La Influencia Política de los Sindicatos Más Representativos Área III

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La Influencia Política de los Sindicatos Más
Representativos
Área III. GT 3.5.
Gregorio Albardíaz García-Portillo
Departamento de Derecho Constitucional y Ciencia Política
Universidad de La Laguna
[email protected]
Resumen de la Ponencia
La ponencia abordará el modelo sindical implantado en España a raíz del
desarrollo de la Constitución de 1978, mediante la influyente y novedosa
figura de los sindicatos más representativos en los ámbitos estatal y
autonómicos, teniendo en cuenta para estos últimos el caso concreto de la
Comunidad Autónoma Canaria, a fin de poner de relieve la efectividad de
dichos sindicatos en la defensa de los intereses que les son propios y la
importante influencia que ejercen tanto sobre las decisiones gubernativas
como
sobre
los
trabajos
parlamentarios,
en
materia
de
políticas
económicas, sociales y laborales estatales y autonómicas.
Nota biográfica
Profesor Asociado del Área de Ciencia Política de la Universidad de La Laguna;
Profesor de la Escuela Social de Santa Cruz de Tenerife; Abogado; Árbitro de
elecciones sindicales en la Provincia de Santa Cruz de Tenerife; En la Gran
Enciclopedia de Canarias, autor de seis voces sobre los sindicatos canarios;
En el libro Temas de Política y Gobierno en Canarias, DIJUSA, 2004, autor del
Capitulo VIII, sobre Los Grupos de Interés.
Palabras clave
Elecciones sindicales
Grupos de presión
Sindicatos
1
Introducción
Los sindicatos, de estar catalogados como los parientes pobres de la
democracia, asfixiados por la penuria de medios y agobiados por la
dependencia de los partidos políticos afines, pasaron a ser acusados de
integración en el Sistema que les prima por haber hecho dejación de sus
originarias propuestas revolucionarias. Los ideólogos, conservadores y
también progresistas, que sostienen esta extendida acusación, no han
logrado entender que, la actual estrategia reformista sindical, donde
predomina la negociación sobre la confrontación, les vino impuesta a los
sindicatos por los propios trabajadores en el seno de las empresas durante
la Transición, a causa del temor a la amenaza del cierre de empresas y al
crecimiento del desempleo. Esta imposición no desvirtúa la vocación
democrática sindical, que se puso de manifiesto en su actitud ante los
Pactos de la Moncloa, sucritos por los partidos políticos parlamentarios y el
Gobierno de la Unión de Centro Democrático (UCD), en octubre de 1977,
para superar la crisis económica y como respuesta a los primeros intentos
de desestabilización de la democracia, porque los dos sindicatos más
implantados, Comisiones Obreras (CC OO) y Unión General de Trabajadores
(UGT), asumieron los topes salariales que fijaban para la negociación de los
convenios colectivos, entre el 20 y el 22 por ciento, a pesar de que no los
pactaron y de que suponían la pérdida de poder adquisitivo de los
trabajadores con el consiguiente desgaste sindical. Por subordinar los
intereses que defendían a la institucionalización de la democracia, los
sindicatos
obtuvieron
prestigio
social
y
el
reconocimiento
como
interlocutores sociales en la Constitución Española de 27 de diciembre de
1978 (CE), a pesar de el bajo porcentaje de trabajadores que entonces
estaban afiliados a los mismos.
1. Modelo Sindical y Pactos Sociales-Laborales
2
Tras la legalización de todos los sindicatos, en 1977, al amparo de la
preconstitucional
Ley
19/1977,
de
Asociación
Sindical,
sorprende
la
inmediata reorganización interior de UGT gracias a un proceso de afiliación
masiva apoyado por el PSOE que, en sus estatutos, imponía a sus militantes
trabajadores la afiliación obligatoria al sindicato socialista. La ocupación de un
significado espacio sindical por UGT, impone en la práctica sindical de la
democracia el modelo previo a la dictadura franquista, basado en la existencia
de diversos sindicatos con sus respectivas tendencias ideológico-políticas, y
frustra el proyecto de CC OO de crear un único sindicato sobre la base del
modelo unitario de representación asamblearia practicado durante las dos
últimas décadas del régimen franquista. Asumida la división sindical, de
inmediato, se abre el debate sobre el modelo de representación y
participación de los trabajadores en la empresa, donde UGT propone que se
ejerciera a través de órganos específicos de los sindicatos, las secciones
sindicales, que actuarían en las empresas como parte de las estructuras
superiores de los sindicatos, y CC OO que todos los trabajadores de la
empresa, afiliados o no a un sindicato, participaran en la elección de sus
representantes y que el órgano autónomo elegido, de carácter unitario y no
integrado en la estructura de un sindicato, asumiera el poder sindical en las
empresas.
