La Influencia Política de los Sindicatos Más Representativos Área III. GT 3.5. Gregorio Albardíaz García-Portillo Departamento de Derecho Constitucional y Ciencia Política Universidad de La Laguna [email protected] Resumen de la Ponencia La ponencia abordará el modelo sindical implantado en España a raíz del desarrollo de la Constitución de 1978, mediante la influyente y novedosa figura de los sindicatos más representativos en los ámbitos estatal y autonómicos, teniendo en cuenta para estos últimos el caso concreto de la Comunidad Autónoma Canaria, a fin de poner de relieve la efectividad de dichos sindicatos en la defensa de los intereses que les son propios y la importante influencia que ejercen tanto sobre las decisiones gubernativas como sobre los trabajos parlamentarios, en materia de políticas económicas, sociales y laborales estatales y autonómicas. Nota biográfica Profesor Asociado del Área de Ciencia Política de la Universidad de La Laguna; Profesor de la Escuela Social de Santa Cruz de Tenerife; Abogado; Árbitro de elecciones sindicales en la Provincia de Santa Cruz de Tenerife; En la Gran Enciclopedia de Canarias, autor de seis voces sobre los sindicatos canarios; En el libro Temas de Política y Gobierno en Canarias, DIJUSA, 2004, autor del Capitulo VIII, sobre Los Grupos de Interés. Palabras clave Elecciones sindicales Grupos de presión Sindicatos 1 Introducción Los sindicatos, de estar catalogados como los parientes pobres de la democracia, asfixiados por la penuria de medios y agobiados por la dependencia de los partidos políticos afines, pasaron a ser acusados de integración en el Sistema que les prima por haber hecho dejación de sus originarias propuestas revolucionarias. Los ideólogos, conservadores y también progresistas, que sostienen esta extendida acusación, no han logrado entender que, la actual estrategia reformista sindical, donde predomina la negociación sobre la confrontación, les vino impuesta a los sindicatos por los propios trabajadores en el seno de las empresas durante la Transición, a causa del temor a la amenaza del cierre de empresas y al crecimiento del desempleo. Esta imposición no desvirtúa la vocación democrática sindical, que se puso de manifiesto en su actitud ante los Pactos de la Moncloa, sucritos por los partidos políticos parlamentarios y el Gobierno de la Unión de Centro Democrático (UCD), en octubre de 1977, para superar la crisis económica y como respuesta a los primeros intentos de desestabilización de la democracia, porque los dos sindicatos más implantados, Comisiones Obreras (CC OO) y Unión General de Trabajadores (UGT), asumieron los topes salariales que fijaban para la negociación de los convenios colectivos, entre el 20 y el 22 por ciento, a pesar de que no los pactaron y de que suponían la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores con el consiguiente desgaste sindical. Por subordinar los intereses que defendían a la institucionalización de la democracia, los sindicatos obtuvieron prestigio social y el reconocimiento como interlocutores sociales en la Constitución Española de 27 de diciembre de 1978 (CE), a pesar de el bajo porcentaje de trabajadores que entonces estaban afiliados a los mismos. 1. Modelo Sindical y Pactos Sociales-Laborales 2 Tras la legalización de todos los sindicatos, en 1977, al amparo de la preconstitucional Ley 19/1977, de Asociación Sindical, sorprende la inmediata reorganización interior de UGT gracias a un proceso de afiliación masiva apoyado por el PSOE que, en sus estatutos, imponía a sus militantes trabajadores la afiliación obligatoria al sindicato socialista. La ocupación de un significado espacio sindical por UGT, impone en la práctica sindical de la democracia el modelo previo a la dictadura franquista, basado en la existencia de diversos sindicatos con sus respectivas tendencias ideológico-políticas, y frustra el proyecto de CC OO de crear un único sindicato sobre la base del modelo unitario de representación asamblearia practicado durante las dos últimas décadas del régimen franquista. Asumida la división sindical, de inmediato, se abre el debate sobre el modelo de representación y participación de los trabajadores en la empresa, donde UGT propone que se ejerciera a través de órganos específicos de los sindicatos, las secciones sindicales, que actuarían en las empresas como parte de las estructuras superiores de los sindicatos, y CC OO que todos los trabajadores de la empresa, afiliados o no a un sindicato, participaran en la elección de sus representantes y que el órgano autónomo elegido, de carácter unitario y no integrado en la estructura de un sindicato, asumiera el poder sindical en las empresas. El RD 3149/77, sobre normas provisionales para los representantes de los trabajadores en el seno de las empresas, regula las primeras elecciones sindicales de la democracia, celebradas en 1978, y marca las pautas del actual modelo de representatividad sindical al definir a los delegados de personal y a los miembros de los comités de empresa como los representantes de los trabajadores ante las empresas, para defender sus intereses y con capacidad legal para la negociación colectiva, sin perjuicio de las acciones que en este campo puedan ejercer los sindicatos. El gobierno de UCD, que atravesaba un período de gran consenso con el Partido Comunista de España (PCE), sin resolver el papel de las representaciones sindicales y enfatizando en los sujetos de representación unitaria en las empresas, optaba por un modelo hibrido de los propuestos por UGT y CC OO, que acabaría prosperando gracias a la decisión de UGT de participar en las elecciones sindicales para no verse excluida de los órganos de representación de los trabajadores en el seno de las empresa. 