ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA AUTOR Ing. Agr. Alejandro Quiroga Serie Dictada por alumnos de la Carrera de Ingeniería Agronómica e Ingeniería de Paisaje Facultad de Ciencias Agrarias – UNCa. ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga INTRODUCCIÓN Se atribuye al ganado gran parte de los problemas ambientales del mundo, la desertificación, el uso y la contaminación de las aguas, el calentamiento global, entre otros. Sin embargo existen tecnologías disponibles que permiten al hombre controlar mejor su medio ambiente, realizar y asegurar su calidad de vida. El control y reversión de estos procesos de degradación en tierras de pastoreo se basan en el conocimiento de algunos fenómenos y principios fisiológicos, ecológicos y ambientales de las plantas, aplicables con algunas variaciones en lo específico a todas partes del mundo. Se debe saber que el ganado doméstico puede ser manipulado con el fin de obtener el efecto deseado tanto para los animales como para el ambiente. Si bien se atribuye a los rumiantes el mayor impacto negativo sobre el ambiente viene al caso mencionar que los cerdos dejados en libertad en los pastizales naturales pueden resultar muy destructivos, de igual manera los equinos, kilo por kilo ejercer mas presión sobre los pastizales que los rumiantes con el agravante que en algunas comunidades el poseer equinos es señal de rango social, lo que ocasiona la presencia de una gran cantidad de equinos no productivos en el campo. Los rumiantes domésticos y el hombre han estado asociados el uno con el otro desde hace siglos. El hombre ha dependido y aun depende de los rumiantes para obtener alimento, subproductos y servicios. Al mismo tiempo, los rumiantes han dependido y aún dependen del hombre para su bienestar. La importancia básica de los rumiantes para el hombre reside en el hecho de que ellos pueden obtener su alimentación del forraje fibroso y de subproductos agrícolas e industriales que el hombre no puede consumir o utilizar directamente. A su vez, los rumiantes proporcionan al hombre alimentos, subproductos y servicios. Aproximadamente el 50 % de la superficie terrestre de la tierra es incapaz de producir otra cosa que no sea forraje fibroso. Esta tierra sería de poca utilidad al hombre sin el ganado rumiante. EL PASTOREO DESTRUCTIVO CONTÍNUO Para la comprensión de este tema se requiere tener algún conocimiento de ciertas definiciones. Se conoce como pastoreo o apacentamiento a la acción de cosecha directa del forraje por parte del animal. El proceso de pastoreo consiste en la búsqueda de los sitios de alimentación (relevamiento, reconocimiento, decisión) y una vez encontrados la toma de uno o más bocados (Carrillo, 2003). Este proceso de pastoreo involucra por una parte, la acción selectiva del animal al cosechar el forraje y por otra las modificaciones que introduce en el ambiente lumínico, hídrico y edáfico debido al pisoteo, deyecciones y traslados de nutrientes durante el pastoreo (Carrillo, 2003). ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga La tasa de ocupación es el número de tipos y clases específicos de animales que pastorean o utilizan una unidad de tierra por un período determinado. El término ampliamente publicitado “capacidad de carga” originalmente correspondió a la vida silvestre. En su sentido verdadero, significa el número máximo de animales individuales que pueden sobrevivir al mayor período de estrés en un área de terreno cada año (ASRM, 1964). En otros términos, cuando la tasa de ocupación excede, en gran medida, al suministro de alimentos, algunos animales mueren, otros sobreviven y el equilibrio se restablece sin que se produzca un daño permanente al hábitat (Huss, 1993). Cuando decimos “capacidad de pastoreo” nos referimos a animales domésticos. Es la tasa de ocupación máxima posible que es consistente con el mantenimiento o mejoramiento de la vegetación o los recursos relacionados. Puede cambiar de un año a otro en una misma área debido a la variación en la producción de forraje debida a las fluctuaciones del estado del tiempo. Con el paso de los años la capacidad de pastoreo y la capacidad de ocupación se han convertido en sinónimos (Huss, 1993). Una tasa de ocupación que exceda la capacidad de pastoreo, aunque sea levemente o por un período breve de tiempo, se denomina comúnmente “sobre-pastoreo”. Si dicha tasa es inferior a la capacidad de pastoreo se denomina “sub-pastoreo”. Los científicos especializados en pastizales usan términos descriptivos más específicos (Huss, 1993). Mundialmente se culpa en forma categórica el sobre-pastoreo de la desertificación, lo que es parcialmente cierto y parcialmente falso, dependiendo de la situación. Existen diversas intensidades de sobre-pastoreo, tales como leve, grave, muy grave y destructivo. También las duraciones del sobrepastoreo pueden medirse en meses, años, décadas o aún siglos (Huss, 1993). Aparte de las sequías prolongadas, las tasas de ocupaciones aceptables y fijas causarán un sobre-pastoreo temporal en algunos años debido a las fluctuaciones en la capacidad de pastoreo. Los daños a la vegetación, si es que los hay, generalmente son reparados por procesos naturales. El sobre-pastoreo temporal diseñado es útil para controlar la desertificación y revertir el proceso. Gran número de tecnologías para el mejoramiento de los pastizales tales como los sistemas de rotación, de rotación diferida y pastoreo en rotación de descanso incluyen períodos de sobre-pastoreo temporal. Se puede utilizar el sobre pastoreo con ovejas y cabras para el control de malezas indeseables y nocivas y el matorral sin dañar el medio ambiente. Por el contrario, se mejora el micro-ambiente o microclima (Huss, 1993). En algunos casos, el sobre-pastoreo ha llevado a la creación de nuevos ecosistemas que son igualmente productivos, si es que no lo son más, y ambientalmente tan estables como el original (Huss, 1993). El sub-pastoreo continuo o la falta total de defoliación de las plantas pueden dar como resultado una mala salud vegetal y disminución de la productividad. Esto se ha visto con frecuencia en estudio con áreas cercadas donde la vegetación, fuera de ellas y con pastoreo apropiado, es mejor que la que está dentro. La vegetación prístina no se desarrolló en ausencia de defoliación causada ya sea por la vida silvestre o el fuego o ambos. En consecuencia, es necesario algún pastoreo y defoliación para el ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga establecimiento y mantenimiento de una cubierta deseable de vegetación protectora, para lo cual es plausible la participación del ganado doméstico (Huss, 1993). Las tasas de ocupación excesivas y los malos sistemas de manejo que dan como resultado un pastoreo continuamente destructivo constituyen una de