Trastornos neuróticos y somatomorfos

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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
tudios señalan una prevalencia de hasta un 50-60% de patologías
comórbidas en el eje I (Pigott et al, 1994). De modo similar concluyen que al menos un 50% de los pacientes con TOC reúnen criterios de algún trastorno de personalidad (TP) en el eje II.
Objetivos: Realizar, a propósito de un caso, una revisión bibliográfica sobre la prevalencia de TP en pacientes diagnosticados de
TOC.
Metodología: Se realizó una revisión bibliográfica de todos los trabajos publicados entre 1990-2006 sobre prevalencia de TP en el
TOC. El caso clínico corresponde a un varón de 31 años de edad
diagnosticado de TOC que evolucionó favorablemente en tratamiento con 60 mg/día de citalopram. Años después presenta alteraciones
de conducta en el contexto de un probable trastorno del eje II.
Resultados: La mayor parte de lo publicado son casos y series de
casos. Aun así existen varias revisiones del tema y en los últimos
años cabe destacar la realización de un estudio multicéntrico (Samuels, 2000) y un estudio prospectivo a seis meses (Fricke et al,
2005).
Conclusiones: Los pacientes con diagnóstico de TOC presentan
una mayor prevalencia de TP del grupo C, sobretodo de los subtipos evitativo y obsesivo-compulsivo. La prevalencia del subtipo
obsesivo-compulsivo sigue siendo muy controverida. Los trastornos esquizotípico, pasivo-agresivo, paranoide y límite de la personalidad son más raros. Los trastornos antisocial, histriónico y esquizoide suelen ser incluso menos frecuentes que en la población
general.
DESCRIPCIÓN DE LOS CINCO FACTORES BÁSICOS
DE PERSONALIDAD DE ZUCKERMAN EN MUJERES
AFECTADAS DE SÍNDROME FIBROMIÁLGICO
D. Vega, S. Albiol, M. Gomà-i-Freixanet, A. Soto, S.Valero y T.
De Flores
Trastornos neuróticos
y somatomorfos
COMORBILIDAD EJE I Y EJE II:
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Y TRASTORNO DE PERSONALIDAD
E. Albaladejo, B. Hernández y R. Osorio
Introducción: Las patologías comórbidas son frecuentes en el
Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). La mayor parte de los es-
Introducción: La Fibromialgia es una enfermedad reumática crónica que está propiciando una creciente investigación debido a su
etiología incierta, y se están estudiando las posibles variables psicológicas que pueden intervenir.
Objetivos: Estudiar la estructura de personalidad de un grupo
de 37 pacientes diagnosticadas de Síndrome Fibromiálgico
(FM) y analizar las diferencias respecto a un grupo control de
74 sujetos.
Metodología: Los instrumentos utilizados son: 1) ZuckermanKuhlman Personality Questionnaire (ZKPQ). Evalúa cinco factores
básicos de Personalidad: Neuroticismo-Ansiedad, Actividad, Sociabilidad, Búsqueda de sensaciones-Impulsividad, Agresión-Hostilidad y una escala de Infrecuencia que mide respuestas al azar o
deseabilidad social. 2) Hospital Anxiety and Depression Scale
(HAD). 1) Zuckerman-Kuhlman Personality Questionnaire
(ZKPQ). Evalúa cinco factores básicos de Personalidad: Neuroticismo-Ansiedad, Actividad, Sociabilidad, Búsqueda de sensaciones-Impulsividad, Agresión-Hostilidad y una escala de Infrecuencia que mide respuestas al azar o deseabilidad social. 2) Hospital Anxiety and Depression Scale (HAD). Evalúan ansiedad y
depresión.
Resultados: Los resultados encontrados en un estudio preliminar
indican correlaciones positivas entre el Factor Neuroticismo-Ansiedad y las escalas del HAD de ansiedad y de depresión. La muestra evaluada difería de las puntuaciones normativas en Neuroticismo-Ansiedad, Agresividad-Hostilidad y en la escala de.Infrecuencia.