El
RD
3149/77,
sobre
normas
provisionales
para
los
representantes de los trabajadores en el seno de las empresas, regula las
primeras elecciones sindicales de la democracia, celebradas en 1978, y marca
las pautas del actual modelo de representatividad sindical al definir a los
delegados de personal y a los miembros de los comités de empresa como los
representantes de los trabajadores ante las empresas, para defender sus
intereses y con capacidad legal para la negociación colectiva, sin perjuicio de
las acciones que en este campo puedan ejercer los sindicatos. El gobierno de
UCD, que atravesaba un período de gran consenso con el Partido Comunista
de España (PCE), sin resolver el papel de las representaciones sindicales y
enfatizando en los sujetos de representación unitaria en las empresas, optaba
por un modelo hibrido de los propuestos por UGT y CC OO, que acabaría
prosperando gracias a la decisión de UGT de participar en las elecciones
sindicales para no verse excluida de los órganos de representación de los
trabajadores en el seno de las empresa.
3
Los débiles resultados de UGT, en las precitadas elecciones de 1978 1, unido
a la fuerte conflictividad de la negociación colectiva de 1979, fuerzan un
cambio estrategia en el sindicato socialista que, de mantener abierto un
frente sindical con CC OO, pasa a centrarse en la negociación con las
organizaciones
negociación
empresariales
colectiva,
la
de
unas
conocida
bases
como
generalizadas
estrategia
sindical
para
la
de
la
diferenciación. Como primer resultado de esta estrategia, el 10 de julio de
1979, UGT suscribe con la Confederación Española de Organizaciones
Empresariales (CEOE) el Acuerdo Básico Interconfederal (ABI), básicamente
consistente en una declaración de intenciones entre las que predomina la
defensa de la autonomía de los interlocutores sociales y, el 5 de enero de
1980, las mismas partes, firman el Acuerdo Marco Interconfederal (AMI)2, al
que se adhirió la Unión Sindical Obrera (USO), donde se reconocían como
interlocutores válidos en las relaciones laborales y lograban pactos sobre
negociación colectiva, reducción de la jornada laboral a 1980 horas anuales
y regulación de derechos de los representantes de los trabajadores sobre
información, consulta, vigilancia y garantías, que serían integrados en sus
términos en la Ley 8/1980, del Estatuto de los Trabajadores (ET). CC OO
plantea una oposición frontal al AMI, tratando con escaso éxito de superar
en los convenios colectivos sus bandas salariales de entre el 13 y el 16 por
ciento, fracaso que refuerza la posición de UGT en las elecciones sindicales
de 19803, tras imponer, con el inestimable apoyo de la CEOE, su estrategia
1
Según datos del Ministerio de Trabajo, se celebraron elecciones sindicales en 61.850
centros de trabajo, resultando elegidos 193.112 representantes de los trabajadores. CC OO,
con 66.540 (34.45 por ciento), se erigía en la primera fuerza sindical seguida de UGT, con
41.897 (21.69 por ciento). A distancia, se situaban USO, con 7.474 (3.87 por ciento), la
Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores (CSUT), con 5.652 (2.92 por ciento),
y el Sindicato Unitario (SU), con 3.195 (1.65 por ciento). Resultaron elegidos 35.000 (18.12
por ciento) sobre los que no constaba afiliación y 23.725 (12.28 por ciento) como
Independientes. ELA-STV, con 1.931 (0.99 por ciento), fue el sindicato nacionalista más
implantado y la tercera fuerza sindical de Euzkadi.
2
DE LA VILLA, L.E., en su Prólogo a "La Estrategia de la Negociación Colectiva" de Denis
Carrier, Tecnos, Madrid 1982, páginas 24 y 25, define el AMI como un acuerdo conformador
del modelo de relaciones laborales en el que, la aceptación de la tesis de UGT sobre el
reforzamiento de las secciones sindicales, supone un éxito frente a CC OO, que recogería el
art. 87.1 del Estatuto de los Trabajadores.
3
Según datos del Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación, las elecciones sindicales de
1980 afectaron a 2.765.387 trabajadores que, en 51.664 centros de trabajo, eligieron
164.617 representantes. CCOO, con 50.817 (30.87 por ciento), retrocedía posiciones pero
seguía como primera fuerza sindical seguida de UGT que, con 48.194 (29.28 por ciento), casi
igualaba a CC OO. USO, con 14.296 (8.68 por ciento), continuaba como tercera fuerza
sindical. Bajo el epígrafe "No afiliados y varios" computaron 43.553 (26.45 por ciento). La
CSUT con 857 (0.52 por ciento) y el SU con 1204 (0.73 por ciento), sufrían un revés
electoral que determinó la disolución de los dos únicos sindicatos izquierdistas estatales.
ELA-STV, con 4.024 (2.44 por ciento), duplicaba sus resultados y se convertía en la primera
4
negociadora frente a la de la movilización-presión propugnada por CC OO.
