Más de 630.000 menores españoles se emborrachan al menos tres

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Más de 630.000 menores españoles se emborrachan al menos tres
veces al mes
ESPAÑA
Sanidad ultima un proyecto que pondrá «trabas razonables» al consumo de alcohol y que
«armonizará» la legislación en todas las comunidades - La petición de ayuda para tratar estas
adicciones se ha duplicado en los últimos años
Las edades de inicio al consumo se rebajan. Los niños empiezan a beber a los 13 años. Y a fumar
porros a los 14. Casi dos millones de menores se inician en el alcohol cada año. Dibujado este
panorama, Sanidad ha decidido desdibujarlo. O, al menos, redibujarlo poniendo trabas a la ingesta
de la droga legal. Hace unas semanas anunció que, tras el verano, presentará su proyecto para la
reducción del consumo.
«No será una norma prohibitiva. Se armonizarán las legislaciones autonómicas y se pondrán
obstáculos al consumo por parte de menores. Será una serie de medidas concretas que harán
referencia a la protección del menor. Pero nada más», afirman fuentes del Plan Nacional sobre
Drogas (PND). De momento, las dos únicas comunidades que permitían el consumo a menos de 18
años, Asturias y Castilla y León, ya han anunciado que están pendientes de la aprobación de una
norma que lo prohiba. Los últimos datos hechos públicos por Sanidad hablan de que un 79 por
ciento de los jóvenes de 14 a 18 años ha consumido alcohol en el último año. Y un 65 por ciento de
ellos, en el último mes. Aunque más de 630.000 jóvenes, según las estimaciones del PND, se han
emborrachado tres veces en el último mes, sólo un 9 por ciento es consciente de que el consumo es
muy elevado.
Esta percepción de ausencia de peligro es la que conduce a los adolescentes a hacerse
policonsumidores -ingieren varias sustancias: alcohol, tabaco, cannabis y cocaína, en su mayoría.
Tanto es así que, según el PND y algunos de los especialistas que tratan con jóvenes adictos, no
hay consumidores puros de una sustancia. «Ya no se puede hablar de cocainómanos o alcohólicos.
La mayoría de los adolescentes tienden a mezclar varias drogas. Suelen comenzar con alcohol y
porros. Y más adelante lo alternan con la cocaína», afirman en Proyecto Hombre.
Aunque los más jóvenes pueden no ser conscientes de los riesgos de las drogas, sus padres sí lo
son. Y muchas veces son ellos los que, tras detectar conductas extrañas, acuden a pedir ayuda bien
a psicólogos, bien a centros especializados. En Alcohólicos Anónimos no tienen terapias específicas
para jóvenes. Son grupos heterogéneos en los que se mezcla gente de diferentes edades. Pero en
Proyecto Hombre sí trabajan directamente con adolescentes. Tanto es así que tienen un variedad
de edades que van de 12 a 59 años.
Lino Salas, director de comunicación de la asociación, explica que el año pasado atendieron a más
de 2.000 adolescentes con problemas adictivos. «Aunque la mayoría de ellos ingresan con
problemas derivados del consumo de cannabis - 46 por ciento -, posteriormente se descubre que el
92 por ciento también tienen problemas con el alcohol». Las estadísticas hablan: siete de cada diez
jóvenes que van a solicitar ayuda -de la mano de sus padres- alternan sustancias. Las que más,
alcohol y cannabis. Tras ellas, la cocaína.
Los adolescentes que acuden a Proyecto Hombre tienen un perfil definido: el 81, 4 por ciento son
varones frente al 18,6 por ciento de mujeres. La edad media es de 18,2 años (estos jóvenes han
mantenido un consumo continuado en los últimos años que ha desembocado en un problema). El
85,5 por ciento son españoles frente a un 14,2 de extranjeros. Un 45 por ciento de los que solicitan
ayuda ya han recibido algún tratamiento anterior. El 34 por ciento de ellos fueron sometidos también
a tratamiento psiquiátrico.
Un dato significativo es que uno de cada cuatro adolescentes que pide ayuda no tiene ningún tipo
de ocupación: ni estudia ni trabaja. Además, entre un 10 y un 15% de los chavales que asisten a
terapia muestran conductas agresivas. Para Salas, «el principal problema es que los jóvenes
empiezan a consumir a muy temprana edad alcohol y tabaco. Luego, más tarde, fuman cannabis. Y
después acaban metiéndose cocaína. Se convierten en policonsumidores o politoxicomanos. Y la
edad se rebaja mucho. Antes, hace 15 ó 20 años, la tendencia al policonsumo se daba a largo
plazo.
Además, la gente comenzaba a mezclar diversas drogas a partir de los 25 años. Incluso, más tarde.
Ahora se pueden considerar policonsumidores a partir de los 15. Sin que ello signifique que están
condenados a ser adictos. Los jóvenes se dedican a experimentar con todo; ello no quiere decir que,
a largo plazo, vayan a tener problemas. Pero sí tienen más posibilidades de sufrirlo». Alcohólicos y
pasotas. Esta realidad se refleja en las salas en las que Proyecto Hombre celebra sus reuniones:
«Un 25% de la gente a la que tratamos en determinadas provincias es menor. Aunque esto no es
así en toda España, depende del sitio». Ocurre algo curioso: «Los alcohólicos que vienen a nuestros
centros son o mayores o muy jóvenes. En los muy jóvenes detectamos una actitud pasota ante la
vida. No hacen nada ni quieren hacerlo. Además, nunca han conocido las limitaciones de horario;
jamás han tenido responsabilidades... Por ello, lo que más trabajamos es el ocio y el tiempo libre.
Que no quieren hacer nada, pues los ponemos a liderar una actividad. Buscamos que se impliquen
y que tengan ilusión por algo; una ilusión que casi nunca tienen y que los conduce a buscar
experiencias y emociones en las sustancias artificiales».
De los jóvenes que llegan a Proyecto Hombre, algunos abandonan; otros aguantan hasta el final.
Los menos vuelven a caer. Lo que está claro es que todos ellos han de ser conscientes de que
tienen un problema. «Si no lo admiten, estamos perdidos. Los chicos de estas edades se cierran en
banda; no quieren hablar; y menos asumir que son adictos a algo. Es el momento en el que oyes: yo
lo dejo cuando quiera».
FUENTE: La Razón
Instituto para el Estudio de las Adicciones
http://www.lasdrogas.info/index.php?op=InfoNoticia&idNoticia=25106
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