Cortas de Selección en Grupo en Bosques de Lenga

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En bosques de lenga
Cortas de Selección en Grupo
La extracción selectiva a la que fueron sometidos los bosques de lenga provocaron un
empobrecimiento de los rodales aprovechables. El CIEFAP ha trabajado en la definición de
diferentes aspectos de manejo sobre estos bosques y este artículo presenta un resumen de
los avances realizados
Argentina dispone de casi 300.000 hectáreas de
bosques productivos de lenga (Nothofagus pumilio
(Poepp. et Endl.) Krasser), que se concentran en
las provincias de Chubut y Tierra del Fuego. La
madera de esta especie ha encontrado aceptación
en mercados nacionales e internacionales.
Hasta el presente, el aprovechamiento de los bosques de lenga se ha caracterizado por una extracción selectiva de los mejores árboles del rodal,
denominada floreo, con cortas más intensas en los
bosques de mejor calidad productiva (generalmente en Tierra del Fuego). Esta situación ha provocado un empobrecimiento de los rodales aprovechados, que en general requerirán de períodos
extremadamente largos para poder recuperar el
volumen maderable extraído. Para revertir esta
situación, es indispensable utilizar técnicas de
manejo que aseguren la sustentabilidad de los
bosques de lenga tanto en Chubut como en Tierra
del Fuego.
Una manera de decidir entre las alternativas de
manejo es optar por aquellas que imitan la dinámica natural de la especie. En el caso de lenga, se
ha reportado la ocurrencia de dinámica de claros,
que origina bosques irregulares (Fotos 1 y 2), y la
ocurrencia de disturbios masivos, que originan
rodales regulares. Como consecuencia, desde el
punto de vista biológico, el bosque de lenga
podría ser manejado con éxito tanto como bosque
regular, a través de cortas de protección, o como
bosque irregular a través de cortas de selección,
Foto 1: Volteo Raíz
adaptándose a las condiciones locales de sitio.
Se ha ensayado la transformación de rodales vírgenes en bosques altos regulares, a partir de talas
rasas y más recientemente de la aplicación de cortas de protección. El concepto de manejo forestal
(para diferenciarlo de explotación forestal) implica entre otras cosas que deben realizarse inversiones en el bosque. Cuando se intenta conducir el
bosque en forma de rodales regulares se realiza la
cosecha de la madera de calidad (en general árboles sanos de diámetros intermedios) en la primera
intervención, y las inversiones en silvicultura
como corta final, aclareos y raleos no comerciales,
se prescriben en los planes de manejo para ser realizadas más adelante. Estas inversiones prescriptas
rara vez se realizan en la práctica.
En el método de cortas de selección individual, se
establecen unidades de regeneración natural a
partir de la corta de árboles individuales que han
alcanzado un diámetro definido como objetivo del
manejo, generalmente de 60 cm o más. En el caso
del bosque de lenga, plantas de estas dimensiones
suelen no ser maderables por problemas sanitarios. Una alternativa que se adapta mejor a estos
bosques es el método de selección en grupos, en
el que las unidades de regeneración se establecen
a partir de la corta de varios árboles, incluyendo a
los árboles aserrables de diámetros intermedios. El
tamaño de los claros debe definirse teniendo en
cuenta las condiciones locales de sitio, generando
claros más pequeños en sitios con menor disponi-
Dr. José Omar Bava
e Ing. Ftal. Pablo
Martín López Bernal
CIEFAP – UNPSJB,
Esquel
Foto 2: Bosquete
idiaXXI
37
bilidad de agua, tales como los que se encuentran
en el norte de su distribución o en las laderas más
expuestas. Con un manejo de este tipo, las inversiones en silvicultura deben realizarse simultáneamente con la cosecha de los ejemplares maderables, y así puede financiarse parcialmente la aplicación de los tratamientos.
El CIEFAP ha trabajado en la definición de diferentes aspectos sobre la corta de selección en grupos y este artículo presenta un resumen de los
avances realizados.
CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA
El método de cortas de selección en grupo tiene
como objetivo conducir el bosque a una estructura de bosque alto irregular, básicamente a partir
de la apertura de claros para alentar el establecimiento de la regeneración natural, imitando la
dinámica natural de claros. El tamaño de estos claros dependerá del temperamento de las especies y
de características de sitio. En bosques mixtos, con
especies de temperamento diferente, el tamaño de
los claros definirá la composición específica.