En el proyecto del ET, el gobierno de UCD optaba por legislar separadamente
el derecho de sindicación, como derecho de los trabajadores a fundar
sindicatos y afiliarse o no a ellos y como la acción ejercida por los
trabajadores afiliados a un sindicato, del derecho de representación colectiva
de los trabajadores en la empresa, porque sostenía que el derecho de
sindicación debía regularse en una Ley Orgánica posterior, por el rango que le
había otorgado el art. 7 de la CE, mientras que el derecho de representación
colectiva de los trabajadores en el seno de la empresa, por tratarse de un
derecho de los trabajadores, con independencia de su sindicación, tenía
correcta acogida en el ET4. Una vez aprobado el ET, las elecciones sindicales,
además de ser el medio que tienen los trabajadores para elegir a sus
representantes, pasaron a determinar el grado de representatividad de los
sindicatos, basado en el número de representantes de los trabajadores
elegidos bajo sus siglas y, para que un sindicato pudiera ostentar
representación institucional en la defensa de los intereses generales de los
trabajadores, se le exige que obtuviera como mínimo el 10 por ciento de los
representantes de los trabajadores en el Estado o el 15 por ciento en una
Comunidad Autónoma, requisitos que sentarían las bases de los sindicatos
más representativos en dichos ámbitos. El ET reconocía el derecho de los
representantes de los trabajadores, durante su mandato de cuatro años, a
un crédito de horas mensuales retribuidas por las empresas para el ejercicio
de sus funciones de representación5, que beneficiaba a los sindicatos que en
las elecciones sindicales obtenían mayor representación, CC OO y UGT,
fuerza sindical de Euzkadi. En este campo, irrumpe la Intersindical Galega (ING), que obtuvo
1.672 (1.01 por ciento).
4
El proyecto gubernativo motiva varias enmiendas a totalidad de los partidos políticos
vinculados a los sindicatos, que trasladan al debate parlamentario las alternativas sindicales.
Los tres grupos socialistas solicitan la devolución del proyecto, en las enmiendas 208, 303 y
409, defendiendo la propuesta de UGT de separar del ET la materia relativa a la
representación colectiva de los trabajadores en la empresa, para que tuviera un tratamiento
legislativo individualizado posterior a la Ley reguladora del derecho de sindicación. El grupo
comunista, con el único texto alternativo, en la enmienda 481, asume la propuesta de CC OO
de regular en el ET los derechos de representación colectiva y los derechos sindicales de los
trabajadores, y propugna que los sindicatos decidieran sobre la celebración y el
procedimiento de las elecciones sindicales que regularían una norma acordada previamente
con ellos.
5
El art. 68 fijaba, para cada representante, 15 horas en empresas de hasta 100
trabajadores, 20 en las de 101 a 250, 30 en las de 251 a 500, 35 en las de 501 a 750 y 40
en las de 751 en adelante. Coalición Democrática, en la enmienda 34, planteó sin éxito la
supresión del crédito horario, para que las empresas no tuvieran que financiar a profesionales
sindicales.
5
derecho que ha venido siendo criticado por estar sufragado por las
empresas y por el mal uso que en parte se hace del mismo, si bien, gracias
a este derecho, los sindicatos se han dotando de importantes recursos
humanos
que
les
permitieron
desarrollar
sus
débiles
estructuras
organizativas.
El 9 de junio de 1981, bajo la presión del fallido golpe de Estado del 23 de
febrero y ante el peligro que para la democracia suponía el deterioro de la
situación económico-social, el Gobierno de UCD, CEOE, UGT y CC OO
suscriben el Acuerdo Nacional de Empleo (ANE), como primer acuerdo a
tres bandas y que, tras abandonar su comisión de seguimiento la CEOE,
tuvo que ser defendido por los sindicatos firmantes con movilizaciones que
recompusieron la unidad de acción sindical. CC OO justificó ante sus
militantes la suscripción del ANE alegando que suponía un paso adelante
sobre la estrategia reivindicativa exclusiva de salarios, a otra más amplia,
con elementos de solidaridad por parte de los trabajadores6, pero la
motivación real fue la necesidad imperiosa que tenía de salir del aislamiento
en que se encontraba como consecuencia de no suscribir el ABI ni el AMI y
de recuperar su presencia en la negociación colectiva. El ANE conllevo la
modificación de unas serie de normas jurídicas, a fin de que UGT y CC OO
participaran en las Instituciones laborales y de la Seguridad Social (INEM,
INSS e INSALUD, entre otras), así como para que se revalorizaran las
pensiones, en un 10 por ciento, gracias a una mayor aportación del Estado,
se revisara el salario mínimo interprofesional, se extendiera el seguro de
desempleo a los trabajadores del campo y se instaurara el subsidio de
desempleo y la cartilla medico-farmacéutica para los parados que agotaran
las prestaciones de desempleo. El ANE, también supuso la creación de un
fondo de quince mil millones de pesetas, para atenciones extraordinarias y
urgentes en materia de ayudas a desempleados, financiado en un 40 por
ciento con aportaciones del Gobierno y en un 60 por ciento por cargos en
las cuotas empresariales al desempleo. En torno al ANE, se suscribieron
algunos acuerdos que no se hicieron públicos de inmediato, como el
establecimiento de una subvención a los sindicatos, institucionalizada en los
Presupuestos Generales del Estado y camuflada como cantidad a cuenta del
patrimonio sindical acumulado por el sindicato vertical durante la dictadura,
6
III Congreso Confederal de CC OO, Los Acuerdos Generales, Madrid, 1984.
6
de ochocientos millones de pesetas anuales durante tres años revisables
según la subida del IPC.
