DEL MEDIODIJ R A F A E L M A ~~:À. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia COROS DEL MEDIODIA Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia RAFAEL MAYA COROS, DEL MEDI.()DI.A MCMXXVIII EDITORIAL MINERVA-BOGOTA i";fi.lKC~ iT I ¡ ¡-o EibU:".,' I til . .'·r I! Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia Paucis amicis Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia INTERlOR Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia 'J "A tarde difundía _ su resplandor antiguo sobre el m undo. Era la luz venida de los campos remotos ardidos en el fuego de una roja y violenta prImavera. Conversábamos. Una di.afanidad cristiana circundaba tu faz, como esa tibia atmósfera de ámbar que rodea a las dulces imágenes de los muros ilustres. La tarde se encendía gloriosamente como un templo donde hubiesen penetrado con teas encendidas los bárbaros greñudos, en emigos del oro de los techos Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -12y de las colgaduras cuyos pliegues de púrpura revisten el resplandor litúrgico del cedro. Pero de pronto fuése apagando la luz. En la distancia se opacaron las rústicas colinas cambiando de expresión como los rostros por donde pasa la tragedia humana. El mundo se extinguía. Mas entonces, en tu alcoba profunda, poblada por los diáfanos espejos que multiplican tu ademán a modo de una agua móvil, se encendieron, lentas, las lámparas de plata. Dejaste la ventana y yo te vi alejarte, delgada, blanca, rítmica, con tus aéreos brazos sujetando la rubia cabellera, a través de la bruma de oro pálido que vertía la noche de tus lámparas. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia TfE.RRA Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia , STA sembrado el grano. Una gran paz desciende de la alturc sobre la tierra. Todo calla porque en el surco palpita el gran milagro de la vida. El universo asiste a las transformaciones silenciosas de la materia, al lento germinar de la nueva primavera. Las fuerzas subterráneas cuidan de la ¡,imiente. Las raíces dejan filtrar una humedad fecunda, y el tallo de las flores hunde un rayo de luz bajo la tierra. E El sembrador anónimo, de brazos varoniles, de máscula esperanza, de dolor altanero y de rostro curtido por la lluvia, Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -16se alej a. Todo calla. Ha elavado su fe, tal como un dardo, en el riñón oscuro de la gleba. Ha dicho su oración, bajo la cúpula que estremecen las aves de los valles, al dogma universal de la sagrada fecundación. Ya dio su anillo de oro, símbolo de las nupcias triptolémicas, a la virgen morena que se curva ofreciendo la gracia de su vientre. y el sembrador, nutrido de las bellas y fuertes realidades, que ha bebido su agua en los inmensos ríos de la tierra, y estampado la planta en el rojo aluvión o en los guijarros, se marcha. Lej os arde la lucecilla familiar que aguarda sobre el códice antiguo donde duerme, como la estatua en la cantera muerta, el invencible espíritu del hombre. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia l.J.A ASCE.NSI~)N Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia Y A me abrasas, oh sol. Ya estoy más cerca de tu lumbre. Mi corazón se va a caldear en tu propia hoguera. Ya me abrasas, oh sol. Atrás se queda el valle con su flauta monótona, los senderos ocultos en la hierba y las flores de las madrugadas. Ya me abrasas, oh sol. Toda mi vida es un empuje para subir más cerca de ti. Para palpar tu fuego, como los antiguos mártires acariciaban la llama de los braseros. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -20- \ N o ya las morbideces de las colinas matinales sino el áspero pico y las quiebras enjutas que parecen los ceños de la tierra. El sendero que sube hacia la altura. Ya me abrasas, oh sol. De ml manto ha formado mil banderas el viento, y las huellas dispersas de mis pies reconstruyen la unidad de mi vida. Ya me abrasas, oh sol. Siento ráfagas secas como las que peinan la piel de los camellos. El aire se enrarece. A mi paso ofrecen los cardos sus perfiles cortantes. El espacio se abre, en círculos de fuego, en torno de mis SIenes. El azul ciega. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -21Ya me abrasas, oh sol. Un paso más, un paso más, que arriba toda la vida se hace luz, callando en esa inconsolable inmensidad. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia oadviertes N que en la noche caen sobre la tierra semillas? Semillas futuras, de esperanzas de misterios que serán las verdades de mañana. El aire está vibrante de gérmenes activos en las horas más al tas. Solamente los hombres que meditan debajo de las lámparas mudas, con las anchas ventanas abiertas sobre el cam po, presien ten esta siembra y el germinar oculto y la gran gestación nocturna. Ya descansa la tierra Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -26que soportó la lucha y el grito de la vida. La lujuria ha escondido sus ajas de esmeralda en los pliegues revueltos del lecho. Ya descienden las alas de los ángeles sobre la carne humana. Lejos, entre la hierba, asoman sus cabezas ceñidas de diamantes las flores. y caen las semillas como cuando se mueven las ramas de los árboles. y aquel que entre las sombras espera, las recoge y las siembra en su espíritu. y un dia, cuando el mundo tiende las manos locas, se abre una gran verdad o una gran esperanza en los labios proféticos del pensador. Los hombres lo befan y lo exaltan Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -27sobre el ingrato mástil. Pero siempre hay alguno que sigue recogiendo las semillas que caen en la noche. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia , IEREME, oh muerte. Cóge la flor abierta de mis años. No dejes que envejezca. Vén pronto. Rómpe la hélice roja de mi ambicioso corazón en pleno volar sobre los curvos horizontes. Paralíza mis brazos que hunden el remo en las doradas aguas del tiempo. Ata mis plantas manchadas con la sangre del racimo carnal. Apága el ritmo de mis arterias cuyo golpe hiere, en la noche de insomnio, mis oidos con un rumor de agua subterránea. Fájame con tu venda como a un niño, y entrégame a los brazos de la oscura nodriza que. alimenta las ávidas" raíces de los árboles. H ~o ver l~ luz, no ver \~ C\ .<: \, I " ..lf\ (,~ : l~~cre~d?ra . ~ \ \'\ .. 'I \ Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -32que saca de su abismo inagotable las infinitas formas de la vida. No atisbar el espacio que se puede beber con la mirada como una copa azul llena de espumas. No ver un rastro humano ni oír una palabra. Hiéreme, oh muerte. Ni el dulce mar en que naufragan tántas riquezas, y que guarda entre sus aguas fabulosas ciudades hundidas como fúnebres navíos con sus copas de oro y sus lechos cargados de mujeres. Ni el mismo cielo eterno que sustenta la arquitectura móvil de las nubes, y traza la remota geometría de las constelaciones misteriosas. Ni el cuerpo adolescente de una doncella, apenas sombreado en sus pliegues recóndi tos por una vegetación de suave terciopelo. Nada podrá ligarme a la ribera terrestre. Vén, oh muerte. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -33Quiero bajar los húmedos peldaños, afelpados de musgo, de la estrecha galería que lleva hasta tu cripta donde espera la esfinge somnolienta coronada de rosas inmortales. Allí, al fulgor de las marchitas lámparas que filtran una aurora penumbrcsa a través de los grises alabastros, repasaré la escena m ultiforme de mi vida, los rostros conocidos, y la imagen dorada de unos campos que florecen aún, bajo otros cielos, perdidos en el tiempo y la memoria. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia M UERTOS que habitáis el palacio subterráneo de bóvedas sordas, y que hundís vuestras plantas en la tierra alimentada por las fuentes ocultas. Yo os amo, yo os admiro con vuestras cabelleras copiosas que os cubren los hombros, libres del fÏno acero que las cortaba como a la hierba excesiva de los jardines terrestres. Yo os amo, yo os admiro, con vuestros ojos grandes que recogieron la unidad suprema de la vida, y penetraron en el misterio con la confianza de una sombra que vuelve a la cámara mortuoria Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -58atravesando crespones y colgaduras taciturnas. Amados eternamente, .. y sIempre VIVOS. Qué raros coros entonáis a la orilla del río del tiempo? Qué señales hacéis en el aire vacío? Qué palabras caen de vuestra boca como esas flores mudas que deshoja sobre nuestra frente la primavera de un sueño matinal? Yo os amo, oh muertos. Vuestro espíritu vivifica mis potencias humanas. La barca dorada de mi juventud loca de flores se siente atraída por el encanto de vuestra isla de hierro. Vuestras profundas cornamusas hallan eco en mi corazón. Vuestros pasos se dilatan a través de toda mi vida Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -39como las voces de los hombres en la claridad del cam po. Yo os escucho cuando venís a posaras en la primer muy rama del día cerca de mi lecho. y os presiento en torno de mi mesa nocturna, como un coro bondadoso inspirándome y palabras de abuelos, cosas bellas santas para cantar vuestra memoria, para iluminar vuestros rastros, para bendecir vuestros sepulcros y para amar a vuestros hijos sobre la tierra. Muertos, estad conmigo. Cuando el hermano interponed Cuando vuestras la mujer venga a matarme, manos. me dé un beso, purificad me con vuestro y cuando llanto. duerma, finalmen te, llevadme con vosotros Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -40a la comarca extraña, al subterráneo palacio donde im peráis en el tiempo con vuestras diademas de luceros. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia ORACION DEL JOVEN ARCADE Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia A NTES de que te abras ancha puerta de bronce, incrustada de piedras eternales y ornada de caronas fúnebres, déja, déja, que divague al azar por los collados donde crecen las hierbas ofreciendo la gracia inesperada de sus flores al seráfico azul de la mañana. Déj a que en la ri bela fértil de los arroyos vaya cortando la menuda cana para ensayar, con labio melodioso, ingenuas armonías matinales. Déja que me corone de hierbas enlazadas como se usa en mi fragante Arcadia, y que grabe en la piedra rústica de la fuente un verso fácil ilustrando el rudo Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -44'Combate de dos CIervos bramadores. Déjame que termine el ánfora labrada tenazmente en el pino aromático que acendra en su corteza más olor de embriaguez que la melena suelta de las divinas cortesanas. Déjame que coseche las frutas del cercado abiertas por el sol, y cu ya carne se condensa en el borde de la herida como un labio sexual lleno de mieles. Déjame que repita sobre el césped jugoso y húmedo cual la piel de los corderos que el nocturno pastor deja en el campo, las danzas pastoriles donde alternan ligeras actitudes y lascivias ingenuas en frescos grupos cuya gracia triunfa sobre la suave ondulación del monte vecino. Déja, oh puerta, que se cubran de oro los viñedos agrestes, y que caigan los diáfanos raCImos Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -45sobre la faz morena del parrado como crencha s rebeldes por las sienes de un dios adolescente. Déjame que termine el ara familiar hecha de piedra cu yos flancos soportan, en relieve, fuertes escudos y aceradas lanzas y una núbil cabeza de guerrero segada en flor y cuyos ojos vela la dócil hoja del laurel votivo. Pero déjame, oh puerta fatal, déjame pronto, sea en la dulce placidez del campo o en la cabaña de un pastor, e sobre las gavillas de oro que amontonan los hombres en la trilla, déja, oh puerta, que posea por fin a la pequeña Flora, de cuyos ajas virginales fluye un ardor nostálgico de fiera joven, y en cuyo seno se posaron anoche las palomas de Afrodita. Su flanco palpita ya bajo la audaz canCla de mi mano y en cada Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -46movimiento en el vientre se entrega como el agua convulso de la onda. Después ciérrate, oh puerta, sobre mi som bra estéril, sobre el fantasma de mi amor terreno. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia en la noche. Las horas cejijuntas arrastraban sus tácitas pisadas en torno de mi mesa. La fiebre creadora fi uía por mis dedos como una fuerza cósmica. La estancia parecía un horno, y yo cantaba en medio de las llamas como los babilónicos mancebos. Anillos de palabras ceñían sus imágenes en torno de mis sienes exhaustas. Apretaban mis dedos cinco sortijas trágicas extraídas del fondo siniestro de una hornaza, y sentía en los pies el duro cerco de la estrecha sandalia E SCRIBíA, Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -50que se encuentra entre un VIaJero, al medio la roja arena Cómo estaban distantes, las campanas La noche, de una día, playa. a esa hora, del Alba. en negros circulos dantescos, se ahondaba hasta tocar el fondo de la tierra. y a solas con mi alma, único guía en el oscuro viaje, bajaba a la mansión desesperada. Los ángeles rebeldes, sujetos a la roca, me miraban con sus ojos glaciales Un gran río de agua sorda corría con rumor bajo un puente y sombras cobraban de diamante. de voces de piedra calcinada, errabundas realidad luz que cernía y de pronto bajo la vaga la bóveda sonaron maldi ta. en la altura las cam panas del Alba. Yo desperté en la página con las miedosas manos blanca, Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -51y vi el mundo cambiando de colores a través del cristal de la ventana, mientras reía la serena frente del arcángel guerrero cuyas alas me sacaron del fondo de la noc~e. ¡Oh, campanas del Alba! \1/~j)U~ ¡-.,:. LI' 1- _ .• ;r'SL¡C·'ëCf .. L~íS - r'Œ::;. (~.[ - r r l' v\~:0'- r Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia EN LAS PRIMERAS HORAS Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia E STE suave temblor, este misterio, esta visión, esta vaga vislumbre de candor, este dulce comienzo de oración; este vasto rumor que sale del nocturno corazón; esta trém ula voz, esta brisa despierta y este olor; esta clara canción que sube hacia los cielos, como Dios; este apacible són de flauta cristalina y caracol; esta vaga ambición de libertad, este calor que nos llega al espíritu, este dón de simpatía universal, qué son, oh hermano? y el hermano respondió: Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -56Es que ya viene la Aurora. Tiem bla como un cristal al borde del abismo sideral. Lleva el astro de luz confidencial que vio Dante inmortal al salir de la cárcel infernal. La orla de su manto celestial se agita sobre el sueño terrenal. Empieza a despertar la pureza del cielo angelical. Todo se santifica a esa señal de luz. y sube el mar a lavar la ciudad. Oh, hermano, va a llegar el Rey. Apága ya la lámpara de humilde claridad que alumbró nuestra mesa fraternal. Póstrate en humildad y réza tu oración universal por la alegría de crear, por la pequeña dádiva del pan, por la humana maldad Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 57y por el gozo singular de pensar y sonar. Escúcha la campana triunfal. Hendida está la losa sepulcral. Cristo sale de un huerto matinal. Oh lento florecer del mundo. Oh primavera sIempre fiel. Oh dicha de creer en Dios y en la mujer. Oh perenne verdura del laurel. Oh fresco manantial de la aridez. Oh plenitud del sér. Oh locura de ver. Hermano, hay que encender nuestra esperanza en este amanecer, y lograr la embriaguez en la copa de miel. Ya caen a nuestros pies las frutas en su plena madurez. Tiembla el fuego solar como una red de oro. Entre la mies corre el agua propiCia a nuestra sed. ¡Vamos a poseer la tierra en su completa desnudez! Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia ALMA PLENA Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia "Bueno es que nutra tu corazón una alegria luminosa". ESQUILO E LEVATE, alma mía, en una vasta aspiración, al centro de la vida. Respíra, como un héroe de pie sobre una roca, todos los fuertes hálitos que llegan del infinito. Cánta con voz universal, y que tu canto se dilate en el día despejado cual la sonrisa innúmera y sonora del mar. , A'spIra, aspIra a la solemne plenitud. Concéntra en los senos radiantes de tu espíritu toda la vida cósmica. Palpita en un hondo temblor de fuerzas nuevas como late el estío vigoroso Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -62con su embriaguez colonia juvenil de altos arbustos que dejan cscapar, entre apacibles collares la sombra, de agua viva. Todo cstá en ti, oh alma: de la vida. Tu sola mirada puede o destruír cuando Eres el dueño crear un unI verso un mundo. duermes, Todo en pródigo como la estatua calla descanso, de la luz tendida sobre la piedra y cuando y su verde de aromas fúnebre del m undo. abres los ojos se hace en ti la creación, y es en ti, oh alma, donde ríe la luz y se despierta el alnor a manera que, rompiendo nocturnas, de un mancebo las breves ligaduras salta y cn la mano agita el arco tcnso de la flecha de oro. Elévate, alma mía, en una vasta aspiración. de la niebla sutil la visión interior. tu cuerpo conque de tu tristeza Desnúda de los húmedos vistiólo Despója la picdad pronto harapos cansada. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 63Arrój a la careta trágica conque pasas por la vida, y que tu rastro se descubra vivo y fresco como el rostro de la fuente en su espesa guirnalda de verdura. Siglas, siglas de grave pesadumbre te abruman. La alegría murió como el destello de la copa que se apura una noche y que se rompe sobre las ]osas del festín, si cae de la firme rodilla de los dioses. Quebrán ta el hierro oscuro de la cadena inmemorial, y ajusta en torno de tu frente, señalada con los negros estigmas de la muerte, la carona de rosas empapadas en vino que ciñeron un tiempo los humanos frente al mar polifono y bajo el cielo donde dejan fluír las ricas urnas rojos hilos de olímpica ambrosía. Rómpe las vestiduras negras con que pediste piedad para tus goces en la noche Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -64rayada con las lenguas de hoguera en que ardían los mártires convulsos, en tanto que en las urnas de fúnebre basalto caía la ceniza de los cielos para signar la frente de los hombres. Olvída la plegaria inútil que modulan los salterios profundos en la nave oscura de resinas olorosas y embóca, al sol naciente, la trompeta de oro que congrega las huestes matinales y las dispersa por el campo abierto y por las anchas vías libertadas. Elévate, alma mía, en una vasta aspiración. No sientes que te cargas de luz como una nube? No sientes que en ti caen misteriosas semillas de esperanza como el rocío leve que baja a refrescar la fiebre oscura de la tierra, en las noches de verano? No te sientes henchida Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -65de múltiples arterias que dilata una sangre más joven, como el grueso torso de una mujer que ha concebido entre los verdes haces de la avena? Oh, sí; la vida bate contra ti como un río que arrastra una floresta, desbordado, La vida está fundiendo su anillo con el oro de todas las promesas que reserva el porvenir. No escuchas los cánticos nupciales? No ves cómo la selva se despoja de sus ramas para tejer coronas que decoren el umbral de tu puerta? Oh, sí; la vida. Mil voces, bajo el sol, cantan el himno pánico. Junto al mar otras mil voces cantan la sangre. Y descendiendo, raudas, por los flancos de la ávida colina, celebran otras voces la alegría de crear . Vasto coro que llena el éter diáfano, envolviendo en la nube dorada de los cantos, el triunfo de la Tierra. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia INVIT ACION A NA VF..GAR Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia "Navigare necesse est." C UANDO, cuándo llegará el día en que me diga: Es necesario navegar. Alista una nave que tenga un timón y un palo para colgar la vela nómade que ha de perderse en el mar ancho. Mi raza lleva en la frente el imperativo mandato. Después lo grabó en su escudo un poeta que fue corsario, y puso un ángel con un remo y una torre que eleva un faro. La tibia noche de mi infancia oyó una historia de naufragios en que mi abuelo, que tenía un corazón de Ulises bárbaro, Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -70murió de vIelo en una isla comiendo dátiles dorados. Vino después el mar medido con el compás del verso clásico: indómitas naves de Grecia volaban al naval asalto, y la memoria toda ardía con la ciudad de los troyados. Rítmicos grupos de mujeres mi adolescencia despertaron en forma de sirenas jóvenes que llamaban mi esquife raudo haciendo sonar en su escollo los caracoles encantados. y en la dulce fiebre que flota sobre una noche de verano, siempre vi ciudades lejanas curvadas a modo de un brazo para estrechar un golfo donde se duplican faros fantásticos. y este dón del interno ritmo que ata palabras como ramos, es lejana reminiscencia Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -71de la marea, y de los cantos que entonan los viejos marmos balanceándose sobre el barco. Pero yo nací en una urbe hecha de granito y de mármol, con escudos de piedra tosca que unen la clave de los arcos, y llena de polvo y de huesos como un antiguo catafalco. Lejos del mar! Altas colinas estrechan, mudas, el ámbito. El tiempo mismo allí conserva su virtud de encaje plegado, y de la espada de un guerrero cuelgan los hábitos de un santo. Cuándo, cuándo llegará el día en que me diga: Es necesario navegar. Alísta una nave que tenga un timón y un palo para colgar la vela nómade que ha de perderse en el mar ancho. Yo partiré. Nubes alegres me trazarán un rumbo claro. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -72Se esfumará la playa como el curvo vuelo de los pájaros, y ya sólo tendré delante los mil caminos del espacio. y he de gritar: Adiós, oh tierra amasada con polvo y llanto bajo la furia de tus cielos, y cruzada por ríos amargos que te ciñen a la cintura el viejo sayal de los cam pos. Tú me diste tu rojo vino exprimido en diáfanos vasos, y abriste tus follajes verdes para refrescar mi cansancio, y fui tan rico bajo un árbol como un monarca en su palacio. Me labraste lechos de cedro para el amor. Bajo los astros vi mujeres de muchas razas desnudando su cuerpo blanco que proyectaba sobre el mundo la sombra del dolor humano. Corté la caña que se alza Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -73en la ribera de los lagos para cantar penas antiguas o venideros desengaños, y, sobre el cielo o el infierno, cada verso quedó tem blando como con el peso de un ave suele doblarse un junco largo. Ah! mas nada será bastante a detenerme. Un viento extraño silba. La bruma se despeja. Clavemos el mástil gallardo para colgar la vela nómade que ha de perderse en el mar ancho. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia :HIMNO A LA AURORA PRES:SNTIDA Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia A URORA presentida tras de mi noche. Aurora que te ciernes sobre mi negro monte en un triunfo de arpas y de coros angélicos. Aurora presentida tras de mi noche. Vas llenando el espacio de un resplandor sereno en que se mezclan todas las absortas miradas de las vírgenes blancas. Te tiendes como un arco trémulo sobre el abismo azul para que pasen los celestes espíritus que llevan tu suave resplandor sobre la frente. Aurora presentida tras de mi noche. Te formaste en la sombra lentamente a manera Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -78del pendón cuyos hilos, uno a uno, fueron tramados en la noche ciega por un grupo de esclavas laboriosas para lucir, en los balcones reales, un día de victoria. Ya llegas, ya te an uncia la trompeta de oro. Roto en el suelo yace el fúnebre madero donde sufrí la m últi pIe agonía de las horas, y roto está el negro martillo que en mi frente clavaba el hierro frío de la imperial corona de mis sueños. Ya llegas, ya te anuncIa la espada temblorosa que asoma entre la bruma taladrando el corazón ingrato de la tierra. Ya llegas, ya te an uncia el éxtasis dorado que abre el párparo gris del horizonte. Míra que me despojo ya de mi vestidura toda empapada en el sudor nocturno, y en cuyos negros pliegues Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -79se movían las larvas del pecado, para quedar desnudo como el dios impetuoso de los aIres y recibirte, plena, vasta y total aurora presentida. y llegas..... Aquí tienes mi espíritu como una copa de cristal alzada para