las reformas legales en relación a la violencia

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LAS REFORMAS LEGALES EN RELACIÓN
A LA VIOLENCIA FAMILIAR. VALORACIÓN
DE LA REFORMA DE LA LEY DE ENJUICIAMIENTO
CRIMINAL OPERADA POR LA LEY 38/2002,
DE INTRODUCCIÓN DE LOS JUICIOS RÁPIDOS POR
DELITOS Y DEL JUICIO INMEDIATO DE FALTAS
Jaime Moreno Verdejo
Fiscal
LAS REFORMAS LEGALES EN RELACIÓN
A LA VIOLENCIA FAMILIAR. VALORACIÓN
DE LA REFORMA DE LA LEY DE ENJUICIAMIENTO
CRIMINAL OPERADA POR LA LEY 38/2002,
DE INTRODUCCIÓN DE LOS JUICIOS RÁPIDOS POR
DELITOS Y DEL JUICIO INMEDIATO DE FALTAS
SUMARIO: I. INTRODUCCIÓN. II. NUEVA OFENSIVA LEGAL CONTRA
EL MALTRATO: BREVE REFERENCIA A LAS REFORMAS
LEGALES. 1. Reforma de la LECrim operada por la
Ley 38/2002 y LO 8/2002, introductoras del nuevo
procedimiento de juicio rápido por delitos y juicio
inmediato por faltas. 2. Instrucción 3/2003, de 9 de
abril, del CGPJ (BOE de 15 de abril de 2003) sobre
normas de reparto penales y registro informático de
violencia doméstica. 3. Orden de Protección. 4. Proyecto de Ley Orgánica de medidas concretas en
materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e integración social de los extranjeros. 5. Proyecto de ley orgánica por la que se modifica la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código
penal. 6. Anteproyecto de reforma de la prisión provisional. III. VALORACIÓN DE LA ENTRADA EN VIGOR
DE LOS JUICIOS RÁPIDOS EN RELACIÓN CON LA VIOLENCIA FAMILIAR. IV. REESTRUCTURACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN JUDICIAL PARA EL ADECUADO TRATAMIENTO
JURISDICCIONAL DEL MALTRATO FAMILIAR: NECESIDAD
DEL DEBATE SOBRE LOS JUZGADOS ESPECIALIZADOS.
293
Congreso «Violencia Doméstica»
I.
INTRODUCCIÓN
En la evolución de la respuesta legal y judicial al maltrato familiar es posible diferenciar tres fases o etapas.
Un primer momento comprendería hasta el año 1998. Como
es sabido, el tratamiento específico de los malos tratos habituales en el ámbito familiar se introdujo en el Código penal en virtud de la Ley Orgánica 3/1989, de 21 de junio, que dio redacción
al art. 425, hoy ya derogado, precedente inmediato del art. 153
que se recogió en el CP de 1995. Pues bien, tales preceptos dedicados al castigo del maltrato habitual –arts. 425 y 153– se vieron
muy limitados en su aplicación: entre los años 1989 a 1998 apenas en contadas ocasiones se aplicó el tipo que castigaba el maltrato habitual (concretamente, no más de 10 veces en ese período de casi 10 años).
Una fase muy diferente se abre a partir de 1998. El maltrato
familiar dejará de ser considerado como una cuestión perteneciente a la intimidad familiar para entenderse como una cuestión
de Estado, a la que se dedica plena atención por los poderes
públicos. Desde 1998 muchos factores inciden en el cambio radical en la percepción del problema, así, sin ánimo exhaustivo,
cabe señalar como tales: la Circular 1/1998 de la Fiscalía General; la creación de los Servicios de Violencia familiar en las Fiscalías; la creación de los Registros de causas de maltrato en cada
Fiscalía; la reforma operada en el CP por la LO 14/1999, de 9 de
junio, que, entre otras modificaciones, da nueva redacción al art.
153; el informe de 21 de marzo de 2001 del CGPJ sobre esta
materia; el aumento considerable del número de denuncias y de
condenas por malos tratos, etc.
Como prueba de la importante evolución producida a partir
de 1998 basta reparar en la existencia desde dicha fecha de numerosas sentencias en las que se aplica el art. 153 CP, efectuando una interpretación de dicho precepto que, en la mayoría
de las resoluciones, supera el entendimiento anterior de los problemas jurídicos que el tipo encierra. Y ello ha venido alimentado por la existencia de una reciente y clara línea jurispruden294
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
cial sobre el maltrato habitual expresada en las sentencias del
Tribunal Supremo 1060/1996, de 20 de diciembre; 645/1999,
de 29 de abril; 834/2000, de 19 de mayo; 927/2000, de 24 de junio; 1161/2000, de 26 de junio; 1208/2000, de 7 de julio;
1366/2000, de 7 de septiembre; 20/2001, de 21 de junio y
20/2002, de 22 de enero, entre otras varias. En todo caso conviene recordar que la pena del art. 153, que impide el acceso a
la casación por atribuir el enjuiciamiento del delito del art. 153
a los Juzgados de lo Penal (salvo que en el caso concreto exista conexidad con otro delito que sí permita el acceso a casación), dota de singular valor a los citados pronunciamientos del
Tribunal Supremo.
En el indicado período, por tanto, se han despejado bastantes
de las cuestiones que venían enturbiando esta materia. No todas
y, si se quiere, ni siquiera las más importantes; pero sí, al menos,
algunas interpretaciones jurídicas del art. 153 que dificultaban
enormemente la aplicación de este tipo penal.
Ahora bien, un tercer y último período se ha iniciado en este
año 2003. Pese al cúmulo de medidas y de atención que se ha
dispensado al maltrato familiar las cifras arrojan una situación
que continúa siendo preocupante. De ahí que recientemente se
haya abierto un período que calificaría de «nueva ofensiva
legal», caracterizado por la adopción de una serie de medidas
legislativas, algunas ya en vigor, otras en fase de elaboración
legislativa, y de determinadas iniciativas institucionales.
A dicha ofensiva legal suma sus esfuerzos la interesante iniciativa del CGPJ y de los Ministerios de Justicia y de Asuntos
Sociales, consistente en la creación del Observatorio de Violencia Doméstica, impulsor, por medio de su Presidenta la Vocal del
CGPJ Montserrat Comas de Argemir, de este Congreso. Aprovecho la ocasión, al tiempo que agradezco la invitación que me he
sido cursada para participar en este Congreso, para expresar mi
creencia de que el Ministerio Fiscal, por su estructura organizativa y experiencia en este tipo de delitos, no puede dejar de prestar su apoyo al Observatorio a través de su completa integración
en el mismo.
295
Congreso «Violencia Doméstica»
II. NUEVA OFENSIVA LEGAL CONTRA EL MALTRATO: BREVE
REFERENCIA A LAS REFORMAS LEGALES
En esta fase actual de importantes reformas legislativas parece
oportuno destacar las siguientes:
1.
Reforma de la LECrim operada por la Ley 38/2002 y
LO 8/2002, introductoras del nuevo procedimiento
de juicio rápido por delitos y juicio inmediato por faltas
La entrada en vigor se ha producido el pasado 28 de abril.
Sobre su valoración nos detendremos específicamente en el
siguiente apartado.
2.
