escoger las especies de
abonos verdes (según CIDICCO, 1997) son:
a) Para sistemas de cultivos perennes (café, cítricos, guayaba,
aguacate, etc).
Que sea fácil y rápido para establecerse.
Que controle la maleza.
Que cubra completamente el suelo.
Que crezca lentamente en relación al cultivo principal.
Que deje de crecer al bajar la humedad del suelo, pero
sobreviva a estaciones de sequías prolongadas.
b) Para sistemas de cultivos anuales.
Que sea de rápido establecimiento y de bajo costo.
Que produzca semillas o material vegetativo (biomasa) en
grandes cantidades.
Que cubra el área rápidamente.
Que sea fácil de eliminar.
Que promueva mayor penetración de las raíces del cultivo
principal.
Que Acumule nutrientes rápidamente.
Que libere lentamente los nutrientes, sincronizado con la toma
de los mismos por el cultivo principal.
La débil incidencia húmica de los abonos verdes se
debe a una falta de envejecimiento de los tejidos vegetales
(tenores de lignina). Mientras más joven se entierre el abono
35
verde actuará como un fertilizante orgánico (y no como
enmendante húmico). Si es posible esperar el endurecimiento
de los tejidos y su lignificación, entonces el efecto
"fertilizante" desaparecerá ante el efecto "humus".
La alta fermentación de la mayoría de los abonos
verdes conlleva a tomar precauciones particulares en el
momento de su enterramiento, si desea evitar los accidentes
de gleyificación. Aún más que para las otras fuentes de abonos
orgánicos, debe velarse por evitar la falta de aire en su
descomposición bajo tierra.
El volumen de biomasa producida por los abonos
verdes depende de:
- La especie a cultivar.
- Las condiciones climáticas.
- La fertilización.
- El ciclo del cultivo (duración de la vegetación).
- El agua (la lluvia) y la fertilización determinan el tonelaje de
biomasa a producir.
- El grado de lignificación depende de la especie y del estado
vegetativo en que se enterró.
Esto a su vez define la interrelación de los factores
siguientes:
a) Clima del año.
b) Naturaleza de los cultivos que preceden y suceden.
c) La decisión del agricultor.
Resumen de beneficios.
Los abonos verdes aumentan las ganancias de los
agricultores. La reducción de los costos por fertilizantes,
limpieza o chapea y labranza, significa que los agricultores que
usan abonos verdes aumentan sus ingresos. Además, el
incremento en la fertilidad y en la eficiencia de los fertilizantes,
combinado con la reducción en las malezas y enfermedades
así como con una mejor disponibilidad del agua, a menudo
incrementan las cosechas del cultivo sucesor, aumentando así
los ingresos de los agricultores, CIDICCO, (1997).
36
6.4.
Balance de los nutrientes.
6.4.1. Nutrientes esenciales y su movimiento en el suelo.
Existen 16 nutrientes que se consideran esenciales para
el desarrollo vegetal (Figura 7)
Un nutriente es esencial para una planta cuando cumple
con las siguientes tres condiciones:
a) Su ausencia reduce drásticamente el crecimiento.
b) Su ausencia produce síntomas visuales.
c) Los síntomas son superables con el suministro del
nutriente.
Figura 7. Nutrientes esenciales para las plantas, según Floria
Bertsch, (1995)
Los nutrientes que la planta utiliza en mayor cantidad,
C, H, O, los obtiene principalmente del aire y del agua, aunque
37
puede tomarlos también del suelo a partir del CO2 disuelto en
el agua, de los OH, de los carbonatos, etc.
Según Floria Bertsch, (1995) del suelo la planta
absorbe como elementos mayores, o sea, en grandes
cantidades, el N y el K. Aunque el P generalmente se incluye
dentro de este grupo de mayores porque se aplica en grandes
cantidades, no es en realidad consumido por la planta en gran
magnitud, sino que su uso a partir del suelo resulta muy
ineficiente. El N además, puede ser fijado biológicamente a
partir de la atmósfera por algunas bacterias que se asocian a
las plantas.
Elementos medios se consideran el Ca, el Mg y el S, y
como elementos esenciales en pequeñas cantidades, o sea,
clasificados como oligoelementos o micronutrientes, están: Fe,
Mn, Zn, Cu, B, MO y Cl. Recientemente se ha incorporado a
esta lista el Ni. También, por supuesto, la gran mayoría de
estos elementos son susceptibles de absorberse foliarmente, si
le son suministrados a la planta por esa vía.
Entre las funciones que realizan los nutrientes en la
planta están las siguientes:
Nitrógeno (N): es esencial para el crecimiento de las plantas y
es necesario para la síntesis de la clorofila. Forma parte de
cada célula viviente. Componente de las proteínas y de
compuestos orgánicos. El 80% del aire es nitrógeno. Las
plantas absorben la mayoría del N en forma de iones amonio
(NH4+) o nitrato (NO3-)
Fósforo (P): es esencial para el crecimiento de las plantas y
no puede ser sustituido por ningún otro nutriente. Es parte
elemental en compuestos proteicos de alta valencia. Influye en
la formación de semillas y de raíces.
Las plantas absorben
la mayoría del P como ion ortofosfato primario (H2PO4-) y en
menor cantidad en forma de ortofosfato secundario (H2PO4=).
Potasio (K): es un nutriente esencial de las plantas. Es un
regulador de la fotosíntesis y la respiración. Se le confiere una
participación muy activa en la regulación osmótica e hídrica de
la planta. Es importante para la síntesis de proteínas e hidratos
38
de carbono, influye en la firmeza de los tejidos. Es absorbido
en forma iónica (K+). A diferencia del N y el P, el no forma
compuestos orgánicos en la planta. Su función principal esta
relacionada fundamentalmente con muchos y variados
procesos metabólicos.
Calcio (Ca): es parte fundamental en determinados
compuestos, necesario en la regulación del pH.
Magnesio (Mg): es parte elemental en compuestos
importantes como la clorofila.
Los micronutrientes corresponden a los elementos que
las plantas absorben en menor cantidad, pero que son
indispensables en los procesos vitales de las plantas. Actúan
como catalizadores en muchas reacciones bioquímicas. Entre
ellos se encuentran: El Hierro (Fe), Manganeso (Mn), Boro
(Bo), Cinc (Zn), Cobre (Cu), Molibdeno (Mo), Silicio (Si), Sodio
(Na), Cobalto (Co) y el Yodo (Yo).
Otros elementos, no esenciales pero que en algunos
casos pueden ser beneficiosos para las plantas, son el Co, el
Si, el Na, el Ga y el Va. Es importante señalar que para los
animales el B y el Mo no resultan esenciales mientras que si lo
son el Na, el Co y el l.
También, existen elementos que resultan tóxicos a las
plantas. El más importante de ellos es el Al, sin embargo, hay
otros metales pesados (Pb, As, Hg, por ejemplo) que dañan los
tejidos. Hay que recordar que la planta, en términos generales,
no es selectiva y puede absorber cualquier cosa que haya en
el suelo, le sea esencial o no.