Conclusiones: Las pacientes obtuvieron puntuaciones más elevadas en Neuroticismo-Ansiedad y más bajas en Agresividad-Hostilidad. Algunos de los factores de personalidad podrían estar afectados por las puntuaciones en la escala de Infrecuencia, que son más
elevadas que las de la población normativa; se muestran menos
agresivas y hostiles, y más activas. Esto podría estar relacionado,
con cómo las pacientes se muestran ante el evaluador, o por la
existencia de algún refuerzo secundario. El análisis de la personalidad nos permite una descripción detallada de su estructura y en
consecuencia podemos desarrollar estrategias terapéuticas más eficaces para el tratamiento de dicha enfermedad.
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DISOCIACIÓN Y CULTURA
M. López Hernández-Ardieta, M. Blanco Prieto, H. Díaz Moreno,
A. Izquierdo Elizo, M.F. Valdivia Martín
y E. Medina Téllez de Meneses
Introducción: La disociación tiene una fuerte variabilidad cultural
que depende de la diferente configuración del self en distintas sociedades y que ha ido advertida por muchos autores sin que hasta
la fecha haya sido objeto de investigaciones sistemáticas.
Objetivos: Analizar los distintos estilos de afrontamiento utilizados por pacientes que presentan un cuadro disociativo, y observar
posibles diferencias en esos estilos dependiendo de las diferencias
culturales.
Metodología: El estudio ha sido realizado comparando la sintomatología disociativa entre los pacientes de nacionalidad española y
los de otras nacionalidades. Para ello hemos revisado las historias
clínicas de dichos pacientes de los dos Centros de Salud Mental del
Área 3 de la Comunidad de Madrid.
Resultados: Se observan diferencias en los estilos de afrontamiento dependiendo de las diferencias culturales.
Conclusiones: Los síntomas cumplen la función de adaptación a
un sistema ambiental (laboral, familiar, socio-cultural), de modo
que la cultura influye (por medio de procesos de aprendizaje) en la
forma que adoptan los diferentes estilos de afrontamiento de estos
pacientes.
ELABORACIÓN PSICOLÓGICA DE SÍNTOMAS
SOMÁTICOS. UN CASO CLÍNICO VISTO
DESDE UNA PERSPECTIVA NEUROPSICOLÓGICA
R. Ruiz Ruiz, R. Hidalgo Borrajo, J. Tirapu Ustarroz
y P. Luna Lario
Introducción: La elaboración psicológica de síntomas somáticos
es un trastorno en el que síntomas somáticos compatibles con un
trastorno, enfermedad o incapacidad física confirmadas y originalmente debidos a uno de ellos, son exagerados o prolongados debido al estado psicológico del enfermo. Así se desarrolla un síndrome comportamental de búsqueda de atención (histriónico) que a
menudo incluye también quejas que no son de origen somático (y
por lo general no específicas). El trastorno puede justificarse a ojos
del que lo padece por la insatisfacción con el resultado del tratamiento o la decepción con el grado de atención personal recibida
en medios sanitarios. En algunos casos parece existir una clara motivación derivada de la posibilidad de obtener indemnizaciones consecutivas a accidentes o lesiones. Sin embargo, el síndrome no remite necesariamente con rapidez cuando el litigio ha sido exitoso.
Objetivos: Evaluación, aclaración diagnóstica y desarrollo de una
hipótesis integradora de un caso clínico visto en nuestro Servicio
de Neuropsicología, remitido con diagnóstico de Trastorno de Somatización, que refiere padecer un Síndrome de Fatiga crónica no
diagnosticado y que lo atribuye a su imposibilidad para desarrollar
una vida laboral aceptable.
Metodología: Se ha llevado a cabo una metodología hipotética-deductiva que nos permitiera, mediante una exhaustiva evaluación
neuropsicológica, rechazar diagnósticos probables para llegar a
unas conclusiones que explicaran qué es lo que le pasa al paciente.
