estadios en el desarrollo del sentido de la realidad

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ESTADIOS EN EL DESARROLLO DEL SENTIDO
DE LA REALIDAD
por Sandor Ferenczi
El desarrollo de las formas mentales de actividad en el individuo
siste, según Freud, en la resolución del principio
preponderante,
y del mecanismo
dio de la adaptación
de represión
con--
del placer, originariamenteque le es peculiar,
por me--
a la realidad; es decir, esa puesta a prueba de la realidad
que se basa en el juicio lógico. Es así como de la etapa psíquica "primaria",
tal como ésta se manifiesta en las actividades mentales de los seres primitivos (animales, salvajes, niños), y en los estados mentales similares (sueños;
neurosis, fantasía), surge la etapa secundaria
samiento de vigilia.
Al principio
de su desarrollo
del hombre normal en su pen--
el recién nacido trata de obtener un es-
tado de satisfacción por medio, simplemente,
de un pensar insistente
(ima-
ginar), con lo que no I~ace sino cerrar los ojos (reprimir) a la insatisfactoria realidad, representándose por el contrario como presente, a la deseada
pero ausente satisfacción;
intenta pues el niño ocultarse a sí mismo sin es-
fuerzo todo aquello que necesita, recurriendo
a alucinaciones
positivas y
negativas. "Fué sólo la falta de aparición de la esperada satisfacción, la
desilusión, lo que condujo al abandono de este intento de satisfacción por
el método alucinatorio. En lugar de ello, el aparato psíquico hubo de decidirse a representarse
a sí mismo las circunstancias
exterior, y a esforzarse por alterar la realidad.
verdaderas
del mundo
Con ello quedó inaugurado
un nuevo principio de actividad mental; no fué ya lo agradable lo que se
imaginó, sino lo real, aun cuando fuera displaciente (1)."
El significativo ensayo en que Freud nos expuso este hecho fundamental de la psicogénesis se limita a la aguda diferenciación entre las etapas
del placer y de la realidad. Cierto es que Freud se ocupa también aquí de
estadios de transición
to mental
(fantasía,
en los que coexisten ambos estados de funcionamienarte, vida sexual), pero deja por el momento
puesta la cuestión de si la evolución
(1) Publicado
desde la forma primaria
en el "Internar. Zeirschr, f. arztl. Psychoanalyse",
1913.
sin res-
de funciona-
HUR
SANDOR
FERENCZI
miento mental a la secundaria ocurre gradualmente,
o a través de una serie
de etapas, y si es posible reconocer tales etapas de desarrollo o demostrar
la existencia de derivativos de las mismas en la vida mental del hombre norma 1 o anormal.
Sin embargo,
profunda
trabajo anterior de Freud, en el que nos suministra una
UG
comprensión
de la vida mental de los enfermos obsesivos (2), se-
ñala a nuestra atención un hecho que puede servirnos de punto de partida
para salvar la brecha existente entre las etapas del placer y de la realidad
del desarrollo mental.
Los enfermos obsesivos que se han sometido al psicoanálisis -así
.
reza
'
el trabajo aludido-
nos confiesan que no pueden evitar el convencimiento
de la omnipotencia
de sus pensamientos
ilustrados
que puedan
ser, por mucho
y su razón se esfuercen
y deseos, buenos
o malos.
que sus conocimientos
en sentido contrario,
experimentan
veces como lo desee. Se enterará
cualquier
de que la felicidad
académicos
la sensación de
que sus deseos, en cierta forma inexplicable, se ven realizados.
titud de este estado de cosas podrá convencerse
Por
De la exac-
analista, y tantas
o desgracia
de los
demás, y en verdad aun su vida o su muerte, se le antojan al enfermo obsesivo como dependientes
de ciertos procesos mentales y acciones, inofenri-
vos en sí mismos, a los que él se entrega. El enfermo no debe pensar en
ciertas fórmulas mágicas, o realizar cierto acto; de lo contrario una gran
desventura
pariente
se abatirá sobre tal o cual persona (en general se tratará de un
cercano).
supersticiosa,
Esta convicción,
no se conmueve
muestran su falta de fundamento
aun cuando el enfermo siente que es
a pesar de repetidas
experiencias
que de-
(3).
Dejando de lado el hecho de que, según lo revela el análisis, tales pensamientos y actos obsesivos son substitutos de pulsiones de deseos, lógicamente correctos pero que a causa de su carácter intolerable han sido reprimidos (4), y volviendo nuestra atención exclusivamente a la peculiar manifestación
de este síntoma obsesivo, preciso es reconocer
que constituye
por sí solo un problema.
(~)
FREUll:
Forntulierungen
über die zwei Prinzipien des psychischen
Gescbebens.
Jahrb.
Bd. IlI. S. 1.
el) FREun: Betnerlncngen
über einen Fall von Zwangsneurose.
Jahrb. Bd. 1. S. 411.
Este artículo fué terininado antes de que pudiera utilizarse el trabajo de FREUD
sobre Animismus, Magie und Allmacbt del' Gedanken (Irnago, Jahrg. II, Heft 1), que trata
(4)
el mismo tópico desde otros puntos de vista.