Cada nutriente tiene formas químicas particulares de
absorción, algunas son catiónicas (N, K, Ca, Mg, Mn, Zn, Cu, y
Fe) y otras aniónicas (N, P, S, B, Mo, Cl). Es importante
favorecer la presencia de dichas formas en el suelo para
propiciar una buena absorción. El N es el único elemento que
puede absorberse tanto en forma aniónica como catiónica.
No necesariamente, las formas absorbibles son las
formas metabólicamente activas dentro de la planta. En el caso
39
del N y el S los iones absorbidos deben transformarse a
formas reducidas para actuar dentro de la planta.
La movilidad o traslocación de los nutrientes dentro de
la planta tiene relación con la ubicación de los síntomas
visuales que indican su deficiencia.
Para que ocurra una buena absorción de nutrientes,
además de los mecanismos fisiológicos de la membrana que
intervienen en la introducción de los nutrientes del suelo a la
raíz, son importantes otros procesos relacionados con la forma
en que los nutrientes se acercan de los diferentes puntos del
suelo a la raíz.
Según Floria Bertsch, (1995), existen tres tipos de
movimiento de nutrientes en el suelo: flujo de masas,
difusión e intercepción radical.
Flujo de masas. Es el movimiento que más repercusión
tiene sobre un mayor número de nutrientes, que consiste en el
arrastre de los elementos con el agua que se mueve hacia la
raíz por efecto de la transpiración de la planta. Al transpirar las
hojas de una planta, crean un déficit o gradiente de agua en el
ámbito de la raíz que establece una corriente continua de agua
de diferentes puntos del suelo hacia la raíz. La cantidad de
nutrientes que pueden ser movidos por esta forma depende de
la concentración del elemento en la solución y de la cantidad
de agua transpirada por peso de tejido. Cualquier factor que
afecte la intensidad de la transpiración, modificará el flujo de
masas, y por tanto la nutrición de esas plantas. Dentro de esos
factores que afectan la transpiración están la presencia de
agua en el suelo, la temperatura de aire, la humedad relativa,
el viento, la sombra artificial, los efectos de invernadero, las
corinas rompevientos, las aplicaciones de fertilizantes, y la
velocidad de restitución del elemento a la solución del suelo
afectan el volumen de nutrientes acercados a la raíz por el
flujo.
Difusión. Es el movimiento que ocurre a través de la
solución del suelo en respuesta a un gradiente de
concentración del nutriente. En este caso los nutrientes se
40
mueven de zonas de mayor concentración (solución de suelo,
especialmente si ha sido fertilizada) a zonas de menor
concentración (zona cercana a la raíz, en donde por efecto de
la absorción, se ha producido un déficit del elemento). La
difusión depende de factores como el coeficiente químico de
difusión de cada elemento, la magnitud del gradiente, la
textura, la cantidad de agua presente en el suelo, la superficie
de la raíz disponible ala absorción, la tortuosidad y la
viscosidad del medio. Existen dos elementos, el P y el K, cuyos
movimientos en el suelo están supeditados principalmente a
este mecanismo, de ahí que las aplicaciones localizadas de P
cobren sentido en función de elevar el gradiente.
Intercepción radical. Ocurre cuando las raíces se
extienden a través del espacio poroso e intercepten los
nutrientes que encuentren a su paso. Mediante este
mecanismo, se estima, que la planta puede obtener un 2% de
la concentración de nutrientes disponibles en el suelo, pues se
asume que más o menos, del 50% del espacio poroso del
suelo, corresponde el 1% al volumen ocupado por las raíces.
De estas estimaciones se deriva que este mecanismo solo
tiene repercusión para aquellos elementos, específicamente el
Ca, que se encuentran en grandes cantidades en la fracción
disponible. Otros nutrientes en que puede ser importante este
proceso son el Mg, el Mn y el Zn. El resto de los nutrientes
utilizan el flujo de masas para trasladarse hacia las raíces. La
importancia relativa de cada mecanismo se resume en el
Cuadro 2.
Cuadro 2. Importancia relativa de los tres tipos de movimiento
en el suelo, para los diferentes nutrientes, (según Floria
Bertsch, 1995).
41
Flujo de masas = Agua transpirada x concentración en solución.
Intercepción radical = 1% el intercambiable.
Difusión = Total absorbible – (flujo + Intercepción radical)
6.4.1.1. Fuentes principales de nutrientes.
Dentro de los sistemas integrados de suministro de
nutrientes para las plantas se encuentran diversas fuentes,
entre las que se pueden mencionar las siguientes:
a. Las fuentes de nutrientes minerales.
- Fertilizantes químicos.
. Diferentes formulaciones y portadores industriales.
. Portadores naturales (zeolita, carbonato de calcio, fosforita,
dolomita, yeso, etc.)
- Desechos industriales (fundiciones, minerías, etc).
b. Las fuentes más conocidas de materia orgánicas son:
- Abonos de granjas (estiércoles).
- Los restos de cosechas.
- Los compostes.
- Los abonos verdes.
- La cubierta vegetal o mulch.
- Los residuales domésticos.
- Desechos de industrias fitógenas y de animales.
42
- Fuentes naturales (turba, Guano de murciélago).
c. Las fuentes biológicas (Biofertilizantes) más utilizadas
son:
-Fijadores simbióticos del nitrógeno
(Rhizobium y
Bradyrhizobium)
-Fijadores asimbióticos del nitrógeno (Azotobacter y
Azospirillum)
-Microorganismos solubilizadores del fósforo del suelo
(Fosfórina).
- Micorrizas.
- Azolla.
d. Una fuente importante es la reserva de nutrientes de los
suelos.
Se refiere a los contenidos de nutrientes que pueden
generarse en los suelos en el proceso de formación, causado
por los diferentes factores y activados por el manejo que de
ellos haga el hombre (fertilidad química).
e. Otras fuentes son:
- Nutrientes aportados por las lluvias.
- Nutrientes aportados por las aguas de riego.
- Nutrientes aportados por la atmósfera (aire).
En la naturaleza, las fuentes orgánicas e inorgánicas,
que intervienen en el reciclaje de los nutrientes, coexisten e
interactúan constantemente. Estas son partes y representan
estados diferentes del mismo sistema, estando sujetos a
cambios y modificaciones, acelerados por la acción del
hombre.
Existen puntos de vistas divergentes en relación con el
reciclaje efectuado por las diferentes fuentes, que indican,
cierta ignorancia, a pesar del camino avanzado en el
conocimiento de los ciclos de nutrientes en la naturaleza.
El objetivo principal de la Agricultura Sostenible, por
tanto, será la utilización de los nutrientes de forma que no dañe
43
la biodiversidad y mantenga el equilibrio de sus fuentes en la
naturaleza.
6.4.2. Biofertilizantes.
El término Biofertilizantes puede definirse como aquellos
preparados que contienen células vivas o latentes de cepas
microbianas eficientes fijadoras de nitrógeno, solubilizadoras
de fósforo, potencializadoras de diversos nutrientes o
productoras de sustancias activas, que se utilizan para aplicar
a las semillas o al suelo con el objetivo de incrementar el
número de estos microorganismos en el medio y acelerar los
procesos microbianos, de tal forma que se aumenten las
cantidades de nutrientes que pueden ser asimilados por las
plantas o se hagan más rápidos los procesos fisiológicos que
influyen sobre el desarrollo y el rendimiento de los cultivos,
((Martínez y Hernández, 1995).