Instrucción 3/2003, de 9 de abril, del CGPJ (BOE de 15
de abril de 2003) sobre normas de reparto penales y registro
informático de violencia doméstica
Dicha Instrucción establece nuevos criterios a los que habrán
de adaptarse las normas de reparto antes del 28 de abril, según los
cuales al Juzgado de Guardia corresponde la tramitación de las
causas por juicio rápido y de los juicios de faltas inmediatos; fuera
de lo cual el Juzgado de Instrucción que hubiere incoado causa de
cualquier tipo por este tipo de hechos con anterioridad conocerá
de los procesos penales que se incoen contra el mismo autor por
hechos cometidos contra alguno de los miembros del núcleo familiar, aunque en la causa inicial se hubiere dictado archivo, apertura de juicio oral o sentencia condenatoria o absolutoria.
Por otra parte, la Instrucción prevé la creación de un Registro
informatizado en cada Decanato de los Juzgados, expresando los
datos que habrá de contener el mismo. Se dispone su carácter reservado, sin perjuicio de que pueda ser consultado por cualquier
órgano jurisdiccional y por el Ministerio Fiscal. Se anuncia, asimismo, la futura creación por disposición general de un Registro
único de ámbito nacional, al que lógicamente debe tenderse me296
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
diante la integración no sólo de estos sino también de los actualmente existentes en las Fiscalías.
Las dos reformas aludidas ya se hallan actualmente en vigor.
Junto a ellas existen otras en tramitación, con previsión de próxima entrada en vigor, a las que nos referiremos.
3.
Orden de Protección
La entrada en vigor se prevé anterior al verano de 2003.
El texto de la Proposición de ley 122/000300 de modificación
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para la regulación de la
Orden de Protección de las víctimas de la violencia doméstica
establece las siguientes modificaciones:
— Se modifica el art. 13 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en los siguientes términos:
«Se consideran como primeras diligencias la de consignar las
pruebas del delito que puedan desaparecer, la de recoger y poner
en custodia cuanto conduzca a su comprobación y a la identificación del delincuente, la de detener, en su caso, a los presuntos
responsables del delito, y la de proteger a los ofendidos o perjudicados por el mismo, a sus familiares o a otras personas,
pudiendo acordarse a tal efecto las medidas cautelares a las que
se refiere el art. 544 bis o la orden de protección prevista en el
art. 544 ter de la presente Ley».
— Se añade un nuevo art. 544 ter en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, redactado en los siguientes términos:
«1. El Juez de guardia podrá dictar orden de protección para las víctimas de la violencia doméstica en los casos en que,
existiendo indicios de la comisión de un delito o falta contra la
vida, la integridad física o moral, libertad sexual, la libertad o la
seguridad de alguna de las personas mencionadas en el art. 153
del Código penal, resulte una situación objetiva de riesgo para la
víctima.
297
Congreso «Violencia Doméstica»
2. La adopción de esta orden de protección podrá ser acordada de oficio o a instancia de la víctima o persona que tenga
con ella alguna de las relaciones indicadas en el apartado anterior, o del Ministerio Fiscal.
Sin perjuicio del deber general de denuncia previsto en el
art. 262 de esta Ley, las entidades u organismos asistenciales
públicos o privados que tuvieran conocimiento de alguno de los
hechos mencionados en el apartado anterior lo pondrán inmediatamente en conocimiento de la Autoridad Judicial o del Ministerio Fiscal con el fin de que se pueda incoar o instar el procedimiento para la adopción de la orden de protección.
3. La orden de protección podrá solicitarse directamente
ante cualquier Autoridad Judicial, o bien ante el Ministerio Fiscal, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Oficinas de Atención a la
Víctima o ante los servicios sociales de los Ayuntamientos o de
las Comunidades Autónomas. Dicha solicitud habrá de ser
remitida de forma inmediata al Juez competente.
En todas estas instituciones y servicios públicos se deberá
informar a las víctimas de la violencia doméstica de la posibilidad de solicitar la orden de protección, así como de las consecuencias de la misma, poniendo a su disposición formularios
para canalizar la solicitud.
4. Recibida la solicitud de la orden de protección, el Juez
de guardia, en los supuestos mencionados en el apartado 1 de
este artículo, convocará a la víctima, o en su caso su representante legal, el solicitante y el agresor, asistido de Abogado, a
una audiencia, a los efectos de acordar, en su caso, medidas
cautelares penales y medidas provisionalísimas del orden civil
para la adecuada protección de la víctima.
Esta comparecencia coincidirá con la audiencia prevista en
el art. 505 o, en aquellas causas que se tramiten conforme al
procedimiento previsto en el Título III del Libro IV de esta Ley,
con la audiencia del art. 798.
Si el hecho fuera constitutivo de falta, el Juez se pronunciará sobre las medidas que resulte procedentes en el acto de juicio de faltas.
5. Las medidas cautelares penales podrán consistir en
cualquiera de las previstas en la legislación procesal penal,
y se adoptarán atendiendo fundamentalmente a la gravedad
298
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
de los hechos y a la necesidad de protección integral de la
víctima.
6. Las medidas de naturaleza civil deberán ser solicitadas
por la víctima o su representante legal y por el Ministerio Fiscal,
cuando hubiere hijos menores o incapaces, siempre que no hayan
sido previamente acordadas por un Juzgado de Primera Instancia.
Estas medidas podrán consistir en la atribución del uso y disfrute del domicilio familiar, régimen de visitas, comunicación y
estancia con los hijos, régimen de prestación de alimentos, así
como cualquier otra disposición que se considere oportuna a fin
de apartar al menor de un peligro o de evitarle perjuicios.
Las medidas de carácter civil acordadas tendrán una vigencia temporal de treinta días. Dentro de este plazo deberán ser
ratificadas o dejadas sin efecto por el Juez de Primera Instancia
que deba conocer del correspondiente procedimiento de familia.
6. La orden de protección será comunicada inmediatamente por el Juez a la víctima, así como a las Administraciones
competentes para la adopción de medidas de protección social,
sean éstas de asistencia social, jurídica, sanitaria y psicológica
o de cualquier índole.
7. La orden de protección implicará el deber de informar
a la víctima sobre la situación procesal del imputado, a los
efectos de conocer el alcance y vigencia de las medidas de protección adoptadas. Este deber de información alcanzará también a la situación penitenciaria del condenado, a cuyo efecto
se dará cuenta de la orden de protección a la Administración
Penitenciaria.
8. La orden de protección deberá ser anotada en el Registro Nacional de Violencia Doméstica.
9. En aquellos casos en que durante la tramitación de un
procedimiento penal en curso surja una situación de riesgo para
alguna de las personas vinculadas con el imputado por alguna
de las relaciones indicadas en el apartado 1 de este artículo, el
Juez o Tribunal que conozca de la causa podrá acordar la orden
de protección de la víctima con arreglo a lo establecido en los
apartados anteriores».
A la Orden de Protección se dedica específicamente otra de las
ponencias de este Congreso.
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Congreso «Violencia Doméstica»
4.
Proyecto de Ley Orgánica de medidas concretas en materia
de seguridad ciudadana, violencia doméstica e integración
social de los extranjeros
Este proyecto prevé la reforma de los siguientes preceptos del CP.
— Se modifica el art. 153 que queda redactado como sigue:
«El que por cualquier medio o procedimiento, causare a otro
una lesión no definida como delito dentro de este Título o golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle lesión, cuando en
ambos casos el ofendido fuere alguna de las personas a las que
se refiere el art. 173.2, será castigado con la pena de prisión de
tres a seis meses o trabajos en beneficio de la comunidad de
treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas de uno a tres años.»
