Introducción a la Igualdad de los Géneros

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Introducción a la igualdad de los géneros
Nancy Cowle
Cowle Consulting
1211 – 104 Street
Edmonton, Alberta, T6J 6E6
Asesora del Alberta Reseach Council
Edmonton, Alberta, T6N 1E4, Canada
Nuestros esfuerzos por el desarrollo están probablemente condenados al fracaso sin la atención a y la
activa participación de las mujeres (Malcolm 1997).
Resumen. Este reporte revisa definiciones básicas comúnmente usadas en el campo de igualdad de los
géneros. Se revisan seguidamente métodos y estrategias, pasados y actuales, para conseguir la
igualdad de los géneros. A lo largo del reporte, existe un énfasis sobre las definiciones y métodos de la
Agencia Internacional Canadiense para el Desarrollo (AICD). Resúmenes separados acerca de
problemas en América Latina y problemas de género en el sector ambiental son seguidas por un exámen
de la intersección de género y medio ambiente en América Latina. Se discute también cómo género y
medio ambiente podrían ser o son actualmente incorporados en los proyectos de la AICD. En
conclusión, se proveen prioridades para la acción, recomendaciones y recursos posibles y actividades.
Definiciones básicas
Sexo. En términos biológicos y de sentido común lo que distingue mujeres de hombres es la diferencia
entre sus sistemas reproductores. Características genéticas, fisiológicas o biológicas indican si una
persona es varón o hembra. Estas diferencias biológicas generan un rol de sexo universal para las
mujeres, ésto es, el apoyo y primera alimentación de niños. Este rol de sexo ha llevado típicamente a las
mujeres a asumir (o ser designadas) la mayor responsabilidad dentro del
rol reproductivo, trabajo que incluye no sólo las responsabilidades de apoyo/crianza, sino también
tareas domésticas necesarias para la mantención de la fuerza de trabajo.
Género. Género, por el otro lado, se refiere a diferencias definidas socialmente que culturas diferentes
asignan a mujeres y hombres. A lo largo de la historia humana conocida, cada sociedad ha construído
roles de género y responsabilidades, asignados a cada sexo en base a la creencia que su sexo
biológico produce características, comportamientos y aptitudes que son diferentes para hombres y
mujeres. Estos roles y expectaciones varían a través del tiempo, economías y sociedades. Un rol crucial
de género es
el rol productivo, compuesto de trabajo hecho por ambos mujeres y hombres ya sea con valor en
efectivo o en retorno, o el potencial para tales.
Otros roles de género incluyen:
participación comunitaria, actividades inclusivas realizadas dentro de la comunidad. Tales actividades
persiguen garantizar la continuación de necesidades vitales tales como la provisión de agua, cuidado
de la salud y educación y muy a menudo son ejecutadas por las mujeres. Este rol es generalmente
ejercido de una manera “voluntaria”, o sea, sin remuneración.
abarcando actividades ejercidas dentro de la comunidad que
liderazgo de la comunidad,
frecuentemente están conectadas a la política nacional y generalmente son ejecutadas por los
hombres; estas actividades a menudo pueden ser posiciones pagadas, o al menos pueden resultar en
un aumento de poder o estatus.
La distribución desigual de estas varias actividades es referida como
el triple rol/carga múltiple soportada por las mujeres. En sus roles reproductivo, productivo y
participación comunitaria, las mujeres realizan apróximadamente 2/3 de todas las horas de trabajo en
el mundo, y reciben solamente 1/3 de los ingresos mundiales (Fong y Bushan 1996). Contrariamente,
los hombres son aptos para llevar principalmente sólo dos roles: el productivo y el liderazgo de la
comunidad.
Equidad de género. La equidad de género involucra ser imparciales y justos a mujeres y hombres en la
distribución de beneficios y responsabilidades entre los sexos. El concepto reconoce que mujeres y
hombres tienen diferentes necesidades y difieren en cantidades de y acceso al poder, y que estas
diferencias deberían ser identificadas y resueltas en una manera que rectifica la falta de balance entre
los sexos. Para asegurar imparcialidad, deben tomarse medidas que a menudo compensen por
desventajas históricas y sociales que previenen que mujeres y hombres operen en un campo de juego
parejo. Equidad conduce a igualdad.
Igualdad de género. La igualdad de género persigue no solo ser imparcial a mujeres y hombres a
través de un tratamiento igual, sino que también se centra en la igualdad de resultados. Tal punto de
atención, puede también ser una llamada para adoptar medidas especiales que favorezcan a las mujeres
para erradicar la desigualdad y promover su autonomía. Su igualdad de género significa que
removiendo la discriminación en base al sexo, mujeres y hombres gozarán el mismo estatus, que
mujeres y hombres experimentarán iguales condiciones para realizar totalmente sus derechos humanos
y su potencial para contribuir al desarrollo nacional, político, económico, social y cultural, y para
beneficiarse de los resultados. La igualdad de género es por lo tanto la igual valoración social de las
similaridades y diferencias entre mujeres y hombres, y los roles varios que ellos juegan (Extracto de:
Estatus de la Mujer 1996).
Necesidades de los géneros. Ya que hombres y mujeres asumen (o son asignados) roles de género
diferentes, ellos tienen necesidades diferentes. Las necesidades de género pueden ser subdivididas
dentro de las siguientes dos categorías:
Necesidades prácticas de género se relacionan a necesidades inmediatas tales como agua, vivienda,
alimentos, ingreso y cuidado de la salud. La solventación de necesidades prácticas a menudo significa
responder a condiciones de vida inadecuadas y falta de recursos.
Necesidades estratégicas de género se relacionan al mejoramiento general de las posiciones y
estatus de mujeres y hombres dentro de su sociedad. El cumplimiento de estas necesidades requiere
la alteración de los arreglos de poder e influenciar la ideología fundamental. El cumplimiento de
necesidades estratégicas puede necesitar el reconocimiento y eliminación de la descriminación
sistemática en contra de las mujeres, la cual se encuentra en prejuicios acerca de los roles de género,
tal como asumir que las mujeres están “naturalmente” mejor equipadas para ejecutar tareas de la
casa. Estos prejuicios y la descriminación que los acompaña están a menudo profundamente
enraízados en el contexto social y económico.
Para asegurar beneficios sostenibles, ambas, necesidades prácticas e intereses estratégicos deben ser
tomados en cuenta en el diseño de políticas, programas y proyectos. El desarrollo de programas debe
de construir capacidad local e infraestructura para resolver problemas de largo plazo (Malcolm 1997).