El uso de estos Biopreparados presenta las ventajas de
que origina procesos rápidos, como son en general los de
origen microbiano, que consumen escasa energía
no
renovable y que son "limpios", es decir, no contaminantes del
medio ambiente. Además, los procesos se realizan en el
ambiente rizosférico, en la inmediata vecindad de las raíces, y
las plantas se benefician en un plazo muy breve. (Martínez y
Hernández, 1995).
La mayor parte de la biota del suelo se encuentra en la
Rhizosfera. La investigación actual sobre la biota microbiana
y las fuentes de materia orgánica en agroecosistemas, va
dirigida a descubrir cómo la producción y las
transformaciones pueden ser mejor entendidas y manejadas
a fin de sincronizar la liberación de nutrientes con la
absorción de dichos elementos. Diversos ecólogos y
agrónomos aseguran que las prácticas agrícolas que toman
ventajas de la actividad microbiana del suelo son más
eficientes que las prácticas convencionales desde el punto
de vista de la utilización de la energía y de los nutrientes
(Novo, 2002).
44
Los microorganismos son aplicados al suelo para
desempeñar funciones específicas que beneficien los índices
de productividad de las plantas, como resultado del aumento
de la toma de agua y nutrientes, la fijación del Nitrógeno, la
solubilización de minerales, la producción de estimuladores
del crecimiento vegetal y el biocontrol de patógenos.
6.4.2.1. Mecanismos de acción de los Biofertilizantes.
a) Fijación de nitrógeno: en la atmósfera que rodea cada
hectárea de la superficie terrestre hay 80 000 toneladas de
N2 que no es accesible para las plantas, hasta que no es
fijado por un grupo especializado de organismos vivos. Esta
fijación es efectuada por dos clases de microorganismos:
los que son capaces de fijar el nitrógeno por sí solos
(fijación asimbiótica) y aquellos que necesitan formar una
simbiosis con las raíces de plantas superiores,
fundamentalmente las leguminosas y las bacterias del
genero Rhizobium (fijación simbiótica).
b) Solubilizadoras de fósforo: En muchos suelos hay
elevadas cantidades de fósforo que se encuentran en
formas no asimilables por las plantas. Las bacterias
solubilizadoras producen ácidos orgánicos e inorgánicos
que actúan sobre estos compuestos del fósforo y los
transforman en formas solubles, que pueden ser tomadas
por las plantas.
c) Estimulación del crecimiento vegetal: las bacterias
fijadoras de nitrógeno en forma asociativa (Azotobacter,
Azospirillum) y las solubilizadoras de fósforo sintetizan
sustancias
biológicamente
activas
(hormonas,
aminoácidos, vitaminas) que son tomadas por las plantas y
actúan en determinados estadios de su desarrollo. Así,
pueden estimular la floración o reducir el aborto floral,
adelantar la fructificación y la maduración, incrementar el
vigor de las plantas y lograr mayor número de productos
agrícolas con más tamaño y peso.
45
d) Efecto de las Micorrizas: En el suelo viven un grupo de
hongos filamentosos que pertenecen al Orden Glomales y
que, en general, no son capaces de reproducirse por sí
mismos. Estos hongos viven asociados a las raicillas de
las plantas y forman una simbiosis llamada Micorrizas, tiene
un componente externo, las raicillas, compuesto por
numerosos filamentos que forman una red, la cual permite
aumentar la absorción de los nutrientes y del agua por muy
lejos que se encuentren de las raicillas. También
incrementan la superficie de intercambio con otros
Biofertilizantes como Azotobacter, Azospirillum o
solubilizadores del fósforo y aglutinan las partículas del
suelo, contribuyendo a mejorar su estructura y combatir la
erosión.
e) Azolla: Algunas formas de algas verde azuladas, como el
alga Anabaena, que vive en asociación con un helecho
acuático (Azolla pinnata), también fijan Nitrógeno. Este es
un Biofertilizante que se utiliza en arroz y es exitosamente
aplicado en los países asiáticos, pero no se ha extendido a
otros continentes, a pesar de la efectividad demostrada en
muchos años de uso en condiciones de aquellos países.
Biofertilizantes que se utilizan hoy en la producción
agrícola Cubana. (Instituto de Suelos, 2003).
6.4.2.2.
Fijadores simbióticos del nitrógeno (Rhizobium
y Bradyrhizobium)
(Instituto de Suelos)
Inoculante bacteriano obtenido por la reproducción
aeróbica de bacterias de Rhizobium sp. de alta especificidad,
cuyas cepas fueron seleccionadas de diferentes tipos de
suelos cubanos, a partir de un estudio cepa-variedad vegetal.
Utilizados para leguminosas de grano y pastos:
Mani (Arachis hypogea), Frijol (Phaseolus vulgaris), Soya
(Glicine max), Vignas (Vigna sinensis) y Leguminosas
forrajeras.
46
Se presentan como inoculante sólido: Bolsas de 500-750 gr.
Permite biofertilizar 45 kg. de semillas.
Los Biofertilizantes a base de cepas cubanas
introducidas de Rhizobium y Bradyrhizobium específicas
antes mencionados, presentan una capacidad de fijación del
nitrógeno atmosférico que permite obtener entre el 50 y el
75% del nitrógeno que necesitan estos cultivos para su
crecimiento y desarrollo.
Forma de presentación comercial: BIOFER-RF, AZOFERT-L
y MIRTA.
6.4.2.3. Fijadores asimbióticos del nitrógeno (Azotobacter
y Azospirillum)
Existen otros microorganismos capaces de fijar
nitrógeno en el suelo, aunque en cantidades mucho más
pequeñas y, que son bacterias de vida libre (no simbióticas o
no asociativas). Unas son aerobias y necesitan la presencia
de oxígeno para desarrollarse. Otras son anaerobias, como
los géneros Klebsiella y Bacillus, y no lo necesitan.
La cantidad de nitrógeno fijada por estos
microorganismos no simbióticos no es tan alta como la fijada
simbióticamente, más bien, las estimaciones que se han
hecho indican niveles bajos para los diferentes ecosistemas,
por lo que las contribuciones de N a los cultivos por este
proceso no son tan grandes.
Ejemplo de algunos preparados cubanos.
DIMARGON: Estimulador del crecimiento vegetal, del
enraizamiento y fijador de Nitrógeno. (producido en el
INIFAT)
Inoculante bacteriano obtenido por la reproducción
aeróbica del Azotobacter chroococcum.
Contiene sustancias bioactivas como vitaminas,
aminoácidos, auxinas, giberelinas, citoquininas, etc.
47
Biostín. Se utiliza en hortalizas, frutales, algodón, papa y
viandas tropicales.
Oniobiostin. Se utiliza en cebolla, ajo y col.
Azotoriza. Gramíneas y plátano.
Inoculante liquido. 20 L.ha-1, concentrado: 1 L.ha-1
Inoculante sólido: 1kg.ha-1
Permite disminuir la fertilización mineral nitrogenada
hasta un 50%.
Incrementa los rendimientos entre un 5 y un 10%.
Azospirillum (ICIDCA) y Azofert – gramíneas (INCA).
Fijador de Nitrógeno y productor de sustancias
estimuladoras
del
crecimiento
vegetal.
