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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a ocho de abril de mil
novecientos noventa y siete, habiéndose establecido, de
conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá
observarse el siguiente orden de votación: doctores Salas,
Pisano, Negri, Laborde, Pettigiani, se reúnen los señores
jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario
para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 58.947,
"Apud, Domingo A. contra Provincia de Buenos Aires. Accidente de trabajo".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo nº 2 de La Plata rechazó
la demanda entablada; con costas a la parte actora.
Esta dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Salas dijo:
I. El tribunal de la causa hizo lugar a la defensa de prescripción opuesta por la Provincia de Buenos
Aires y rechazó la demanda que por el cobro de indemnización por incapacidad laboral derivada de un accidente de
trabajo sufrido el 28 de marzo de 1984, promoviera Domingo
Armando Apud.
Para arribar a la decisión cuestionada, los jueces de grado meritaron que según lo expuesto por el propio
actor en la presentación del 19 de mayo de 1989 (con la que
se encabezara el expte. 2203-0816803), a partir del mes de
noviembre de 1985 y a raíz del aludido infortunio, Apud
-que como cabo 1ro. cumplía tareas en la Mesa General de
Entradas de la Jefatura de Policía provincial-, no pudo
reintegrarse más a ningún tipo de tareas. Semejante afirmación -se estableció a fs. 249 vta. del veredicto- "lleva
ínsita la clara noción de la incapacidad que el reclamante
experimentaba por entonces, al punto de considerarse impedido de toda labor, ya fuese exclusivamente por su dolencia
somática o por la psíquica".
De tal modo, deducido el reclamo indemnizatorio
de autos el 24 de agosto de 1990 (v. fs. 73), va de suyo
-concluyó el sentenciante a fs. 252 y vta.- que lo fue
cuando la prescripción ya se hallaba cumplida.
II. En su recurso extraordinario, denuncia el
apelante la violación de los arts. 1, 14, 16, 17, 18, 19 y
31 de la Constitución nacional; 258 de la Ley de Contrato
de Trabajo; 19 de la ley 9688 (texto según ley 23.643) y 45
inc. "e" del dec. ley 7718/71 (actual 44 inc. "d", ley
11.653), exponiendo en lo sustancial los siguientes agravios:
1. El juzgador de grado no tomó en cuenta los informes médicos agregados a la causa, de los cuales se infiere, sin duda alguna, que tanto el actor como el organismo empleador no tuvieron certeza, hasta el mes de julio
de 1990, de que las dolencias aparecidas con motivo del infortunio le acarrearan a aquél una disminución laborativa
permanente. Tan es así que con anterioridad a esa fecha,
las numerosas juntas médicas que lo examinaron nunca determinaron que su estado incapacitante fuere definitivo, concediéndosele en cambio sucesivas licencias a la espera de
una recuperación.
Y la absurdidad del fallo es mayor -enfatiza el
apelante- respecto de la secuela invalidente por el síndrome depresivo, afección que de acuerdo a dichos informes
recién se manifestó en el mes de enero de 1987.
2. A despecho de lo manifestado erróneamente por
el accionante en su nota de fecha 19 de mayo de 1989 (cuyos
términos además, fueron desinterpretados en el fallo), el
tribunal de origen no advirtió que según surge del informe
de fs. 149 acompañado con la pericia contable, el 27 de junio de 1986 y hasta el 27 de enero de 1987 (es decir, con
posterioridad a la presunta toma de conocimiento) Apud retornó al trabajo, lo que evidencia una recuperación cuando
menos transitoria.
En este sentido también, constituye una prueba
categórica sobre la incertidumbre de la evolución que tendría la patología del empleado, el dictamen que la Junta
Superior de Reconocimientos Médicos de la institución policial emitiera el 27 de octubre de 1988, al diagnosticarle
lumbociatalgia por hernia de disco y síndrome depresivo y
concluyendo que después de treinta días de reposo debía someterse a un nuevo examen por Junta Médica Superior.
3. El fallo vulnera la doctrina de los propios
actos, por cuanto si el Estado provincial prolongó, por actos plenamente eficaces, el estado de invalidez transitoria
de Apud sin definir su irreversibilidad, no puede luego
prevalerse de esa situación -convalidada por los jueces de
la causa- para alegar que ya en el mes de noviembre de 1985
aquél había tomado conocimiento de su estado incapacitante.
III. El recurso en mi opinión, debe prosperar.
1. Acierta el apelante en su ataque al reseñado
fundamento del fallo, en tanto la decisión impugnada no se
compadece con las probanzas de autos y resulta claramente
violatoria del art. 19 de la ley 9688, modificada por la
ley 23.643.