Cuando el PSOE asume el Gobierno, en 1982, inicia una estrategia tendente
a propiciar un marco legal favorable a las tesis de la ascendente UGT7, que
se plasma, de un lado, en la suscripción del Acuerdo Económico y Social, el
9 de octubre de 1984, con UGT y CEOE y, de otro, en la Ley 32/84, de 2 de
agosto, de reforma del ET y en la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de
Libertad Sindical (LOLS) que, al favorecer a los sindicatos que obtuvieran
mayor representación en las elecciones sindicales, profundizaban en la
sindicalización de los órganos de representación unitaria en la empresa
como instrumentos determinantes de la representatividad sindical. La LOLS,
en
sus arts.
6.2
y
7.1,
consagra el concepto
de
sindicatos
más
representativos a nivel de Estado y de Comunidad Autónoma, mediante el
establecimiento de fuertes barreras electorales para la consecución de tales
condiciones, consistentes en la obligatoriedad de acreditar una especial
audiencia expresada en la obtención, a nivel Estatal, del 10 por ciento de
los delegados de personal, de los miembros de los comités de empresa y de
los correspondientes órganos de las Administraciones Públicas (Delegados
de Personal y Juntas de Personal) y, a nivel de Comunidad Autónoma, el 15
por ciento de dichos representantes y un mínimo de 1.500. La estrategia
gubernativa, con algunas criticas de cara a la galería, fue asumida por CC
OO que, tras la derrota del PCE en las elecciones de 1982, impuso su
autonomía sindical, porque la dirección del sindicato quería evitar que, en el
seno del mismo, se reprodujeran las luchas internas que abocaron al PCE a
su mayor descalabro electoral. La posterior evolución del gobierno socialista
hacia posiciones neoliberales que, en el ámbito socio-laboral, se concreta en
la reforma de las pensiones y del mercado de trabajo, produce un
acercamiento de UGT hacia CC OO que, tras la exitosa huelga general del
14 de diciembre de 19888, derivaría hacia la unidad de acción sindical. El
7
Según datos del Ministerio de Trabajo, las elecciones sindicales de 1982 afectaron a
2.463.516 trabajadores y se eligieron de 140.770 representantes. UGT obtuvo 51.672 (36.71
por ciento) y pasaba a ser la primera fuerza sindical seguida de CC OO, con 47.016 (33.40
por ciento). USO obtenía 6.527 (4.64 por ciento) y, los demás sindicatos y candidaturas de
grupos de trabajadores, 35.555 (25.22 por ciento).
8
La huelga fue provocada por el plan de empleo juvenil del gobierno, que pretendía la
suscripción de 200.000 contratos temporales para trabajadores menores de 25 años que
cobrarían el salario mínimo interprofesional y, la plataforma reivindicativa, incluía el
cumplimiento por el Gobierno del compromiso de aumentar la cobertura de desempleo hasta
el 48 por ciento de los parados, la recuperación del poder adquisitivo de los salarios y
7
enfrentamiento entre UGT y el Gobierno socialista, que tendría su punto
más álgido en la crisis de la cooperativa de viviendas PSV, posibilita que
UGT y CC OO lograran un acuerdo sobre la regulación de las elecciones
sindicales que, con matices, se refrenda en la Ley 11/94, de 19 de mayo, de
reforma del ET, y en el RD 1844/94, de 9 de septiembre, sobre Reglamento
de Elecciones a Órganos de Representación de los Trabajadores en la
Empresa, acuerdo que puso fin al tradicional enfrenamiento entre ambos
sindicatos en los sucesivos procesos electorales sindicales9, a partir de las
elecciones sindicales celebradas en 199410.
CC OO y UGT, en sus condiciones de únicos sindicatos más representativos
estatales, han visto reforzadas sus posiciones en perjuicio de los demás
organizaciones sindicales que no logran obtener dicha condición, no solo
porque mediante acuerdos estatales pueden determinar las condiciones de
trabajo o de las pensiones de la Seguridad Social con eficacia general,
afectando incluso a todos los trabajadores no afiliados a los mismos11, sino
también porque tienen muchos sindicalistas liberados por sus empresas a
causa de la acumulación de horas sindicales y perciben cantidades
significativas de las diferentes Administraciones Públicas, tanto por su labor
sindical como por su participación en los órganos administrativos colegiados
pensiones, devaluados por la inflación, la equiparación de las pensiones más bajas al salario
mínimo interprofesional y el derecho a la negociación colectiva a los funcionarios públicos.
9
En las elecciones de 1986, lo provoca el gobierno del PSOE, con la entrega a UGT de cuatro
mil ciento cuarenta y cuatro millones de pesetas a cuenta de la devolución del patrimonio
sindical, medida que CC OO entendió como una ingerencia en el proceso electoral para
condicionar sus resultados en beneficio de UGT. Las elecciones, afectaron a 3.159.778
trabajadores y fueron elegidos 162.298 representantes, de los que UGT obtuvo 66.411
(40.92 por ciento), CC OO 56.065 (34.54 por ciento), USO 6.145 (3.78 por ciento) y, los
demás sindicatos y candidaturas de grupos de trabajadores, 33.677 (20.75 por ciento). Las
elecciones de 1990, afectaron a 5.443.283 trabajadores que eligieron a 237.261
representantes, de los que UGT obtuvo 99.737 (42.03 por ciento), CC OO 87.730 (36.97 por
ciento), USO 6.860 (2.89 por ciento) y, los demás sindicatos y las candidaturas de grupos de
trabajadores, 42.934 (18.09 por ciento).