que se desborde tu alegría. Aq uÍ tienes mi cuerpo formado, como un horno, con el oscuro limo de los ríos humanos para que éntre tu calor y lo funda, y lo enrojezca de pasión a modo de la estatua de un héroe que crepita en el crisol incombustible. Llegas, aurora presentida. El soplo de tus alas va inflamando el espacio como el fulmíneo vuelo de un arcángel en cólera. Tus manos abren rutas de oro en la comba celeste Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -80y vientos mensaJeros, salidos de la selva de la noche, pregonan tu llegada como en las rubias horas del terrestre verano pasa el aire anunciando en sus silbas pastoriles el dorado Aurora temblor de las praderas. presentida tras de mi noche. Ya llegas, ya te acercas y creces. Ya tu frente rompe la oscura zona y centellea de luz, como las sienes humanas que despiertan y vuelven de verdades a forjarse del olvido un mundo nuevo aladas y graves pensamientos luminosos. De tu seno fecundo fluyen claras corrientes como el agua que baja por los flancos de un monte La bruma plateado de los valles sube como un incienso a velarte la faz. Alzan sus ramas de olivares. los árboles ofreciendo Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 81la guirnalda para mullir VIvaz de su follaje tu enérgica victoria, y voces infantiles rasgan el éter puro como flechas de oro que se clavan en los senos desnudos de una bella mujer martirizada. Ya llegas, ya te acercas, aurora presentida. Con los brazos abiertos y fijo en la desnuda lontananza, como el hombre que sube a un promontorio a consul tar la estrella de los mares, yo te espero, oh aurora, que me darás tu libertad tu sereno dominio y tu canto tranquila, del espacio de luz en el abismo. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia CANTO DEL HOMBRE N~JEVO Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia S I, yo bien sé que un día he de vivir de nuevo en otro mundo más hermoso, y en una juventud vigorosa y perdurable. Será después de que la tierra oscura me reciba en su seno como al fruto maduro que se cae de la rama. Se pudrirán mis huesos, secaránse mis venas como antiguos canales, y mi carne irá cayendo a par de los andrajos funerales. y de esa oscura forma, de ese siniestro afán, cual de las manos esclavas que soportan la cadena se ve surgir el ánfora armoniosa, un nuevo sér resurgirá a la vida. Será bajo la gracia nupcial de una mañana en que se agiten los espíritus leves de la tierra. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -86Lluvias primaverales, cernidas a través de los ramajes aéreos de los árboles alegres, habrán barrido el valle como el rústico patio de una hermita. Especies aromosas difundirán una ebriedad celeste por el ambiente claro, y múltiples caminos hendirán las montañas bajo el paso fuerte de los descalzos mensajeros que irán, en claros grupos, tremolando banderas matinales. y yo resurgiré. Una más pura sangre circulará por mis arterias y moverá mi corazón al ritmo potente de las hélices divinas. De mi rostro marchito, modelado en la gleba pecadora, se borrarán las huellas del insomnio sufrido entre los brazos mercenarios o a la luz de la lámpara ya exhausta cuando, sobre la página inconclusa, caía el verso como Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -87una larva de oro desprendida del árbol de los sueños. y yo resurgiré. No ya las hondas arrugas que formaban en mis sienes sino una siniestra red, sino la sabia tensión de las cabezas inmortales que, en su zona de luz, viven la vida eterna de una idea silenciosa. Una risueña juventud, a modo de un resplandor heroico, por mI cuerpo difundirá sus hálitos vitales. La sombra de una idea bella tan sólo nublará mi rostro como esa breve proyección que arroj an las hojas del laurel sobre la frente de los bravos mancebos efigiados. Del terrestre dolor, de la amargura humana, de la fiebre padecida bajo el sol encendido, del furioso trabajo de los días, de la lenta destrucción, nada, nada, conservarán mi cuerpo y mi memoria. Nociones cristalinas, Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -88como azules corrientes que arrastraran la imagen de las húmedas riberas, penetrarán en mi conciencia clara llevando la belleza pura, directa y sustancial del mundo. Será el conocimiento como un enlace místico del alma con las diáfanas formas terrenales. En cada amanecer, por los senderos húmedos, diré el himno de las trémulas horas que preceden al sol. Canto sagrado lleno de balbuceos infinitos cual la oración de los primeros hombres en la primer mañana de la tierra. Las ramas de los árboles se curvarán de amor cual las ojivas sagradas sobre el éxtasis en que duermen los santos visionarios. Subirán las palabras con religiosa gravedad luciendo en su fuerte sentido originario la lozanía vegetal que ostentan las guirnaldas tejidas con las hierbas que nacen bajo el agua. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 89- Un temblor semejante al pálido temblor de los almendros bajo la lluvia, por el cielo blanco difundirá su rósea opalescencia. Dórase así el contorno de las sacras columnas cuando salen las vírgenes del alba y en el altar de piedra encienden los carbones perfumados. Largos hilos azules, ém ulos de las venas que circulan por el seno precoz de una doncella, irán rayando el éter y se abrirán como canales diáfanos y cual golfos cerúleos para encerrar las aguas impetuosas de Ia luz. y postrado, como el velloso conductor de greyes sin dueño ante la hoguera primitiva, cantaré al sol: Oh, padre luminoso, varón que tienes el costado en llamas y en cuya sien, bajo el dorado fuego de los cabellos, resplandece una corona de saetas luminosas. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 90- Tu cuerpo fue forjado de metales brillantes. Tu ancho pecha reeibe y las devuelve en ondas invisibles, las aéreas corrientes, los arroyos de tácita energía, los torbellinos cósmicos del éter. Tu sandalia, clavada de diamantes, va hollando las viejas rocas de granito y oro por donde corre el Tiempo. De tus manos caen siempre virtudes germinales, y tu cintura rítmica se envuelve, como en un gran vellón, en el espacio. Oh, dios del fuego, desvanéce pronto el fúnebre fantasma de mi vida pasada. Ház que se borren las huellas de mis pies sobre la tierra antigua en que mis brazos trabajaron, y se curvó mi espalda bajo el peso de todos los pecados de la raza. llumíname el mundo joven con la dorada antorcha que crepita entre tus manos. Que todos los caminos Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 91sean de libertad. Que se abran todas las fuentes de mi sed como regazos frescos que me acogieran entre el verdor de Ia natal campiña. Que cada día sea una fiesta litúrgica de gritos caniculares como la vendimia solar en que los hombres se pintan con el mosto de las cubas. Que los árboles dejen caer sus frutos sobre mí, durante el sueño, y que despierte entre rojos racimos y montones de pomas que el calor vaya fundiendo en transparentes ríos de dulzura. y que toda la tierra me sea como un dón, como una mesa jovial donde se esparza mi serena alegría entre las flores y los arbustos, mientras pasan las estaciones renovando su fulgor. Oh, gran Padre, comunícame el fuego que palpita en tus entrañas pródigas! Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia I.JAS ALAS Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia o Y tenía dos alas, el ala azul, el ala rOJa. El ala azul era en mI hombro como el peplo que el huracán profético desenvuelve en torno del brazo de las Sibilas. Como el arco de alianza que tiembla entre los dedos de la lluvia, el ala azul iba en mi hombro sembrando paz entre los mortales. Su sombra se cernía sobre la tierra hecha de lodo y de cemza como la sombra de una nube benéfica que trae el agua, absorbida en los ríos lejanos, para refrescar la pradera donde crecen las flores párvulas Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -96- y la hierba humilde que es llevada en carretas para el establo. El ala azul era en mi hombro como el ala del arcángel guerrero que defiende a los niños y vela el sueño de las vírgenes. El ala azul era en mI hombro como el pabellón de flores que protege los idilios campestres y la púdica entrega de la doncella, alta y flexible como las pastoras del agreste Teócrito. Otras veces era como el toldo de colores de una feria, en un puebla alegre, que tiene un anfiteatro de colinas y un río para mover las aspas de lienzo que anunCIan el nacimiento del pan. El ala azul era en mi hombro como la sombra de la campana sobre el atrio evangélico de la iglesia. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -97(Oh, las mañanas, cuando entre las palmas sacramentales entraba el asno manso a beber el agua del cielo en los tazones de piedra). El ala azul era el misterio de la tarde sobre el valle humoso donde parpadean las ventanas ante la lejanía del cielo que se recoge en el horizon te como un velo lleno de flores extrañas. El ala azul era en mi hombro como el ala del sueño caída sobre el mundo. Yo tenía dos alas, el ala azul, el ala rOJa. El ala roja era en mi hombro como una llama. Semejante a un pendón de guerra entre el cobre de las trompetas~ el ala roja saludaba la asunción del alba. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -98El ala rOJ a encendía el fuego en la sangre de los mancebos y en las mejillas de las vírgenes. El ala roja presidía el rito nupcial, en la noche sin término, cuando el río de carne fluye de los lechos poblado de gritos como las aguas que devastan una ciudad. El ala roja era en mi hombro para surcar las rutas aéreas. Para el vuelo soberbio sobre el mar y la tierra. Para descubrir las costas celestes donde se encienden los faros que orientan a las naves y a los conductores de rebaños en los caminos de la tierra. Para seguir el cauce de la luz que nace en las rosadas praderas del Paraíso donde las vírgenes desnudas recogen el rocío en sus manos. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -99El ala roja alimentaba con su soplo las hogueras prendidas en el mundo para consumir las selvas y los libros y el cuerpo llagado de los mártires. Para sembrar de espanto el alma dulce de las fieras. Para purificar el agua que nace de los líquenes y se enturbia después entre los cauces terrestres. Para fundir los metales que perpetúan, entre los hombres, el sueño vago de las formas increadas. Yo tenía dos alas, el ala azul, el ala rOJa. Hoy, cuando de mi vida penden los años muertos como las flores secas de las ventanas abiertas para los festivales m undanos, camino por la tierra tambaleándome a modo del labrador que vuelve de la vendimia, porq ue he perdido mis dos alas. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 100 - Vanamente, en la noche ciega, por las ciudades que festejan con ramilletes de farol as su triunfo de lujuria y de sangre clamo por mis dos alas. No las encuentro y solo, errante y abstraído, voy como fundiéndome, paso a paso, en el gran caos nocturno. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia LA MUERTE DEL HERDE ~-./.:\!u.;.· :X ,- I .. .~. [ ;. '':-:; '_':! ~UI:-' Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia E súbito un flechazo vibró, y el fino dardo hincóse en su costado mientras un hilo cálido descendía a lo largo del cuerpo inmaculado. Irguió el desnudo brazo cuyo contorno pálido cobró un matiz dorado. Se fue a poco dublando sobre la tierra. Un largo mechón cubrió su blanco rostro. Los fuertes brazos cayeron a los lados. Curvóse como un arco. Su pecho de centauro vaciábase en un largo sollozo. El labio árido, que fue experto en el canto, O Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 104 - buscaba en el espacIO la frescura de un vaso de miel. Impetu vano de arranque o vuelo raudo lo sacudió, y acaso sintió el olivo ático sobre su sicn de mármol, en tan to que el eselavo le vertía un jarro de aceite perfumado. Mas pronto el hierro amargo volvió su alma al regazo de los dioses. Un manto de luz fue resbalando de los árboles mansos y lo vistió de rayos vibrantes como un astro. El día estaba claro y el sol, en lo más alto, radiaba como un trapo de púrpura engarzado en la punta de un pala heroico. El casto cuerpo vertía el vago Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 105 - fulgor de un alabastro lleno de vino diáfano. En la curva del labio se acentuaban los rasgos de un dios que halla descanso bajo el verde emparrado que sombrea un patio. Entre la boca el árido lustre de los delgados dientes de perro bárbaro. Y, como un crespo océano, ya revueltas, velando el sueño de los párpados, las melenas de heraldo que prensó bajo el casco de hierro aligerado por dos alas de pájaro. * * * Así vivía el héroe en su clastro de rocas. Un mar de hierbas trémulas se extendía en redor sin que ninguna ruta cortase su verdor tranquilo. Ni la tarda pesuña ni la viajera planta Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 106 - arrugaron las ondas vegetales. y en la remota orilla de aquel piélago glauco se agitaban los hombres sin que nunca llegase humana voz hasta las rocas donde el héroe crec.ía bajo el ojo del sol. Intacta y pura su juventud dorábase a manera de un fruto en una rama. Bajo el espacio abierto donde el éter bullia preparando la creación de mundos invisibles solo, enhiesto, tranquilo, bañábase en la lumbre meridiana. La claridad ponia un circulo de fuego en torno de sus sienes vigorosas como ese resplandor que ciega el rostro de una virgen ecuestre ceñida en una vaga incandescencia de metales guerreros. En su tórax se henchía la fuerza que reparte la serena virtud del movimiento, ya se rom pa en el juego de la vida Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 107 o se equilibre en el esfuerzo unánime de dos alas abiertas. Bajo el enjuto muslo se traducía la vital urdimbre del nervio, más tirante que las cuerdas de un navío empujado por el viento en una roja tarde de borrasca. Y, propicia al esfuerzo elástico del salto, la tosca prominencia de la móvil rodilla, pulida como el áspero guijarro del sendero que lleva hasta las aguas de un río conocido. Así vivía el Héroe. La vasta geometría de las rocas natales simplificando el mundo de las formas disciplinaba su visión interna. El sol aparecía limpio como un escudo abandonado al pie de una columna, y el Héroe, en el ingenuo arro bo de los nómadas lacustres, recibía la diáfana enseñanza de claridad que el astro Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -108 vertía en su conCienCia primitiva. Luégo, como la bestia que llevan los pontífices mi trados a sumergir en las sagradas fuentes, el Héroe descendía al fondo de los puros manantiales que improvisaban sus volubles arcos ., tepan sus voces en medio de esa pétrea arq uitectura. Sumergido en la viva conciencia trasparen te de la tierra se redimía de la carne grave y de la vieja esclavitud que fluye por las venas humanas. El mundo proyectaba sobre el cristal sensible de su espíritu no la sombra que huye sino la forma eterna. (Así el agua tranquila, reflejando los cambios en la nube, se abisma en el azul que es la perpetua fIdelidad del cielo). El vien to que se afila entre los duros riscos la traía semillas de verdades activas, y palabras Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - t09 - para ammar el alma de una raza viril sobre la tierra miserable. y en los giros del aire recogía el breve consejo de constante ligereza que movía sus nuevos pensamientos como esferas de oro en torno de sus órbitas tranquilas. Así vivía el Héroe. Lejos, bajo la sorda indiferencia de cielos implacables, ora ardientes a modo de una pasión estéril o rojizos como los campos que secó el verano, o bien cargados de agua como los grandes ojos de los niños, hervían las ciudades en medio de sus fértiles colinas, a la orilla del mar, o entre las quiebras de inhóspi tes peñones. Los rústicos caminos los ceñían sus fajas de verdura. Viejos puentes de piedra tendían sus abrazos sobre el abismo. En las abiertas calles forjaba sus motores Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 110- o movía sus hélices la divina mecánica mientras los altos árboles polvosos, plantados a lo largo de las vías, renovaban también sobre la piedra de las pulcras mansiones su primavera urbana lustrando el viejo cobre de sus hojas bajo la luz refleja