Resultados: Las pruebas neuropsicológicas indican por un lado
déficit en memoria operativa y en procesos de planificación. Además reflejan importante rigidez del lóbulo frontal que impediría
manifestarse al sistema límbico emocional, evidenciando así sus
marcados rasgos alexitímicos y la inflexibilidad a la hora de planificar los eventos y aprender de las situaciones pasadas. Por otra
parte, el hemisferio cerebral izquierdo del paciente estaría jugando un
papel primordial en el mantenimiento de su situación actual de desvalimiento relacionada con su incapacidad personal y el estrés que le
genera esto para el desarrollo de una vida laboral normalizada.
Conclusiones: Con cierta frecuencia los profesionales de la Salud
Mental nos enfrentamos a casos en los que el paciente que visita la
consulta intenta producir intencionadamente una serie de síntomas,
bien sean físicos o psicológicos falsos, con el objetivo de lograr
ciertas ganancias externas. En algunas excepciones como la pre-
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sentada aquí, nos hallamos ante la elaboración psicológica de síntomas somáticos que han sido exagerados o prolongados más allá
de lo explicable, buscando eximir o disfrazar la incapacidad latente
que subyace al sujeto para funcionar de manera adaptativa en una
sociedad cada día más exigente.
ESTILOS DE AFRONTAMIENTO
EN CUADROS DISOCIATIVOS
M. Blanco Prieto, M. López Hernández-Ardieta, H. Díaz Moreno,
E. Medina Téllez de Meneses, M.F. Valdivia Martín
y A. Izquierdo Elizo
Introducción: Existe una amplia bibliografía que relaciona la presencia de eventos traumáticos (principalmente de orden sexual) en
la historia biográfica y la aparición de síntomas disociativos. Estos
síntomas están conceptualizados como mecanismos de defensa que
cumplen la función de evitar entrar en contacto con dicho evento
traumático. Resulta de interés el estudio de los estilos de afrontamiento de estos pacientes, su diversidad, y su posible relación con
diversas variables.
Objetivos: Analizar los distintos estilos de afrontamiento utilizados por pacientes que presentan un cuadro disociativo, y observar
posibles diferencias en esos estilos dependiendo de si existen antecedentes de hecho traumático o no.
Metodología: El estudio ha sido realizado en el distrito territorial
de Torrejón de Ardoz, que está localizado al oeste de la Comunidad de Madrid, con una población alrededor de los cien mil habitantes. Datos del estudio: Se revisaron las historias clínicas de los
55 pacientes con el diagnóstico de histeria (300.1) y trastorno histérico de la personalidad (301.5), según los criterios de la CIE-9,
atendidos en la última década en un Centro de Salud Mental de la
Comunidad de Madrid. Se recogieron datos sociodemográficos
(edad, sexo, estado civil, nacionalidad, nivel de estudios, situación
laboral), antecedentes personales psiquiátricos, presencia/ausencia
de antecedentes de hechos traumáticos en la historia biográfica y
estilos de afrontamiento utilizados. Se utilizó para el análisis de datos el programa estadístico SPSS, 12.01.
Resultados: n = 55 Media de edad = 43,87 (mín. 18- máx. 81) Sexo: Mujeres = 87% Hombres = 13% Estado civil = 56% casadas
Nivel de estudios = 47% Estudios primarios Situación laboral =
63,64% no trabajan Nacionalidad = 100% española El 34,55% de
los pacientes revisados contaban con antecedentes psiquiátricos.
De entre éstos, el 73,65% tiene antecedentes de trastornos ansiosodepresivos.
Conclusiones: La significativa presencia (49%) de acontecimientos traumáticos en pacientes con este diagnóstico, son coherentes
con las investigaciones ya existentes y orientan hacia la interpretación de que los síntomas disociativos cumplen la función predominante de evitar entrar en contacto con el trauma (“estilos de afrontamiento”). Existe heterogeneidad entre estos estilos, aunque predominan las somatizaciones.
