acoplamiento sexual en la pareja estable.

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ACOPLAMIENTO
SEXUAL EN LA PAREJA
ESTABLE.
El matrimonio es la tumba del amor, es
la muerte del romanticismo, el amor es
ciego pero el matrimonio abre los ojos
…. Son muchos los dichos populares
acerca del matrimonio o de una pareja
en unión libre. Y es que lejos de lo que
nos enseñan los cuentos de hadas con el final de felices para siempre, el hecho de
decidir compartir tu vida con alguien incluye una serie de situaciones que si se
resuelven con madurez y efectividad, la relación se fortalece y si no puede llegar a
desgastarse, incluso a destruirse.
Cuando una pareja decide compartir su vida, existe un supuesto de que debe tener al
menos los siguientes requisitos: se quieren lo suficiente para decidir compartir sus vidas,
consideran que vivir juntos les permitirá gozar mas plenamente de su unión, desean un
futuro juntos y suponen que la convivencia facilitara una sexualidad más frecuente y
gratificante.
Al conformar una pareja estable, lo hacemos llenos de
ilusiones, esperanzas, expectativas, pero tardaremos
mucho en darnos cuenta que el compartir tu vida con
alguien no es precisamente algo muy sencillo. Aun
cuando una pareja sea equilibrada, sana, con buena
comunicación, y cumpla todos los requisitos, tendrá
que superar algunas pruebas en el periodo de
adaptación, y una de estas pruebas es la sexualidad, y
no siempre se supera con éxito.
Las parejas que se unen para fundamentalmente gozar del sexo, suelen ser las primeras
que tienen dificultades y frustraciones en esta área, ya que carecen de los demás pilares
para sostener la relación, y es que, “ la convivencia facilita el sexo pero no favorece el
deseo” , cuando no se convive, es más sencillo mantener el deseo y el interés sexual , ya
que satisfacer este deseo resulta más complicado, pero el saber que se puede satisfacer
tanto como se desee, es justamente lo que hace que el deseo disminuya.
Dice un dicho que cuanto más vivo es el fuego antes se convierte en ceniza, y las parejas
que son más pasionales son las primeras en comprobarlo, el psicólogo Antoni Bolinches,
propone una estrategia de Ahorro Sexual, la cual consiste en no satisfacer todas las
veces que se tenga deseo de manera inmediata, sino ahorrar energía sexual,
permitiendo que el deseo y la libido aumenten, y es que todo en exceso es negativo, dar
siempre rienda suelta a nuestros deseos, el sentir que puedo satisfacerlo cuando yo
quiera, hará que desee menos a mi pareja, es por ello que es común escuchar a las
parejas que de pronto el deseo o la pasión se acabó.
50% de las parejas que se
separan por no superar la fase
de
adaptación,
es
por
problemas sexuales, es decir la
mitad de los fracasos tempranos
es debido a problemas del
funcionamiento
pareja.
sexual
en
Y es que además de
mantener vivo el deseo otro
obstáculo
a
vencer
es
el
acoplamiento sexual, que tiene
que ver con las creencias y valores que cada uno de los miembros de la pareja posea.
Las parejas pueden tener falsas expectativas acerca
de lo que creen que es ideal en la sexualidad en la
pareja; Por ejemplo se puede tener una creencia
acerca de la frecuencia con la que es sano tener
relaciones, y al sobrepasarla o no cumplirla
podemos pensar que es indicador de problemas en
la pareja, pero en realidad lo primero a
comprender es que en las relaciones no existen
reglas, cada pareja va encontrando sus propias formas de convivencia, sus propios
rituales, por lo tanto debe compararse siempre con ella misma no con otras parejas.
Toda pareja cuando inicia una vida en común, pasa por una crisis de acoplamiento
sexual que puede durar de entre 6 meses hasta a un año, pero muchas de las veces ni
siquiera son conscientes de que existirá este proceso, el idealizar la convivencia sexual
y toparse con la realidad, puede llegar a ser muy frustrante. Y es que aunque la pareja
sea compatible, tendrá que pasar por un proceso de ensayo y error hasta conciliar los
siguientes cuatro ámbitos: Iniciativa, Frecuencia, Ritual y Resolución.
