1. La conciencia de especie como objetivo supremo de la

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LA EDUCACIÓN AMBIENTAL FRENTE AL DESAFÍO AMBIENTAL GLOBAL.
UNA VISIÓN LATINOAMERICANA. 2007. EDGAR GONZÁLEZ GAUDIANO (COORDINADOR)
CREFAL, PLAZA Y VALDES EDITORES. MÉXICO.296P.
1. La conciencia de especie como objetivo supremo
de la educacion ambiental
Victor M. Toledo
[email protected]
Resumen
Desde su aparicion la especie humana ha hecho crecer su poblacion de manera explo­
siva, ha provocado impactos en el planeta y modificado los procesos ecologicos y
bio-geo-quimicos de canicter global. En el terreno de las cOll1unicaciones los avances
son igualmente vertiginosos. Ante estas evidencias el autor plantea la fOlmacion de
una conciencia que reconoce que dependiendo de las acciones actuales presentes y
futuras el hombre puede \legar a desaparecer.
La nueva conciencia de especie es un proceso que obliga a re-pensarlo todo: poli­
tica, economia, cultura, diplomacia, educacion, estilos de vida. Por vez primera, los
seres humanos se encuentran e identifican con su generalidad, mas a\la de sus palii­
cularidades de nacionalidad, clase, raza, religion, cultura e ideologia. La conciencia
de especie otorga a los seres humanos una nueva percepcion del espacio
(topoconciencia) y del tiempo (cronoconciencia), que trasciende la estrechisima vi­
sion del llamado Homo economicus. En este orden de ideas el reto de la educacion
sigue siendo la necesidad de reconocer un marco cognitivo que encauce y ordene los
objetivos de la educacion ambiental para crear en el ser humano un estado de con­
ciencia que 10 induzca a actuar de manera positiva.
Un saito espectacular
Han pasado dos millones de afios desde que el planeta presencio el arribo de un
nuevo primate, que los paleontologos, sus descendientes lejanos, estudiaron, clasifi­
caron y colocaron en el genero Homo; 400,000 aDOS desde que miembros de ese
grupo lograron la domesticacion del fuego; 200,000 aDOS desde que una nueva espeIS
cie de hominido, nuestra especie, dotada de un cerebro significativamente mayor al
de sus parientes y ancestros surgiera; y 100,000 afios desde que ese mamifero casi
totalmente desprovisto de pe)o creara, mediante los sonidos producidos en su gargan­
ta, una forma de comunicacion compleja: el lenguaje.
Fue esta nueva capacidad de comunicacion, ademas de la habilidad para construir
instrumentos y de organizarse colectivamente, 10 que permitio a esta especie la ex­
pansion por todos los habitats del pJaneta. Finalmente, han transcurrido 10,000 afios
desde que el citado primate lograra un saito espectacular: la manipulacion de las
evoluciones de otras especies con el fin de lograr para si beneficios en la alimenta­
cion, la vestimenta, el transporte y la compafiia, todo 10 cual Ie permitio pasar de una
sociedad nomada y extractiva a una sedentaria y agricola, pastoril y ganadera.
Los tiempos parecen muy lejanos, exagerados, casi etemos. Sin embargo, si nos
atenemos a rasgos materiales como el tamafio del cerebro, la posici6n del cuerpo, el
movimiento de la mana con el dedo pulgar operando como un singular mecanismo
aprehensivo, y la capacidad estereoscopica de los ojos, los hombres y mujeres que
hoy caminan desparpajadamente por Beijing, Nueva York, Berlin 0 Tokio 0 cualquier
otro lugar del planeta, son biologicamente similares a los que cazaban y recolectaban
alimentos en las ardientes y peligrosas sabanas de Africa, hace cuatrocientos milenios.
Somos en esencia los mismos primates, enfrentando fenomenos, estructuras, even­
tos y circunstancias nunca antes vistos, y a pe~ar de las aparentes diferencias raciales,
etnicas, culturales, sociales y de otra indole, los miembros de la especie seguimos
compartiendo el 99.9% de nuestro codigo genetico (Diamond, 1992).