EVOLUCIÓN DE LA SINTOMATOLOGÍA
DE LA HISTERIA EN EL SIGLO XX
I. Lerma Carrillo, F. Pascual Pinazo, F. Mora Mínguez, M. Leonor
del Pozo, S. de Pablo Brühlmann y M. García de León
Introducción: Ha pasado más de un siglo desde los “grandes ataques de histeria” descritos en Salpêtriere. Desde entonces, la labilidad del propio cuadro y la menor frecuencia de cuadros abigarrados parece que ha hecho mirar a la psiquiatría para otro lado. La
evolución histórica de la histeria va más allá de los movimientos
nosográficos dentro de las clasificaciones internacionales. Según
G. Berrios, es evolución histórica solo puede comprenderse partiendo de la distinción entre tres planos interrelacionados entre si.
1) La historia de los términos (vocabulario psicopatológico). 2) La
historia de las ideas (conceptos psicopatológicos). 3) La historia
del comportamiento (realidad del enfermar).
Objetivos: Mediante este trabajo pretendemos responder a las siguientes preguntas: ¿Ha sufrido algún cambio la incidencia de las
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manifestaciones histéricas? ¿Está cambiando cualitativamente la
sintomatología histérica? ¿Ha cambiado la relación hombre-mujer?
Metodología: Revisión de las investigaciones realizadas por Stefanis (1976) y Frei (1984) sobre la evolución de la sintomatología de
la histeria durante el siglo XX.
Resultados: Los estudios realizados para determinar cuales han sido los cambios en la realidad del enfermar desde los primeros ataques histéricos han sido muy escasos.
Conclusiones: De la literatura revisada se pueden extraer las siguientes conclusiones: a) La incidencia de la histeria ha disminuido. b) La forma clásica está declinando, cediendo su lugar a formas
menores de conversión. c) Aunque la histeria es todavía un “trastorno de mujeres” la participación del hombre está aumentando.
HISTERIA EN UN “NIDO VACÍO”
S. Acosta, G. Albacar, M. Solé, A.B. Castellà, M. Checa,
S. Boronat y J. Pujol
Introducción: Cuando los hijos inician su vuelo propio para dejar
el nido se plantea uno de los momentos más difíciles para aquellas
mujeres que han construido su proyecto de vida sobre la base de
una familia tradicional. En la histeria, los sujetos se comportan como enfermos cuando deben enfrenarse a situaciones difíciles, obteniendo así una ganancia secundaria que les sirve de refuerzo. ¿Puede un “nido vacío” precipitar la aparición de un trastorno histérico
en una personalidad de base?
Objetivos: En este trabajo presentamos el caso de una paciente
con un trastorno histriónico de la personalidad que desarrolla episodios conversivos y disociativos en el momento en que sus hijas
abandonan el hogar.
Metodología: Revisión bibliográfica, revisión de la historia clínica
de la paciente, valoración psicopatológica y evaluación de la personalidad mediante MMPI-2, MCMI-II y HTP.
Resultados: Se trata de una paciente de 55 años que llega a nuestro
Centro de Salud Mental en marzo de 2003, derivada por el servicio
de Neurología para valoración psiquiátrica de un episodio de impotencia funcional en hemicuerpo derecho del que se descarta causa
orgánica. Posteriormente aparece un cuadro de agitación con alucinaciones auditivas y visuales y conductas de tipo auto y heteroagresivo, síntomas que a pesar de los diferentes tratamientos farmacológicos utilizados aún persisten en la actualidad. Destacan como antecedentes psiquiátricos de interés un trastorno distímico de varios
años de evolución y un trastorno histriónico de la personalidad.
Conclusiones: En nuestro caso, se observa una relación temporal
entre la aparición de los episodios conversivos y disociativos y la
nueva situación familiar (“nido vacío”) que probablemente actúa
como precipitante. Destaca la existencia de una personalidad histriónica de base que con mucha probabilidad aumenta la predisposición a padecer dichos episodios.
LA MENTIRA MÁS FRECUENTE ES LA QUE UNO SE
DICE A SÍ MISMO…” NIETZSCHE
E. Lauzurica Martínez, M. Domato Lluch,
A. Quintana Marlasca y J.J. de Frutos Guijarro
Introducción: La simulación es la producción voluntaria de síntomas físicos o psíquicos falsos o groseramente exagerados, con el
fin de obtener un beneficio secundario, por ejemplo: compensaciones, dinero, evadir responsabilidades o deberes civiles o penales o
situaciones peligrosas. Su diagnóstico es de exclusión y no conforma un trastorno mental, aunque puede coexistir con otros trastornos, como el trastorno antisocial de la personalidad, síndrome Ganser, síndrome de Münchausen, neurosis.
