LA CONSERVACIÓN INTEGRAL DEL COMPLEJO

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LA CONSERVACIÓN INTEGRAL
DEL COMPLEJO ARQUITECTÓNICO
QUETZALPAPÁLOTL, TEOTIHUACÁN, MÉXICO
VERÓNICA ORTEGA CABRERA, GLORIA TORRES RODRÍGUEZ
Zona Arqueológica de Teotihuacán / INAH
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PATRIMONIO MUNDIAL • ENSAYOS
A Jorge Acosta, con admiración.
INTRODUCCIÓN
Para Teotihuacán los inicios del siglo XX representaron la realización de la arqueología
a gran escala. Las primeras investigaciones,
dirigidas por Leopoldo Batres en la Pirámide del Sol y algunas estructuras de la Calzada de los Muertos, desatarían la paulatina
transformación de las antiguas ruinas en un
emblemático lugar de visita, convirtiéndolo
—parafraseando a Eduard Seler— en propiedad de la humanidad (Bernal, 1963:6).
La década de los años sesenta del siglo
XX sobresale no sólo por la magnitud de las
áreas excavadas, los recursos destinados y
las técnicas arqueológicas aplicadas, sino
por la clara conciencia de reconstruir el
centro ceremonial, con la idea de “permitir
una visita lo más cómoda, instructiva y
agradable posible a los visitantes” (idem: 7).
El Complejo arquitectónico Quetzalpapálotl se localiza en el extremo suroeste de la
Plaza de la Pirámide de la Luna; este edificio
junto con aquellos que delimitan dicha plaza, forman parte de uno de los complejos
públicos más grandes y suntuosos del mundo mesoamericano. Se compone básicamente de cuatro grandes áreas: La primera
y mejor conocida se denomina “Palacio del
Quetzalpapálotl”, y se compone de las antesalas 1 y 2, el Patio de los pilares y sus cuatro
aposentos. En estos espacios todavía es posible observar restos de muros con aplanados y pintura mural originales, que a pesar
de estar alterados por el saqueo prehispánico y los efectos del tiempo, aportaron datos
esenciales para su reconstrucción. De la
misma manera existen subestructuras intervenidas y adecuadas para la visita pública
a partir de consolidaciones y cimentaciones
que permitieron prescindir del relleno que
las había mantenido intactas, para una mejor presentación (Ortega, 2009: 13).
La segunda área corresponde a la subes-
tructura 1, mejor conocida como nivel del
Templo de los Caracoles Emplumados,
mientras que una tercer área fue designada
como Complejo Sur (Acosta, 1964: plano
10) y se compone de una serie de cuartos y
patios localizados en un nivel más profundo
que el Palacio de Quetzalpapálotl (casi 3.90
m por debajo), pero que se relacionan con
éste a través de una amplia calle que remata en una escalinata que conduce a la antesala 2. Finalmente, otra serie de patios y
pequeñas escalinatas conectan al Complejo
sur con el Conjunto de los Jaguares, ubicado al oeste del Quetzalpapálotl.
EL TRANSCURRIR DEL TIEMPO:
CINCUENTA AÑOS DESPUÉS
Durante muchos años este complejo de edificios tuvo intervenciones esporádicas de
mantenimiento, sin embargo el peso de la
carga muerta de los materiales, su durabilidad o vida útil, el movimiento natural del
terreno, el uso del edificio, el intemperismo y la falta constante de mantenimiento,
derivaron en problemáticas diversas. Para
el año 2009 todo el conjunto enfrentaba
condiciones de deterioro que ponían en
riesgo la integridad de los elementos originales, la estabilidad de las secciones reconstruidas y la comprensión de los monumentos. Partimos entonces de conceptualizar
un trabajo de conservación que desarrollara una serie de intervenciones planificadas
e integrales, para solucionar las problemáticas específicas en cada sector del conjunto, a corto, mediano y largo plazos. Surgió
entonces el Proyecto de conservación Integral
del Complejo Arquitectónico Quetzalpapálotl,
diseñado en cuatro etapas, siendo la primera de ellas, la restauración del Palacio del
Quetzalpapálotl y áreas aledañas, motivo
de este artículo.
