¿se acabaron los problemas? el ira, el proceso de paz y la

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¿Se acabaron los
problemas? El IRA,
el proceso de paz
y la resolución
del conflicto
En septiembre de 2006, apareció
publicado un artículo en el periódico de Belfast “Irish News” bajo
el titular “El proceso irlandés es
un modelo para la paz mundial”1.
El artículo, una columna de opinión, expresaba sentimientos que
—aunque por supuesto pueden ser
debatibles— también estaban siendo discutidos por líderes políticos
y académicos. Desde la firma del
Acuerdo de Belfast (o Acuerdo de
Viernes Santo) en 1998, muchos
observadores se preguntaron abiertamente qué lecciones podía ofrecer
el proceso de paz irlandés para ser
aplicadas en otros conflictos aparentemente insolubles a nivel mundial. Sin embargo, este artículo no
fue redactado por un político o un
académico. Fue escrito por un antiguo prisionero político y alto cargo
de un partido asociado al ilegalizado Ejército Republicano Irlandés, el
IRA.
Durante casi tres décadas los republicanos irlandeses habían llevado a
cabo una campaña armada en contra del dominio británico en Irlanda
del Norte. Más de 3.500 personas
fueron asesinadas durante este período y casi la mitad murieron a
manos del IRA. Sin embargo, cuando se publicó este artículo el IRA
había depuesto las armas y su ala
política se había convertido en el
mayor partido político nacionalista de Irlanda del Norte. De hecho,
las elecciones de la Asamblea de
2003 habían sido “el mejor resultado del Sinn Féin desde la creación
de Irlanda del Norte”2.
Meses más tarde, el mismo hombre
escribía otro artículo para el “Irish
News”. De nuevo, el tema trataba
de qué lecciones podía aprender el
mundo de la experiencia irlandesa. Sin embargo, esta vez el titular
era mucho más específico: “España
haría muy bien en estudiar el proceso de paz irlandés”3. Pero ¿realmente debería? Por ejemplo, ¿pueden
estas lecciones del proceso de paz
irlandés ser aplicadas al conflicto
todavía en curso del País Vasco?
Una de las muchas razones por las
que el proceso de paz irlandés ha
sido “considerado como un ejemplo para el resto del mundo” es
simplemente “porque es un bicho
raro; la mayoría de los acuerdos
de paz fracasan”4. Es más, desde
principios de los años 70 muchas
iniciativas y acuerdos de paz fracasaron. Hubo un momento en el
que los Problemas de Irlanda, como
son a menudo llamados, se consideraban como uno de los conflictos
insolubles del mundo. El hecho de
que se alcanzara algún tipo de convenio en lo que era —y sigue siendo— una sociedad profundamente
dividida es un logro impresionante
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desde cualquier punto de vista que
se mire. Es más, ofrece a la gente
algún tipo de esperanza.
A principios de los años 90 ninguna
de las muchas organizaciones paramilitares que operaba en Irlanda del
Norte parecían cercanas a declarar el alto el fuego. Algunas de las
peores atrocidades asociadas a los
Problemas ocurrieron durante este
período: la masacre de Teebane,
Warrington, el bombardeo de
Shankill, las muertes de Greysteel,
Loghinisland. Este período se distinguió por un fuerte aumento de
violencia pro-gobierno con grupos
paramilitares loyalistas matando a
sus enemigos jurados. Así que el
anuncio del alto al fuego del IRA
en agosto de 1994 cogió desprevenidos a aquellos que no estaban al
corriente de las negociaciones entre
bastidores.
Por supuesto sí que había negociaciones entre bastidores que involucraban a varios partidos —algunas
eran directas, la mayoría indirectas—. Aunque todavía hay algunos
entre círculos republicanos que
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creen que la campaña del IRA en
Inglaterra llevó al gobierno británico a la mesa de negociaciones, las
acciones “espectaculares” del IRA
como el bombardeo de la Bolsa
Báltica de Londres o Bishopgate
fueron rarezas en una campaña terrorista o de guerrilla deslucida. La
verdad era que “había muchos delatores infiltrados en el IRA, y estaba sometido a una estrategia de
contención de gran éxito a manos
de los servicios de seguridad británicos”5. Algunos estrategas republicanos de alta posición también admitían que el voto electoral del Sinn
Féin había alcanzado su punto más
alto y era improbable que subiera
mientras el IRA mantuviera su guerra de desgaste. Una cierta “realpolitik” presionaba a una generación
de militantes irlandeses que en algunos casos habían estado involucrados en el movimiento republicano desde finales de los años 60.
