Suspensión del ingreso en prisión de Miguel Ángel

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NOT: 16/09/2016
SECCIÓN SEGUNDA DE LA AUDIENCIA PROVINCIAL
C/ Málaga nº2 (Torre 3 - Planta 3ª)
Las Palmas de Gran Canaria
Teléfono: 928 42 99 47
Fax: 928 42 97 77
Email: [email protected]
Rollo: Apelacion autos
Nº Rollo: 0000697/2016
NIG: 3501632220040020985
Resolución: Auto 000562/2016
Proc. origen: Ejecutoria Penal / Expediente de ejecución Nº proc. origen: 0000264/2012-00
Jdo. origen: Juzgado de lo Penal Nº 5 de Las Palmas de Gran Canaria
Intervención:
Apelante
Interviniente:
Miguel Angel Ramirez Alonso
Abogado:
Lino Chaparro Caceres
Procurador:
Alicia Maria Marrero Pulido
AUTO
Ilmos. Sres.
Presidenta:
Dª Yolanda Alcázar Montero
Magistrados:
D. Nicolás Acosta González
Dª Mª Pilar Verástegui Hernández (Ponente)
En Las Palmas de Gran Canaria, a catorce de septiembre de dos mil dieciséis.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- En la Ejecutoria 264/12, del Juzgado de lo Penal número Cinco de Las Palmas,
de la que dimana el presente Rollo núm. 697/16, se ha dictado Auto con fecha 29 de junio de
2016, por el que se desestima el recurso de reforma interpuesto frente al Auto de fecha 13 de
junio de 2016 que acordaba dejar sin efecto el Auto de fecha 5 de noviembre de 2014 a partir
del 8 de junio de 2015, declarar que el Auto de 5 de noviembre de 2014 había interrumpido el
plazo de prescripción de la pena y acordar la suspensión de la ejecución mediante se
tramitaba el indulto, entendiéndose denegado si no se resolvía en el plazo de un año, que se
cumpliría el próximo 5 de octubre.
SEGUNDO.- Interpuesto recurso de apelación frente a dicha resolución, se dio traslado al
Ministerio Fiscal, que informó en el sentido de oponerse a la estimación del recurso y se
remitió la causa a este Tribunal para resolverlo, sin que se haya celebrado vista al no
solicitarse por el recurrente ni estimarse necesario por la Sala.
1 FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Señala el apelante que la revocación del Auto de suspensión de la pena de fecha
5 de noviembre de 2014 es contraria a derecho, al entender que no cabe la revocación de la
indicada resolución por razones no establecidas en la ley penal. Discrepa en cuanto a la
vigencia del referido Auto, que la resolución impugnada sitúa en el 8 de junio de 2015, al
entender que dicha resolución despliega todos sus efectos hasta el día de su revocación por el
Juzgado y éste solo puede ser revocado por las causas establecidas en la ley penal, ninguna
de las cuales concurre en el presente caso. En relación a la contestación que se da en el Auto
que desestima el recurso de reforma al decir que no se ha revocado el referido auto sino que
se ha dejado sin efecto, entiende el recurrente que se trata de expresiones sinónimas, con
idénticos efectos, poniendo de manifiesto que en el presente caso se ha cumplido la condición
de no delinquir fijada en el Auto que acordaba la suspensión de la ejecución de la pena privativa
de libertad. En segundo lugar, entiende que sería errónea la fijación del 8 de junio de 2015
como el límite de la vigencia de dicho Auto, entendiendo que dicha fecha debería venir referida
al Auto que ahora se impugna o, incluso, a la firmeza de dicho pronunciamiento, al haber
cumplido en todo momento el Sr. Ramírez las condiciones impuestas, sin que las mismas se
hayan dejado de cumplir el día 8 de junio de 2015. En cuanto al pronuncimiento de la Sala
Tercera del Tribunal Supremo, considera que no afecta al Auto de suspensión de la pena,
alcanzando únicamente la nulidad a la necesidad de subsanar el error acaecido en el
procedimiento para la concesión del indulto, considerando el Tribunal Supremo que el Real
Decreto no debe ser anulado totalmente sino que ha de volver a la Audiencia Provincial de Las
Palmas para que remedie el defecto advertido y se emita el informe, manteniéndose la validez
del resto de los informes y de las actuaciones obrantes en el procedimiento, entendiendo el
apelante que no se trata de la concesión de un nuevo indulto, sino de la subsanación de un
trámite subsanable, que ha de conducir, una vez subsanado, a la concesión de la gracia, al
resultar el informe emitido por la Audiencia Provincial favorable, no existiendo en la actualidad
