5° Año Perdido en la selva, Ricardo Mariño, Alfaguara PARATEXTO Tapa. Contratapa (permite conocer el género: cuento y no novela en capítulos). Indice. Biografía (indicio: cambio de dibujos por foto del autor). Cambio de registro. Estructura: 9 cuentos con títulos diferenciados. Título: trabajado antes de leer la obra, como producción de inferencias y al final. ¿Cuál es la relación que el autor establece entre el título y el texto: enfatiza, despista, orienta, opone? “El MENSAJERO” FRAGMENTOS PARA COMENTAR E INTERPRETAR Desde entonces el último cuento tuvo final feliz y para Teobaldo el trabajo fue doble, si los chicos estaban por leer el primer cuento corría para participar de mensajero; si en cambio se les daba por leer el último, corría para hacer de héroe que salvaba a la princesa. Y los chicos que leían rápido hasta llegaban a verlo en los demás cuentos, mientras tomaba el matafuegos, hablaba con las abejas o le pedía la varita a las hadas tontas. REFLEXIONES SOBRE EL LENGUAJE. TEMAS PARA PENSAR La historia transcurre dentro del mundo de los libros. Demostrarlo a partir de los conectores espaciales y temporales. CONSIGNAS DE ESCRITURA Amor en la biblioteca, Liliana Cinetto Cuentan que cuentan que había una vez una princesa que vivía en un estante de una vieja biblioteca. Su casa era un cuento de hadas, que casi nadie leía, estaba entre un diccionario y un libro de poesías. Solamente algunos chicos acariciaban sus páginas y visitaban a veces su palacio de palabras. Desde la torre más alta, suspiraba la princesa. Lágrimas de tinta negra deletreaban su tristeza. Es que ella estaba aburrida de vivir la misma historia que de tanto repetir se sabía de memoria: una bruja la hechizaba por envidiar su belleza y el príncipe la salvaba para casarse con ella. Cuentan que cuentan que un día, justo en el último estante, alguien encontró otro libro que no había visto antes. Al abrir con suavidad, sus hojas amarillentas salió un capitán pirata que estaba en esa novela. Asomada entre las páginas la princesa lo miraba. Él dibujó un sonrisa sólo para saludarla. Y tarareó la canción que el mar le canta a la luna y le regaló un collar hecho de algas y espuma. Sentado sobre un renglón, el pirata, cada noche, la esperaba en una esquina del capítulo catorce. Y la princesa subía una escalera de sílabas para encontrar al pirata en la última repisa. Así se quedaban juntos hasta que salía el sol, oyendo el murmullo tibio del mar, en un caracol. Cuentan que cuentan que en mayo los dos se fueron un día y dejaron en sus libros varias páginas vacías. Los personajes del libro ofendidos protestaban: "Las princesas de los cuentos no se van con los piratas". Pero ellos ya estaban lejos, muy lejos, en alta mar y escribían otra historia conjugando el verbo amar. El pirata y la princesa aferrada al brazo de él navegan por siete mares en un barco de papel. 1. 2. A partir del poema de Cinetto y del cuento, escribir un diálogo entre personajes de historias famosas. Un personaje famoso, contado millones de veces por las distintas generaciones, se cansa de su destino y quiere cambiarlo. Elegí a ese personaje y transformálo. “POLIEDRO Y LA IDEA” FRAGMENTOS PARA COMENTAR E INTERPRETAR De pronto… ¡vio a su idea! ¡Estaba posada sobre una planta de girasol! Cuando estuvo al lado abrió grande la boca como para tragársela de una sola vez pero… se detuvo. (…) Poliedro se quedó como hipnotizado, recordando el tiempo que pasó buscando la idea: cómo se fue de la casa donde vivía; el amigo vagabundo que conoció esa misma noche; el día que salvó a Cara de Nada; los kilómetros que caminó por Australia; el día que se enamoró de Nerviosa; la noche que nacieron los siete cachorros… Pensó que por ir detrás de esa idea había hecho tantas cosas, capaz que lo mejor era no recuperarla (…). REFLEXIONES SOBRE EL LENGUAJE. TEMAS PARA PENSAR Campo semántico (búsqueda) Esfuerzo Recorrió todas las plazas Nadó con todas sus fuerzas Caminó y caminó Ya hacía mucho que caminaba CONSIGNAS DE ESCRITURA La utopía que siempre se