las causas más importantes de la desertificación de las tierras de pastoreo. El proceso de desertificación se acelera cuando se mantienen estas prácticas durante las sequías y durante ciertas temporadas cuando las plantas son altamente vulnerables al abuso. Auque toma mucho tiempo, eventualmente las tierras de pastoreo quedarán desertificadas (Huss, 1993). El pastoreo destructivo también es causa del mal rendimiento del ganado y muchos propietarios de tierras han aprendido esta lección de la manera más dura. Por lo tanto, no es tan común en las tierras privadas como en las tierras de pastoreo público o comunitario donde falta un control central. A pesar de ello, el sobre pastoreo a intensidades inferiores a las destructivas constituye un problema muy serio en la región. Ello no solo produce una deterioración gradual, sino que también afecta en forma adversa a la producción animal (Huss, 1993). IMPACTOS ASOCIADOS A LA DEFOLIACIÓN En el caso de los sistemas extensivos de producción con permanencia durante todo el año en el campo, el animal realiza por si mismo la cosecha del forraje para su alimentación. Esta cosecha del forraje se lleva a cabo mediante la defoliación, es decir la remoción total o parcial de hojas, tallos y macollos en gramíneas y de tallos y hojas en leguminosas. En determinadas circunstancias se extiende también a los órganos florales. La defoliación queda definida por tres caracteres: la frecuencia, la intensidad y el momento en que se efectúa (Carrillo, 2003). Una planta puede ser desfoliada en cualquier etapa de su ciclo vegetativo, pero esta acción provocará distintas reacciones de acuerdo al momento en que se efectúe. La planta admite mayor intensidad de defoliación durante el estado vegetativo y el macollaje que cuando ha pasado al estado reproductivo, dado que su ápice se transforma, elonga los entrenudos del tallo y tiende a elevar y emerger las flores de las hojas, para que se produzca la fecundación y fructificación (Carrillo, 2003). En el estado vegetativo el animal extraerá exclusivamente órganos foliares, mientras que en la etapa reproductiva consumirá parte de los órganos foliares y, por su altura, parte de la caña que tiende a emerger o ha emergido ya, y por lo tanto, también parte de los órganos reproductivos (Carrillo, 2003). Por otra parte, conociendo el momento de transformación de los órganos vegetativos y su pasaje a reproductivos se podrá, aplicando un severo pastoreo, detener momentáneamente y retrasar la finalización del ciclo vegetativo de producción. Ello se debe a que cuando la planta comienza su fase reproductiva cesa todo nuevo crecimiento de hojas debido a la acción hormonal de los órganos en transformación. Esta acción hormonal, denominada dominancia apical impide el desarrollo de yemas axilares y la producción de nuevos macollos, concentrando todas las energías de la planta ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga en el desarrollo de la inflorescencia (panoja, espiga, racimo, etc.) y la obtención de las semillas (Carrillo, 2003). Los datos de defoliación por corte con máquinas o herramientas, son difícilmente extrapolables a los que se obtendrían por pastoreo. En este último interviene directamente el animal con su selección con respecto a determinadas plantas u órganos. En forma de efectos secundarios, también el animal actúa sobre las pasturas por las transformaciones del ambiente causadas por la deposición de heces y orina y por el pisoteo (Carrillo, 2003). Una consecuencia directa de la defoliación es la reducción de la superficie fotosintética y por lo tanto la disminución, a veces drástica, de la fuente de elaboración de fotosintatos o productos primarios para el crecimiento y vida de la planta (Carrillo, 2003). Por otra parte, al reducirse la superficie verde y el volumen de la parte aérea del vegetal se produce una reducción del volumen radicular, lo que a su vez provoca la disminución de la capacidad de absorción de nutrientes y agua. A título de ejemplo, si una planta entera que tiene una determinada presión de succión, privada de su follaje, puede llegar a tener solo la cuarta o quinta parte de su capacidad de absorción. La defoliación también tiene una gran influencia sobre el número de plantas por unidad de superficie, llegando en algunos casos este efecto a ser más importante que la misma densidad de siembra (Carrillo, 2003). La frecuencia e intensidad de defoliación pueden además modificar el rendimiento total de la pastura. Altas producciones pueden obtenerse con pastoreos moderados y relativamente largos períodos de descanso o con pastoreos menos intensos y menores períodos entre pastoreos (Carrillo, 2003). Una severa defoliación cuando hay intensa radiación solar (verano) puede producir consecuencias negativas al elevarse la temperatura del suelo, prácticamente desnudo, lo que aumenta la evapotranspiración con la posibilidad de afectar yemas y coronas, e incluso provocar mortandad de plantas (Carrillo, 2003). En forma simplificada, hay tres factores que explicarían el rebrote después de la defoliación, la cantidad y disponibilidad de carbohidratos de reserva, el efecto en el crecimiento de las raíces y el desarrollo del área foliar y la intercepción de la luz (Carrillo, 2003). El primero, presenta el inconveniente de no poder contar con sistemas de manejo basados en el conocimiento del contenido y de los cambios en la concentración de los carbohidratos que tienen las plantas. Por otra parte, el efecto del crecimiento de las raíces solo explica una parte del fenómeno, lo mismo que el área foliar y la intercepción de la luz. Este último asume que todas las hojas tienen la misma capacidad fotosintética y esto no es real, ya que las hojas jóvenes, en iguales condiciones ambientales, fotosintetizan más activamente que las viejas y por otra parte, la respuesta será diferente de acuerdo a la disposición o el ángulo de las hojas con respecto al tallo o a la luz incidente (Carrillo, 2003). En las gramíneas, donde muchas de las hojas jóvenes y activas son producidas en la parte superior de la pastura, la defoliación extrae una alta proporción del material en crecimiento fotosintéticamente más activo. Por ello el más efectivo sistema de defoliación sería aquel que solo existiría en la ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga imaginación, ya que consistiría en ir extrayendo las hojas a medida que van llegando a su madurez, es decir que siempre se debían extraer las hojas inferiores y dejar las superiores, más activas o aún no expandidas totalmente (Carrillo, 2003). La respuesta a la defoliación dentro de un sistema de manejo dependerá del número de especies que integran la mezcla, su estado de crecimiento, hábito de crecimiento y porcentaje o número de tallos elongados y no elongados. El