óbice alguno para que se mantenga el indulto parcial concedido al recurrente, sin que haya
riesgo de prescripción de la pena mientras se tramita el expediente de indulto, al encontrarse la
misma suspendida por el Auto de suspensión de la ejecución de la pena. Señala a
continuación, que no resulta de aplicación el artículo 6 del RD 1879/1994 de 16 de septiembre,
por el que se aprueban determinadas normas procedimentales en materia de Justicia e Interior,
toda vez que ya ha recaído resolución expresa como consecuencia del ejercicio del derecho
de gracia y el indulto no puede ser revocado una vez subsanado el requisito omitido, resulta el
indulto irrevocable incluso, señala, por silencio negativo. No está prevista la limitación del plazo
del año para aquellos casos en los que la concesión de la gracia ya ha sido emitida por
resolución expresa, como sucede en el presente caso, ya que se otorgaría a la nulidad
declarada por la Sala Tercera un alcance distinto del pretendido por la misma, que
expresamente ha limitado el alcance de la nulidad a la subsanación del informe a que se refiere
el artículo 23 de la Ley de Indulto, informe emitido ya por parte de la Sección Primera de la
Audiencia Provincial de Las Palmas, resultando obligado el Consejo de Ministros, so pena de
incurrir en arbitrariedad y fraude de ley, a dictar resolución expresa en ejecución de lo ordenado
por el Tribunal Supremo. El artículo 6 del RD 1879/1994 no resulta de aplicación, habiendo
llevado a cabo el Auto de 13 de junio una interpretación expansiva y analógica contra reo, que
debe ser corregida, resultando el indulto irrevocable, al no poder revocar el Consejo de
Ministros por silencio negativo una decisión ya adoptada. Concluye el recurrente señalando que
los Autos impugnados revocan un auto de remisión condicional de la pena al margen de las
2 causas tasadas en la ley penal, establece, en contra del artículo 18 de la Ley de Indulto, que un
indulto ya concedido puede ser revocado por silencio administrativo e impone un plazo de
resolución del indulto que está previsto para un supuesto diferente, cuando en el presente caso
el Consejo de Ministros ya ha resuelto y se ha anulado su decisión por motivos formales,
solicitando la estimación del recurso de apelación en el sentido expuesto.
El Ministerio Fiscal interesa la desestimación del recurso y la íntegra confirmación de la
resolución impugnada.
SEGUNDO.- La suspensión constituye una de las medidas que tienden a hacer efectivo el
principio de reeducación y reinserción social contenido en el art. 25.2 , por lo que las
resoluciones judiciales en las que se acuerde deben ponderar las circunstancias individuales
de los penados, así como los valores y bienes jurídicos comprometidos en las decisiones a
adoptar, teniendo presente tanto la finalidad principal de las penas privativas de libertad, la
reeducación y la reinserción social, como las otras finalidades de prevención general que las
legitiman (SSTC 163/2002, de 16 de septiembre, FJ 4; 248/2004, de 20 de diciembre, FJ 4;
320/2006, de 15 de noviembre, FJ 2; 57/2007, de 12 de marzo, FJ 2 ).
La suspensión de la ejecución de las penas privativas de libertad se regula con carácter
general en los artículos 80 y siguientes del Código Penal, recientemente modificados por la
L.O. 1/15, de 30 de marzo. Tanto en la anterior regulación como en la actual, recogen dichos
preceptos una facultad del juez o tribunal sentenciador, de conceder o no el beneficio requerido
atendiendo a las circunstancias fácticas y personales del condenado. Al respecto señalaba el
Tribunal Supremo, en Sentencia de18 de febrero de 2000, con remisión a la STS de 27 de abril
de 1998 que: "en el Código Penal vigente de 1995 no existe ya la concesión de este beneficio
por ministerio de la Ley, y los requisitos establecidos por ella no actúan como necesariamente
determinantes de esa concesión, sino como condiciones sin las cuales la suspensión no es
posible. En definitiva la concesión del beneficio es una facultad discrecional del Tribunal, tanto
en el caso del artículo 80 que faculta pero no obliga ('los Jueces y Tribunales podrán dejar en
suspenso...') cuando se dan las condiciones del artículo 81 , como en el caso del artículo 87
('el Juez o Tribunal... podrá acordar la suspensión') en las condiciones que este mismo
precepto establece."
