LA RELACIÓN BOSQUE-AGUA Los recursos Bosque y Agua mantienen una estrecha relación. En general, la reducción de la cobertura de bosques resulta en un incremento en el rendimiento hídrico superficial anual, y no en una disminución como generalmente se piensa. Por aparte, el restablecimiento de la cobertura de bosques trae como consecuencia una disminución en el rendimiento superficial hídrico, aunque lo mantiene más constante durante la mayor época del año. La deforestación seguida por cambios de uso de la tierra disminuye la capacidad de infiltración. Esto puede disminuir el flujo de aguas superficiales durante la época seca, ya que la capacidad de infiltración disminuye a un nivel tan bajo, que la mayoría del agua proveniente de la lluvia escurre superficialmente durante el invierno. Los bosques no producen lluvia: Se ha escuchado popularmente que los bosques hacen que haya más lluvia, lo cual no es del todo cierto. La excepción son los bosques nubosos, que sí afectan sensiblemente el régimen de lluvia a nivel de microcuenca, no porque producen lluvia, sino porque favorecen el movimiento del agua de las nubes hacia el suelo. Los científicos anticipan grandes efectos de reducción de lluvia debido a deforestación, lo cual es cierto cuando una gran porción de la lluvia proviene de la evaporación, como el caso de la Selva del Amazonas, debido a que los bosques contribuyen con mayor evaporación que las áreas agrícolas. Esto no aplica en regiones pequeñas como Centro América, que es una angosta faja de tierra influenciada por los océanos. La reforestación no incrementa inmediatamente la cantidad de agua. Uno no puede asumir que plantando árboles en suelos degradados por erosión reestablecerá automáticamente o mejorará los flujos de la estación seca en un corto tiempo. En los primeros años, las plantaciones forestales tienen altas tasas de evapotranspiración, por ello los efectos positivos de los árboles, sobre la capacidad de infiltración de los suelos permanece limitada; es sólo después de varias décadas de plantados los árboles que la capacidad de absorción de lluvia de un suelo degradado empieza a acercarse al valor original con bosque. En ese momento, uno si puede decir que el bosque ha ayudado a “producir” mas agua, aunque en realidad no se produce más agua, sino que existe una mejor regulación del agua proveniente de las lluvias. Los grandes beneficios del bosque en su relación con el agua son: Capacidad de regulación de los caudales hídricos: Al reducir la velocidad del flujo sobre la superficie, favorece la infiltración, lo que permite que los acuíferos se recarguen y mejorando la disponibilidad de la época seca. Control de inundaciones: Por la misma razón anterior, el bosque reduce la escorrentía efectiva. Si se produce un cambio de uso afecta la infiltración de agua en los suelos (las actividades de cambio de uso compactan el suelo o reducen la porosidad) incrementará la escorrentía y posiblemente aumentara el riesgo de inundaciones. En el caso de una gran tormenta, muy larga e intensa, el suelo sobrepasara su capacidad de absorber la lluvia. En 1 tales circunstancias, es poco probable, que el uso de suelo tenga mucha influencia en la magnitud de las inundaciones. Erosión: Uno de los efectos más positivos y notorios del bosque es la reducción de la erosión en las laderas. Esta reducción de la erosión es el efecto más notorio entre una zona forestada y una deforestada. Esto reduce también el riesgo de inundaciones, pues el excesivo sedimento en los cauces facilita que los ríos se desborden. Deslizamientos: La vegetación con sistemas radiculares profundos y extensos dan una mayor estabilidad del suelo y protegen contra deslizamientos. Sin embargo, en algunos casos, como por ejemplo en capas de suelo muy delgadas o en ciertas condiciones geológicas y topográficas especiales y la combinación de estas con eventos naturales extremos, el peso del bosque puede acelerar el deslizamiento. En cualquier caso, es el evento natural el que inicia el proceso del deslizamiento, y el bosque en algunos casos específicos ayuda, pero no podemos generalizar. En resumen, el bosque en condiciones adecuadas produce beneficios para la captación y regulación hidrológica, así como para reducir erosión. El cambio de cobertura, afectara el ciclo existente, lo que afectara la cantidad y calidad de agua disponible en la zona. Este es un fuerte argumento para mantener la cobertura forestal. Fuente: Compilado y adaptado de: David Kaimowitz. 2000. Center for International Forest Research/. Useful Myths and Intractable Truths: The Politics of the Link Between Forests and Water in Central America. Costa Rica. 17 p. Ogden Rodas. 2004. Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente/. Hidrología y meteorología de bosques con énfasis en bosques nubosos: aplicaciones para Guatemala. 14 p. 2