Placeres y satisfacciones: un consejito para bajar de peso Adriana Perez Buenos Aires, 22 de enero de 2011 Están promediando las vacaciones, ya han pasado las fiestas, y algunos de nosotros hemos ganado algunos kilitos no saludables. Digo no saludables porque seguramente no es que hemos aumentado nuestra masa muscular, lo cual suele venirle muy bien al cuerpo, sino las grasas. Esos kilos demas, nos indican que se va acercando el tiempo de comenzar alguna dieta, ordenarnos con la comida. Esto implica un par de dificultades. Al menos dos: comenzar la dieta y sostenerla. No quiere decir no comer, ni pasar hambre, cuando decimos dieta, sino, consumir alimentos desde cierta perspectiva menos gustosos pero saludables. Es decir, debemos comenzar a producir ciertas restricciones en nuestra ingesta. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir, por ejemplo, en vez de comer un alfajor comer una manzana. Pero entonces ¿de qué restricción estamos hablando? De la restricción de un goce. Restringir el goce de paladear un alfajor y sustituirlo por el goce de paladear una manzana. Esta restriccion pone en juego un orden de privacion. Privarse del goce de la satisfaccion del paladeo del alfajor, por ejemplo. Esto quiere decir ¿quedarnos sin el placer del alfajor? Les propongo, que podamos pensar que no, que no es querdarse sin el placer del alfajor sino sin la satisfaccion del alfajor. Placer y satisfaccion, desde la perspectiva del psicoanalisis no son lo mismo, no coinciden. De lo que se trata es de privarnos de cierta satisfaccion para ganar un placer. ¿Cómo llevar adelante esto? Sigmund Freud nos ha enseñado que “quien conozca la vida anímica del hombre sabe que no hay cosa más difícil para él que la renuncia a un placer que conoció. En verdad, no podemos renunciar a nada; sólo permutamos una cosa por otra; lo que parece ser una renuncia es en realidad una formación de sustituto o subrogado” . Cambiemos en este parrafo placer por satisfaccion, nadie renuncia, se priva, de una satisfaccion a menos que aparezca otra proxima satisfaccion en el horizonte. Bien, entonces, ¿cómo llevar adelante una dieta saludable?, por ejemplo. ¿Cómo dejar de fumar? Desde cierta perspectiva ¿cómo privarnos de los excesos que ciertas prácticas implican? Encontrando goces sustitutos, nos enseña el psicoanalisis. Se trata de sustituir una satisfaccion por otra. Pero no por una satisfaccion cualquiera sino por una que entrañe placer. Pero entonces que es el placer y que es la satisfaccion? La satisfaccion implica un goce inmediato, instantaneo, sin tiempo. Me tente con el alfajor lo como, si luego me siento mal, no me entra el pantalón, aumenta el colesterol, etc.; todo eso no es tomado en consideración. El placer en cambio, en terminos del psicoanalisis, pone en juego los rodeos del pensamiento. Es decir es un goce que incluye, soporta, la temporalidad que implica el pensamiento. No como el alfajor, lo dejo para mas adelante, cuando no este en jaque, por ejemplo, la posibilidad de que me entre el pantalon. Ahora bien, como se lleva adelante esta sustitucion? ¿Cómo llevar adelante esta di difícil tarea? Es decir, ¿cómo lograr renunciar a una satisfacción mientras se logra encontrar una que conlleve placer, es decir tolere, el tiempo del pensar? Bien, ahí va el consejito: intentar encontrar, y acercarnos, lo máximo posible a aquello que para cada quien quede articulado a lo que podemos llamar: lo que nos causa en la vida. Por ejemplo, voy a tomarte a vos Tommy de ejemplo, si me lo pemitis. Ahora estas haciendo tu programa de radio. Programa que lleva mucho esfuerzo y trabajo. Por que lo harias? ¿Por qué lo haces? Incluyo a tus productores en esta pregunta. Me responderán: porque nos gusta. Pero acaso ¿no sería más sencillo no hacerlo? Ah! pero hacerlo es divertido, interesante, entretenido, en fin motivante. Bueno te digo yo: ¡un placer! Ahí nos encontramos bastante cerquita de lo que nos causa. Y entonces mientras haces el programa, no estas comiendo, no estas fumando, etc. Estas ahí, o sea aca! Estar cerquita de lo que nos causa es como cuando nos enamoramos; ¡es un placer! ¡Liberamos endorfinas! Para ir terminando, y ¿cómo se hace para encontrar eso que nos causa y poder estar cerquita? Bueno en principio, no confundiendo el placer con una sensacion de bienestar; el placer de lo que nos causa no es sin cierto lio, como al fin y al cabo es la vida. La vida es bullicio, ruido, lio, despelote. Es decir, la típica pregunta, pero ¿quién me mando a meterme en esto? ¡Eso me pregunto en este momento! Creo que podemos compartir la preguna con los aquí presentes. Bien, el placer, lo que nos causa, no es sin cierta incomodidad, es decir sin cierta insatisfaccion. Por lo tanto de lo que se trata es de andar más contentos y no tan satisfechos. Cuando inviten a comer a alguien a su casa, ¡preocúpense si el invitado les dice que ha quedado satisfecho! Eso está bastante en las antípodas del contento. Entonces, teniendo como brújula que el placer no es el bienestar, o que no necesariamente coinciden, podremos comenzar a transitar la vida estando abiertos al encuentro de lo que nos causa. Para aquellos a los que esto, se les torna muy dificultoso, les digo, que está el psicoanálisis. Alguna vez me preguntaste Tommy, cual podía ser una razón para comenzar a analizarse. Esta, si se nos torna muy dificultoso el encuentro con lo que nos causa. Para terminar: Más allá de que, cada uno de nosotros, pueda encontrarse o no con aquello que lo causa en la vida, es un valioso recorrido el que se realiza por ir al encuentro de ese tesoro. Nunca más cierto en este caso, que vale más el recorrido hecho que el punto de llegada.