Coordinación y equilibrio. Concepto y actividades para su

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15• Jornadas- 280-286, 2001
Coordinación y equilibrio.
Concepto y actividades para su desarrollo
DR. M. NAVARRO VALDIVIELSO; DR. J.M. GARCÍA MANSO; DRA. Ma. E. BRITO OJEDA;
DR. R. NAVARRO GARCÍA; DR. J. A. RUIZ CABALLERO; DR. A. EGEA CORTÉS
La mayoría de los autores relevantes del estudio de la Condición Física
optan por clasificar las capacidades físicas en dos grandes grupos, uno de
ellos denominadas básicas o condicionales (Fuerza, Resistencia, Velocidad y
Movilidad), y otro grupo conformado por las capacidades coordinativas o perceptivo-motrices, que incluirían un gama innumerable de aspectos que regulan y controlan el movimiento. Esta clasificación no es más que un artificio
para descomponer y entender mejor la motricidad humana, sobre todo cuando se trata de sistematizar o planificar los conten idos de enseñanza y colaborar en el correcto desarrollo corporal de los niños y niñas. En realidad, el
movimiento corporal es único, y en él se integran todos los procesos neurofisiológicos, psicológicos y contextua les en el que se presenta el mismo, estando perfectamente coordinado de principio a fin.
Tal como señala García Manso, Navarro y Ruiz Caballero (1996), las cualidades perceptivomotrices son aspectos de la motricidad sobre los que se asientan las capacidades coordinativas. Por lo tanto, cuando hablamos de coordinación motriz nos referimos a un entramado de aspectos psicomotrices y
habilidades motrices que requiere el individuo para organizar y ordenar las
acciones motoras ante un movimiento determinado.
Bajo el término coordinación motriz, encontramos diferentes formas de presentación de este concepto. Unos los incluyen dentro de la denominada
Psicomotricidad o Educación Física de Base (desarrollo del esquema corporal,
capacidades coordinativas y perceptivo-motrices) como influjo de la corriente francesa; otros la plantean desde la óptica de las denominadas Habilidades Motrices; y
desde la óptica del entrenamiento deportivo se separan de las denominadas capacidades físicas básicas formando un grupo genérico de capacidades coordinativas.
Cuando nos disponemos a aprender algún gesto o acción motriz nueva se pone
en evidencia ciertas dificultades en su ejecución, y que a medida que se repiten
van realizándose de forma más armónica y fluida. Por ejemplo, cuando quieres
aprender un paso de baile, inicialmente, debes tomar conciencia de la secuencia y
ritmo de dichos pasos, y posteriormente cuando ya has logrado una buena coordinación llegas, incluso, a automatizar todos sus movimientos sin, ni siquiera, pensar en su ejecución. Todos los movimientos que precisan de actividades musculares rápidas e intensas han de integrarse en una secuencia temporal de respuestas
interrelacionadas, donde la mayoría de ellas se realizarán automáticamente.
En resumen, creemos que no es correcto hablar simplemente de coordinación, sino de coordinaciones o de capacidades coordinativas. Y más, teniendo
en cuenta el complicado mecanismo que regula todos los movimientos coordinados del ser humano, donde los bucles y caminos de ida y vuelta del
impulso nervioso pasan por numerosos controles de percepción, de codificación, de regulación y de ejecución para rea lizar un gesto técnico deportivo o
un simple movimiento corporal.
La coordinación motriz
1. Concepto de coordinación.
De las múltiples definiciones de Coordinación destacamos las siguientes:
• Lora Risco, ((Capacidad de hacer intervenir armoniosa, económica y eficazmente los músculos que participan en la acción, en conjunción perfecta con el espacio y el tiempo».1991.
• Castañer y Camenino: ((Es la capacidad de regular de forma precisa la
intervención del propio cuerpo en la ejecución de la acción justa y necesaria según la idea motriz prefijada».1991 .
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Departamento Hospital Universitario Insular. U.L.P.G.C. Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología
• Navarro: Es la capacidad que posee el organismo para encadenar unos
movimientos tras otros de manera ordenada y precisa, ajustándose al
movimiento requerido previamente.1997.
• Latorre: Capacidad de uno o varios grupos musculares para realizar un
gesto o acción determinada, o bien para accionar voluntariamente grupos
musculares sin que intervengan movimientos involuntarios que lo alteren
(sincinesias), 1997.
• Legido: Es la organización de sinergias musculares adaptadas a un fin y
cuyo resultado es el ajuste progresivo de una tarea.1974.
2. Tipos de Coordinación Motriz.
Muy lejos de nuestra intención, es considerar la coordinación como una
entidad aislada, que ocupa su pequeña parcela en una clasificación de habi lidades y que opera de modo relativamente independiente con el resto de ellas.
Entre las diversas clasificaciones existentes sobre la coordinación comenzaremos citando una de las más clásicas que es la de Le Boulch (1980), quien
divide la coordinación en:
• Coordinación dinámico-general: Referentes a la coordinación de los segmentos de todo el cuerpo, interactuando conjuntamente.
• Coordinación específica o segmentaria: Referentes a movimientos analíticos donde se relaciona el sentido de la vista o del oído con los segmentos
corporales (Coordinación aculo-manual y oculo-pédica).
• Coordinación interiscular: Referente a la relación entre todos los músculos que intervienen en una acción muscular determinada, (agonistas,
antagonistas, sinergistas y fijadores).
• Coordinación intramuscular: Referente a la capacidad de un músculo para
contraerse eficazmente.
Desde el punto de vista del entrenamiento deportivo, preferimos aceptar la clasificación que propone Meinel y Schanabel (1988) y que engloba las siguientes:
• Capacidad de diferenciación: capacidad para lograr una coordinación muy
fina de fases motoras y movimientos parciales individuales, la cual se
manifiesta en una gran exactitud y economía del movimiento total.