pastoreo por otra parte, introduce interrelaciones entre el animal y las plantas que pueden alterar la respuesta de la planta (Carrillo, 2003). IMPACTOS DERIVADOS DE LA SELECTIVIDAD La capacidad de elegir o seleccionar el forraje para la ingesta en condiciones de pastoreo se conoce como selectividad. Está condicionada entre otros factores, por la disponibilidad, la accesibilidad y la palatabilidad (Carrillo, 2003). Para seleccionar o elegir el forraje, el animal emplea el olfato, el gusto y el tacto, siendo por lo general las plantas glabras, tiernas o suculentas más apetecidas que aquellas pilosas, rígidas o groseras. Como norma general y práctica tanto bovinos como ovinos prefieren las hojas a los tallos y el material vivo y joven al muerto y/o maduro. Para que exista selectividad del forraje por parte del animal deben existir distintas especies en la pastura, o plantas en diferente estado de desarrollo, o con órganos diferentes. El animal que no tiene opciones comerá lo que tenga, cualquiera sea su palatabilidad, calidad, accesibilidad o cantidad (Carrillo, 2003). En las regiones semiáridas la selección suele ser mayor que en las regiones húmedas. En estas últimas las distintas especies tendrán menor diferencia entre ellas, ya sea en las mismas plantas, o partes de ellas, que en las regiones semiáridas. A medida que la disponibilidad disminuye, la diferencia entre lo ofrecido y lo consumido tiende a reducirse (Carrillo, 2003). Otro efecto de la selección se manifiesta con respecto al porcentaje de material muerto que existe en la pastura antes y después de un pastoreo. Generalmente, después del pastoreo el porcentaje del material muerto aumenta al disminuir el forraje verde por selección y consumo del animal (Carrillo, 2003). La selectividad produce, según las especies, una velocidad de recuperación diferente, lo que trae apareados cambios en la composición de las plantas. El animal al seleccionar plantas o partes de ellas, que por lo general son órganos mas jóvenes, y que son de mayor digestibilidad o contenido proteico y más pobres en fibra, deja un rastrojo de diferente composición al aumentar proporcionalmente las partes basales de las plantas, ricas en tejidos de sostén, y partes muertas o senescentes. El efecto de la selección es más notable en especies de porte erecto y mayor desarrollo, que en especies de menor desarrollo o directamente rastreras (Carrillo, 2003). La selectividad también influye en la fisonomía de las pasturas formadas por varias especies, ya que al ser consumidas ciertas plantas o partes de ellas, se observan manchones o lugares más pastoreados que otros. Al someter a la pastura a un pastoreo libre y no intensivo, su línea superior será totalmente ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga irregular, como resultante de la selectividad del animal. Se podrán observar zonas no pastoreadas y de libre crecimiento y zonas muy pastoreadas por efecto de la distinta palatabilidad (Carrillo, 2003). No obstante, también se pueden encontrar plantas palatables no consumidas por el animal. Este rechazo de plantas generalmente aceptadas por el ganado, se deberá seguramente a la acción directa o a salpicaduras de orina y heces, que el mismo animal al ir pastoreando va dejando sobre la pastura. Se comprobó que el rechazo se debe más al olor que al gusto. El problema del rechazo de zonas aledañas a heces y orina depende mucho de la carga animal y del clima. Por otra parte, el rechazo de zonas afectadas por orina, dura menos tiempo, ya que se descompone y es asimilada por las plantas o lavada por lluvias mucho más rápido que las heces (Carrillo, 2003). Esta causa de rechazo por salpicaduras de heces u orina puede desaparecer por lavado por las lluvias y sin embargo persistir su rechazo por parte del animal. Se produce allí otro fenómeno. Al ser rechazada en un primer momento, e incluso verse favorecidas por la acción fertilizante de las deyecciones, las plantas continúan con su desarrollo y cuando ha pasado el efecto del olor desagradable, el animal no las consume porque han perdido calidad al aumentar los tejidos lignificados y el animal prefiere volver a los rebrotes tiernos de las plantas anteriormente comidas (Carrillo, 2003). Por otra parte, los “manchones” de rechazo, al haber recibido el aporte de elementos minerales, especialmente nitrógeno de la orina, adquieren mayor desarrollo, siendo fáciles de reconocer por su mayor altura y color verde más intenso. En el campo se los denomina manchones de fertilidad (Carrillo, 2003). IMPACTOS EN LA COMPOSICIÓN BOTÁNICA DEL ECOSISTEMA El hecho de que en una pastura existan diferentes especies, o que exista una sola en distintos estadios de desarrollo, permite que el animal seleccione su alimento por palatabilidad extrayendo ciertas especies o partes de ellas, mientras que otras permanecen intactas y se desarrollan o aumentan su proporción ocupando incluso los espacios dejados por las especies palatables. Estos espacios libres pueden también ser ocupados por malezas naturales o introducidas por los mismos animales, o por pájaros, o por el arrastre del agua o el viento, o aún por el mismo hombre (Carrillo, 2003). Todas las especies cumplen su ciclo llegando a florecer, fructificar y morir. Si son anuales, deberán tener un período de descanso para poder llegar a producir semillas y perpetuarse en la pastura. En caso contrario tenderán a desaparecer. En cambio en las gramíneas perennes, si bien sus partes o macollos cumplen igualmente el ciclo anual hasta su fructificación y muerte, tienen en cierto modo asegurada su perennidad por la continua producción de nuevos macollos. Estos macollos, según el momento de su desarrollo, pueden resultar fértiles o infértiles durante ese ciclo. Los fértiles completarán su ciclo y morirán, los infértiles, en cambio, permanecerán en estado vegetativo hasta el próximo ciclo de crecimiento (Carrillo, 2003). Existe poca duda en lo que respecta a la expansión de las malezas leñosas en todo el mundo. Hay evidencias de que las malezas leñosas han invadido las praderas de gramíneas viniendo de áreas contiguas, así como ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga también se sabe que algunas siempre estuvieron presentes, que se han expandido en número y han aumentado su cobertura. La expansión de los arbustos por el sobrepastoreo trajo como consecuencia una reducción considerable en la capacidad de pastoreo, creando además problemas de conservación de agua y suelo (Huss et. al., 1996). El sobrepastoreo continuo en todo el mundo ha causado un deterioro extensivo de las praderas naturales. Las gramíneas son generalmente preferidas por los bovinos antes que los arbustos, por lo que la reducción de la cubierta de gramíneas es usualmente el primer paso en el deterioro