Además del deterioro físico observamos
que la capacidad de carga del monumento
se rebasaba de manera cotidiana, sobre to-
El Complejo
arquitectónico
Quetzalpapálotl se
localiza en el
extremo suroeste
de la Plaza de la
Pirámide de la
Luna; este edificio
junto con aquellos
que delimitan
dicha plaza,
forman parte de
uno de los
complejos públicos
más grandes y
suntuosos del
mundo
mesoamericano
Vista general
de la antesala 1,
nueva ruta de visita.
Foto: Aldo Díaz Avelar.
LA CONSERVACIÓN INTEGRAL
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La falta de
un monitoreo
periódico de las
condiciones de
carga, esfuerzo
y durabilidad de
los materiales
modernos, derivó
en el deterioro de
diversos sistemas,
incluyendo el
hidráulico,
eléctrico y todo
el mobiliario de
visita
do en horas pico y días de mayor afluencia,
por lo que la relación edificio-visitante se
convertía en una experiencia poco favorable para la transmisión de los valores culturales con que cuenta el inmueble. Estos elementos nos permitieron visualizar que la
interpretación y la presentación del edificio
no eran efectivas, pues no se lograba una
experiencia personal ni tampoco comunicar la importancia de la conservación del
patrimonio cultural, haciendo de los visitantes meros espectadores y usuarios de un
bien inmueble con el que no establecían
ningún vínculo de responsabilidad.
LA INTERVENCIÓN EN EL CONJUNTO
Utilizando como estrategia la interdisciplinariedad y con una visión de largo alcance en
favor del bien inmueble y sus usuarios, se
pensó en una conservación que destacara al
conjunto de vestigios inmuebles (tanto reconstruidos como originales) como una unidad histórica, discursiva, estética y representativa del antiguo esplendor técnico y
científico de la cultura teotihuacana. En el
entendido de que los valores que la identifican corresponden a la pluralidad que encierran los conceptos actuales de cultura y patrimonio, y a la tendencia mundial en teoría
de la restauración, la conservación total del
conjunto debía integrar acciones de restauración, investigación, mantenimiento, exploración arqueológica y diseño de infraestructura; revirtiendo los deterioros, mejorando la
presentación, incrementando el conocimiento arqueológico y considerando la diversidad del público usuario.
Así, la intervención en el Quetzalpapálotl
se planteó desde tres ejes: el arquitectónico,
el arqueológico y el de la restauración, para
resolver los deterioros físicos del conjunto y
obtener la imagen homogénea de su intervención actual, mientras que en una segunda
fase, se integraron elementos museográficos
para facilitar la accesibilidad y comprensión
30
PATRIMONIO MUNDIAL • ENSAYOS
del edificio en pro de una mejor aprehensión
de los valores que representa.
En la intervención directa se priorizaron
las cualidades estéticas del monumento1,
respetando la historicidad de sus reconstrucciones, pero proporcionando una imagen homogénea de intervención en todo el
conjunto, modificando el aspecto visual de
los muros tanto reconstruidos como originales, pasando del empleo masivo del cemento gris que lo caracterizaba a una imagen más aproximada a la utilización de la
cal y el barro como materiales primarios de
construcción teotihuacana. La restauración
se aplicó a todos los elementos componentes del edificio: piedra labrada, pintura mural, muros y pisos de cemento reconstruidos, viguería de madera, techos de cemento,
elementos museográficos.
EL MANTENIMIENTO
A LA INFRAESTRUCTURA
Como hemos mencionado el objetivo principal de la reconstrucción del edificio en los
años sesenta fue mostrar escenográficamente los sistemas constructivos prehispánicos, sin embargo la proyección de los deterioros causados por la acumulación de
escurrimientos pluviales tuvo una visión de
corto plazo, por lo que todo el sistema de
desalojo de aguas fue rebasado, volviéndose obsoleto en pocos años. La falta de un
monitoreo periódico de las condiciones de
carga, esfuerzo y durabilidad de los materiales modernos, derivó en el deterioro de
diversos sistemas, incluyendo el hidráulico, eléctrico y todo el mobiliario de visita.