DESARROUO
TJFJ~
SE.T,iTlDO DE LA REALIDAD
La experiencia psicoanalítica me ha demostrado claramente que
~íntoma, el del sentimiento de omnipotencia, constituye llna proyección
CSl[~:
de '
la observación real de que nos es preciso obedecer sumisamente a ciertos
instintos irresistibles, La neurosis obsesiva representa una recaída de la vida
mental en esa etapa de la evolución infantil que ~:ecaracteriza,
cosas, por la falta de interposición
postergante
de toda actividad
y reflexiva, entre el desear y el obrar,
el movimiento
realizador
entre otras '
mental inhihiroria,
y por el hecho de que
del deseo sigue espontáneamente
a aquél: ya se trate de un alejarse de algo desagradable
tarlo, ya de aproximarse a algo placentero (5).
y sin vacilacion
con el fin de evi-
Una parte de la vida mental, más o menos alejada de la consciencia;
permanece
pues en el enfermo
en este plano infantil,
ción (fijación),
precisamente
obsesivo -según
como consecuencia
lo demuestra
de una detención
y hace que el desear sea equivalente
a causa de la represión,
parte reprimida
el análisis--'
en su evolu-
al actuar debido a que,'
de la distracción
de la atención,
de la vida mental fué incapaz de comprender
esta
la diferencia
entre ambas actividades, mientras que el yo, por su parte, que se ha desarro- '
lIado libre de 'represión
la experiencia,
y ha adquirido
sabiduría gracias a la educación
no puede menos que reírse de esa equiparación
vidades en cuestión.
De ahí la \ discordancia
interior
)'
de las acti-
del enfermo
obsesivo,
la inexplicable presencia en él, lado a lado, de la ilustración y la superstición. \
Como no me encontraba
completamente
satisfecho con esta explicación
de la sensación de omnipotencia, que la presentaba como un fenómeno auto- .
simbólico «(1), me propuse el siguiente interrogante:
¿De dónde, entonces,
saca el niño la audacia necesaria para erigir como equivalentes al pensar y ;~l
obrar? '¿De dónde viene esa sensación de cosa evidente con que estira lu
mano hacia todos los objetos, ya se trate de la lámpara que cuelga sobre su
cabeza como de la brillante luna, en la segura expectativa de alcanzarlos con
ese gesto y de atraerlos hacia la esfera de su poder?
Recordé
entonces
de omnipotencia
que, según la suposición' de Freud, "en la Fantasía
del enfermo
(5) FREUD: Sammlung
kleíner
obsesivo se confesaba
Scbriiteu
zur Neurosenlehre.
honestamente
un ,1':-
1906. S. 45 und. 86,
(6) Es bier, sabido que los niños pequeños estiran la mano, de una manera casi refleja,
hacia todo objeto que brilla o que de algún otro modo les atrae. Son también incapaces
de renunciar a cualquier "travesura" capaz de procurarles algún placer, cada vez que aparece
el estímulo correspondiente.
Un niñito a quien se le había prohibido hurgarse la nariz,
contestó a su madre: "No quiero hacerlo, pero mi mano sí; no puedo evitarlo",
SANDOR FERENCZI
810
pecto de la vieja ilusión de' grandeza de la infancia",
y traté de descubrir
el origen y la suerte final de dicha ilusión. Esperaba también de ese modo
aprender
algo nuevo acerca de la evolución
principio
del placer hasta el de la realidad, dado que me parecía probable
que la substitución
de la megalomanía
poder de las fuerzas naturales
riencia) constituyera
Freud
infantil
realizada por el yo desde el
por el reconocimiento
del
(a la que nos vemos compelidos por la expe-
el contenido
esencial de la 'evolución del yo.
declara que una organización
que es esclava del principio
del
placer y capaz de descuidar la realidad del mundo exterior es una ficción,
aunque una ficción que, sin embargo, se ve casi realizada en el infante si
sólo tomamos en consideración los cuidados maternos (7) . Yo agregaría
que existe una etapa de la evolución
ser obediente
humana que realiza este ideal de un
sólo al placer, y que lo realiza no sólo en la imaginación
de una manera aproximada,
y
sino en la realidad de los hechos y de manera
completa.
Me refiero al período
de la vida transcurrido
en la matriz.
En este
estado -el ser humano vive como un parásito del cuerpo de la madre.
el ser en gestación el "mundo
tringido;
todas sus necesidades
exterior"
Para
existe sólo en un grado muy res-
en cuanto
a protección,
calor y alimenta-
ción le son aseguradas por la madre. A decir verdad, ni, siquiera necesita
darse el trabajo de tomar el oxígeno y el alimento que se le suministra, pues
todo se halla ordenado
de manera que estos materiales, gracias a convenien-
tes disposiciones, lleguen directamente
ración
una lombriz intestinal,
dosis de trabajo
alimentarse.
a sus vasos sanguíneos.
por ejemplo,
con el fin de "transformar
el mundo
En cambio todos los cuidados requeridos
cia del feto son transferidos
a la madre.
En compa-
tiene que realizar una buena
exterior"
y poder
para la superviven-
Por lo tanto, si el ser humano po-
see una vida mental, aunque sea inconsciente, cuando se encuentra en la
matriz -y tonto sería creer que la mente empieza a funcionar recién en
el momento del nacimientosu existencia debe necesariamente darle la
impresión
de que es realmente
omnipotente.
En efecto,
¿qué es la omni-
potencia? Pues la sensación de que se tiene todo lo que se desea, y de que
nada queda por desear. Y bien, el feto puede sostener que ese es su caso,
pues siempre tiene a mano lo necesario para la satisfacción
(7)
JAHRB:
Bd. IlI. S. 2. Nota.
sobre este asunto.
Véase también la controversia
de sus instin-
entre Bleuler y Freud
DESARROLLO DEL SENTIDO DE LA REALIDAD
tos (8), Y por lo tanto nada le queda por desear; carece
La megalomanía infantil de la propia omnipotencia
vana ilusión; el niño y el enfermo
realidad
cuando
se obstinan
mente realizarse.
811
de necesidades.
no es, en todo caso,
obsesivo no piden nada imposible
a la
en sostener que sus deseos deben necesaria-
No hacen sino exigir el retorno
de un estado de cosas
que existió ya una vez, el de "aquellos buenos tiempos pasados'; en que eran
todopoderosos.