3 Los débiles resultados de UGT, en las precitadas elecciones de 1978 1, unido a la fuerte conflictividad de la negociación colectiva de 1979, fuerzan un cambio estrategia en el sindicato socialista que, de mantener abierto un frente sindical con CC OO, pasa a centrarse en la negociación con las organizaciones negociación empresariales colectiva, la de unas conocida bases como generalizadas estrategia sindical para la de la diferenciación. Como primer resultado de esta estrategia, el 10 de julio de 1979, UGT suscribe con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) el Acuerdo Básico Interconfederal (ABI), básicamente consistente en una declaración de intenciones entre las que predomina la defensa de la autonomía de los interlocutores sociales y, el 5 de enero de 1980, las mismas partes, firman el Acuerdo Marco Interconfederal (AMI)2, al que se adhirió la Unión Sindical Obrera (USO), donde se reconocían como interlocutores válidos en las relaciones laborales y lograban pactos sobre negociación colectiva, reducción de la jornada laboral a 1980 horas anuales y regulación de derechos de los representantes de los trabajadores sobre información, consulta, vigilancia y garantías, que serían integrados en sus términos en la Ley 8/1980, del Estatuto de los Trabajadores (ET). CC OO plantea una oposición frontal al AMI, tratando con escaso éxito de superar en los convenios colectivos sus bandas salariales de entre el 13 y el 16 por ciento, fracaso que refuerza la posición de UGT en las elecciones sindicales de 19803, tras imponer, con el inestimable apoyo de la CEOE, su estrategia 1 Según datos del Ministerio de Trabajo, se celebraron elecciones sindicales en 61.850 centros de trabajo, resultando elegidos 193.112 representantes de los trabajadores. CC OO, con 66.540 (34.45 por ciento), se erigía en la primera fuerza sindical seguida de UGT, con 41.897 (21.69 por ciento). A distancia, se situaban USO, con 7.474 (3.87 por ciento), la Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores (CSUT), con 5.652 (2.92 por ciento), y el Sindicato Unitario (SU), con 3.195 (1.65 por ciento). Resultaron elegidos 35.000 (18.12 por ciento) sobre los que no constaba afiliación y 23.725 (12.28 por ciento) como Independientes. ELA-STV, con 1.931 (0.99 por ciento), fue el sindicato nacionalista más implantado y la tercera fuerza sindical de Euzkadi. 2 DE LA VILLA, L.E., en su Prólogo a "La Estrategia de la Negociación Colectiva" de Denis Carrier, Tecnos, Madrid 1982, páginas 24 y 25, define el AMI como un acuerdo conformador del modelo de relaciones laborales en el que, la aceptación de la tesis de UGT sobre el reforzamiento de las secciones sindicales, supone un éxito frente a CC OO, que recogería el art. 87.1 del Estatuto de los Trabajadores. 3 Según datos del Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación, las elecciones sindicales de 1980 afectaron a 2.765.387 trabajadores que, en 51.664 centros de trabajo, eligieron 164.617 representantes. CCOO, con 50.817 (30.87 por ciento), retrocedía posiciones pero seguía como primera fuerza sindical seguida de UGT que, con 48.194 (29.28 por ciento), casi igualaba a CC OO. USO, con 14.296 (8.68 por ciento), continuaba como tercera fuerza sindical. Bajo el epígrafe "No afiliados y varios" computaron 43.553 (26.45 por ciento). La CSUT con 857 (0.52 por ciento) y el SU con 1204 (0.73 por ciento), sufrían un revés electoral que determinó la disolución de los dos únicos sindicatos izquierdistas estatales. ELA-STV, con 4.024 (2.44 por ciento), duplicaba sus resultados y se convertía en la primera 4 negociadora frente a la de la movilización-presión propugnada por CC OO. En el proyecto del ET, el gobierno de UCD optaba por legislar separadamente el derecho de sindicación, como derecho de los trabajadores a fundar sindicatos y afiliarse o no a ellos y como la acción ejercida por los trabajadores afiliados a un sindicato, del derecho de representación colectiva de los trabajadores en la empresa, porque sostenía que el derecho de sindicación debía regularse en una Ley Orgánica posterior, por el rango que le había otorgado el art. 7 de la CE, mientras que el derecho de representación colectiva de los trabajadores en el seno de la empresa, por tratarse de un derecho de los trabajadores, con independencia de su sindicación, tenía correcta acogida en el ET4. Una vez aprobado el ET, las elecciones sindicales, además de ser el medio que tienen los trabajadores para elegir a sus representantes, pasaron a determinar el grado de representatividad de los sindicatos, basado en el número de representantes de los trabajadores elegidos bajo sus siglas y, para que un sindicato pudiera