En el presente caso se concedió la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad
mediante Auto de fecha 5 de noviembre de 2014, con informe favorable del Ministerio Fiscal,
teniendo en cuenta la circunstancia de ser el recurrente delincuente primario, haber sido
indultado, ascender la pena privativa de libertad a dos años de prisión, haber satisfecho el
penado la responsabilidad civil proveniente del delito, haber abonado íntegramente la multa
impuesta y haber procedido a la demolición total de lo consignado en sentencia condenatoria,
concediéndose mediante el referido Auto el beneficio de suspensión por plazo de cuatro años
con la condición de que el penado no volviera a delinquir durante dicho plazo, con expresa
advertencia de la revocación de dicho beneficio de incumplir dicha condición. Tal y como se
expone en el recurso, no se ha incumplido dicha condición, constatándose, sin embargo, un
cambio en las circunstancias tenidas en cuenta a la hora de adoptar aquella decisión, en
cuanto si bien mediante Acuerdo del Consejo de Ministros de fecha 31 de octubre de 2013,
Real Decreto 863/13, de 31 de octubre, se conmutó la pena privativa de libertad por la pena de
dos años de prisión, dicha resolución fue impugnada por la Asociación Ecologistas en Acción
3 CODA, estimándose parcialmente el recurso interpuesto, por la Sala Tercera del Tribunal
Supremo, mediante Sentencia de 8 de junio de 2015, que anulaba el citado Real Decreto y
acordaba la retroacción de las actuaciones a fin de que por el Tribunal Sentenciador se
emitiera el informe previsto en el artículo 23 de la Ley de Indulto. De esta forma, se resuelve en
el auto ahora impugnado dejar sin efecto el Auto de fecha 5 de noviembre de 2014, que
acordaba la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad, considerando que se
debe acordar en su lugar una suspensión durante la tramitación del indulto, limitada al plazo de
un año, con arreglo al artículo 6 del RD 1879/1994, de 16 de septiembre.
Son varias las cuestiones que plantea el recurrente. En primer lugar, y en relación a la vigencia
del Auto de suspensión de fecha 5 de noviembre de 2014, comparte la Sala los argumentos del
Auto impugnado, al entender la decisión ajustada a derecho. Dicha suspensión se concedió
por concurrir los requisitos previstos en el artículo 80 del Código Penal, entre otros, resultar la
pena privativa de libertad no superior a dos años, circunstancia que se daba en el presente
caso al haber obtenido el apelante la conmutación de la pena privativa de libertad por la de dos
años de prisión, en virtud de Acuerdo del Consejo de Ministros de fecha 31 de octubre de 2013.
Sin embargo, tal y como se ha hecho constar anteriormente, dichos requisitos dejaron de
concurrir tras la Sentencia dictada por la Sala Tercera del Tribunal Supremo, de fecha 8 de
junio de 2015, que dejó sin efecto el acuerdo alcanzado en Consejo de Ministros ante la falta
del informe del Tribunal Sentenciador, constando ya dicho informe y tramitándose nuevamente
la solicitud de indulto del penado. De esta forma, no puede mantenerse el beneficio concedido
cuando no concurre uno de los requisitos del artículo 80 del Código Penal. Aún cuando el
penado, como señala en el recurso, no haya incumplido ninguna de las condiciones
impuestas, no puede mantenerse la suspensión que no se ajusta a los términos del citado
precepto. Dicha suspensión desplegó sus efectos, tal y como también se resuelve en el Auto
impugnado, hasta el 8 de junio de 2015, fecha de la Sentencia de la Sala Tercera del Tribunal
Supremo. Sostiene el recurrente que dicha Sentencia no debe afectar al Auto de suspensión
de la pena, alcanzando únicamente a la necesidad de subsanar el error padecido, sin
embargo, al igual que el Acuerdo del Consejo de Ministros afectó, como no podía ser de otra
manera, a la ejecución de la pena, ofreciendo la posibilidad de conceder una suspensión que
hasta entonces no era factible, la Sentencia debe igualmente afectar a la ejecución de la pena,
al haber dejado sin efecto la conmutación de la misma y encontrarnos nuevamente, desde el
día 8 de junio de 2015, ante la ejecución de una pena de tres años y un día de prisión, lo que
supone que las circunstancias han variado considerablemente.