de los vidrios que prenden su fulgor en los balcones. Luégo, cuando la noche desataba sus tácitos arroyos de sombra, y encendía en las riberas sus antiguos fanales el grito de los hombres, sumidos en la fiebre de los lechos, llevaba hasta la altura un eco de las hondas soledades terrestres, y el cansancio de la carne que busca el infini to agotando las formas del deseo. Mas el Héroe, entretanto, crecía en gracia bajo el ojo grande del Sol. Iba a bajar a las ciudades vestido de su propia cabellera como los leones. En su labio ardía Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 111 - la palabra violenta que llena el corazón de los que VIven en honda compañía con el desierto. Iba a crear el alma de los hombres de una aurora nueva que amasara con fuego las entrañas del mundo. A renovar las razas de corazón cansado que rellenan de polvo y de ceniza los angostos caminos de la tierra. A encender en las frentes humanas, como encima de una cumbre bañada con la sangre de los mártires, una nueva esperanza más rica de fulgores que el abismo de los cielos nocturnos. A libertar al hombre del siniestro madero levantado en la noche milenaria sobre el altar de flores que sostuvo la copa toda colmada del antiguo VIllO. y a prometer la tierra, fecunda de sus dones, al esfuerzo más alto, y al vigor de la conquista, Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -112 y al más vibrante grito que saliese del pecho acorazado en el más bello escudo. Así la tierra, en medio de sus verdes estaciones, sonreía desnuda con la frente cargada de racimos. * * * Ya descendía el Héroe cuando fue herido por la flecha bajo la luz impasible del día. La tierra no lo supo, ni lo supieron los hombres encorvado s sobre su faena bajo la maldición antigua. Las ciudades lanzaban por sus chimeneas su hálito impuro alimentado por aguas negras. Emigraban el dolor y el hastío ora a impulso de las velas marinas, o sobre el carro que hace crujir por el camino sus correas. Unas tierras indiferentes daban las mismas cosechas, y siempre por las tardes se oía el mismo can to Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -113 que, a lo largo de las riberas, modulaba una voz sobre la nostalgia de dos flautas de avena. Parecían cambiar los paisajes tomando el color de la hierba que obedece al influjo del sol como las mareas. Las aguas repartían sus virtudes eternas atravesando las ciudades o las comarcas secas. Monótonas plegarias subían a la hora de la tormenta, y risas de niños y mujeres si la atmósfera era serena. Todo estaba lo mismo en el cielo y en la tierra. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia CANTO DEL HOMBRE CAUTIVO Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia M E vuelvo a recoger bajo mi lámpara y me siento seguro como el niño que ha cerrado las puertas de la alcoba en la noche de viento. Me vuelvo a recoger ... Crecen mis sueños bajo la luz benigna, como crece ia hierba más robusta debajo de los árboles. Fuéra cierne la noche su impalpable ceniza sobre la frente pávida del mundo. Solamente las torres cruzan de un horizonte a otro horizonte sus señales de luz. En el espacio germina el éter produciendo a veces esas fosforecencias que denuncian el hondo nacimiento de una estrella. Pero yo pienso: el universo entero Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 118se reduce a un anillo que me ciñe las sienes. Y mi vida -tan varia y permanentese integra con sus bienes y sus males como la sombra y el fulgor se funden en la unidad simbólica 'del agua. y entonces mi nocturno pensamiento se hace conciencia universal. Y cantan en mí voces remotas. y siento que despuntan en mi espíritu albas en cuya luz se purifican serafines de fuego; auroras que despiertan en los campos del paraíso; días azules en que nacen las mujeres más bellas, y estaciones cargadas de racimos y de frutos como las barcas que conducen toda la abundancia terrestre de una isla maravillosa. En tances, como el agua en la hoja de la hierba, cuajan en mí rocíos de palabras y yemas de expresión en cuyo seno se maduran los gérmenes del mundo. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 119Aguas de luz, en trémulos arroyos, golpeadas en las rocas de lo eterno fecundizan mi sér; y como el campo sobre el cual se desborda una cisterna, reverdezca de gémulas doradas y me visto de flores, mientras recorre mis ardientes venas la fiebre vegetal en que me mece el sueño de una lánguida floresta. y soy de nuevo fuerte y otra vez soy sencillo como el mástil guerrero de una torre o como una guirnalda de violetas. Me vuelvo a recoger bajo mi lámpara en la noche de viento. y es ahora el vasto corazón del infinito quien sufre mi congoja y qmen soporta el ritmo de mi sangre mortal. Cada palabra de mi boca, perdida entre los hombres, ensánchase allá arriba como el eco simpático que vuelve una colina cuando en la tarde clara grita un niño. Sé que mi voz de hombre, Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -120ora cruce jardines agobiados de flores, que descienden hacia un río en cuyo fondo glauco duerme el oro, o bien se alce en la roj a soledad, bajo el cielo incandescente que rodea de elictros zumbadores la aridez de los pozos, ha de turbar el seno del abismo infinito, y hará nublar la inmensidad serena tan limpia y tan azul sobre el humano dolor, sobre la muerte de los campos, sobre la negra sangre de las razas y sobre las tinieblas en que gritan y cantan las ciudades. También sé que está viva, sobre mi amor del día o de la noche, la piedad de la altura, y que allá repercute el beso largo y húmedo que cae, como un copo de luz, de una ventana humilde, o el esfuerzo viril con que se exprime de la hembra todo el jugo de un huerto en que las frutas abren su madurez desde las ramas. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 121 y mi verso, manchado del color de la tierra, libre como las alas o las flechas, va a clavarse en el ancho corazón estelar que está desnudo como el hermoso levantado incita, corazón de un mártir en la cruz y cuya sangre cual la miel de los racimos, la golosa avidez de las abejas. Así vela la noche sobre mi soledad como una madre que entre los pliegues de su manto ocul tase una lámpara oscuro temiendo despertarme. y yo velo y me siento seguro como el niño que ha cerrado las puertas de la alcoba en la noche de viento. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia DOMUS AUREA Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia OMO las casas de Israel levantadas en troncos de palmera, y en cuyos patios blanqueaban los sepulcros de los patriarcas, así te alzas, casa de mis abuelos, sostenida en columnas de roble y cruzada por vigas de pino. La tierra en que te asientas es buena. Está abonada con huesos heroicos, y la riegan arroyos perpetuos. Tierra para el pan, tierra para el humo, tierra para los bueyes, donde se fabrican los hornos de arcilla, donde se queman las maderas olorosas, donde se labran los arados resonantes. Así te alzas, casa de mis abuelos. Eres fuerte C Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 126 - como las tablas de cedro con que fueron Eres buena vestidas tus puertas. como las piedras redondas que descansan en la tarde del sábado. Eres justa como tus aguas nativas que se reparten Y eres ancha en vertientes como tus campos en impalpables el temblor iguales. que trasforman ondas de aire puro de la hierba amarilla. Así te alzas, casa de mis abuelos. Una faja de piedra te ciñe, y apareces como un hombre que envuelve sus riñones en la piel de las cabras montaraces. Espesas higueras, que dejan filtrar el humo te rodean meciendo de los fogones, sus follajes oscuros donde resuena la lluvia como en las tiendas improvisadas de verano de cuero por una tribu bárbara. En tus patios se escucha Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 127 - por las mañanas el ruido de la cadena arrancada a los brazos serviles para subir el agua del pozo que se condensa en neblina irisada entre las hojas del brocal de ladrillo. Rústicas vides, enjoyadas en zarcillos húmedos, trepan por tu techo hospitalario vistiéndote de guirnaldas flotantes como a la nave destinada para