La asistencia jurídica gratuita y el turno de oficio Jacobo Varela Decano del Colegio de Lugo 24 Procuradores En portada Nº 77/Diciembre 2008 D ESDE el Código de las Siete Partidas de Alfonso X El Sabio, se ha venido regulando la obligación de los procuradores en representación de los más desfavorecidos, teniendo su reflejo final en el art. 119 de nuestra Carta Magna que recoge que “la justicia será gratuita cuando así lo disponga la Ley, y, en todo caso, respecto de quienes acrediten insuficiencia de recursos para litigar”. La justicia gratuita hoy en día es un derecho social que abarca a amplios colectivos, estipulándose para su pago unas retribuciones mediante una partida económica anual a cargo de los presupuestos generales del Estado o de las Comunidades Autónomas con competencias asumidas en materia de Justicia. La actual Ley 1/1996 de 10 de enero de Asistencia Jurídica Gratuita fue dictada en cumplimiento de lo dispuesto en el citado art. 119 de la Constitución, sirviendo para reorganizar el sistema de defensa y representación gratuita existente, y regular un sistema de justicia gratuita que permita a los ciudadanos que acredi­ten insuficiencia de recursos para litigar servirse de los profesionales necesarios para acceder a la tutela judicial efectiva y ver defendidos sus legítimos derechos e intereses. La inclusión en los beneficiarios de la justicia gratuita a personas que sufren la violencia de género, los extranjeros, menores o la implantación de los llamados juicios rápidos, ha hecho aumentar de manera considerable el número de expedientes que se tramitan por la comisiones de justicia gratuita y, por ende, el gasto que ello conlleva. El pasado año, más de un millón de personas se beneficiaron de este servicio. El desarrollo reglamentario de esta Ley ha sufrido múltiples modificaciones para adaptarse a las distintas disposiciones legislativas y resoluciones judiciales dictadas a lo largo de estos años, siendo una de las más significativas la sentencia del Tribunal Constitucional que reconoce el derecho a la asistencia jurídica gratuita a todos los extranjeros que residan, legalmente o no, en España. Los beneficiarios al derecho a la asistencia jurídica gratuita están recogidos en el art. 2 de la indicada Ley 1/1996. El principal requisito para la solicitud de reconocimiento del derecho es la insuficiencia de recursos para litigar. Cuando se trate de una persona física, es necesario que sus recursos e ingresos económicos, computados anualmente por todos los conceptos y por unidad familiar, no superen el doble del salario mínimo interprofesional, hoy IPREM, vigente en el momento de efectuar la solicitud. Sin embargo, si existen intereses contrapuestos los medios serán valorados individualmente. El derecho a la asistencia jurídica gratuita sólo podrá reconocerse a quienes litiguen en defensa de derechos o intereses propios. Las prestaciones que comprende este derecho se encuentran recogidas en el art. 6 de la Ley. El reconocimiento de este derecho se le atribuye a la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, órgano administrativo cuyo funcionamiento se ajustará a lo establecido en la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita. Hoy en día, las comisiones de asistencia jurídica gratuita han tenido un importante incremento de su carga de trabajo debido al aumento de solicitudes, lo que hace que su labor se ralentice al tener que examinar un elevado número de expedientes. Por ello es absolutamente imprescindible que se produzcan dos actuaciones básicas: una, la reforma del art. 17 de la Ley 1/1996, a fin de que las comisiones puedan dirigirse a la Administración Tributaria con el fin de que se le faciliten los datos que sobre el solicitante obren en la misma; y otra, la firma de los convenios que se entiendan necesarios con otros órganos administrativos (TGSS, INEM, Catastro, etc.) que permitan a las comisiones, dentro de la labor que les es propia, recabar los datos que consideren necesarios sobre el solicitante, contando ­siempre, por supuesto, con el consentimiento de éste para el acceso a sus datos de carácter personal. El Estatuto General de nuestra profesión establece en sus arts. 42, 43 y 44 las normas y criterios por los que los colegios de procuradores han de regirse a la hora de representar a los beneficiarios de la asistencia jurídica gratuita. art. 24 de la Constitución. La designación se hará a instancia del solicitante o por una resolución judicial que ordene, sea o no preceptiva su intervención, la designación de un procurador para representar a una parte del proceso. Regulado en el art. 45 de nuestro Estatuto General, el turno de oficio es obligatorio salvo que los estatutos particulares de cada colegio dispongan otra cosa. Como conclusión, cabe decir que tanto la asistencia jurídica gratuita como el turno de oficio se configuran como un derecho social y un compromiso ético con la Administración de Justicia, y así entendido nos ha permitido a los procuradores gallegos conseguir la tan anhelada asistencia sanitaria a la que todos somos acreedores. Espero que en un futuro no muy lejano la tengan el resto de los compañeros de España. q En portada “ Tanto la asistencia jurídica gratuita como el turno de oficio se configuran como un derecho social y un compromiso ético con la Administración de Justicia, y así entendido nos ha permitido a los procuradores gallegos conseguir la tan anhelada asistencia sanitaria a la que todos somos acreedores Aprovechando la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, sería aconsejable proponer la modificación de la misma en cuanto vincula el turno de oficio a la concesión del beneficio de justicia gratuita, y aun cuando a veces van ligados no siempre es así, y mientras una, la justicia gratuita, nace de una solicitud, el otro, el turno de oficio, lo hace de una imposición legal. En cuanto a la retribución de este servicio, se fija por baremos de compensación establecidos por la Administración central o autonómica. Es deseable que dichos baremos fuesen iguales para todos los procuradores de España. Nº 77/Diciembre 2008 El turno de oficio El turno de oficio garantiza la representación procesal del justiciable de acuerdo con lo establecido en el Procuradores 25