También se comparten los argumentos del Auto impugnado en cuanto a la interrupción de la
prescripcióin de la pena por el Auto de fecha 5 de noviembre de 2014, debiendo tenerse en
cuenta los supuestos de suspensión y sustitución de la pena de los artículos 80 a 89 del
Código Penal, estaríamos ante formas sustitutivas de cumplimiento de la pena, con lo que no
sería de aplicación a estos casos la doctrina establecida por el Tribunal Constitucional, entre
otras, en la Sentencia 97/10 de 15 de noviembre, aplicable únicamente a los supuestos de
paralización de la ejecución de la pena derivados de la tramitación del indulto o de la
interposición del recurso de amparo constitucional. Así se expresa en la reciente Sentencia del
Tribunal Constitucional, 14/2016, de 1 de febrero; “El art. 134 del Código Penal, en su
redacción originaria dada por la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, aquí aplicable,
disponía que "el tiempo de la prescripción de la pena se computará desde la fecha de la
sentencia firme, o desde el quebrantamiento de la condena, si ésta hubiese comenzado a
cumplirse."
4 Este Tribunal, en su STC 97/2010 , de 15 de noviembre , FJ 4, descartó que la suspensión de
la ejecución de la pena durante la tramitación de una solicitud de indulto -como también de un
recurso de amparo- despliegue un efecto interruptivo sobre el plazo señalado a la prescripción
de la pena, poniendo de relieve la carencia de específica previsión legal al efecto, en la medida
en que el art. 134 del Código Penal se limita a indicar como dies a quo para el cómputo del
plazo de prescripción de la pena la fecha en que la sentencia deviene firme o bien aquélla en
que la condena es quebrantada.
De acuerdo con la citada STC 97/2010 , de 15 de noviembre , "la contemplación de nuevas
causas de interruptivas de la prescripción de las penas distintas a las recogidas en los
preceptos legales reguladores de dicho instituto no es un supuesto que, lógicamente, teniendo
en cuenta los precedentes del Código Penal de 1995, pudiera haber pasado inadvertido al
legislador al regular dicha materia, lo que desde la obligada pauta de la interpretación en el
sentido de la mayor efectividad del derecho fundamental y de la correlativa interpretación
restrictiva de sus límites ( SSTC 19/1999 , de 22 de enero, FJ 5 ; 57/2008 , de 28 de abril , FJ
6), permite entender que si el legislador no incluyó aquellos supuestos de suspensión de
ejecución de la pena como causas de interrupción de la prescripción de las mismas fue
sencillamente porque no quiso hacerlo. En todo caso, y al margen de problemáticas
presunciones sobre la intención del legislador, el dato negativo de la no previsión de esa
situación es indudable y, a partir de él, no resulta constitucionalmente aceptable una
interpretación de los preceptos legales aplicables que excede de su más directo significado
gramatical." (FJ 5).
La doctrina anterior es reiterada, entre otras, en las SSTC 192/2013 , de 18 de noviembre ,
49/2014 , de 7 de abril , y 63/2015 , de 13 de abril , en las que se insiste en que en el ámbito de
ejecución de la pena no cabe hablar de otras formas de interrupción de la prescripción de la
pena distintas del quebrantamiento de condena, por no existir una regulación sustantiva en tal
sentido, como en cambio sí existía en el Código penal de 1973 ( SSTC 97/2010 , de 15 de
noviembre, FJ 4 ; 109/2013 , de 6 de mayo, FJ 4 ; 187/2013 , de 4 de noviembre, FJ 4 ;
192/2013 , de 18 de noviembre, FJ 4 , y 49/2014 , de 7 de abril , FJ 3).
De ahí que este Tribunal haya considerado razonable, desde la perspectiva constitucional
aludida y bajo la vigencia del citado art. 134 CP , que los actos de ejecución dirigidos contra el
condenado distintos del cumplimiento, in natura o sustitutivo, carezcan de relevancia
interruptora de la prescripción ( SSTC 187/2013 , de 4 de noviembre , FJ 4; con cita de la STC
109/2013 , de 6 de mayo , FJ 5; 192/2013 , de 18 de noviembre , FJ 4; 49/2014 , de 7 de abril ,
FJ 3, y 63/2015 , de 13 de abril , FJ 5). Precisamente por apreciar que se trataba de supuestos
de cumplimiento sustitutivo, tal y como había adelantado este Tribunal en STC 109/2013 , de 6
de mayo , FJ 5, destacó la STC 81/2014 , de 28 de mayo , FJ 3, in fine , y reiteró la STC
180/2014 , de 3 de noviembre , FFJJ 2 y 3, que la doctrina establecida en la STC 97/2010 , de
15 de noviembre , no resulta directamente trasladable a aquellos supuestos de paralización de
la ejecución natural de la pena derivados de cuantas formas alternativas de cumplimiento
reconoce expresamente el legislador, dada su diferente naturaleza jurídica y efectos. Tal es el
caso de la suspensión y la sustitución de las penas privativas de libertad previstas en los arts.