ostentar representación institucional en la defensa de los intereses generales de los trabajadores, se le exige que obtuviera como mínimo el 10 por ciento de los representantes de los trabajadores en el Estado o el 15 por ciento en una Comunidad Autónoma, requisitos que sentarían las bases de los sindicatos más representativos en dichos ámbitos. El ET reconocía el derecho de los representantes de los trabajadores, durante su mandato de cuatro años, a un crédito de horas mensuales retribuidas por las empresas para el ejercicio de sus funciones de representación5, que beneficiaba a los sindicatos que en las elecciones sindicales obtenían mayor representación, CC OO y UGT, fuerza sindical de Euzkadi. En este campo, irrumpe la Intersindical Galega (ING), que obtuvo 1.672 (1.01 por ciento). 4 El proyecto gubernativo motiva varias enmiendas a totalidad de los partidos políticos vinculados a los sindicatos, que trasladan al debate parlamentario las alternativas sindicales. Los tres grupos socialistas solicitan la devolución del proyecto, en las enmiendas 208, 303 y 409, defendiendo la propuesta de UGT de separar del ET la materia relativa a la representación colectiva de los trabajadores en la empresa, para que tuviera un tratamiento legislativo individualizado posterior a la Ley reguladora del derecho de sindicación. El grupo comunista, con el único texto alternativo, en la enmienda 481, asume la propuesta de CC OO de regular en el ET los derechos de representación colectiva y los derechos sindicales de los trabajadores, y propugna que los sindicatos decidieran sobre la celebración y el procedimiento de las elecciones sindicales que regularían una norma acordada previamente con ellos. 5 El art. 68 fijaba, para cada representante, 15 horas en empresas de hasta 100 trabajadores, 20 en las de 101 a 250, 30 en las de 251 a 500, 35 en las de 501 a 750 y 40 en las de 751 en adelante. Coalición Democrática, en la enmienda 34, planteó sin éxito la supresión del crédito horario, para que las empresas no tuvieran que financiar a profesionales sindicales. 5 derecho que ha venido siendo criticado por estar sufragado por las empresas y por el mal uso que en parte se hace del mismo, si bien, gracias a este derecho, los sindicatos se han dotando de importantes recursos humanos que les permitieron desarrollar sus débiles estructuras organizativas. El 9 de junio de 1981, bajo la presión del fallido golpe de Estado del 23 de febrero y ante el peligro que para la democracia suponía el deterioro de la situación económico-social, el Gobierno de UCD, CEOE, UGT y CC OO suscriben el Acuerdo Nacional de Empleo (ANE), como primer acuerdo a tres bandas y que, tras abandonar su comisión de seguimiento la CEOE, tuvo que ser defendido por los sindicatos firmantes con movilizaciones que recompusieron la unidad de acción sindical. CC OO justificó ante sus militantes la suscripción del ANE alegando que suponía un paso adelante sobre la estrategia reivindicativa exclusiva de salarios, a otra más amplia, con elementos de solidaridad por parte de los trabajadores6, pero la motivación real fue la necesidad imperiosa que tenía de salir del aislamiento en que se encontraba como consecuencia de no suscribir el ABI ni el AMI y de recuperar su presencia en la negociación colectiva. El ANE conllevo la modificación de unas serie de normas jurídicas, a fin de que UGT y CC OO participaran en las Instituciones laborales y de la Seguridad Social (INEM, INSS e INSALUD, entre otras), así como para que se revalorizaran las pensiones, en un 10 por ciento, gracias a una mayor aportación del Estado, se revisara el salario mínimo interprofesional, se extendiera el seguro de desempleo a los trabajadores del campo y se instaurara el subsidio de desempleo y la cartilla medico-farmacéutica para los parados que agotaran las prestaciones de desempleo. El ANE, también supuso la creación de un fondo de quince mil millones de pesetas, para atenciones extraordinarias y urgentes en materia de ayudas a desempleados, financiado en un 40 por ciento con aportaciones del Gobierno y en un 60 por ciento por cargos en las cuotas empresariales al desempleo. En torno al ANE, se suscribieron algunos acuerdos que no se hicieron públicos de inmediato, como el establecimiento de una subvención a los sindicatos, institucionalizada en los Presupuestos Generales del Estado y camuflada como cantidad a cuenta del patrimonio sindical acumulado por el sindicato vertical durante la dictadura, 6 III Congreso Confederal de CC OO, Los Acuerdos Generales, Madrid, 1984. 