Análisis e intervenciones deberían involucrar el aprendizaje y entendimiento mutuos, así como también,
la negociación contínua alrededor de ambos intereses inmediatos y prácticos y la lucha por alcanzar
goles más estratégicos (Baylies 1998).
División del trabajo entre los géneros. Esto se refiere al trabajo diferente que mujeres y hombres
generalmente ejecutan dentro de la comunidad, o al interior del hogar. Factores tales como educación,
tecnología, cambio económico y crisis repentina, tales como la guerra y hambrunas causan cambios en
los roles de género y la división del trabajo entre los géneros. A través del exámen de la división del
trabajo entre los géneros es evidente que las tareas de las mujeres y de los hombres son
interdependientes, y que las mujeres generalmente llevan la carga más grande del trabajo no
remunerado en el hogar y la comunidad.
Análisis de género. El análisis de género explora la relación entre mujeres y hombres y los roles varios
jugados por cada género. El análisis de género ha revelado cómo la subordinación de las mujeres es
construída socialmente, y por lo tanto abierta a cambiar, en oposición a la creencia de que esta
subordinación es predeterminada biológicamente y por lo tanto estática.
Preceptos del análisis de género de la AICD. La Agencia Internacional Canadiense para el Desarrollo
(AICD) emplea el análisis de género para asegurar que ambos, hombres y mujeres, se benefician de
programas de desarrollo y recursos a los que AICD contribuye. Además, AICD enfatiza el conocimiento
del contexto local como vital para entender las relaciones locales y su conexión al proyecto en términos
de necesidades, impacto y resultados. El uso del análisis de género, a lo largo del ciclo del proyecto,
provee información acerca de las perspectivas, roles, necesidades e intereses diferenciales de mujeres y
hombres en el área del proyecto, y la capacidad de las instituciones para programar la igualdad de
género. El análisis de género es requerido para todos las políticas, programas y proyectos de la AICD.
La aplicación de análisis de género variará de acuerdo a la naturaleza y alcance de las iniciativas (CIDA
1999).
El análisis de género es una de las “ventanas de oportunidad” en un ciclo de proyecto o programa donde
la inversión de recursos (tiempo, energía, y financiamiento) conduce a resultados de igualdad de género.
Un buen análisis de género:
• ubica a la gente al frente y en el centro;
• requiere de profesionales capacitados;
• involucra la experiencia local con una base sólida de problemas relacionados con equidad de
género; e
• involucra un número significante de mujeres y/o mujeres que son miembros claves de
organizaciones socias (CIDA 1996).
Lo que hay que preguntar. ¿Quién es la meta de la política, programa o proyecto propuesto? ¿Quién
se va a beneficiar? ¿Quién va a perder? ¿Han sido las mujeres consultadas acerca del “problema” que
la intervención intenta resolver? ¿Cómo se han involucrado las mujeres en el desarrollo de la “solución”?
¿Reta la intervención la existente división del trabajo, tareas, responsabilidades y oportunidades entre
géneros? ¿Cúal es la mejor manera para desarrollar y reforzar el compromiso del gobierno para el
avance de las mujeres? ¿Cúal es la relación entre la intervención y otras acciones y organizaciones
nacionales, regionales o internacionales? ¿Donde existen oportunidades de cambio o puntos de
entrada? ¿Cúal es la mejor manera de aprovecharlas? ¿Qué formas específicas pueden ser propuestas
para motivar y capacitar a las mujeres a participar en la política/programa/proyecto a pesar de su
ubicación doméstica más tradicional y posición subordinada? ¿Cúal es el impacto a largo plazo en
cuanto a la habilidad aumentada de la mujer para hacerse cargo de sus propias vidas y tomar acción
colectiva para resolver problemas?
Qué hacer. Obtener un entendimiento de las relaciones entre géneros, la división del trabajo entre
hombres y mujeres, y quien tiene acceso y control sobre los recursos. Incluir trabajo reproductivo y
comunitario en el perfil de trabajo. Reconocer las formas en que mujeres y hombres trabajan y
contribuyen a la economía, su familia y la sociedad. Usar procesos participativos e incluir un rango
amplio de mujeres y hombres inversionistas a nivel gubernamental y de la sociedad civil – incluyendo
organizaciones de mujeres y expertos en igualdad de género. Identificar barreras a la participación y
productividad de las mujeres (social, económica, legal, política, cultural). Obtener un entendimiento de
las necesidades prácticas e intereses estratégicos de las mujeres, e identificar oportunidades para
apoyar ambos aspectos. Considerar el impacto diferencial de la iniciativa sobre hombres y mujeres, e
identificar consecuencias que deben ser resueltas. Establecer una base de línea de información,
asegurar datos de sexo desagregado, establecer metas mensurables, e identificar resultados esperados
e indicadores. Delinear los riesgos esperados (incluyendo fuertes reacciones negativas) y desarrollar
estrategias para minimizar estos riesgos (CIDA 1995).
Métodos para alcanzar la igualdad de género
Beneficiencia. Este método intenta conducir a las mujeres al desarrollo como mejores madres; este
método esta dirigido al rol reproductivo. Ejemplos: Clínicas de Salud Maternal; nutrición y educación
sobre la salud; ayuda alimenticia. Crítica: Las mujeres son beneficiarias vulnerables y pasivas; no reta
el status quo.
Equidad. Diseñado para resolver necesidades estratégicas en términos del rol triple. Ejemplos:
Políticas de acción afirmativas; intervenciones desde arriba. Crítica: Es percibido como feminismo
occidental; falla en cambiar las actitudes.
Contra la pobreza. Propone el incremento de la productividad de las mujeres; está unido al crecimiento
de la equidad a través de cumplir con las necesidades básicas. Ejemplos: Proyectos para generación
de ingresos. Crítica: Marginaliza a las mujeres en pequeña escala; actividades de organizaciones nogubernamentales (ONG).
Eficiencia. Ve a las mujeres como un recurso ignorado; se basa en las mujeres para programas de
ajustamiento estructural. Ejemplos: Acceso a crédito y mercado; tecnología apropiada para el género;
extensión de servicios. Crítica: Las mujeres son vistas en términos de capacidad de entrega e inertes al
cambio.
Control. Ambos, un método y una estrategia (ver más adelante), control intenta dar a las mujeres más
confianza en sí mismas; este es un método de las bases sociales para llenar necesidades estratégicas a
través de definir necesidades prácticas. Ejemplos: Entrenamiento de conciencia de género, control a
través de educación informal. Crítica: Potencialmente retadora; escala pequeña; originada por las
mismas mujeres del Tercer Mundo.