Inoculantes
bacterianos obtenido por la reproducción aeróbica de
Azospirillum brasilense, aislado de la Rhizosfera de
diferentes cultivos.
Sólido en soporte de turba o cachaza. Para
impregnación o recubrimiento de semillas : arroz,
maíz, sorgo, hortalizas, etc. Dosis: 0.5-5.0 kg.ha-1
Polvo humedecible asperjable: Todo tipo de cultivo.
Dosis de 107 ufc . ha-1
Forma de presentación comercial. Inoculante Azospirillum
(ICIDCA).
Azofert – gramíneas (INCA).
6.4.2.4.
Microorganismos solubilizadores del fósforo del
suelo.
FOSFÓRINA. (Instituto de Suelos, 2003 y Bach et al.,
2003)
Inoculante bacteriano obtenido por la reproducción
aeróbica de Rizobacterias capaces de solubilizar el
fósforo insoluble, mineral y/o orgánico, presentes en
los suelos.
48
Produce sustancias estimuladoras del crecimiento
vegetal (auxinas giberelinas y citoquininas).
Produce antibióticos y sideróforos.
Aplicable a todo tipo de cultivo.
Inoculante liquido: Imbibición de semillas (1 lt a 5kg de
semillas), remojo de raíces y aspersión al suelo (20
lts.ha-1)
Inoculante sólido: Diferentes dosis que garantizan la
inoculación de al menos 106 células. semillas-1
Permite disminuir la fertilización mineral fosfórica entre
un 10 y un 75%, en dependencia del tipo de suelo y de los
contenidos de P asimilable y P total. Incrementa los
rendimientos entre un 5 y un 10%.
Desarrolla mecanismos en la planta que favorecen la
resistencia contra plagas y enfermedades
6.4.2.5. Micorrizas.
Los hongos micorrízicos arbusculares, presentes en
cerca del 80% de los cultivos agrícolas constituyen uno de
los Biofertilizantes que deben ser considerados en el diseño
de los diferentes sistemas agrícolas, pues además de ser
componentes inseparables de los agroecosistemas, con
diferentes funciones en las plantas, pueden constituir
sustitutos biológicos de los fertilizantes minerales (Johnson et
al., 1992). La inoculación de las plantas con hongos
micorrízicos provoca, de forma general, un marcado
incremento en los procesos de absorción y traslocación de
nutrientes tales como: P,N, K, Ca, Mg, Zn, Cu, B y Mo (
Koide, 2000).
Papel de las Micorrizas en los ecosistemas, según
Rieras, (2003).
Incrementan el abastecimiento de nutrientes para las
plantas por la exploración de un volumen mayor de suelo.
49
Incrementan el abastecimiento de nutrientes por la
absorción de formas de elementos que normalmente no
están asimilables por las plantas.
Algunas especies tienen capacidad de descomponer
compuestos fenolicos en suelos, lo que pueden interferir
la absorción de nutrientes.
Su colonización proporciona protección a las plantas
contra hongos parásitos y nemátodos.
Se han reportado beneficios no nutricionales a las plantas
debido a cambios positivos en las relaciones hídricas,
niveles de fitohormonas, asimilación de carbono, etc.
Las hifas constituyen conductos por donde se transportan
compuestos carbonados desde las raíces de las plantas
hacia otros organismos del suelo que están involucrados
en los procesos del reciclado de nutrientes, cooperando
con otros organismos en la descomposición.
Los componentes estructurales de estos hongos
constituyen una fuente de alimento para invertebrados y
otros organismos del suelo.
Las hifas contribuyen al mejoramiento de la estructura del
suelo, por su acción mecánica sobre la agregación.
Contribuyen al almacenaje del carbono en el suelo al
alterar positivamente la calidad y cantidad de la materia
orgánica.
Primavesi (1990) señala que la diversidad de la microflora
del suelo se consigue con la rotación de cultivos. Mientras
que Jonhson et al., (1991) mantienen la hipótesis de que las
comunidades de hongos en el suelo cambian durante las
sucesiones de cultivo y que esos cambios están relacionados
con la especie de planta que reemplaza y los niveles de
nutrientes. Además, plantean que hay una estrecha relación
sucesional entre las propiedades del suelo, la productividad
de las plantas y la densidad micorrizada medida por la
colonización y el canteo total de esporas.
50
6.4.2.6. Bioestimuladores del crecimiento.
Sustancias Bioestimuladoras. Bioproductos obtenidos
a partir de metabolitos secundarios de microorganismos.
(ICIDCA).
BIOINDOL (AIA). Acido indolacético: a partir de la
reproducción de Rhizobium sp. que induce el desarrollo de la
raíz.
ACIDO JASMÓNICO (AJ). Metabolito producido por hongos
del género Botryodiplodia y presenta un alto espectro de
aplicación en la agricultura
Inoculante líquido libre de células. Dosis: 60-100 ppm. ha-1
IMPACTO. El Precio de los bioestimuladores en el mercado
internacional alcanza hasta
400 USD. g -1. Costo de
producción en Cuba hasta 100 CUC g-1
Cuadro 3. Otros inoculantes microbianos en desarrollo en
Cuba.
51
Acciones: 1- Fijador de Nitrógeno, 2- solubilizador de Fósforo, 3productor de antibióticos, 4- productor de sideróforos, 5- potenciador de
nutrientes y 6- estimulador del crecimiento.
6.4.2.7.
Introducción
de
los
Microorganismos
Biofertilizantes en el suelo.
Como se ha dicho antes, los microorganismos con
características de Biofertilizantes desarrollan sus funciones
beneficiosas en la zona rizosférica de las plantas, en estrecha
interrelación con las raíces.
La introducción de
microorganismos en el suelo no es otra cosa que la
manipulación de la Rhizosfera para estimular los efectos
beneficiosos que los microorganismo provocan en las plantas
(fijación de N, solubilización del P, estimulación del crecimiento
vegetal, Antibiosis) en relación con los no beneficiosos
(infección por patógenos, fitotoxicidad y otros). (Martínez Viera,
2003).
Los factores principales que influyen en el éxito de la
inoculación están relacionados con la supervivencia del
microorganismo en el material portador y con la efectividad de
la cepa seleccionada, que se determina por el rendimiento de
los cultivos. En el caso de las bacterias fijadoras de Nitrógeno,
que están ampliamente distribuidas en el suelo, aunque en
bajas poblaciones o en poblaciones ineficientes, las prácticas
de inoculación solo pueden tener éxito si se introducen cepas
seleccionadas que sean capaces de competir con los fijadores
nativos y con la microflora general del suelo para lograr
establecerse en la Rhizosfera.
Las bolsas que contienen el portador esterilizado (turba
u otra materia orgánica probada) se inocula con un cultivo
fresco del microorganismo hasta alcanzar 50 – 60 % de
humedad y se almacena durante 10 –15 días en un lugar
limpio para que se multiplique; este proceso se llama
maduración de inóculo y finaliza cuando se ha comprobado
que la población de bacterias es suficientemente elevada. Las
bolsas son almacenadas a temperatura ambiente y mantienen
52
la viabilidad durante 6 meses si han sido preparadas con la
técnica adecuada.