10
Según datos del Ministerio de Trabajo, relativos a las 93.781 elecciones sindicales
celebradas entre el 1 de abril de 1993 y el 30 de marzo de 1997, resultaron elegidos
228.424 representantes, de los que CC OO obtuvo 86.437 (37.84 por ciento) y recuperaba la
posición de primera fuerza sindical que aún conserva, UGT 80.178 (35.10 por ciento), USO
8.640 (3.78 por ciento) y, los demás sindicatos y las candidaturas de grupos de
trabajadores, 53.169 (23.27 por ciento).
11
En los Pactos de Toledo, CC OO y UGT, pactaron un aumento del período de cotización
necesario para tener derecho a una pensión de jubilación contributiva, que se mantuvo en 15
años pero sin tener en cuenta las pagas extraordinarias, con la consiguiente modificación de
la Ley General de la Seguridad Social. En los pactos por el empleo, suscritos con los
Gobiernos del PP y del PSOE, por la conversión de contratos temporales en indefinidos, los
trabajadores afectados verán reducida su indemnización por despido, de los 45 días por año
que establece el ET a 33 días. El último de los precitados pactos fue recogido en sus
términos en la Ley 43/2006, para la mejora del crecimiento y del empleo.
8
de carácter laboral, social y consultivo12. Por último, como presión
legislativa negativa de los sindicatos más representativos, nos encontramos
ante el hecho de que, ninguno de los diferentes gobiernos de la democracia,
ha tenido el valor de desarrollar el art. 28.2 de la CE, tratando de que el
Parlamento apruebe una Ley de huelga13, porque han temido enfrentarse a
CC OO y UGT que defienden a ultranza la actual situación en la que se
encuentran muy cómodos, caracterizada la vigencia de un Decreto-Ley
preconstitucional corregido por una Sentencia del Tribunal Constitucional y
numerosas
Sentencias
sociales y administrativas
sobre los servicios
mínimos, básicamente cuando las huelgas afectan a servicios públicos
generales como la sanidad o el transporte, entre otros.
Recientemente, en julio de 2009, fracasó el conocido como Dialogo Social,
debido a la radicalización de las posiciones de la CEOE que, entre otras
medidas, pretende una rebaja escalonada, entre 2009 y 2011, de las cuotas
empresariales a la Seguridad Social en cinco puntos, frente al medio punto
propuesto por el Gobierno de manera indefinida más uno adicional sólo en
2010, así como la creación del pomposamente denominado Contrato del
Siglo XXI, un contrato de trabajo indefinido vinculado a una indemnización
por despido de 20 días por año trabajado con el máximo de una anualidad,
medidas que ni los sindicatos más representativos ni el Gobierno estatal
quisieron asumir porque podrían en peligro el actual sistema de pensiones
públicas
y
abarataría
el
despido
libre,
haciendo
cargar
las
graves
consecuencias económicas de la presente crisis en los trabajadores sin
haber tenido culpa en el desencadenamiento de la misma. Otro de los
puntos de fricción, fue la propuesta de los sindicatos más representativos de
extender el subsidio de desempleo un año más que en la actualidad, a la
que se opone la patronal, mientras que el Gobierno ha ofrecido 420 euros
vinculados a las formación durante un máximo de seis meses que está
dispuesto a implantar por iniciativa propia dentro de las próximas medidas
12
En 1999, CC OO percibió, de los Presupuestos estatales, 6.446.508 Euros por su labor
sindical y otros 1.024.820 por su participación en órganos consultivos (40,80 por ciento de la
Partida sindical) y UGT, por los mismos conceptos, 6.092.257 y 1.199.337 Euros (38,56 por
ciento), frente a los 499.424,70 de USO (3,25 por ciento) o los 213.658,77 (1,35 por ciento)
de la Confederación General de Trabajadores.
13
La única Ley que ha regulado la huelga, en España, fue la del 27 de abril de 1909, debida
al Gobierno reformista de Maura y que fue derogada definitivamente tras el golpe de Estado
franquista.
9
sociales con las que piensa afrontar los efectos sociales negativos de la
crisis.