Género y eficiencia. Asesora el impacto de la política macro-económica sobre las mujeres y hombres y
recomienda políticas apropiadas. Ejemplos: Usa instrumentos tales como intercambio de mercado y
costos de transacción. Crítica: Método más reciente; trata de influenciar los generadores de las políticas
a través de eficiencia en vez de argumentos de equidad (Moser 1995).
El método de la AICD para alcanzar la igualdad de género
Buenas prácticas para promover la igualdad de género. Dos décadas de experiencia en la AICD nos
ha enseñado varias lecciones que son relevantes para apoyar la igualdad de género a lo largo de las
iniciativas de programación de la AICD. La igualdad de género es más facil de ser lograda si existen las
siguientes condiciones:
A nivel de corporación
• la administración superior está comprometida con la igualdad de género;
• existen suficientes recursos y personal con conocimiento, además de un ambiente corporativo que
permite y promueve la igualdad de género;
• existe un marco para rendir cuentas que asegura que la política de igualdad de género es
implementada;
• especialistas calificados de igualdad de género, especialmente los basados localmente, son
empleados regularmente; y
• la igualdad de género es tratada como un objectivo en y por sí mismo.
En el proceso de planeamiento
• la igualdad de género es reconocida como relevante a cada aspecto de cooperación internacional
desde la reforma macroeconómica a los proyectos de infra-estructura;
• el análisis de género es realizado en las primeras etapas del ciclo del proyecto o programa y los
resultados son integrados dentro del planeamiento del proyecto o programa;
• las debilidades institucionales o prejuicios culturales que podrían restringir el logro de la igualdad de
género son reconocidos en la etapa de diseño y se desarrollan estrategias para resolverlas;
• métodos son identificados para asegurar que existe una amplia participación de las mujeres y los
hombres tomando decisiones en el proceso de planeación;
• resultados de igualdad de género claros, mensurables y alcanzables son desarrollados en las
primeras fases del proceso;
• indicaciones sensitivas al género, ambas, cualitativas y cuantitativas son desarrolladas;
• una estrategia específica y presupuesto es provisto para apoyar el logro de resultados de igualdad
de género;
• socios e implementadores son seleccionados en base a su compromiso y capacidad para promover
igualdad de género; y,
• especialistas de igualdad de género son involucrados desde el principio del proceso de
planeamiento.
Durante la implementación
• especialistas de igualdad de género son parte de los equipos del proyecto;
• apoyo externo de organizaciones de mujeres, mujeres y hombres claves capaces de tomar
decisiones, líderes y aliados es solicitado;
• el objetivo de igualdad de género no es perdido en retórica o preocupación con procesos de la
agencia;
• existe flexibilidad y apertura para responder a métodos nuevos e innovativos, y a oportunidades para
apoyar la igualdad de género que se presentan por sí mismas durante la implementación.
Medida de rendimiento
• los resultados de igualdad de género son expresados, medidos y reportados usando indicadores
cualitativos y cuantitativos;
• información, desagredada por sexo, es acumulada;
• especialistas calificados de igualdad de sexo, especialmente locales, son involucrados en la medida
de rendimiento;
• información sobre el proceso para reducir las desigualdades por género es acumulada y analizada
como una parte integral de la medida de rendimiento;
• se toma una perspectiva de largo plazo; y
• se usan métodos participativos, donde mujeres y hombres toman parte activa en el planeamiento de
los marcos de medida de rendimiento, en su implementación, y en la discusión de sus resultados
(Extracto de: CIDA 1999).
Varias estrategias para apoyar el logro de igualdad de género
Mujeres en desarrollo (MED). Una de las primeras estrategias en la teoría de la modernización que
surgió en los años setentas: el gol de MED es integrar a las mujeres más de lleno dentro de los
programas de desarrollo, tendiendo a examinar los llamados problemas de las mujeres (y mujeres) en
aislamiento. La estrategia tales como salud, higiene, y cuidado de niños (Arpel-CIDA 2001). MED es
quizás antes que nada un descriptor de política (Baylies 1998), aunque el término es usado de una
manera diferente en contextos diferentes. Moser (1989) identifica cinco de los métodos anteriores dentro
de MED – beneficiencia, equidad, antipobreza, eficiencia y control – como caracterizantes de la
orientación de política de las agencias de desarrollo. El método de control, sin embargo, también ha sido
relacionado con (GEN) (ver más adelante). Una de las mayores críticas al discurso y práctica de MED es
que esta legitima soluciones “extranjeras” a los problemas de mujeres y experiencias autóctonos
(Hirschman 1995). Proyectores tales como créditos y entrenamiento para mujeres y proyectos
generadores solo para mujeres pueden ser incluidos en esta estrategia.
Género y desarrollo (GYD). Durante los 1980’s cuando la estrategia MED no parecía resolver
adecuamente las desigualdades de género, los proyectos de desarrollo se cambiaron a un foco de
atención sobre las relaciones entre hombres y mujeres, en lugar de solo concentrarse en las mujeres en
aislamiento. GYD ve a las mujeres involucradas en todos los sectores como participantes activos y
actores principales en la administración y la economía (Arpel-CIDA 2001). La estrategia involucra la
confrontación de las relaciones de poder entre mujeres y hombres, y entre pobres y ricos. GYD es un
método materialista, pero un método que también incluye como fundamental el análisis de las relaciones
de género (Baylies 1998). Este enfatiza la heterogeneidad de las “mujeres” como una categoría de
análisis, afirma, la importancia de las relaciones de los géneros en el análisis de todos los aspectos de
desarrollo, enfatiza la naturaleza de género para la integración de las mujeres dentro del desarrollo en
lugar de su exclusión o negligencia, y reconoce la importancia del centro de atención sobre las
relaciones de género en vez de sobre la condición de mujer (Young 1993).
Mientras otros argumentan sobre métodos para añadir sobre o añadir en las mujeres que de otra manera
han sido ignoradas, GYD no tiene paralelo a la ‘corriente principal’ de la teoría del desarrollo y representa
una perspectiva que es más amplia que teorías de desarrollo por virtud de incorporar especifícamente el
género y ubicarlo al frente del análisis, mientras que simultáneamente afirma la necesidad de incorporar
otras dimensiones de diferencia (Baylies 1998).
Mujeres, ambiente y desarrollo (MAD). Es paralela a una tendencia en la corriente principal de la
teoría del desarrollo para tratar con problemas ambientales. A través de referencia a la noción de un
desarrollo sostenible, MAD afirma la necesidad de resolver no solo el mejoramiento de la condición de
vida de la gente, sino que también los límites actuales a los recursos que a menudo prohiben tales
mejoramientos (Baylies 1998).