Los cambios más allá de los confines de Irlanda del Norte o incluso
más allá de Gran Bretaña e Irlanda
también influenciaron los acontecimientos que aquí ocurrieron. Los
grandes cambios que marcaron el
final del siglo XX también tuvieron
un impacto sobre el IRA y el republicanismo irlandés. Por ejemplo,
hay quien sostiene que el colapso
de la Unión Soviética y el Bloque de
los países orientales ayudó a sofocar las llamas del fervor revolucionario de los Provos.
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El Premio Nobel irlandés Seamus
Heaney escribió acerca de esos
extraños momentos en los que
“la esperanza y la historia riman”.
Aunque realmente la cita procede
de su adaptación del Philoctetes de
Sophocles (y que escribió antes de
que se produjera el cese de hostilidades del IRA en 1994) las palabras de Heaney han llegado a estar inextricablemente vinculadas al
proceso de paz irlandés. Han sido
pronunciadas por muchos políticos a ambos lados del Mar Irlandés
—incluso por el ex-presidente de
Estados Unidos Bill Clinton en su
primer viaje a Irlanda del Norte—.
Pero lo que la mayoría desea es que
estos violentos conflictos de larga
duración puedan llegar a su fin.
Entonces, ¿por qué finalizó el IRA
su campaña?
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¿ S E ACA B ARON LO S PRO B LEMA S ? EL IRA , EL PROCE S O DE PA Z …
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las negociaciones, la gente votó al
Sinn Féin y en gran número. Aunque
hubo muchos intentos de marginalizar al partido durante años —prohibiciones, censura, acoso, arrestos— una de las muchas razones
por las que el partido se involucró
en la búsqueda de la paz es porque
se habían involucrado en la política. Fue a través de su ala política
como el movimiento republicano se
hizo más responsable ante sus seguidores y la comunidad nacionalista más amplia de Irlanda del Norte.
Aunque la historia de apoyo al IRA
del Sinn Féin planteaba serios problemas a muchos de sus críticos, a
mediados de los años noventa estaba claro que el partido estaba intentando alejar al movimiento de la
violencia política.
Calle de Dublín. Lawrence Collection.
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A su vez, la política de la época
posterior a la Guerra Fría —y la participación de Estados Unidos en el
proceso de paz— promovió su sentido del pragmatismo recientemente
descubierto.
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Volviendo a nuestro columnista
ocasional, él afirmó que fueron “tres
los principios clave” que trajeron
la paz a Irlanda del Norte: “diálogo global, reconocer y respetar los
mandatos democráticos y defender
los derechos humanos”6. Sin embargo, sin los ceses de hostilidades
hubiera habido poco movimiento o
progreso en el camino de la paz en
Irlanda. Mientras continúe la violencia política no puede tener éxito
ningún proceso de paz.
Menos de dos meses después de
que el IRA anunciase su alto el fuego, los paramilitares loyalistas (bajo
el nombre de Comando Combinado
Militar Loyalista) les siguieron.
Estos ceses de hostilidades eran imperfectos. De hecho el alto el fuego
del IRA terminó en febrero de 1996
sólo para ser restituido 18 meses
más tarde. Pasarían ocho años más
hasta que el IRA abandonara las
armas por completo. Sin embargo,
en esta situación imperfecta, las
negociaciones de múltiples partidos —Sinn Féin incluido— pudieron
salir adelante.
De todas maneras era importante
entablar un “diálogo global”. Las
iniciativas de paz anteriores en
Irlanda del Norte habían excluido a
los republicanos irlandeses y a sus
representantes, y fallaron. No obstante, cuando vemos el proceso que
resultó en el Acuerdo del Viernes
Santo, hay una “necesidad de comprender mejor el contexto en el que
tuvo lugar el diálogo”7. Ciertamente
sí que existieron requisitos no explícitos en las negociaciones de todos
los partidos. Aunque este hecho a
veces es olvidado (y bastante convenientemente) por muchos miembros del Sinn Féin, incluso el IRA lo
aceptó tácitamente.