Esta perspectiva de especie, nos permite ponderar innumerables fenomenos pasa­
dos y actuales y, especialmente, nos posibilita admitir las interrelaciones entre la
humanidad y su entomo planetario hasta llegar al reconocimiento de un fenomeno
sin precedente en la historia par su magnitud y escala. Durante una pequefia fracci6n de
ese lapso, equivalente a tan solo el 0.05%, la especie humana ha hecho crecer su pobla­
ci6n de manera explosiva, de 1,200 millones de seres a 6 mil millones, y ha provocado
impactos de tal envergadura, que hoy no solo afecta enonnes extensiones del espacio
planetario, tambien modifica procesos ecol6gicos y bio-geo-quimicos de caracter global.
En efecto, durante el siglo xx la especie humana y, dentro de ella, sectores selec­
tos de su poblaci6n, han cuadruplicado sus numeros, multiplicado por nueve el uso del
agua, por catorce su economia, por dieciseis el uso de la energia y por cuarenta el produc­
to industrial (McNeill, 2000), tal Y como puede observarse en los Cuadros I y 2. De
acuerdo con un estudio bien conocido, hacia finales del siglo pasado, el conjunto de
actividades humanas ya desviaban para su beneficio cerca del 40% del total de la energia
16
ECONOMIA
POBLACI6N
ENERGIA
(pin mundial de 1990 en
d6lares)
(miles de mill ones)
(miles de toneladas
metricas de petr6leo)
1500
1820
1900
1950
1992
An"
Ano
Ano
240.000 mill (Turquiaffaiwan)
695.000 mill (>CanadWEspana)
1.980,000 mill (<Japon)
5,370,000 mill (USA)
28.000,000 mill
1500
1820
1900
J950
1992
0.5
J
1.2
1.6
6.0
1800
1900
2000
80 mill de indi ... iduos d~1
genero Hom/}: 20%
El uso de Ia c:ncrgia ha sldo
mayor en el SI{do XX, que
dUraJ\lt el slglo XX
en loda la hlslona anienN
)" ~n csos tOO anus ~ u.so
10 vt:ces m:is enef'oria qtLl:
crt
x 14 VECES
250
800
10,000
los [000 afIos anelriorcs
x 16 VECES
x4 VECES
Fuenle: McNeill (2000).
Cuadra I. Evoluci6n de la economfa, la poblaci6n humana y el uso de Ie energia en el Mundo,
durante los ultimos quinientos a~os.
Incremento durante 1900-1999
(numero de veces)
POBLACION
ECONOMIA
ENERGIA
OUTPUT INDUSTRIAL
EMISIONES DE C02
USODELAGUA
4
14
16
40
13
9
Cuadra 2. Im:remento de la acci6n humana a escala global. Fuente: McNeill, 2000
solar captada por las plantas (Vitousek et al., 1986), y uti1izaba directa 0 indirectamente
:m porcentaje similar del agua del cicio hidrol6gico global (Postel et al., 1996).
En virtud de las evidencias anteriores, esta forma de primate se ha convertido en
:.rna anomaHa, en una "patologia natural": no s610 es la especie que mas se ha repro­
ducido en las ultimas decadas Uunto con las especies animales ligadas a ella tales
.como las reses, las moscas 0 las cucarachas), tambien es el unico ser vivo que devora
:iteralmente su casa, y la {mica especie animal cuyas poblaciones se aniquilan entre sf
3 una escala sin precedentes: entre 1900 y 1990, veintiseis grandes conflictos entre
poblaciones de la especie mataron de manera violenta a alrededor de treinta y tres
~i11ones de individuos (Diamond, 1992),
EJ gran problema no es el que estos mamiferos piensen, sino el que piensen que
piensan; es decir, que han alcanzado un estado general de demencia, una forma sofis­
ticada y unica de !ocura, jamas vista a 10 largo de la casi eterna historia natural,
basada en un mecanismo generalizado de auto-engafio, del que cada vez menos miem­
17
bros escapan. Estas criaturas que hoy proliferan por pnicticamente cada rinc6n del
tercer planeta del sistema solar, dominando con sus poblaciones buena parte del orbe,
se vuelven ciegos euando se miran al espejo. Su principal ilusi6n es el seguir creyendo
que son seres inteligentes, euando en realidad han estado atentando contra sus propias
fuentes de abastecimiento y, por consecuencia, contra su propia supervivencia.