— Se modifica el art. 173 que queda redactado como sigue:
«1. El que infligiere a otra persona un trato degradante,
menoscabando gravemente su integridad moral, será castigado
con la pena de prisión de seis meses a dos años.
2. El que habitualmente ejerza violencia física o psíquica
sobre quien sea o haya sido su cónyuge o sobre persona que
esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad, o sobre los descendientes, ascendientes o hermanos por
naturaleza, adopción o afinidad, propios o del cónyuge o conviviente, o sobre los menores o incapaces que con él convivan
o que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho del cónyuge o conviviente, o sobre
persona amparada en cualquier otra relación por la que se
encuentre integrada en el núcleo de su convivencia familiar, así
como sobre las personas que por su especial vulnerabilidad se
encuentran sometidas a custodia o guarda en centros públicos o
privados, será castigado con la pena de prisión de seis meses a
tres años, privación del derecho a la tenencia y porte de armas
de dos a cinco años y, en su caso, cuando el Juez o Tribunal lo
estime adecuado al interés del menor o incapaz, inhabilitación
300
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
especial para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela,
guarda o acogimiento por tiempo de uno a cinco años, sin perjuicio de las penas que pudieran corresponder a los delitos o faltas en que se hubieran concretado los actos de violencia física
o psíquica.
3. Para apreciar la habitualidad a que se refiere el apartado anterior, se atenderá al número de actos de violencia que
resulten acreditados, así como a la proximidad temporal de los
mismos, con independencia de que dicha violencia se haya ejercido sobre la misma o diferentes víctimas de las comprendidas
en este artículo, y de que los actos violentos hayan sido o no
objeto de enjuiciamiento en procesos anteriores.»
— Se deroga el último párrafo del apartado 2 del art. 617.
5.
Proyecto de ley orgánica por la que se modifica
la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código penal
— Se modifica el art. 617 que queda redactado como sigue:
«1. El que, por cualquier medio o procedimiento, causare a
otro una lesión no definida como delito en este Código, será
castigado con la pena de localización permanente de seis a doce
días o multa de uno a dos meses.
2. El que golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle
lesión será castigado con la pena de localización permanente de
dos a seis días o multa de diez a treinta días.»
— Se modifica el art. 620 que queda redactado como sigue:
«Serán castigados con la pena de multa de diez a veinte días:
1.° Los que, de modo leve, amenacen a otro con armas u
otros instrumentos peligrosos, o los saquen en riña, como no sea
en justa defensa, y salvo que el hecho sea constitutivo de delito.
2.° Los que causen a otro una amenaza, coacción, injuria
o vejación injusta de carácter leve.
301
Congreso «Violencia Doméstica»
Los hechos descritos en los dos números anteriores sólo
serán perseguibles mediante denuncia de la persona agraviada
o de su representante legal.
Cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las que se
refiere el art. 173.2, la pena será la de localización permanente
de cuatro a ocho días o la de multa de diez a veinte días, teniendo en cuenta la posible repercusión económica que la pena
impuesta pudiera tener sobre la propia víctima o sobre el conjunto de los integrantes de la unidad familiar. En estos casos no
será exigible la denuncia a que se refiere el párrafo anterior de
este artículo, excepto para la persecución de las injurias.»
A través de estos dos proyectos de modificación del CP se produce una importantísima modificación de la normativa penal
sobre maltrato familiar.
La novedad principal estriba en la consideración siempre como
delito de cualquier agresión física, causante o no de lesión, cometida contra alguna de las personas definidas en el nuevo y más
amplio círculo de protegidos que recoge el art. 173 proyectado.
Sobre la conversión de toda falta de maltrato físico en delito la
FGE señala en su informe al Anteproyecto de medidas concretas:
«En cuanto al art. 153 en su nueva versión, la decisión legislativa que recoge el Anteproyecto es ciertamente novedosa,
pues en combinación con la supresión del párrafo segundo del
art. 617 supone un notable endurecimiento de la respuesta penal
y punitiva respecto de la situación anterior.
La solución adoptada implica la supresión de las faltas de
violencia física ejercida sobre el círculo de sujetos pasivos
definido en el nuevo art. 173.2 del Código penal. Toda agresión
física –incluso aislada–, cause o no lesión, producida en este
ámbito pasa a ser considerada delito, posibilitando la descarga
de toda una batería de instrumentos cuya aplicación no es posible en la vigente normativa.
Entre las ventajas de una solución de estas características,
habría que destacar, especialmente y como principal novedad, la posibilidad de aplicación de las medidas cautelares
del art. 544 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, lo que
302
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
indudablemente constituye un refuerzo del entramado protector de la víctima.
Es indudable que la lacra social que se pretende erradicar
requiere una contundente respuesta del ordenamiento jurídico y
que una decidida acción en esta materia es imprescindible por
parte de los agentes encargados de su cumplimiento. La nitidez
del mensaje de «tolerancia cero» aparece en esta solución de
una manera palmaria.
Sin embargo, la observación de indudables beneficios en
esta solución no debe ocultar la percepción de los riesgos que
entraña, pues cabría suscitar serias dudas sobre la proporcionalidad de esta opción, que puede posibilitar una reacción no
acorde con la entidad en esencia del hecho, por cuanto no se
deja resquicio a un tratamiento como infracción leve de ningún
tipo de maltrato de obra aún producido de una forma episódica
o aislada. En dicha medida, puede resultar aconsejable, y así se
sugiere, modular la respuesta, introduciendo algún tipo de objetivación de la conducta constitutiva de delito que vaya más allá
de la referencia a la recepción de la acción por la condición del
sujeto pasivo de la misma, concediendo, en suma, un campo
aplicativo a una falta residual».
E insiste la FGE, en referencia a la modificación del art. 617,
en su informe al Anteproyecto de reforma general del CP, al decir:
«La principal modificación del art. 617 no viene tanto de la
mano de este Anteproyecto, que se limita a variar la pena sustituyendo la de arresto de fin de semana por la de localización
permanente, sino por el Anteproyecto de medidas concretas en
relación con la violencia doméstica, objeto de anterior informe
por la Fiscalía General. Por ello, conviene recordar ahora la
advertencia sobre posible quiebra de la proporcionalidad que
puede representar el hecho de que cualquier conducta lesiva,
golpe o maltrato de obra sin causación de lesión, producida
entre las personas comprendidas en el nuevo art. 173, sea, en
todo caso, constitutiva de delito. Parece oportuno establecer
alguna cláusula de rebaja para dotar de una cierta flexibilidad a
esta reforma que, en su literalidad y pese al buen propósito de
303
Congreso «Violencia Doméstica»
respetar el principio de «tolerancia cero», puede implicar la
consideración de delito inexorablemente a hechos, aún aislados, aún de corta o escasísima gravedad, por la mera razón de
haber sido producidos en el ámbito de una relación familiar o
de otro tipo comprendida en el citado art. 173. No cabe desconocer, ello es evidente, la importantísima lacra que representa
la violencia familiar, pero con ello no puede perderse de vista
que tal fenómeno se caracteriza por la nota de su repetición o
habitualidad –lo que la jurisprudencia ha acuñado en sus últimas resoluciones bajo la noción de «la creación de un clima de
temor en las relaciones familiares»–, y no cabe equiparar a
dicha conducta la de quien en una ocasión y por primera y
única vez pueda maltratar de obra sin causar lesión o causando una de escasa gravedad. Con la reforma de los arts. 173,
153 y este 617 se estaría reputando delito, por verlo gráficamente con un ejemplo, los empujones que pudieran producirse
entre hermanos».