(Período
de omnipotencia
Con el mismo derecho
incondicional.)
con que suponemos
la transferencia
al indivi-
duo de huellas mnémicas de la historia de la raza humana, en verdad con
mucho mayor justificación,
psíquicos intrauterinos
podemos afirmar que las huellas de los procesos
no carecen
el material psíquico producido
de influencia
en lo referente
después del nacimiento.
a moldear
El comportamiento
del niño inmediatamente después del parto habla en favor de la continuidad de los procesos mentales (9).
El recién nacido no se adapta de una manera uniforme,
pecta a todas sus necesidades, a la nueva situación,
desagradable.
Inmediatamente
bleciendo la provisión
umbilical;
vación de oxígeno.
que le es visiblemente
después del parto comienza a respirar, resta-
de oxígeno interrumpida
la posesión de un aparato
uterina, le permite
en lo que res-
de inmediato
por la ligadura del cordón
respiratorio,
poner remedio
ya formado
en la vida
en forma activa a la pri-
Sin embargo, si observamos el resto del comportamien-
to del niño recién nacido, se recibe la impresión
de que está lejos de ha-
llarse satisfecho con la brusca interrupción de la tranquilidad, libre de deseos, de que disfrutó en la matriz y, a decir verdad, de que desea recuperar
dicha situacion.
Las muses reconocen
instintivamente
este deseo del niño,
y tan pronto como éste ha dado expresión a sus sensaciones displacientes
agitándose y llorando, le colocan deliberadamente en una situación que se
asemeja lo más posible a la que acaba de abandonar. Le acuestan junto al
cuerpo cálido de la madre o le rodean de envolturas suaves y abrigadas, evidentemente
con el fin de darle la ilusión de la tibia protección
de aquélla.
(8) A consecuencia de trastornos, tales como una enfermedad o un daño a la madre
o al cordón umbilical, etc., el ser humano puede verse, aun en el seno materno, frente a
frente con la necesidad, robado de su omnipotencia y compelido a realizar esfuerzos para
"alterar el mundo exterior", es decir, a trabajar (ejemplo de ello es la inspiración de líquido
amniótico por el feto, cuando se halla en peligro de sofocación).
(9) FREl.1D ha señalado al pasar que las sensaciones del niño durante el acto del parto
provocan, probablemente, la primer sensación de ansiedad del nuevo ser, la que luego
queda como prototipo de todas las ulteriores angustias y ansiedades.
8I:
SANDOR FERENCZI
Resguardan
sus ojos de los estímulos luminosos y sus oídos del ruido, dán-'
dole así la posibilidad
de seguir gozando de la ausencia de irritaciones
rina; o bien, meciendo a la criatura y cantándole
canciones de cuna, reproducen
monótonamente
los leves y monótonamente
ute-
rítmicas
rítmicos estímulos
de que el niño no está libre ni aún en el útero (movimientos
oscilantes de
la madre al caminar, latidos del corazón materno, sonidos amortiguados
exterior que consiguen penetrar al interior del cuerpo).
Si intentamos
corazón
adentrarnos
del
en el alma del recién nacido, no sólo con el
(como lo hacen las nurses) , sino también con el pensamiento,
ciso es reconocer
que el impotente
tuir una reacción muy inadecuada
pataleo y llanto de aquél parece consti- ,
ante la displaciente perturbación
mente sufrida, a raíz del nacimiento,
Podemos suponer, apoyándonos
pre-
brusca-
en la situación previa d~ satisfacción.
en las consideraciones
expuestas por Freud
en la parte general de su Traumdeutung eO) que la primera consecuencia
de este disturbio es la reocupación
alucinatoria
de la situación satisfactoria
que se echa de menos: la de una existencia serena dentro
Jido y tranquilo,
de la madre.
El primer impulso-deseo
tanto, no puede ser otro que el de recuperar
hecho curioso es que -presuponiendo
se ve realmente
realizada.
previa incondicional
(imaginárselos),
(luego
Ahora bien, el .
esta alucinación
de vista subjetivo
del niño la
sólo ha sufrido un cambio, en cuanto
los fines del deseo de una manera
sin modificar
zar realmente
del niño, por lo'
esa situación.
cuidados normales-
Desde el punto
"omnipotencia"
sólo necesita aprehender
del cuerpo, ca-,
alucinatoria
otra cosa en el mundo exterior para alcan-
de satisfacer esa única condición)
la realización
de
su deseo. Puesto que el niño carece, por cierto, de toda noción de la verdadera concatenación de causa a efecto, o de la existencia y actividades de
la nurse, debe sentirse dotado de un poder mágico capaz, ni más ni menos,
de realizar todos sus deseos imaginando simplemente que éstos son satisfec'ios. (Período de omnipotencia mágico-alucinatoria.)
En cuanto
a que la nurse adivina correctamente
niño, lo demuestra
las primeras
se duerme.
el efecto producido
Tan pronto
del
como
medidas ya descritas han sido adoptadas, el niño se calma y
El primer dormir, sin embargo, no es otra cosa que la exitosa
reproducción
de la situación
los estímulos externos),
(10)
por sus actos.
la alucinación
FREUD:
intrauterina
(que protege,
y a él le corre.ponde
Die 'Traumdeutung,
Aufl., S. 376.
en lo posible, de .
probablemente
la función
".
DESARROLLO DEL SENTIDO DE LA REALIDAD
biológica
de permitir
que los procesos de desarrollo
centren para sí toda la energía disponible,
influencia
externa.
me han convencido
que no puedo
repetida,
de toda
Según Freud,
aquí,
no es otra
al estadio de la omnipo-
y con ayuda de ésta, a la omnipotencia
de la situación intrauterina.
con-
exponer
cada dormir subsiguiente
COsa que una regresión, periódicamente
tencia mágico-alucinatoria
y regeneración
libres de la actuación
Ciertas consideraciones,
de que también
813
absoluta
hay que postular para cada uno
de los sistemas que se rigen por e! principio
del placer la existencia de dis-
positivos por medio de los cuales pueden apartarse de los estímulos de la
realidad (11). Ahora bien, paréceme que e! dormir y los sueños constituyen
funciones de tales dispositivos,
es decir, restos de la omnipotencia
toria de! niño pequeño que persisten en la edad adulta.
tológico de esta regresión
es la satisfacción
alucinatoria
alucina-
El equivalente
pa-
de los deseos de las
pSICOSIS.