No hay duda de que el cumulo de evidencias mostrados descamadamente en la
secci6n anterior, que no son sino los conocimientos acumulados poria investigaci6n
cientifica de las LIltimas decadas, lIevadas a su profunda reflexi6n, intemalizadas en
un ser humano y, sobre todo, mantenidas por encima de toda particularidad espacial
y temporal, dotan al individuo, independientemente de sus circunstancias individua­
les 0 colectivas, actuales 0 hist6ricas, de un estado inequivoco de lucidez.
Quienes a1canzan a vislumbrar esta situaci6n, que 10 mismo produce angustia que
temor, panilisis 0 desilusi6n, logran rescatar la dimensi6n mas acabada del pensa­
miento critico: ellos han adquirido una "conciencia de especie", una "etica planetaria",
una "inteligencia global" (Spariosu, 2004). Esta conciencia es fundarnentalmente el re­
conocimiento de que la nuestra es tambien una especie mortal, una especie que depen­
cliendo de las acciones actuales presentes y futuras puede lIegar a desaparecer y que, par
10 mismo, se ha vuelto una especie amenazada de extinci6n (Ganido-Peiia, 1996).
Lo anterior nos obliga a planteamos las siguientes preguntas: (,No hay en realidad
una brecha tajante y profunda entre el ser humano dotado de esta conciencia de espe­
cie y el que carece de ella? (,No parece que se procrean en realidad dos especies (sociales,
. culturales, ontol6gicas) dentro de un mismo gremio biol6gico? (,No estamos por 10 tanto
frente ados miembros radicalmente distintos de una misma especie biol6gica? En suma,
(,no estamos reconociendo ados especies diferentes, el "mono demente" (Homodemens)
y el "mono pensante" (Homo sapiens), de cuya conflictividad y su resoluci6n dependera
el futuro de la humanidad, el resto de los seres vivos y el planeta erltero?
La globalizacion: el surgimiento del pequeno planeta
La vieja y largamente soiiada utopia de los visionarios y futur610gos de la antigiie­
dad, es hoy, al inicio del siglo veintiuno, una realidad incontrovertible. A consecuen­
cia de la expansi6n del modelo civilizatorio industrial y su ambiciosa innovaci6n
lccnoklgica, el planeta ha sido convertido, por vez primera, en un espacio geografico
reducido a tina esca]a apropiada a las actividades humanas (tiempos, ciclos, percep­
ciones), un fen6meno que ha sido posible gracias a cuatro factores: el vertiginoso
18
desarrollo del transporte, la expansion de las comunicaciones, el ensanchamiento de
las transacciones economicas, y, por supuesto, el crecimiento de la poblacion huma­
na. Cuando en diciembre de 1986 el Voyager logro dar la vue Ita al mundo en solo
nueve dias sin necesidad de cargar combustible, no s610 estaba batiendo una nueva
marca de la llavegaci6n aerea, estaba consolidando varias decadas de un desarrollo tec­
no16gico que hoy permite jestar en cualquier punto del orbe en menos de 22 horas!.
La reduccion de las distancias del planeta a traves de la veJocidad de los transpor­
tad ores no s610 permite el movimiento de los miembros de la sociedad, tambien ha
facilitado el transporte de materiales (materias primas, manufacturas, productos in­
dustriales) y de energeticos (como el petroleo) mediante los diversos sistemas de
transporte telTestre y marino. La novedosa idea del transporte intelIDodal, pemlitira
transportar grandes volumenes de mercancias mediante trenes que se vuelven trailers
y viceversa (utilizando un sistema de aire comprimido), con sustanciales ahorros en
tiempo y combustible. En el transporte marino, la automatizacion de los sistemas
hizo que hacia 1987 un barco medio de 8,000 a 10,000 toneladas fuera manejado pOI'
solo trece personas (en vez de las 36 requeridas en 1950), y que existan diseiios para
reducirlas a solo seis. En la misma perspectiva deben visualizarse los disei'ios que
ofreceran los Ilamados superconductores al permitir el movimiento mediante la
levitacion, 0 la alta acumulacion de energia en pequeiios generadores.
En el terreno de las comunicaciones, es decir en el almacenamiento, l11anejo y
transmision de informaciones entre los miembros de la sociedad humana, los avances
son igualmente vertiginosos. Cada ano 25 millones de computadoras se agregan al
repertorio instrumental humano, de las cuales el 96% son personales. Si en 1981 solo
existian 213 computadoras conectadas a internet, hacia 1994 eran ya mas de 5 millo­
nes, y la cifTa alcanzaba los mil millones en 2005, es decir ila sexta parte de los seres
humanos l Haee menos de una decada, la idea de los telefonos instalados enfTente de cada
uno de los asientos del avion no habia sido imaginado, en tanto que hace quince anos la
palabrafclx solo era pronunciada por unos cuantos cientos de miembros de la especie.