• Capacidad de acoplamiento: capacidad de coordinar los movimientos parciales del cuerpo entre sí y en relación del movimiento total que se realiza
para obtener un objetivo motor determinado»
• Capacidad de orientación: Es la capacidad de determinar la posición y los
movimientos del cuerpo en el espacio y en el tiempo, en relación con un
campo de acción definido y/o a un objeto en movimiento».
• Capacidad de equilibrio: capacidad de mantener o recuperar la posición
del cuerpo durante la ejecución de posiciones estáticas o en movimiento
• Capacidad de cambio: capacidad de adaptación de un individuo a las nuevas situaciones de movimiento que se presentan durante la ejecución de
una actividad física que presenta numerosas interferencias del entorn o,
los contrarios o los compañeros
• Capacidad de ritmización: la capacidad de organizar cronológicamente las
prestaciones musculares en relación con el espacio y el tiempo» .
• Capacidad de reacción : el tiempo que transcurre entre el inicio de un estímulo, y el inicio de la respuesta solicitada al sujeto
• Capacidad de relajación: La capacidad de relajar de forma voluntaria la
musculatura es uno de los factores que permiten ejecutar de forma eficaz
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Coordinación y equilibrio. Concepto y actividades para su desarrollo
y fluidez las técnicas deportivas, a la vez que determinan la economía de
ejecución de la práctica deportiva.
3. Factores que afectan a la coordinación.
a. Factores de los que depende la coordinación
• Coordinación sensoriomotriz: Referente a la relación ajustada y precisa
establecida entre el movimiento y cada uno de los diferentes campos sensoriales: vista, oído, tacto y propioceptividad. Los sentidos servirán para
brindar información al cerebro sobre el éxito o fracaso de nuestras actividades motoras.
• Coordinación global o general: Referente a la participación dinámica o
estática de todos los segmentos del cuerpo al ajustarse a un objetivo propuesto. Tiene su base en la concurrencia de diversos factores: fuerza,
velocidad, resistencia y flexibilidad, a los que Lora Risco denomina coordinación psicoorgánicomotriz.
• Coordinación perceptivomotriz: Referente a la organización de los datos
sensoriales por los cuales conocemos la presencia de un objeto exterior
en función de las experiencias recibidas, nuestros deseos, nuestras necesidades, etc.
Para una mejor comprensión, relacionaremos cada uno de los tres niveles
de coordinación presentados con las habilidades motrices que conocemos,
configurando el concepto aglutinador de lo que debemos entender como
coordinación .
Coordinación sensoriomotriz:
• Coordinación visomotriz: Referida a la coordinación ojo-mano, ojopie.
• Coordinación audiomotriz: Referida al reconocimiento de la señal sonora
con objeto de ajustarla a la respuesta motora.
• Coordinación sensomotriz general: Referida a aquellos movimientos que
ponen en juego la función sensorial de cualquier parte del cuerpo con
intervención o no de la vista o la mano. Por ejemplo comparar tamaños,
formas, etc.
• Coordinación cinestésicomotriz y tiempo de reacción: Referida a la relación del cuerpo móvil o inmóvil, en el que interviene el sentido propioceptivo o cinestésico o el tiempo en el que se reacciona ante cualquier estímulo.
Coordinación global o general:
a) Coordinación locomotora:
Marcha
Carrera
Saltos
b) Coordinación manipulativa:
Lanzamientos
Recepciones
e) Equilibrio y reequilibrio
Coordinación perceptivomotriz:
a) Conciencia corporal:
Esquema corporal (conocimiento de las partes del cuerpo)
Control y ajuste postura!
Lateralidad
Respiración
Relajación
b) Espacialidad: Referida a la organización, orientación y estructuración del
espacio. ·
e) Temporalidad: Referida a la percepción de la duración (tiempo). percepción de la velocidad, del silencio, de las estructuras rítmicas, del reconocimiento de ritmos, etc. Debemos dar gran importancia al desarrollo del
ritmo dentro de la temporalidad.
Existen una serie de factores que están implícitos en todos los movimientos
de locomoción y consecuentemente deportivos. Meinel expone los siguientes:
• Ejes de movimiento. En cualquier acto motor entran en funcionamiento
una serie de ejes de movimiento, que en todo el cuerpo, humano están
cifrados en 240. Sólo para el brazo podríamos describir 30. Esta cantidad
de ejes permite al sistema corporal numerosas posibilidades de acción en
tomo a un complejo articular que organiza la actividad mediante la
secuencia de diferentes cadenas cinéticas. Así. y como ejemplo, para
valorar el efecto combinado de un lanzamiento de jabalina no sólo deberíamos centrar nuestra atención en el brazo ejecutor sino en la conjunción
de los movimientos desde la punta de los pies, sin olvidamos del otro
brazo, que actúa de ayudante en la mayor efectividad al gesto motriz.
• Elasticidad de músculos, tendones y ligamentos. El movimiento de los
ejes articulares está condicionado por la elasticidad de los músculos, tendones y ligamentos, que junto a la movilidad de cada articulación: nos da
la flexibilidad necesaria para conseguir los movimientos amplios y naturales.
• Inserción muscular. En la ejecución de movimientos dependientes de una
cadena cinética (Gutiérrez, 1998:302) la participación de los músculos
implicados en la movilidad de los segmentos proximales, sobre lodo del
tronco, tendrán como función fijar la acción inicial, mientras que aquellos
insertados en los segmentos distales procurarán aportar una gran velocidad angular.
• La acción de fuerzas externas y de los cambios ambientales producidos
por los mismos movimientos. Cualquier movimiento conlleva una confrontación con una situación ambiental determinada donde además de las
fuerzas musculares internas participan fuerzas externas: gravedad, inercia, ficción, resistencia del aire ...