6 de ochocientos millones de pesetas anuales durante tres años revisables según la subida del IPC. Cuando el PSOE asume el Gobierno, en 1982, inicia una estrategia tendente a propiciar un marco legal favorable a las tesis de la ascendente UGT7, que se plasma, de un lado, en la suscripción del Acuerdo Económico y Social, el 9 de octubre de 1984, con UGT y CEOE y, de otro, en la Ley 32/84, de 2 de agosto, de reforma del ET y en la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de Libertad Sindical (LOLS) que, al favorecer a los sindicatos que obtuvieran mayor representación en las elecciones sindicales, profundizaban en la sindicalización de los órganos de representación unitaria en la empresa como instrumentos determinantes de la representatividad sindical. La LOLS, en sus arts. 6.2 y 7.1, consagra el concepto de sindicatos más representativos a nivel de Estado y de Comunidad Autónoma, mediante el establecimiento de fuertes barreras electorales para la consecución de tales condiciones, consistentes en la obligatoriedad de acreditar una especial audiencia expresada en la obtención, a nivel Estatal, del 10 por ciento de los delegados de personal, de los miembros de los comités de empresa y de los correspondientes órganos de las Administraciones Públicas (Delegados de Personal y Juntas de Personal) y, a nivel de Comunidad Autónoma, el 15 por ciento de dichos representantes y un mínimo de 1.500. La estrategia gubernativa, con algunas criticas de cara a la galería, fue asumida por CC OO que, tras la derrota del PCE en las elecciones de 1982, impuso su autonomía sindical, porque la dirección del sindicato quería evitar que, en el seno del mismo, se reprodujeran las luchas internas que abocaron al PCE a su mayor descalabro electoral. La posterior evolución del gobierno socialista hacia posiciones neoliberales que, en el ámbito socio-laboral, se concreta en la reforma de las pensiones y del mercado de trabajo, produce un acercamiento de UGT hacia CC OO que, tras la exitosa huelga general del 14 de diciembre de 19888, derivaría hacia la unidad de acción sindical. El 7 Según datos del Ministerio de Trabajo, las elecciones sindicales de 1982 afectaron a 2.463.516 trabajadores y se eligieron de 140.770 representantes. UGT obtuvo 51.672 (36.71 por ciento) y pasaba a ser la primera fuerza sindical seguida de CC OO, con 47.016 (33.40 por ciento). USO obtenía 6.527 (4.64 por ciento) y, los demás sindicatos y candidaturas de grupos de trabajadores, 35.555 (25.22 por ciento). 8 La huelga fue provocada por el plan de empleo juvenil del gobierno, que pretendía la suscripción de 200.000 contratos temporales para trabajadores menores de 25 años que cobrarían el salario mínimo interprofesional y, la plataforma reivindicativa, incluía el cumplimiento por el Gobierno del compromiso de aumentar la cobertura de desempleo hasta el 48 por ciento de los parados, la recuperación del poder adquisitivo de los salarios y 7 enfrentamiento entre UGT y el Gobierno socialista, que tendría su punto más álgido en la crisis de la cooperativa de viviendas PSV, posibilita que UGT y CC OO lograran un acuerdo sobre la regulación de las elecciones sindicales que, con matices, se refrenda en la Ley 11/94, de 19 de mayo, de reforma del ET, y en el RD 1844/94, de 9 de septiembre, sobre Reglamento de Elecciones a Órganos de Representación de los Trabajadores en la Empresa, acuerdo que puso fin al tradicional enfrenamiento entre ambos sindicatos en los sucesivos procesos electorales sindicales9, a partir de las elecciones sindicales celebradas en 199410. CC OO y UGT, en sus condiciones de únicos sindicatos más representativos estatales, han visto reforzadas sus posiciones en perjuicio de los demás organizaciones sindicales que no logran obtener dicha condición, no solo porque mediante acuerdos estatales pueden determinar las condiciones de trabajo o de las pensiones de la Seguridad Social con eficacia general, afectando incluso a todos los trabajadores no afiliados a los mismos11, sino también porque tienen muchos sindicalistas liberados por sus empresas a causa de la acumulación de horas sindicales y perciben cantidades significativas de las diferentes Administraciones Públicas, tanto por su labor sindical como por su participación en los órganos administrativos colegiados pensiones, devaluados por la inflación, la equiparación de las pensiones más bajas al salario mínimo interprofesional y el derecho a la negociación colectiva a los funcionarios públicos. 9 En las elecciones de 1986, lo provoca el gobierno del PSOE, con la entrega a UGT de cuatro mil ciento cuarenta y cuatro millones de pesetas a cuenta de la devolución del patrimonio sindical, medida que CC OO entendió como una ingerencia en el proceso electoral para condicionar sus resultados en beneficio de UGT. Las elecciones, afectaron a 3.159.778 trabajadores y fueron elegidos 162.298 representantes, de los que UGT obtuvo 66.411 (40.92 por ciento), CC OO 56.065 (34.54 por ciento), USO 6.145 (3.78 por ciento) y, los demás sindicatos y candidaturas de grupos de trabajadores, 33.677 (20.75 por ciento). Las elecciones de 1990, afectaron a 5.443.283 trabajadores que eligieron a 237.261 representantes, de los que UGT obtuvo 99.737 (42.03 por ciento), CC OO 87.730 (36.97 por ciento), USO 6.860 (2.89 por ciento) y, los demás sindicatos y las candidaturas de grupos de trabajadores, 42.934 (18.09 por ciento). 10 Según datos del Ministerio de Trabajo, relativos a las 93.781 elecciones sindicales celebradas entre el 1 de abril de 1993 y el 30 de marzo de 1997, resultaron elegidos 228.424 representantes, de los que CC OO obtuvo 86.437 (37.84 por ciento) y recuperaba la posición de primera fuerza sindical que aún conserva, UGT 80.178 (35.10 por ciento), USO 8.640 (3.78 por ciento) y, los demás sindicatos y las candidaturas de grupos de trabajadores, 53.169 (23.27 por ciento). 