celebrar las fiestas del vino. Tus portales se abren para que circulen las corrientes aéreas que trasforman la luz y conducen, como velas dormidas a lo largo del mástil, las vagas formas del silencio. Bajo tus aleros ahumados, o al pie de tus escaños de piedra se guarecen inocentes colonias de abejas que distribuyen sus labores entre el follaje matinal de los sauces para volver, en la tarde, como un pueblo que celebra con pífanos su regreso a la patria, hasta los huecos abrigados donde la amargura de la tierra Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 128 - y el dolor del canto errante y el peso de las alas abrumadas se convierten labrado en el grumo en la sombra la infinita dulzura de polvo diáfano para contener de la luz creadora. Así te alzas, casa de mis abuelos. Anchos ríos que ciñen islas verdes en cuyos árboles se posan aves desterradas conducen de lánguidos climas a tus puertas la riqueza de regiones extrañas, al balanceo de las barcas que zozobran con la abundancia como continentes de frutos ahogados bajo el peso de un otoño excesivo. Innumerables labrados parten caminos, por la pesuña de las bestias, desde tus murallas como mensajeros que celebran siempre tu fuego encendido del hogar; de boca de oro entre la bondad las piedras de tu vino que se enfría debajo de las ramas en el cántaro que se ofrece al cielo Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 129 - como el vaso litúrgico que contiene la sangre de un santo; la pureza de tus aguas que describen, sobre el césped inculto, curvas ágiles como el salto de un galgo; la paz de tus graneros grávidos como el vientre de una mujer que en las noches de estío mulle el lecho con sólo su cabellera; tus viejas panoplias hechas con las astas salvadas en las hecatombes de bueyes, y de donde cuelgan las armas que dirimen contiendas forales y despejan de alondras el cielo. Así pregonan los caminos tu vida fecunda, tu próspera hacienda, tu sencillez desnuda olorosa a las hierbas saludables que arraigan en el um braI de tus puertas. Así cantan tu vida, fuerte y alegre como un casco de acero donde se mece una pluma lánguida, o como tus arados Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 130 en cuya reja amanecen los pájaros, o como la frente de tus hombres que, al salir de la noche, se cubre de gloria como el cielo del alba. Pero, muy adentro, en la cámara de robusto artesonado, junto al lecho de pabellones oscuros, sobre el estrado donde arden los braseros, frente a las imágenes piadosas, o en medio de los espejos antiguos reparte su ademán sapiente la flor de tu sangre, la entraña de tu pueblo, la palma de tu raza, la raíz de tu tierra: eso eres, oh madre, bajo la toca humilde que te circunda de días. Eres hermosa como un templo edificado sobre una colina. Las siete virtudes te coronan como torres que defienden una ciudadela .. Tu corazón es equilibrio de fuerzas como una cúpula. La edad no ha llegado a tus sienes y eres como una piedra Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -151 gastada por el sol únicamente en la base. Tu delantal alegre renueva sus flores dentro del agua de modo que siempre vas envuelta en un ligero verano. Animas las cosas como el mismo grito de júbilo con que nos diste la vida. La buena alegría te ciñe de una zona dorada como si estuviese detrás un ángel inflamando la atmósfera con su vuelo. y pisas la tierra ·con el pie de los árboles. Por eso te sostienen los muertos y por eso, ya vuelvas la frente .al lado de la noche, o al lado del día, te levantas como la columna firme labrada en oro de la raza y en bronce de la tierra. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia BAJO EL ALA DE LA VICTORIA Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia D E súbito, en nuestros lechos de piedra, mullidos con la piel de las bestias sacriflcadas bajo el arco nos despierta una voz alegre, voz de capitán o de marinero acostumbrada a gritar desde la arena para que se despierte el bosque de mástiles da vados en el sueño del agua. Al campo, al campo, al campo, dice la voz dorada como un cobre. Saltamos. En nuestra frente perdura, como en una arcilla mojada, el trabajo de la noche que modela los sueños y ata los párpados caídos con el hilo de seda elaborado por las orugas de la muerte . .La primera luz nos infunde una leve embriaguez, y avanzamos como los carros demasiado llenos de hierba. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 136 - Pero pronto el espacio se inmoviliza sobre nuestra frente y participamos del equilibrio del día como el niño que ve el agua ya quieta en torno de sus rodillas. y entramos al campo. * * * Somos seIs compañeros. Un mismo esfuerzo vincula nuestra juventud a modo del nerVIO que liga todas las plumas del ala. Cubre una misma luz nuestras SIenes como la veta de oro que recorre las piedras de una cantera. Idéntica ternura nos une como la cera que aprisiona las cañas impares en el instrumento de pocas notas. AI darnos la mano cerramos el cielo de nuestra infancia como las montañas de la tierra nativa. Crecimos juntos como los sauces sembrados el mismo día. La lluvia hizo prosperar nuestras cabelleras. La tarde nos reconciliaba con el cielo mezclando el humo de nuestros hogares. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia Nos orientaban cuando 137 - unas mismas fogatas regresábamos, en coro fraterno, al valle sordo de voces bajo la bruma que subía de los arroyos nocturnos. Después, los seis compañeros salímos al encuentro de la victoria coronados de luz, únicamente, como las torres. * * * Cuando pisámos la hierba tuvimos, porque por anticipado, encontrámos SentÍmos húmeda la emoción la tierra que circulaba y subía por nuestras del triunfo buena bajo nuestros pIes. por nuestras plantas piernas desnudas la savia vegetal de que se alimenta el pueblo laborioso de las raíces. Mejor que el que escucha latir por la noche, en el hueco y sorprende advertimos el ritmo nosotros su propia sangre de la almohada, de su corazón desvelado, el pulso vivo de la tierra, y el sueño de las florestas subterráneas, y la fiebre germinal y la decantación Así prometimos de las semillas, del agua en los filtros profundos. ser buenos en la lucha, llevando toda esa vida en nuestras y pelear por la tierra que había arterias, formado nuestros Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia punas -158 tan recios como los nudos de los árboles, y despejaba nuestras frentes lo mismo que despeja los horizontes con el viento. Por la tierra que había dejado en nuestros ojos la pureza de los espacios llenos de aire y de agua, y madurado nuestro corazón temeroso como madura las frutas, librándolas del pICOenemIgo, entre la envoltura de sus propias hojas. * * * Entonces, por el extremo opuesto del campo, aparecieron los enemigos imberbes, el grupo bárbaro que venía a disputarnos la rama de olivo. Eran acaso demasiado jóvenes, pero tenían una sangre oscura de mercenarios. Faenas serviles habían deformado sus cuerpos y mascaban la rabia seca de su fuerza sin gracia. Lanzaron, al vernas, su grito de tribu codiciosa nacida en la tierra que sólo produce el cardo. Odiaban nuestra raza a través de sus puños porque hizo el vientre de nuestras madres como el alfarero que modela los vasos del templo en arcilla dorada. Sus abuelos habían cazado mujeres con el arco y las violaban después sobre la piel de un toro. Ellos, en su adolescencia fogosa, querían ornarse con la gracia de nuestras doncellas Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 139 - como si súbitamente un cauce seco por donde en otro tiempo se deslizó un río de bálsam viera tupidas sus orillas de juncos verdes. lbamos, pues, al encuentro cuando las primeras horas habían caído perfectas del cielo que se dilataba en ondas luminosas como la sonrisa de las aguas marl Limitaban el campo hileras de sauces claros, y detrás del cortinaje aéreo promelían las colinas sus bellos flancos, sumergidos en li1 plenitud del día. * * * Lo demás fue violencia. N os abra:lámos en la lucha como sarmientos que se retuercen; en una llama silenc Nuestra carne revuelta creaba la :jmmana arquitectura en equilibrios súbitos, en