• Variables externas. La tarea coordinativa va a ser complicada por la necesidad de reajustar constantemente el movimiento expresado en diferentes
situaciones de juego y deporte, donde los cambios de un medio inestable
harán necesario que se operen modificaciones en los objetivos parciales y
finalidades de la conducta .
• El equilibrio. La coordinación del movimiento será más elevada cuando el
acto motriz deba ejecutarse actuando sobre superficies de apoyo muy
pequeñas.
b. Factores que afectan a la coordinación
1} Referentes a la coordinación general
• Herencia: La herencia (tipo somático, tipo de fibras, sistema nervioso ... )
condiciona el conjunto de capacidades motrices de la persona y determina las diferencias entre individuos.
• La edad: El desarrollo de la coordinación aparece condicionado por las
leyes naturales que regulan la maduración y por el tipo de aprendizaje y
experiencias que vaya acumulando durante su vida .
- Primeros años. Adquiere la suficiente madurez nerviosa y muscular
como para asumir las tareas de manejo del propio cuerpo así como
su relación con los objetos y espacio circundante.
- Infancia. El grado de desarrollo de la coordinación está predeterminado por la adquisición de un perfecto esquema corporal y un buen
conocimiento y control del propio cuerpo.
- Edad prepuberal. Los factores neuro sensoriales, que participan en la
coordinación, han sido definitivamente conformados. Es la etapa
ideal para la adquisición de experiencias motrices.
- Pubertad. Debido al crecimiento general del cuerpo se experimenta
un retroceso aparente. Pero se observa un incremento a partir de este
período, debido a la mejora de las cualidades físicas.
- Edad adulta. Se mantienen las coordinaciones adquiridas en etapas
anteriores pero comienzan problemas relacionados con la asimilación
y aprendizaje de habilidades o destrezas para las que se necesita un
_ elevado grado de coordinación.
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Una de las taxonomías mas aceptadas en la que propone Lora Risco (1991).
en las que establece tres niveles de coordinación:
• El grado de fatiga: La fatiga comienza a perjudicar la facilidad con que se
produce el proceso de contracción-relajación, pues influye negativamente
sobre la capacidad neuromuscular del organismo. En consecuencia la
coordinación también se verá afectada.
• La tensión nerviosa: Una relajación excesiva puede provocar falta de atención y, consecuentemente, bajar la disposición para el movimiento. Por
otro lado, un estado de ansiedad puede elevar la tensión y motivar la producción de movimientos desorganizados, pérdida de equilibrio y temblores.
• La condición física: Una buena condición física mejora la buena ejecución
y retrasa la fatiga.
• El nivel de aprendizaje: Un buen nivel de aprendizaje, manifestado en una
exacta automatización del gesto, permite eliminar acciones indeseables y
realizar movimientos más complejos al liberar la atención de los movimientos automatizados.
2) Referentes a la coordinación segmentaria
• Zona del cuerpo: Los diestros son más coordinados con el lado derecho y
los zurdos con el izquierdo.
• Sentido y dirección del Movimiento: Son más precisos los movimientos
efectuados hacia delante, en el plano horizontal, que los efectuados en
otros planos y direcciones.
• Aspectos externos: Determinan el éxito o fracaso de las acciones que
debamos acometer. Pueden ser: la percepción sensorial (fundamentalmente la visual), las características del objeto a manejar, distancia, velocidad y trayectoria de los objetos a manejar, características de la acción:
control, interceptación, captación, lanzamientos ...
4. Evolución déla capacidad de coordinación
Autores como Beraldo y Polletti (1991) afirman que «la mejor edad para
intervenir sobre los procesos coordinadores va desde los 6 a los 11 años».
Esta afirmación puede llevarnos a la idea errónea de que la intervención
motriz no debe realizarse de manera programada hasta dichas edades. Muy
opuesta a esta idea son las opiniones de otros autores como la de Winter, que
dice que «el control y la regulación neuromuscular y sensomotriz del movimiento corresponden manifiestamente a funciones elementales cuya madurez
y desarrollo se produce muy pronto». «No se insistirá nunca bastante sobre la
necesidad de desarrollar la capacidad de coordinación con la debida prontitud . Nunca es bastante pronto». (Lewin 1965; Winter, 1976; Meinel, 1976;
lsrael1977, etc.)
«Con el nacimiento, el sistema nervioso central y la musculatura esquelética aún no tienen relación funcional. En el momento de reaccionar frente a
estímulos y luego superando tareas dadas intrínseca o extrínsecamente, se
organizan progresivamente las inervaciones estimuladas y los movimientos a
conseguir. A través de una multitud de pasos evolutivos, primero con el
aprendizaje ensayo-error, luego mediante la imaginación y la valoración, se
consigue primero una dirección cada vez más diferenciada y finalmente coordinativa y detallada» (Hahn, 1988).
Según Trigueros y Rivera (1989), las coordinaciones de los niños con pocos
meses son globales, comenzando las primeras coordinaciones óculo-manuales al coger objetos de manera muy tosca al principio por acción de barrido de
brazos, siendo a los cuatro meses cuando empieza a utilizar sus manos más
hábilmente utilizando indistintamente una u otra. La prensión global se
adquiere a los 6 meses aproximadamente, aunque hasta los siete no es capaz
de ajustar sus movimientos para soltar un objeto, siendo un poco más adelante cuando se da el patrón de arrojar. De los 18 a los 24 meses es cuando se
aprecia mayor desarrollo de la capacidad coordinativa al ser ya capaz de abrir
y cerrar puertas, lavarse, ponerse los zapatos, pasar las hojas de un libro,
comer con autonomía y garabatear.
Entre el segundo y el cuarto año el repertorio de posibilidades crece con los
estímulos que le llegan al niño. Si recibe pocos, determinados componentes
se formarán menos, como por ejemplo el sentido del ritmo (Hahn, 1988). Gran
parte de las perturbaciones coordinativas se inician en esta fase, por ejemplo
en los lanzamientos se adelanta el pie correspondiente al brazo ejecutor.