Los avances logrados en la microelectronica, las fibras opticas, los laseres, la
computacion y las telecomunicaciones estan volviendo obsoletos los medios usuales
de realizar los negocios, el periodismo, la politica, la educacion y par supuesto la
vida cotidiana. Hacia 1985, la mitad de la fuerza de trabajo de los Estados Unidos
laboraba ya en actividades relativas a la creacion, el manejo 0 la transmision de infor­
macion, y ha alcanzado ya los dos tercios hacia el ano 2000. La telefonia inalambrica
y celu1ar, el videotex, el correa electronico, el periodismo por video, y las elecciones
electronicas (que ya se probaron en Brasil desde 1996) son, estan siendo 0 serim
19
realidades insertadas en la vida cotidiana humana. Se estima que la capacidad de
procesar infonnaci6n de los microchips habra de doblarse cada dos afios durante la
presente decada sin un aumento notable de sus costos. Esto significa que con 10 que
se compr6 una computadora de punta en 1995, es posible adquirir una maquina veinte
veces mas poderosa hacia principios de siglo, y 500 veces mas potente hacia el ano 2010.
Algo similar sucedera con las telecomunicaciones, en donde la transmisi6n de
decenas de miles de caracteres de informaci6n por segundo en una linea telef6nica y
a base de una sola fibra 6ptica sera algo nonnal hacia el cierre del siglo. Para darse
una idea, hoy una sola fibra 6ptica puede trasmitir 400,000 conversaciones simulta­
neas en un segundo, que representa algo asi como el contenido de 2500 libros de 400
paginas cada uno. Actualmente, se ponen en marcha sendos proyectos para comuni­
car al mundo a traves del tendido de mas de 60,000 kil6metros de cables con fibras
6pticas a traves de los principales oceanos y territorios de los cinco continentes. Por
su parte, los nuevos disefios para guardar informaci6n basados en la tecnologia del
disco laser pueden hoy en dia poner toda la Enciclopedia Britanica en un diminuto
disco de 11.4 centimetros de diametro.
En el terreno de los satelites, iniciado hace mas de tres decadas, los avances logra­
dos en las comunicaciones, la exploraci6n (meteoroI6gica, geofisica y militar) y la
navegaci6n, son tambien numerosos. EI consorcio intemacional de 114 paises cono­
cido como INTELSAT (International Telecommunications Satelite Organization), que
es propietario y operador de un sistema global de trece satelites, cubre mas de sete­
cientas estaciones terrestres y un total de 100,000 canales en servicios tales como
telefonia y televisi6n transoceanica, telex, fax, informaci6n digitalizada y teleconfe­
rencias. Por su parte, la Cable News Network (CNN) norteamericana, ha creado el
primer noticiero televisivo de caracter planetario, mediante el empleo de cinco sate­
lites incluyendo el Statsionor 12 sovietico, a traves de los cuaJes alcanza 61 millones
de hogares de 91 paises, int1uenciando y modificando las decisiones de la politica,
los negocios, el comercio, y la diplomacia mundial.
En el campo de la economia, los Ilamados programas de ajuste estructural, con­
vertidos ya en el prin6pal ariete de la ultima "expansi6n salvcije" del capital por los
grandes organismos financieros internaciOJlales, se han dedicado a eliminar todo obs­
taculo para un sistema de mercado global. Esta polftica macroecon6mica esta basada
en un cambio en la estrategia de crecimiento de los paises facilitando su integraci6n
e interdependencia econ6micas, en la reducci6n del papel del Estado como regulador
de las economias intemas, en la privatizaci6n de los principales sectores econ6micos
nacionales, en la remoci6n de todo impedimento al libre flujo del capital internacio­
20
nal (que incluye como innovacion tecno-economica la aparicion del dinero electroni­
co), y en la reforma a los mercados domesticos de trabajo. Con ello, durante los
ultimos quince afios, hemos visto acentuarse la integracion de las economias locales,
nacionales y regionales de todo el mundo, en franca correspondencia con los sustan­
tivos avances tecnologicos arriba sefialados.