Este sistema tiene la ventaja de que su aplicación
práctica es más simple que las cortas de selección
individual. Los árboles maduros pueden ser cosechados con menos riesgo de producir daños en el
rodal remanente que en un sistema de selección
de árbol individual. Los claros abiertos dan lugar a
una regeneración densa, que redunda en una
mejor forma de los individuos, especialmente en
latifoliadas. Se han propuesto diferentes límites
para el tamaño máximo de los claros, a fin de
separar esta práctica de un sistema de talas rasas
en bosquetes. Un autor propone que su diámetro
no sea superior a dos veces la altura del rodal.
Los claros están sujetos a insolación directa
durante el día y a la pérdida de calor durante las
noches, y a su vez están protegidos del viento.
Esto puede acarrear daños por heladas o sobrecalentamiento. Si bien el primer efecto ha sido más
reportado en la literatura, el segundo puede ser
más relevante en bosques de lenga en Patagonia,
especialmente al Norte de su distribución. En las
zonas más secas, el stress hídrico que se produce
en las áreas más expuestas del claro puede ocasionar problemas en el establecimiento de la regeneración natural.
Los bosques irregulares tienen una estratificación
vertical que causa una menor llegada de luz al
suelo y un mayor efecto morigerador de la temperatura en el interior del mismo. Esto no sucede en
bosques de lenga, donde en general no se produce una estratificación vertical compleja, ya que los
bosques son más bajos (suelen no superar los 25
m de altura y alturas mayores a 30 m son excep38
idiaXXI
cionales) y las plantas alcanzan rápidamente (60
a 80 años) el techo del bosque.
PRIMERA INTERVENCIÓN
El sistema de manejo por cortas de selección por
grupos prescribe intervenciones periódicas con un
lapso entre cada una denominado ciclo de corta.
Las acciones contempladas dentro de este método
silvícola aplicado a boques de lenga se pueden
dividir en tres categorías, en función del estado en
que se encuentre la regeneración presente en la
superficie a intervenir:
-Cortas de establecimiento o formación. Tienden a
formar nuevas unidades (bosquetes) de regeneración, a partir de la cosecha de los árboles de aptitud aserrable disponibles en el rodal y el apeo o
anillado complementario de individuos vecinos sin
aptitud forestal; de manera de provocar un claro
donde pueda desarrollarse satisfactoriamente un
bosquete de regeneración natural.
-Cortas de liberación. Su objetivo es liberar de la
cobertura de árboles maduros remanentes a un
bosquete ya formado y poblado por regeneración
en estado de monte bravo, establecido a partir de
intervenciones anteriores, “floreos”, o caídas
naturales de árboles maduros.
-Cortas de conducción. Su objetivo es conducir el
crecimiento de árboles jóvenes de aptitud maderable en estado predominante de latizal o fustal
bajo, con diámetros entre 15 y 30 cm, liberándolos mediante la corta de árboles competidores.
En bosques de lenga, las cortas de formación pueden realizarse eliminando grupos de 3 a 5 árboles,
apeando plantas maderables, lo que en ocasiones
deberá complementarse con el apeo o anillado de
plantas vecinas no maderables. Esto permite
lograr un claro de un tamaño más adecuado a los
requerimientos para el establecimiento y
desarrollo de la regeneración de lenga, sin que
implique un aumento excesivo en el costo de
aprovechamiento. Esta práctica puede constituir
una alternativa para ser ejecutada por aserraderos
medianos y pequeños, ya que no implica extraer
madera no aserrable, sino solamente el anillado de
plantas vecinas a ejemplares aprovechados.
El tamaño deseable de los claros puede ser
variable y debe adaptarse a las condiciones locales de sitio. En el norte de la zona de distribución
de lenga, es conveniente la apertura de claros más
pequeños en sitios ubicados con exposición norte
o este que en sitios de exposición sur; debe evitarse que los claros lleguen a diámetros cercanos
a los 30 m (700 m²) para eludir problemas en la
regeneración por desecamiento. La superficie
Figura 1: Porcentajes de árboles apeados en cortas de formación, conducción y liberación en ensayos de cortas de selección en grupos en las provincias de Tierra del Fuego y Chubut. Fuente: Berón 2002, PAN-GTZ 2003, Bava y López Bernal 2004.