Cada pareja arma su propio modelo de relación, lo importante es que los miembros de
la pareja estén satisfechos con sus propias pautas de
interacción, por ejemplo a la hora de tomar la iniciativa,
cuando solo un miembro de la pareja toma la iniciativa
para los contactos sexuales, puede llegar un momento en
que el que toma la iniciativa se sienta desvalorizado y poco
deseado por su pareja, porque esta jamás “lo busca”, esta
clase de desajustes dificultan el acoplamiento y
van a
interpretándose ya no solo como falta de deseo sino como
falta de amor. Es por ello importante que ambas partes sean
capaces de tomar la iniciativa, aunque no sea de manera equitativa, y que ambas partes
estén conformes con el modelo adoptado.
Otra dificultad a superar es la frecuencia, esta a
diferencia de la iniciativa no se puede llegar a un
acuerdo,
ya
que
el
hacerlo
sería
contraproducente, porque convertiría al acto
sexual como algo obligado y mecánico, la
frecuencia debe ir en función del deseo, en el
cual se debe encontrar un equilibrio, no
reprimirlo demasiado pero tampoco satisfacerlo
en exceso, y buscar alternativas para satisfacer a
nuestra pareja cuando el deseo es dispar, es decir
cuando uno suele tener más libido que el otro.
La forma de satisfacer el deseo tiene que ver con los rituales,
entendiendo por estos, como el conjunto de prácticas que
forman el repertorio sexual de la pareja, cada pareja crea su
propio código de rituales, pero para hacerlo deben de ser
sinceros con ellos mismos y con su pareja, revisar su propio
código de valores sexuales, sus prejuicios, sus miedos y
sentimientos de culpa alrededor de la sexualidad inculcados,
el acceder a realizar prácticas que nos disgustan o el tener un repertorio sexual muy
limitado afectaran la relación de pareja, es por ello que se debe estar abierto a escuchar
a nuestra pareja y a escucharnos a nosotros mismos, a la hora de elegir los rituales.
Para poder llegar a un acuerdo saludable se requiere de autoconocimiento, una
comunicación abierta con la pareja, respeto y estar dispuestos a experimentar
únicamente lo que se quiere, sin sentirse obligados, de otra forma la pareja corre el
riesgo de caer en la frustración y/o en la monotonía.
El último ámbito a conciliar la resolución, es decir clímax
sexual, el orgasmo, aquí podemos encontrar 2 problemas uno
es la frustración cuando no se alcanza el orgasmo, en este caso
de deberán revisar varias cuestiones para detectar que es lo
que esta fallando, y el otro es la efectividad posorgásmica, ya
que el acoplamiento sexual no solo depende del antes y el
durante sino también del después, es necesario comprender en
primer lugar que el hombre y la mujer tendrán diferentes
necesidades después del encuentro sexual, para la mujer el
orgasmo es la culminación y para el hombre la terminación de
la relación sexual, es por ello que la mujer buscará el contacto
físico,y requiere acercamiento afectivo, mientras que
el
hombre necesita de espacio y descanso; el buen entendimiento de estas diferencias entre
géneros, y una buena comunicación permitirá llegar a un acuerdo mutuo y a un mejor
equilibrio.
Estos son solo algunos de los ámbitos a superar en el acoplamiento, recuerda que la
buena comunicación, la comprensión de nuestras diferencias, el autoconocimiento, el
respeto y la información son herramientas que nos ayudarán a resolver mejor no solo
esta etapa, sino a mejorar nuestra vida sexual, edúcate con tu pareja, infórmense y de
ser necesario busca la orientación de un especialista, recuerda que la expresión sana de
la sexualidad es vital en una relación
de pareja.
“El matrimonio debe combatir
sin tregua un monstruo que lo
devora: LA COSTUMBRE”
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