entrevist Texto: Laura Tenorio Fotos: Juan Pelegrín Andrés Amorós “En el arte no hay argumento de autoridad” Se confiesa partidario de Ortega, Marcial y Luis Miguel, lo que tal vez explique que se convirtiera en íntimo amigo de Lalanda o que la famosa novela de Hemingway, Verano Sangriento, no tuviera que leérsela. Alojado en la mesura y el buen gusto, todo en él destila sapiencia. Su palabra abraza; con sus conocimientos y vivencias, añejos o recientes, se podría redactar el manual perfecto para mentes curiosas. Ha sido nombrado director cultural de Planeta Toro, I Feria del Toro Bravo y su Medio Ambiente, que se inaugura este mes en Espartinas (Sevilla). “Para ser aficionado hace falta una sensibilidad especial, también la facilidad de un ambiente que te acerque a este mundo. En mi familia, mi abuelo, veterinario de la plaza de Alicante, empezó a llevar a mi padre y aunque él nunca fue de la profesión se convirtió en un loco por los toros. Manzanares fue una de sus debilidades, de hecho uno de los mayores triunfos que Manzanares tuvo en Madrid fue con un toro de Manolo González al que le cortó las orejas y que se lo había brindado a mi padre”, rememora Amorós. Pregunta | ¿Heredó usted esa debilidad? Respuesta | No, siempre me ha gustado más un tipo de toreo clásico, de dominio y poder. Soy más de la línea de Marcial, de Domingo Ortega o de Luis Miguel. Precisamente, con él, con Luis Miguel, viví el famoso verano sangriento. P |No tuvo entonces que leerse la novela... R | No, ya digo que lo viví. 14 P | Dé algún argumento con el que defender a la Fiesta ante algunos colegas que tienden a denostar este espectáculo. R | Eso es una historia larga y complicada. Lo que sí digo es que los toros deben ser una afición libre, desinteresada, apasionada, espontánea. En ella no valen argumentos para convencer a nadie, de la misma manera que no los valen en la música clásica, en la pintura o en la literatura... Ortega y Gasset dijo que la Fiesta es el espectáculo que más felices ha hecho a los españoles a lo largo de los tiempos. P | ¿Es que no le gusta argumentar en pro de los toros? R | Es que en arte no hay argumento de autoridad. Ahora bien, si alguien intenta descalificar mi opinión diciéndome que hay intelectuales a quienes no les gustan los toros, doy una lista interminable de personalidades a quienes sí. Creo que no tenemos por qué avergonzarnos de un espectáculo que le ha vuelto loco a Goya, a Picasso, a Hemingway, a García Lorca, a Orson Welles, a Miguel Hernández, a Gerardo Diego, a Alberti... Todos, cumbres en sus artes. Por eso lo que pido es respeto y aceptar que los toros forman parte de la Historia de España. P | Gregorio Marañón llegó a afirmar que España es el pueblo que ha tenido más guerras civiles debido a la influencia de los toros... R | También dijo cosas muy favorables. Pero esa afirmación hay que enmarcarla en su contexto, cuando desde la ‘Institución Libre de Enseñanza’ se plantea si la afición a los toros es positiva o negativa para la educación moral y política de los españoles, cosa que admito que sea discutible. También Pérez de Ayala, que era un loco por la Fiesta, dijo que los toros, además de la belleza del espectáculo, son un síntoma de España y que la situación del país se refleja en las plazas. P | Por ejemplo, para los catalanes hoy. R | Sí, para algunos y sólo por pura política. Alguien puede opinar que los toros son malos, pero la realidad es que están ahí. No os toros deben ser una afición libre, desinteresada, apasionada, espontánea” se puede negar que la Fiesta, dice Ortega, es lo que ha hecho más felices a mayor número de españoles. P | ¿Qué hay de las campañas antitaurinas por parte de nombres célebres? R | De eso hay mucho que decir... el propio Azorín, tan contrario a los toros, un día en un momento de excitación le quitó el capote a un novillero, Mancheguito, y le dio varias verónicas al novillo que el chico andaba toreando. Azorín pretendía “suspender el tiempo”, porque para él esa sensación de eternidad era la cumbre del arte. Antonio Machado dijo cosas duras sobre los toros; sin embargo, el primer artículo que escribió en su vida fue sobre toros. El propio Valle-Inclán habla de si el teatro tuviera la grandeza trágica de una corrida de toros... Otro ejemplo, Eugenio Noel y sus campañas anti flamenco, no nos deben llevar a condenar ese cante, a pesar de que el gusto por el flamenco hubiera podido tener derivaciones sociales malas. P | En ese aspecto hemos evolucionado. R | Sí, con la democracia hemos aprendido que las aficiones no te marquen ni ideológica ni políticamente. Y digan lo que digan, la Fiesta siempre ha sido de todos los españoles, ni de los ricos ni de los pobres, de todos. P | Ha escrito sobre la evolución de los espectáculos en España, ¿cómo lo han hecho los toros? R | Hablar de eso es bien fácil. Si partimos de la época de Goya, a finales del siglo XVIII, es cuando nace el toreo moderno, las plazas, también surgen las