Efectivamente -y en primer lugar- no puede interpretarse el contenido de la declaración del actor en su
nota al Jefe de Policía de fecha 19-V-89, en el marco del
expte. nº 709.794/84 (v. fs. 38 del expte. agregado por
cuerda, caratulado bajo el nº 2203-217.399/91) del modo
como lo hace el sentenciante de grado, desde que a la fecha
de la supuesta toma de conocimiento establecida en el decisorio, según constancias firmes de la causa, la dolencia
psiquiátrica del accionante -reconocida en el veredicto y
por la que se le otorgó un 20% de incapacidad- todavía no
se le había manifestado, ya que sus primeros síntomas aparecieron en el año 1987 (fs. 34, expte. cit.).
Luego, también queda desvirtuado el razonamiento
del tribunal de origen con los informes emanados del organismo policial acompañados a la pericia contable (fs. 149 y
150), de donde se verifica que en el mes de setiembre de
1986 el actor retomó transitoriamente sus tareas.
Pero lo que resulta decisivo (como también se
acredita especialmente con dichas constancias; fs. 150 y
151) es que Apud desde 1986 y hasta diciembre de 1990 se
sometió a periódicas juntas médicas que -más allá de los
diagnósticos efectuados- le fueron otorgando sucesivas licencias con reposo de 30 días, lo que de modo elocuente representa una indefinición de la autoridad sanitaria policial acerca de sus afecciones en relación a la disminución
laborativa que las mismas, de modo irreversible, le ocasionarían.
Y si ello fue así, no puede concluirse que el empleado conociera (o debiera conocer), cabalmente, su estado
incapacitante, habida cuenta que la adquisición cabal de su
disminución laborativa y de la determinación de la incapacidad a que se refiere la ley 23.643 supone un pleno conocimiento de parte del interesado de que sufre un déficit
laboral permanente (conf. causa L. 55.942, sent. del 11-X95).
2. Corresponde entonces considerar que recién al
remitir la mencionada nota relatando su estado de salud
para que "se proceda a nuevo dictamen de Junta Médica a los
efectos de establecer mi grado de incapacidad física y psíquica..." (fs. 38 vta. del expte. 2203-217.399/91), Apud
adquirió una certera noción de la irreversibilidad de su
minusvalía laborativa, circunstancia acaecida, como quedó
dicho, el 19 de mayo de 1989.
En virtud de ello, al tiempo de interponerse la
demanda no había transcurrido el plazo prescriptivo bianual
contemplado en el art. 19 de la ley 9688 (t.o. ley 23.643),
por lo que debe revocarse el fallo de origen. Máxime que al
resolver esta cuestión, no obstante admitir "que el carácter evolutivo de las noxas en cuestión torna arduo el menester", el tribunal a quo se decidió por la prescripción
de la acción promovida, cuando, como lo establece conocida
doctrina, la interpretación de la prescripción debe ser
restrictiva y en consecuencia, tiene que estarse por la solución más favorable a la subsistencia del derecho (conf.
causas Ac. 43.779, sent. del 2-X-90; Ac. 57.436, sent. del
27-II-96).
3. Con arreglo a lo hasta ahora analizado, demostrada la vinculación de las patologías descriptas con el
infortunio laboral sufrido por Apud y que de ellas se deriva una disminución permanente del 40% de su capacidad laboral sobre la total obrera (cuantificación que deviene
inobjetable en esta instancia, con arreglo a las consideraciones formuladas a fs. 249 del veredicto), debe hacerse
lugar a la demanda entablada por Domingo Armando Apud contra la Provincia de Buenos Aires por cobro de indemnización
por incapacidad laboral derivada de accidente de trabajo
(arts. 1, 8, y 11 ley 9688, conf. texto ley 23.643).
IV. Por todo lo expuesto, el recurso resulta procedente; con costas de ambas instancias a la parte demandada (arts. 19, ley 11.653; 289, C.P.C.C.).
En el tribunal de origen, de conformidad a lo resuelto y las constancias objetivas de la causa, deberá
practicarse la liquidación correspondiente.
Voto por la afirmativa.
Los señores jueces doctores Pisano, Negri, Laborde y Pettigiani, por los mismos fundamentos del señor
Juez doctor Salas, votaron también por la afirmativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
hace lugar al recurso extraordinario traído conforme lo establecido en los puntos II, ap. 3 y IV de la votación precedente.
Notifíquese y devuélvase.
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