La reforma establece también otras novedades de importancia.
Se amplía el círculo de los sujetos amparados en el art. 173.
Con respecto a la regulación del aún vigente 153 se han añadido
las siguientes personas: descendientes (lo que incluye a los nietos,
antes excluidos por falta de mención expresa); hermanos; hijos
mayores que no conviven con el agresor; personas amparadas en
cualquier otra relación por la que se encuentren integradas en el
núcleo de convivencia habitual; personas que por su especial vulnerabilidad se encuentran sometidas a custodia o guarda en centros públicos o privados (residencias de ancianos, guarderías, etc).
Se modifica la colocación del precepto en el CP. Frente a la criticada ubicación del contenido del vigente art. 153 del Código
penal entre los delitos de lesiones, el Proyecto opta por ubicar el
delito de ejercicio habitual de la violencia doméstica entre los
delitos contra la integridad moral.
Desde el punto de vista punitivo debe resaltarse la previsión
específica de las penas de privación a la tenencia y porte de armas
e inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad,
tutela, curatela, guarda o acogimiento.
304
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
6.
Anteproyecto de reforma de la prisión provisional
Con carácter general se establece en el Anteproyecto, al redactar el art. 503 LECrim, la posible aplicación de la medida de prisión provisional en los casos en que el hecho delictivo tuviere señalada una pena cuyo máximo sea igual o superior a 2 años de prisión
o inferior si existieren antecedentes por delito doloso. De ser varios
los hechos imputados se tomará en cuenta la suma de penas.
A tenor de la pena que fija el art. 173 (no así la falta reconvertida en delito del proyectado 153), será posible legalmente la
adopción en maltrato habitual de esta medida.
De otra parte, se prevé la reforma del art. 544 bis.
El texto proyectado dice:
«En caso de incumplimiento por parte del inculpado de la
medida acordada por el Juez o Tribunal, éste convocará la comparecencia regulada en el art. 505 de esta Ley para la adopción
de la prisión provisional en los términos del art. 503 o de otra
medida cautelar que implique una mayor limitación de su libertad personal, para lo cual se tendrán en cuenta la incidencia del
incumplimiento, sus motivos, gravedad y circunstancias, sin perjuicio de las responsabilidades que del incumplimiento pudieran
resultar».
Sobre esta proyectada modificación del art. 544 bis, la FGE en
su informe al Anteproyecto ha efectuado las siguientes precisiones:
«Se regula en este nuevo apartado la consecuencia procesal
derivada del incumplimiento por parte del inculpado de las medidas cautelares acordadas, en relación con alguno de los delitos a
que se refiere el art. 57 CP, en virtud del art. 544 bis (prohibición
de residir en un determinado lugar, de acudir a determinados
lugares, de aproximarse a determinadas personas o de comunicarse con ellas).
Aunque el elenco de delitos del art. 57, en los que cabe acordar alguna de tales medidas, no se restringe a la violencia intrafamiliar, sin embargo, es en este campo donde se suscita la
305
Congreso «Violencia Doméstica»
cuestión con mayor relevancia práctica. Basta señalar que, desde el punto de vista estadístico –según datos extraídos de los
informes de los Servicios de Violencia Familiar y recogidos en
la Memoria de la Fiscalía General de 2002–, las medidas cautelares adoptadas en violencia familiar se han venido incrementando notablemente. La comparación entre las medidas de prohibición de acercamiento, de comunicación o de residencia en los
tres últimos años revela que fueron adoptadas 173 en el año
1999, 592 en el año 2000 y 834 en el año 2001, lo que representa
un importantísimo aumento en la aplicación de medidas protectoras de la víctima. Algunos informes de los Servicios de Violencia Familiar incluso denuncian un cierto mecanicismo o automatismo en la adopción de la medida al tiempo que, por el
contrario, subrayan las dificultades para la vigilancia de su efectivo cumplimiento y, en su caso, una inadecuada respuesta a tal
infracción.
En consecuencia, en términos generales, se considera acertada la regulación específica de esta materia y el mayor rigor
que se deriva del texto del proyecto en este punto. Sin perjuicio
de ello, el precepto proyectado sugiere una serie de cuestiones.
El texto señala la necesidad de convocar la comparecencia
para “la adopción de la prisión provisional en los términos del
art. 503 o de otra medida cautelar que implique una mayor limitación de su libertad personal”.
Resulta absolutamente acertado e indudable, lo que se desprende además del régimen general del art. 505, que la comparecencia será necesaria para acordar –también en estos casos–
la prisión provisional. Igualmente, aunque el texto no lo diga
expresamente, para acordar la libertad con fianza del inculpado, pues ello deriva del art. 505.
Ahora bien, también exige el precepto proyectado la previa
comparecencia en el caso de que –tras el incumplimiento de la
medida inicialmente acordada– se haya de adoptar “otra medida cautelar que implique una mayor limitación de su libertad
personal». Algunas cuestiones merecen indicarse sobre este
punto:
a) El modo en que ha quedado redactado el texto debe ser
mejorado ya que puede parecer de la simple lectura que la comparecencia es obligada cuando se haya de adoptar una medida
306
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
mas limitativa que la de prisión, lo cual es indudablemente un
error de redacción, dada la dificultad para imaginar una medida que conlleve mayor limitación de libertad que la propia prisión provisional. Sin duda el texto quiere referirse a la adopción
de una medida más limitativa que la incumplida.
b) No cabe desconocer el efecto pedagógico e incluso preventivo que el hecho de la comparecencia supone. Ahora bien,
su exigencia en estos casos, con exclusivo fundamento en el
mero hecho del incumplimiento de la primera y cuando la
nueva medida a imponer no sea la de prisión o libertad con fianza, no está totalmente justificada (por ejemplo, según el proyecto sería necesaria la comparecencia para acordar la prohibición de acudir a una ciudad si antes se incumplió la prohibición
de acudir a un barrio, o cuando incumplida la medida de aproximarse a determinadas personas se sustituya ésta por una
medida de prohibición de aproximación con más limitaciones
de distancia o de personas). Debe además repararse en que tramitándose la violencia doméstica a través del procedimiento
para el enjuiciamiento de juicio rápido (art. 795 de la Ley
38/2002) se producirá normalmente la petición de medidas y su
adopción en todos estos casos en la comparecencia única y continuada regulada en los arts. 798 y ss. de la citada Ley para
resolver sobre la procedencia del procedimiento de juicio rápido y en tal caso de apertura de juicio oral, calificación, conformidad, etc.
c) Aun cuando el art. 505 –a diferencia del vigente art. 504
bis 2– ya no alude a la obligación de comparecer del Fiscal,
abriendo al parecer así la posibilidad de que éste interese en la
comparecencia lo pertinente mediante el empleo de tecnologías
que eviten un desplazamiento a esos solos efectos, no cabe olvidar que las comparecencias de medidas suponen una importante carga de trabajo, no tanto por su contenido, sino fundamentalmente por la estructura organizativa territorial y la ausencia
de medios que permitan evitar el desplazamiento del Fiscal a
estos solos efectos a los órganos más distanciados de las sedes
de las Fiscalías. Por ello, el incremento de las comparecencias
posibles no parece conveniente en estos casos.
d) En la Segunda Reunión de los Fiscales encargados de
los Servicios de Violencia Familiar, celebrada en noviembre de
307
Congreso «Violencia Doméstica»
2002, se acordó (punto 39 de las conclusiones aprobadas) que
“Se aprecia innecesario modificar la oficialidad actual de la
adopción de las medidas cautelares para someterla a la petición
de parte y la celebración de vista” (aún cuando esta conclusión
no fue aprobada por unanimidad).
