(338) plumas deben secarse, lo mismo que las del g a n s o , en un horno después de que se quita el p a n , y no de una v e z , sino en varias por razón de su calidad aceitosa, semejante á la de todas las aves acuáticas; pero si la carne y los huevos del ánade son incomparablemente mejores que l a carne y los huevos del g a n s o , su pluma es m u y inferior; no obstante es harto elástica, y no deja de venderse á buen precio en otros paises. Con ella se hacen almohadas y i _ chones. F i n a l m e n t e , los h u e v o s , la c a r n e , la p l u m a y aun el estiércol del ánade tienen un valor que recompensa con mucha generosidad á los que se dedican á su c r i a , especialmente en los parages en q u e h a y grandes praderías inmediatas á r i o s , a r r o y o s , charcas ó estanques. Si se considera el esmero con que los antiguos cuidaban de este ramo de la industria r u r a l , como lo testifican V a r r o n , Columela y o t r o s , y el que tienen en F r a n c i a , I n g l a t e r r a , Polonia y demás estados de E u r o p a , con l a especie de indiferencia que se mira entre nosotros, á lo menos en la provincia de M a d r i d , no se sabe á qué a t r i b u i r , sino á alguna falsa idea que h a y a influido en esta grangería, que en tanta estima se t e n i a , al parecer, en el siglo x v i , según se infiere de las palabras con que Herrera principia este capítulo. Semejante a b a n d o n o , particularmente en la provincia de M a d r i d , no es disculpable. Si en las orillas del T a j o , del J a r a m a , del Henares, del Guadarrama y aun del Manzanares & c . , en donde tienen los labradores tanta oportunidad para criar en grande gansos y ánades, se dedicarán á esta industria ¿no tendrían en la plaza de Madrid un buen despacho de los huevos y de las aves ? Y al mismo tiempo ellos miamos ¿ no tendrían un nuevo género de comestible mas sano y mas nutritivo? Esto es demasiado visible para que insista en exortar á los labradores á que emprendan esta industria tan lucrativa. Por otra p a r t e , si las mugeres y las hijas de nuestros pobres labradores se afanasen mas por gozar de las comodidades de la vida á costa de un poco de trabajo y v i g i l a n c i a , procurarían proporcionarse á poca costa una cama c ó m o d a , con solo el cuidado de recoger las plumas de toda clase de aves que tiran en los basureros y en los corrales, y no sin solo el inconveniente de menospreciar una materia que tiene un valor r e a l , pues levantándolas el aire suelen llegar hasta los pesebres , y mezclarse con los alimentos de las caballerías con grave perjuicio de su salud. Si nuestras pobres labradoras, r e p i t o , se dedicasen á esta industria, que no consiste mas que en recoger y conservar, conseguirían dormir en una buena cama en v e z de hacerlo sobre un jergón de paja ó de esparto, ó sobre una estera. Si cada madre de estas inspirase á sus hijas que algún dia han de ser madres como ellas, y que llegarán á serlo tanto a n t e s , cuanto mas se afanen por juntar por sí mismas los muebles d e una c a s a , entre los cuales es de los c o