Género, ambiente y desarrollo sostenible (GAD). A la par de MED representa dos iniciativas para
incluir el género dentro de políticas y programas de desarrollo relacionadas con el ambiente. Estas son
relativamente estrategias participativas nuevas para la gestión de recursos naturales. Estas han surgido
tras el reconocimiento que, ante todo, la mayor parte de la agenda para el desarrollo es asignado para
desarrollo de programas de infraestructura a gran escala que ponen poca atención a problemas de
género o ambientales (Haussler 1997).
Estrategia integrada de género. En esta estrategia, la noción de género es incluida en el diseño e
implementación de actividades. Desde la incepción de los programas, el análisis de género es
conducido, los problemas de las mujeres son identificados y resueltos, las mujeres son incluidas en toma
de decisiones y las mujeres componen una importante proporción de ambos contribuidores y recipientes.
Género en desarrollo (GED). El programa de Desarrollo de Las Naciones Unidas (PDNU) mantiene un
programa de Género en Desarrollo (PDGD) que provee liderazgo y apoyo a la organización de asuntos
de igualdad de género, y coordina la participación de la PNDU en una política de inter-agencias,
iniciativas de programas y defensa (United Nations Development Programme 2002).
Estrategia específica para mujeres. Programas dedicados exclusivamente para mujeres y niñas
resultan de esta táctica, con el objetivo explícito de resolver necesidades prácticas y estratégicas de las
mujeres. Actividades específicas de mujeres son diseñadas particularmente para el beneficio de las
mujeres y el mejoramiento de su estatus (Naciones Unidas 1995). Esta metodología puede resolver
necesidades que no pueden ser resueltas a través de un método integrado. Estas actividades son
necesariamente para superar la ceguera del género en el pasado, que ha excluído a las mujeres.
Corriente principal de géneros. Es la estrategia adoptada por el PDNU para reforzar su impacto sobre
la situación de las mujeres y sobre la igualdad de género. Ubicar la perspectiva de un género en la
estrategia de corriente principal es el proceso de asesorar las implicaciones para mujeres y hombres en
cualquier acción planeada, incluyendo legislación, políticas o programas, en todas las áreas y a todos los
niveles (United Nations Development Program 1998). Esta es una estrategia para hacer de las
preocupaciones y experiencias de las mujeres, así como también, las de los hombres una dimensión
integral del diseño, implementación, vigilancia y evaluación de políticas y programas en todas las esferas
políticas, económicas y sociales de tal manera que mujeres y hombres se beneficien igualmente y la
desgualdad no es perpetuada. El último gol es lograr la igualdad de género (World Health Organization
2002).
Control. Control permite a toda la gente tomar sus vidas en sus propias manos. No solo es en proceso
colectivo, social y político, sino uno individual también – y no solo es un proceso sino que también es un
resultado. Extraños no pueden poner en control a las mujeres: solo las mujeres pueden tomar control
por sí mismas para hacer decisiones o hablar. Sin embargo, instituciones, incluyendo agencias
internacionales de cooperación, pueden apoyar procesos que incrementan la auto-confianza de las
mujeres, desarrollan su auto-suficiencia y las ayudan a establecer sus propias agendas.
Inicialmente, se creyó que la forma de control, y el aumento de estatus de las mujeres, podría ser
logrado si las disparidades económicas se resolvían. Sin embargo, cinco décadas de planeamiento han
demostrado que la asistencia económica por sí misma no necesariamente mejora el estatus de las
mujeres. Los factores vitales más inhibidores que conducen a la desventajosa posición de las mujeres
son su ignorancia, falta de poder y vulnerabilidad. Por lo tanto, la mentalidad de los creadores de
políticas, burócratas y particularmente de las mujeres interesadas debe de cambiar para apoyar la toma
de control de las mujeres (Narasimhan 1999).
La perspectiva de tomar control pone considerable énfasis sobre la participación – concediendo
diferencias en los intereses percibidos, pero defendiendo un proceso de aprendizaje mutuo a través del
diálogo, práctica, discusión y lucha colectiva, que no es inocente de las relaciones de poder pero intenta
negociar a través de ellas para un entendimiento de lo que es pragmatícamente posible y para demostrar
cuantas aptitudes divergentes pueden ser inducidas, no solo para mejorar las condiciones de vida sino
también para questionar las asunciones debajo de ellas (Baylies 1998).
Las estrategias y actividades de la AICD para apoyar el logro de la igualdad de género
Política de la AICD sobre la igualdad de género
Aunque en años recientes se ha hecho notable progreso hacia el logro de la igualdad de género,
todavía falta mucho por hacer. La política de AICD para la igualdad de género es un instrumento para
hacer de esta visión una realidad. El gol de la visión de la AICD para el siglo 21 con respecto a la
igualdad de género continúa siendo un compromiso para crear un mundo donde la desigualdad de
género sea conquistada. La misión general de la AICD es mejorar el bienestar de todas la personas
en sus países socios, y la AICD reconoce que la igualdad de género juega un rol significante para
lograr esta misión. Con respecto al ambiente, la AICD persigue lograr la igualdad entre las mujeres y
los hombres para asegurar un desarrollo sostenible, ambos, humano y ambiental. Entre los objetivos
para el siglo 21, la AICD busca reducir las desgualdades de género para el acceso a y control sobre
los recursos y beneficios del desarrollo.
Los principios de la política de la AICD están enraízados en los ocho principios siguientes:
a) La igualdad de género es considerada una parte integral de todas las políticas, programas y
proyectos de la AICD. La igualdad de género es, ambos, una de las seis prioridades de
programación y una meta de corte transversal. Esto requiere que los puntos de vista, intereses y
necesidades de las mujeres le den forma a la agenda de desarrollo tanto como las de los hombres
y que la agenda de desarrollo apoye el progreso hacia relaciones más iguales entre mujeres y
hombres.
b) Lograr la igualdad de género requiere el reconocimiento de que cada política, programa y proyecto
afecte mujeres y hombres de una manera diferente. Las perspectivas y recursos diferentes de
mujeres y hombres pueden ser reforzadas por diferencias de clase, raza, casta, etnicidad o edad.