Por todo ello se sugiere no exigir un régimen de comparecencias en estos casos diferente del general que se propone: limitado a los casos de prisión o de libertad provisional con fianza.
Por otra parte, la relación de circunstancias que menciona
el precepto para la valoración de la medida que haya de sustituir a la incumplida (“incidencia del incumplimiento, sus motivos, gravedad y circunstancias”) no han de ser exclusivas sino
que deben ser complementadas con las que de por sí se señalan en el art. 503 y, especialmente, la relativa a la evitación de
que el imputado cometa otros hechos delictivos (art. 503.2). Se
estima que, cuando menos, esta última circunstancia debiera
ser expresamente mencionada en el art. 544 bis junto con las
restantes. En este sentido conviene resaltar que en la Segunda
Reunión de los Fiscales encargados de los Servicios de Violencia Familiar, ya citada, se acordó (punto 5 de las conclusiones aprobadas) que: “Circunstancia expresamente a tener en
cuenta para la solicitud de la prisión provisional será el quebrantamiento de la medida cautelar, especialmente en aquellos
supuestos en que el quebrantamiento se haya aprovechado para
delinquir nuevamente”.
En otro orden de cosas y en relación a la última mención
del precepto (“…sin perjuicio de las responsabilidades que del
incumplimiento pudieran resultar”), se estima oportuno apuntar –a los efectos correspondientes en relación con la proyectada modificación del Código penal que parece correrá paralela a ésta– que la consideración penal del hecho del
incumplimiento de la medida como un delito de quebrantamiento de medida cautelar del art. 468 CP (con pena de multa
aparejada) frente a la más grave conducta de delito de desobediencia del art. 556 (que lleva señalada pena de prisión), aconseja la modificación de este extremo en el Código penal. En
este sentido en la citada Segunda Reunión de los Fiscales
encargados de los Servicios de Violencia Familiar se acordó
(punto 37 de las conclusiones) que “la pena por el delito de
308
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
quebrantamiento debe ser al menos la misma que corresponde
al delito de desobediencia, lo cual lo aconsejan, además de razones de justicia material y política criminal, la mayor facilidad
para decretar en caso de quebrantamiento la prisión provisional
del imputado”, añadiéndose en el punto 38 de las conclusiones
que: “Se considera que debiera establecerse un subtipo agravado de quebrantamiento de medida cautelar cuando la misma se
hubiera dictado en causa por alguno de los delitos recogidos en
el art. 57 del CP”.»
III. VALORACIÓN DE LA ENTRADA EN VIGOR DE LOS JUICIOS
RÁPIDOS EN RELACIÓN CON LA VIOLENCIA FAMILIAR
Al momento de celebrarse este Congreso (12 y 13 de junio de
2003) apenas ha transcurrido un mes y medio desde la entrada en
vigor de la reforma de la LECrim por la que se ha introducido el
procedimiento especial para el enjuiciamiento rápido de determinados delitos (Ley 38/2002 y LO 8/2002, vigentes desde el pasado 28 de abril). Por ello, debe ante todo advertirse que es pronto
para efectuar una valoración precisa. No obstante sí es posible
efectuar una primera impresión en relación con los datos con los
que ahora se cuenta.
Los datos que he reunido –extraídos de los que se aportan por
las Fiscalías a la Inspección Fiscal– se refieren a la evolución de
este procedimiento en el primer mes, junio, de su implantación.
En el cuadro siguiente se exponen los datos referidos a algunas de las principales ciudades respecto de las cuales se han
obtenido datos más fiables y en relación con el número de Diligencias Urgentes incoadas, número de causas calificadas por el
Fiscal por juicio rápido, porcentaje de causas que han terminado
por medio de conformidad privilegiada con sentencia del Juez de
Instrucción de Guardia en la que se opera una rebaja de un tercio de la pena (art. 801), y porcentaje de asuntos en materia de
violencia familiar incoados en relación con el total de los juicios
rápidos.
309
Congreso «Violencia Doméstica»
JUICIOS RÁPIDOS EN EL MES DE JUNIO DE 2003
Madrid
Barcelona
Valencia
Bilbao
Palma Mallorca
Las Palmas
Alicante
Zaragoza
Málaga
Granada
Coruña
Número
Diligencias
Urgentes
incoadas
Número
Diligencias
urgentes
calificadas
Porcentaje de
sentencias de
conformidad
(art. 801)
Número y
porcentaje de
Diligencias
Urgentes por
violencia familiar
362
551
349
168
298
297
254
110
324
223
136
198
396
219
77
187
162
172
54
190
103
99
61%
55%
75%
72%
68%
64%
76%
60%
66%
80%
50%
24 – 6,6%
9 – 2,2%
6 – 3%
1 – 1,3%
3 – 2%
12 – 7%
7 – 4%
—
10 – 5%
3 – 3%
2 – 2%
Es posible destacar, no sólo de los datos del anterior cuadro
sino también de las impresiones ofrecidas por la práctica desde la
nueva regulación, cuatro puntos importantes:
a) Resulta significativo el porcentaje de sentencias de conformidad –no inferior en ningún caso de los expuestos al 50%–. El
hecho de tratarse de asuntos de muy poca complejidad y que tras
ser calificados tienen prevista la celebración del juicio oral en
pocos días hace difícil que el Letrado del acusado y éste no acepten una conformidad que implica una rebaja del tercio de la pena.
En determinados asuntos, especialmente el delito de conducción
bajo la influencia de bebidas alcohólicas, esta conformidad privilegiada está siendo aplicada con mucha frecuencia.
b) El esfuerzo del Ministerio Fiscal para la aplicación de la
ley es enorme y se halla directamente relacionado con la ruptura
de la estructura territorial del Ministerio Público.
310
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
En los datos extraídos del Protocolo General para la implantación de los juicios rápidos cabe observar que:
— en 10 grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Málaga, Zaragoza, Palma Mallorca, Bilbao, Alicante y Granada) se tramita el 49% de las causas del total nacional. En estas
diez ciudades la organización del sistema de guardia, con un total
de 30 Juzgados de guardia al día, se ve favorecida por hallarse los
juzgados de Guardia centralizados en la capital, y son atendidos
por un total de 30 Fiscales de guardia al día.
— en los partidos judiciales con más de un Juzgado de Instrucción, en total 411 juzgados en toda España, se tramita el 48%
de las causas penales. Para atender las diligencias urgentes de juicios rápidos de esos 411 Juzgados de guardia son necesarios otros
tantos Fiscales, muchos de los cuales precisan desplazarse desde
la sede de la Fiscalía a la de dichos juzgados, a veces con desplazamientos largos y costosos, para practicar una sencilla y breve
diligencia o actuación procesal.