Bajo estas condiciones la primera fase
del trabajo estuvo enfocada al mantenimiento, reparación y adecuación de dichos
1
Terán Bonilla, José Antonio, “Consideracio-
nes que deben tenerse en cuenta para la restauración arquitectónica”, en Rev. Conserva No. 8, 2004,
México.
sistemas, pues sólo así se generarían las
condiciones necesarias para intervenir directamente los componentes prehispánicos. Las acciones inmediatas incluyeron
deshierbe, desazolve de registros, canales,
pozos de absorción y limpieza general del
conjunto arquitectónico.
Posteriormente contando con el apoyo
insuperable del Proyecto Pirámide de la Luna, cuyo Director, el Dr. Saburo Sugiyama,
nos proporcionó el levantamiento topográfico del complejo arquitectónico, procedimos a detallar cortes, perfiles y niveles para
comprender y documentar cada uno de los
sistemas de desagüe, pues hasta entonces
no se contaba con planos de las redes diseñadas durante la reconstrucción.
De esta forma pudo establecerse una estrategia de recanalización y optimización
de escurrimientos, por lo que se procedió a
atender las cubiertas modernas: pórticos,
aposentos y antesala 1 del palacio, ya que
en sus azoteas se presentaban grietas superficiales y fisuras que provocaba filtraciones
con goteras, las cuales caían directamente
sobre elementos prehispánicos, por lo que
fue necesario retirar todo el material en
desuso, sellando las oquedades y reintegrando los nuevos entortados con una mejor pendiente para la inducción de la lluvia
a sus bajadas respectivas. Posteriormente
se aplicó impermeabilizante tradicional a
base de jabonadura con alumbre en todas
las superficies de azotea.
El maderámen del techo de la antesala 1
fue sometido a un proceso de fumigación
por termo-nebulización, además de aplicarle un tratamiento con preservador para madera con propiedades insecticidas, fungicidas y anti-humedad. Con el objetivo de
recuperar una imagen homogénea de toda
la cubierta se aplicó cera para madera y finalmente se recubrió con mono filamento
de polietileno de alta densidad, imperceptible a primera vista, para evitar la re-colonización de aves y murciélagos.
En lo que respecta a la rehabilitación de
desagües ocultos, se intervinieron y ade-
Plano de ubicación
del Conjunto
Arquitectónico Quetzalpapálotl en la
Plaza de la Pirámide
de la Luna (modificado
de Millon et al.
1973, por Verónica
Ortega).
Las acciones
inmediatas
incluyeron
deshierbe,
desazolve de
registros,
canales, pozos
de absorción y
limpieza general
del conjunto
arquitectónico
LA CONSERVACIÓN INTEGRAL
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solo fueron utilizados
materiales
de restauración
compatibles con
los materiales de
construcción de la
manufactura
teotihuacana
32
cuaron todos los que se encuentran sobre
las cubiertas de los aposentos norte y sur,
mientras que en el aposento poniente se
acondicionó un canal para captar el agua de
lluvia que cae en este espacio descubierto,
evitando así que todo el escurrimiento continuara dirigiéndose hacia el patio de los
pilares, donde afectaba tanto el piso prehispánico del pórtico poniente como las columnas que se localizan en la trayectoria
del agua.
Otra de las áreas de desalojo pluvial que
ocasionaba graves problemas era la localizada debajo de la gran escultura de cabeza
de serpiente, en la esquina superior norte
de la antesala 1. Aquí se amplió la red hidráulica para conducir las descargas captadas por el patio de los pilares hacia un área
a cielo abierto en la Plaza de la Pirámide de
la Luna, con lo que se consiguió detener las
afectaciones causadas por la humedad a la
fachada sur de la estructura 5 y la escalinata
principal de la antesala 1.
Pasando al tema de los pisos, identificamos varios factores que afectaban a los materiales prehispánicos, entre los cuales sobresale el uso de grandes cantidades de
cemento portland en la reconstrucción, seguido por los movimientos naturales del
terreno y la falta de compactación en los
rellenos de soporte, agentes que sumados a
las amplias extensiones por cubrir, derivaron en la presencia de múltiples fisuras e
inclusive grietas de dimensiones considerables en todos los pisos reconstruidos. El caso específico del piso del patio de los pilares
incluía —además de la mala imagen— el
problema de humedad que paulatinamente
iba afectando los escalones perimetrales,
las columnas circundantes y los pisos de los
pórticos.