2. El caso de la Concertación Social Canaria
La I Concertación Social Canaria (CSC), suscrita por el Gobierno de Canarias
y los dos únicos sindicatos más representativos en la Comunidad Autónoma
Canaria (CAC), UGT Canarias y CC OO Canarias14, el 30 de abril de 1990,
comprendió 17 acuerdos sobre política social, relaciones laborales y
formación profesional (FP), en parte asumidos por las organizaciones
empresariales más representativas en dicho ámbito, la Confederación
Canaria de Empresarios (CCE) y la Confederación Provincial de Empresarios
de Santa Cruz de Tenerife-CEOE (CPESC-CEOE). Su negociación estuvo
condicionada por la entrada en vigor, el 1 de enero de 1993, del Acta Única
Europea, porque los sindicatos firmantes, ante la inmediata vigencia de los
derechos
de
libre
circulación
de
trabajadores
y
de
libertad
de
establecimiento de las empresas, inculcaron al Gobierno canario su temor a
una avalancha de trabajadores y empresarios comunitarios en el sector
hegemónico de la economía canaria, los servicios, con la consiguiente
agravación de la tasa de desempleo15. Estos temores se sustentaban en la
tesis de que, la economía canaria, no permitiría garantizar un crecimiento
14
En 1994, por iniciativa de los sindicatos nacionalistas más implantados, la Confederación
Autónoma Nacionalista Canaria (CANC), el Sindicato Obrero Canario (SOC) y el Sindicato de
Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC), se celebró el Congreso Constituyente de
la confederación sindical Intersindical Canaria (IC) a la que se adhirieron la Confederación
Canaria de Trabajadores (CCT) y el Sindicato Canario de la Salud (SCS) y colectivos
sindicales de las Administraciones Públicas. El II Congreso de IC, celebrado en 1996, acordó
abrir un proceso de disolución de sus organizaciones miembros del que quedó excluido el
STEC que, tras asumir la condición de Federación de la Enseñanza de la IC, mantiene su
vinculación estatal con la Confederación de Sindicatos de trabajadores de la Enseñanza. La
unidad sindical nacionalista en IC, además de ser fruto de un acuerdo sobre principios y
fines, vino impuesta por la necesidad de obtener la condición de sindicato más
representativo en el ámbito de la CAC y de participar en la CSC. Desde las elecciones
sindicales de 1999, IC no ha logrado superar las barreras electorales para obtener dicha
condición, pero se ha consolidado como la tercera vía sindical canaria pese a sus débiles
resultados en hostelería. Entre las propuestas de IC, por sus matices diferenciadores con las
clásicas reivindicaciones sindicales que también asume, cabe destacar su propuesta de una
Ley de Residencia en Canarias que regule la condición jurídica de canario y residente,
limitando y regulando con plenas competencias para el Archipiélago Canario la circulación de
mano de obra no canaria, y la de creación de una Hacienda Nacional Canaria que gestione
toda la imposición directa e indirecta.
15
De acuerdo con las estadísticas del Instituto Nacional de Empleo, a de 31 de diciembre de
1990, la tasa de desempleo en la CAC ascendía al 19,90 por ciento, con 114.119
desempleados frente a una población activa de 570.800 trabajadores.
10
acompasado de la oferta de trabajo a causa de la explosión demográfica
canaria16 y, aunque el transcurso del tiempo ha constatado que dicha tesis
en parte era errónea, lo cierto es que, gracias a ella, la I CSC supuso una
actuación política carente de precedentes en la Unión Europea ya que, por
primera vez, los sindicatos más representativos y un Gobierno autonómico,
se ponían de acuerdo en un plan concreto para la reforma de determinados
aspectos de la situación social, con el propósito de tratar de adecuarla a la
futura realidad de la integración europea.
La
preocupación
por
la
superior
preparación
de
los
trabajadores
comunitarios, fundada en la atribución de un mayor grado de formación
para atender las ofertas de empleo cualificadas, determinó que el primer
protocolo suscrito fuera un compromiso del Gobierno de Canarias para que,
antes de que finalizara el año, pudiera estar aprobada por el Parlamento de
Canarias la Ley de creación del Instituto Canario de Formación Profesional
(ICFP). La creación del ICFP, inicialmente concebido como un instrumento
para coordinar todas las actividades dirigidas a mejorar la preparación de
los trabajadores canarios, fue complementada con un protocolo de acuerdo
en materias de fomento de empleo y FP dirigido al ámbito de la economía
social, para potenciar la creación de cooperativas, sociedades anónimas
laborales y el establecimiento de trabajadores autónomos, por sostener que
la promoción de este tipo de empresas contribuía de manera importante a
la creación de empleo. Mediante el Decreto 61/1991, de 9 de abril, el
Gobierno de Canarias, con la colaboración del Fondo Social Europeo, puso
en marcha los cursos de FP Ocupacional, dirigidos especialmente a los
colectivos afectados por el desempleo17 o por los cambios en las nuevas
técnicas de producción y gestión, tomando gran protagonismo en su
impartición los sindicatos y organizaciones empresariales firmantes del
16
El alto porcentaje de población joven determinaba un importante crecimiento de la
demanda de empleo en los siguientes años, cifrada en torno a 30.000 incorporaciones
anuales al mercado de trabajo.
17
Desempleados menores de 25 años que superen la edad de enseñanza obligatoria,
desempleados mayores de 25 años inscritos en el INEM al menos con un año de antigüedad,
trabajadores de pequeñas y medianas empresas, autónomos, socios trabajadores de
cooperativas y sociedades anónimas laborales, personas que participen en una actividad
esencial para el desarrollo de las islas no capitalinas, mujeres paradas en situación de
infrarepresentación, clara desigualdad o marginalidad, y colectivos que por sus
circunstancias sociales y personales encuentran dificultades añadidas a la hora de su
integración laboral.