La globalizaci6n de 10 humano, es decir la aprehensi6n y socializacion del espa­
cio planetario, es pues ya un proceso en plena consolidaci6n que obliga a re-pensarlo
todo: politica, economfa, cullura, diplomacia, educacion, estilos de vida. La imagen
de la Tierra captada por los satelites desde el espacio que nos da, por vez primera, una
percepcion directa, no mediada por la interpretacion cartognifica, del conglomerado
de nuestra especie y su habitat planetario, y que hoy aparece 10 mismo en los anun­
cios comerciales que en la portada de un libro 0 como logotipo de una camiseta, es el
anuncio premonitorio del nacimiento de una nueva era. Y esa imagen del globo azul­
plateado flotando en el oscuro fondo del universo, es tambien el simbolo que certifica el
e-encuentro con nuestra condici6n original. Por vez primera, nuestros ojos logran
mirar(nos) desde fuera y desde lejos ese diminuto punto azul, otorgandonos con ello una
ueva percepci6n, simiente de una nueva conciencia y de una nueva amenaza.
La sociedad global y la nueva conciencia de especie
La conjunci6n de todos estos eventos ha ido paulatinamente generando la idea (toda­
°ia incipiente) de pertenencia a una categoria superior y, en cierta forma, suprema en
nto que metasocial y suprahist6rica: la de especie. La cabal adquisicion de este
estado de conciencia conforma un hecho contradictorio. Por un lado, involucra un
tomo a la situacion primigenia en la que los seres humanos, todavia social y cultu­
ralmente indiferenciados, desprovistos aun de lenguaje, s610 lograban distinguirse
el resto de los organismos vivos por sus rasgos biologicos. Por el otro, conforma un
'"erdadero alumbramiento en tanto que, por vez primera, los seres humanos se en­
entran e identifican con su generalidad, mas alia de sus particularidades de nacio­
lidad, clase, raza, religi6n, cultura e ideologia. Este fen6meno esta surgiendo como
nsecuencia tanto de los procesos de globalizaci6n de 10 humano, como de la ame­
a, consecuencia contradictoria de 10 anterior, que se cieme a traves de la crisis
ecol6gica del planeta. En ambos casos, una nueva concepcion no religiosa ni mitologica
e la naturaleza y en general del universo, opera como el espejo frente al cual logra
° °girse la nueva identidad de especie.
21
Y este ir hacia la naturaleza que parece un retomo, es en realidad un regreso
aparente: se ha vuelto a la antigua conciencia de especie y de reconocimiento de la
naturaleza, pero esta vez estamos provistos de una nueva condicion, en un nuevo
estadio de desarrollo y con una nueva perspectiva. No es ya aquella mirfada de pe­
quenas unidades sociales (la banda), aisladas las unas de las otras 0 debilmente em­
parentadas a traves de la circulacion de las dotes, los obsequios 0 las mujeres, sepa­
radas por la necesidad de mantener su propia cohesion como organismo social,
esparcidas aqui y alia en el ancho infinito de los ecosistemas de la Tierra, sino que
son ya todos los seres humanos, agrupados en un solo ensamblaje, mayor, supremo y
total y en permanente comunicacion unos con otros, los que toman conciencia de su
suprema identidad y de esta con la naturaleza.
En el fondo, nunca hemos dejado de pertenecer al conjunto biologico que nos
distingue del resto de los organismos. Pero apenas hasta ahora, tras un periodo pro­
longado de fragmentacion y diferenciacion sociocultural se da el re-encuentro. Y al
encontrarse de manera conciente con su origen, evento que tuvo que esperar la sa­
turacion del espacio terraqueo y su desequilibrio por parte de la poblaci6n humana, los
habitantes humanos del planeta posiblemente descubramos el camino para dirimir y aceptar
nuestras diferencia.s culturales y para superar nuestras desigualdades materiales.
Esta nueva conciencia planetaria es quizas, uno de los mas inusitados fenomenos
de la post-modemidad. El individuo, aparentemente diluido en el mar de la masiticacion
urbana e industrial, recupera de nuevo una idea de identidad 0 peltenencia a una
entidad mayor. La aldea global viene, tras varios siglos, a recuperar la ya desapareci­
da comunidad local, esa que fue dejada atras por varios siglos de urbanizacion. Esta
conciencia post-modema restituye, en una nueva dimension espacial, los viejos atri­
butos de la antigua conciencia comunitaria premodema.