La inoculación de las semillas se realiza aplicando
dentro de la bolsa una sustancia adherente (goma arábica,
metilcelulosa) que se mezcla bien con las semillas;
posteriormente se aplica a la bolsa el inoculante y se revuelve
bien toda la mezcla. Las semillas se cubren de esta manera
con el inoculo y así se siembra. En el caso de las hortalizas,
que tienen semillas muy pequeñas que no pueden someterse
a esta técnica, se aplica el inoculo líquido o el preparado a
base de turba molida como talco sobre el surco en el momento
de la siembra, usando una asperjadora.
El número de bacterias viables por semilla para obtener
resultados satisfactorios varía en una escala amplia, según las
condiciones y la naturaleza de la especie vegetal. Nunca
deben ser inferiores a 100 el número de microorganismos
sobre la semilla y se considera que, para ser efectiva la
aplicación, debe haber entre 100 y 1000 bacterias. Cuando hay
competencia severa por otros microorganismo ya establecido
en el suelo, son necesarios entre 10 000 y 100 000
células/semilla.
6.4.3. Criterios para fertilizar.
La decisión de fertilizar, la selección del tipo de
fertilizante que se debe aplicar, y la determinación de la
cantidad y el momento de aplicación, depende de:
- La fertilidad actual del suelo determinada mediante el análisis
químico.
- El sistema de cultivo: especialmente en lo referente a la
técnica de preparación, siembra y tipo de cultivo.
- El uso del riego: donde no se dispone de agua para el riego y
las lluvias son escasas o erráticas, la respuesta a la
fertilización será diferente. En secano se necesitan menos
nutrientes que bajo riego.
Otros factores que intervienen son (Figura 8):
53
Figura 8. Factores que influyen en la fertilización.
Los criterios para fertilizar según Flor, (1985) establecen
que:
a.- La cantidad de nutrientes que tiene el suelo basado en la
densidad aparente del suelo. Convencionalmente se calculan
los contenidos de nutrientes a la densidad aparente (Da) 1.0,
pero si esta varia cambia la cantidad.
b.- Los requerimientos nutricionales del cultivo deben
determinarse con estudios locales de absorción de nutrientes
durante la etapa de desarrollo de la planta.
Para tomar la decisión de fertilizar se recomienda
respecto al fósforo, potasio, calcio (como nutriente), magnesio
y micronutrientes el siguiente procedimiento:
Primera situación.
Segunda Situación.
54
c.- La eficiencia del fertilizante en función del suelo debe
determinarse en cada sitio. En general, los fertilizantes
nitrogenados y potásicos tienen una eficiencia del 50 % y los
fosfatados del 12 al 20 %.
Por tanto, cuando se tiene decisión positiva para fertilizar:
Hay necesidad ahora de calcular la cantidad real (C) de
nutrientes que se debe agregar teniendo en cuenta:
a) El porcentaje de nutriente que tiene la fuente de fertilizante
escogida.
b) La eficiencia del fertilizante en función del suelo.
6.4.3.1. Métodos de fertilización.
Fertilizar es el proceso mediante el cual se adicionan o
suministran nutrientes, en particular con fertilizantes minerales,
al suelo para el desarrollo normal de un cultivo o sistemas de
cultivos.
Las cantidades y número de nutrientes los determina el
agricultor por su propia experiencia, o a través de los
resultados del análisis químico de muestreos de suelos de los
terrenos para cultivar.
6.4.3.2. Principios que deben ser considerados cundo se
vaya a fertilizar.
55
- Resultados experimentales de la nutrición del cultivo a
fertilizar.
- Análisis de suelo mediante un denso muestreo a escala
detallada.
- Análisis foliar.
- Características de los suelos, desde el punto de vista de la
dinámica de los nutrientes.
- Rendimientos esperados.
- Condiciones de riego o secano.
- Condiciones climáticas de cada región.
- Problemática de los fertilizantes: disponibilidad, industria,
transporte, almacenamiento y aplicación.
- Organización agraria.
- Aspectos económicos diversos.
6.5.
Restablecer mediante estimulación, la actividad
biológica del suelo.
La fauna del suelo representa 500 a 1000 Kg. de
materia viviente por hectárea. En total estos animales
incrementan la permeabilidad y la porosidad del suelo y
aseguran así de manera natural una estructura conveniente.
Su proliferación depende de ciertas condiciones del medio, pH,
carbonatos de calcio y sobre todo de materia orgánica fresca.
Lo que a su vez esta condicionado por:
a) El fraccionamiento de estos desechos vegetales frescos, el
abastecimiento en microorganismos y su mezcla con la materia
mineral son producidos después del paso a través del tubo
digestivo de los animales del suelo, a veces artesanos de la
estructura.
b) Ciertos aportes de materia orgánicas (raíces de plantas
cultivadas y en particular de pastos) intervienen directamente
en la creación de una estructura favorable.
c) La microflora del suelo depende de los aportes de materia
orgánica fresca. Las poblaciones microbianas son capaces de
multiplicarse o de desaparecer brutalmente según la presencia
o ausencia de los metabolitos nutritivos indispensables.
56
d) El humus tendrá, según diversos autores, un efecto
estimulante al desarrollo de la vegetación.
La vida de las plantas no esta desligada del suelo es así
que ya no se ve el suelo tan sólo como el elemento que
sostiene a la planta, sino como elemento interactuante para su
desarrollo. De seguir perdiendo el suelo su biodiversidad, que
es lo que esta sucediendo con la agricultura convencional, se
agravarían los desequilibrios ecológicos ya existentes dentro
de mismo, se perdería la fauna y flora macro y microbiana, el
problema de las plagas y enfermedades se acrecentaría y
estaríamos ganando suelos descubiertos y pobres para la
producción agrícola (suelos degradados).
6.6.
Los sistemas de labranza de conservación.
Los objetivos de la labranza según Henin, (1973)
son:
1. Destrucción de la vegetación adventicia y en cierta
medida luchar contra el mantenimiento o proliferación de
los parásitos (nemátodos).
2. Incorporación y mezcla a la masa del suelo de los
residuos de los cultivos, de las enmiendas y de los
abonos orgánicos o minerales.
3. Control de la circulación del agua en el suelo y en
particular, el aumento de la infiltración de las lluvias y la
escorrentía del agua excedente.
4. Creación de un estado estructural favorable a la
germinación de las semillas, a la instalación y al buen
funcionamiento del sistema radical de los cultivos.
La estructura que se busca con las labranzas no es más
que el estado de mullición óptimo, que la naturaleza de
manera espontánea y natural, puede presentar, pero que el
hombre la fuerza para lograrla, mediante un sistema de
máquinas e implementos, donde se tiene en cuenta la
textura, la estructura, la estabilidad estructural, así como la
porosidad y la permeabilidad de los diferentes suelos que se
pretenden trabajar. Por tanto, el estado del suelo coherente o
57
plástico, derivado del grado de humedad que presente es el
punto de partida para la preparación del mismo. El estado
óptimo para la preparación (b) es aquel en el que el suelo
estalla o se desagrega lo más cerca posible a la condición
natural de ese suelo. Existen para ello curvas de humedad,
donde se miden los estados para cada tipo de suelo, (figura 9).
Figura 9. Variación de la humedad y la cohesión en función de
la humedad.
