Implicaciones éticas del proyecto profesional en la formación

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Implicaciones éticas del proyecto profesional en la formación
académica.
Autor: Juan Retana Jiménez1
Eje temático: El nuevo contrato del Trabajo Social con la sociedad; las
dimensiones ético-políticas y ético-técnicas en la formación profesional.
Palabras claves: Ética, formación académica, proyecto profesional.
1. INTRODUCCIÓN
Cuando estamos pensando en establecer la discusión sobre las
implicaciones éticas del proyecto profesional en la formación académica, tenemos
que señalar que tipo de proyectos profesionales estamos hablando. Estos,
necesariamente, abarcan todas las áreas del conocimiento que se incorporan al
proceso de enseñanza -aprendizaje -investigación-intervención (teorías sociales,
sectoriales, disciplinas sociales, proceso de trabajo, etc.), considerando sus
interrelaciones con los cambios societarios y las múltiplas expresiones de la
“cuestión social” como centro de las demandas a la profesión; así como las
diversas dimensiones presentes en su conformación (sociales, políticas, éticas,
económicas, culturales, pedagógicas, históricas entre otras) que se conjugan en el
proceso de organización colectiva profesional, como expresión de un proyecto
construido socialmente. Evidentemente este posee un carácter complejo dadas las
características que lo constituyen.
Para el análisis que nos interesa, desde la perspectiva de la totalidad
histórico-dialéctica, no cabe en este trabajo descifrar los proyectos profesionales
en la diversidad existente en América Latina, de esta forma partimos del
presupuesto de que no existe un único proyecto profesional, lo que nos impone,
para avanzar en nuestro análisis, una visión general donde podamos partir de
ciertas características particulares que estarían presentes en dados proyectos
profesionales – éstas se refieren al carácter democrático, pluralista, promotor de
consensos que permiten la implementación de los planes de estudio curriculares,
incorporados en centros de enseñanza superior y/o especializada, con
definiciones mínimas en cuanto a la orientación pedagógica y defensora de
principios y valores democráticos, de justicia, de equidad, de igualdad y de libertad
1
Licenciado en Trabajo Social - Universidad de Costa Rica (UCR). Master en Servicio Social por el
Programa de Postgrado en Servicio Social de la Universidad Federal de Rio de Janeiro
(PPGESS/UFRJ) Brasil. Doctorando del mismo programa. Investigador e integrante del Núcleo de
Estudios y Pesquisas sobre los Fundamentos del Servicio Social en la contemporaneidad
(NEFSSC) -ESS/UFRJ. Becario de la Fundación de apoyo a pesquisa del Estado de Rio de Janeiro
(FAPERJ). CorreoE: [email protected] / [email protected]
XVIII Seminario Latinoamericano de Escuelas de Trabajo Social. La cuestión social y la formación
profesional en Trabajo Social en el contexto de las nuevas relaciones de poder y la diversidad
latinoamericana. San José, Costa Rica, 2004.
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1
– amparadas en la defensa de los derechos humanos, sociales y del trabajo, que
son asumidos por el colectivo profesional en la medida en que éste defiend a
intereses de bienestar y de distribución de la riqueza socialmente producida.
Es sabido que cualquier proyecto profesional tiene implicaciones éticas, que
son consideradas en lo cotidiano del ejercicio profesional a través de las
intervenciones y ejecución de las actividades concretas. Estas se componen de
los valores y principios que determinan los comportamientos morales, sociales y
políticos entre otros, que se encuentran presentes en la denominada cultura
profesional, pero que también la extrapolan, dada la dinámica presente en las
relaciones sociales, donde se comparten los valores y principios con el conjunto
de otras profesiones, colectivos y clases sociales. Este es un amplio espacio
donde interactúan y se mezclan diferentes visiones de mundo, algunas
antagónicas entre sí, y otras con posibilidades de construir alianzas con aquellas
que relativamente expresen intereses políticos orientados para determinadas
finalidades.