La nueva conciencia de especie no solo implica una cielta solidaridad con la Na­
turaleza, sino que es tambien con-especitica (es decir, con el r~sto de los miembros
del propio conglomerado biologico) y trans-generacional (los futuros miembros de
ese conglomerado). La idea de que el planeta (el resto de [os organismos vivos y el
ambiente) en que vivimos nos ha sido legado en sus condiciones actuales pOl' las
generaciones del pasado, situacion que habremos de heredar a las generaciones veni­
deras, constituye una nueva concepcion que viene a corroborar tangib[emente la
existencia de un torrente historico. La nueva percepcion que surge del caracter global de
[0 humano asi como de los limites bio-fisicos, hoy transgredidos, del planeta conducen a
repensarlo todo, no solo en terminos de 10 que concretamente se hace, sino de 10 que se
hizo y de 10 que se hara, rescatando de paso el invisible nudo del espacio y del tiempo.
22
La conciencia de especie
"PClfa vivir como humanos -afirma Leonardo Boff (200 I: 2S)-, los hombres y las
~ujeres necesitan establecer ciertos consensos, coordinar ciertas acciones, refrenar
ciertas practicas y construir expectativas y proyectos colectivos. Se necesita un punta de
~eferencia para la totalidad de los seres hwnanos, habitantes del mismo planeta, que
<lhora se descubren como especie, interdependientes, habitantes de una misma casa yean
o destino comllO". Desde nuestra perspectiva, ese marco de referencia proviene de 10
ue hemos denominado la "conciencia de especie" (Toledo, 1992 y 2003), UJ1 rasgo que
aparece de manera recurrente en los militantes de los nuevas movimientos sociales.
Baja la conciencia de especie ya no solo se pertenece a una familia, a un linaje, a
;loa comunidad, a una cultura, a una nacion, a a una cofradia religiosa a politica.
Antes que todo se es parte de una especie biologica, dotada de una historia y necesi­
:ada de un futuro, y can una existencia ligada al resto de los seres vivos que integran
el habitat planetaria y, par supuesto,en intima conexion can el planeta mismo. Esta
.:-oociencia la adquiere e] ser humano mediante un acto de socializacion, es decir no es
?roducto de una iluminacion individual, sino que se deriva de su participacion en un
;::oceso colectivo de reflexion y autocritica que es tanto social como epistemol6gico.
La conciencia' de especie otorga a los seres humanos una nueva percepci6n del
.:spacio (topoconciencia) y del tiempo (cronoconciencia), que trasciende la estrechi­
sima vision a la que Ie condena el individualismo, racioJlalismo y pragmatismo del
Homo economicus, ese que tomenta la civilizacion industrial. En efecto, en el mundo
:noderno, los seres humanos tienden a volverse actores racionalistas, individualistas
.. maximizadores de ganancias (Siebenhtiner, 2000) y, par consecuencia, a construir
na ideologia individual y colectiva basada en esa racionalidad. Estos va]ores, que
onstituyen los fundamentos ideologicos de las economias de mercado, son total­
mente perversos en una perspectiva social. Esta visi6n esta marcada par 10 instanta­
.eo de las mercancias convertidas ya en el fin supremo de la actividad humana, en un
. undo que tiende a mercantilizar hasta el ultimo rinc6n de la vida social, yen donde
el propio ser humano term ina convertido en mercancia.
La topoconciencia
La topo-conciencia permite al individuo incorporarse, es decir, tamar conciencia de
s propio cuerpo y de su ubicaci6n en el espacio. En realidad se trata de un acto
23
extrafio para la modernidad industrial, pOl' el cual el ser humano encuentra 10 que M.
Berman (J 992) ha Hamado el anclaje somatico. La ausencia de este reconocerse como
entidad biol6gica es, segun M. Berman, la causa principal de las ideologias. La
somatizaci6n de la vida humana es uno de los componentes de los individuos que han
adquirido ya una conciencia de especie. A diferencia de las epocas premodernas, hoy
la informacion proveniente de los avances cientificos y tecnologicos contemponi­
neos brindan al individuo la oportunidad de construir una vision integral pOl' las dife­
rentes escalas del espacio, una vision que va del propio cuerpo al cuerpo del planeta,
y que reconoce y recorre a la casa 0 el hogar, a la comunidad 0 al barrio, a la regi6n 0
el municipio, a la naci6n, como ambitos de extension de su propio cuerpo (Boada &
Toledo, 2003). Con ello se logra una re-creacion de la visi6n trans-escalar comun a la
gran mayoria de las cosmovisiones pre-modernas, donde se busca permanentemente
el equilibrio (salud-enfermedad) del espacio sagrado en todas sus escalas (vease el
caso de los Mayas en Barrera-Bassols & Toledo, 2005).