Para los defensores de la Agricultura Sostenible, los
sistemas apropiados de labranzas tienen suelos y cultivos
específicos. Su adaptación es gobernada por factores
biofísicos y socioeconómicos. Además, para aumentar la
producción de los cultivos los métodos de labranzas deben
facilitar también:
- la conservación del suelo y el agua,
- mejorar el sistema de desarrollo de la raíz,
58
-
mantener un favorable nivel de materia orgánica en el
suelo y
- tendencia a disminuir la degradación de la biota del
suelo.
Componentes importantes o subsistemas de sistemas
de conservación efectiva; las labranzas incluyen, el cubrimiento
de plantas con estiércol y paja, sistemas reducidos de
labranzas, cultivos de coberturas, manejo de rastrojos,
agroforestería etc. Los límites ecológicos para aplicar estos
componentes o subsistemas difieren ampliamente. Los
esfuerzos de un equipo multidisciplinario son necesarios para
desarrollar los métodos de labranzas, en un lugar específico y
para llevar a cabo objetivos en períodos cortos o largos de
Agricultura Sostenible.
6.6.1. Principios básicos para las labranzas.
PRIMER PRINCIPIO. "No hay recetas".
Los esquemas de preparación deben tomarse con cautela,
conocer el suelo y utilizar el sistema de preparación más
conveniente. No temer romper esquemas.
SEGUNDO PRINCIPIO. "El camino más simple".
Buscar siempre la preparación más simple con el menor
número de pases y teniendo en cuenta para qué cultivo se
prepara el suelo.
TERCER PRINCIPIO. "No obligar al medio".
La fragilidad (estabilidad estructural) y la tendencia a retener el
agua, son para el suelo, los dos factores esenciales para tomar
una decisión.
CUARTO PRINCIPIO. "Contar con la ayuda de los factores
naturales".
Es necesario conocer los factores climáticos, dejar el suelo que
madure después de una labor bajo la acción del sol y de la
alternancia humedad-desecación, la acción de la fauna del
suelo y por tanto, no abusar de los tractores e implementos
potentes.
QUINTO PRINCIPIO. "Selección de los útiles de trabajo".
59
Buscar los implementos y máquinas más adaptables a las
condiciones del suelo que se va a arar, teniendo en cuenta los
costos y el cultivo que se va a implantar. Sólo las grandes
empresas pueden tener todo tipo de sistemas de máquinas e
implementos.
6.6.2. Tipos de labranzas.
Como labor se define el cortar y voltear la tierra que, en
el curso de la operación, puede encontrarse más o menos
dividida.
Los tipos de instrumentos utilizados son:
a.- Los arados clásicos de rejas y vertederas.
b.- Los arados de discos.
c.- El Multiarado (Cuba). Estos pueden ser movidos por
tracción animal o mecánica.
Los tipos de labranzas pueden ser:
a.- Labranza limpia.
Son sistemas de preparaciones orientadas a eliminar,
mediante sucesivos pases de implementos variados, todos los
residuos y a evitar que crezca cualquier vegetación que no sea
la cultivada.
Los residuos se cubren generalmente mediante una
labor de volteo, con arados de rejas, arado de discos o gradas
de discos y luego incorporados de nuevo con las labores
posteriores, de manera que haya pocos o ningún residuo
cuando se vaya a sembrar el cultivo siguiente.
Sistema de preparación que comienza a ser
abandonado por su efecto negativo (contribuye al deterioro de
la estructura) y en pendiente favorecen la erosión.
b.- Labranza de conservación.
Aunque tiene su verdadero origen en Egipto, hace 6000
años los egipcios preparaban el suelo sin invertir el prisma.
Esta surge en la década del 40 en los EEUU, como medida
antierosiva, debido a los desastres producidos por la erosión
eólica e hídrica. Estos sistemas tienen como principio que "
60
todo tipo de labranza que se realice conlleva al mantenimiento
de las coberturas de rastrojos en la superficie del terreno”. La
labranza de este tipo es adaptable a todo tipo de suelo,
pendiente, siendo precisamente en las topografías más
accidentadas donde se prefiere dejar el mayor volumen de
rastrojos o coberturas. De igual forma, la estación climática
determina la conveniencia de dejar mayor o menor cobertura.
En primavera se necesita mayor cobertura, para proteger el
suelo del efecto golpeante de las gotas de lluvia y en seca
puede ser menor.
Los implementos que se utilizan para producir este
efecto son:
Subsoladores de azadas de alas.
1. Los extirpadores de barras giratorias con pequeñas
azadas de alas.
2. Los implementos de cuchillas rectas.
3. Los arados de rejas (araduras abiertas).
4. Las gradas de discos (sólo utilizables cuando hay gran
cantidad de vegetación).
5. El Multiarado.
c.- La labranza mínima o reducida.
Esta se basa fundamentalmente en la cantidad de
malezas que existe en la superficie, lo que permite reducir
labores y equipos. Al combinarlos con herbicidas permite
reducir aún más las labores. Al igual que el anterior sistema,
facilita la conservación del suelo y del agua. Esta tecnología
surge también en la década del 40 y toma su mayor auge en la
década del 70 en los EEUU.
d.- La labranza sin inversión del prisma.
Muy vinculada a las dos anteriores, ésta consiste en el
uso de subsoladores, drenajes topos, o simplemente
cultivadores, el chisel y sus derivados (EEUU). Con todos ellos
se puede trabajar la tierra sin invertir el prisma, controlan las
malezas en superficie y mullen el suelo para el cultivo. El
Multiarado puede participar, por su versatilidad en este sistema
y en los dos anteriores.
61
e.- Las cuasi labores.
Se llama así a las operaciones culturales capaces en
ciertos casos de sustituir una labor que no incluya el volteo de
la tierra, sino que provoca mullido. Tienen por objeto completar
las labores de preparación.
Dentro de estos aperos se encuentran:
Extirpadores
Cultivadores
Escarificadores
1. Aperos de rejas
Arados (gradas cortadoras niveladoras,
rejas)
Inversión parcial (son arados
rastrojeros)
2. Aperos de discos
Las típicas gradas de discos (no
penetran profundamente sino que
atacan horizontal mente cuando
avanzan)
La fresadora
3. Aperos por arrastres
Cultivadora rotativa
4.-Aperos con piezas activas movidas por motor (el
rotovator).
5.- Las azadas rotativas.
62
f.- La no labranza, es un método de siembra que no requiere
ninguna preparación de cama de siembra, con excepción de
una inyección de nutrientes y un método para abrir el suelo y
colocar la semilla a la profundidad deseada. Generalmente
se incluye un disco acanalado frente a la sembradora, y el
ensamblaje de dos discos para abrir el surco y colocar la
semilla. Este método posteriormente dio lugar a la Agricultura
de Conservación de la que se hablará más adelante.
g.- La labranza cero.
Llamada también eco barbecho, barbecho químico, y
otras expresiones según la Sociedad de Suelos de los EEUU.
Es un método de siembra que no conlleva a más preparación
de la superficie que la apertura del suelo para colocar la
semilla, se apoya en el uso de herbicidas. Las corrientes
ecologistas actuales la cuestionan por el hecho de utilizar
productos agroquímicos y contaminar el suelo e influir sobre la
composición de la biota del suelo.
