servidumbre y esclavitud en bolivia

Anuncio
SERVIDUMBRE Y ESCLAVITUD EN BOLIVIA
Jorge Echazú Alvarado.
Para nadie es un secreto que Bolivia, en pleno siglo XXI, sigue siendo un país atrasado, dependiente
y fundamentalmente una formación social pre-capitalista. De modo que para comprender en
profundidad el problema de tierras que se presenta en el Chaco boliviano y concretamente en el Alto
Parapeti, es necesaria la consideración teórica de lo que significa el pre-capitalismo.
El capitalismo como Modo de Producción (MPC), dominante en el mundo entero, hizo su aparición a
partir de la Gran Revolución Industrial inglesa y la posterior revolución burguesa en Francia. Este
modo de producción se fue extendiendo paulatinamente por todo el mundo a través de la colonización
(servidumbre), la trata negrera (esclavismo) y otras formas de sometimiento de los pueblos del Asia,
Africa y América Latina.
Las formas o Modos de Producción pre-capitalistas son tres: a) el Modo de Producción Feudal; b) el
Modo de Producción Esclavista; y c) el Modo de Producción Mercantil Simple.
La llegada de los conquistadores a América del sur hacen aproximadamente cinco siglos significó la
implantación de formas y modos de producción pre-capitalistas, en las zonas andinas y en las
mesetas mexicanas donde se establecieron claramente formas servidumbrales de explotación de la
tierra, en una palabra la hacienda; en cambio en las zonas tropicales (las plantaciones) y a falta de
mano de obra, se tuvo que importar esclavos de Africa. De este modo se introdujo en nuestra
América la servidumbre y la esclavitud.
La colonización española que había desarrollado las formas servidumbrales en toda la región andina
introdujo las encomiendas, los repartimientos y las reducciones como métodos de obtener mano de
obra gratuita en el ocupamiento de la tierra. Por otro lado, para la explotación minera de la plata en
Potosí y otras minas, se utilizó la mano de obra indígena con formas típicamente esclavistas (la Mita
colonial). A la encomienda colonial le sucedió la hacienda de la República temprana del siglo XIX, que
duraría hasta 1953, año de la Reforma Agraria.
Sin embargo esta reforma agraria, apenas tocó los territorios orientales donde prosperaron formas de
servidumbre arcaicas en torno a la ganadería en el Beni y a una agricultura incipiente en Santa Cruz.
Empero, la actual concentración de la propiedad de la tierra en el oriente y el sudeste bolivianos tiene
un origen diferente, pero ladinamente recoge aquellas viejas experiencias y tradicionales formas de
explotación coloniales, que habían sufrido un deterioro profundo.
Es después de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial que América Latina resulta siendo el
refugio de los evadidos del triunfo anti-fascista en Europa. Así los Borman, los Mengele, los Eichman,
los Barbie y miles de sanguinarios nazistas alemanes y croatas como Ante Pavelic y otros, llegaron a
América protegidos por Juan Perón y Evita Duarte, ambos admiradores del nazismo. Esta legión de
fascistas sentó sus bases en Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia, especialmente en la zona tripartita
y cercana también al Chaco boliviano. La ciudad de Este paraguayo (antes ciudad Strossner) era la
cueva donde residían los esbirros fascistas.
Tenemos entendido que una de esas familias, por la cronología que tenemos, fue la familia
Marincovic que por confesión de Branco habría sufrido los rigores del comunismo en Yugoslavia de
Tito.
1
Llegan a nuestras tierras las nefastas dictaduras de la Seguridad Nacional y el famoso Plan Cóndor.
Se cubre nuestra América morena de dictaduras brutales que, además, reparten tierras ubérrimas del
oriente boliviano a manos llenas a los nuevos conquistadores por parte de Barrientos y Bánzer y
posteriormente por el neoliberalismo de los miristas y los movimientistas.
Es este el verdadero origen del latifundismo oriental y chaqueño boliviano.
Las formas y los modos de producción pre-capitalistas son utilizados para una nueva empresa que no
siendo del tipo junker-prusiano, se asemeja mucho al mismo por ser la usurpación directa de las
tierras de los pueblos originarios y su adjudicación gratuita a los terratenientes europeos de origen
fascista. Estos verdaderos oligarcas de la tierra, reciben créditos millonarios de parte del militarismo y
el neoliberalismo, créditos que no pagan nunca y con esos recursos implementan verdaderas
empresas agroindustriales, hoy coaligadas con la transnacionalización de la agricultura de la soya
transgénica y otros cultivos semejantes.
Con esa potencia económica, ¿cómo no va a poder hacer frente, en el momento actual, al proceso de
cambios que hemos logrado los bolivianos en las jornadas de 2003?
Además se debe agregar a la potencia reaccionaria, los respaldos de las transnacionales del
petróleo, la dádivas de la embajada que conocemos, en fin, el secreto a voces de la potencia
económica oligárquica y su conversión actual en fuerza política de oposición atrabiliaria que
conocemos de sobra.
El Alto Parapetí, resulta siendo una fotografía de este tipo de propiedad latifundiaria. Su dueño un
norteamericano que llegó en la década de los cincuenta como parte del “cuerpo de paz”, se convierte
rápidamente en un gran terrateniente con nada menos que 57 000 hectáreas de tierras guaraníes.
Naturalmente, la “defensa” de esas “propiedades” se hará usando la fuerza y la violencia. La
alternativa es: dejar que continúen las formas precapitalistas en Bolivia o se las elimina por
mandato de la ley y usando la violencia legítima.
2
Descargar