La topoconciencia dota al ser humano de una vision integral del espacio, desde su
propio cuerpo hasta la dimension planetaria, y Ie permite recorrer las diferentes esca­
las reconociendo la existencia de diferentes procesos y su conexion entre ellos. Todo
10 que existe se encuentra pOl' 10 tanto interconectado, y cada acci6n de diferente
escala incide en las acciones de las otras escalas y viceversa. Lo local no esta pOl' 10
tanto aislado de 10 global, de la misma manera que 10 (bio )regional afecta 10 indivi­
dual y viceversa. La espacializaci6n de los fen6menos Ie otorga, en fin, una ventaja
porque Ie pennite comprender muchos fenomenos que hoy son propios del mundo
globalizado que vivimos. Entre estos se encuentran la creciente articulaci6n e inte­
raccion de los procesos naturales y los sociales, 0 la estrecha interdependencia de los
seres humanos con el resto de los seres vivos.
La cronoconciencia
La modernidad confOlma una epoca donde los individuos tienden a ser mutilados en
su capacidad para percibir el tiempo como proceso historico. Lo "instantaneo" reem­
plaza a la historia. La conciencia de especie implica tambien la recuperaci6n de la
vision evolutiva, es decir, la restauracion de la capacidad para recordar para evocar,
para percibir el tiempo en toda su profundidad. Ello Ie permite ubicarse como parte
de los distintos procesos hist6ricos. Se comienza pOl' recordar [a propia historia indi­
vidual, su rol como parte de una estructura familiar, sus relaciones mas cercanas con
24
parientes y amistades. De ahi se extiende hacia la historia de su colectividad mas
proxima: su barrio, su comunidad, su comarca, su region, hasta llegar a la historia de
su pais. Se pasa despues a la historia de la especie humana, con una dimension de
unos 200,000 afios, a la historia de la Tierra (cinco mil millones de afios) y a la
historia del universo (quince mil millones de anos).
Tal conciencia integral del tiempo, es decir, del pasado, Ie permite relativizar los
fenomenos del presente incluyendo su propia actuaci6n 0 comportamiento. Ello Ie
data de una conciencia de los ritmos de los diferentes procesos y de la importancia
relativa del presente. La comprensi6n de los fenomenos de cambio en sus diferentes
escalas 10 induce, en fin, a construir el futuro desde una perspectiva que ubica 10
individual, 10 familiar y 10 humano en el torrente de la evolucion biologica, geologica
y finalmente cosmica (Reichmann, 2003).
Una etica planetaria y por la supervivencia
La conciencia de especie no solo permite recobrar una percepcion original del ser
humano, hoy casi olvidada 0 suprimida en la realidad industrial: la de su pertenencia
(y por consiguiente su identificacion) con el mundo de la naturaleza. Tambien 10
conduce a restablecer un comportamiento solidario con sus semejantes vivientes (hu­
manos y no humanos) y no vivos y a edificar una etica de la supervivencia basada en
ia cooperacion, la comunicacion y la comprension de una realidad compleja.