Las políticas, programas y proyectos deben tomar en cuenta las diferencias en experiencias y
situaciones entre mujeres y hombres.
c) Lograr la igualdad de género no significa que las mujeres se vuelvan igual que los hombres; esto
significa que los derechos y oportunidades de la persona no dependen de ser varón o hembra.
d) La toma de control de las mujeres es central para el logro de la igualdad de género.
e) Promover la igual participación de las mujeres como agentes de cambio es esencial al logro de
igualdad de género. Esto va más allá de los números; esto involucra el derecho igual de las
mujeres a articular sus necesidades, intereses y visión de la sociedad, y dar forma a las decisiones
que afectan sus vidas. Asociaciones con organizaciones de mujeres y otros grupos que trabajan
por la igualdad de género son necesarias para ayudar a este proceso.
f) La igualdad del género solo puede ser alcanzada a través de la asociación entre mujeres y
hombres. Cuando las opciones para ambos mujeres y hombres son aumentadas, toda la sociedad
se beneficia. Alcanzar la igualdad de género involucra trabajar con hombres y mujeres para
producir cambios en actitudes, comportamientos, roles y responsabilidades.
g) Alcanzar la igualdad de género requiere medidas específicas para eliminar desigualdades de
género. Dadas disparidades innatas, el tratamiento igual de mujeres y hombres es insuficiente.
Medidas específicas deben de ser desarrolladas para atender todos los aspectos que mantienen la
desigualdad de género. Medidas de equidad de género, deberían apoyar la capacidad de las
mujeres para hacer decisiones acerca de sus propias vidas.
h) Las políticas, programas y proyectos de la AICD deberán contribuir a la igualdad de género. Los
resultados deberán ser incorporados dentro de todas las iniciativas de co-operación
internacionales de la AICD, aunque la aplicación variará entre sucursales, programas y proyectos
(Extractos de: CIDA 1999).
La AICD apoya gente en países socios a través de una variedad de iniciativas de co-operación
internacionales. Lo que sigue describe estrategias y actividades que pueden apoyar el logro de igualdad
de género en estas iniciativas.
a) Política de diálogo. La AICD y sus socios intercambian concepciones e información y aspectos
avazados relacionados a la política ambiental en que éstos funcionan. Para promover la igualdad
de género en la política de diálogo, la AICD:
• desarrolla y mantiene conocimiento de la naturaleza y alcance de la desigualdad de género en la
región, junto con estrategias para superarla;
• discute con sus socios la igualdad de género especialmente a través del uso de La Plataforma de
Pekín para la Acción y la Convención para la Eliminación de Todas Formas de Discriminación en
Contra de las Mujeres como base para discusiones;
• comparte con sus socios buenas prácticas, proyectos y experiencias de programas, y lecciones en la
promoción de igualdad de género;
• usa la política del diálogo para identificar restricciones, oportunidades y puntos de entrada para
promover la igualdad de género; y,
• fomenta métodos participativos a través de la involucración de organizaciones de mujeres y
defensores de la igualdad de género en el proceso de política de diálogo.
b) Marcos de programación (MsP) une las prioridades corporativas de programación de AICD con
sus proyectos y define las bases de todos los esfuerzos canadienses de co-operación internacional
en regiones específicas y con instituciones sociales. El proceso MP comienza identificando las
necesidades de desarrollo y oportunidades dentro de la región. Los MsP deberán:
• reconocer la igualdad de género como un asunto de corte transversal, e incorporar conclusiones de
análisis de género dentro de la identificación de áreas de programación, resultados esperados y
indicadores;
• incluye datos desagregados por sexo, así como también resultados claves y lecciones aprendidas de
programaciones pasadas en apoyo a la igualdad de género;
• estar desarrollado de una manera participativa, incluyendo un rango amplio de mujeres accionistas
en y del gobierno y la sociedad civil de la región;
• usar los resultados de un análisis de género inicial para crear una línea de base en contra de la cual
se analizan y miden resultados reales logrados en igualdad de género;
• incluir una evaluación del progreso sobre resultados logrados en igualdad de género en el marco de
medida de rendimiento.
c) Asistencia del programa es a menudo usada para apoyar la reforma económica y sectorial en
países socios: esta asistencia ejerce un amplio impacto sobre las condiciones económicas y
sociales y por lo tanto sobre las vidas de mujeres y hombres. Sin embargo, muy a menudo esta
ayuda se ha comprometido sin referecia a los diferentes roles, necesidades e intereses de mujeres
y hombres. Experencia reciente en programas y el desarrollo de metodologías para llevar a cabo
análisis económicos concientes del género, revelan que es posible promover la igualdad de género
en iniciativas de asistencia a programas y en el análisis de opciones de política para la
reestructuración económica. La inclusión de la igualdad de género en iniciativas de asistencia a
programa involucra:
• promoción activa de la imagen de las mujeres, sus necesidades y opiniones;
• reunir científicos sociales, gobierno, organizaciones de mujeres, y defensores de la igualdad de
género en la discusión de propuestas, de tal manera que se diseñen métodos integrados para la
reforma económica y social que avanzan la igualdad de género;
• conducir análisis de género en la etapa de pre-diseño y reflejar sus resultados; y,
• apoyar y diseñar iniciativas de asistencia económica que respondan a las necesidades e intereses
de mujeres y hombres pobres en particular.
d) Reforzamiento institucional y capacidad de desarrollo. Estas iniciativas pueden avanzar la
igualdad de género a través de:
• promover y apoyar el cambio organizacional que contribuye a la igualdad de género;
• promoción activa de la imagen de las mujeres, sus necesidades y opiniones
• fomentar la participación de las mujeres en la organización y desarrollo de estrategias para
incrementar su representación a niveles de toma de decisión;
• apoyar socios para desarrollar su capacidad de emprender anáisis de género a nivel político,
programa, e institucional, y para diseñar y desarrollar progamación que apoya la igualdad de género;
y,
• proveer asistencia para desarrollar capacidad a nivel nacional y sectorial de acumular y hacer
accesible información desgregada por sexo.
e) Proyectos y programas bilaterales ofrecen oportunidades significantes para apoyar la igualdad de
género a través de:
• llevando a cabo análisis de género e integrando los resultados en el planeamiento de proyecto;
• buscando la participación de expertos locales en igualdad de género en el proceso de diseño;
• asesorando el impacto potencial del proyecto sobre la igualdad de género, y asegurando que
impactos potenciales negativos sobre mujeres y hombres son resueltos;
• identificando y aplicando oportunidades para reducir desigualdades de género;
• trabajar para asegurar la participación igual de las mujeres en toma de decisiones en todas las
actividades;
• integrar la igualdad de género en los resultados del proyecto desde el principio, y desarrollar
indicadores de rendimiento que sean sensitivos al género a nivel de producción, resultados e
impacto;
• especificar recursos y resultados relacionados al desarrollo de la habilidad de socios para
implementar programas que apoyan la igualdad de género;
• desarrollar una estrategia para integrar los resultados de igualdad de género, y asignar un
presupuesto adecuado para su implementación;
• desarrollar un proceso de selección que da la importancia necesaria al asesoramiento de la
capacidad de los implementadores, consultores y agencias ejecutoras para resolver la igualdad de
género en las tareas específicas o foco del proyecto;
• crear contratos en términos de referencia que claramente incluyan roles y responsabilidades
definidos, objetivos y resultados específicos relacionados con la promoción de igualdad de género; y,
• describir el progreso en el logro de la igualdad de género dentro de la medida de rendimiento.
