Alim-provisorios-filiacion-procedencia

Anuncio
Cámara 2a de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributario de San Rafael
A., M. I.
13/06/2007
Voces
ALIMENTOS ~ CREDITO POR ALIMENTOS ~ CUOTA ALIMENTARIA ~
DETERMINACION DE LA CUOTA ALIMENTARIA ~ INGRESOS DEL ALIMENTANTE ~
REDUCCION DE LOS ALIMENTOS ~ SENTENCIA
Tribunal: Cámara 2a de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributario de San
Rafael
Fecha: 13/06/2007
Partes: A., M. I.
Publicado en: LLGran Cuyo 2007 (noviembre), 1086
Hechos
El juez de grado hizo lugar a la acción de filiación deducida por la madre biológica de un menor
y fijó la cuota alimentaria a favor de este último. El alimentante apeló el decisorio, agraviándose
por la fijación de la cuota alimentaria, que no había sido objeto del proceso. La Alzada confirmó
el fallo recurrido.
Sumarios
1 - Es procedente la fijación de cuota alimentaria durante el juicio de filiación, luego de haberse
tenido por acreditada la paternidad invocada por la parte actora, si la parte demandada no
cuestionó oportunamente que aquélla omitiera estimar el monto mensual de dicha cuota por esa
misma vía, debiendo entenderse que admitió implícitamente que el juez de grado determinara,
según su criterio, el alcance de la obligación cuyo reconocimiento se demandaba, conforme el art.
90, inc. 7° del Código Procesal de Mendoza, pues concurren en la especie los recaudos de
procedencia allí previstos.
2 - Si el demandado por alimentos consideró que la cuota alimentaria pretendida resultaba
excesiva en relación a sus ingresos reales, debió alegar y probar oportunamente tal circunstancia,
aun cuando el reclamo de la parte actora careciera de monto preciso, pues al colaborar con el
órgano jurisdiccional exponiendo sus limitaciones económicas se aseguraba que, en el eventual
ejercicio de la facultad judicial prevista en el art. 90 inc. 7° CPC de la Provincia de Mendoza, se
contemplara su realidad.
TEXTO COMPLETO:
2ª Instancia. — San Rafael, junio 13 de 2007.
1ª ¿Son procedentes los agravios? 2ª Costas y honorarios.
1ª cuestión. — El doctor Vásquez Soaje dijo:
1. Antecedentes:
La Sra. M.I.A., en representación de su hijo menor M.G.A., con el patrocinio de la Asesora de
Menores e Incapaces de Malargüe, promovió la presente causa contra el Sr. J.L.G., reclamando el
reconocimiento de la filiación extramatrimonial de su representado. En la demanda, después de
exponer las razones de hecho y de derecho que fundaban la acción de filiación, incluyó un
capítulo titulado: "Responsabilidad – Alimentos", en el que puntualizó que la actora había
afrontado sola los gastos propios del parto y manutención del hijo, en todos los aspectos. Que la
cobertura jurídica de nuestro derecho permite que por la vía de la acción de filiación, los
representantes necesarios de los menores, puedan reclamar del progenitor el cumplimiento de los
deberes de asistencia económica necesaria y en la proporción legal, tendiente a satisfacer los
requerimientos de los hijos desde su concepción y mientras sean menores de edad y no se hayan
emancipado. Que la obligación alimentaria está definida en el art. 267 del CC. Por ello, solicitó la
ayuda alimentaria que por ley corresponde y que fuera fijada por el Juzgado en el momento de
resolver. Ofreció prueba. El demandado, representado por la Dra. M.C.J. de J., contestó la
demanda. Negó genéricamente los hechos invocados, la relación sentimental con la actora, haber
estado de novio con ella y haberle ofrecido que se realizara un aborto. Admitió haber salido con
ella en dos o tres oportunidades, aunque sin mantener una relación sentimental estable. Manifestó
no tener la seguridad de que M.G.A.fuera su hijo. Concluyó manifestando que, teniendo en
cuenta el derecho del menor de no verse privado de su identidad, de las pruebas a rendirse en
autos el Juzgado podría rechazar la demanda con costas. Ofreció prueba. Se rindieron las pruebas
ofrecidas por la actora. Entre ellas, el informe del Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la
Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, concluyó que la
probabilidad de paternidad de J.L.G. respecto de M.G.A. era superior al 99,99%. En su alegato, la
actora solicitó el resarcimiento del daño producido por la ausencia de aporte paterno desde el
nacimiento del menor ocurrido en setiembre de 1991, estimando que el daño material realmente
sufrido estaba representado por los alimentos que el demandado debió satisfacer y eludió
cumplir. También pidió se fijen los alimentos definitivos calculando el 20% de los haberes que
percibe el Sr. J.L.G. por su trabajo. La sentencia apelada hizo lugar a la acción de filiación,
ordenó la inscripción de la filiación paterna de J.L.G. respecto de M.G.A. en el Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas, y fijó en concepto de cuota alimentaria en beneficio
del hijo menor el 20% mensual de los ingresos del accionado, con más el salario por hijo cuando
lo perciba, pagaderos del 1 al 10 de cada mes y desde la fecha de interposición de la acción —10
de febrero de 2003—. Impuso las costas al vencido y difirió la regulación de honorarios.
2. Los agravios y su respuesta:
Contra esa resolución, el demandado interpuso recurso de apelación.
En su representación, la Dra. J.de J. se agravió por cuanto, a su juicio, el a quo fijó en la sentencia
una cuota alimentaria que no había sido objeto del proceso. Sostuvo que el Código Civil en su art.
375 dice que el procedimiento en la acción de alimentos será sumario, y no se acumulará a otra
acción que deba tener un procedimiento ordinario. Que de haber existido una causa en la cual se
solicitara la cuota alimentaria debería haberse fijado una cuota provisoria hasta tanto se resolviera
el juicio por filiación. Que se fijó una cuota alimentaria del 20% de los ingresos sin que la
demandada pueda hacer uso del derecho de defensa, dado que tiene un matrimonio con hijos que
también debe alimentar y por lo menos discutir y/o solicitar una cuota alimentaria de acuerdo a
sus ingresos.
A su turno, la actora contestó el recurso. Sostuvo que el demandado no había sufrido menoscabo
del derecho de defensa, pues al contestar la demanda no se opuso al pedido de la actora de
"Responsabilidad - Alimentos", los que fueron fijados prudencialmente por el a quo. Que se trata
de una obligación que surge de la patria potestad. Que con la reforma de la ley 23.264 existe
igualdad total entre la filiación matrimonial y la extramatrimonial, por lo que la formación de un
nuevo grupo conviviente no puede alegarse en desmedro del cumplimiento de los deberes
legalmente establecidos en relación a la descendencia anteriormente habida. Que el art. 375 del
CC, en cuanto veda la acumulación de la pretensión de fijación de alimentos a la de filiación,
debe reputarse inconstitucional, pues dicha norma resultaría contraria al Interés Superior del
Niño. Que la sentencia asegura al niño la tutela de sus necesidades básicas, garantizando los
derechos amparados por la Constitución Nacional y Tratados Internacionales, de los que resulta
que el órgano judicial puede, aún de oficio, adoptar dentro de las pautas de prudencia y
razonabilidad, las medidas conducentes a asegurar la efectividad de los principios consagrados.
Que la conducta asumida por el demandado implicó en los hechos omitir el cumplimiento de los
deberes que surgen de la patria potestad, y que por medio del recurso planteado, dilata una vez
más el proceso impidiendo el emplazamiento paterno filial correspondiente al vínculo biológico
declarado judicialmente.
3. La solución del caso:
Sabido es que los poderes del tribunal de apelación reconocen como límite los agravios expuestos
por el apelante. Este principio, que se expresa con elocuente concisión en el brocárdico latino
"tantum devolutum quantum apellatum", obliga a este tribunal a ceñir el análisis de la sentencia
recurrida, a las quejas expuestas en oportunidad de fundar el recurso.