11 En los Pactos de Toledo, CC OO y UGT, pactaron un aumento del período de cotización necesario para tener derecho a una pensión de jubilación contributiva, que se mantuvo en 15 años pero sin tener en cuenta las pagas extraordinarias, con la consiguiente modificación de la Ley General de la Seguridad Social. En los pactos por el empleo, suscritos con los Gobiernos del PP y del PSOE, por la conversión de contratos temporales en indefinidos, los trabajadores afectados verán reducida su indemnización por despido, de los 45 días por año que establece el ET a 33 días. El último de los precitados pactos fue recogido en sus términos en la Ley 43/2006, para la mejora del crecimiento y del empleo. 8 de carácter laboral, social y consultivo12. Por último, como presión legislativa negativa de los sindicatos más representativos, nos encontramos ante el hecho de que, ninguno de los diferentes gobiernos de la democracia, ha tenido el valor de desarrollar el art. 28.2 de la CE, tratando de que el Parlamento apruebe una Ley de huelga13, porque han temido enfrentarse a CC OO y UGT que defienden a ultranza la actual situación en la que se encuentran muy cómodos, caracterizada la vigencia de un Decreto-Ley preconstitucional corregido por una Sentencia del Tribunal Constitucional y numerosas Sentencias sociales y administrativas sobre los servicios mínimos, básicamente cuando las huelgas afectan a servicios públicos generales como la sanidad o el transporte, entre otros. Recientemente, en julio de 2009, fracasó el conocido como Dialogo Social, debido a la radicalización de las posiciones de la CEOE que, entre otras medidas, pretende una rebaja escalonada, entre 2009 y 2011, de las cuotas empresariales a la Seguridad Social en cinco puntos, frente al medio punto propuesto por el Gobierno de manera indefinida más uno adicional sólo en 2010, así como la creación del pomposamente denominado Contrato del Siglo XXI, un contrato de trabajo indefinido vinculado a una indemnización por despido de 20 días por año trabajado con el máximo de una anualidad, medidas que ni los sindicatos más representativos ni el Gobierno estatal quisieron asumir porque podrían en peligro el actual sistema de pensiones públicas y abarataría el despido libre, haciendo cargar las graves consecuencias económicas de la presente crisis en los trabajadores sin haber tenido culpa en el desencadenamiento de la misma. Otro de los puntos de fricción, fue la propuesta de los sindicatos más representativos de extender el subsidio de desempleo un año más que en la actualidad, a la que se opone la patronal, mientras que el Gobierno ha ofrecido 420 euros vinculados a las formación durante un máximo de seis meses que está dispuesto a implantar por iniciativa propia dentro de las próximas medidas 12 En 1999, CC OO percibió, de los Presupuestos estatales, 6.446.508 Euros por su labor sindical y otros 1.024.820 por su participación en órganos consultivos (40,80 por ciento de la Partida sindical) y UGT, por los mismos conceptos, 6.092.257 y 1.199.337 Euros (38,56 por ciento), frente a los 499.424,70 de USO (3,25 por ciento) o los 213.658,77 (1,35 por ciento) de la Confederación General de Trabajadores. 13 La única Ley que ha regulado la huelga, en España, fue la del 27 de abril de 1909, debida al Gobierno reformista de Maura y que fue derogada definitivamente tras el golpe de Estado franquista. 9 sociales con las que piensa afrontar los efectos sociales negativos de la crisis. 2. El caso de la Concertación Social Canaria La I Concertación Social Canaria (CSC), suscrita por el Gobierno de Canarias y los dos únicos sindicatos más representativos en la Comunidad Autónoma Canaria (CAC), UGT Canarias y CC OO Canarias14, el 30 de abril de 1990, comprendió 17 acuerdos sobre política social, relaciones laborales y formación profesional (FP), en parte asumidos por las organizaciones empresariales más representativas en dicho ámbito, la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) y la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife-CEOE (CPESC-CEOE). Su negociación estuvo condicionada por la entrada en vigor, el 1 de enero de 1993, del Acta Única Europea, porque los sindicatos firmantes, ante la inmediata vigencia de los derechos de libre circulación de trabajadores y de libertad de establecimiento de las empresas, inculcaron al Gobierno canario su temor a una avalancha de trabajadores y empresarios comunitarios en el sector hegemónico de la economía canaria, los servicios, con la consiguiente agravación de la tasa de desempleo15. Estos temores se sustentaban en la tesis de que, la economía canaria, no permitiría garantizar un crecimiento 14 En 1994, por iniciativa de los sindicatos nacionalistas más implantados, la Confederación Autónoma Nacionalista Canaria (CANC), el Sindicato Obrero Canario (SOC) y el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC), se celebró el Congreso Constituyente de la confederación sindical Intersindical Canaria (IC) a la que se adhirieron la Confederación Canaria de Trabajadores (CCT) y el Sindicato Canario de la Salud (SCS) y colectivos sindicales de las Administraciones Públicas. El II Congreso de IC, celebrado en 1996, acordó abrir