de las praderas. La reducción en la cubierta permite una expansión de las plantas no pastoreables dentro de los que se incluyen ciertos arbustos, ya que estos aumentan su población simplemente porque no son dañados por el pastoreo y por haberles disminuido la competencia (Huss et. al., 1996). El sobrepastoreo también ha contribuido a la cesación del fuego, ya que las gramíneas son un buen combustible y al disminuir su cantidad por la presión del pastoreo, la cantidad de combustible consecuentemente se ha visto reducida (Huss et. al., 1996). IMPACTOS DEL PISOTEO La acción del animal crea condiciones que modifican el microclima y el suelo. En éste la humedad, temperatura, porosidad, transformación y reciclaje de nutrientes pueden sufrir grandes variaciones. Es difícil separar los efectos del pastoreo sobre el suelo y el ambiente que rodea a las plantas, del efecto directo o indirecto que ellos tendrán sobre las mismas. El animal en pastoreo no solo causa daños a las plantas por defoliación sino también a través de su acción sobre el suelo al caminar, correr o echarse. El efecto del pisoteo está influenciado por las condiciones climáticas, el comportamiento animal, disponibilidad de la pastura, cobertura basal de las especies y suelo desnudo, sistema de pastoreo y carga animal (Carrillo, 2003). El animal afecta a la pastura tanto en forma directa como indirecta. En forma directa porque al caminar daña a las plantas y con el tiempo causa una reducción en el rendimiento de la pastura. Esta reducción se debe a la disminución por la producción de daños por pisoteo causados por lesiones mecánicas de los bordes filosos de sus pezuñas. Estos daños pueden ser magullamientos de tallos y coronas, destrucción de hojas, heridas en raíces superficiales, estolones y ápices de crecimiento. Son más propensos a sufrir daños por pisoteo los tapices con poca densidad de macollos o aquellos expuestos al pastoreo luego de un corte (Carrillo, 2003). La tolerancia al pisoteo depende de las especies. Entre los factores de resistencia o tolerancia estarían la altura de los ápices vegetativos, hábito de crecimiento (césped o mata), tipos de tallos (rastreros: estolones y subterráneos: rizomas) (Carrillo, 2003). La acción del animal en pastoreo, por ejemplo influye en forma indirecta en la pastura por la compactación y la desagregación del suelo. La primera a su vez tiene influencia sobre el movimiento de agua en el suelo. Si bien la cantidad de agua de lluvia que penetra en el suelo o que corre sobre él se ve influida por la cantidad y volumen de las plantas que lo cubren, así como la ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga pérdida de humedad del suelo por evaporación directa, está regulada en cierta forma por la cobertura o techo que las plantas hacen sobre él (Carrillo, 2003). Pero la penetración del agua en el suelo depende en gran medida del grado de compactación que realiza por pisoteo el ganado al desplazarse para su pastoreo, caminar hacia la aguada, o hacia y en los reparos naturales, correr, echarse para la rumia, etc. Todas estas acciones no solo pueden dañar en forma directa a las plantas sino incluso provocar su desaparición en forma total (Carrillo, 2003). La compactación afecta también a la pastura al reducir el crecimiento de las raíces. En los casos en que se logra desagregación de la superficie del suelo pueden producirse fenómenos de erosión. En condiciones naturales de pastoreo, con baja carga animal, las áreas que se presentan más dañadas son aquellas que sirven de punto de reunión de los animales, como las proximidades de los bebederos o los lugares donde establecen sus “dormideros” (Carrillo, 2003). El daño aumenta en las áreas donde por cualquier causa se produce un sobrepastoreo, ya que al disminuir la cubierta vegetal se provoca un aumento de temperatura en el suelo por acción directa de los rayos solares, lo que a su vez trae apareada una mayor velocidad de evaporación de agua y posibles daños en yemas y coronas, llegando incluso a la muerte de las plantas. Si se compara la acción de los animales adultos con respecto a los jóvenes, se observa un mayor daño en la vegetación y en el suelo con los animales más pesados, lo que aumenta cuando corren o se desplazan y el suelo está helado o muy húmedo (Carrillo, 2003). El grado de daño, a igualdad de condiciones climáticas o de tamaño de animales, dependerá de la estructura de la pastura. Si está formando matas o césped variará con la susceptibilidad de las mismas al pisoteo y al pastoreo, así como también con la naturaleza del suelo. Una forma sencilla de constatar dichos daños es observando las zonas aledañas a un monte de reparo. En esas zonas prácticamente no existirán plantas y el suelo se hallará compactado por el pisoteo. En cambio, en zonas donde los animales pastorean en forma dispersa es más difícil constatar estos daños (Carrillo, 2003). Cuando las lluvias son abundantes o hay escasa evapotranspiración y el agua permanece sobre el suelo o saturándolo, se produce barro y daños variables. Estos pueden agruparse en los a corto plazo y los que sólo se manifiestan a largo plazo. Los primeros son los daños físicos directos por quebraduras, roturas, cortes o incluso arranque de plantas. Los efectos a largo plazo son una consecuencia de la compactación por pisoteo, que provoca pérdidas de aireación del suelo y por lo tanto en el intercambio gaseoso y en la infiltración del agua (Carrillo, 2003). Un rodeo que pastorea tranquilo causa menos daño que otro que se desplaza por un lugar, aumentando los daños con la velocidad de los animales. Para ello baste comprender que todo el peso del animal normalmente descansa sobre las cuatro patas, las que ejercen presión sobre el suelo a través de las pezuñas. Cuando un animal adulto pesa 400-500 Kg y sus pezuñas tienen una superficie total de alrededor de 280 cm2, la presión será de 1,400 a 1,600 Kg/cm2. Cuando este animal camina rápido o corre, todo su peso descansa momentáneamente en solo dos patas, lo que duplicaría la presión ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga por centímetro cuadrado pero que a su vez se ve potenciada por la fuerza del impacto (Carrillo, 2003). La compactación del suelo restringe el crecimiento de las plantas por falta de aire y agua, ya que por un lado no se permite la respiración normal de las raíces y por otro lado gran parte del agua que cae como lluvia se escurre superficialmente. La pérdida superficial de una lluvia suave comienza rápidamente en una pastura intensamente pastoreada debido al doble efecto de la falta de cobertura y la compactación del suelo con disminución de la porosidad. En una pradera excelente y bajo un pastoreo liviano ocurrirá todo lo contrario, ya que el agua caerá lentamente hacia el suelo y será