BOLETÍN INFORMATIVO Federación Española de Psicología del Deporte (FEPD) Número 14. Año 2004 Junio-2004 REFLEXIONES EN TORNO AL SOBREENTRENAMIENTO DESDE LA PSICOLOGÍA DEL DEPORTE EN ESPAÑA Es indudable que actualmente el deporte de alto rendimiento, el deporte de élite en nuestro contexto geográfico y en otros países, es un elemento cultural que “está de moda”. Seguro que muchos de ustedes, con muy buen criterio, ponen en duda esta afirmación, con la cual pretendemos llegar fácilmente a un punto de encuentro común con el lector, a pesar de que en cierta medida pueda resultar demasiado atrevida. A pesar de ello y a modo de prueba, me gustaría que intentasen dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Saben ustedes quién es Fernando Alonso, Dani Pedrosa, Rafa Nadal, Beckham o Ronaldinho?. ¿Cuántos de ustedes no han visto, no han escuchado o no han leído alguna noticia en torno a la candidatura olímpica de Madrid para los Juegos Olímpicos de 2012?. ¿Cuántos de ustedes tienen ya o conocen de personas que posean desde hace algunas semanas una pulsera roja?. Estas y otras cuestiones relacionadas con hazañas, fechas, lugares, marcas, reglamentación, contenidos técnicos y también sensacionalistas (por poner algunos ejemplos) relacionados con el deporte, están fácilmente al alcance de nuestra mano y de nuestra voluntad, una voluntad también y “tan bien” condicionada por la oferta mediática en la forma de entender el deporte moderno. Precisamente en nuestra historia reciente, la relación descrita por numerosos autores como “Simbiosis Perfecta” entre el deporte y los medios de comunicación nos lleva a entender esta actividad como un elemento fácil 1 de producir en espectáculos deportivos a través de los grandes campeones, de marcas o de récords deportivos que representan un sueño a alcanzar por la gran mayoría de deportistas, una fuente de ingresos y beneficios mutuos, de propaganda política, de difusión deportiva, de deseo colectivo y de escaparate en el que se reflejan otros niveles competitivos y modalidades que se encuentran, en ocasiones injustamente, en un profundo anonimato. El valor de la victoria o el valor de la competición son aspectos muy considerados en el deporte actual, especialmente en aquéllos enfoques que más se aproximan al rendimiento y a la élite competitiva, al igual que en el caso de los varones respecto de las mujeres, como así constan numerosos estudios sobre motivos de participación deportiva realizados en España y en otros países. Todo ello se traduce en laboriosos procesos de entrenamiento que ponderan y hacen uso de numerosos recursos, métodos, procedimientos, técnicas, instrumentos y sistemas que contribuyen en la obtención de la victoria, del éxito y de la gloria deportiva. Son todos estos elementos los que conducen a los deportistas a implicarse, según afirman la gran mayoría de expertos en entrenamiento deportivo, en sistemas de preparación individuales complejos y exigentes capaces de provocar adaptaciones máximas con el transcurso del tiempo que les permitan afrontar con ciertas garantías de éxito las exigencias competitivas en las que se desenvuelven. Adaptación e individualización son por tanto, dos de los patrones básicos por los que se rige la actividad deportivo-competitiva en la mayoría de los deportes de rendimiento y en los que se manifiesta el componente central y principal, que es la carga de trabajo aplicada racional y sistemáticamente al deportista a modo de “tratamiento” durante un determinado periodo de tiempo en pro del logro competitivo. Uno de los elementos claves que va a influir directamente en la situación descrita anteriormente es poder determinar la relación óptima entre el estímulo de trabajo, la recuperación y la posibilidad de supercompensación de los deportistas ante los diferentes mecanismos y procesos de adaptación durante el entrenamiento, máxime si tenemos en cuenta que para muchos se les presenta la necesidad de rendir al máximo de sus posibilidades a lo largo de una temporada a través de pruebas clasificatorias, campeonatos nacionales, campeonatos continentales, mundiales, ligas