El explorar esta problemática es el interés de la ponencia, sin agotarla dado
su carácter introductoria, para lo cual indagaremos la relación que existe entre la
formación académica y las implicaciones éticas en el ejercicio profesional,
considerando las diferentes dimensiones del quehacer del Trabajo Social,
enfocando nuestro interés, en evidenciar la relación entre la reflexión ética, la
formación de grado y de postgrado, la educación continuada y su articulación con
la organización colectiva profesional (cabe mencionar la organización gremial, la
organización de escuelas, de órganos estudiantiles y otras formas emergentes de
organización colectiva) como impulsora de un proyecto profesional determinado,
que nos permita como objetivo a alcanzar en este trabajo, el establecer algunos
parámetros para discutir la interrelación del quehacer profesional con la dimensión
ética en la actualidad.
2. PREMISAS PARA EL DEBATE
Los aspectos señalados anteriormente, nos interesa abordarlos en el
contexto de los cambios globales impuestos por el capitalismo contemporáneo,
partiendo del presupuesto de su historicidad desde una perspectiva de totalidad y
de la posibilidad de construir el futuro que se configura en el presente y que
permite, en el plano de la reflexión ética, la elección entre alternativas como
garantía de la libertad, en el sentido de la autonomía y emancipación del género
humano, que se concreta en la particularidad de un determinado proyecto
profesional y de los sujetos protagonistas. En este sentido las premisas que
orientan este trabajo se caracterizan por:
- Una mínima reflexión éti ca en la formación académica sobre la aprehensión
de los contenidos filosóficos de los referenciales ideo-políticos y éticos, así
como de sus expresiones en la realidad cotidiana del ejercicio profesional,
en sus diversos ámbitos, en sus continuidades y rupturas con el
conservadurismo moral, como parte de la praxis política de sus agentes
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polarizada en las luchas sociales – conservadurismo que se reactualiza en
los proyectos del colectivo profesional, respondiendo a caminos
tradicionales en la trayectoria histórica y a la inserción en la división sociotécnica del trabajo como agentes ejecutores terminales de políticas sociales
(Netto, 1997; Montaño, 1998). –. Esta reflexión ética incluye la aprehensión
de la realidad histórica, sus transformaciones y contradicciones a partir de
una visión ontológica del ser social, dinámica que investiga las
continuidades y discontinuidades en el movimiento de la sociedad
(estructuras, clases, modo de producción/reproducción, relaciones sociales
objetivas y subjetivas) con a
l finalidad de promover una praxis moral y
política que enfrente radicalmente las condiciones de desigualdad social, de
individualismo posesivo, de sálvese quien pueda, y a su vez, potencie
características socio-céntricas, emancipadoras y creadoras de nuevas
sociabilidades.
El problema del eclectismo teórico-metodológico, que aún está presente en
la formación académica, producto de la falta de profundidad en el
conocimiento de las matrices fundamentales que sustentan a las ciencias
sociales, donde se incluye el debate de la llamada crisis de paradigmas de
las ciencias sociales y del proyecto de la modernidad. Esta problemática
tiende a restringir el debate sobre la ética profesional a su carácter
normativo -formal impreso en los Códigos de Ética profesionales. Con lo
cual se impide el estudio de las objetivaciones ético-morales, que pasa por
categorías y mediaciones que subsidian para la propia superación del
eclectismo.
La aprehensión de las mediaciones existentes entre la reflexión ética y la
vivencia cotidiana de las objetivaciones morales – a través de las prácticas
de intervención de estudiantes, de profesionales y de supervisores, donde
predomina el carácter instrumental, inmediato y heterogéneo de acuerdo
con los diversos espacios de actuación en el mercado de trabajo, donde
confluyen potencialidades, necesidades y posibilidades de enfrentamiento
de las refracciones de la “cuestión social”, por medio de la toma de
decisiones, producto de intereses e opciones políticas –, conforman una
dinámica que no ha sido lo bastante sistematizada y explorada en las
investigaciones sobre la dimensión ética y política de la profesión,
generalmente se sitúan en el plano normativo de lo correcto/incorrecto, de
lo bueno/malo, de lo cierto/incierto verdadero/falso, producto en ultima
instancia de una visión tradicional de la reflexión ética.