fácilmente absorbida por el mismo sin que se produzca escurrimiento (Carrillo, 2003). La acción del pisoteo puede tener ciertos efectos benéficos como la formación de “piso” en pasturas recién implantadas y en donde no se haya tomado la precaución de obtenerlo antes de la siembra mediante el laboreo adecuado y conseguir mejor “anclaje” de las raíces durante los primeros pastoreos, obtener el enterramiento o “siembra a pezuña” de semillas y órganos de reproducción vegetativa, rotura de “costras” superficiales e incorporación de materiales muertos, que al mezclarse con el suelo se descomponen mas rápidamente (Carrillo, 2003). IMPACTOS DE LAS HECES Y LA ORINA El material vegetal extraído por los animales en pastoreo, una vez digerido y usado como fuente de energía y de materia prima para mantenimiento, desarrollo, engorde o producción, retorna en gran parte al suelo en forma de excretas. Estas pueden ser sólidas o semisólidas (heces) y líquidas (orina). Las heces y orina pueden tener sobre la vegetación un efecto directo e inmediato, ya que favorecen el reciclaje de nutrientes y el crecimiento de ciertas áreas, pero por otra parte pueden tener un efecto negativo inmediato cuando actúan por obstrucción y sombreado. En otros casos, afectan por proximidad o salpicaduras a ciertas áreas que son rechazadas por el animal, produciéndose su desarrollo y crecimiento sin ser afectadas por el pastoreo (Carrillo, 2003). Con clima seco, las heces al deshidratarse rápidamente se tornan acartonadas y su descomposición es muy lenta, pudiendo llegar a necesitar para ello varios meses. Un fenómeno de lenta descomposición también ocurre con los restos vegetales, que forman un mantillo abundante, caracterizado por una alta relación carbono nitrógeno, baja actividad microbiana y de la microfauna. Agentes de gran importancia en la transformación e incorporación de la materia orgánica, proveniente tanto de las heces como de las partes muertas de las plantas, son las lombrices. Estas aumentan con la humedad, el contenido de tréboles o la incorporación de fertilizantes, especialmente nitrogenados (Carrillo, 2003). La orina puede llegar a tener un efecto negativo que se manifiesta en forma de manchones de plantas muertas en períodos de sequía, debido a la alta concentración de las sales. Con las heces y orina se incorporan al suelo residuos de forraje no digeridos y productos del metabolismo. Entre el 10 y el 20 % de la materia seca de las heces está constituido por bacterias vivas y ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga muertas, protozoarios, larvas, huevos y parásitos. Entre los elementos minerales más importantes que contienen las heces se encuentra la casi totalidad del calcio y fósforo, mientras que la mayor parte del nitrógeno y del potasio se elimina por la orina (Carrillo, 2003). El área rechazada por el animal depende mucho de la presión de pastoreo. A mayor presión de pastoreo, menos superficie de rechazo. El efecto del rechazo depende principalmente de la degradación de heces y orina y ésta a su vez, está en relación directa con las lluvias y humedad atmosférica. En lugares lluviosos su efecto desaparece rápidamente mientras que en climas secos pueden durar más de un año. La cantidad de heces y orina aumenta con el consumo de forraje, y éste a su vez está muy relacionado con la digestibilidad del mismo (Carrillo, 2003). Las deyecciones devuelven al suelo parte de los nutrientes extraídos de él, dependiendo la magnitud y la velocidad de retorno de la producción de forraje y de la carga animal, de los propios nutrientes facilitados por el suelo a las plantas, de la tasa de retorno y de las pérdidas que se produzcan. Las pérdidas que se producen durante el reciclaje ocurren especialmente en la fracción nitrógeno por volatilización y lixiviación o lavado. En cambio el fósforo, permanece en el suelo debido a su baja movilidad. El nitrógeno es excretado fundamentalmente en la orina en forma de urea y otros compuestos menores. Estos se convierten rápidamente en formas disponibles para los microorganismos del suelo y para las plantas. El nitrógeno que excreta en heces, en forma de compuestos orgánicos debe sufrir primero la mineralización para poder estar disponible para las plantas. El fósforo es excretado en las heces y se reincorpora al suelo en forma inorgánica, pero parte de él es fijado por las partículas del suelo (Carrillo, 2003). No obstante, el ciclaje de elementos minerales por parte de los animales en pastoreo resulta ineficiente debido a la distribución desuniforme de sus excretas. En el caso de las heces por ejemplo, casi el 50 % de ellas se concentran en los lugares de reunión o congregación del ganado (aguadas, reparos, dormideros) y estos lugares ocupan una superficie que oscila en el 6 % del total del potrero. Este porcentaje de concentración de heces disminuye a medida que se incrementa la carga animal, ya que los animales deben permanecer más tiempo en el potrero para cubrir sus requerimientos alimenticios (Carrillo, 2003). A fin de tratar de disminuir las diferencias en la distribución de las heces y orina en todo el potrero, el manejo con altas cargas y rotaciones en los pastoreos, constituyen una buena herramienta, pero siempre existirá desuniformidad, la que se acentúa en potreros con distinto tipo o calidad de pasturas, pues los animales se concentrarán en aquellas áreas con especies más palatables. Sin embargo, en el caso del nitrógeno, en una pastura con leguminosas estas desuniformidades pueden en gran parte superarse por la fijación simbiótica de este elemento, lo que no sucede con los otros nutrientes minerales, siendo conveniente y hasta necesaria su aplicación en forma de fertilizantes (Carrillo, 2003). IMPACTOS DERIVADOS DE LA DISPERSIÓN DE ENDOPARÁSITOS ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga Las plantas se comportan como vehículos pasivos de las endoparasitosis facilitando la entrada de las larvas al organismo del animal. Dentro del animal los parásitos llegan al estado adulto, se reproducen y sus huevos son expulsados en las heces. Nacen luego las larvas y después de sufrir varios cambios y convertirse en infectivas pasan a las hojas de las plantas, donde son ingeridas nuevamente por los animales en pastoreo (Carrillo, 2003). Las heces se comportan así como vehículos de los parásitos expulsados por los animales portadores y los animales limpios o sanos, al provocar el infestado o enfermado de las pasturas y el nuevo contagio. El desarrollo de las larvas y su distribución se realizan, si se toma la deyección o “bosta” como centro, en forma centrífuga, disminuyendo su concentración en la pastura a medida que se alejan de dicho centro. Las lluvias facilitan la diseminación de las larvas por todo el potrero (Carrillo, 2003). IMPACTOS