Frente al individualismo y el narcisismo auspiciado por la civilizacion industrial,
materialista y mercantilista, basada en una comprension simplista del mundo (deri­
vada de los modelos reduccionistas y mecanicistas que hoy dominan la ciencia con­
temporanea), la conciencia de especie opone una vision que fomenta un cambio radi­
cal en los sistemas de valores y en los estilos de vida de los individuos, las familias y
los conglomerados humanos. Se trata entonces de trascender ios esquemas indivi­
dualistas basados en la satisfaccion egoista y el consumismo de 10 material, para
asumir comportamientos dirigidos a la reorganizacion de la sociedad. En ello desem­
pena un papel centralia resolucion de conf1ictos. La conciencia de especie auspicia
un cambio en las actitudes del individuo en por 10 menos tres pianos 0 dimensiones:
el etico, el politico y el espiritual. En el plano de la etica, se trasciende para alcanzar
un comportamiento solidario, que en el fondo es una reacci6n del individuo frente a
los cada vez mayores peligros que acechan la supervivencia del planeta y de la huma­
nidad. Se tiene conciencia de que de seguir las actuales tendencias, la sociedad hu­
25
mana tem1inara autodestruyendose. Frente al impulso suicida, este estado de con­
ciencia provoca una reaccion vital en el individuo que 10 impulsa a participar en
iniciatiyas colectivas, convirtiendolo en el militante de nuevos movimientos sociales
y politicos. Y en ello la tolerancia y el respeto a 10 diferente adquieren un valor
supremo. Surgen entonces nuevos valores como la diversidad, la inter-culturalidad y,
por supuesto, la tolerancia a las ideas diferentes que es la base de la democracia. La
diferente deja de ser un problema para volverse una fuente de enriquecimiento reciproco.
Finalmente, su nueva percepcion delespacio y del tiempo 10 dota de un nuevo
"instinto" por las cosas profundas de la vida, remitiendolo a una dimension de espiri­
tualidad 0 para utilizar el telmino de Umberto Eco, de religiosidad laica: "Donde se
ve que 10 que he definido como 'etica laica' es, en el fonda, una etica natural, que ni
siquiera el creyente desconoce. EI instinto natural, Ilevado a justa maduraci6n y
autoconciencia, (,no es un fundamento que da suficientes garantias?" (Eco, 1999).
La conciencia de especie en el proceso educativo
Mucho se ha escrito y debatido en torno al papel de la educaci6n frente a la crisis
ecologica de escala global. Buena parte de estas discusiones se ha resttingido a as­
pectos meramente metodologicos 0 instrumentales. Ami juicio, el rete central sigue
siendo la necesidad de reconocer un marco cognitivo que encauce y ordene los obje­
tivos de la educacion ambiental, que oriente sus esfuerzos y que jerarquice sus tareas.
El reconocimienta de esta conciencia de especie me parece que puede lIegar a ser el
elemento fundamental que ocupe el rol de objetivo supremo de la educacion ambien­
tal, mas alia de matices, particularidades y origenes.
Lo anterior significa poner al ser humane contemporaneo frente al espejo de su
propia sustancia como ser bio-social (como animal y como angel), como ente hist6ri­
co, y sobre todo como un elemento mas, insignificante perc significativo, del espacio
planetario y del torrente del tiempo. Ello Ie dota de una visi6n fundamentada en el
conocimiento cientifico, de un pensamiento critico que Ie permite relativizar creen­
cias, ideologias, origenes, estirpes y modos estrechos de pensarel mundo.
Orientada ya por este faro supremo, la educaci6n se encamina a traves del conoci­
miento, a generar en elser humano un estado de conciencia que Ie induzca a actuar de
manera positiva. Ello supone entre otras cosas, la superacion de toda reacci6n angus­
tiante, desesperada 0 paralizante, la adquisicion de una solidaridad profunda con el
resto del muncio (seres humanos, seres vivos, el equilibrio global, etc.) y, en fin, la
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rticipacion social y politica lIevando como valores sustanciales la tolerancia, la
- idaridad, la democracia, la justicia y el bien colectivo.
Dicho de otra manera, la educacion para la toma de conciencia de especie, debe
ncaminarse a situar en el centro de todo su eshlerzo 10 que Garrido-Pena (1996)
lama un "pacto por la vida", un "contrato bio-centrico": "Este nuevo pacto social por
la vida no sera sino la explicacion institucional de una nueva cultura. EI pacto que
. nda una nueva era politica: la era de la biopolitica. A la propiedad Ie sustituini la
\ ida. EI contrato propietario sera relevado por el contrato vital. EI sujeto de este
pacto ya no sera el sujeto propietario, sino el ser vivo" (p. 342). Se trata, en suma, de
una nueva forma de "educacion para la liberacion" que recoge los principios yense­
-.anzas fonnuladas pOl' Paulo Freire, actualizandolos y dotandolos de nuevos para­
jigrnas (Gadotti, 2000). Una edllcacion, a la altura de las circunstancias actllales, que
"nduce la sintonia de los miembros de la especie humana, frente a los peligros globales,
independientemente de sus numerosas particularidades. Una educacion para la su­
pervivencia, que es urgente y necesaria.
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