El análisis de los cambios contemporáneos de la sociedad capitalista, las
nuevas condiciones de las luchas de clases en la actual fase de
reproducción y transformación de la dinámica entre capital y trabajo, la
reconfiguración de las clases subalternas trabajadoras y la procura de
nuevas estrategias y de propuestas ante esos cambios, que permiten
pensar nuevas formas de sociabilidad ante la exclusión, el aumento de la
pobreza, la reforma y disminución del Estado y la falta de acceso a los
productos y servicios públicos, y a su vez, la inserción/compromiso del
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colectivo profesional en la afirmación/negación de esos intereses de clase
como sujeto protagonista, de acuerdo con el perfil que orienta al proyecto
de formación profesional 2.
- El análisis de la ética neoliberal, concebida como moral individual ante la
práctica profesional del Trabajo Social, revestida de una visión pragmática 3
de la realidad social, donde se coloca la producción de valores (morales,
económicos, sociales, culturales, entre otros) como universales,
transcendiendo los intereses de las diferentes clases sociales, incentivando
una práctica utilitarista de los valores y responsabilizando a cada individuo
por su propia condición social, lo que subsume lo humano-genérico a una
situación singular. Esta relación de causalidad, necesaria para la
manutención del dominio del capital, no establece fines supremos para la
colectividad, sino para cada individuo, visto que, atender sus demandas a
través del mercado satisface las necesidades de consumo de cada ser
singular (Rebellato, 1995).
De esta manera, al abordar la dimensión ética repercute directamente en la
dimensión política y en la dimensión técnico-operativa de la profesión, donde la
formación académica realiza un movimiento que se constituye en una interrelación
entre la universalidad de los principios y valores ético-morales, la particularidad en
que se expresan en la profesión como parte de un determinado proyecto
profesional y las objetivaciones concretas en la singularidad de cada uno de los
agentes profesionales en el cotidiano de sus prácticas interventivas (en cualquiera
de los ámbitos de inserción laboral, juntamente con los usuarios, otros
funcionarios y los empleadores de las instituciones y empresas públicas y
privadas); en el entendido de que este movimiento contiene las limitaciones
estructurales propias del sistema dominante, sin embargo, en su carácter e
intencionalidad vincula los objetivos profesionales dentro del orden establecido, no
como fines últimos, sino, como propulsores de alternativas y propuestas que
busquen la superación de la desigualdad y de los antagonismos entre las clases
sociales4. Llamamos la atención para evitar caer en cualquier visión utópica que
nos ilusione con un proyecto profesional, en este sentido se hace necesaria la
crítica social y su carácter revelador de utopías.
2
De acuerdo con Marilda Iamamoto ”Un proyecto de formación profesional que apueste en las
luchas sociales, en la capacidad de los agentes históricos de construir nuevos patrones de
sociabilidad para la vida social. Construcción ésta que es procesual, que está siendo realizada en
la cotidianidad de la práctica social, cabiendo a los agentes profesionales detectarla y compartirla,
contribuyendo, como ciudadanos y profesionales, para su desarrollo” (Iamamoto, 1998:195).
3
Señala Sánchez Vásquez (1977) que “el pragmatismo reduce lo práctico a lo utilitario, con lo que
acaba por disolver lo teórico en lo útil” Asimismo destaca que “la verdad queda subordinada a
nuestros intereses, al interés de cada uno de nosotros”. Una coincidencia entre el pensamiento
neoliberal y el pragmatismo radica en esta visión de lo útil.
4
Sin embargo, en el colectivo profesional cabe señalar la presencia de alternativas y propuestas
reformistas, de modernización conservadora, y las de transformación social, que en su conjunto,
muchas veces son realizadas sincreticamente en el ejercicio profesional (Sobre la categoría del
sincretismo ver Netto, 1997).