SOBRE LA FAUNA SILVESTRE Específicamente sobre la fauna silvestre, el impacto del sobrepastoreo se produce principalmente a través de modificaciones en su hábitat. La composición y la estructura de la vegetación, elemento esencial de aquél, ya que representa alimento y refugio, son dañadas en primer lugar. Ello afecta la heterogeneidad espacial (horizontal y vertical) y, al disminuir las posibilidades de ocupación, la diversidad de la comunidad y en consecuencia, su estabilidad (Kufner et. al., 1989). Esto es así porque los hábitatats especialmente complejos pueden soportar comunidades más ricas y estables ya que brindan mejores oportunidades para la segregación de los nichos ecológicos a partir del uso diferencial de microhábitats (Pianka, 1966). Asimismo está demostrado que especies con patrones semejantes de utilización de recursos, pueden coexistir en hábitats más productivos, aumentándose la diversidad. En cambio, en áreas menos productivas como el árido, especies ecológicamente similares en sus requerimientos pueden ser excluidas, perdiéndose diversidad en la comunidad biótica (Kufner et. al., 1989). Dos mamíferos silvestres destacan por ser herbívoros de tamaño mediano, que manifiestan sensibilidad a la degradación por sobrepastoreo. Uno de ellos, el mara (Dolichotis patagonum), es un roedor cávido endémico de la zona árida-semiárida argentina. Este vistoso animal de preciada carne es objeto de cacería deportiva y de subsistencia. La especie, poco abundante evidencia un aumento relativo de la población (en la llanura árida de Mendoza) en condiciones de disturbio ambiental. Los estudios de uso del hábitat por este herbívoro en relación con la estructura de la vegetación, demuestra que existe una preferencia por los lugares con mayor proporción de suelo descubierto y con vegetación abierta. Esto se debe a que el factor visual es importante en el mara para comunicarse con sus conespecíficos así como para prevenir la predación (Kufner et. al., 1989). En este sentido se vale también de la carrera rápida en grandes espacios. Dado que los efectos del sobrepastoreo en el área de estudio son precisamente la disminución de la cobertura del estrato herbáceo-graminoso y ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga el aumento de la proporción de suelo descubierto, ambas condiciones originan un hábitat de vegetación esparcida donde la visibilidad y las posibles vías de escape están aumentadas para esta corredora. Desde este punto de vista, la modificación estructural de la vegetación por pastoreo parece crear condiciones de hábitat favorables para el mara. Por otra parte, en presencia del ganado, el patrón dietario del mara se ve modificado tanto en composición como en evolución anual. Cuando deben coexistir, el solapamiento dietario es reducido en virtud del desplazamiento que sufre la dieta del mara (Kufner et. al., 1989). La plasticidad al adecuar su alimentación y sacar provecho de los cambios estructurales en el hábitat producidos por la actividad ganadera, le permite acomodarse y resistir, hasta el momento, los procesos de degradación y desertificación. No hay que olvidar, sin embargo, que en estas circunstancias las poblaciones de algunos herbívoros crecen inicialmente para declinar luego, si los desequilibrios ocasionados en el sistema aumentan. Por lo tanto se debería tomar el aumento poblacional de la especie silvestre en el campo pastoreado, como síntoma de degradación ambiental. Estas evidencias permitirían considerar al mara como una especie indicadora (Kufner et. al., 1989). Otra especie sensible al disturbio ambiental es la vizcacha, Lagostomus maximus. Este roedor chinchillido colonial, de vida cavícola y nocturna, modifica su dieta en campos pastoreados. Por otra parte se han registrado aumentos en la densidad de colonias activas en áreas con síntomas de degradación ya sea por incendio, sobrepastoreo, proximidad de la vivienda humana, destrucción de la cubierta vegetal en general. La vizcacha colabora incrementando secundariamente estos efectos por su hábito de pelar el terreno que circunda su cueva, en un radio que variaría según el número de integrantes de la colonia y la disponibilidad de alimento cercano. La antropofilia evidenciada en su inclinación a invadir áreas modificadas y degradadas, la convierten también en una especie indicadora de procesos de desertificación y sus síntomas (Kufner et. al., 1989). Otras especies de mamíferos pequeños y menos conspicuos como son los cuises (Microcavia y Galea), tunduques o tuco-tucos (Ctenomys), ratones (Akodon, Graomys, Calomys, Eligmodontia), etc. no tienen menos importancia como receptores, activantes y modificadores en un medio en que se desencadena un proceso de deterioro como el sobrepastoreo (Kufner et. al., 1989). De los primeros Microcavia es colonial, con un comportamiento similar al de la vizcacha en el sentido que colabora secundariariamente con la degradación. Se alimenta principalmente de dicotiledóneas, Galea en cambio lo hace sobre gramíneas, con incidencia menos localizada ya que es solitario. Estos cuises tienen un consumo de forraje aproximadamente dos veces relativamente mayor que el del mara; es decir, que pueden colaborar activamente no solo en la destrucción de la cubierta vegetal y a la aceleración de los procesos erosivos, sino también competir por alimento con otros herbívoros (Kufner et. al., 1989). Por su parte, los ctenómidos son roedores excavadores que remueven y reorganizan el suelo con algunas acciones benéficas como el trasporte de materia orgánica bajo la superficie, aereación, recepción y retención del agua ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga de lluvia y otras perjudiciales tales como ataque a las raices de las plantas, alteración de las asociaciones vegetales dominantes, acumulación en superficie de material del subsuelo, acumulación de material suelto en túmulos alrededor de las bocas, que favorece la erosión (Kufner et. al., 1989). Dregne (1982) indica que en Sudamérica, la degradación de tierras ha sido más severa en las áreas cultivadas de los Andes y en las tierras de uso pastoril en la Argentina. Lo cual lleva a considerar al sobrepastoreo como importante causa de degradación y desertificación de vastas zonas de Argentina (Claver et. al., 1989). El sobrepastoreo produce disminución o pérdida de la cobertura vegetal, degradadación de la composición de la flora, pérdida de la sombra, remoción del mantillo y compactación del suelo por efecto del pisoteo del ganado. El resultado de estas acciones provoca la pérdida de la capacidad de amortiguar la acción de la lluvia y el viento y la capacidad de retención de agua, lo cual conduce al desecamiento, erosión y por último a la desertificación (Claver et. al., 1989). La aridización del