3.a. Formulada esta aclaración, atenderé seguidamente al primer agravio expuesto por el quejoso:
el mismo alude a la fijación en la sentencia, de una cuota alimentaria que supuestamente no había
sido objeto del proceso. La queja carece de sustento, pues tal como se ha relatado en los
antecedentes, la demanda incluyó un capítulo referido a la obligación alimentaria, y la actora
solicitó que el juez la determinara al momento de resolver. No desconozco que la accionante
omitió precisar en la demanda el alcance cuantitativo mensual de la cuota alimentaria pretendida,
pero el mismo demandado restó relevancia a esa omisión en oportunidad de defenderse, pues
nada dijo acerca de ese tópico en la presentación de fs. 20 y vta.. No vale la pena extenderse en
otros argumentos para refutar este pretexto recursivo. 3.b. También se queja el apelante porque el
Código Civil en su art. 375 dice que el procedimiento en la acción de alimentos será sumario, y
no se acumulará a otra acción que deba tener un procedimiento ordinario. El planteo es
extemporáneo, pues el demandado ha consentido la acumulación de las acciones. Contra la
pretensión del quejoso se alzan ahora dos diques que este Tribunal no puede traspasar: el
principio preclusivo sentado en el párrafo 3° del art. 62 del CPC, y la prohibición al ad quem de
fallar sobre capítulos no propuestos a la decisión del juez de primera instancia. Esta limitación a
los poderes de la Alzada, explícita en el art. 277 del Código de Procedimientos Civil y Comercial
de la Nación, también rige en nuestro ordenamiento procesal por cuanto el art. 141-V del CPC
exige al Tribunal de Apelación pronunciarse sobre todas las cuestiones litigiosas, aunque la
sentencia de primer grado no contenga pronunciamiento sobre ellas. Es obvio que en nuestro
caso, el demandado no objetó ante el a quo la improcedencia de la acumulación de la acción de
alimentos a la de filiación, y por tanto, el asunto no ha sido "cuestión litigiosa" en el sentido
aludido por el art. 141-V del CPC. Más aún: la restricción consagrada por el art. 375 apunta
precisamente a evitar dilaciones en el proceso de reconocimiento de la obligación alimentaria,
cuyo trámite debe ser sumario ante la imaginable urgencia en la satisfacción de las necesidades
del alimentado. Ningún interés legítimo tiene el demandado en cuestionar la acumulación del
reclamo alimentario —que debía tramitar sumariamente a la acción de filiación, pues merced a
esa acumulación ha gozado— en el proceso ordinario de amplias posibilidades de audiencia y
prueba respecto de la acción de alimentos. Que la actora no haya pedido la fijación de una cuota
de alimentos provisorios no impide el reconocimiento del derecho alimentario en la sentencia
definitiva.
3.c. Protesta también el demandado porque se fijó una cuota alimentaria del 20% de sus ingresos
sin que pudiera hacer uso del derecho de defensa, dado que tiene un matrimonio con hijos que
también debe alimentar, o podría haber solicitado una cuota alimentaria de acuerdo a sus
ingresos.
Tampoco este agravio merece acogida favorable, toda vez que la cuota alimentaria, fijada en un
porcentual de los ingresos del alimentante, resulta evidentemente acorde a esos ingresos,
redundando la forma porcentual establecida en principio en una ventaja para el quejoso.
Tal como se dijo más arriba, el demandado no cuestionó oportunamente la omisión de la actora
de estimar el monto mensual de la cuota alimentaria reclamada. Por esa vía, admitió
implícitamente que el juez de grado determinara según su criterio, el alcance de la obligación
cuyo reconocimiento se demandaba. El inferior no hizo otra cosa que ejercer, en la sentencia, la
facultad proclamada por el art. 90 inc. 7° del CPC: fijar prudencial y equitativamente el crédito
reclamado, pues concurrían en la especie los recaudos de procedencia previstos en dicha norma.
En efecto, al momento de dictar su sentencia, tuvo el a quo legalmente comprobada la existencia
del crédito reclamado en virtud de la prueba confirmatoria de la paternidad denunciada pero el
importe del crédito no resultaba justificado.
