COMENTARIO DE TEXTO Fragmento de Cien

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COMENTARIO DE TEXTO
Fragmento de Cien años de sol edad de G abr iel García Márquez
RESUMEN
El gitano Melquíades, en su última visita (a Macondo), había sufrido una transformación física
importante. En viajes anteriores, parecía tener la misma edad que su amigo José Arcadio Buendía, pero
ahora aparentaba mucha más edad. Este envejecimiento prematuro era fruto de sus continuos viajes
por todo el mundo en los que había vivido y padecido innumerables catástrofes y enfermedades. Sus
dolencias eran las de un viejo y se había convertido en un hombre lúgubre al que le pesaba la vida. A
pesar de ello, este gran sabio había conseguido huir de la muerte como le confesaba a José Arcadio.
TEMA: El envejecimiento acelerado de Melquíades
COMENTARIO DE TEXTO
El texto propuesto es un fragmento de Cien años de soledad, una de las novelas más conocidas y
más interesantes de Gabriel García Márquez, escritor hispanoamericano fallecido recientemente.
Como toda novela, es un texto literario escrito en prosa que se encuadra dentro del género épiconarrativo. La modalidad discursiva empleada es la narración: un narrador omnisciente nos relata unos
hechos que le suceden a unos personajes en un espacio y tiempo determinados.
El personaje en el que se centra este fragmento es el gitano Melquíades, amigo de José Arcadio
Buendía, verdadero protagonista de Cien años de soledad. El narrador nos describe a dicho personaje
a lo largo del fragmento: “era el resultado de múltiples y raras enfermedades…”, “era un fugitivo de
cuantas plagas…”, “era un hombre lúgubre, envuelto en un aura triste…”, “usaba un sombrero grande
y negro…”, etc. Por lo tanto, la narración incluye fragmentos descriptivos, en concreto un retrato, ya
que nos describe tanto su físico (prosopografía) como su carácter (etopeya). Asimismo, también
incluye fragmentos dialógicos en estilo indirecto cuando el narrador relata cómo Melquíades le contó
a su amigo que la muerte le seguía (línea 7) o cuando decía poseer las claves de Nostradamus (línea
13).
La acción narrada sigue un orden lineal aunque incluye algún flash-back como cuando recuerda
los viajes anteriores a Macondo, espacio donde se desarrolla la acción. Otro espacio que menciona es
el laboratorio que ayuda a montar a José Arcadio. El fragmento se centra en la última visita de
Melquíades, pero no menciona ningún tiempo concreto. La novela, en su totalidad, nos narra cien años
de vivencias de la familia de José Arcadio Buendía.
El fragmento propuesto cumple las tres propiedades textuales: es adecuado, coherente y está
perfectamente cohesionado con diferentes procedimientos léxicos y gramaticales. El emisor es un
narrador en tercera persona, concretamente omnisciente. Se dirige a un receptor genérico que, en
este caso, ha recibido el mensaje años después de su producción. La comunicación es unilateral y
emplea un canal escrito. El vocabulario es culto, pero al alcance de la gran mayoría de lectores. Como
en todo texto literario, la función predominante es la poética y refleja la voluntad de estilo del escritor.
Emplea la lengua como materia prima para crear una obra artística, un mundo de ficción. Dice las
cosas de otra manera distinta a como se suele decir en el uso cotidiano y para ello se sirve de varias
figuras retóricas: la hipérbole, cuando alude a la fuerza de José Arcadio (línea 3); la enumeración y el
paralelismo al nombrar las diferentes plagas y catástrofes sufridas por Melquíades (líneas 9 -12),
enumeración en la que emplea la aliteración de las nasales; la personificación cuando este personaje le
confiesa a su amigo que la muerte lo seguía o al referirse a su aura como triste (línea 7 y 14); o una
comparación o símil en la línea 14 al comparar su sombrero con las alas extendidas de un cuervo.
El texto es coherente porque tiene un sentido global, gira en torno a una idea central, el
envejecimiento de Melquíades, y presenta progresión temática. La cohesión se lleva a cabo a través de
diferentes mecanismos lingüísticos como la recurrencia, la sustitución o la elipsis del sujeto al referirse
continuamente a Melquíades para evitar las repeticiones innecesarias. Por ejemplo, en los fragmentos
descriptivos es frecuente la recurrencia en el empleo del pretérito imperfecto (parecía, era, usaba,
tenía, sufría), de oraciones copulativas y de infinidad de adjetivos (prodigioso, lúgubre, inmensa,
misterioso, minúsculos, insignificantes, raras, incontables…). Por el contrario, en los fragmentos
narrativos se emplea el pretérito perfecto simple (contó, sobrevivió). En general, la sintaxis empleada
es compleja lo que atestigua la complejidad intelectual del autor y su voluntad de estilo. Asimismo, es
frecuente el empleo de las mismas palabras: “José Arcadio” (línea 2, 6), “viajes” (línea 2 y 5), “pero”
(línea 2, 7, 16), “era” (línea 4, 8, 13), “parecía” (línea 2, 4, 14), “escorbuto” (línea 9 y 20), “humano”
(línea 9 y 17) o “mientras” (línea 2 y 6), que introduce proposiciones subordinadas adverbiales de
tiempo. También emplea palabras derivadas (“había envejecido” y “viejo”, línea 1 y 18), palabras del
mismo campo asociativo referidas a la muerte y a la vejez (había envejecido, dolencia tenaz,
enfermedades, muerte, plagas, catástrofes, hombre lúgubre, aura triste, negro, cuervo, peso humano,
dolencias de viejo), así como varios campos semánticos de enfermedades o plagas (pelagra,
escorbuto, lepra, beriberi, peste bubónica), catástrofes (terremoto, naufragio) y topónimos (Persia,
Malasia, Alejandría, Japón, Madagascar, Sicilia, estrecho de Magallanes), empleando la enumeración y
el paralelismo (línea 9 - 12). Podemos encontrar también estructuras paralelísticas en la línea 16 (“de
su inmensa sabiduría y de su ámbito misterioso”).
La sustitución se emplea al referirse a los dos personajes del fragmento y evitar así la excesiva
repetición. Para nombrar a José Arcadio emplea los pronombres anafóricos “éste” (línea 2), “le” (línea
3 y 6) y “lo” (línea 6); para nombrar a Melquíades emplea los sintagmas nominales “el gitano” (línea 4),
“él mismo” (línea 6), “”aquel ser prodigioso que…” (línea 12) o el pronombre anafórico “le” (línea 20).
Asimismo, también hace uso de sinónimos contextuales como “enfermedades” y “plagas” (línea 5 y 8)
o el verbo “sufrir” o “quejarse” (línea 18). Además, emplea una antítesis (“vida – muerte”) en la línea
18 y 7 y algunos marcadores textuales de adición (“y”), oposición (“pero”), temporalidad (“mientras”),
causa (“porque”, “por” –que repite en cuatro ocasiones–) o de comparación (“como”).
El texto propuesto es, en definitiva, un texto literario narrativo, concretamente un fragmento de
una novela, que incluye, a su vez, fragmentos descriptivos. García Márquez crea un mundo de ficción
haciendo un uso poético del lenguaje con el empleo de figuras literarias y de una gran riqueza de
vocabulario.
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