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Es oportuno señalar, que en la dinámica profesional este tipo de proyectos
enfrenta la crítica de las visiones neoliberales dominantes, es por esta razón que
nos centramos en el análisis de las implicaciones éticas y políticas vinculadas al
proyecto profesional en la dimensión de la formación, sea ésta en sus diversos
momentos ya señalados, reconociéndolas como contradictorias (en el sentido de
afirmación/negación) en la compleja trama de las luchas sociales, lo que por su
vez incide necesariamente en la crítica radical de la concepción ética tradicional y
de la neoliberal que se encuentran presentes como parte del sincretismo ideopolítico y cultural (Netto, 1997) en algunos de los proyectos de formación
profesional, aquí cabe mencionar las tendencias modernizadoras de la profesión
que se adaptan contradictoriamente a las visiones éticas tradicionales, no
superando una visión de sociedad ni de sujeto amparada en la tradición
democrático-liberal-burgués. No es por casualidad que en el plano de las
corrientes éticas vigentes, la única que rompe con la tradición antes mencionada
es la que se establece a partir de la perspectiva onto lógica del ser social, que
deviene de la perspectiva marxista, sintetizadas en las formulaciones de Lukács
(ver: Barroco, 2001). Perspectiva que fundamenta, la discusión y propuesta del
proyecto ético-político del Servicio Social brasileño y que encuentra en su Código
de Ética Profesional de 1993, una expresión del alcance de ésta tendencia en el
plano propositivo y de la reflexión ética, en sus determinaciones socio-históricas y
políticas presentes en la actualidad profesional. Nos referimos a la incorporación
de los fundamentos ontológicos en el análisis de la realidad particular del Servicio
Social Brasileño, que debemos tener claro, no estamos comparando con otras
realidades de los países de Latinoamérica.
Por tanto, es preciso resaltar, a partir de las premisas señaladas, algunas
implicaciones presentes en el proceso de aprendizaje de los valores y principios
ético-morales y políticos instaurados en la formación profesional, que en el
cotidiano del ejercicio profesional son incorporados como parte de la visión o
perspectiva singular de cada agente, producto de sus elecciones entre
alternativas, y que repercuten en el conjunto de la sociedad a través de las
organizaciones del colectivo profesional, que se posiciona con muchas formas de
resistencia/enfrentamiento ante las demandas sociales que derivan de las
transformaciones globales de la sociedad, de la reestructuración productiva, de las
expresiones de la “cuestión social”, de la reproducción alienada de las relaciones
sociales y de las luchas sociales en el marco de la ofensiva neoliberal y del
debilitamiento y fracaso de proyectos societarios que procuraron romper con la
dominación del capital.
3. IMPLICACIONES ÉTICAS EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL
Los cambios vividos en los últimos treinta años del pasado siglo XX en las
relaciones laborales, con la incorporación de las nuevas tecnologías de
producción, han incidido en todas las formas de organización social y en las
variadas condiciones de “ganarse la vida” por parte de los actores sociales de las
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clases subalternas: el aumento de la informalidad del trabajo y la precariedad del
mismo, las dificultades para cubrir las necesidades de salud en general y
ocupacional, de educación básica y técnica, de protección familiar, de pensiones
que garanticen una vida digna y de bienestar, que no constituyan una estadística
que señala la superación de la línea de pobreza, como si sólo esto fuera suficiente
para no ser catalogado como pobre, son expresiones de las dificultades que según
el Banco Mundial, viven 1,2 billo nes de habitantes con menos de un dólar diario –
la quinta parte de la población mundial– (Soares, 2003), si fuera medida en estos
términos la deuda social coincide con la deuda externa en su exagerado
ensanchamiento. Pero como ya descubrimos el ALCA, los TLC y demás
convenios, nos deparamos con que ya estamos vendiendo a los pobres del
sistema, como desechos humanos y sin derechos, que darán cuenta de sus vidas,
impresas en las estadísticas negativas de los Indicadores de Desarrollo Humano
(IDH). De allí la necesidad de la resistencia y del enfrentamiento, en todos los
ámbitos y desde las profesiones que intervienen en la denominada “cuestión
social”.