En tales condiciones, según la jurisprudencia del más Alto Tribunal de nuestra Provincia, pudo
legítimamente el juez de grado cuantificar el crédito (SCJMza., Expte. 46707: "Blanco de Pippi
Beatriz y ot. En j. Blanco de Pippi c. Miguel Saverino y ot. Daños y Perjuicios. Casación", del
19/02/90, LS 213, fs. 305; Expte. 41499: "Nazar y Cía. En j. Herrera Reynals Angel c. Nazar y
Cía SA. Daños y Perjuicios. Inconstitucionalidad", del 24/10/84; LS 185, fs. 438. Fuente: archivo
de jurisprudencia del sitio web www.jus.mendoza.gov.ar).
Desde otra perspectiva, el porcentual fijado por la juez de grado, en abstracto, no resulta
exagerado, teniendo en cuenta que sólo alcanza a la quinta parte de los ingresos del demandado.
Por lo demás, el apelante no explicita a cuánto ascienden sus ingresos habituales; ni siquiera
intenta demostrar la imposibilidad de cumplir la obligación determinada por el a quo. Su queja,
entonces, no pasa de ser retórica.
Cuando el demandado por alimentos considera que la cuota alimentaria pretendida es excesiva en
relación a sus ingresos reales, debe alegar y probar oportunamente tal circunstancia. En nuestro
caso, aunque el reclamo de la actora careciera de monto preciso, por la naturaleza de la
obligación reclamada, debió el accionado colaborar con el órgano jurisdiccional exponiendo
frontalmente al juez de grado sus limitaciones económicas, a fin de asegurarse que, en el eventual
ejercicio de la facultad judicial prevista en el art. 90 inc. 7° CPC, se contemplara su realidad. La
conducta procesal elusiva del Sr. G. no debe redundar en su beneficio. De más está decir que el
fundamento de la obligación alimentaria, que radica en valores esenciales como la solidaridad
humana, la responsabilidad derivada de la procreación, el derecho natural del hijo de ser asistido,
no admite actitudes evasivas o cortapisas formales.
Finalmente, el supuesto nacimiento de otros hijos del alimentante, no resulta en sí mismo una
excusa válida para oponer al legítimo reclamo de la parte actora. Ante el nacimiento de otros
hijos matrimoniales o no, a cargo del alimentante, debe lograrse un equilibrio por medio de la
cuota alimentaria para que las necesidades de todos los alimentados resulten satisfechas, pero sin
olvidar que debe exigirse a quien engendró descendencia que asuma responsablemente su
paternidad (conf. Ricardo J. Dutto: "Juicio por Incumplimiento Alimentario y sus Incidentes";
Ed. Juris, Rosario, 2000, p. 142).
4. Conclusión: Como consecuencia de todo lo expuesto, si mi voto es compartido, corresponde
rechazar el recurso de apelación interpuesto, y confirmar la sentencia en todas sus partes. Así
voto.
Los doctores Giménez y Arabe dijeron:
Que adhieren, por sus fundamentos, al voto precedente.
2ª cuestión. — El doctor Vásquez Soaje dijo: Atendiendo al resultado precedente, corresponde
imponer las costas de la instancia recursiva, al demandado que resulta vencido (art. 36, C.P.C.).
La regulación de honorarios se diferirá hasta tanto se cuente con los elementos necesarios para tal
fin.
Los doctores Giménez y Arabe dijeron:
Que adhieren, por sus fundamentos, al voto precedente.
Por lo que resulta del acuerdo precedente, el Tribunal resuelve: I. Rechazar el recurso de
apelación interpuesto a fs. 115, y en consecuencia confirmar la sentencia de fs. 111/114 en cuanto
ha sido materia de recurso. II. Imponer las costas de la instancia recursiva al demandado que
resulta vencido. III. Diferir la regulación de honorarios, hasta tanto se cuente con los elementos
necesarios para tal fin. — Esteban Vásquez de Soaje. — Maria Cristina Arabe. — Dante A.
Jiménez.
Documentos relacionados
Descargar