Entre los 4 y 7 años, según Hahn, es cuando las mejoras coordinativas
experimentan su mayor grado de crecimiento. La curiosidad y la actitud lúdica
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propia de estas edades es protagonista por excelencia en la formación tanto
motriz como cognitiva del niño y hacen que las formas motoras se vayan enriqueciendo y complicando. A la edad de 7 años aproximadamente las coordinaciones comienzan a ser analíticas con independencia segmentaría y con un
repertorio de movimientos mucho más amplios y precisos.
En definitiva se puede decir que los niños en edad preescolar deben adquiri r
multitud de habilidades motrices, con el fin de consolidar unos firmes cimientos
para aprovechar al máximo las fases óptimas de aprendizaje, que muchas veces
están condicionadas por la eficacia de la enseñanza. Es importante que, el aprendizaje de las habilidades se realice correctamente con objeto de no tener que vernos en la necesidad de modificar posteriormente estereotipos mal aprendidos
con el gasto de energía y el exceso de fatiga nerviosa que conlleva.
En la última parte del segundo ciclo y todo el tercer ciclo de Primaria (9-12
años), debido al desarrollo cognitivo y sensitivo, se refleja una buena capacidad
perceptiva y de observación, y 44 el desarrollo casi completo del analizador kinestésico (percepción muscular), se permite un seguimiento interno de movimientos
observados y, con ello, la capacidad de interiorizar el movimiento» (Martín, 1982,
cit. por Hahn, 1988). La consecución de la madurez cerebral en el área cortical
motriz, durante esta etapa, facilita la cooperación entre la motricidad automática
(bulbo raquídeo, tronco cerebral) y voluntaria (córtex cerebral) (Kiphard, 1976).
Otros autores como Bringmann (1973); Meinel (1976); Hitz (1978), aluden a esta
fase como inmejorable para que se de el aprendizaje motor de tareas más complejas, debido al mejoramiento de la capacidad de control, de regulación, de combinación motriz, de diferenciación temporal, de reacción y de ritmo.
Como estamos viendo, parece ésta una etapa de «oro» para los aprendizajes, y es aquí donde se hacen válidas las palabras de Beraldo y Polletti citadas
al principio del apartado, entendiendo que a esta edad de oro, no se llegará
con garantías de explorar toda su potencialidad, si no se ha realizado un trabajo programado desde la base; nos estamos refiriendo a las edades comprendidas entre Oy 6 años.
En la prepubertad y pubertad, debido al cambio morfológico desproporcionado, se provoca una disminución de la calidad motriz que afecta sobre todo
a los movimientos que exigen gran precisión, mermando la capacidad coordinativa. Según Trigueros y Rivera, la capacidad de coordinación empeora con
el crecimiento, vuelven hacer aparición las paratonías y sincinesias, la coordinación general y segmentaría empeora, y se pierde en precisión porque
aumenta la fuerza y no la controla. Por estos motivos, autores como Meinel
(1976), son partidarios de restringir provisionalmente la adquisición de movimientos complejos intentando proseguir en la mejora y consolidación del
desarrollo de movimientos ya adquiridos.
Durante la edad adulta suele mantener el nivel de coordinación mientras no
se produzcan deterioros notables en el aparato locomotor y sistema nervioso.
5. Actividades para el desarrollo de las capacidades coordinativas.
a. Objetivos de desarrollo de la coordinación
Entre los numerosos objetivos que persigue el desarrollo de la coordinación, podemos citar los siguientes:
• Fomentar la mejora de todas las habilidades motrices, desde las que
conocemos como perceptivas hasta las específicas y especializadas.
Desarrollar la capacidad de producir patrones multimusculares motores
automáticos (engramas automáticos). Mejorar la activación e inhibición
sincronizada de una serie de grupos musculares. Mejorar el tiempo de
reacción, la velocidad de ejecución. Mejorar la realización de movimientos
simultáneos, alternativos o disociados. Mejorar entre las habilidades citadas, sobre todo conciencia corporal, el Equilibrio y la Percepción espaciotemporal. Mejorar la eficacia global de determinados factores de ejecución como la Fuerza muscular, Velocidad, la Resistencia y la Flexibilidad.
Mejorar la adaptación a situaciones nuevas e imprevistas con objeto de
resolver las con la mayor eficacia posible.
b. Consideraciones generales sobre el entrenamiento de la coordinación
Como ya hemos expuesto, el objetivo principal del entrenamiento de la
coordinación es desarrollar la capacidad de producir libremente patrones multimusculares motores automáticos, rápidos, precisos, e intensos.
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DR. M. NAVARRO VALDIVIELSO; DR. J.M. GARCÍA MANSO; DRA. M•. E. BRITO OJEDA; DR. R. NAVARRO GARCÍA; DR. J. A. RUIZ CABALLERO; DR. A. EGEA CORTÉS
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C. Métodos para el entrenamiento de la coordinación
Entre los métodos más relevantes para el entrenamiento de la coordinación
están en los basados en la variación y combinación de los ejercicios. En este
grupo podemos citar las variaciones y combinaciones siguientes: (Weineck
1988):
• Variaciones de la postura y posición inicial del ejercicio.
• Variación de la ejecución del ejercicio.
• Variación de la dinámica del movimiento (ejecución más rápida o más lenta
del mismo, utilizando por ejemplo implementos con sobrecarga o sin ella).
• Variación de la estructura espacial del gesto: variando la estructura del
terreno, sus dimensiones, etc.
• Variación de las variaciones externas: variar superficie, climatología, etc.
• Variación de la captación de información: mejorando ésta con el aumento
o la reducción de la información presentada, tanto visual, auditiva, estático-dinámica, táctil y kinestésica .