f) Programas multilaterales. Organizaciones multilaterales tales como instituciones internacionales
e instituciones financieras regionales y agencias de las Naciones Unidas son socios importantes de
la AICD, que ofrecen oportunidad considerable para apoyar la igualdad de género. La AICD puede
apoyar la igualdad de género en programas multilaterales a través de:
• trabajar con socios multilaterales para mejorar su capacidad institucional para apoyar la igualdad de
género, asegurar una representación equitativa de las mujeres al nivel de toma de decisiones y
desarrollar políticas y procedimientos que promueven la igualdad de género donde no existe;
• asegurar que los marcos de programación, asesoramientos y evaluaciones de organizaciones
multilaterales consideran sistemáticamente la igualdad de género como un gol de corte transversal;
• trabajar con socios multilaterales para asegurar el uso de análisis de género, el desarrollo de
resultados de igualdad de género en los proyectos, y el reporte de progreso; y,
• apoyar el diálogo y co-ordinacion sobre igualdad de género con socios multilaterales (CIDA 1999).
Resumen de problemas de género en América Latina
Aunque existe una gran diversidad entre los países de América Latina, incluyendo temas de igualdad de
género, las mujeres en la región tienden a sufrir en general de un estatus económico, social y político
más bajo que el de los hombres. En particular, el estatus de las mujeres es afectado por la
discriminación sistemática que surge de prácticas tradicionales. Sin embargo, la tendencia regional en
América Latina y el Caribe indica una disminución del analfabetismo (United Nations et al. 1995) y los
estimados afirman que entre 1960 y 1990, la participación económica de las mujeres aumento más del
triple, mientras que la de los hombres no alcanzo ni a doblarse (CIDA 1997a). A pesar de esto, la
participación aumentada de las mujeres en la fuerza de trabajo continúa siendo acompañada por una
falta de entendimiento de parte de gobiernos, corporaciones y donantes del rol de las mujeres en el
desarrollo y el rol de las mujeres es raramente considerado en políticas y programas nacionales.
Como un resultado, las desigualdades de género tales como las siguientes persisten en América Latina:
• el índice de analfabetismo para las mujeres es casi siempre más alto que el de los hombres, y las
mujeres tienden a tener niveles de educación más bajo que los hombres;
• en la fuerza de trabajo, la segregación ocupacional tradicional deja a las mujeres en los niveles más
bajos de salario y la escala de estatus;
• los roles tradicionales de género dentro de la sociedad y la familia apoyan la dominación de los
hombres en algunos sectores de carreras;
• las mujeres a menudo trabajan en el sector informal, donde existe menos seguridad y los salarios
son más bajos;
• las mujeres tienen menos acceso a tierra, crédito, y entrenamiento técnico; y,
• las mujeres están sub-representadas en las instituciones políticas (CIDA 1997a).
Problemas relacionados con el género en el sector ambiental
Primero, es importante recordar que ambos género y ambiente son nociones construidas socialmente.
Ambos conceptos son específicos de un contexto; por lo tanto, estos cambian con el tiempo, son
procesos dinámicos; y sus conexiones representan un conjunto particular de relaciones de poder que
son reflejadas en marcos institucionales (Hausler 1997).
Debido a que el sector ambiental ha sido dominado por una metodología tecnológica, este sector ha sido
visto como un dominio del varón, y las preocupaciones y conocimiento de las mujeres acerca de los
recursos ambientales muy raramente han sido escuchados. Existe actualmente evidencia considerable
que apoya la necesidad de involucrar a las mujeres en el planeamiento de un ambiente sostenible y
desarrollo. Mujeres y hombres poseen diferentes aspectos de la gestión de recursos ambientales.
Debido a que el conocimiento ambiental esta distribuido entre los géneros, es importante incluir las voces
de las mujeres cuando se planean proyectos ambientales.
Mas aún, existen diferencias significantes en la forma que hombres y mujeres en varias culturas obtienen
y usan recursos naturales; por lo tanto, las necesidades ambientales de las mujeres pueden ser muy
diferentes a las de los hombres. Por ejemplo, mientras que las mujeres frecuentemente usan los
recursos naturales para proveer sustento a sus familias y comunidades (World Conference on Women
1997), los hombres a menudo usan los recursos naturales para mejorar su (y algunas veces la de sus
familias) propia situación económica.
Debido a estos objetivos diferentes en el uso de los recursos naturales, el impacto de intervenciones
ambientales es a menudo diferente para hombres y mujeres. Por ejemplo, el acceso a agua limpia es un
aspecto importante para las mujeres. En muchas culturas, las mujeres son responsables de traer el
agua para uso en la casa, sin embargo, los planificadores raramente las consultan durante el
planeamiento de ubicación de pozos. Cuando las mujeres son forzadas a dar más de su tiempo y
energía para obtener agua limpia de pozos que han sido situados de acuerdo a las necesidades de los
hombres, ellas tienen menos tiempo y energía para proveer otras necesidades básicas de la casa tales
como alimentos, ropa, libros para la escuela, cuidado de la salud y otros.
Segundo, el potencial de las mujeres para contribuir a la solución de problemas ambientales puede ser
diferente del de los hombres. Como se mencionó, muchas investigaciones indican que los sistemas de
conocimiento indígena están distribuidos entre los géneros, y que dentro del sistema de conocimiento
indígena de las mujeres existen conocimientos de utilización de especies y productos del bosque que
son extensos (Malcolm 1997). Las mujeres podrían entonces jugar roles significantes y beneficiales en
la gestión de recursos naturales, si su experiencia fuera incluida en el planeamiento.
Tercero, los proyectos ambientales son más propensos a fallar si las preocupaciones de toda la gente
afectada no son tomados en consideración. Una metodología participativa para el desarrollo ofrece el
potencial más alto de éxito. Los problemas de los géneros deben de ser considerados para asesorar y
resolver las necesidades que pueden ser específicas para el género (Arpel –CIDA 2001).