ambiente resultante del sobrepastoreo favorece a los insectos xerófilos, incluso propicia el establecimiento de especies semidesérticas o desérticas (Claver et. al., 1989). Existen abundantes evidencias de los efectos del sobrepastoreo sobre la fauna de insectos, siendo escasas las referencias respecto del pastoreo en general. Las langostas y tucuras que ocasionan grandes daños en cultivos o pastizales, son un buen ejemplo de los desequilibrios provocados por el hombre con una inadecuada intervención en el ecosistema. Abundante bibliografía da cuenta de las relaciones entre el sobrepastoreo y el aumento de las poblaciones de acridios (Claver et. al., 1989). Para comprender la causa que origina estos resultados, es preciso hacer referencia a la biología de los acridios. Estos insectos exigen para su ciclo vital dos hábitats distintos: el de oviposición en zonas secas, calurosas, con suelos parcialmente cubiertos y otra para refugio y alimentación en su vida activa, más húmedo y con vegetación y suelo más cubierto. Estos ambientes pueden encontrarse juntos en los mismos campos, o separados por grandes distancias caso que exige el vuelo migratorio dando lugar a la división de los acridios en gregario-migradores, conocidos como langostas y solitarios-sedentarios llamados tucuras (Claver et. al., 1989). El hombre a través de un inadecuado manejo de las tierras ha preparado los dos ambientes favorables para el desarrollo de las tucuras y langostas. Así el sobrepastoreo de los campos produce un hábitat propicio para la oviposición y cría; y la implantación de cultivos ofrece recursos en abundancia que son aprovechados por la fase activa de estos insectos provocando grandes daños en los mismos. La disposición intercalada o en forma de parches de estos ambientes favorece el aumento poblacional de estas especies, que se transforman en importantes plagas (Claver et. al., 1989). En Argentina Lieberman (1960) localiza los lugares de oviposición de las tucuras en terrenos bajos, salinos, campos incultos, alfalfares en decadencia y campos sobrepastoreados y los lugares de refugio en áreas cercanas con vegetación natural o cultivos. La langosta Schistocerca ameriana típico insecto de desierto, hoy bajo control, tiene su área permanente de cría, en nuestro ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga país, en la región del noroeste, en zonas muy calurosas o secas, como arenales y medanos, desde donde realizaba grandes migraciones en forma gregaria hacia zonas más húmedas desbastando la vegetación natural o cultivos (Claver et. al., 1989). Respecto de las tucuras que atacan pasturas en nuestro país, las razones básicas para el importante aumento de las poblaciones de especies tales como Dichroplus sp. y Rhammatocerus sp., durante los años cuarenta, se deberían, según Drake y Richardson (1940); Lieberman (1940 y 1960) y Santa María (1985) al sobrepastoreo de los campos que produjo ambientes favorables para la cría de estos acridios (Claver et. al., 1989). Distintas especies de hormigas cortadoras, frecuentes plagas de cultivos y pasturas, responden a los cambios del hábitat provocados por el sobrepastoreo aumentando sus poblaciones. Es el caso de Atta vollenweideri en el Chaco occidental en Argentina, donde la densidad de los nidos varía entre 2,9 y 4,4 nidos por hectárea, en zonas muy degradadas por la explotación ganadera y forestal (Bucher y Zuccardi, 1967). Estos valores serían según Bucher (1980), mayores que los que ocurren en áreas naturales y se debería al sobrepastoreo de los campos (Claver et. al., 1989). Dichas hipótesis se confirman con los estudios sobre otra hormiga cotadora, Acromyrmex lobicornis realizados en el Monte en Argentina. Allí se encontró que la densidad de colonias en campos sobrepastoreados es significativamente mayor con respecto a la estimada en áreas no perturbadas dentro de la Reserva Ecológica Ñacuñán (Claver, 1986 inédito). El origen de este comportamiento debe estar relacionado con la preferencia que estas especies tienen con las condiciones ambientales creadas por el sobrepastoreo tales como la mayor aridez, menor cobertura vegetal entre otras. Por otra parte el aumento excesivo de estas hormigas cortadoras podría contribuir a un mayor deterioro del ambiente debido a su intervención en procesos de erosión o por su impacto sobre la vegetación ya que son importantes consumidores (Claver et. al., 1989). Bucher (1974 y 1980) y Morello (1970) consideran a las hormigas cortadoras el principal competidor del ganado en Chaco por el alto consumo de vegetación que realizan estimando, para Atta vollenweideri en 3,3 a 0,5 kg de materia seca por hectárea y por día, comparable a la del ganado vacuno en esa área. De este modo la acción conjunta del ganado y las hormigas intensifican los efectos del sobrepastoreo produciendo una mayor degradación del ambiente (Claver et. al., 1989). La mayoría de las actividades humanas implementadas para el desarrollo en base a los diferentes usos de la tierra, tienen profundos efectos sobre la fauna de insectos. Los desequilibrios ecológicos provocados por dichas actividades, han favorecido directa o indirectamente la transformación de muchas especies, que previamente vivían en la vegetación natural, en plagas. El sobrepastoreo, producto de un inadecuado y abusivo manejo del recurso vegetal, provoca cambios profundos en el ecosistema, que inducen el aumento de ciertas especies de la fauna de insectos, como langostas, tucuras y hormigas, que a su vez agregan nuevos impactos al mismo ambiente (Claver et. al., 1989). ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga COMO MINIMIZAR LOS IMPACTOS NEGATIVOS DE LA GANADERÍA El ecosistema de las tierras de pastoreo es un fenómeno complejo que abarca múltiples funciones interrelacionadas cada una de las cuales tiene influencia sobre las otras (Huss, 1993). La cantidad de energía que se produce y pone a disposición de otros componentes vivientes del ecosistema depende de las características, composición y salud de la vegetación. La vegetación se puede manipular acrecentando o disminuyendo su eficiencia en la producción bruta de energía dependiendo de las respuestas fisiológicas y ecológicas a las manipulaciones. La producción de energía por debajo del potencial, que da como resultado una declinación de la productividad, es un síntoma de desertificación (fig pag 22) (Huss, 1993). Los animales convierten la energía y otros nutrientes producidos por las plantas en productos de utilidad directa para el hombre. El ganado doméstico se puede manejar y su impacto en el resto del ecosistema puede ser significativo, pero controlado. El impacto puede mejorar o perjudicar la función general del sistema (Huss, 1993). Es altamente significativo el hecho de que es posible controlar el impacto