• Combinaciones de habilidades gestuales: una vez dominada la habilidad
plenamente.
Beraldo y Polleti (1991) hacen también una clasificación resumida de los
métodos para la mejora de la coordinación que exponemos a continuación :
• Ejecución de los ejercicios en condiciones inusitadas.
• Ejecución especular de ambos lados. Variación de la velocidad y del ritmo
ejecutivo.
• Adición de movimientos complejos al ejercicio básico. Variación de las
cargas usuales.
• Variación de las dimensiones de las superficies de juego. Lizaur (tomado
de Antón García, 1989), propone:
- Variación de las condiciones de inicio del movimiento o del juego.
Variación de las técnicas. Aumento de la dificultad y velocidad de ejecución . Solicitaciones variadas del equilibrio en forma estática y dinámica en el suelo o sobre bases elevadas.
Si tomamos como referencia la clasificación de Lora Risco sobre las capacidades coordinativas, y siguiendo su orden trabajaríamos:
1. Coordinación sensoriomotriz
• Coordinación visomotriz: juegos y ejercicios de coordinación áculamanual y óculo-pédica, utilizando móviles y habilidades como conducciones, lanzamientos, recepciones, botes, golpeos, lanzamientos y golpeos
de precisión, etc.
• Coordinación audiomotriz: ejercicios y juegos de reacción ante señales
acústicas, ejercicios de relación de sonidos con acciones de movimiento,
etc.
• Coordinación sensoriomotriz general: ejercicios y juegos de conducciones, golpeos, parada, etc. con distintos segmentos corporales, utilizando
móviles livianos y de tamaño grande para ir disminuyéndolos y aumentándolos en peso.
• Coordinación cinestésicomotriz y tiempo de reacción: ejercicios y juegos
de cambios de dirección y sentido ante estímulos diversos (visuales, auditivos o táctiles), salidas desde distintas posturas, alcanzar objetos en tiempos mínimos soltándolos desde cierta altura y atrapándoles antes de que
caigan al suelo, lo mismo con desplazamientos previos, etc.
2. Coordinación Global o General.
• Coordinación locomotora: juegos y ejercicios de marcha, carrera variando
la dirección, el tiempo de desplazamiento, imitando animales, personajes;
saltar variando las piernas de impulso, de caída, utilizando obstáculos,
materiales como cuerdas, aros; saltos hacia alturas, desde alturas, en longitud, a recibir objetos en el salto, etc.
• Coordinación manipulativa: juegos y ejercicios de lanzamiento por extensión del brazo, por oscilación, a distintas distancias, de diversas formas,
con una y otra mano cuando esté reforzada la mano dominante, a distintas velocidades, variando el tamaño y peso de los móviles, lanzamientos
de precisión a blancos y móviles, a blancos móviles, etc. Recepciones utilizando las mismas variantes que en los lanzamientos.
• Equilibrio: Ejercicios y juegos de equilibrio estático y dinámico, individual,
con compañeros, sin material, con material, sobre materiales, combinándolos con otras habilidades, etc.
3. Coordinación Perceptivomotriz:
• Conciencia Corporal: ejercicios y juegos para el conocimiento de las partes del cuerpo (Esquema Corporal), ejercicios de control y ajuste postura!,
ejercicios y juegos que fomenten el trabajo con ambas manos y pies, ejercicios y juegos de respiración, de relajación.
• Espacialidad: ejercicios y juegos para asimilar conceptos de localización
espacial con objeto de orientarlos en el espacio (allí, aquí, ahí, entre,
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No debemos olvidar, que donde queremos provocar estos cambios es en
niños, y que éstos no entienden ni de patrones preprogramados automatizados ni de organizaciones neurológicas de un patrón p"reprogramado, si no de
que la tarea que estén realizando les sea motivante, para que a partir de esta
motivación se fijen y automaticen sin que este proceso les suponga carga
alguna.
Esta reflexión nos conduce hacia la idea de establecer unos medios y métodos de entrenamiento acorde a los intereses y motivaciones de los aprendizajes, sin abandonar el objeto último de la coordinación, desarrollar el mayor
número de los componentes que la conforman, tanto perceptivos como motrices, de una manera integrada para poder hablar de la educación de una persona coordinada y no parcialmente coordinada como sucede en la mayoría de
los casos.
Otro problema en el que ha derivado el entrenamiento sistemático de un
movimiento o gesto determinado, es que su automatización nos ha conducido
a pensar que al que coordinábamos era al individuo, mientras que lo que se
coordinaba era el movimiento, volviendo a esa idea parcial de coordinación
que venimos queriendo desterrar. Nos hemos preocupado mucho tiempo en
coordinar el movimiento o gesto en el individuo, en vez de coordinar al individuo para que acceda al movimiento con facilidad y esa actitud es torpe e inocente, puesto que coordinar todos los movimientos o gestos técnicos que
componen una actividad determinada a través de la repetición, sin tener en
cuenta la cantidad de condicionantes que pueden hacer que ese gesto se
tenga que adaptar a mil y una situaciones distintas, es una empresa absurda
por interminable. El entrenamiento de la capacidad coordinativa debería ser el
cimiento sobre el que se construyera el repertorio gestual de cualquier niño.
La edad para emprender este camino es la del nacimiento; cuanto antes
comencemos más sencillo será ir asumiendo la complejidad y enlace de las
tareas que vayamos asimilando; cuanto antes, más riqueza motriz y más
repertorio donde buscar una solución a un problema determinado en una
situación dada. La utilización de una metodología u otra, también evolucionará con las edades, lo mismo que la especificidad del entrenamiento para la
automatización cada vez más compleja del gesto o conjunto de gestos, teniendo únicamente en cuenta adaptar y combinar adecuadamente las formas
metodológicas de exploración y descubrimiento con otras más analíticas para
hacer la automatización de los patrones más motivantes para el niño.
