Presiones sobre el humedal: Las principales amenazas están relacionadas a la sobreexplotación y a la extracción de los huevos de tortugas. Igualmente, la expansión de la frontera agropecuaria, hacia el sector de tierra firme, es una amenaza que ha costado la desaparición de más de 2.00 km2 de bosque de manglar, sin contemplar el impacto de la contaminación por agroquímicos. El desarrollo de proyectos turísticos e inmobiliarios es una grave amenaza a la integridad ecológica del área, que pone en riesgo la supervivencia de las especies de tortugas que anidan en estas playas. Los barcos camaroneros y bolicheros, que pescan ilegalmente dentro del área, atentan seriamente con las especies marinas, en la temporada de desove de las tortugas. Se observa que, con relación a la isla, existe una eminente erosión de sus costas que puede deberse al aumento del nivel del mar, que influye sobre las mareas y patrones oceanográficos. Tenencia de la tierra: Aunque gran parte del área protegida pertenece al Estado, el otorgamiento de títulos de propiedad es una aspiración de los lugareños, y esta solicitud está siendo analizada por el gobierno, que busca una alternativa que pueda satisfacer esta demanda sin menoscabar la integridad de los recursos naturales. Hace algunos años, el MIDA reconoció la figura de derecho posesorio para los pobladores de la isla, con el fin de que tuvieran acceso al crédito agropecuario. Estado de la conservación y gestión del humedal: El área protegida ha sido intervenida en gran parte, principalmente la propia isla; de sus 8.00 km2, tiene alrededor de 4.00 km2 dedicado a los cultivos. La mayor cantidad de hectáreas están en el área marina, a la que no se le ha dado un manejo integral con el resto del área protegida. El área está bajo la responsabilidad de ANAM, que tiene el deber de velar por las playas de anidamiento de las tortugas marinas, principal objetivo por el cual se creó el área protegida. Vista de caserío en la RVS Isla de Cañas. Foto: Rosa Montañez. Humedales en áreas protegidas • 75