— en los partidos judiciales con Juzgado de Instrucción único,
en total 105 en toda España, se tramita casi el 3% de las causas
penales. Para su atención se precisan 105 Fiscales que, en cualquier momento, pueden ser avisados para comparecer a los largo
de la guardia permanente de estos juzgados para practicar, tras el
correspondiente desplazamiento, una actuación procesal.
Como se desprende de lo anterior, la estructura territorial de los
partidos judiciales, anticuada y desfasada, condiciona sobremanera
el esfuerzo del Fiscal, que se ve aumentado por circunstancias ajenas a la mera actuación procesal. La organización de la oficina de
la Fiscalía para lograr la disponibilidad del Fiscal para acudir eventualmente a las actuaciones en el Juzgado que requieran de su presencia y, en ese caso, la llegada al Juzgado para la practica de una
diligencia, convierten en mucho más gravosa la mera infraestructura que la diligencia procesal en si. Con una estructura territorial
311
Congreso «Violencia Doméstica»
en el resto de España similar a la de las diez grandes ciudades citadas, es decir, con unos partidos judiciales muy amplios, casi uniprovinciales, con sede de los Juzgados en la capital de la provincia
o en aquellas otras grandes ciudades de la provincia, se estaría disminuyendo el número de Juzgados de guardia y de Fiscales de
guardia a límites increíbles, y facilitando enormemente su tarea por
la sencillez de las condiciones de la misma.
c) La ejecución de las sentencias de los juicios rápidos, respecto de lo que no existe previsión especial alguna, a excepción de
la atribución al Juez de Instrucción en caso de sentencia de conformidad del art. 801 de la decisión sobre sustitución de la pena o
suspensión condicional, presenta el riesgo de que pueda acabar
convirtiéndose esa fase de ejecución en el cuello de botella de los
juicios rápidos.
d) En materia de violencia familiar la previsión del art. 795
LECrim de que se tramitarán como juicio rápido los delitos de
lesiones, coacciones, amenazas o violencia física o psíquica habitual, cometidos contra las personas a que se refiere el art. 153 CP,
se ha saldado en el primer mes con las cifras que se señalan en el
cuadro anterior.
En todo caso esas cifras son poco indicativas de la situación
actual de los juicios rápidos en materia de violencia familiar. Por
ello, resulta de interés, además, tener presentes las siguientes consideraciones.
En la segunda reunión de Fiscales encargados de los Servicios
de Violencia familiar, en noviembre de 2002, se estableció como
conclusión n.° 54, y a modo de previsión ante la inminente entrada en vigor del nuevo procedimiento, que «Se rechaza, salvo en
los casos que resulte posible, la viabilidad en general del juicio
rápido para los delitos de violencia doméstica –no así para las
faltas– especialmente en los casos de violencia psíquica y se estima más oportuna la celeridad en la tramitación preferente recomendada en el informe de marzo de 2001 por el Consejo General
312
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
del Poder Judicial. Se precisan informes psicológicos que no es
posible concluir en los plazos que exige la regulación del juicio
rápido al margen de la necesidad en ocasiones de maduración
psicológica de la víctima para afrontar el propio juicio oral».
La Circular 1/2003 de la Fiscalía General, advirtiendo de la
posible dificultad para reunir el material probatorio de la habitualidad de la conducta durante el período de guardia del Juzgado,
señalaba sobre este punto en su apartado III que:
«Resulta oportuno destacar que el delito de violencia familiar
habitual (art. 153 CP) presenta no pocas dificultades para su instrucción en el plazo del servicio de guardia. Ello se debe a varios
factores reconducibles al diseño típico del art. 153, que alberga
numerosas cuestiones de acumulación de causas y de concursos
de infracciones; a la necesidad de periciales médicas complejas,
máxime aún en supuestos de violencia psíquica; y –en definitiva– a la circunstancia de tratarse de hechos que se prolongan en
el tiempo, con los que se vulneran importantes derechos fundamentales no sólo de un sujeto sino, generalmente, de un círculo
de perjudicados más amplio que el sujeto lesionado o golpeado,
y en los que deben calibrarse muy detenidamente determinadas
circunstancias –familiares, laborales, económicas, sociales, etc.–
para incidir acertadamente en su resolución.
Con todo, la importancia de la tramitación de los hechos
incardinables en la violencia familiar como diligencias urgentes
de enjuiciamiento rápido, aún cuando posteriormente hubiere de
entenderse que no son suficientes las diligencias practicadas –a
tenor del art. 798.2.2.°– y debiera ordenarse la transformación
en diligencias previas del procedimiento abreviado, estriba en
dos circunstancias –posibilitadas y favorecidas por la regulación
de las diligencias urgentes– que se reputan muy positivas:
— La absoluta conveniencia de una respuesta judicial
inmediata, procurando una atención judicial a la víctima, que se
ha decidido a denunciar los hechos, que no admita dilación
alguna. Las diligencias urgentes cumplen dicho objetivo pues
en el propio servicio de guardia y con «la participación activa
del Ministerio Fiscal» (art. 797.1) será posible y absolutamente
313
Congreso «Violencia Doméstica»
conveniente que se proceda a recibir declaración al denunciado y a los denunciantes (art. 797.1. 3.a y 4.a) –siendo especialmente importante la posibilidad de valorar la conveniencia de
preconstituir la prueba conforme al art. 797.2 ante la eventualidad de futuras retractaciones–, que sean examinados por el
médico forense tanto las víctimas como la persona denunciada
(art. 797.1.2.b) y que se recaben cuantas otras diligencias se
estimen oportunas (797.1.9.a), ordenando así y aligerando la
instrucción.
— La inmediata resolución sobre adopción de medidas cautelares en aras a dar protección a las víctimas. Ello aparece propiciado por la necesidad de celebrar en el servicio de guardia la
comparecencia del art. 798.1, siendo ésta una ocasión magnífica para extender dicha comparecencia a la alegación, prueba y
valoración sobre medidas cautelares, tanto por el efecto pedagógico que para los maltratadores puede implicar la celebración de
comparecencia en estos casos, como por la instauración de un
momento específico y cronológicamente cercano a la denuncia
para resolver sobre esta cuestión, y ello aunque la medida a
adoptar sea, generalmente, alguna de las previstas en el art. 544
bis LECrim que no exigen comparecencia (a diferencia de la prisión y libertad con fianza) y son adoptables de oficio».
Al margen de las cifras del cuadro expuesto, la práctica en relación con los hechos de violencia familiar en el procedimiento de juicio rápido es la siguiente: realmente existe una dificultad en el período de guardia para la acumulación de causas si existen denuncias
anteriores o para la consecución de determinadas pruebas, sobre
todo informes periciales complejos, de ahí que, salvo en casos de
cierta sencillez en los que no existen denuncias anteriores repartidas
a otros Juzgados, casos en los que se ha procedido a calificar por
delito, en los restantes o bien se produce la transformación de las
diligencias urgentes en diligencias previas para completar la instrucción (art. 798.1.2.°) o se produce, supuesto éste más frecuente,
la transformación en juicio de faltas que se enjuicia seguidamente o
en corto plazo. El porcentaje mayor de causas se están convirtiendo, pues, en juicio de faltas. A ello contribuye no sólo la dificultad
314
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
para acreditar en guardia la prueba de la habitualidad sino también
el hecho de que la defensa enseguida se orienta en el curso de las
diligencias urgentes a la consecución de una conformidad como
falta o a una transformación en dicho procedimiento para la inmediata celebración del juicio.