Puesto que el deseo de satisfacción
de instintos se manifiesta periódi-
camente, mientras que e! mundo exterior hace caso omiso de la ocasión en
que e! instinto
se hace sentir, la representación
. ción del deseo pronto
tisfacción.
resulta inadecuada
Una nueva condición
ciertas señales -realizando
ideativa"
para seguir produciendo
así un esfuerzo
motor,
aunque
una sa-
inadecuado-,
en el sentido de sus inclinaciones
sea seguida por la "identidad
La etapa alucinatoria
de la realiza-
se impone, pues, a ésta: el niño debe dar
de modo que la situación se modifique
la "identidad
alucinatoria
se caracterizaba
de percepción"
ya por la ocurrencia
y
(12).
de desear-
~as motoras incoordinadas (llanto, pataleo) en ocasión de afectos displacien tes. Dichas descargas son ahora utilizadas por el niño como señales mágicas, a cuyo dictado la satisfacción llega puntualmente
(naturalmente
con ayuda exterior, de la que e! niño, sin embargo, no tiene idea).
sación subjetiva que produce
que
La sen-
todo esto en e! niño puede compararse
con
h de un verdadero
mago, que sólo necesita realizar un gesto dado para
provocar en el mundo exterior, de acuerdo con su voluntad, los más complicados sucesos (3).
(11)
FREUD:
(12)
FREUD:
Jahrb., Ed. IlI, S. 3.
Die T'raumdeutung, Loe. cit.
(13) Cuando recorro la patología en busca de una analogía para estas descargas,
siempre tengo que recordar a la epilepsia genuina, la más problemática de las neurosis mayores. Y aunque admito sin reatos que en materia de epilepsia es difícil separar lo fisiológico de Ió psicológico, llamaré la atención del lector sobre el hecho de que los epilépticos
son considerados como seres anormalmente "sensitivos", cuya aparente sumisión oculta
814
SANDOR FERENCZI
Advertimos
así cómo la omnipotencia
de los seres humanos viene a de-
pender de un número cada vez mayor de "condiciones",
de complejidad
cen insuficientes
de sus deseos. Estas manifestaciones
para producir
los deseos, con la evolución,
con el aumento
eferentes pronto se ha-
la situación de satisfacción.
adquieren
exigen también señales crecienternente
las señales tales como la imitación
A medida que
cada vez formas más especiales,
especializadas.
Para empezar,
de los movimientos
están
de succión con la
(
boca cuando el niño desea ser alimentado,
y las características
por medio de la voz, o de presiones sobre el abdomen,
limpiado después de defecar.
expresiones
cuando desea ser
El niño aprende también gradualmente
a es-
tirar la mano hacia los objetos que desea. De todo esto se desarrolla más
tarde un verdadero
lenguaje mímico: por medio de combinaciones
adecua-
das de gestos el niño es capaz de expresar necesidades, a veces muy especiales, que a menudo son entonces realmente satisfechas; 'de modo que, con
sólo sujetarse a la condición
de expresar sus deseos por medio de los gestos
correspondientes,
el niño puede aún verse a sí mismo como omnipotente.
(Período de omnipotencia .con auxilio de gestos mágicos.)
Este período tiene también su representante
curioso salto desde el mundo del pensamiento
que constituye,
en la psicopatología.
Ese
al de los procesos corporales
según lo descubrió Freud, la histeria de conversión (14), se
nos ~1ace más inteligible
cuando lo consideramos
como una regresión
a la
etapa de la magia de los gestos. El psicoanálisis nos demuestra, en verdad,
que los ataques histéricos representan como realizados, con ayuda de gestos, los deseos reprimidos del enfermo. En la vida mental del ser normal,
los 'innumerables
gestos supersticiosos,
o aquellos que de un modo u otro
son considerados como eficaces (gestos de maldición, bendición, oración),
sirven para recordarnos ese período del desarrollo del sentido de la realidad.
terribles iras y un carácter dominante, que surgen a la primera oportunidad, Esta característica ha sido considerada hasta ahora como una degeneración secundaria, como una consecuencia de los repetidos ataques. Sin embargo, debiera pensarse en otra posibilidad, en
la de que los ataques epilépticos sean regresiones al período infantil de la realización de
deseos por medio de movimientos incoordinados. Los epilépticos serían, pues, personas en
quienes los afectos displacientes se van acumulando, siendo periódicamente descargados por
medio de los paroxismos. Si esta explicación resulta ser útil, deberíamos tratar de localizar
el punto de fijación para la ulterior enfermedad de la epilepsia en esta etapa de las manifestaciones de deseo incoordinadas. El irracional golpear con los pies, apretar los puños,
rechinar los dientes, etc., que se observa en las explosiones de ira; no serían sino una forma
más leve del mismo mal, producido en personas en otros sentidos sanas.
(14) Ver los trabajos de FREUD en el Studien über Hy sterie, 1895.
DESARROLLO DEL SENTIDO DE LA REALIDAD
815
en e! que aun nos sentíamos lo bastante poderosos como para violar e! orden regular
cuentan
e~) del
universo.
de continuo
gestos, y también
Los adivinos,
con la credulidad
el napolitano
astrólogos
respecto
e hipnotizadores
al poder absoluto
de sus
exorcisa al mal de ojo con un gesto sim-
bólico.