un proceso de disolución de sus organizaciones miembros del que quedó excluido el STEC que, tras asumir la condición de Federación de la Enseñanza de la IC, mantiene su vinculación estatal con la Confederación de Sindicatos de trabajadores de la Enseñanza. La unidad sindical nacionalista en IC, además de ser fruto de un acuerdo sobre principios y fines, vino impuesta por la necesidad de obtener la condición de sindicato más representativo en el ámbito de la CAC y de participar en la CSC. Desde las elecciones sindicales de 1999, IC no ha logrado superar las barreras electorales para obtener dicha condición, pero se ha consolidado como la tercera vía sindical canaria pese a sus débiles resultados en hostelería. Entre las propuestas de IC, por sus matices diferenciadores con las clásicas reivindicaciones sindicales que también asume, cabe destacar su propuesta de una Ley de Residencia en Canarias que regule la condición jurídica de canario y residente, limitando y regulando con plenas competencias para el Archipiélago Canario la circulación de mano de obra no canaria, y la de creación de una Hacienda Nacional Canaria que gestione toda la imposición directa e indirecta. 15 De acuerdo con las estadísticas del Instituto Nacional de Empleo, a de 31 de diciembre de 1990, la tasa de desempleo en la CAC ascendía al 19,90 por ciento, con 114.119 desempleados frente a una población activa de 570.800 trabajadores. 10 acompasado de la oferta de trabajo a causa de la explosión demográfica canaria16 y, aunque el transcurso del tiempo ha constatado que dicha tesis en parte era errónea, lo cierto es que, gracias a ella, la I CSC supuso una actuación política carente de precedentes en la Unión Europea ya que, por primera vez, los sindicatos más representativos y un Gobierno autonómico, se ponían de acuerdo en un plan concreto para la reforma de determinados aspectos de la situación social, con el propósito de tratar de adecuarla a la futura realidad de la integración europea. La preocupación por la superior preparación de los trabajadores comunitarios, fundada en la atribución de un mayor grado de formación para atender las ofertas de empleo cualificadas, determinó que el primer protocolo suscrito fuera un compromiso del Gobierno de Canarias para que, antes de que finalizara el año, pudiera estar aprobada por el Parlamento de Canarias la Ley de creación del Instituto Canario de Formación Profesional (ICFP). La creación del ICFP, inicialmente concebido como un instrumento para coordinar todas las actividades dirigidas a mejorar la preparación de los trabajadores canarios, fue complementada con un protocolo de acuerdo en materias de fomento de empleo y FP dirigido al ámbito de la economía social, para potenciar la creación de cooperativas, sociedades anónimas laborales y el establecimiento de trabajadores autónomos, por sostener que la promoción de este tipo de empresas contribuía de manera importante a la creación de empleo. Mediante el Decreto 61/1991, de 9 de abril, el Gobierno de Canarias, con la colaboración del Fondo Social Europeo, puso en marcha los cursos de FP Ocupacional, dirigidos especialmente a los colectivos afectados por el desempleo17 o por los cambios en las nuevas técnicas de producción y gestión, tomando gran protagonismo en su impartición los sindicatos y organizaciones empresariales firmantes del 16 El alto porcentaje de población joven determinaba un importante crecimiento de la demanda de empleo en los siguientes años, cifrada en torno a 30.000 incorporaciones anuales al mercado de trabajo. 17 Desempleados menores de 25 años que superen la edad de enseñanza obligatoria, desempleados mayores de 25 años inscritos en el INEM al menos con un año de antigüedad, trabajadores de pequeñas y medianas empresas, autónomos, socios trabajadores de cooperativas y sociedades anónimas laborales, personas que participen en una actividad esencial para el desarrollo de las islas no capitalinas, mujeres paradas en situación de infrarepresentación, clara desigualdad o marginalidad, y colectivos que por sus circunstancias sociales y personales encuentran dificultades añadidas a la hora de su integración laboral. 11 acuerdo, en detrimento del propio Gobierno canario a pesar de que le correspondió en gran medida la financiación inicial de los mismos18. Para los sectores más desfavorecidos de la población canaria, el acuerdo más importante de la I CSC fue el relativo al Salario Social de Integración (SSI)19, suscrito para paliar los casos más acuciantes de marginación social no protegidos por la Seguridad Social, mediante la instaurando en el sistema público de Servicios Sociales de la CAC de una prestación económica periódica y diferencial según las cargas y recursos de los beneficiarios, con la intención de que las personas en situación de precariedad económica pudieran alcanzar autonomía y suficiencia económica y social. El acuerdo de creación del SSI, condicionó su satisfacción al hogar independiente constituido por una o más personas, unidas por una relación conyugal o asimilada, adoptiva o parental por consanguinidad hasta el cuarto grado y afinidad hasta el segundo, a la concertación, entre el interesado y los Servicios Sociales de la