del ganado doméstico en el funcionamiento global y en la producción de energía del ecosistema. Aquí se encuentra la raíz del rol del ganado doméstico en el control de la desertificación y la rehabilitación (Huss, 1993). El suelo es el componente sustentador del ecosistema. Hace las veces de una casa para las raíces y algunos órganos de reproducción vegetativa y como bodega para el aire, el agua y los minerales. Las cuatro fracciones del suelo son los materiales minerales, la materia orgánica, el agua y el aire. El aire y el agua en el suelo son variables y su contenido determina la aptitud del suelo para el desarrollo de plantas. La facilidad con que el aire y el agua penetran en el suelo depende de sus condiciones o del grado de porosidad, la agregación y la granulación. La materia orgánica, el humus y las raíces juegan un rol importante en su formación. La materia orgánica es transitoria ya que sucumbe al ataque de los micro-organismos. Por tal motivo, debe ser renovada constantemente (Huss, 1993). Los productores deben proporcionar directa o indirectamente un suministro adecuado de materia orgánica para esta renovación. Al no suceder, se deterioran las condiciones del suelo lo que dificulta la penetración del aire y del agua, y aumenta el peligro de erosión. La eficiencia global del sistema resulta perjudicada (Huss, 1993). Los descomponedores y microconsumidores incluyen las bacterias, los hongos, los nemátodeslas termitas, las langostas y otros insectos. Estos descomponen material vegetal y animal vivo y muerto contribuyendo materia orgánica y humus a la composición de los suelos. También constituyen un componente vital en el ciclo nutricional. Un ecosistema utiliza los mismos nutrientes una y otra vez y un ciclaje apropiado asegura un suministro adecuado. En este punto conviene decir que los microconsumidores, la vida silvestre y los roedores consumen grandes cantidades de forraje viviente lo que influye en la capacidad de pastoreo (Huss, 1993). ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga El microclima es un factor que regula la velocidad y eficiencia de las funciones del ecosistema. La naturaleza del microclima es controlada por las funciones de los otros componentes (Huss, 1993). Dado que las necesidades de las poblaciones indígenas eran reducidas, sus manipulaciones se relacionaban principalmente con la caza. El fuego era una de sus herramientas de caza. Estos además de los incendios naturales y probablemente incendios accidentales fueron instrumentales en la formación y mantenimiento de los pastizales y sabanas prístinas (Huss, 1993). El hombre moderno es el gran manipulador y el ganado doméstico su principal herramienta. El hombre moderno puede manipular el pastoreo ya sea para destruir, mejorar o mantener el ecosistema de las tierras de pastoreo. El objetivo debe ser el mejoramiento seguido por el mantenimiento y será necesario lograrlo si el hombre pretende vivir y depender de las tierras de pastoreo por largo tiempo. Se puede lograr con la aplicación de principios y prácticas de manejo de pastizales (Huss, 1993). El manejo de pastizales es una disciplina relativamente nueva desarrollada en Norte América hace unas pocas décadas por científicos preocupados del deterioro de las tierras de pastoreo. Se define como la ciencia y el arte de planificar y dirigir la utilización de las tierras de pastoreo con el fin de alcanzar una producción ganadera máxima, sostenida y económica consecuente con la conservación y/o mejoramiento de los recursos naturales relacionados: el suelo, el agua, la vegetación, la vida silvestre y la recreación. (Huss y Aguirre, 1974) (Huss, 1993). El manejo de los pastizales de acuerdo con esta definición tiene dos objetivos: obtener una producción ganadera máxima, sostenida y económica, y conservar y/o mejorar el recurso natural relacionado. El manejo científico de los pastizales se basa en la premisa de que los pastizales pueden ser mejorados y pastoreados a perpetuidad por el ganado doméstico y que, al mismo tiempo, se puede obtener una cuenca de alta calidad, vida silvestre, recreación y, donde sea apropiado, productos forestales (Huss, 1993). Para lograr este primer objetivo, el gestor no solo deberá planificar y dirigir la utilización de las tierras de pastoreo para obtener una producción máxima, sino que también deberá preocuparse de que el forraje sea convertido eficientemente por los animales en productos aptos para el consumo, sobre una base sustentable. La recuperación del pasto y la crianza de animales nunca se pueden considerar separadamente en el manejo de pastizales. La ciencia de los pastizales es el conjunto organizado de conocimientos sobre el cual se basa la práctica del manejo de los pastizales (Huss, 1993). BIBLIOGRAFÍA Cangiano, A. Carlos. 1997. Producción Animal en Pastoreo. INTA. Estación Experimental Agropecuaria Balcarce. Editorial La Barrosa. Balcarce. 145 pp. Carrillo, Jorge. 2003. Manejo de Pasturas. EEA INTA Balcarce. Ediciones INTA. Balcarce. 458 pp. ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013 ÁREA ECOLOGÍA IMPACTO DE LA EXPLOTACIÓN GANADERA Alejandro Quiroga Claver, Silvia y Beatriz Maura, Kufner. 1989. La Fauna de Invertebrados de Zonas Aridas y sus Relaciones con el Sobrepastoreo y la Desertificación. En: Detección y Control de la Desertificación. CONICET, CRICYT, IADIZA. ZETA Editores. Mendoza. 287-293 pp. Huss, Donald. 1993. El Papel de los Animales Domésticos en el Control de la Desertificación. Programa de las Naciones Unidas para el Medio AmbienteOrganización de las Naciones Unidas Para la Agricultura y la Alimentación. Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Santiago. 113 pp. Huss, L. Donald; Bernardón, E. Abel; Anderson, L. David y Jorge María Brun. 1996. Principios de Manejo de Praderas Naturales. Serie: Zonas Áridas y Semiáridas Nº 6. INTA-Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente-Organización de las Naciones Unidas Para la Agricultura y la Alimentación. Segunda edición. Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Santiago. 273 pp. Karlin, Ulf Ola Torkel; Catalán, Leonor Ana y Rubén Omar Coirini. 1994. La Naturaleza y el Hombre en El Chaco Seco. Colección Nuestros Ecosistemas. Facultad de Ciencias Agropecuarias-Universidad Nacional de Córdoba. Proyecto GTZ-Desarrollo Agroforestal en Comunidades Rurales del Noroeste Argentino. Salta. 163 pp. Kufner, Maura Beatriz y Silvia, Claver. 1989. La Fauna de Vertebrados y sus Interacciones con las Actividades Económicas en Argentina, con Especial Referencia a los Mamíferos del Árido Mendocino. En: Detección y Control de la Desertificación. CONICET, CRICYT, IADIZA. ZETA Editores. Mendoza. 279286 pp. ÁREA ECOLOGÍA Editorial Científica Universitaria - Universidad Nacional de Catamarca ISSN: 1852-3013