Con' e! incremento
viene naturalmente
de la amplitud y la complejidad
de las necesidades,
también un aumento, no sólo de las "condiciones"
a las
que e! individuo debe someterse si desea ver sus ,necesidades satisfechas,
sino también del número de Casos en que sus deseos, cada vez .más audaces,
quedan sin realizar a pesar de haberse observado estrictamente
nes otrora eficaces.
objeto
La mano extendida
debe a menudo
anhelado no aparece tras el gesto mágico.
las condicio-
retirarse
vacía; el
En verdad, puede hasta
ocurrir que un invencible poder hostil se oponga por la fuerza a este gesto,
y obligue a la mano a volver a la posición primitiva.
dopoderoso"
ser ha podido sentirse identificado
dece y acata su menor gesto, pero gradualmente
Hasta ahora e! "to-
con el mundo, que le obeva surgiendo
en su expe-
riencia una penosa discordancia. Se ve obligado a establecer una distinción
entre su yo, por un lado, y por el otro, ciertas cosas pérfidas que no obedecen a su voluntad,
tal e! mundo exterior, es decir, a distinguir
entre los
contenidos psíquicos subjetivos (sentimientos)
y los objetivizados (sensaciones). En cierta ocasión denominé Fase de lntroy eccum de la psiquis a
la primera de estas etapas, dado que en ellas todas las experiencias son aún
incorporadas al yo, y a la otra la llamé Fase de Proyección (lO). Siguiendo
esta terminología
podríamos
la etapa de omnipotencia
también referirnos,
con el nombre
de etapa de introyección,
de la realidad, con el de etapa de proyección.
Sin embargo, ni siquiera la objetivización
ye inmediatamente
en e! desarrollo
del mundo
todos los lazos entre el yo y el no yo.
del yo, a
y a la
exterior destruEs cierto que
el niño aprende a contentarse con tener sólo una parte del mundo a su
disposición, o sea el yo, mientras e! mundo exterior, en cambio, se opone
a menudo a sus deseos; pero aun quedan en este mundo exterior cualidades
que ha aprendido a reconocer en sí mismo, es decir, cualidades de! yo.
Todo hace suponer que e! niño pasa en su aprehensión de la realidad
por un período
animista, en e! que cada objeto se le aparece como do-
tado de vida y durante el cual trata de encontrar
(li')
Orden
(10) Cap.
que se desconoce
n.
en absoluto.
de nuevo, en cada uno
SANDOR
816
de dichos objetos, sus propios
FERENCZl
órganos
con sus propias
actividades (17).
Alguna vez se dijo, en tono de mofa, que según la doctrina psicoanalítica el inconsciente
ve un pene en cada objeto convexo, y una vagina o
ano en cada objeto cóncavo.
Encuentro
que esta frase caracteriza
adecua-
damente a los hechos. La mente del niño (y la tendencia inconsciente de los'
adultos, que es residuo de aquélla)
se interesa al principio
por su propio cuerpo, y más tarde principalmnte
instintos y las satisfacciones placenteras
exclusivamente
por la satisfacción de sus
que el succionar,
el alimentarse, el,
contacto con las regiones genitales y las. funciones excretorias le procuran.
¿Cómo asombrarse, pues, de que su atención se interese también por aquellos objetos y procesos del mundo exterior que, aunque sobre la base de la
más remota de las semejanzas, le recuerdan
sus más caras experiencias?
Es así como surgen esas íntimas conexiones, que perduran
la vida ente-
ra, entre el cuerpo humano y el mundo exterior, y que llamamos simbólicas.
Por un lado el niño, en esta etapa, no ve en el mundo sino imágenes de su
corporalidad,
y por el otro, aprende a representar
toda la multiplicidad
del
mundo exterior por medio de su cuerpo.
Esta capacidad de representación
simbólica es un importante
del lenguaje
complemento
niño, no sólo señalar aquellos deseos que se refieren
mímico; permite
inmediatamente
cuerpo, sino también expresar otros relacionados con la transformación
mundo exterior, reconocido
al
a su
del
ahora como tal. Si el niño se halla rodeado de
amorosos cuidados no necesitará renunciar,
ni aun en esta etapa de su exis-
tencia, a la ilusión de su omnipotencia. Todavía le bastará representar un
objeto simbólicamente y la cosa en cuestión, a la que a menudo considerará
como dotada de vida, "vendrá"
hacia él; pues ésa es la impresión
que el
niño, que piensa anirnísticarnente, debe de recibir ante la satisfacción de sm
deseos. A causa de la incertidumbre del arribo de la satisfacción gradualmente empieza a comprender,
es cierto, que existen también poderes supe-
riores, poderes "divinos" (madre o niñera), cuyo favor necesita poseer si
es que la satisfacción ha de seguir de cerca al gesto mágico. Con todo, esta
satisfacción
tampoco
es difícil de obtener,
sobre todo en un ambiente in-
dulgente.
Uno de los medios corporales a que el niño recurre
para representar
sus deseos y los objetos deseados adquiere entonces especial importancia,
sobrepasa a la de todos los otros medios de representación,
(17) Respecto
al tema
del animismo,
Dr. Hanns Sachs (lrnago, Jahrg. 1).
ver también
e) ensayo
Ueber
que
a saber: la paNaturgefühl
del
DESARROUJ)
labra.