ganaderías, se ordena la lidia y se redactan las primeras tauromaquias. Esto significa que el toreo, en contra de lo que dice la gente, es fruto de la ilustración, de la razón, no de la espontaneidad salvaje; eso es cultura, porque es regla, orden... Durante el siglo XIX, los toros se convirtieron en una pasión nacional hasta tal punto que, cuando el desastre del 98, sólo el teatro y los toros movilizaban a la gente, sobre todo aquí, en Madrid. Y eso se puede demostrar. Después llegará una edad de oro del toreo, con Joselito y Belmonte, luego una edad de plata, con grandiosos toreros. Será tras la guerra civil cuando surjan los problemas: baja el toro, se cometen una serie de fraudes y, además, la tauromaquia como espectáculo se encuentra con la competencia de otros espectáculos. También ocurre que la sociedad pasa de ser agraria a ser urbana, reo que no tenemos por qué avergonzarnos de un espectáculo que le ha vuelto loco a Goya, a Picasso, a Hemingway, a García Lorca, a Orson Welles, a Miguel Hernández, a Gerardo Diego, a Alberti...” lo que de alguna manera aleja a la gente de los toros. P | ¿Afirmaría que la Fiesta, actualmente, resulta un anacronismo? R |... Bien, anacronismo, ¿qué estamos queriendo decir con anacronismo? P | Pues algo como ver una lata de Coca-Cola en un decorado de la Edad Media. R | Sí, lo he entendido, pero a ver cómo me explico... Mi respuesta es ‘no’, a pesar de que Luis Miguel repetía mucho, medio en broma, que él era un “anacronismo viviente”, cosa que pensó un día que, estando vistiéndose de torero, vio pasar un reactor. Y yo lo que suelo hacer es preguntar con frecuencia si hoy, por ejemplo, es un anacronismo un soneto, la ópera o la danza clásica. Estas manifestaciones, como el toreo, son un arte y en arte no existen anacronismos. Hay que pensar que en el arte no se avanza, es intemporal, está presente siempre. Así como Las Cuatro Estaciones de Vivaldi la consideramos una obra actual, o el Quijote, escrito en el XVII, no podemos afirmar que Delibes sea mejor autor que Quevedo. P | Y si hablamos sólo de toros. R | Si hablamos sólo de toros, que es algo que todo el mundo identifica con lo español, citaría a mi maestro, don Américo Castro, quien decía que para expresar la peculiar ‘vividura’ hispánica nada mejor que la Fiesta Nacional. Él, precisamente, no era aficionado. Tampoco lo fue Madariaga y reconoció que el toreo era el arte más completo, o Tierno Galván que definió a la Fiesta como el mayor acontecimiento nacional. P | Vayámonos ahora al terreno del lenguaje. Usted, como lingüista, ha estudiado el taurino con detalle. R | Sí, es muy peculiar, no es intelectual, sí popular, pintoresco, riquísimo y que, además, lo usan muchas personas para la vida cotidiana. Lo hacen en sentido metafórico. El propio Baroja, enemigo de la Fiesta, utilizó expresiones taurinas en sus novelas. Otra cosa es si hablamos de la semántica, de cómo evolucionan las palabras. Y me explico: cuando oigo decir a un ganadero que cría un toro con una ‘toreabilidad’ es como oír decir que un jamón tiene ‘jamoneidad’. Expresiones así son puñaladas a la propia lidia y lo que hacen es reflejar muchos de los vicios de la actual tauromaquia. P | ¿Qué escritor es el que mejor ha sabido defender la Fiesta? R | Si hablamos de poesía taurina, una cumbre es sin duda el Llanto por Sánchez Mejías, otra son los sonetos de Miguel Hernández. P | ¿Y en ensayo? R | En ensayo, el que quiera aprender que lea a Corrochano, ¿Qué es torear?, o La Tauromaquia de Domingo Ortega. También a Chaves Nogales en la biografía de Belmonte. P | Y en novela. R | Ahí es más complicado, pero citaría Las Águilas. P | Ahora búsquele a los siguientes escritores su ‘homólogo’ en los ruedos: Pérez de Ayala. R | Si es por parecido físico, Belmonte, de quien además era muy amigo. P | Juan Valera. R | Por estilo, Pepe Luis. P | Arthur Miller. R |Era trágico, honrado y valiente... Paco Ojeda. P | Pérez Reverte. R | ... es una persona muy libre, no sé... P | Julio Cortázar. R |Sería uno de corte arrebatado. P | Invirtamos ahora el orden, vayamos de diestro a escritor: Belmonte. R | Valle-Inclán. P | Manolete. R | Con todo el respeto, dejo en blanco el espacio. P | El Cordobés, Manuel Benítez. R | Ese fue un fenómeno que rompió moldes... P | ¿Y José Tomás? R | Flaubert. P | ¿Quién ha sido el Cervantes de los ruedos? R | Joselito el Gallo. P | Para terminar, señor Amorós, ¿qué va a aportar Planeta Toro, I Feria del Toro de Lidia y su Medio Ambiente, que se inaugurará el próximo día 15 en Espartinas (Sevilla)? R | Con Planeta Toro pretendemos subrayar que la Fiesta no se limita a la corrida de toros, tal y como cree mucha gente. Detrás de este espectáculo existen una serie de realidades económicas, culturales y ecológicas importantísimas que la Feria va a intentar acercar al visitante. Entre otros objetivos queremos que quien acuda a este evento salga con la idea bien clara de que no hay que avergonzarse de ser aficionado. 15