6.7. Cultivos de cobertura o agricultura de conservación.
Según Paneque et al., (2002), en Brazil en los últimos
30 años se viene utilizando la cero labranza, al principio con
el objetivo de conservar el suelo y controlar la erosión,
aunque se ha demostrado, hoy en día, que es mucho más
que un método de conservación de suelo. Este sistema ha
contribuido a la búsqueda de una Agricultura Sustentable,
que mantenga altas producciones sin dañar el suelo ni el
ambiente.
La agricultura conservacionista no es solo cero
labranza, aunque es una característica esencial de esta, pero
su simple aplicación no significa que este implantada, ya que
la rotación de cultivos, el mantenimiento del suelo cubierto
con materiales vegetales vivos o muertos sobre la superficie,
la siembra directa a través de esas cobertura, usando
sembradora o a mano, alternar cultivos de raíces
superficiales esenciales con especies de raíces profundas,
63
son características
Conservacionista.
esenciales
de
la
Agricultura
6.7.1. Principios básicos de la agricultura de
conservación.
1. Maximizar la producción de la materia orgánica.
2. mantener el suelo cubierto.
3. Usar labranza cero.
4. Mantener la diversidad biológica.
5. Alimentar las plantas a través de la cobertura muerta.
Estos 5 principios disfrutan de una buena sinergia. Por
ejemplo, si se van a alimentar las plantas a través de los
mulches , seguramente no se puede arar los campos. No
obstante, la relación más importante entre estos principios
radica precisamente en lo que lleva más tiempo deducir,
los mismos describen muy bien la manera en que
funciona un bosque tropical húmedo. Para que la
agricultura del trópico húmedo sea altamente
productiva, así como, sostenible, debe imitarse el
bosque del trópico húmedo, que también ha sido
altamente productivo durante millones de años.
Los principios anteriores significan que se van a tener
que desarrollar sistemas agrícolas totalmente diferentes a
los que han tratado de obtener los agrónomos durante
tantos años, para la “transferencia” desde las naciones
con temperaturas templadas.
6.8. Conocer el régimen hídrico para evitar el deterioro
de la estructura.
La absorción del agua y de los elementos minerales por
las raíces se rige por la estrecha dependencia de la actividad
de las partes aéreas y del grado de humedad del medio. Es
pues importante seguir la evolución de las reservas y del
movimiento del agua en el suelo. El comportamiento hídrico del
suelo está reglado por:
- La cantidad de agua infiltrada que penetra en el suelo.
64
- La dinámica del agua en los horizontes y los fenómenos de
ascenso capilar.
- La importancia de la succión radical y la evapotranspiración
de la planta.
Partiendo de los estudios del comportamiento hídrico
del suelo en relación con los diferentes enraizamientos Jaillard
et Luc, (1979) citados por Callot et al., (1982), han definido tres
horizontes hídricos:
1. Horizonte de superficie con fuertes variaciones en los
contenidos de agua, directamente sometido a las condiciones
meteorológicas.
2. Horizonte intermediario con tendencia estacionaria más o
menos acentuada, donde la actividad radical condiciona las
variaciones del régimen hídrico.
3. Horizonte profundo no presenta variaciones que revelen
cambios en los tenores de agua en el suelo, en el curso del
año, alimentados por las capas próximas del substrato
geológico gracias a los fenómenos de ascenso capilar y
movimientos laterales.
En el horizonte de superficie el suelo presenta una
buena actividad biológica, con una riqueza relativa de materia
orgánica. La cabellera radical es siempre muy intensa, pero las
variaciones del comportamiento hídrico quedan bajo la
dependencia del factor climático. En este horizonte, también
llamado horizonte climático los fenómenos de humectación y
de desecación son rápidos y frecuentes. Es en esta capa
superior del suelo donde la extracción radical es más
importante, al menos para las plantas anuales.
Por el contrario, en el Horizonte intermediario las
variaciones son más dependientes de la extracción radical, por
lo tanto más directamente ligada al funcionamiento de la
planta, en ausencia de irrigación natural. Es pues en este nivel
que las interacciones suelo - raíz serán las más importantes,
por lo que este horizonte es también llamado horizonte
radical, y es donde las raíces condicionan las variaciones del
65
régimen hídrico. Puede variar de un suelo a otro y de un
campo a otro.
Los horizontes profundos lavados, pobres en
elementos asimilables, son siempre atravesados verticalmente
por gruesas raíces poco ramificadas. En los horizontes más
arcillosos, bien estructurados con estructuras poliédricas, la
cabellera radical se desarrolla abundantemente entre los
poliedros que ellos recubren con un lazo muy denso,
particularmente los que son recubiertos de arcilla. Pero estas
radículas que envuelven estas microestructuras no penetran al
interior de los agregados, ellas siguen de hecho la red porosa
fisural. En este horizonte no se ven cambios apreciables de los
contenidos de agua, en el curso de un año. Es abastecido por
las capas próximas del substrato geológico gracias al
fenómeno de remonta capilar o debido al movimiento lateral
del agua. Este tipo de agua puede ser determinante para la
alimentación hídrica de las plantas en épocas de sequías
prolongadas o de cultivos de secano, por ejemplo, la caña de
azúcar.
Estos elementos deben tenerse en cuenta cuando se
vaya a tomar la decisión de establecer un sistema de cultivo
bajo riego, aspectos que determinaran que sistema de riego es
más idóneo en las condiciones de cada suelo y cual es el
menos agresivo de la estructura.
7. Conclusiones.
- La sobreexplotación de la capacidad de uso de las tierras y
las prácticas de manejo inadecuadas de la Agricultura
Convencional han acelerado su degradación, afectado su
fertilidad natural y puesto en peligro su productividad, lo que
tiene su origen en factores socioeconómicos. Por lo que el
manejo integrado del sistema de cultivo es el preludio o
condición esencial para el establecimiento de una Agricultura
Sostenible, donde el uso, manejo y conservación del suelo
juegan un papel fundamental para su éxito.
66
- Por lo que se tiene que partir del conocimiento y
preservación de la fertilidad y la productividad de los suelos,
para lo que se debe conocer como conservar y recuperar la
estructura del suelo, teniendo en cuenta la posible pérdida de
profundidad del suelo, pero también la pérdida de nutrientes
y de materia orgánica, y el deterioro de las propiedades
físicas. Debiéndose integrar, a través de medidas o prácticas
agronómicas o biológicas, el control de la erosión y el
mantenimiento de la fertilidad química, física y biológica del
suelo.
- Se deberán ejecutar opciones de manejo que influyan en el
restablecimiento de la materia orgánica (humus) de los
suelos, tales como, aporte de materia orgánica como
enmienda, la rotación de cultivos, el uso de abonos verdes,
restablecer mediante estimulación la actividad biológica
(fauna y biota) del suelo, priorizar sistemas de labranzas de
conservación, introducir cultivos de coberturas con vistas a la
creación de una agricultura de conservación, realizar la
fertilización mediante balance de los nutrientes para evitar su
acumulación priorizando el uso de Biofertilizantes como
alternativa más ecológica.