Nuestra intervención consistió en el retiro de las superficies de concreto y, una vez
realizados los registros arqueológicos así
como los trabajos de conservación pertinentes, se procedió a rellenar con material
PATRIMONIO MUNDIAL • ENSAYOS
compactado y posteriormente se colocaron
entortados hechos con mezcla de cal, arena, granzón y barro, para finalmente aplicar un enlucido de cal de acuerdo con las
características de cada espacio.
LOS ACABADOS ARQUITECTÓNICOS:
SU RESTAURACIÓN
En la estabilización de los elementos arquitectónicos, solo fueron utilizados materiales de restauración compatibles con los materiales de construcción de la manufactura
teotihuacana, salvo en la reposición de firmes en pisos, que en nuestra experiencia,
requiere de cierta cantidad de cemento distribuida en la mezcla de barro, cal y arena;
el uso de la cal ha sido amplio como material consolidante.
El tipo de intervención que ha marcado
una diferencia clara en la apreciación visual ha sido en base a dos criterios. El primero implica la remoción del mosaico de
variadas intervenciones anteriores realizadas con cementos en resanes y ribetes de
enlucidos, argamasas y pintura mural; que
interrumpían la unidad de estos restos originales. Lo que en Teotihuacán llamamos
coloquialmente restauraciones tipo parches, por haber sido realizadas con diferentes acabados, diferentes colores y diferentes
texturas. No solo estética, sino estructuralmente, muchas de estas intervenciones, dañaron con el tiempo los originales; al existir
una clara diferencia en dureza y peso, en su
composición química —que activa sales solubles en casos de acumulación continua de
humedad—, y en el color y las texturas que
adquirían.
El segundo criterio fue mejorar el aspecto estético de los muros y techos reconstruidos, al eliminar el color gris del cemento,
que con el tiempo presentaban un aspecto
de suciedad y descuido. Manchas y escurrimientos fueron eliminados con una capa de
pintura elaborada con cal, barro, pigmentos
negro, ocre y sombra natural, para obtener
un color blanco ostión (que disminuyera la
brillantez de la cal recién elaborada). Esta
pintura se aplicó con brocha, en la parte superior de los muros de la antesala 1, los pórticos y cuartos, además del interior de los
techos de losa colada. Los espacios adquirieron una nueva luminosidad, interpretando al Palacio del Quetzalpapálotl, como
“una construcción de cal con pigmento, y
no como una construcción de cemento”.
Los elementos pétreos, la lítica tallada de
los pilares del patio central, y las almenas
del techo, fueron limpiadas, resanadas y reintegradas, utilizando pigmentos y cal para
los resanes realizados.
En la pintura mural y enlucidos, se utilizó el criterio de reducir la apreciación vi-
sual de islas de material original, mediante
la unión de las mismas vía resanes, reintegrados con pinturas a la cal. Debido a la geometría de sus diseños y la manufactura del
dibujo a mano alzada (salvo los chalchihuites donde existen huellas de la aplicación
de herramienta para su realización), se facilitó restituir en algunos casos, forma además de color, completando pequeños faltantes que ahora permiten la apreciación
de la pintura mural como un solo bloque.
Los espacios
adquirieron una
nueva luminosidad,
interpretando
al Palacio del
Quetzalpapálot
DOCUMENTACIÓN Y ACTUALIZACIÓN
DE LA INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA
Durante nuestros trabajos, consideramos
imprescindible la corroboración de ciertos
datos, así como la obtención de nuevas mues-
Pórtico sur del patio
de los pilares.
Foto: Aldo Díaz Avelar
LA CONSERVACIÓN INTEGRAL
33
La transmisión de
estos datos es uno
de los objetivos de
la estrategia de
conservación
integral
tras arqueológicas, que nos posibilitaran
ampliar la interpretación del edificio, con la
finalidad de sustentar un discurso que permitiera al visitante comprenderlo de manera integral.
Así, conforme se atendían los problemas
de mantenimiento y restauración, el equipo de arqueología exploró, documentó y
analizó cada uno de los espacios que componen el conjunto, obteniendo los siguientes resultados generales:
1) Los estudios realizados en la mayoría
de las áreas exploradas para la época en
que funcionó el Palacio de Quetzalpapálotl, demuestran dos momentos constructivos, ambos de la fase Xolalpan
(400-600 d.C.).