Tierra del Fuego
Chubut
Liberación
8%
Liberación
7%
Formación
40%
Conducción
32%
Formación
61%
Conducción
52%
afectada por los claros varía en función de la calidad maderera del bosque intervenido. Para mantener una estructura que contenga por lo menos tres
generaciones, el aprovechamiento no debe afectar
más de una tercera parte del área basal presente.
En cada intervención, el tipo predominante de
cortas realizado (cortas de establecimiento, de
conducción o de liberación) dependerá de la
estructura del rodal. En términos generales, en
aprovechamientos realizados en Chubut tienen
una mayor importancia relativa las cortas de establecimiento y en Tierra del Fuego las de conducción (figura 1) El porcentaje del AB intervenida
puede variar entre un 6 y un 28 %, con un volumen obtenido de entre 6 y 71 m3/ha (cuadro 1).
INTERVENCIONES POSTERIORES
El método de selección en general, y el de selección en grupos en particular, basa su continuidad
de producción en el crecimiento de los individuos
potencialmente aptos para el aserrío que quedan
en pié luego de cada intervención. El período de
tiempo que transcurre hasta que estos individuos
acumulan un volumen maderable igual o superior
al que se extrajo durante la primera intervención
se denomina ciclo de corta y varía de acuerdo a las
condiciones de crecimiento en que quedan los
árboles mencionados.
Considerando que la lenga, en condiciones de
crecimiento favorables, puede alcanzar dimensiones aptas para el aserrío en un turno de entre 90
y 120 años, y que se desea intervenir un tercio de
la superficie en cada intervención, se propone un
ciclo de cortas de entre 30 y 35 años. Este análisis sencillo concuerda con estudios de crecimiento
que determinaron que el tiempo de paso (tiempo
necesario para que un árbol pase de una clase diamétrica a otra) con valores entre 25 y 51 años y
con la recuperación del volumen neto del fuste, calculada entre 35 y 10 años.
De esta manera, si se realizan las acciones mínimas mencionadas y no se supera el 30 % del AB
intervenida, es un período suficiente para que se
recupere el volumen extraído.
En cuanto a las características de las intervenciones posteriores, éstas podrán consistir en acciones
similares a la primera, es decir una combinación
de establecimiento, conducción y liberación de
bosquetes de regeneración en distintas fases de
desarrollo, pero seguramente la proporción de
cada tipo de corta se verá modificada.
Una de las herramientas clave de manejo con que
Cuadro 1: proporción de árboles marcados para la corta y el anillado durante una corta de selección en grupos, VM
marcado, Intensidad de la corta (% del AB cortado) y altura dominante en los ensayos realizados el las provincias de
Chubut y Tierra del Fuego.
Tierra del
Fuego
Chubut
Ensayo
L. Guacho1
2
Aº Perdido
2
B a Zataraí
2
B a Falso Zataraí
2
Aº Fragua
Cerro Delia 2
Aº Cotidiano 2
E. La Laurita 2
Río Unión 2
Río Valdez I 3
Río Valdez II4
R. Ginebra I 4
R. Ginebra II4
aserrables
anillados
VM
marcado
(m³/ha)
31
45
40
38
43
33
40
38
40
75
86
86
69
55
60
62
57
67
60
62
60
25
14
14
15,7
20
11
8
10
6
30
10
9
17
71
18
24
% de árboles p/claro
% AB
cortada
Altura
dominante
(m)
Superf.
(ha)
14
16
20
9
12
7
28
14
11
10
28
11
11
17,9
21,6
26,8
18
20
18,5
18,5
16,5
18,4
22,2
-
29,3
1
1
1
1
1
1
1
1
11,2
5,2
1,5
4,8
Fuente: 1 Proyecto PAN-GTZ, 2 Berón 2002, 3 Bava 1999, 4 Bava y López Bernal 2004.
idiaXXI
39
cuenta el silvicultor es el tamaño de los claros que
se abren en el dosel. La incidencia que éste tiene
sobre la densidad y el crecimiento de la regeneración que se instala dentro del mismo repercute
sobre la calidad de los plantines, y por consiguiente en la cantidad de individuos aptos por
bosquete. La densidad en ambientes sin déficit
hídrico aumenta con el tamaño del claro, mientras
que en ambientes secos disminuye.