Aún así, cuando el niño ya no sea tal, no deberemos nunca olvidar al niño
que se lleva dentro y seguir construyendo desde esa iniciativa lúdica.
Llegamos a este punto planteando la siguiente interrogante ¿Se puede automatizar un gesto utilizando formas metodológicas motivantes para el sujeto
que garanticen la fijación de un patrón? La respuesta creemos está en el reto
de cada uno.
Por último, queremos reseñar que todos los componentes que conforman
la coordinación tienen una evolución, que no tiene que ser la misma de un
componente a otro, por lo que deberemos estar atentos en cada paso del
desarrollo, a qué componentes centrar más atención en cada momento y
cómo ir incardinándolos para llegar a la idea de coordinación que perseguimos.
Por otra parte, tampoco podremos olvidar el orden de los métodos que
debemos ir utilizando en función de las edades. Por ejemplo habrá que tener
en cuenta cuando se realiza por primera vez el entrenamiento para la coordinación, que el movimiento debe ser simple y la velocidad lo bastante lenta,
realizándolo con la mayor precisión posible para la constitución del engrama.
Cuando esto se ha conseguido, el aumento paulatino de la velocidad y la fuerza en función de la precisión, derivará en el desarrollo de un engrama motor
veloz y vigoroso, pero esto tiene su momento en el proceso de aprendizaje.
DR. M. NAVARRO VALDIVIELSO; DR. J,M. GARCÍA MANSO; DRA. M'. E. BRITO OJEDA; DR. R. NAVARRO GARCÍA; DR. J, A. RUIZ CABALLERO; DR. A. EGEA CORTÉS
Equilibrio
1. Concepto de Equilibrio
Se dice que un objeto está en equilibrio cuando las fuerzas que actúan
sobre él tienden a anularse y, por tanto, mantiene una posición estática. El
equilibrio es algo más que estatismo y está relacionado con la compensación
de fuerzas que perm ite que las cosas permanezcan como están.
Dentro del campo que nos ocupa, el ser humano, el equilibrio es la función
que permite mantener en un estado relativamente estable el centro de gravedad del individuo, a pesar de los acontecimientos e influencias del entorno. Es
la capacidad para asumir y sostener cualquier posición del cuerpo contra la
fuerza de la gravedad.
Así, definimos el equilibrio como la capacidad de mantener la proyección
vertical del centro de gravedad dentro de la base de sustentación del cuerpo.
Fisiológicamente, el sentido del equilibrio se ubica en el sistema vestibular,
situado en el laberinto óseo del hueso temporal.
El aparato vestibular humano posee tres funciones principales:
1. Es el órgano primario del equilibrio, jugando un papel dominante en las
sensaciones subjetivas de movimiento y de orientación espacial.
2. La información vestibular es empleada para los ajustes de la actividad
muscular necesarios para el mantenimiento de la postura corporal y para
la evitación de caídas.
3. La influencia vestibular sobre los movimientos oculares estabiliza la posición de los Ojos durante los movimientos de la cabeza, reduciendo así el
desplazamiento de la imagen de un objeto que ha sido fijado por la retina.
El ser humano posee también, el reflejo miotático o de tensión. Este reflejo
provoca un aumento de la tensión en los músculos extensores que evitan la
caída del cuerpo. Se trata por tanto de un reflejo posicional para facilitar una
ligera tensión y el reajuste dentro de un equilibrio estático. Favorece el control
del equilibrio ya que ayuda a conservar el centro de gravedad dentro de los
límites de la base de apoyo.
Anita J. Harrow (197 8) clasifica al equilibrio en el tercer nivel, incluyéndolo
en las facultades perceptivas, por constituir uno de los factores fundamentales
de la conciencia del cuerpo. Posteriormente cuando se van aprendiendo movimientos especializados, se va adquiriendo un conocimiento práctico del mecanismo del mismo; este conocim iento complementará los reflejos posicionales
y facilitará la conservación del equilib rio cuando se están realizando movimientos especializados. Ejemplo: un niño/a que este jugando a la «pata ciega»
cambia
continuamente su base de apoyo y su centro de gravedad al efectuar los
movimientos exigidos en el cuerpo. Por esta misma causa, todos nosotros
cambiamos constantemente la base de apoyo al caminar.
La conservación del equilibrio se logra mediante una ajustada interacción
de los músculos para mantener el cuerpo sobre su base. En todas las acciones
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habituales, andar, correr, saltar, etc., la superficie de la base de sustentación es
relativamente pequeña, el centro de gravedad del cuerpo está situado relativamente alto y las fuerzas que actúan sobre el cuerpo son variables.
Así, la capacidad de equilibrio de un individuo se pone de manifiesto tanto
en ejercitaciones estáticas como en las dinámicas, esto es, desde que el sujeto
ha de mantener una simple posición hasta el complicado proceso de control
de las variaciones del centro de gravedad en un desplazamiento en carrera .
2. Tipos de Equilibrio
Siguiendo a Castañer y camerino (1991 ), podemos distinguir entre un equilibrio reflejo (ma ntenimiento de posiciones estáticas), un equilibrio automático (interviene en movimientos utilitarios, automatizados), y un equilibrio
voluntario (presente en las actividades físicas programadas).
Por otro lado, si nos referimos a cuerpos rígidos o inanimados, hablaremos
de equilibrio estable. Inestable o indiferente. Pero cuando hablamos del ser
humano hay que considerar no sólo las fuerzas externas o las internas (su
movilidad), sino también su facultad de crear fuerzas que contrarresten las
que vienen de fuera. Se hace dificil, por tanto, aplicar la anterior clasificación,
pues tenemos la capacidad de pasar de un equilibrio a otro. Hablaremos de
dos formas de manifestación del equilibrio cuando nos referimos a nuestro
cuerpo: Equilibrio estático y equilibrio dinámico.