Claro que igualmente importante fue
el reconocer y respetar los mandatos democráticos de todos los partidos políticos de Irlanda del Norte,
especialmente el Sinn Féin. Le gustara o no a los varios gobiernos o
partidos políticos involucrados en
Y por último, “defender los derechos
humanos” es un hecho en cualquier
proceso de paz. Ciertamente el estado británico era culpable de abusos de los derechos humanos en
Irlanda del Norte, pero también lo
era el IRA. Muchos de estos abusos
ayudaron a perpetuar el conflicto.
Hasta que el círculo de violencia
se rompió, muchos de los asuntos latentes en el corazón de los
Problemas de Irlanda quedaron sin
ser tocados. Por ejemplo, el control policial había sido un tema importante para los nacionalistas del
Norte, pero fue solamente después
de que se alcanzara un acuerdo en
1998 cuando se hicieron serios esfuerzos para hacer una reforma.
¿Es el proceso de paz irlandés un
modelo a seguir para conseguir la
paz a nivel mundial? Aunque a menudo se ha considerado como tal,
uno debería ser escéptico ante tales
afirmaciones. No es sorprendente
que haya varias y distintas perspectivas sobre lo que realmente caracterizó al proceso de paz irlandés
—características que a menudo son
muy selectivas y parciales—. Más
aún, estas perspectivas diferentes
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simplifican excesivamente lo que
realmente fue un periodo largo y
complicado. Aunque ciertamente el
proceso debería ser estudiado, necesita un análisis mucho más sobrio
de lo que a menudo es el caso.
es) comprensible, uno debe reconocer este hecho. Puede ser tentador
decir que el proceso de paz irlandés debería ser un modelo para la
paz a nivel mundial, pero no lo es.
Sin embargo, lo que se puede decir
con seguridad es que se avanzó
poco políticamente en Irlanda del
Norte con el telón de fondo de la
constante violencia. Y por último,
Irlanda del Norte fue (y en muchos
sentidos sigue siendo) un problema
político, no un problema de seguridad.
Notas
1. Irish News, 8 Septiembre 2006.
2. Northern Ireland Assembly Elections 2003,
Los acuerdos de paz, especialmente
aquellos diseñados para acabar con
conflictos violentos de larga duración, son imperfectos. Aunque el
entusiasmo y la euforia que obtuvo
el Acuerdo de Viernes Santo era (y
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http://www.ark.ac.uk/elections/fa03.htm
3. Irish News, 2 Diciembre 2006.
4. Yorkshire Post, 16 Febrero 2010.
5. Bew et al, Talking to Terrorists, p. 246.
6. Irish News, 8 de septiembre de 2006.
7. Bew et al, Talking to Terrorists, p. 247.
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El acuerdo de paz de Irlanda del
Norte puede ser elogiado porque
no ha fracasado, pero varios acuerdos posteriores (muchos de los cuales han sido precedidos por largos
períodos de punto muerto político)
han sido necesarios para mantenerlo vivo. La Asamblea de Irlanda del
Norte —la asamblea descentralizada
establecida bajo las condiciones del
Acuerdo— ha sido suspendida cuatro veces desde su primera reunión
en julio de 1998. La última suspensión duró casi cinco años. Algunos
organismos establecidos bajo los
términos del acuerdo han sido boicoteados, otros han originado informes polémicos que son simplemente
elegidos por uno u otro lado según
les convenga. Lo más preocupante
sin embargo, es el hecho de que
el Acuerdo del Viernes Santo institucionaliza la división sectaria.
La violencia sectaria de Irlanda del
Norte no ha desaparecido y desde
la firma de este acuerdo de paz se
han construido más “líneas de paz”
—barreras de separación que dividen barrios católicos y protestantes—. Más que promover cualquier
tipo de reconciliación entre las dos
comunidades del Norte, el Acuerdo
a menudo fomenta o promueve el
tipo de política “tribal” de Naranja
(Unionistas/Protestantes) contra
Verde (Nacionalistas/Católicos).
Y dada la fea y complicada historia de sectarismo en Irlanda puede
que esta no sea la mejor manera de
avanzar.
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