lo que resulta que ambos vienen á converger y á formar un ángulo

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Macpherson.— COSTAS DE LA. PENÍNSULA IBÉRICA.
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lo que resulta que ambos vienen á converger y á formar un
ángulo entrante a l S . de la paramera de Avila.
Si se fija el observador en la estructura geológica del país
verá que este áng-ulo se halla precisamente en la prolongación al ESE. de una de las más importantes líneas de fractura
de la Península, y que sin interrupción se traza desde las costas de Galicia y Portugal hasta este sitio; estructura que en
cierta manera repite el fenómeno y a citado en el golfo de
Gascuña.
La manera como este cambio de dirección se verifica en las
masas gneísicas es en harto grado curiosa.
Si tomamos, por ejemplo, la banda gneísica del Escorial, se
verá que el contacto entre el granito y el gneis que viene
normalmente arrumbado de SO. á NE. al llegar á una de las
numerosas fallas (como tendré ocasión de hacer ver en breve),
•orientadas de ONO. á ESE. que transversalmente' corta esta
masa montañosa forma un brusco recodo y el contacto se dirige N.-S. hasta que al llegar á otra de aquellas fallas vuelve otra vez á tomar la dirección SO., y así sucesivamente hasta que la dirección N.-S. se hace predominante.
De lo expuesto se deduce un hecho que me parece dé importancia y que es necesaria consecuencia de las condiciones
del sistema de líneas de menor resistencia que hemos considerado, hecho que puede formularse con las sig-uientes palabras :,
Que en una masa rígida atravesada por líneas dé menor
resistencia rectangulares entre sí, cuando ésta se halle sometida á efectos de tensión y de flexión en una ó en otra dirección la fractura se verificará en dos direcciones rectangulares y los vértices de los ángulos entrantes estarán siempre
opuestos á la mayor resistencia; mientras los ángulos salientes por el contrario lo estarán al cruce de las líneas en que la
tensión se verifique, siendo las componentes inversas, para
una misma dirección en la tensión á ambos lados de la resistencia.
Considerando la Península Ibérica en su conjunto, podrán
verse numerosas peculiaridades en su estructura, que parecen ser la- necesaria consecuencia de esa disposición en sus
líneas de fractura.
Con efecto, no sólo el ángulo saliente del promontorio g a -
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