• Equilibrio estático. Ha sido definido como el proceso perceptivo-motor
que busca un ajuste entre la postura y la información sensorial exteroceptiva y proploceptiva, en ausencia de movimiento.
Lo podemos considerar como la habilidad o facultad del individuo para
mantener el cuerpo en posición erguida sin desplazarse. Dentro de este
tipo de equilibrio, podemos considerar al equilibrio postura!, en el cual el
sujeto trata de mantener su postura gracias a los reflejos de enderezamiento, laberínticos, ópticos, táctiles ... En todos ellos, el aumento del tono
de sostén de los flexores y extensores permitirá que el cuerpo mantenga
su equilibrio contra la acción de la gravedad. El sistema muscular actúa
reponiendo la posición de manera que no se produce manifestación
externa del movimiento.
• Equilibrio dinámico. Puede definirse como la habilidad para mantener,
en todo momento, la posición correcta que requiere la actividad a realizar. El centro de gravedad sale de la verticalidad del cuerpo y, tras
una acción equilibrante, vuelve a situarse sobre la base de sustentación, por lo que implica desplazamiento. El equilibrio dinámico difiere
del estático o estable en el sentido de que la situación se modifica
constantemente y existen pocas o ninguna posiciones momentáneas
en que se cumplan las condiciones del equilibrio estático expuestas
anteriormente.
3. Factores que afectan al equilibrio
El ser humano está sometido de continuo a unos procesos de equilibración;
incluso en la posición de pie sin desplazamiento, existe una oscilación continua que se traduce en una situación dinámica con permanentes ajustes y rea justes de la posición destinados a mantener el equilibrio. La mecánica de
estos procesos de equilibración se puede sintetizar de la siguiente forma:
• El primer fenómeno del proceso es un desequilibrio, que es recibido y
transm itido al sistema nervioso central.
• El sistema nervioso central elabora y desencadena una gama de reacciones de equilibración o de reequilibración que permiten restablecer el estado de equilibrio primitivo.
Desde el punto de vista de la educación física, nos interesan de este proceso dos aspectos para su desarrollo:
• Por un lado los propios factores perceptivo-motrices en la captación del
desequilibrio y en el establecimiento del equilibrio (vías receptoras: exteroceptores y proploceptores).
• Establecimiento de los esquemas de equilibración corporal: acción muscular precisa, acción de control postura! (estático o dinámico).
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cerca, lejos, próximo/lejano, etc.); ejercicios de ordenación espacial para
aprender el orden y situación de las cosas en el espacio, asimilando conceptos como primero, segundo, tercero, último, al principio, al final,
siguiente, en medio, anterior, posterior, etc. Ejercicios para asimilar conceptos referidos al espacio como encima, debajo, al lado, delante, detrás,
junto, separado, enfrente, arriba, abajo, izquierda, derecha, etc. Ejercicios
para la toma de conciencia de la direccionalidad, distancias, trayectorias,
espacios libres, etc.
• Temporalidad: ejercicios y juegos para adquirir conceptos de orientación
temporal, como día, noche, mañana, tarde, mediodía, estaciones del año,
días de la semana, hora, etc.; ejercicios y juegos para conseguir la noción
de tiempo y de sus aspectos de duración, sucesión y simultaneidad a través de la asimilación de conceptos tales como antes, ahora, después,
pronto, tarde, temprano, al mismo tiempo, poco tiempo, mucho tiempo,
etc. Ejercicios y juegos para la percepción de la duración y la velocidad
del silencio. Ejercicios y juegos para la percepción de las estructuras rítmicas (nociones de regularidad, acentuación y medida). Ejercicios y juegos
para el reconocimiento de ritmos.
Coordinación y equilibrio. Concepto y actividades para su desarrollo
• La Magnitud del peso corporal. A un sujeto pesado habrá que aplicarle
una fuerza superior que a uno liviano para desequilibrarlo.
• La fuerza. Un grado de fuerza elevado permitirá una aplicación mejor de
acciones en el mantenimiento de la postura.
• La visión. La ejecución del movimiento sin utilización de las referentes
visuales aumenta las dificultades de equilibración.
• La coordinación. Permite un funcionamiento muscular más sincronizado,
evitando así sincinesias que han de ser compensadas.
• Factores fisiológicos. Cualquier tipo de lesión en el órgano del oído, de la
vista o de los receptores propioceptivos dificultará la información y, por
tanto, el equilibrio. Ocurrirá lo mismo si falta la participación de alguno de
ellos.
Factores psicológicos.
Mecanismos o factores de desequilibración externos
• La amplitud de la base de sustentación. El equilibrio disminuye o aumenta conforme la base de sustentación se reduce o incrementa. Es más fácil
mantenerse de pie con las piernas ligeramente separadas que con las
piernas juntas o sobre un solo pie.
• Estabilidad de la superficie de apoyo. Será más dificil mantener el
equilibrio en una superficie móvil, por los reajustes constantes que
hay que hacer en el mantenimiento de la postura, que en una base
estable. Ejemplo: en un tren en marcha, o sobre una plataforma giratoria.
• La altura del apoyo. Cuanto más se eleva del suelo la superficie de apoyo,
surge un cierto temor que distorsiona el mecanismo de información, con
lo que se compromete el mecanismo de equilibración.
• Recepción de móviles. La acción de recepcionar o atrapar un móvil puede
crear situaciones de desequilibrio.
• Impactos en la superficie del cuerpo. Impactos en el cuerpo de objetos
móviles o de otros compañeros tienden a desequilibrar el cuerpo.
• La inteligencia, que puede resolver con rapidez y efectividad situaciones
de desequilibrio.
• La imaginación, que constituye un elemento importante al que recurrir en
situaciones de desequilibrio.