Esta intervención requiere de profesionales críticos de la realidad,
intelectualmente cualificados, con una visión de totalidad que nos permita abarcar
el ejercicio profesional de manera consistente y estratégica, a sabiendas de hasta
donde somos responsables de nuestra actuación en las limitadas condiciones
estructurales del sistema. Por eso no podemos reducir la formación a un “saber
hacer”, pragmático, utilitario, de acuerdo con las necesidades de quien nos
contrata, en boga en la perspectiva neoliberal y en las demandas del mercado de
trabajo.
De aquí se desprende la crítica ética al sistema que se expresa en la
denuncia contra la explotación y exclusión del trabajo, contra la alienación de la
división del trabajo que subordina los valores humano -genéricos a intereses
particulares, donde se destaca el carácter individualista y moralizador en el
tratamiento de las expresiones de la “cuestión social”, contradicción en que actúa
el profesional cotidianamente. Por una parte es evidente la respuesta socialmente
útil que tiene que dar el profesional y por otra el contenido ético-político de esa
respuesta, ¿Qué tipo de orientación conlleva?, ¿Propicia alternativas ante el futuro
o las copta?, ¿Incide o no en la garantía de los derechos sociales, en las posibles
iniciativas para acceder a los bienes y servicios públicos, sin clientelismo político?
¿Contribuye con la conciencia cívica, con la participación en movimientos que
luchan por la universalización y calidad de los servicios públicos, en la solución de
las demandas y del bienestar social?
Todos estos cuestionamientos indican la necesaria articulación del
colectivo profesional en la intrincada red de organizaciones de la sociedad civil
(vista en su contradicción como espacio de luchas, consensos e disensos y de
construcción de nuevas hegemonías) y del Estado, a partir de principios y valores
construidos socialmente que orientan intereses sociales antagónicos producto de
las contradicciones básicas del orden burgués, como señala Iamamoto “Son la
expresión, en el nivel de la profesión, de una cuestión que es colocada por la
dinámica de la realidad y asumida por fracciones del colectivo profesional: la de la
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creación de una contrahegemonía en el centro de las relaciones sociales”
(Iamamoto, 1997:XXXIII). En este sentido se estará dando concreción a los
principios y valores en pugna, en el horizonte de una “práctica política colectiva,
identificada con los intereses de los subalternos y comprometida con el
desvelamiento de las contradicciones de la sociedad” (Iamamoto, ídem) pues se
sabe que nuestra profesión está en el meollo de la contradicción entre capital y
trabajo, de la que deriva “aprehender el movimiento contradictorio de la práctica
profesional en el juego de las fuerzas sociales presentes en la sociedad”
(Iamamoto, 1997:XXXVI).
4. A MODO DE SÍNTESIS
Estos breves señalamientos nos permitieron explorar las premisas
anteriormente levantadas con relación a la formación profesional, a la cuestión
ética y al proyecto profesional como expresión sociopolítica del colectivo, y
destacar algunas de las implicaciones, que esperamos contribuyan al debate y
discusión sobre la interrelación del quehacer profesional con la dimensión ética en
la actualidad. Como vimos, esta interrelación se concibe en dos momentos de la
formación profesional (que a nuestro entender incluye la educación y capacitación
continua), tanto al nivel de grado como de postgrado:
1.- En la reflexión ética de los fundamentos filosóficos, de análisis teórico e
investigación sobre valores y quehacer moral y,
2.- En la práctica moral, de objetivación de los valores y principios éticos asumidos
por la profesión, de conflictos morales e de intencionalidades al asumir otros
valores.
Así nos posibilitó detectar algunas implicaciones en el quehacer profesional,
a partir de la formación de nuevos profesionales durante el proceso de
intervención en los centros de práctica, en que se detectan las dificultades
objetivas para y en la defensa de los valores y principios ético-morales
determinados por el colectivo profesional y la detección de contradicciones que se
expresan en ese proceso de enseñanza/aprendizaje/investigación/intervención en
relación con las luchas y antagonismos entre las clases y los enfrentamientos
entre proyectos diversos; sumado a las perspectivas teórico-metodológicas que
son asumidas por los profesionales en su ejercicio cotidiano, que en muchas
ocasiones recurre a la incorporación ecléctica de enfoques teóricos, que impiden
“superar la conciencia ambigua y heteróclita” (Iamamoto, 1997) del propio
profesional, y generalmente no logran trascender la visión dualista entre academia
y práctica de campo, y reproducen la idea de que en la práctica no funciona la
teoría, pensando la ética como valores abstractos, de normas y reglas de buen
comportamiento, transhistóricos, validos para cualquier individuo sin contextualizar
sus particularidades.