CAC, de un programa de actividades favorecedoras de la integración social del primero que adoptaría la forma de Contrato de Inserción. Se pactó la constitución de una comisión de control y seguimiento del programa de inserción social, integrada por la CAC, CC OO y UGT, con competencias para la planificación, programación, seguimiento y evaluación del SSI, pero, el Decreto que aprueba las Medidas Urgentes de Inserción Social en la CAC, también vinculó a los Cabildos y Ayuntamientos por sus incidencias en la esfera del bienestar social. En materia sanitaria, se pactó la necesidad de afrontar las transferencias del Instituto Nacional de la Salud, para la reforma integral de los servicios sanitarios de la CAC, el compromiso del Gobierno de Canarias de entregar a los sindicatos el Proyecto Ley sobre el futuro Servicio Canario de Salud, para que realizaran aportaciones, y el refuerzo de la infraestructura en materia de Salud Laboral y del Gabinete de Seguridad. La II CSC o Acuerdo por el empleo, desde la solidaridad y competitividad, suscrita por los mismos interlocutores sociales, el 13 de mayo de 1994, contiene un conjunto de acuerdos sobre fomento del empleo, actividad 18 Los cursos de FP Ocupacional parten de una inversión de 417 millones de pesetas en 1989 y pasan a 1.210 millones en 1990 y a 1.700 en 1991. 19 Para su cuantificación inicial se pactó que no fuera inferior al 75 por ciento del salario mínimo interprofesional, más los siguientes complementos por hijo menor de 18 años que conviviera en el hogar o sin limite de edad por hijo minusválido: cinco mil pesetas por el primero, cuatro mil por el segundo, tres mil por el tercero y mil por cada uno de los restantes. 12 económica, formación, relaciones laborales20, protección social, plan de empleo especifico y calidad de vida, que pasaron a ser directrices obligadas en las políticas del Gobierno canario, con la asignación de los recursos necesarios para ponerlos en practica. A causa del contexto económico desfavorable, los firmantes reconocieron que no se había logrado una implantación eficaz del SSI, por lo que acordaron abordar la reforma de su normativa en una mesa sectorial que elaborara un procedimiento rápido y eficaz que contara con los Ayuntamientos y los sindicatos como colaboradores de su tramitación administrativa, al mismo tiempo que se fortaleciera su red básica en la que los sindicatos se convertirían en centros colaboradores, cuyo fruto final fue la aprobación de la Ley Autonómica 1/2007, que regula la actual Prestación Canaria de Inserción. En cumplimiento de un compromiso adquirido en la II CSC, el 12 de mayo de 1995, los mismos interlocutores sociales suscriben el Acuerdo Interprofesional Canario sobre Procedimientos Extrajudiciales de solución de los conflictos de trabajo, a fin de tratar infructuosamente de reducir la carga de trabajo de la jurisdicción social. La III CSC o Pacto Canario por el Fomento del Empleo Estable y de la Iniciativa Empresarial (1997-2000), suscrita por los mismos interlocutores, el 17 de diciembre de 1997, se produce cuando la economía canaria atravesaba un período de expansión con la consiguiente creación de empleo21 y el Gobierno canario había conseguido financiación estatal para el Plan Integral de Empleo de Canarias (PIEC)22, por lo que se entró en aspectos esenciales en las políticas públicas de empleo, como el refuerzo de la FP reglada, ocupacional y continua, la actualización de las infraestructuras de la FP, la creación de la ventanilla única para facilitar la creación de empresas, la consolidación del dialogo social mediante la ordenación de la participación institucional de los agentes económicos y sociales, y la profundización en las medidas de integración 20 La Ley Autonómica 2/1995, aprobó la creación del Consejo Canario de Relaciones laborales, como un órgano colegiado tripartito con competencias en las materia de trabajo asumidas por la CAC donde, los dos sindicatos más representativos en Canarias, asumían una tercera parte de los miembros de su Pleno. 21 Desde la firma de la II CSC, la población activa en Canarias había crecido en torno a 100.000 personas y la parada decrecido en más de 27.000, debido al colectivo de jóvenes que encontraban su primer empleo y a la inmigración de trabajadores peninsulares y extranjeros. 22 Inicialmente el PIEC preveía una inversión de ciento cuarenta mil millones de pesetas hasta el 2001, a cuyo fin, el 25 de marzo de 1997, los Gobiernos canario y estatal, firmaron un convenio por el que el Estado aportaba veinte mil al año durante el periodo 1997-2001, más otros mil trescientos cincuenta y cuatro en 1998, y la CAC ocho mil quinientos anuales. 