2) Con nuestras exploraciones fue posible definir los sistemas hidráulicos prehispánicos del conjunto, la mayoría de
los cuales mostró afectaciones severas
por perturbaciones en diversas épocas.
Específicamente, se restauró para mantenerse expuesta, una de las redes que
podría asociarse a actividades rituales o
ceremoniales, a la cual le fueron adaptados elementos museográficos modernos.
3) Se realizaron análisis químicos en el
piso del aposento sur, en torno al orificio
colector del drenaje, que incluyeron pH,
fosfatos, carbonatos, ácidos grasos y carbohidratos.
La transmisión de estos datos es uno de
los objetivos de la estrategia de conservación integral, ya que forman parte de los
valores históricos del bien cultural, que deben ser considerados dentro del discurso
interpretativo2.
2
Carta de ICOMOS para interpretación y pre-
sentación de sitios de patrimonio cultural. Ratificada por la 16ª Asamblea General del ICOMOS,
Québec, Canadá, 4 de octubre de 2008.
34
PATRIMONIO MUNDIAL • ENSAYOS
COMUNICACIÓN CON EL VISITANTE
Durante la intervención del conjunto se
mantuvo un plan informativo para el visitante, en principio por la inaccesibilidad al
edificio debido a los trabajos que ya se enumeraron, ofreciendo una alternativa de
acercamiento a través del diseño de carteles, en los que se expuso la historia de las
exploraciones y una semblanza biográfica
de Jorge Acosta, así como los componentes
que caracterizan la arquitectura del lugar y
los objetivos de los trabajos de conservación
que ocasionaron el cierre temporal de diversas áreas del conjunto. Además de construir un blog en internet, se generó una estrategia de difusión masiva de estos trabajos
y otros que se desarrollaban en la zona arqueológica, a través de cápsulas informativas y diversos boletines de prensa, coordinados por la Dirección de Medios del INAH,
quien los distribuyó en las principales cadenas de televisión mexicana, en múltiples
medios impresos y portales electrónicos.
De esta forma se garantizó la información al público a pesar de que el acceso físico al conjunto se encontrara restringido de
manera temporal.
ESTRATEGIAS INCLUYENTES
PARA LA VISITA
Uno de los puntos que se desprendió de
nuestro diagnóstico, vinculado directamente con la interpretación del conjunto, fue el
concerniente al mobiliario de visita y la accesibilidad para los diversos grupos de visitantes que llegan a la zona arqueológica.
Debemos recordar que la infraestructura
existente estaba diseñada con criterios de
presentación y visita pública de mediados
del siglo XX, por lo que cinco décadas después requería de una revisión, bajo los principios de acceso y comprensión que marcan las políticas de gestión del patrimonio y
los conceptos vertidos en el Plan de Manejo
de la Zona de Monumentos Arqueológicos de
Teotihuacán.
Así, pudimos comprobar que la ruta existente no contaba con instalaciones ni senderos adecuados para personas con capacidades diferentes o adultos mayores con
dificultades motoras, lo que excluía a este
tipo de visitantes al conocimiento y disfrute
del patrimonio arqueológico. Aun sin ser
una problemática específica del complejo
arquitectónico Quetzalpapálotl, ya que se
presenta en todo el sitio, consideramos la
importancia de contribuir en el tema, a partir del diseño de soluciones prácticas, principalmente para la accesibilidad a los monumentos. Así, este proyecto diseñó,
elaboró y colocó barandales, pasamanos,
rampas y señalización, con el objetivo de
ofrecer una visita más accesible, cómoda e
incluyente, con un enfoque de dignificación de las rutas y senderos de visita, mejorado la infraestructura que se asocia directamente con el monumento.
Basándonos en el principio 4, inciso 3 de
la Carta de ICOMOS para Interpretación y Pre-
sentación de sitios de Patrimonio Cultural
(2008), el mobiliario diseñado y colocado
fue fabricado con materiales nobles con el
medio circundante, visualmente identificable sin agredir la naturaleza del bien cultural; es sobrio por lo que se integra con el
contexto, pero cuenta con contraste para
destacar ciertas zonas de seguridad y evitar
incidentes que pongan en riesgo la integridad del visitante y/o del inmueble.