CONSIDERACIONES FINALES
Las cortas de selección en grupos presentan algunas características ventajosas que deben ser consideradas a la hora de elegir un método silvícola.
Por un lado no implica el volteo de grandes volúmenes de madera no aserrable, como en el caso de
intervenciones más drásticas (cortas de protección
o talas rasas) y por lo tanto puede ser realizada
por empresas pequeñas y medianas. Además, no se
separan en el tiempo las intervenciones dedicadas
a la producción de madera de los cuidados culturales, sino que ambas cosas se realizan simultáneamente. Esto permite que las industrias efectúen
los cuidados (para lo que es imprescindible la presencia de un profesional para la marcación de los
mismos) en el momento en que realizan intervenciones relacionadas a la producción de madera.
Otra ventaja a ser considerada es el menor impacto paisajístico que generan respecto de cortas más
drásticas como las cortas de protección o talas
rasas, ya que mantienen una cobertura boscosa a
lo largo de todo su ciclo y además disminuyen el
riesgo de erosión sobre el suelo desnudo.
Si bien este sistema se presenta como una alternativa muy ventajosa para aserraderos pequeños y
medianos, el menor volumen extraído durante una
intervención respecto de una corta de protección
o una tala rasa podría representar una limitante
para su uso por parte de grandes industrias.
El éxito de una corta de selección en grupos, como
de cualquier otro sistema silvícola, se basa en la
adecuación del método a la dinámica y los requerimientos propios de la especie y en la correcta
ejecución de las prescripciones que éste incluye.
En este sentido, el sistema analizado se asemeja a
procesos de caída de árboles sobremaduros (autogénicos), muy frecuentes en los bosques de lenga,
pero requiere como condición que estos procesos
sean los dominantes en la superficie a intervenir,
40
idiaXXI
es decir que el bosque presente una estructura
aproximadamente irregular. Este punto es más
importante aún en la provincia de Tierra del
Fuego, dado que allí son frecuentes las tormentas
de viento y las estructuras regulares son más sensibles ante una alteración de su dosel, generando
graves daños sobre los árboles con potencial
maderable que representan el éxito del sistema.
En la provincia del Chubut, uno de los factores más
importantes a tener en cuenta a la hora de prescribir el aprovechamiento es el estado en que se
encuentra la regeneración, ya que la disponibilidad de agua y la presencia de ganado pueden
poner en riesgo la adecuada instalación de las
nuevas generaciones, impidiendo la sustentabilidad del sistema.
Al mismo tiempo, este tipo de manejo requiere de
una marcación criteriosa, árbol por árbol, que asegure tanto la producción de madera al momento
de la intervención que se ejecuta, como en las
siguientes. A esto le debe seguir un aprovechamiento cuidadoso que respete la importancia de
los individuos potencialmente aptos, que deben
quedar en pié y en buenas condiciones de
crecimiento. Todo esto implica una inversión en el
manejo del bosque, que dependerá de las condiciones del mismo, inversión que, además de ser
imprescindible, no representa un aumento significativo en los costos de la madera rolliza. En ensayos realizados en Tierra del Fuego la aplicación de
cortas de selección en grupos representó un
aumento del 14% del costo de la madera rolliza
respecto de la situación sin manejo.
Los bosques de lenga que son aprovechados en
general son vírgenes o fueron objeto de cortas sin
ningún criterio silvícola. Se caracterizan por una
enorme heterogeneidad. En superficies relativamente pequeñas se pueden hallar rodales muy productivos y otros de muy baja productividad. Por
esta razón no se debe forzar el uso de recetas aplicables a un bosque “promedio” sino que es necesario realizar una marcación cuidadosa respetando
las condiciones estructurales de cada rodal. Esto
sin duda requiere de técnicos capacitados, con
experiencia y comprometidos con un proceso que
comprenderá varias generaciones de forestales.
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