La ciudad de Dios

Libro I
Prologo, Motivo y Argumento de la Presente Obra
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Personas viviendo de la fe, la patria definitiva y eterna con un juicio con autentica
justicia.
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El Rey y fundador de esta ciudad debe resistir a los soberbios y dar la gracia de Dios a
los humildes.
Cáp. 1 Los Enemigos del Nombre de Cristo obtienen el perdón de los bárbaros, por
reverencia a Cristo, durante la Devastación de Roma
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Estos enemigos de Cristo escaparon de las matanzas de los barajaros fingiendo ser
cristianos. Estos los perdonaron por devoción a su Destino. Así se volvieron más
enemigos de Cristo porque fingieron ser cristianos para salvar sus vidas.
Libro II
Cáp. XXI, Opinión de Cicerón sobre Roma
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“Sin la mas estricta justicia, no es posible gobernar un Estado.”
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“Nada hay tan enemigo de una ciudad que la injusticia”
“la Republica es la empresa de un pueblo (solo cuando se gobierna con rectitud y
justicia), y un pueblo es la asociación de personas basada en la aceptación de leyes y
en la comunión de intereses”.
Cuando un pueblo es injusto se le llama facción donde el que gobierna es un tirano.
Antaño, las costumbres y tradiciones romanas creaban hombres de prestigio que las
defendieran. Esto ya no existe por falta de hombría las tradiciones desaparecieron.
San Agustín, apoyado de Cicerón, expone que en la republica romana nunca tuvo una
autentica justicia.
La verdadera justicia existirá solo si Cristo es el Rey y fundador.
Cáp. XXII, Descuido Absoluto de los Dioses en evitar la Ruina de Roma por su Depravación
Moral
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Roma murió por su corrupción moral
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Los dioses los abandonaron por su inmoralidad. Pero ellos mismos no le enseñaron a
vivir bien.
Libro IV
Cáp. IV. Semejanza entre las Bandas de Lado y los reinos Injustos
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Los diferencia la existencia de la justicia
Cáp. VII, Los Reinos Terrenos, en sus periodos de auge, ¿Reciben el auxilio de los dioses, y
son abandonados por ellos en sus periodos de decadencia?
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Esto es falso
Cáp. XXXIII,
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Los periodos tanto de reyes como de reinos están regulados todos por la decisión y la
autoridad del Dios Verdadero
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La felicidad solo la concede a los buenos. Esta solo se hallará en aquella vida donde
ya nadie será siervo.
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En los dones de Dios terrenales se encuentra la verdadera felicidad.
Libro V
Cáp. I
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El Imperio Romano y todos los demás Reinos no se han originado fortuitamente, ni
dependen de la posición de las estrellas.
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Es la divina providencia quien establece los reinos humanos.
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La creencia a la predicción de la voluntad de Dios en los astros es una tremenda
injuria a la religión.
Cáp. IX. La Presciencia de Dios y la Libre Voluntad del Hombre, Contra la Formulación de
Cicerón
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Cicerón niega rotundamente el conocimiento del futuro y las profecías, conocimiento
inexistente para los hombres y lo divino. Esto es negar la presciencia de Dios
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Cicerón defiende la libre voluntad y rechaza el destino fatal.
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“La Presciencia de Dios es infalible, vivimos bajo su voluntad”.
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Cicerón propone 2 caminos incompatibles:
◦
Si elegimos la presciencia del futuro, anulamos el libre albedrío de la voluntad.
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Si elegimos el libre albedrío, hemos anulado la presciencia del futuro.
◦
El hombre que tiene espíritu religioso elige ambas cosas a la vez y las
fundamenta las 2 en la fe religiosa.
◦
“Nuestras voluntades mismas pertenecen a ese orden de causas , conocido de
antemano por Dios en un determinado orden, pues que la voluntad del hombre
es la causa de sus actos”
◦
La voluntad esta sobre el destino
Cáp. X, ¿Hay alguna fatalidad que tenga dominada la voluntad humana?