80 y ss. del Código Penal, figuras que han sido calificadas como formas de cumplimiento
sustitutivas o alternativas a la pena de prisión”.
5 En atención a lo expuesto procede la desestimación del primer motivo del recurso,
confirmando la decisión de dejar sin efecto el Auto de 14 de noviembre de 2014 a partir del 8 de
junio de 2015, entendiendo que dicho Auto interrumpió el plazo de prescripción de la pena y
que el plazo de prescripción comenzará a computarse desde el 8 de junio de 2015, por los
motivos anteriormente expuestos.
TERCERO.- En relación a la suspensión por la solicitud de indulto, se plantea en el presente
caso una situación excepcional, al constar ya la concesión del indulto que, revocada por la
Sala Tercera del Tribunal Supremo, ante la ausencia de informe del órgano sentenciador, ha
sido ya informado por dicho órgano, concretamente, la Sección Primera de la Audiencia
Provincial de Las Palmas, el fecha 1 de octubre de 2015, acordando "...informar
favorablemente el indulto parcial, en cuanto a lo que exceda en la pena de prisión impuesta de
dos años, manteniéndose el resto de pronunciamientos, con la finalidad de abrir el debate
sobre la posibilidad de suspender la ejecución de dicha pena, con las condiciones que se fijen,
en su caso y dentro del ámbito discrecional del Juzgado que ejecuta la pena, de la pena de
prisión no afectada por el indulto".
El artículo 32 de la Ley del Indulto de 18 de junio de 1870 establece que la solicitud o propuesta
de indulto no suspenderá el cumplimiento de la sentencia ejecutoria, si bien el artículo 4.4 de
nuestro Código Penal, ha introducido la facultad para el Juez o Tribunal de suspender la
ejecución de la pena, mientras no se resuelva sobre la petición de indulto cuando pueda
resultar vulnerado el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, o cuando, de ser
ejecutada la sentencia, la finalidad de éste pudiera resultar ilusoria.
La tensión que se origina entre esta suspensión y el interés general en la ejecución de las
resoluciones judiciales es analizada de forma paralela por el Tribunal Constitucional cuando
suspende cautelarmente la ejecución de las condenas mientras se tramita el recurso de
amparo; de acuerdo con su doctrina, la suspensión se configura como una medida provisional
de carácter excepcional y de aplicación restrictiva, dado el interés general en la efectividad de
las decisiones de los poderes públicos, y en particular, en la ejecución de las resoluciones
dictadas por Jueces y Tribunales en el ejercicio de la potestad jurisdiccional ( art. 117. 3 CE y
18 LOPJ ), pues de lo contrario se correría el riesgo de instrumentar la institución del indulto
como un intento fraudulento y sistemático para eludir o retrasar el cumplimiento de las
responsabilidades penales contraídas y la consecución de los fines de la justicia. En cualquier
caso, la suspensión de la ejecución de la pena por la tramitación del indulto se constituye en
supuesto excepcional que convierte en general el cumplimiento efectivo de las condenas
firmes impuestas.
En principio, pues, no procedería la suspensión de las resoluciones judiciales excepto si se
apreciara una razón suficiente basada en la irreparabilidad de los derechos fundamentales que
pudiera provocar la ejecución, privando al indulto de su finalidad, convirtiendo en ilusoria y
nominal su concesión. Irreparabilidad que generalmente se predica de las penas de prisión de
corta y media duración. En este sentido, penas inferiores a un año de privación de libertad
hacen aconsejable suspender la ejecución mientras se tramita el indulto y penas superiores a
tres años apuntan a lo contrario.
Nuestro TC al resolver sobre la suspensión de la ejecución al amparo del art. 56 LOTC , en
criterio susceptible de ser trasladado a la cuestión que ahora tratamos, establece que deben
ponderarse también otras circunstancias relevantes como "la gravedad y naturaleza de los
hechos enjuiciados y el bien jurídico protegido, su trascendencia social, la duración de la pena
6 impuesta y el tiempo que reste de cumplimiento de la misma, el riesgo de eludir la acción de la
Justicia y la posible desprotección de las víctimas" (por todos AATC 469/2007, de 17 de
diciembre, FJ 2 ; 16/2008, de 21 de enero, FJ 1 ; y 172/2008, de 23 de junio , FJ 2),
circunstancias todas ellas "que expresan la reprobación que el Ordenamiento asigna al hecho
delictivo y, por consiguiente, la magnitud del interés general en su ejecución" (por todos, AATC
109/2008, de 14 de abril, FJ 2 ; 53/2009, de 23 de febrero, FJ 1 ; y 171/2009, de 1 de junio , FJ
1).