El lenguaje
DEl- SENTIDO DE LA REALIDAD
originariamente
(18) es imitación,
ración vocal de los sonidos y ruidos producidos
de éstas. La capacidad
reproducción
ejecutiva
de
de una multiplicidad
103
R17
vale decir, represen-
por las cosas o con ayuda
órganos de la palabra
permite
la
mucho mayor de objetos y procesos del
mundo exterior que la que permitía
el lenguaje mímico, y dicha reproduc-
ción se vuelve mucho más simple. El simbolismo del lenguaje viene, pues,
a substituir al de los gestos. Ciertas series de sonidos son estrechamente asociados con objetos y procesos precisos y, más aún, gradualmente
identifica-
dos con éstos. De aquí surge el siguiente gran progreso:
ya no hace falta la
complicada
aun representación
imaginación
dramática.
figurativa
y la más complicada
La imaginación y representación
mamos palabras permiten
una concepción
de las series de sonidos que llay expresión mucho
más especia-
lizada y económica de los deseos. Al mismo tiempo, el pensamiento consciente hace posible el simbolismo verbal, al asociarse a procesos de pensamiento que son en sí mismos inconscientes
ceptivas (19).
y al prestarles
cualidades
per-
El pensamiento consciente por medio de los signos del lenguaje constituye aúora la más alta realización del aparato psíquico, y por sí solo hace
posible la adaptación
la liberación
conservar
a la realidad, al retardar
de lo displaciente.
su sentimiento
la descarga motriz refleja y
A pesar de ello el niño se las arregla para
de omnipotencia
aun en esta etapa de su evolu-
ción, pues aquellos de sus deseos capaces de ser expresados por medio de
pensamientos son todavía tan pocos y relativamente tan sencillos, que el
atento entourage encargado
del bienestar del niño fácilmente logra adivinar
la mayor parte de esos pensamientos. Las expresiones mímicas que continuamente acompañan al pensar (especialmente en los niños) hacen que esta
especie de adivinación del pensamiento resulte particularmente
fácil para
los adultos; y cuando el niño llega a formular realmente en palabras sus
deseos, el entourage, siempre dispuesto a ayudarle, se apresura a satisfacerlos lo antes posible. El niño se cree entonces dotado de poderes mágicos;
se encuentra, pues, en el período de los pensamientos y palabras mágicas (lO).
Es aparentemente
(18)
Momente
Ver
KLE1NPAUL,
auf Entstebung
a este estadio del desarrollo
Leben der Spracbe (1893), y
und Entuiicklung
SPERBIR,
der Spracbe,
<
de la realidad que los
Ueber den Einfluss sexueller
[mago,
1912.
Ver FREUD, T'raurndeutung, III Aufl. S. 401 y J ahrb., Bd. 111, S. 1.
(20) La explicación psicológica de la "magia" no excluye, naturalmente, la posibilidad
de que esta creencia contenga también un anticipo de hechos físicos (telepatía, etc.),
(19)
SANDOR FERENCZI
818
enfermos obsesivos hacen regresión, cuando resulta imposible disuadirlos de
la idea de la omnipotencia
de sus pensamientos
y fórmulas verbales, y cuan-
do, según lo ha demostrado Freud, colocan al pensar en el lugar correspondiente al actuar. En la superstición, en la magia y en los cultos religiosos,
esta creencia en el poder irresistible de ciertas fórmulas de oración, maldición o magia, que sólo necesitan ser pensadas interiormente o pronunciadas
en alta voz para producir sus efectos, desempeña un enorme papel el).
Esta megalomanía casi incurable de la raza humana se ve contradicha
sólo aparentemente en aquellos neuróticos en quienes, detrás de la febril b6squeda del éxito, se tropieza de inmediato
dad (Adler),
que es bien conocido
fundo descubrirá
con un sentimiento
del enfermo
mismo.
de inferiori-
Un análisis pro-
en todos esos casos que estos sentimientos
de inferioridad
no son en modo alguno algo definitivo y final, que no constituyen
la ex-
plicación de la neurosis, sino que son a su vez reacciones ante un exagerado
sentimiento
de omnipotencia,
al que tales enfermos han quedado "fijados"
en su temprana infancia y que les ha imposibilitado
renunciamiento
ulterior.
El manifiesto
de adaptarse a ningún
afán de grandeza de estas personas,
sin embargo, no esotra cosa que un "retorno de lo reprimido", un vano
intento de alcanzar una vez más, recurriendo a la transformación del mundo exterior, la omnipotencia
de que originariamente
disfrutaron
sin esfuerzo.
No nos queda sino repetir que todos los niños viven en la feliz ilusión
de la omnipotencia,
en el útero-
de la cual en alguna época -aunque
participaron.
Dependerá
el que conserven ese sentimiento
de su "Daimon"
de omnipotencia
no fuera más que
o de su "Psyche"
también en la vida ulte-
rior, convirtiéndose así en Op'ti711istas, o que vayan a engrosar el número
de los Pesimistas, que nunca se reconcilian con el renunciamiento de sus inconscientes deseos irracionales, que a la menor provocación se sienten ofendidos o despreciados, y que se consideran a sí mismos cemo hijastros de la
suerte, sólo porque no pueden seguir siendo su hijo único o predilecto.
Freud considera que el fin del predominio del principio del placer ocurre recién al producirse el total desprendimiento físico de los padres. Es
también en esta época; que es sumamente variable en los casos particulares,
que la sensación de omnipotencia
fuerza de las circunstancias.
cede ante la plena comprensión
El sentido de la realidad alcanza su cenit en
la Ciencia, al par que la ilusión de omnipotencia
(21) Esta "omnipotencia"
("fuerza
las palabras obscenas. Ver Cap. IV.
de la
motora")
sufre en ella su mayor hu-
es también sumamente característica
de
DESARROLLO DEL SENTIDO DE LA REALIDAD
819
millación: la previa omnipotencia
se esfuma aquí para convertirse
"condiciones"
determinismo).
la doctrina
(condicionalismo,
en meras
Con todo poseemos,
en
del libre albedrío, un dogma filosófico optimista, capaz aun de
realizar fantasías de omnipotencia.
El reconocimiento
hallan condicionados
del hecho de que nuestros deseos y pensamientos
representa
decir, de la objetivización.
quico, la paranoia,
el máximo de la proyección
Sin embargo,
existe también
los propios deseos y pensamientos
rior, son proyectados
normal, vale
un trastorno
que ofrece entre otras la característica
se
psí-
de que incluso
del sujeto son expulsados al mundo
exte-
(22). Parece natural ubicar el punto de fijación de
esta psicosis en el período del renunciamiento
es decir, en la fase de proyección
definitivo de la omnipotencia,
del sentido de la realidad.