Ello supone que se está llevando frecuentemente como falta, por
tanto como hecho aislado de violencia, supuestos que, en bastantes
casos, no son sino episodios de una reiterada situación de clima sostenido y habitual de maltrato, con el consiguiente defecto de que se
tramita lo que es (delito de violencia habitual) como lo que no es
(mero acto aislado constitutivo de falta). La solución no nos parece
acertada aun cuando con ello pueda verse la ventaja de que se obtiene un castigo inmediato de la conducta, lo que se refuerza más aún
cuando entre en vigor la reforma del CP que eleva a delito la falta
de maltrato del art. 617 cometida entre las personas del círculo de
protegidos del art. 153. Cierto es también que nada impide en un
segundo momento acumular las causas, aún con condena, para integrar un procedimiento por el delito de maltrato habitual del art. 153,
pero esta posibilidad sólo resulta real desde el punto de vista práctico si a las causas ya existentes se les añade una nueva por virtud de
una nueva denuncia y el descubrimiento de la anterior por consulta
del Registro de causas, y no es oportuno atajar la situación de maltrato habitual a la vista de la reiteración de denuncias.
Con todo lo anterior, si se atiende a la circunstancia de que
quien se decide a denunciar un acto de violencia familiar normalmente lo hace cuando ya existe un rosario de actos anteriores que
permiten predicar la existencia de habitualidad, parece oportuno
incoar diligencias urgentes, en las que lo importante es practicar de
inmediato una serie de diligencias, adoptar medidas cautelares y
protectoras de las víctimas y si cabe calificar por delito de maltrato habitual, y en caso de que no se pueda agotar la instrucción convertir en previas; sin que la solución práctica de acudir al juicio de
faltas nos parezca acertada, entre otras razones ya que en faltas no
es posible adoptar medidas cautelares y porque, aun tras la reforma
del CP, la falta elevada a delito del futuro 153 tiene una menor gravedad que el supuesto del maltrato habitual del futuro 173, lo que,
315
Congreso «Violencia Doméstica»
sin duda, incide en la adopción y mantenimiento de medidas y en
la imposición en su caso de la pena procedente.
IV. REESTRUCTURACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN JUDICIAL PARA
EL ADECUADO TRATAMIENTO JURISDICCIONAL DEL MALTRATO
FAMILIAR: NECESIDAD DEL DEBATE SOBRE LOS JUZGADOS
ESPECIALIZADOS
La Fiscalía ha establecido en la Circular 1/1998 una organización específica para abordar el tratamiento de los malos tratos
familiares. Dicha organización parte de la idea de la necesidad de
inmediación y cercanía del Fiscal con el órgano judicial que conoce de un asunto de esta naturaleza. De ahí que la Fiscalía General
expresara su parecer acerca de la inconveniencia de creación de
una Fiscalía Especial con ámbito territorial único (1), habiéndose
optado por un modelo organizativo diferente: en cada Fiscalía
existe un Fiscal encargado de dirigir el Servicio de violencia familiar, que en algunas Fiscalías está compuesto por más de un Fiscal
y, por último, merece señalarse que en algunos Destacamentos de
Fiscalías se ha implantado dicho Servicio.
(1) Sobre la cuestión de la conveniencia de crear una Fiscalía Especial de
malos tratos única para todo el territorio –cuestión que ha saltado en alguna ocasión a los medios de comunicación– la Fiscalía General del Estado dirigió informe en 1998 al Ministerio de Justicia, a petición de dicho Ministerio, en el que se
exponían determinadas razones contrarias a tal solución. Dichas razones fueron
reproducidas en la Circular 1/98 que estimaba «... absolutamente desaconsejable,
por contraproducente, la creación de una Fiscalía Especial. Baste ahora señalar
–se razonaba– que las dos Fiscalías Especiales actualmente existentes se justifican
por la existencia, en los fenómenos que tratan de combatir –el narcotráfico y la
corrupción–, de tramas organizativas de cierta complejidad que extienden sus
efectos no sólo al ámbito territorial de varias Fiscalías sino a terceros países. Las
anteriores circunstancias no concurren, en modo alguno, en los comportamientos
violentos que ahora analizamos. Por el contrario, la respuesta del Ministerio Fiscal será más eficaz si se produce desde la cercanía que proporciona la actuación
del Fiscal adscrito al Juzgado que conozca de la causa».
316
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
Las dificultades de esa organización de la Fiscalía se evidencian
ante la atribución del conocimiento de los asuntos de maltrato familiar a todos y cada uno de los órganos judiciales penales del ámbito de
la Fiscalía; a lo que se une la necesaria coordinación con los órganos
judiciales civiles –Juzgados de 1.a Instancia o de Familia donde los
haya– en tanto pueden conocer de asuntos matrimoniales muy relacionados con supuestos de maltrato. En esa situación, el Fiscal encargado de Violencia familiar no puede asumir personalmente el conocimiento de todos los asuntos de maltrato sino erigirse en coordinador
de la labor del resto de Fiscales que puedan, a través del Juzgado de
cuyo despacho se encargan, intervenir en este tipo de delitos.
La respuesta organizativa del CGPJ hasta ahora ha venido representada por la iniciativa adoptada mediante acuerdo del Pleno
de 1 de diciembre de 1999, que ha convertido en Juzgados «especializados» en malos tratos familiares los Jugados n.° 5 de Alicante, n.° 4 de Orihuela y n.° 5 de Elche.
En el informe sobre malos tratos del CGPJ, aprobado el 22 de
marzo de 2001, se efectúan consideraciones de interés sobre estos
aspectos organizativos. Tales consideraciones son de un triple orden:
— La necesidad de establecimiento de reglas de reparto atribuyendo el conocimiento de los distintos hechos que integran la habitualidad en favor del órgano judicial primero en conocer de alguno
de ellos. A ello ha dado respuesta la Instrucción 3/2003 ya citada.
— La importantísima actuación del Juzgado de Guardia. Ello
cobra significado a través de la reforma de la LECrim por las
Leyes 38/2002 y 8/2002.
— Un pronunciamiento favorable a la creación de Juzgados
especializados (2).
(2) En el apartado 5.B)a) del referido Informe, que lleva por rubrica «Especialización de Juzgados», se señala: «Esta importancia cuantitativa que el problema
de la violencia doméstica ha adquirido en la sociedad de nuestros días y la previsión
de que las cifras de agresiones denunciadas se incrementen –como consecuencia de
317
Congreso «Violencia Doméstica»
La cuestión acerca de la conveniencia o no de la creación de
Juzgados especializados en esta materia se revela, pues, como una
de las principales medidas de carácter organizativo actualmente
planteadas. En todo caso, la iniciativa exige un estudio pormenorizado de la cuestión y, sin duda, la atribución de medios y apoyo
decidido de los órganos que a modo de experiencia pudieran ir
creándose para evitar extraer erróneas conclusiones sobre su funcionamiento.
En la segunda reunión de los Fiscales de Violencia familiar, en
noviembre de 2002, no se obtuvo una postura unánime sobre la
bondad de esta medida. De ese modo se acordó, conclusión n.° 77
que «Antes de su posible instauración conviene meditar la eficacia y la posibilidad de la existencia de Juzgados especializados en
violencia doméstica en todas las localidades donde se reclamaría
su presencia».
Considero conveniente abordar con seriedad y profundidad
este debate que ya se anunció por el CGPJ en su citado informe.