nacionales, etc. Situaciones de este tipo hacen que los sujetos estén permanentemente sobre una sutil línea que separa los estados de rendimiento óptimos en cada momento de la temporada, respecto a otras situaciones o estados de fatiga que limitan las posibilidades de prestación deportiva y que pueden llevar asociados consigo otros trastornos importantes a nivel físico, psicológico y social si se perpetúan en el tiempo, 2 pudiendo incluso, bajo ciertos condicionantes, conducir al abandono deportivo. Uno de estos contratiempos a lo largo del proceso de adaptación atlética es el Sobreentrenamiento, identificado con una situación en la que el rendimiento de los deportistas se ve disminuido sin estar aparentemente inmersos en cuadros de lesión o de enfermedad. Esta situación persiste en el tiempo a pesar de tener periodos semanales o mensuales de recuperación y se produce, generalmente, por un desequilibrio “cronificado” en el tiempo entre situaciones de estrés y situaciones de recuperación. En cierta ocasión conversando con un gran amigo y médico deportivo cubano a cerca de estos temas y en base a su dilatada experiencia, llegó a manifestarnos que la detección de estados de Sobreentrenamiento en sus deportistas había sido muy escasa y generalmente se producían cuando los entrenadores o responsables directos del entrenamiento hacían caso omiso de los resultados en las pruebas biológicas que se estaban realizando y que indicaban una situación fisiológica alterada. En otra ocasión anterior, uno de nuestros maestros durante los estudios de licenciatura llegó a afirmar que el Sobreentrenamiento es una situación que no tiene cabida en el deporte, sino que lo que se produce es una mala planificación deportiva a lo largo de los distintos periodos de entrenamiento. A pesar del conocimiento y del seguimiento a nivel práctico del problema, estudios de reconocido prestigio en la literatura especializada llevados a cabo con deportistas de élite han registrado porcentajes de incidencia un tanto alarmantes en muchos casos, ya que se conoce que el Sobreentrenamiento afecta a un 60% de los corredores de larga distancia alguna vez en su vida, a un 21% de los nadadores del equipo australiano de natación, a un 33% de los jugadores del equipo nacional de baloncesto de la India y a más del 50% de los jugadores de fútbol semiprofesional estudiados. También en los Juegos Olímpicos de Atlanta se ha detectado que el 80% de competidoras en natación sincronizada, el 74% de jugadores de hockey sobre hierba y más de la mitad de los competidores en remo y en ciclismo mostraron estar inmersos en procesos de Sobreentrenamiento. Médicos y entrenadores han sido los especialistas que más peso han tenido en la preparación de los deportistas, una labor cada vez más apoyada y fundamentada en el conocimiento y el avance científico a través de las distintas ciencias del deporte. Por tanto, una de las cuestiones que se nos plantea se sitúa en poder determinar si realmente existe alguna diferencia entre el conocimiento práctico, el conocimiento teórico y el seguimiento en torno al Sobreentrenamiento. Posicionándonos conceptualmente en que este 3 hecho podría ser así, nos planteamos una serie de elementos que quizás puedan explicar esta aparente contradicción. Uno de ellos podría estar relacionado con la dificultad terminológica y conceptual que encierra esta materia, ya que tanto en la literatura europea como en la literatura americana, corrientes en las que más se ha descrito y profundizado, podemos encontrar perspectivas contrapuestas a la hora de explicar el mismo fenómeno. A modo de ejemplo: lo que para unos el Sobreentrenamiento representa un proceso en el que se produce un exceso de entrenamiento que puede conducir con el tiempo a una situación de staleness y burnout, para otros el Sobreentrenamiento es el resultado en sí del exceso de entrenamiento e identificado con los anteriores y con otros conceptos como el de Sobreentrenamiento a corto y Sobreentrenamiento a largo plazo, Síndrome General de Sobreentrenamiento o Síndrome del Bajo Rendimiento Inexplicado. Otro