Aplicación potencial de la igualdad de género al sector ambiental en América Latina
Hasta recientemente, las mujeres han estado ausentes de todos los niveles de formulación de políticas y
toma de dicisiones en muchos sectores (incluyendo el ambiente) en todas las partes del mundo. En la
Conferencia sobre el Ambiente y Desarrollo NN.UU. en 1992, los problemas de las mujeres fueron vistos
como aspectos ambientales de corte transversal y fueron, por lo tanto, incluidos dentro de la Agenda 21,
en el plan de acción de la conferencia (Anónimo 1995b). Esta percepción también aseguro la inclusión
del ambiente en la conferencia sobre Mujeres en Pekín. En Pekín fue reconocido que la población y
desarrollo a un nivel internacional afecta el ambiente (Anónimo 1996a). Las 189 delegaciones en Pekin
confirmaron, ambas, la Plataforma y la Agenda 21: las estrategias forman parte del Capítulo K de la
Plataforma de Acción. El capítulo K reconoció la deterioración continuada del ambiente, y el rol de la
gente como contribuyente a su perturbación y destrucción (World Conference on Women 1997).
Además, la relación entre desarrollo, ambiente y mujeres fue elucidada en Pekín. A través de la
revelacion de las conexiones entre imágenes de mujeres nativas y sus prácticas ambientales, los
participantes en Pekín intentaron entender las complejidades de su involucramiento en la creación de
paradigmas nuevos de desarrollo (Espinosa 1997). Ellos reconocieron que las mujeres pueden ser
líderes para promover prácticas ambientales sostenibles. Los Gobiernos que estuvieron de acuerdo con
el Capítulo 24 de la Agenda 21 están comprometidos a paradigmas nuevos de desarrollo que integran la
sustentabilidad ambiental con igualdad de género y justicia, dentro y entre generaciones.
Género y desarrollo en el sector ambiental de América Latina: AICD
Existe, desafortunadamente, datos muy limitados disponibles acerca de la participación de las mujeres
en el sector ambiental en América Latina. Muchos proyectos de la AICD en la región incluyen
financiamiento para Proyectos de Igualdad de Género, pero estos fondos tienden a ser dirigidos hacia el
logro del desarrollo sostenible humano y no están necesariamente resolviendo problemas ambientales.
Proyectos de Equidad de Género activos en Bolivia, Ecuador, Colombia, Argentina, Paraguay y Perú
proveen apoyo a las necesidades estratégicas de las mujeres, ayudando y defendiendo sus derechos
humanos e intereses. Contrariamente, proyectos dirigidos a las necesidades prácticas, tales como en
Bolivia, que centra la atención en el saneamiento del agua, no menciona un componente de género en
estos problemas (CIDA 2002). Esto sugiere que el involucramiento de las mujeres en este momento
está relacionado a sus necesidades estratégicas. Esto coincide con la percepción de que el sector
ambiental es considerado una profesión predominantemente “masculina” en América Latina, y que las
mujeres necesitan primero conseguir que sus voces sean oídas. A continuación se describen dos áreas
donde género y ambiente en la región podrían intersectarse con proyectos actuales de financiamiento o
estrategias.
Objetivos de la sucursal para las Américas. La sucursal de AICD en las Américas trabaja con 35
países en Centro América, Sur América y el Caribe. La sucursal tiene ocho objetivos mayores, uno de
los cuales refleja la política de la Agencia sobre equidad de género. Dentro de este objetivo, los
problemas ambientales están directamente considerados en las dos secciones que siguen:
a) Poner en control a la mujeres para participar más activamente en el desarrollo social, político,
económico y Ambiental de sus sociedades.
b) Reforzar la capacidad de gestión ambiental y apoyar la gestión sostenida de los recursos naturales
(CIDA 1998a).
La estrategia de igualdad de género para Sur América. La Estrategia de Igualdad de Género para
Sur América, desarrollada por AICD en julio de 1998, está diseñada para expandir sobre el objetivo
pertinente con la toma de control por las mujeres. El gol de esta estrategia es “facilitar la participación
más efectiva e igualitaria de la mujer en el desarrollo de sus sociedades”. Dos objetivos claves de la
estrategia son:
a) Reforzar la integración de las consideraciones de igualdad de género dentro de los programas
bilaterales de la AICD y proyectos en Sur América; y,
b) Apoyar a la mujer Sur Americana para avanzar sus intereses estratégicos (CIDA 1998b).
En adición, los mecanismos institucionales para la igualdad de género y el ambiente están listados entre
las 12 áreas críticas a ser consideradas con atención particular. Los siguientes extractos representan
algunas áreas donde el sector ambiente intersecta con varias prioridades consideradas por AICD en sus
decisiones de financiamiento.
Necesidades básicas humanas
Política dominante y prioridades de programación de AICD: apoyar esfuerzos para proveer agua y
saneamiento.
Conexiones con igualdad de género. Las mujeres y los hombres tienen necesidades diferentes que
surgen de sus roles y responsabilidades construidos socialmente. Las mujeres tienden a ser
responsables de cumplir las necesidades humanas básicas de ellas mismas y las de su familia. Sin
embargo ellas enfrentan limitaciones específicas para ganar acceso a los servicios que cumplen con
sus necesidades humanas básicas, dada su falta de acceso a y control y propiedad sobre recursos, y
su falta de poder de decisión. Estas limitaciones deben de ser tomadas en cuenta para asegurar que
las necesidades básicas humanas de la comunidad entera son alcanzadas, y que la programación de
necesidades básicas humanas contribuyen a la reducción de la pobreza.
Ejemplos de los resultados. Incrementado acceso a y control sobre toma de decisiones para las
mujeres en el diseño, gestión y mantenimiento de agua y servicios de saneamiento.
Servicios de infraestructura
Política dominante y prioridades de programación de AICD: para ayudar a los países en desarrollo
a proveer servicios de infraestructura seguros, con un énfasis en los grupos más pobres, capacidad de
construir y el ambiente.
Conexiones con la igualdad de género. La experiencia ha demostrado que mujeres y hombres
tienen diferentes prioridades y preferencias en relación a la tecnología, y que hacen diferentes usos de
(y tienen diferente acceso a y control sobre) los servicios de infraestructura basados en sus roles,
atribuidos socialmente, responsabilidades, privilegios y propiedad sobre bienes y recursos financieros.
A través del reconocimiento de estas diferencias, los programas y proyectos serán capaces de proveer
servicios de infraestructura apropiados y accesibles que cumplen con las necesidades de agua,
energía, transporte, comunicaciones e información de ambos mujeres y hombres.
Ejemplos de los resultados. Incrementada capacidad de las mujeres y sus organizaciones para
influenciar las decisiones relacionadas con el diseño de servicios públicos e infraestructura.
Incrementado empleo de mujeres (a todos los niveles – desde trabajadoras de construcción de
caminos hasta administradoras) en servicios de infraestructura. Incrementada capacidad de las
instituciones para diseñar e implementar inversiones en infraestructura, que responde a las
necesidades y prioridades de mujeres pobres.