Si antes me refería a la, a mi juicio, necesaria reordenación de
los partidos judiciales y adaptación de su circunscripción territorial, para conseguir la mayor centralización de juzgados y aprovechamiento de servicios comunes y proximidad de los mismos, en
materia de violencia familiar la cuestión se agudiza si cabe.
La especialización de Juzgados con remodelación de su circunscripción territorial a quienes se atribuya en exclusiva el conocimiento de todos los asuntos de malos tratos reportaría indudables ventajas: se establecería una estructura organizativa paralela
a la de la Fiscalía de modo tal que el Fiscal encargado del Servicio de Violencia familiar podría conocer personal y directamente
de todos los asuntos de esta naturaleza; se justificaría más fácilmente la existencia de equipos de apoyo a tal Juzgado con personal especializado en este tipo de asuntos; igualmente se facilita la
la mayor mentalización social respecto de la cuestión– hasta aproximarse al número de agresiones realmente producidas, determinan la necesidad de especializar Juzgados en esta materia, reconvirtiendo los existentes o, en su caso, creando los Juzgados de Violencia Doméstica en el número que se estime procedente».
318
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
coordinación con servicios asistenciales, policiales, médicos y con
la jurisdicción civil.
Ahora bien, la cuestión no es tanto la especialización o no –respecto de la cual existen ya muchas opiniones favorables– sino
quizá la determinación del ámbito territorial de tales Juzgados; es
decir, si han de ser constituidos con un ámbito territorial coincidente con el de cada partido judicial, en cuyo caso tal vez sólo
habrían de justificarse en grandes capitales de provincia ya que en
otros partidos judiciales no parece que el volumen de asuntos justifique algo más que la simple ordenación de reparto de asuntos, lo
que deja subsistentes los problemas antes enunciados al tratar de
los juzgados de guardia y los juicios rápidos; o si, por el contrario,
procede la creación de un único juzgado especializado de ámbito
uniprovincial, lo que exigiría reforma mediante Ley Orgánica (en
tanto afectaría al derecho al juez ordinario, en relación con el art.
81 CE), permitiría la intervención y atención absoluta e inmediata
del Fiscal encargado del Servicio de Violencia Familiar de cada
provincia, y, por contra, obligaría a las víctimas y en general a
todos los intervinientes en el procedimiento a desplazarse desde
cualquier punto de la provincia al Juzgado radicado en la capital.
La experiencia iniciada en los tres Juzgados de Alicante ha sido
valorada por el Fiscal encargado del Servicio de Violencia Familiar de aquella Fiscalía en la respectiva Memoria (3). Sin duda sus
(3) En el informe remitido a la Fiscalía General por el Fiscal, Sr. Alcazar
Sanz, encargado del Servicio de Violencia Familiar de Alicante, se muestra partidario de la especialización de Juzgados y analiza las carencias que a su juicio han
llevado a un funcionamiento desigual de los tres hasta ahora creados.
Se indica en el informe –que por su interés ahora se transcribe– que desde la
experiencia personal como Fiscal encargado del despacho del Juzgado de Instrucción 5 de los de Alicante y Coordinador de la Violencia Familiar en la provincia,
no puedo sino solicitar, no sólo el mantenimiento de los Juzgados de Violencia
Familiar, sino su extensión a todo el territorio nacional como medio eficaz de respuesta ante este fenómeno, criterio que no sólo mantiene el informante, sino que
es clamor general en agentes sociales intervinientes ante este problema, por cuanto, una vez solventados problemas, tanto de inicio como sobrevenidos, supone una
respuesta uniforme y mucho más inmediata.
319
Congreso «Violencia Doméstica»
Los tres Juzgados no han llevado en exclusiva esta materia sin que hasta
ahora, los tres existentes en la Provincia no son sino Juzgados Ordinarios, que se
encargan, además de la competencia ordinaria para el conocimiento de todo tipo
de asuntos, de acoger todas las denuncias que se producen en su partido judicial
referidas a Violencia Familiar. Para su funcionamiento adecuado y racional –prosigue el informe– ha de realizarse un estudio serio y exhaustivo de lo que supone
la carga real de trabajo asumida, ya que en todas las denuncias formuladas hay una
víctima y un agresor perfectamente conocido con las características especiales que
presenta (denuncias que se retiran, peticiones constantes de medidas y ayuda al
Instructor, dificultades en la Instrucción para recibir declaración a víctimas y agresores, que habitualmente continúan viviendo juntos, etc) que suponen un aumento de trabajo insospechado y que ha supuesto en los tres Juzgados de la provincia
un casi colapso del despacho ordinario.
Indica el informe que ha de darse un apoyo decidido a este tipo de Juzgados
para procurar que la carga competencial que asumen (cualquier hecho violento
entre las personas del art. 153, por tanto desde una falta hasta un homicidio y no
sólo los delitos de maltrato habitual del art. 153) sea debidamente ponderado para
liberarles de otras cargas de trabajo que permitan dispensar a esta competencia el
tiempo de atención y despacho que precisa. No se puede obviar el que fueron los
Magistrados titulares quienes voluntariamente, y solo ellos, ya que se ofreció a
toda la Comunidad Valenciana, quienes aceptaron el reto, con las promesas de la
liberación de parte de la competencia ordinaria, que ha sido escasa, y el apoyo de
personal con medios informáticos y equipos especializados de apoyo (compuestos
por asistentes sociales, psicólogos, etc.), que, en realidad, han quedado reducidos
a casi nada.
Se indica, a título de ejemplo el Juzgado de Instrucción n.° 5 de Alicante; la
única liberación competencial que ha supuesto a este órgano judicial, aunque ha
sido parecida a los otros dos, ha sido la no entrada de querellas, que por reparto
hubieran sido unas veinte durante el año 2000, y estadísticamente, por el contrario, no toda violencia familiar, pero sí muy importante, ha sufrido un aumento de
un 28% en Diligencias Previas, un 19,9% en Procedimientos Abreviados, una
46,4% en Juicios de Faltas y un 50% en Juicios de Jurado.
Por ello, a juicio del Fiscal encargado de tales Juzgados, estas razones, y no la
inutilidad de estos Juzgados, es lo que ha llevado a que no hayan alcanzado su finalidad en forma completa. El n.° 4 de Orihuela aduce como una de las razones de su
traslado inminente la del colapso del Juzgado y el n.° 5 de Elche, tras el traslado
del titular en verano del 2000, está servido aún por una Juez en Provisión Temporal por no haberse solicitado en concurso ordinario, cuando tradicionalmente las
plazas de esta población han sido cubiertas sin problemas. Por último el titular del
Juzgado n.° 5 de Alicante, al parecer, ha solicitado a la Junta de Jueces de esta
población que se le libere de esta competencia y se vuelva al reparto ordinario.
320
Las reformas legales en relación a la violencia familiar. Valoración…
consideraciones revisten especial interés en tanto material de trabajo para analizar no sólo la conveniencia de especialización de
Juzgados sino, además, en tal caso, la necesaria dotación de cobertura suficiente a los mismos ya que la naturaleza y singularidad del
fenómeno de violencia doméstica precisa de una atención inmediata y auxilio de personal especializado.
A pesar de las trabas que han sufrido estos tres Juzgados, lo cierto es que, como
comenzaba al principio de este informe, creo que deben mantenerse y potenciarse.
321
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