rápidos esc<!.rzos, en posturas sobel Era un esfuerzo unánime que aislejba la vida del músc y en el que consumíamos, como fin la hora del deliric la última burbuja de aire conteni,:la en la tierra. Luégo, postrados unos, otros en p,ie, sentíamos la vida llenar nuevamente nuestros pechos, y en una aspiración a bebíamos el espacio, la claridad, la lejanía. Luégo el salto ágil, el golpe audaz, la curva corta, el vuelo circular del buitre, la reminiscencia del felino: la divina celeridad de la centella que funde hierro. Nue3tras propias arterias nos ceñían como cordajes. Palpitaban nuestros vientres como los ijares de un ga Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -140 Los cabellos húmedos se nos pegaban a las SIenes como se adhiere el lienzo mojado sobre un boceto heroico Iban cayendo los compañeros y crispaban las manos. Una sonrisa coronaba su sueño... Pero los muertos volvían del infierno con el puño en llamas. Entonces, como en el día del primer sacrificio, apareció la sangre sobre la tierra. Era la sangre de nuestra juventud, la sangre de nuestros padres, que manaba de nuestros brazos, del pecho, de la frente, en hilos gloriosos como los jirones de una bandera. * * * y trascurrían las horas cargadas de cólera como el alma del justo. La tierra parecía devorada en el incendio solar, en la fiebre de la canícula. Como flota el espíritu del vino, en el campo, durante los meses de la vendimia, así flotaba la roja locura sobre nuestras cabezas rebeldes. El viento corría juntando todas las voces en una nube sorda que iba a sembrar de fuego ciudades edificadas en las llanuras malditas. Los sauces se habían despojado de su sombra. Vibraba la atmósfera como un canto. El negro exterminio sacudía nuestras almas, y éramos como los hombres que violan un templo aturdidos entre el humo de las antorchas. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 141 - Lejos, sin duda, fluían las aguas bajo el vaivén de las florestas azules, y soplaba la brisa del mar sobre otros pueblos, y había países alborozados con la lluvia. y nosotros teníamos sed, en la llanura caliente, cruzada de reverberaciones metálicas y ciega en la claridad de los relámpagos mudos. Pero habíamos vencido en la furia de la sangre y del polvo. Huían los pequeños bárbaros a tiempo que la tarde se anunciaba en las nubes. * * * Nos sentámos sobre las piedras. Semejábamos recién desatados del árbol a cuyo pie yacían las flechas hostiles, o que hubiésemos sido robados a la llama por un ángel guerrero. Nos mirámos unos a otros y reconocimos nuestros cuerpos ejercitados en las recias jornadas, y reconocimos nuestras manos que marcaban los pocos años vividos como las primeras hojas de un arbusto. Vestíamos harapos como los mendigos vilipendiados en la calle. Pero aunque hubiesen gemido las mujeres Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia 142 sobre nuestros pies, y en su llanto se hubiera anegado una ciudad muy nca, habría sonreído nuestro desdén, porque era más grande la ofrenda de nuestra desnudez victoriosa. No habría podido coronarnos ni el cielo magnífico de la tarde. Nos trajeron una cesta colmada. Entonces, como si fuera el nuéstro un descanso después del juego en que alternaron palabras sobre las cosas bellas del mar y de la tierra, tendimos sobriamente las manos hacia las frutas maduras. * * * Era la hora en que se enternece el corazón de los desterrados. Venían voces hondas de todas partes. A una misteriosa indicación de la sombra comenzaron a levantarse las hierbas holladas por nuestros pies. Entre los sauces habían personas desconocidas... Pero en la altura se extinguía tranquilamente un otoño de luz. Semejantes a naves perezosas anclaban las nubes sobre las colinas distantes Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 143- descargando en quiméricos golfos toda la opulencia robada a los climas celestes. El olor de la sangre, y el orgullo del triunfo, y la nube de gritos eran ya como una memoria perdida que bien pudo Uorarse en los instrumentos Entonces apareció la VICTORIA. vesperales. Vibraba toda la tarde con el Ímpetu de su vuelo. Era bella como nuestra vida y heroica como nuestra esperanza invencible. Recogió en su frente toda la luz del mundo a tiempo que nosotros, con la rama de olivo, cantábamos un himno guerrero, juntando nuestras cabezas bajo el ala de la VICTORIA. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia CAPITAN DE VEINTE AÑOS Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia C APIT AN de veinte años recién salido del gimnasio donde la línea de las barras y de las cuerdas impone sobre el alboroto de los árboles su limpia geometría al aire libre" Capitán de veinte años virgen como el acero, y ágil como el viento que mide el campo pisando sobre los tallos donde se columpia la luz. Llévame en tu nave ligera, en la menuda armazón de lienzo y de mimbres que posa sobre la tierra dando saltos como las garzas cuando huyen 9. lo largo del río. Llévame en tu nave ligera Oh! Capitán. Vástago de una raza nacida de las cenizas del mundo, y del cadáver de todos los dioses sacrificados por el hombre. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia -148 l alma florece en la pulpa de tus labios a y carnal como el sexo de la nueva alegría. l conciencia es un tejido orgánico Irado con tu sangre como el pétala de las flores. enes la fe en el músculo, transportas las montañas con un solo grito salvaje. pitán de veinte años vame en tu nave ligera. lberbe Noé de la edad de hierro, >ricaste tu barca no con maderas incorruptibles 'o con un poco de aire y de fuego, ~a echaste al espacio confiado el equilibrio de todas las fuerzas sagradas. hé aquí que tu nave se mece mismo hilo que sostiene los astros. ¡snudo estás de tus vestiduras mortales, , Oh Capitán. ~bre tu cuerpo el ártico ropaje e destila aceite como la piel de las bestias marmas :"-símbolo de tu fidelidad a las alturas~ sordo casquete que te oprime la cabeza desprenden dos orejas de galgo. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 149 - Capitán a.e veinte años llévame en tu nave ligera. Como se remontan los pájaros con el solo equipaje de sus plumas, y llevê.ndo una hoja de la última rama en que se posaron, así vas a las rutas aéreas con tu cuerpo alargado en el ímpetu del arranque y un último reflejo del verdor terrestre en tus ojos estrangulados ya por la furia del viento que te arrebata en su torbellino como a los dioses. Ob, Capitán. Ni el flanco de las naves pintadas con los colores de la esperanza o de la ira por los alegres obreros del agua; ni las caderas de una mujer ejercitada en el salto mejor que en las lides del amor antiguo; ni los ijares de los felinos en celo; ni la curva de los horizontes celestes, nada iguala a tu divina máquina provista de su múltiple corazón resonante, ávido de la gloria del cielo y conquistador impetuoso de las zonas azules. Capitán de veite años llévame en tu nave ligera. Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia - 150 - Volaremos por la manana como las primeras voces de los hombres. Mi coraz6n prisionero de la tierra igual que las raíces de los árboles, batirá sobre mi vida con más fragor que tu hélice, oh Capitán, recibiendo las convulsiones metálicas de tu nave flotante como recibi6 las primeras palabras de amor, en la noche extinta, bajo la vibraci6n de los luceros románticos o en la bermeja alegría de los soles que maduran la hierba. Sí, volaremos por la mañana purificados en la luz que renueva la conciencia del mundo, y s610 una nubecilla del mísero polvo originario dará testimonio de nuestro rapto celeste ante los caminos de la tierra y ante las montañas distantes. y habremos entrado en la vorágine azul, en el éter que nos traspasará como la luz a las nubes. y ya no habrá ni tiempo ni límite para nuestra alegría, y todas las cosas serán conocidas en su unidad desde el remo del sol. y talvez ... (Oh Capitán, s610 mi madre, s610 ella, pudo entrever esta esperanza bajo la fidelidad de la lumbre que aclaraba conjuntamente sus manos y mi sueño) Este Libro Fue Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Àngel Arango del Banco de la Republica. Colombia