Las etapas del desarrollo del sentido de la realidad han sido presentadas
hasta aquí solamente
en términos
de los instintos
tintos del yo", que sirven a la función
egoístas, llamados "ins-
de la autoconservación;
la realidad,
según lo ha establecido Freud, tiene relaciones más estrechas con el yo que
con la sexualidad, en parte porque ésta última depende menos del mundo
exterior
(durante
largos períodos
es capaz de satisfacerse en forma auto-
erótica),
y en parte también porque se halla reprimida
de latencia y no entra en absoluto en contacto
mo la sexualidad queda durante
durante
el período
con la realidad.
Es así co-
toda la vida más sometida al principio
del
placer, mientras que el yo debe soportar en seguida los más amargos desengaños cada vez que desatiende a la realidad (23). Si consideramos ahora el
sentimiento de omnipotencia en la evolución sexual que caracteriza
etapa del placer, debemos observar que aquí el "período
incondicional"
autoeróticas
perdura
hasta el momento
de satisfacción,
tiempo a las condiciones
de omnipotencia
en que se abandonan
las formas
para cuya época el yo está adaptado
crecientemente
complicadas
a la
ya hace
de la realidad, ha pa-
sado a través de las etapas de los gestos y palabras mágicas y casi ha alcanzado ya la noción de la omnipotencia
de las fuerzas naturales.
El autoero-
tismo y el narcisismo constituyen, pues, las etapas de omnipotencia del erotismo, y dado que el narcisismo no desaparece jamás, sino que se mantiene
siempre lado a lado con el erotismo de objeto, puede afirmarse -en
la
(22) Ver FREUD, Die Ab-uiebr-Neuropsy
cbosen (Kl. Schr. z. Neurosenlebre,
S. 45),
Psy cbonaiytiscbe Bemerkungen
über einen autobiograpbiscb
bescbriebenen Fall von Para-
noia, Jahrb., Bd. III, Y Cap. V de este libro.
(23) FREUD. Jahrb., Bd. III, S. 5.
SANDOR
820
FERENCZ¡
medida en que nos limitemos al autoamor-
que en materia
demos conservar toda la vida la ilusión de la omnipotencia.
que conduce al narcisismo constituye
de amor po-El que la ruta
al mismo tiempo el sendero, constan-
temente accesible, de la regresión a raíz de cada desilusión de amor objetal,
es hecho demasiado conocido para que sea necesario demostrarlo;
es de sos-
pechar la existencia de regresiones auto eróticas y narcisísticas, de patológica
(Dementia
intensidad,
detrás de los síntomas de la Parafrenia
la Histeria,
mientras que los puntos de fijación de la Neurosis
praecox)
y
Obsesiva y
la Paranoia debieran buscarse por el lado del desarrollo de la "realidad erótica" (compulsión
a encontrar
un objeto).
Estas relaciones, sin embargo,
todavía no ban sido adecuadamente
tudiadas en todas las neurosis, de modo que debemos contentarnos
formulación
trastorno
con la
a la elección de neurosis, a saber,
general de Freud respecto
que el tipo del subsiguiente
es-
es determinado
según la "fase del
desarrollo del yo y del hambre sexual, que ha sido afectada por la determinante inhibición del desarrollo".
Sin embargo podríamos aventurarnos
a añadir a esta frase una segun-
da: sospechamos que el deseo constitutivo
de la neurosis, es decir, las varie-
dades y fines del erotismo que el síntoma presenta como realizados, depende de donde se halla situado el punto de fijación en la fase del desarrollo
del hambre sexual, mientras que el mecanismo
probablemente,
por la etapa del desarrollo
de la neurosis es decidido,
del yo en que se encuentra
el
sujeto en el momento de la inhibición determinante.
Es permisible pensar
que con la regresión del hambre sexual a etapas anteriores del desarrollo, el
nivel del sentido de la realidad predominante
en la época de la fijación re-
nace también en los mecanismos de la formación de síntomas. Es decir que,
dado que esta "puesta a prueba de la realidad" más temprana es incomprensible al yo actual del neurótico, nada impide que se la ponga al servicio de
la represión y se la utilice para la presentación de los complejos censurados. Según este concepto,
la histeria y la neurosis obsesiva, por ejemplo,
se caracterizarían, por un lado, por una regresión del hambre sexual hacia
etapas anteriores del desarrollo (autoerotismo, Edipismo), y por otro, desde el punto
de vista de sus mecanismos, por una recaída del sentido de la
realidad a la etapa de los gestos mágicos (conversión), o de los pensamientos mágicos (omnipotencia del pensamiento).
Lo repito: se requerirá todavía una laboriosa tarea durante
mucho tiempo antes de que puedan ser
establecidos con certeza los puntos de fijación
de todas las neurosis.
Sólo
D~SARROLLO
DEL SEl\:TlDO DE LA REALIDAD
deseo señalar aquí una posibilidad
de solución;
1'1:1
posibilidad,
es cierto,
que
~e parece plausible.
Lo que hemos podido concebir acerca de la filogénesis del sentido de
realidad sólo nos es dado, por aüora, ofrecerlo
tífica.
Es de suponer
como una predicción
que algún día conseguiremos
establecer
entre las etapas del desarrollo del yo del individuo,
neuróticos,
cien-
un paralelo
con sus tipos regresivos
y las etapas de la historia racial de la humanidad,
hizo Freud, por ejemplo, al encontrar
1<1
tal como lo
de nuevo en la vida mental del sal-
vaje los caracteres de la neurosis obsesiva (24).