Sentado lo anterior, en el presente caso no se cuestiona la procedencia de la suspensión de la
ejecución de la pena privativa de libertad ante la solicitud del indulto por parte del penado, toda
vez que el Juzgado de lo Penal accede a la suspensión interesada, centrándose el objeto del
recurso en el límite que, con arreglo al artículo 6 del RD 1879/1994, de 16 de septiembre; “1.
Los procedimientos a los que dé lugar el ejercicio del derecho de gracia habrán de ser
resueltos en el plazo máximo de un año, pudiendo entenderse desestimadas las solicitudes
cuando no haya recaído resolución expresa en el indicado plazo”, se fija por el Juzgado de lo
Penal, al entender que una vez transcurra un año desde la solicitud de indulto desde que el
expediente fue recibido en el Ministerio de Justicia, el pasado 5 de octubre de 2015, se podrá
entender denegado el indulto y fijando dicha fecha como límite de la suspensión. Tal y como se
señalaba anteriormente, concurren en el presente caso circunstancias excepcionales que
deben ser valoradas para resolver la cuestión planteada. En primer lugar, no puede olvidarse
que ya en los presentes autos, concurriendo idénticas circunstancias e incluso sin el informe
favorable del órgano sentenciador, al penado se le conmutó la pena en el sentido ya expuesto.
Posteriormente, al ser dicha decisión revocada por la Sala Tercera del Tribunal Supremo, ante
la falta de informe del órgano sentenciador, ya ha sido emitido dicho informe, y resulta
sumamente importante que el mismo lo haya sido en sentido favorable a la conmutación
parcial de la pena, en el sentido ya resuelto en el anterior indulto, restando tan solo la
resolución por parte del Ministerio de Justicia. Por último, no puede entenderse que el referido
artículo 6 del RD 1879/1994 deba suponer, necesariamente y en todos los casos, un límite en
el plazo de suspensión previsto en el artículo 4 del Código Penal, en cuanto que pueden y
deben valorarse, en casos como el presente, las circunstancias ya expuestas, para estimar
conveniente la concesión de un plazo más amplio, en tanto se resuelva la solicitud de indulto
planteada, precisamente por entender que, concedido ya el indulto en una primera ocasión y
contando ahora con el informe favorable del Tribunal Sentenciador, proceder a la ejecución
de la sentencia privaría al indulto de su finalidad y afectaría, de forma irreparable, a los
derechos fundamentales del recurrente.
Todo ello, claro está, con el límite de la prescripción de la pena, debiendo dejarse sin efecto
dicha suspensión si próximo a alcanzar dicho límite no se ha resuelto el señalado indulto o,
claro está, si fuera resuelto en sentido negativo.
CUARTO.- Siendo parcialmente estimatorio el recurso procede declarar de oficio las costas
de esta alzada, con arreglo a los artículos 239 y siguientes de la LECrim.
Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación
7 LA SALA RESUELVE.-
ESTIMAR PARCIALMENTE el recurso de apelación interpuesto por la representación
procesal de D. Miguel Ángel Ramírez Alonso contra el Auto de fecha 29 de junio de 2016,
dictado por el Juzgado de lo Penal nº 5 de Las Palmas en la Ejecutoria 264/12, que desestima
el recurso de reforma interpuesto frente al Auto de fecha 13 de junio de 2016, el cual se revoca
parcialmente a los solos efectos de mantener la suspensión de la ejecución de la pena por la
solicitud de indulto, hasta que por el Consejo de Ministros se resuelva sobre la concesión
de indulto interesada, con el límite de la prescripción de la pena, debiendo ser revocada dicha
suspensión si, próximo a cumplirse dicho límite, no hubiera sido resuelta la solicitud de indulto.
Se declaran de oficio de las costas de esta alzada.
Notifíquese esta resolución a las partes haciéndole saber que la misma es firme por no caber
contra ella recurso alguno.
Así por este nuestro auto lo pronunciamos, lo mandamos y firmamos.
Diligencia para hacer constar que seguidamente se cumple lo acordado, doy fe.
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