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“Todo lo que el hombre sufre contra su voluntad no debe atribuírselo a la voluntad de
los hombres o de los Ángeles o de cualquier otro espíritu creado, sino a la de aquel
que concede un determinado poder a quienes son capaces de querer”
Querer es tener voluntad
“mal vive quien de Dios no cree rectamente”
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El tiene la presciencia infalible.
Cáp. XI. La Providencia Universal de Dios, cuyas leyes lo abarcan todo
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Dios creador de todo lo visible y lo invisible.
Cáp. XXI.
La soberanía de Roma ha sido dispuesta por el Dios Verdadero, de quien tiene poder
y cuya providencia lo gobierna todo
Dios da la felicidad a solo los hombres religiosos en el reino de los cielos. Dios no
abandona al genero humano sin sentenciar su conducta, y sin prestar ayuda a su
actuación
Todos los avatares de la Historia es, sin lugar a dudas, el Dios Único y Verdadero
quien los regula y los gobierna, según le place. Los motivos son ocultos, ¿Pero serán
por ello menos justos?
Libro XI
Cáp. I. Los Orígenes y Fines de las Dos Ciudades: Celestial y la Terrena
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Existe por disposición de la Providencia Suprema la Ciudad de Dios.
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La terrenal y la Celestial se hallan en este mundo.
Libro XII
Cáp. XXVII
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En el primer hombre tuvo su origen el género humano en toda su plenitud. En ella
Dios vio de antemano quienes habían de ser premiados y quienes habían de ser
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castigados.
La gracia de Dios no puede ser injusta, ni cruel su justicia.
Libro XIV
Cáp. XXVIII. Propiedades de las Dos Ciudades, La Terrena y La Celeste.
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Creadas por 2 tipos de amores:
◦
La terrena: el amor de sí mismo, hasta el desprecio de Dios. La gloría en sí
mismo
◦
La Celeste: el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo. La gloria en el
Señor.
Libro XV
Cáp. I. Dos Grupos de la Humanidad que se encaminan a Diversos Fines de su Principio
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Los que viven según el hombre (predestinados a sufrir castigo eterno con el diablo) y
los que viven según Dios (predestinados a vivir siempre con Dios).
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El primer hijo nacido de los 2 primeros padres del género humano fue Caín, que
pertenece a la ciudad de los hombres, y el segundo Abel, de la Ciudad de Dios. Caín
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había fundado una ciudad, la de los hombres. Abel no fundo nada por ser peregrino
porque después llegara el tiempo de su reino por medio de la resurrección.
“No es primero lo espiritual, sino lo animal; lo espiritual viene después”
“No todo hombre malo llegará a ser bueno pero nadie llegara a ser bueno sin antes
haber sido malo”
Cáp. II. Hijos de la Carne e Hijos de la Promesa
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Sobre la descendencia de Abraham: Isaac nacido de la promesa de Dios a partir de su
esposa estéril; Ismael nacida de la esclava Agar
Libro XIX
Cáp. XVII. Origen de la Paz y de la Discordia entre la Sociedad Celestial y la Ciudad Terrena
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El que vive en la fe esta fuera de los placeres terrenales y viceversa.
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El terrenal pone muchos dioses, los celestiales adoran al Dios Verdadero. Por eso los
que están en la tierra y son celestes, son perseguidos de herejes de las creencias
terrenales.
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Los ciudadanos de la ciudad celeste están en destierro en la Tierra. Tratan de buscar
la paz terrena, para el gozo de la celeste.
Libro XX. El Juicio Final
Cáp. I.
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El día ultimo, es el día que Cristo venga a juzgar a vivos y muertos.
Cáp. II.
Inestabilidad de los Humano. Aunque no podamos decir que falte el juicio de Dios,
porque más que nos sea irreconocible.
El juicio final será indiscutiblemente justo porque Dios será el juez.
Libro XXII
Cáp. XXX. La Felicidad Eterna de la Ciudad de Dios, y el sábado Perpetuo
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Presencia de todos los bienes y el mal es inexistente. Alabar a Dios que será el todo
para todos.
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Imposibilidad de caer en el pecado.
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Sábado perpetuo: el día que descanso el Señor ahí descansaremos nosotros.
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Contemplaremos, amaremos y alabaremos,
Nuestro fin: llegar al Reino que no tiene fin.