11
acuerdo, en detrimento del propio Gobierno canario a pesar de que le
correspondió en gran medida la financiación inicial de los mismos18.
Para los sectores más desfavorecidos de la población canaria, el acuerdo
más importante de la I CSC fue el relativo al Salario Social de Integración
(SSI)19, suscrito para paliar los casos más acuciantes de marginación social
no protegidos por la Seguridad Social, mediante la instaurando en el
sistema público de Servicios Sociales de la CAC de una prestación
económica periódica y diferencial según las cargas y recursos de los
beneficiarios, con la intención de que las personas en situación de
precariedad
económica
pudieran
alcanzar
autonomía
y
suficiencia
económica y social. El acuerdo de creación del SSI, condicionó su
satisfacción al hogar independiente constituido por una o más personas,
unidas por una relación conyugal o asimilada, adoptiva o parental por
consanguinidad hasta el cuarto grado y afinidad hasta el segundo, a la
concertación, entre el interesado y los Servicios Sociales de la CAC, de un
programa de actividades favorecedoras de la integración social del primero
que adoptaría la forma de Contrato de Inserción. Se pactó la constitución de
una comisión de control y seguimiento del programa de inserción social,
integrada por la CAC, CC OO y UGT, con competencias para la planificación,
programación, seguimiento y evaluación del SSI, pero, el Decreto que
aprueba las Medidas Urgentes de Inserción Social en la CAC, también
vinculó a los Cabildos y Ayuntamientos por sus incidencias en la esfera del
bienestar social. En materia sanitaria, se pactó la necesidad de afrontar las
transferencias del Instituto Nacional de la Salud, para la reforma integral de
los servicios sanitarios de la CAC, el compromiso del Gobierno de Canarias
de entregar a los sindicatos el Proyecto Ley sobre el futuro Servicio Canario
de
Salud,
para
que
realizaran
aportaciones,
y
el
refuerzo
de
la
infraestructura en materia de Salud Laboral y del Gabinete de Seguridad.
La II CSC o Acuerdo por el empleo, desde la solidaridad y competitividad,
suscrita por los mismos interlocutores sociales, el 13 de mayo de 1994,
contiene un conjunto de acuerdos sobre fomento del empleo, actividad
18
Los cursos de FP Ocupacional parten de una inversión de 417 millones de pesetas en 1989
y pasan a 1.210 millones en 1990 y a 1.700 en 1991.
19
Para su cuantificación inicial se pactó que no fuera inferior al 75 por ciento del salario
mínimo interprofesional, más los siguientes complementos por hijo menor de 18 años que
conviviera en el hogar o sin limite de edad por hijo minusválido: cinco mil pesetas por el
primero, cuatro mil por el segundo, tres mil por el tercero y mil por cada uno de los
restantes.
12
económica, formación, relaciones laborales20, protección social, plan de
empleo especifico y calidad de vida, que pasaron a ser directrices obligadas
en las políticas del Gobierno canario, con la asignación de los recursos
necesarios para ponerlos en practica. A causa del contexto económico
desfavorable, los firmantes reconocieron que no se había logrado una
implantación eficaz del SSI, por lo que acordaron abordar la reforma de su
normativa en una mesa sectorial que elaborara un procedimiento rápido y
eficaz
que
contara
con
los
Ayuntamientos
y
los
sindicatos
como
colaboradores de su tramitación administrativa, al mismo tiempo que se
fortaleciera su red básica en la que los sindicatos se convertirían en centros
colaboradores, cuyo fruto final fue la aprobación de la Ley Autonómica
1/2007,
que
regula
la
actual
Prestación
Canaria
de
Inserción.
En
cumplimiento de un compromiso adquirido en la II CSC, el 12 de mayo de
1995,
los
mismos
interlocutores
sociales
suscriben
el
Acuerdo
Interprofesional Canario sobre Procedimientos Extrajudiciales de solución de
los conflictos de trabajo, a fin de tratar infructuosamente de reducir la carga
de trabajo de la jurisdicción social. La III CSC o Pacto Canario por el
Fomento del Empleo Estable y de la Iniciativa Empresarial (1997-2000),
suscrita por los mismos interlocutores, el 17 de diciembre de 1997, se
produce cuando la economía canaria atravesaba un período de expansión
con la consiguiente creación de empleo21 y el Gobierno canario había
conseguido financiación estatal para el Plan Integral de Empleo de Canarias
(PIEC)22, por lo que se entró en aspectos esenciales en las políticas públicas
de empleo, como el refuerzo de la FP reglada, ocupacional y continua, la
actualización de las infraestructuras de la FP, la creación de la ventanilla
única para facilitar la creación de empresas, la consolidación del dialogo
social mediante la ordenación de la participación institucional de los agentes
económicos y sociales, y la profundización en las medidas de integración
20
La Ley Autonómica 2/1995, aprobó la creación del Consejo Canario de Relaciones
laborales, como un órgano colegiado tripartito con competencias en las materia de trabajo
asumidas por la CAC donde, los dos sindicatos más representativos en Canarias, asumían
una tercera parte de los miembros de su Pleno.