En general la evolución del sentido de la realidad se halla representada
por una sucesión de represiones
no a causa de una espontánea
a las que la humanidad
"pugna
por la evolución",
sión de la necesidad, a través de adaptaciones
La primera
gran represión
sin ser molestado
sino por la pre-
o renunciamientos
inevitables.
se hace necesaria debido al proceso
miento, que por cierto ocurre sin cooperación
de parte del niño.
se vió compelida,
El feto prefiriría,
en el útero,
tiene que olvidar (reprimir)
activa ni "intención"
con mucho,
permanecer
los tipos de satisfacción
alguna
más tiempo
pero se lo expulsa cruelmente
nado y adaptarse a otros nuevos.
nueva etapa del desarrollo (25).
del naci-
al mundo y
a que se había aficio-
El mismo juego cruel se repite con cada
Quizás nos sea permitido aventurar la conjetura
de que fueron los cam-
bios geológicos de la superficie de la tierra, con sus catastróficas
consecuen-
cias para el hombre
de hábitos
favoritos
primitivo,
los que impusieron
y de ese modo la "evolución".
constituido
las sedes de la represión
la localización
cronológica
la represión
Tales catástrofes
pueden
en la historia de la evolución
haber
racial, y
e intensidad de las mismas haber decidido el ca-
rácter y las neurosis de la raza.
Según una frase del profesor
Freud,
el carácter
racial constituye
un
precipitado de la bistoria de la raza. Habiéndonos aventurado ya tan lejos
de lo cognoscible, ninguna razón habría para que rehuyéramos la analogía
final y nos abstuviéramos de establecer una relación entre el gran paso de
(24)
FREUD:
U eber einige
U ebereinstitmuungen
Neurotiker, Imago, Jahrg. 1, 1912.
(25) Si esta idea es perseguida
en sus consecuencias
con la idea de una tendencia a la perseverancia,
naría la vida orgánica; mientras que la tendencia
dependería
únicamente
im Seelenleben
de los estímulos externos.
der
H'ilden
lógicas, es preciso
und
der
familiarizarse
o tendencia regresiva, que también domia proseguir la evolución, a adaptarse, crc.,
822
SANDOR FERENCZI
la represión individual,
catástrofes
el período
de latencia, y la última y mayor de las
que azotó a nuestros primitivos
indudablemente
antecesores
existía en la tierra la vida humana),
vale decir, las penurias
y el sufrimiento de la era glacial, que aun recapitulamos
tra vida individual eO).
La impetuosa curiosidad
partida
ha-
a salvar el abismo de lo
con ayuda de las analogías, me trae. de regreso al punto de
de estas :reflexiones:
sentimiento
fielmente en nues-
de saberlo todo, que acaba de seducirme
cia encantadas visiones del pasado y de inducirme
aun desconocido
(en épocas en que
de omnipotencia.
el tema del florecimiento
y declinación
La ciencia tiene que repudiar
del
esta ilusión, o
al menos saber siempre cuándo penetra en el terreno de las hipótesis y fantasías. En los cuentos de hadas, por el contrario, las fantasías de omnipotencia han sido siempre y siguen siendo preponderante, (27). Allí precisamente donde debemos inclinarnos
humildemente
ante las fuerzas de la na-
turaleza, el cuento de hadas acude .en nuestro auxilio con sus motivos típicos.
En la realidad somos débiles, y por lo tanto los héroes de los cuentos de
hadas son fuertes e invencibles.
nos hallamos constreñidos
En nuestras actividades
y nuestro
saber
y estorbados por el tiempo y el espacio, de ahí
que en los cuentos de 'J.adas seamos inmortales, capaces de encontrarnos
en
cien sitios distintos al mismo tiempo, de penetrar en el futuro y de conocer
el pasado.
La pesadez, solidez e impenetrabilidad
el paso a cada momento:
en el cuento
de la materia nos cierran
de hadas, sin embargo,
el hombre
tiene alas, su mirada atraviesa las paredes y su vara mágica abre todas las
puertas,
La realidad representa
una dura lucha por la existencia;
en el
cuento de hadas bastan en cambio las palabras de: "mesita, tiéndete". Podrá el hombre vivir en perpetuo temor de ser atacado por fieras peligrosa.
o crueles enemigos; en el cuento de hadas una capa mágica permite tedas
(~O) Los casos en que la evolución precede a las necesidades reales, parecen contradeel concepto de que es sólo la compulsión externa, y nunca los impulsos espontáneos,
la que lleva al abandono de los mecanismos usuales (evolución).
Un ejemplo de ello lo
constituiría el desarrollo del mecanismo respiratorio ya en el útero. Sin embargo, esto
ocurre únicamente en la ontogénesis, y debe ser considerado como la repetición de un
proceso compulsivo de desarrollo ocurrido en la historia de la raza. Los juegos de ejercitación de los animales (GROSS) tampoco representan las etapas preliminares de una futura
función racial, sino que son la repetición de aptitudes filogenéticamente adquiridas. Es, pues,
posible explicarlos de una manera completamente histórico-causal, y no necesitamos considerarlos desde el punto de vista de la finalidad.
cir
(27)
uiandten
CoMP.
Wimscberiiillung
Heft, 2.)
RIKLIN,
Seelenkunde,
und Symbolile
im Miircben.
(Scbriiten
zur ange-
813
DESARROLLO DEL SENTIDO DE LA REALIDAD
las transformaciones
y nos hace inaccesibles.
¡Qué difícil resulta en la rea- .
lidad encontrar un amor capaz de realizar todos nuestros deseos! Pero en
el cuento de hadas el héroe es irresistible, o arroja un hechizo de un solo
gesto mágico.
Es así pues cómo el cuento
tos tanto se complacen
chos y reprimidos,
de hadas, por cuyo intermedio
en relatar a sus hijos sus propios
conduce
en realidad
la perdida
los adul-
deseos insatisfe-
situación
de omnipo-
rencia a su final y artística presentación.
Traducción
por H.
QUESADA ZAPIOLA.
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