aleja. La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. Eduardo Galeano ¡Ay! Utopía, cabalgadura que nos vuelve gigantes en miniatura. ¡Ay! ¡Ay, Utopía, dulce como el pan nuestro de cada día! Quieren prender a la aurora porque llena la cabeza de pajaritos; embaucadora que encandila a los ilusos y a los benditos; por hechicera que hace que el ciego vea y el mudo hable; por subversiva de lo que está mandado, mande quien mande. ¡Ay! Utopía, incorregible que no tiene bastante con lo posible. ¡Ay! ¡Ay, Utopía que levanta huracanes de rebeldía! Quieren ponerle cadenas Pero, ¿quién es quien le pone puertas al monte? No pases pena, que antes que lleguen los perros, será un buen hombre el que la encuentre y la cuide hasta que lleguen mejores días. Sin utopía la vida sería un ensayo para la muerte. ¡Ay! Utopía, cómo te quiero porque les alborotas el gallinero. ¡Ay! ¡Ay, Utopía, que alumbras los candiles del nuevo día! 1) Escribí un breve comentario sobre lo que para Galeano es la utopía 2) Explicá las expresiones subrayadas del poema-canción de Joan Manuel Serrat 3) Escribí qué es para vos la utopía. ¿Cuál es la tuya? “UN ARTISTA DEL TAXI” REFLEXIONES SOBRE EL LENGUAJE. TEMAS PARA PENSAR. Campo semántico de lo artístico Arte Vs. mundo apresurado de los negocios Registro popular, discurso poético refinado sobre el arte. Un tachero-Mozart. Ritmos de la sinfonía, fuerza. En los pequeños tipos/personajes cotidianos podemos encontrar lo grandioso FRAGMENTOS PARA COMENTAR E INTERPRETAR Hace treinta años que soy tachero y en los últimos diez mis jornadas fueron de dieciséis horas. He llevado tanta gente que con solo verles la cara cuando me paran en la calle ya sé a dónde quieren ir. Hay calles de Buenos Aires que solo yo y los chicos que viven allí las conocemos (…). Sé cómo late cada semáforo, conozco de memoria los baches de las avenidas (…). En fin, yo era el mejor, el único, el perfecto, el Mozart de los taxistas, pero todavía no había llegado a la cúspide. Todavía no había sucedido aquello que me permitió atravesar los límites de la taximetría ¿existe la palabra traximetría? No importa… (…). El anciano me detuvo (…). ―Al paraíso… ―pidió. No estoy acostumbrado y tampoco me puedo permitir preguntas de principiante como ¿en qué calle queda, señor?; ¿por dónde prefiere que tomemos? Antes de hacer una pregunta como esa, no sé renuncio o me estrolo contra una columna. Ma sí, puse primera y salí. Doblé en la esquina, y fue en ese preciso instante en que tomé una decisión fundamental para mi vida: dejarme llevar por mi instinto de artista de taxi. (…) Me encontré y pude sentir la música de la caja de cambios, el fino dibujo del trayecto de las calles, la armonía de las frenadas y aceleraciones, las ondulaciones de las avenidas, la combinatoria de colores de los semáforos que iba pasando, la proporción de calles de asfalto y de empedrado, de avenidas y de calles comunes. No lo puedo asegurar pero creo que por momentos manejé con los ojos cerrados. Finalmente “sentí” que esa sinfonía concluía, y clavé los frenos. (…) Al día siguiente subió al taxi una chica de cincuenta y cinco, sesenta años y me dijo: ―Quiero encontrar al hombre de mi vida (…). Desde entonces solo me dedico a viajes especiales. Tal vez peque de exquisito, pero si sube apurado un señor y me dice: “Rápido al microcentro, que cierran los bancos!”, yo le contesto: ―Te equivocaste de coche, dogor. Disculpame pero hoy no estoy para pavadas. Bajate y tomate el que viene atrás que ése te va a llevar joya hasta donde vos querés. CONSIGNA DE ESCRITURA 1) Escribí el monólogo de un taxista que lleva detrás a una pasajera insoportable. Usá el registro popular. 2) Escribí el monólogo de la pasajera que habla muy refinadamente y que siente rechazo por el taxista y lo trata como si fuera su sirviente. 3) Escribí un relato breve sobre algún oficio cotidiano en el que se mezclen ruidos con melodías y sonidos diversos. TEXTOS RECOMENDADOS "El aprendizaje de la lectura en la escuela: discusiones y nuevas perspectivas", Jean Hébrard "Elogio del encuentro", Michèle Petit