- Debe tenerse en cuenta los flujos hídricos que juegan un
papel determinante para asegurar la nutrición mineral de la
planta. A pesar de la fuerte capacidad de absorción de las
raíces, el encuentro entre los nutrientes a ser absorbidos y el
sistema radical son a menudo insuficientes. Las propiedades
físico-químicas de los suelos, entre otras reacciones de
intercambio que se producen, hacen poco disponibles para el
vegetal los elementos que pudieran estar relativamente
abundantes. La satisfacción de las necesidades de un cultivo
necesitan pues, una buena colonización del suelo por las
raíces para aumentar la posibilidad de utilizar la reserva
potencial en elementos nutrientes accesibles y la existencia de
un régimen hídrico satisfactorio que favorezca el
desplazamiento de los iones minerales, a partir de sistemas de
riegos que no deterioren la estructura del suelo.
67
- Finalmente para que la agricultura del trópico húmedo sea
productiva y sostenible, debe imitarse el bosque, que
también ha sido altamente productivo durante millones de
años, para lo que habrá que abandonar el intento de
introducir tecnologías “transferencias” de países de climas
templados. Lo que significa que se deberán desarrollar
sistemas agrícolas totalmente diferentes y adaptados a las
condiciones socioeconómicas de cada lugar.
Bibliografía consultada.
 Alfonso C.A. 1996. Curso de Agricultura Sostenible
impartido en maestría de Suelos de La Universidad
Veracruzana. Instituto de Suelos 77 p.
 Alfonso C.A., Calero B., Morejón L., Somoza V., Guerrero
Anaely y Monedero Milagros. 1998. Rehabilitación de
Ferralsols degradados por compactación del sur de la
provincia de la Habana, Cuba. Proceedings 16 Congreso
Mundial de Suelos. Montpellier, Agosto de 1998
 Alfonso C.A. et al. 1999. Recuperación de los suelos
degradados
dedicados
a
cultivos
varios
del
agroecosistema del sur de la Habana. Informe final
proyecto 020021 del PCT Producción de alimentos por
métodos sostenibles. 42 p.
 Bach, Teresa, Ferran, J. Y Delgado Alina. 2003.
Fosfórina, inoculante bacteriano Solubilizador de fósforo.
Cd ron. SCCS. Instituto de Suelos. 10 p.
 Bertsch Floria. 1995. La fertilidad de los suelos y su
manejo. 1ra Ed. Costa Rica. San José. ACCS. 157 pp.
 Bouza H., Ronzoni C., Martinez I., Delgado R. y Alfonso
C.A. 1988. Multiarado . Nuevo implemento para la
preparación de los suelos de Cuba. Instituto de Suelos,
(Mimeografiado) 13 p. Cuba
 Callot G., Chamayou H., Maertens et Salsac L. 1982.
Mieux comprendre les interactions sol- racine. Incidence
sur la nutrition minérale. INRA 325 p.
68
 CIDICCO. 1997. Experiencias sobre cultivos de
coberturas y abonos verdes. Editor CIDICCO. Honduras.
131 p.
 D.G.S. F, (1990): Mapa Genético de Suelos de Cuba,
escala 1:25 000. Memoria XI Congreso Latinoamericano
de la Ciencia del Suelo, La Habana, Vol. 5:1345-1347.
 Encarta 2003. 1993-2002 Microsoft Corporation.
 FAO- UNESCO. 1975. Clasificación mundial de suelos.
Roma 119 p.
 FAO. 1996. Planificación y manejo integrado de cuencas
hidrográficas en zona árida y semiárido de América
Latina. Serie: Zonas Áridas y semiáridas N o 7. Editor FAO
Santiago de Chile. 321 p.
 Flor M. 1985. Revisión de algunos criterios sobre la
recomendación de fertilizantes en frijol. En: Frijol:
Investigación y producción. Referencias de los Cursos de
Capacitación de frijol dictados por el CIAT. Ed. López y
Fernández, PNUD/CIAT. pp. 287-312.
 Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura
Tropical. 2000. Manual Técnico de Organopónicos y
Huertos Intensivos. ED. Minag. 145 p.
 Instituto de Suelos (1999): Nueva Versión de Clasificación
Genética de los Suelos de Cuba. Edit. AGRINFOR,
Ciudad Habana, 64p.
 Instituto de Suelos. 2003. Situación y proyección de los
Biofertilizantes y Bioestimulantes en Cuba. Informe al CTA
del MINAG.
 Cabrer, P. y García, R. 1965. Suelos Agrícolas Cubanos.
Editora Ciencia y Técnica. La Habana. 854 p.
 Henin S., Gras R. et G. Monnier. 1962. Le profil Cultural.
L état physique du sol et ses conséquences
agronomiques. Ed. Masson Paris. 332 p.
 Jonhson, N.C., Fleger, F.L., Crookston, R.K., Simmons,
S.R. and Copeland, P.J. 1991. Vesicular- arbuscular
mycorrhizas respond to corn and soybean cropping
history. New Phytol., 117:657-663.
69
 Jonhson, N.C., Copeland, P. J. and Pfleger, F.L. 1992. A
possible explanation for yield decline associated with
continuous cropping of corn and soybean. Mycorrhiza, 2
(4):387-390.
 Kolmans E. y Vásquez D. 1995. Manual de agricultura
ecológica. Una introducción a los principios básicos y su
aplicación. Programa Agroecológico Campesino a
Campesino. Ed. Oxfm Bélgica-ANAP. 150 p.
 Lozet J. et Mathieu C. 1986. Dictionnaire de Science du
Sol. Ed. Lavoisier. 269p.
 Martínez, R. y Hernández, G., 1995. Los biofertilizantes en
la agricultura cubana. En: II Encuentro Nacional de
Agricultura Orgánica. ICA. Mayo, 43 - 47 pp.
 Martínez F., Calero B., Nogales R. y Rovesti L. 2003.
Lombricultura. Manual Práctico. Ed. MINREX 99 p.
 Martínez Viera, R. 2003. Introducción al conocimiento
sobre Biofertilizantes bacterianos. INIFAT. Cd Ron SCCS.
30 p.
 Novo, R. 2002. Los Biofertilizantes y la biofertilización.
Conferencias. Curso Internacional de Microbiología del
Suelo. Quito.
 Paneque R., Haroldo C. Y Rafull Elidí. 2002. Agricultura
conservacionista-camino para una agricultura sustentable.
Revista Ciencias Técnicas Agropecuarias, Vol. 11. No 1.
1- 5 pp.
 Pla Sentís, I. 2002. Evaluación de impactos ambientales
derivados de la degradación de suelos y su relación con
Cambios Climáticos. VI Escuela Latinoamericana de
Física de Suelos (VI ELAFIS). UNAH. Habana . 20 p.
 Porta J., López M., Roquero C. 1999. Edafología para la
agricultura y el medio ambiente. Ed. Mundi Prensa.
Madrid. España 849 pp.
 Primavesi, A. 1990. Manejo ecológico do solo. Agricultura
em regioes tropicais, Sao Paulo.
 Riera, N.M. 2003. Manejo de la biofertilización con hongos
micorrízicos arbusculares y rizobacterias en secuencias
70
de cultivos sobre suelo Ferralítico Rojo. Tesis en opción al
grado Científico de Doctor en Ciencia Agrícolas. 100 pp.
71
Descargar