de los elementos importantes que a nuestro juicio podría explicar en parte el problema del Sobreentrenamiento en el deporte tiene que ver con la ausencia de aportaciones avaladas empíricamente desde otras áreas. En el caso de la Psicología del Deporte y en relación a la problemática que estamos abordando, unas veces no se desarrollan líneas de investigación adecuadas para explicar y controlar este problema, y otras la trascendencia de su hallazgos son muy poco consideradas. Si asumiésemos inicialmente que en todo momento el papel del entrenador o del médico deportivo es fundamental y prioritario en la preparación de los deportistas, sería lógico pensar que el problema del Sobreentrenamiento se pudiese asociar únicamente a variables de tipo condicional, técnico o táctico como partes principales de la carga de trabajo y controlables, por tanto, a través de un adecuado proceso de planificación. También podríamos asumir que su manifestación se haría observable y evaluable incontestablemente a través de pruebas fisiológicas, test físicos o variables de resultado y logro deportivo. Ahora bien, sin dejar en parte de ser cierto lo expuesto hasta aquí, debemos concienciar y concienciarnos de que desde nuestro campo de conocimiento se asume que el Sobreentrenamiento tiene una serie de implicaciones psicológicas evaluables y detectables que se derivan de la incidencia tanto de agentes internos propios del entrenamiento (relación entre carga y recuperación física), como de otros agentes externos al sistema deportivo relacionados con situaciones de excesivo estrés emocional, una alimentación inadecuada, poco tiempo de descanso, ciertos niveles de ansiedad, variables de personalidad, etc. También intervienen factores sociales y educacionales vinculados con el deporte practicado, como los conflictos entre compañeros y/o entrenadores, miedo ante la 4 competición, estilo del entrenador, etc.; o factores sociales y educacionales negativos ajenos al propio deporte, como los problemas relacionados con el trabajo, con la situación académica individual, con la familia o en cualquier otro tipo de relaciones sociales, entre otros ejemplos. Todos ellos representan agentes potencialmente estresantes que pueden influir o condicionar individual y/o conjuntamente, en mayor o en menor medida, en la aparición del Sobreentrenamiento, siempre y cuando se produzca un desequilibrio continuado en el tiempo tras sobrepasar un cierto umbral de tolerancia al estrés y sin disponer paralelamente de procesos y actividades de recuperación adecuadas a cada situación. Esta perspectiva desde la que se contemplan otras posibles variables que van a determinar la relación entre las situaciones de estrés y las situaciones de recuperación relacionadas con el Sobreentrenamiento y que no se derivan exclusivamente de aspectos condicionales, técnicos o tácticos, puede dar respuesta a estados de bajo rendimiento real y/o potencial de los deportistas en condiciones aparentemente normales de trabajo correctamente diseñado y planificado, e incluso también ante situaciones en las que se constate una normalidad fisiológica a través de las pruebas correspondientes. A pesar de que la Psicología del Deporte en nuestro país se encuentra ante un campo de estudio prácticamente por explorar a nivel experimental y cuasi-experimental, existen instrumentos psicométricos capaces de detectar las alteraciones que ocurren en determinados ámbitos pertenecientes al terreno psicológico, que se ven condicionados o se asocian de alguna u otra forma con procesos de Sobreentrenamiento. Ejemplo de ellos tenemos la evaluación de los estados de ánimo, la percepción de esfuerzo, el burnout o un nuevo concepto identificado con el estado de estrés-recuperación subjetivo. A partir de aquí nos gustaría volver a la afirmación inicial y preguntarnos a partir de ahora: ¿vamos a permitir que en el deporte moderno de competición el Sobreentrenamiento llegue a “estar de moda”?. René González Boto Afranio de Andrade Bastos 5 Laboratorio de Psicología de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad de León. 6