Es así como en el desarrollo actual de la profesión, el proceso de
formación, de enseñanza/aprendizaje/investigación/intervención de los asistentes
sociales, debe captar las determinaciones sociales y políticas presentes en la
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división técnica del trabajo (que se reflejan en el ejercicio de sus funciones como
ejecutor de políticas sociales), articularlas crítica y coherentemente a los principios
y fundamentos éticos y políticos del proyecto profesional, y a su vez, analizar las
mediaciones con el ejercicio profesional y las implicaciones ético-morales que de
allí derivan y que, también, se encuentran presentes en el proceso contradictorio
de lucha por la profundización de la democracia, la igualdad, la libertad como
valores éticos que persisten como parte de los deseos de las clases
subalternizadas, en la actual fase de desarrollo del capitalismo.
Para finalizar, diremos que la centralidad de la ética en la formación
profesional, repercute en la configuración de alternativas a elegir, lo que implica
opciones políticas que influyen en las prácticas pre/profesionales y de supervisión;
descifrar ésta lógica, permite la crítica sistemática al conservadurismo moral
(Iamamoto, 1997), a la alienación moral (Barroco, 2001) y a la estigmatización que
tiende a culpabilizar al usuario por su “problema social” demandado, lo que
permite validar, por otra parte, la legitimidad profesional con el reconocimiento de
la calidad de la intervención realizada. Se trata de aprehender los límites de una
ética emancipadora en la sociedad capitalista, así como de su contribución para la
ampliación de una conciencia social capaz de elaborar estrategias de
enfrentamiento y de elucidación de la “cuestión social” en el contexto de su
superación sobre otras bases de sociabilidad humana fundamentada en el trabajo.
(Ver: Lukács in: Borgianni, Guerra, Montaño, 2003).
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BARROCO, Ma. Lúcia. “Ética e Serviço Social: Fundamentos Ontológicos” São
Paulo, Brasil. Editora Cortez, 2001.
IAMAMOTO, Marilda. “Servicio Social y División del Trabajo”. Biblioteca
Latinoamericana de Servicio Social. São Paulo, Cortez Editora, 1997.
__________. “Serviço Social na contemporaneidade” São Paulo, Cortez, 1998.
(existe la versión en español publicada por la Biblioteca Latinoamericana de
Servicio Social. No. 9.)
LUKÁCS, Georg “Las bases ontológicas de la actividad humana”. In: Borgianni,
Guerra e Montaño (orgs.) Servicio Social Crítico. Hacia la construcción del nuevo
Proyecto Ético-Político profesional. Biblioteca Latinoamericana de Servicio Social.
São Paulo, Brasil Cortez Editora, 2003.
MONTAÑO, Carlos. “La naturaleza del Servicio Social: un ensayo sobre su
génesis, su especificidad y su reproducción”. Biblioteca Latinoamericana de
Servicio Social. São Paulo, Cortez Editora, Brasil, 1998.
NETTO, José Paulo. “Capitalismo monopolista y Servicio Social”. Biblioteca
Latinoamericana de Servicio Social. São Paulo, Cortez Editora, Brasil. 1997.
REBELLATO, José Luis “La encrucijada de la ética: neoliberalismo, conflicto
Norte-Sur, liberación”. Montevideo, Uruguay, Ed. Nordan-comunidad, 1995.
SOARES, Laura Tavares “O desastre social” [Os porquês da desordem mundial.
Mestres explicam a globalização] Rio de Janeiro, Brasil. Ed. Record, 2003.
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