21
Desde la firma de la II CSC, la población activa en Canarias había crecido en torno a
100.000 personas y la parada decrecido en más de 27.000, debido al colectivo de jóvenes
que encontraban su primer empleo y a la inmigración de trabajadores peninsulares y
extranjeros.
22
Inicialmente el PIEC preveía una inversión de ciento cuarenta mil millones de pesetas
hasta el 2001, a cuyo fin, el 25 de marzo de 1997, los Gobiernos canario y estatal, firmaron
un convenio por el que el Estado aportaba veinte mil al año durante el periodo 1997-2001,
más otros mil trescientos cincuenta y cuatro en 1998, y la CAC ocho mil quinientos anuales.
13
social en la lucha contra la pobreza y exclusión social. Estas medidas,
fueron complementadas con nuevas formas de intermediación laboral,
mediante la creación de la Agencia Canaria de Empleo (ACE), para articular
el
espacio
laboral
canario
y
encontrar
fórmulas
más
eficientes
de
interconexión entre la oferta y la demanda de empleo. El PIEC fue ratificado
por el Parlamento de Canarias, en sesiones de 19 y 20 de octubre de 1994,
como un pacto entre los Gobiernos canario y estatal que concreta políticas
favorecedoras del crecimiento económico y el empleo, y posibilitó la
ejecución de compromisos de la CSC, como el desarrollo de la ACE, de los
Gabinetes de Orientación e Inserción Profesional y del Consejo Canario de
FP, así como la creación del Observatorio Canario del Empleo y la Formación
(Decreto 222/1998, de 1 de diciembre) y la ejecución de políticas activas de
empleo y de atención a los colectivos afectados por procesos de exclusión
social (Ayudas económicas básicas para la asistencia a la tercera edad,
disminuidos, enfermos crónicos y niños de hasta 5 años). Pese a sus buenas
intenciones programáticas, los datos sobre empleo en la CAC denotan la
escasa capacidad de creación de empleo estable por medio del PIEC23,
situación que amortiguó el importante cúmulo de obras públicas realizadas
durante su aplicación en Canarias.
La IV CSC se centra en las Instituciones Públicas de carácter laboral, porque
los mismos interlocutores sociales pactan los contenidos del Proyecto de Ley
de Creación del Servicio Canario de Empleo que, con pequeños matices, se
convierte en la Ley Autonómica 12/2003, y del Anteproyecto de Ley de
Participación Institucional de las organizaciones sindicales y empresariales
más representativas de Canarias, cuya tramitación parlamentaria decae al
ser convocadas elecciones al Parlamento canario, así como la consolidación
y modernización del Tribunal Laboral Canario, el impulso del Consejo
Canario de Relaciones Laborales, creado a iniciativa de la II CSC por la Ley
Autonómica
2/1995,
y
la
creación
del
Instituto
Canario
de
las
Cualificaciones. También pactaron un Plan Estratégico de empleo e
incentivos para la mejora y calidad del empleo en Canarias y un ilusorio
acuerdo para la regularización de la economía sumergida en Canarias.
23
Según datos del Ministerio de Trabajo, en octubre de 2000, los parados registrados en las
oficinas de empleo ascendían a 88.754, lo que suponía una tasa del 12,5 por ciento de la
población activa, la segunda más alta del Estado y tres puntos por encima de la media
nacional del 9,11 por ciento.
14
Recientemente, el 4 de junio de 2009, en la V y última CSC, los mismos
interlocutores han suscrito el Pacto Social por la economía y el empleo en
Canarias, para el periodo 2009-2011, a fin de afrontar la actual crisis en
Canarias, vinculando las ayudas económicas a las empresas al compromiso
de mantener las contrataciones laborales y poniendo en marcha políticas
activas de empleo, entre ellas, la cualificación, mediante la obtención de
una titulación de FP, de los jóvenes parados que abandonaron el sistema
educativo por trabajos no cualificados en la construcción o a los servicios. El
último pacto social canario propone aumentar la protección social, debido a
los más de 280.000 parados, las 70.000 familias sin ningún tipo de ingresos
económicos y las miles de personas mayores dependientes, mediante la
ampliación de la Prestación Canaria de Inserción y el compromiso de
implantar la ley de dependencias, por las nuevos puestos de trabajo que
crearía y por su repercusión en la mejora de la calidad de vida de las
personas dependientes. La V CSC también propugna la reactivación de la
económica canaria, con medidas a corto plazo para ayudar a las empresas y
a los trabajadores autónomos con dificultades en la obtención de créditos y
con medidas a medio plazo que faciliten la transición del actual modelo
productivo canario, basado en los servicios y la construcción, hacia un
nuevo modelo basado en la diversificación de la economía canaria mediante
el desarrollo de sectores económicos productivos que generen un empleo
estable cualificado vinculado a la formación de los trabajadores que han
perdido sus puestos de trabajo a causa de las reconversiones empresariales
derivadas de la crisis.
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