13 social en la lucha contra la pobreza y exclusión social. Estas medidas, fueron complementadas con nuevas formas de intermediación laboral, mediante la creación de la Agencia Canaria de Empleo (ACE), para articular el espacio laboral canario y encontrar fórmulas más eficientes de interconexión entre la oferta y la demanda de empleo. El PIEC fue ratificado por el Parlamento de Canarias, en sesiones de 19 y 20 de octubre de 1994, como un pacto entre los Gobiernos canario y estatal que concreta políticas favorecedoras del crecimiento económico y el empleo, y posibilitó la ejecución de compromisos de la CSC, como el desarrollo de la ACE, de los Gabinetes de Orientación e Inserción Profesional y del Consejo Canario de FP, así como la creación del Observatorio Canario del Empleo y la Formación (Decreto 222/1998, de 1 de diciembre) y la ejecución de políticas activas de empleo y de atención a los colectivos afectados por procesos de exclusión social (Ayudas económicas básicas para la asistencia a la tercera edad, disminuidos, enfermos crónicos y niños de hasta 5 años). Pese a sus buenas intenciones programáticas, los datos sobre empleo en la CAC denotan la escasa capacidad de creación de empleo estable por medio del PIEC23, situación que amortiguó el importante cúmulo de obras públicas realizadas durante su aplicación en Canarias. La IV CSC se centra en las Instituciones Públicas de carácter laboral, porque los mismos interlocutores sociales pactan los contenidos del Proyecto de Ley de Creación del Servicio Canario de Empleo que, con pequeños matices, se convierte en la Ley Autonómica 12/2003, y del Anteproyecto de Ley de Participación Institucional de las organizaciones sindicales y empresariales más representativas de Canarias, cuya tramitación parlamentaria decae al ser convocadas elecciones al Parlamento canario, así como la consolidación y modernización del Tribunal Laboral Canario, el impulso del Consejo Canario de Relaciones Laborales, creado a iniciativa de la II CSC por la Ley Autonómica 2/1995, y la creación del Instituto Canario de las Cualificaciones. También pactaron un Plan Estratégico de empleo e incentivos para la mejora y calidad del empleo en Canarias y un ilusorio acuerdo para la regularización de la economía sumergida en Canarias. 23 Según datos del Ministerio de Trabajo, en octubre de 2000, los parados registrados en las oficinas de empleo ascendían a 88.754, lo que suponía una tasa del 12,5 por ciento de la población activa, la segunda más alta del Estado y tres puntos por encima de la media nacional del 9,11 por ciento. 14 Recientemente, el 4 de junio de 2009, en la V y última CSC, los mismos interlocutores han suscrito el Pacto Social por la economía y el empleo en Canarias, para el periodo 2009-2011, a fin de afrontar la actual crisis en Canarias, vinculando las ayudas económicas a las empresas al compromiso de mantener las contrataciones laborales y poniendo en marcha políticas activas de empleo, entre ellas, la cualificación, mediante la obtención de una titulación de FP, de los jóvenes parados que abandonaron el sistema educativo por trabajos no cualificados en la construcción o a los servicios. El último pacto social canario propone aumentar la protección social, debido a los más de 280.000 parados, las 70.000 familias sin ningún tipo de ingresos económicos y las miles de personas mayores dependientes, mediante la ampliación de la Prestación Canaria de Inserción y el compromiso de implantar la ley de dependencias, por las nuevos puestos de trabajo que crearía y por su repercusión en la mejora de la calidad de vida de las personas dependientes. La V CSC también propugna la reactivación de la económica canaria, con medidas a corto plazo para ayudar a las empresas y a los trabajadores autónomos con dificultades en la obtención de créditos y con medidas a medio plazo que faciliten la transición del actual modelo productivo canario, basado en los servicios y la construcción, hacia un nuevo modelo basado en la diversificación de la economía canaria mediante el desarrollo de sectores económicos productivos que generen un empleo estable cualificado vinculado a la formación de los trabajadores que han perdido sus puestos de trabajo a causa de las reconversiones empresariales derivadas de la crisis. BIBLIOGRAFIA: Carrasquer, P. Abril 1990. "Balance elecciones sindicales 1978-1986", en El Proyecto, Revista de Teoría y Práctica Sindical de USO, Universidad Sindical. Caro, J.A. y Santillán, S.E. 1980. Estatuto de los Trabajadores. Servicios Técnicos de UGT. Escudero, R. 1990. La representatividad de los sindicatos en el modelo laboral español. Madrid: Editorial Tecnos. 15 Fishman, R.M. 1990, Organización obrera y retorno a la democracia en España. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, Siglo XXI de España Editores. Köhler, H-B. democrática, 1990. El movimiento regionalismo y sindical modernización en España: económica. Transición Madrid: Fundamentos. Merino, J.F. 1980. Estatuto de los Trabajadores Trabajos Parlamentarios. Madrid: Cortes Generales, Servicio de Estudios y Publicaciones. Palomo, E., Montejo, N., Bodas, R, y Aramendi P. 1980. Estatuto de los Trabajadores. Madrid: Secretaría Información y Publicaciones Confederación Sindical de CC OO. Powel, C. 2002. España en democracia, 1975-2000: Las claves de la profunda transformación de España. Barcelona: Plaza & Janés Editores. Rivero, J.L. (ed.) 2000 Crecimiento económico y políticas de empleo en la Islas Canarias. Tenerife: Gabinete Técnico de CC OO Canarias. Sagardoy, J.A. y León, D. 1982. El poder sindical en España. Barcelona: Planeta-Instituto de Estudios Económicos, Colección Tablero. Sastre, R. 1987. Derecho sindical y transición política. Madrid: Editorial Tecnos. 16