Se diseñaron y pusieron en funcionamiento dos rutas de visita al complejo arquitectónico, la primera considerada para
los visitantes con discapacidad motriz y
adultos mayores, que a través de dos rampas permite la entrada al “Conjunto de los
Jaguares” y al “Templo de los Caracoles
emplumados”, además de establecer una
nueva salida para el visitante común que ya
ha recorrido el complejo Sur.
La segunda ruta fue pensada con el objetivo de eliminar el cuello de botella que
existía entre las antesalas 1 y 2, al ser el único paso entre la unidad comercial de la
puerta 3 y la Plaza de la pirámide de la Lu-
el mobiliario
diseñado y
colocado
fue fabricado
con materiales
nobles con
el medio
circundante,
visualmente
identificable
sin agredir la
naturaleza del
bien cultural
Foto: Aldo Díaz Avelar
LA CONSERVACIÓN INTEGRAL
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Foto: Aldo Díaz Avelar
Difundir los
valores de
nuestros vestigios
arqueológicos es
na. Para este caso aprovechamos el sendero
que conduce hacia el mirador arqueológico,
habilitando una escalinata que permite un
paso muy amplio hacia la plaza desde el edificio 6. Estas acciones contribuyeron además en la reubicación de los vendedores
ambulantes, lo que ha derivado en el mejoramiento de los flujos de personas en toda
el área.
Toda la señalización de ruta fue diseñada
tomando en cuenta la propuesta tipológica
elaborada por la Dirección de Operación de
Sitios del INAH, como parte de la primera
fase del proyecto de señalización e interpretación delineado en el Plan de Manejo
2010-2015.
una función
imprescindible de
HACIA UNA CONSERVACIÓN INTEGRAL
la gestión del
DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
patrimonio
DE TEOTIHUACÁN
cultural
Difundir los valores de nuestros vestigios
arqueológicos es una función imprescindi36
PATRIMONIO MUNDIAL • ENSAYOS
ble de la gestión del patrimonio cultural.
Todas las demás acciones (investigar, conservar y restaurar) perderían sentido si no
se cumpliera el objetivo de acercar a los visitantes al conocimiento y disfrute de dichos valores.
Este principio marcó en gran medida cada una de las acciones desarrolladas por el
proyecto que presentamos, pues el diagnóstico realizado nos mostró la falta de vinculación entre el visitante y el bien arqueológico. Si esta relación no mantiene un
equilibrio el resultado sólo puede ser negativo, en detrimento tanto del bien cultural
como del visitante; es aquí donde el INAH
participa de manera activa como custodio y
gestor, por lo que está obligado a establecer
los canales de comunicación directa e indirecta entre ambas partes. La relación entonces debe ser incluyente, tomando en
cuenta las circunstancias físicas del bien, su
potencial educativo, informativo y social,
así como los intereses del visitante, toda vez
que el patrimonio posee un valor en sí mismo, pero necesita de un reconocimiento
social para constituirse en referente cultural para la sociedad. Si las comunidades no
se identifican con esos valores, difícilmente
participarán en las medidas para su salvaguarda (ver Aguirre, 2009:1).
Hace cincuenta años Jorge Acosta tuvo
la visión de presentar al mundo uno de los
edificios más suntuosos de la Mesoamérica
prehispánica, el cual se convirtió en referencia obligada de la arquitectura de élite
de Teotihuacán, cinco décadas después
buscamos que el Quetzalpapálotl y sus
áreas asociadas se conviertan en un referente directo de la visión integral del INAH
en la conservación del patrimonio cultural
inmueble, como una primera fase de la conservación y protección cultural a la que aspiramos en Teotihuacán, aquella que es
incluyente, consiente, sensible e integral.✩
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Teotihuacán. Instituto Nacional de Antropología
e Historia, México.
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No. 12, Sección.
Patrimonio Cultural: una sección natural e Histórica
de apoyo a nuestra gestión en el territorio, Barce-
Buscamos que el
Quetzalpapálotl y
sus áreas
asociadas se
conviertan en un
referente directo
de la vision
integral del INAH
en la conservación
del patrimonio
cultural inmueble
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LA CONSERVACIÓN INTEGRAL
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