Medio ambiente
Política dominante y prioridades de programación de AICD: para ayudar a los países en desarrollo
a proteger su ambiente y contribuir a resolver problemas ambientales globales y regionales.
Conexiones con igualdad de género.
Condiciones ambientales tales como deforestación,
degradación del suelo y reducción de vertientes de agua afectan a mujeres y hombres de manera
diferente, dado sus roles diferentes y su poder relativo en toma de decisiones. Como consumidoras,
productoras, y usuarias de recursos naturales para su subsistencia, guardianes de sus familias y
educadoras, las mujeres también juegan un rol integral en promover un consumo sostenible y
ecológicamente sano y patrones de producción y métodos para la gestión de recursos naturales. El
gol de la AICD de alcanzar un ambiente sostenible será díficil de alcanzar a no ser que el impacto
diferencial de factores ambientales sobre mujeres y hombres sea resuelto y la contribución de las
mujeres a la gestión ambiental sea reconocida y apoyada.
Ejemplos de los resultados. El aumento del reconocimiento acerca del conocimiento de las mujeres
sobre el ambiente natural y el rol incrementado en la toma de decisiones en la gestión del ambiente
natural – especialmente para mujeres indígenas, cuyo conocimiento particular de conexiones
ecológicas y ecosistemas frágiles es esencial.
Incrementada participación de mujeres y
organizaciones defendiendo la igualdad de género en el desarrollo de estrategias nacionales para el
desarrollo sostenible. Incrementada capacidad de los ministerios del ambiente para diseñar e
implementar programas y proyectos ambientales, que respondan a las diferentes necesidades,
prioridades e intereses de las mujeres, particularmente de mujeres pobres.
Incrementado
involucramiento de las mujeres y grupos de mujeres en el diseño y gestión de actividades de reciclaje
que sean viables (Extractos de: CIDA 2002).
Conclusiones. Este reporte introductorio indica que todavía hay mucho trabajo que hacer para
incorporar el género en el sector ambiental en la región de América Latina. Actualmente está bien
documentado que la pobreza y la degradación ambiental están estrechamente asociados, y que el
consumo y la producción insostenible es la causa mayor de la deterioración global del ambiente. La
Conferencia Mundial sobre las Mujeres (1997) concluyó que todos los estados y pueblos deben cooperar
en la erradicación de la pobreza como una manera de disminuir las diferencias en el estándar de vida y
proveer de mejor forma las necesidades de los pueblos.
Además, desde el punto de vista de eficiencia, se reconoce que el desarrollo simplemente no ocurrirá si
las mujeres no se involucran a los niveles de planeamiento e implementación (Anónimo 1996b). En este
aspecto, el Método Aprendizaje/Consultal/Instrucción desarrollado por el Programa Género en Desarrollo
de la Naciones Unidas es un modelo útil como un punto de principio para crear un espacio donde las
mujeres participantes pueden ser vistas como gentes de recursos. El rol de la consulta en este método
es central al éxito de la construcción de capacidades. Trabajo suplementario debería tomar en cuenta
las siguientes prioridades y recomendaciones.
Prioridades para la acción. Las mujeres de la región se han involucrado más activamente en la lucha
por el cambio del estatus quo. Durante las preparaciones para la Conferencia sobre las Mujeres en
Pekín en 1995, las mujeres de las Américas acordaron un Programa Regional de acción, el cual refleja
prioridades para el periodo 1995-2001. Las ocho áreas de prioridad subrayadas incluyen:
• equidad de género;
• desarrollo económico y social con una perspectiva de género;
• la participación igualitaria de las mujeres en las decisiones, responsabilidades y beneficios del
desarrollo;
• eliminación de la pobreza
• participación igualitaria de las mujeres en toma de decisiones y en el ejercicio del poder en la vida
pública y la vida privada;
• derechos humanos, paz y violencia;
• responsabilidades familiares compartidas;
• reconocimiento de la pluralidad cultural en la región, y apoyo y cooperación internacional.
Como estas prioridades reflejan las necesidades percibidas de las mujeres Latino Américanas, agencias
internacionales donantes, incluyendo la AICD, consideran estas prioridades cuando establecen sus
propias estrategias de género y marcos de programación para la región (CIDA 1998b).
Recomendaciones. Una gestión ambiental válida requiere una metodología holística, multidisciplinaria
e intersectorial. Para cumplir con este objetivo, para que las mujeres estén involucradas en el proceso
se requiere cumplir con tres metas estratégicas:
• involucrar a las mujeres activamente en la toma de decisiones con respecto al ambiente en todos los
niveles
• integrar problemas de género en políticas y programas de desarrollo sostenible
• establecer y mantener mecanismos a los niveles nacionales, regionales, e internacionales para
asesorar el impacto del desarrollo y políticas ambientales sobre las mujeres (Conferencia Mundial
sobre las Mujeres 1997).
El logro de estas metas requiere:
• proveer acceso a la tecnología para superar el vacío de información entre “los que tienen” y “los que
no tienen”;
• asegurar que las mujeres tienen los medios de acceso al conocimiento necesario para ser
protagonistas en el desarrollo y no solo objetos del desarrollo;
• asegurar que las mujeres y las preocupaciones de las mujeres están presentes en todos los niveles
de desarrollo, desde las bases hasta los salones de juntas y mesas de gabinete;
• examinar las dimensiones del género y las consequencias de todas las decisiones, incluyendo
aquellas que no parecen como problemas de las mujeres (Malcolm 1997).
Seis factores que se juzgan críticos al cambio son:
• Compromiso desde arriba en principio y práctica;
• Cambio de actitudes a través de educación y programas de concientización;
• Mayor número de mujeres, involucradas en el proceso de cambio;
• Co-operación de educadores y empleadores;
• Metas realistas y confrontativas; y,
• Mecanismos para evaluar y reportar acerca del progreso (University of Calgary 1996).
Recursos y Actividades. Existen numerosos instrumentos, innovativos y creativos, fuentes de
informacion y redes siendo desarrolladas por organizaciones en Canadá y en otras partes del mundo
para promover la integración de la mujer dentro de los sectores y disciplinas que no son tradicionales
para las mujeres. Muchos de los instrumentos podrían ser fácilmente adaptados para uso en contextos
culturales diferentes, algunos de los recursos de información ofrecen resultados valiosos de investigación
y asistencia para la integración del género, y muchas de las redes fomentan miembros nuevos y
mayores oportunidades para el intercambio de información e ideas (Arpel-CIDA 2001).
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