• La confianza en uno mismo.
• El aprendizaje:
4. Evolución del equilibrio
La evolución del equilibrio está íntimamente ligada al desarrollo general del
individuo y a las experiencias previas que haya tenido.
En los primeros años de vida se adquiere la capacidad de adoptar la posición bípeda paralelamente a la maduración del sistema neurológico y motor.
Con la consolidación del sistema nervioso y neuronal, en la edad prepuberal
se alcanzan las máximas posibilidades de trabajo.
La involución que aparece en edades avanzadas responde al deterioro del
sistema nervioso y locomotor; éste se acentúa con la inactividad y por
supuesto con las enfermedades músculo-articulares.
Mecanismos o factores de desequilibración internos:
5. Actividades para el desarrollo del equilibrio
En relación al centro de gravedad:
• La La altura del centro de gravedad. Cuanto más cerca se encuentre de la
base, más estable será la posición. En la postura (le pie, el centro de gravedad se sitúa aproximadamente al 55% de la altura total del individuo,
pero puede variar en función de la distribución de la masa corporal.
• La La línea de gravedad. Se define como la línea que une el centro de gravedad de un cuerpo con el centro de la tierra. A medida que tina parte del
cuerpo se aleja o acerca a la línea de gravedad, su centro de gravedad se
moverá en dicha dirección.
• La Resultantes de la línea de gravedad de cada segmento. Las posibilidades de mantener el equilibrio aumentan si la resultante entra en la línea
de gravedad.
• La proyección del centro de gravedad. El equilibrio se pierde cuando la
línea de gravedad se sale de su base; por esa razón, cuanto más cerca del
centro geométrico de la base produzca la proyección, mayor será la estabilidad. En la posición de pie con 1 zas a lo largo del cuerpo, el centro de
gravedad de un hombre adulto se halla aproximadamente a 56 ó 57% de
su estatura. En la mujer es algo más bajo, aproximadamente al 55%.
Existen variaciones en los individuos a causa de las diferencias tipológicas. El centro de gravedad de los niños/as pequeños es más elevado que
el de los adultos. En general, cuanto más pequeño es el niño más elevado
es su centro de gravedad, debido al tamaño de la cabeza y el de sus
miembros en relación con el cuerpo, por lo tanto, es menor su estabilidad.
• Los Cambios en la velocidad y en el ritmo. Cualquier cambio que se produzca en la velocidad y en el ritmo dificulta el mantenimiento del equilibrio, por los constantes reajustes que exigen de todo el sistema de equilibración.
• La Duración. La dificultad aumentará perma11eciendo más tiempo en una
posición o ejecutando una secuencia más larga de elementos de equilibrio.
1
Como ya se ha dicho, toda acción motriz que realice el niño tendrá unas
exigencias de equilibración y, por tanto, estará comprometiendo siempre su
capacidad de mantener una postura o un movimiento contra la fuerza de la
gravedad.
Muska Mosston (1975:105) establece diferentes grados de dificultad en las
actividades para el desarrollo del equilibrio en base a:
• Cambios en el tamaño de la base
• Lugar del centro de gravedad; cuanto más alto está el centro de gravedad
más dificil es mantener el equilibrio (cuadrupedia, de pie, de puntillas,
sobre un aparato ...
• Cambios en la duración y en el ritmo
• En general los ejercicios estáticos son más fáciles que los ejercicios dinámicos
• Dentro de las posiciones estáticas, las invertidas son mucho más difíciles
• La concentración durante la ejercitación es muy importante
• No sólo es necesario trabajar a ambos lados, sino que es muy importante.
Así pues, la propuesta de actividades donde los requerimientos de equilibración sean mayores serán especialmente idóneas para el desarrollo del equilibrio.
Es decir, propondremos aquellas actividades que comporten posiciones inestables o cualquiera de los mecanismos de desequilibración antes descritos:
• Actividades que incluyan variaciones en la base de sustentación: por
ejemplo postura, desplazamientos, giros, etc. sobre un solo pie.
• Actividades sobre superficies de apoyo reducidas (por ejemplo, desplazamientos o saltos sobre bancos suecos, plinton, etc.).
• Actividades sobre una superficie de apoyo elevada (por ejemplo, un
banco sobre otro, zancos, barra de equilibrio, etc.).
• Actividades de mantenimiento de posturas o desplazamientos sencillos con
OJOS vendados, sobre el suelo, superficies reducidas, elevadas, móviles etc.
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Como hemos visto, el proceso de equilibración comienza por un desequilibrio, entendiendo por tal cuando el desplazamiento del centro de gravedad
tiende a hacer salir fuera de la base de sustentación su proyección sobre ésta.
Por tanto entenderemos por mecanismos de desequilibración aquellas causas
capaces de modificar el centro de gravedad, las cuales tienden, en sus casos
límites, a provocar el desequilibrio total.
Todo cambio de posición desplaza el centro de gravedad: levantar un brazo,
agacharse, caminar con zapatos de tacones altos, etc., generan una modificación de la posición del centro de gravedad en proporción al porcentaje de
masa corporal afectada por el cambio.
Podemos clasificar los mecanismos de desequilibración o factores desequilibrantes en dos categorías: externos al sujeto, ajenos a su voluntad, e internos, originados en él mismo:
Esquivar, recibir, impactos en posiciones inestables o sobre superficies
reducidas, elevadas, inclinadas, etc.
Actividades de mantenimiento de objetos o autolanzamientos, conjugando los
aspectos ya vistos respecto a la base de sustentación y a la superficie de apoyo.
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DR. M. NAVARRO VALDIVIELSO; DR. J.M. GARCÍA MANSO; DRA. M•. E. BRITO OJEDA; DR. R. NAVARRO GARCÍA; DR. J. A. RUIZ CABALLERO; DR. A. EGEA CORTÉS
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