Objetivos: Realizar un Diagnóstico Diferencial, a través de un caso clínico, entre Trastornos somatomorfos, Trastornos Facticios y
Simulación.
Metodología: Mujer de 50 años que acude a urgencias, por afasia
y paresia de las 4 extremidades. Sin antecedentes psiquiátricos.
Trabaja desde hace 30 años como Auxiliar de Enfermería. Le gusta
su trabajo y siente que es valorada por sus compañeras. Niega
acontecimientos vitales estresantes el último año o problemas económicos. La paciente es encontrada en su domicilio, por su madre,
tras una noche sin haber sabido nada de ella a pesar de haberla llamado insistentemente. Por señas refiere a los técnicos de la ambulancia, que el día anterior por la tarde, tras una cefalea, sufre dos
síncopes y que tras recuperar el conocimiento y tumbarse en la cama, no puede hablar ni mover los brazos ni las piernas. Su madre
cuenta a los médicos en Urgencias, que esa mañana salían de viaje
para disfrutar de unas vacaciones y que todo podría tener relación
con una llamada que recibió la paciente el día anterior, referente a
una deuda que podría haber contraído, relacionada con ese tema.
Resultados: En esta paciente llama la atención su “belle indiference” que no concuerda con la afasia de Broca, no podía mover los
brazos pero se contaba perfectamente los dedos de la mano, No
quería medicarse, estaba contenta salvo cuando se le confrontaba o
se le daba información sobre la excursión y protagonizó el último
episodio de cara al alta cuando debería dar explicaciones sobre lo
sucedido. Utilizó una actitud cautelosa, con mala disposición para
el interrogatorio. Se limitó al mutismo, o aparente desconocimiento
ante preguntas comprometedoras, utilizando respuestas aparentemente incoherentes o con evasivas. Como en esta paciente, es frecuente en el simulador utilizar al mutismo o lenguaje gestual, para
evitar las posibles contradicciones, que habitualmente ocurren por
olvidos involuntarios.
Conclusiones: En la simulación, a diferencia de los trastornos facticios, la motivación para la producción de síntomas es un incentivo externo y no lograr el papel de enfermo. En contraste con los
trastornos somatomorfos, en la simulación hay conciencia del fingimiento intencionado de los síntomas.
MEJORA DE LA CLÍNICA ANSIOSA Y DEPRESIVA
Y DE LA CALIDAD DE VIDA DE LOS PACIENTES
CON ENFERMEDAD DE CROHN TRAS REMISIÓN
MANTENIDA CON AZATIOPRINA
R. Coronas Borri, O. Gallardo Oliva, N. Benito García,
J.D. Barbero Valverde y X. Calvet Calvo
Introducción: La enfermedad de Crohn (EC) es una enfermedad
inflamatoria crónica que cursa con brotes, en los que se pueden
presentar diarrea, tenesmo, distensión abdominal, heces con sangre, estreñimiento, distensión abdominal y mal estado general. Tradicionalmente, ha existido cierta tendencia a asociar este tipo de
enfermedades con perfiles de personalidad con rasgos obsesivos o
con elevado neuroticismo, y se ha argumentado que los brotes inflamatorios podrían ser desencadenados por la presencia de clínica
depresiva o ansiosa comórbida. En ocasiones, esta asociación ha
contribuido a la estigmatización de los pacientes con enfermedad
inflamatoria intestinal. Sin embargo, en el presente estudio se ha
constatado la mejora clara de la sintomatología depresiva y ansiosa, y también de la calidad de vida (CV) en los pacientes que consiguieron mantener una remisión prolongada de la clínica inflamatoria intestinal con azatioprina, y que no fueron tratados con psicofármacos.
Objetivos: Valorar si los pacientes en remisión clínica mantenida
a largo plazo con inmunosupresores tiopurínicos presentan una calidad de vida y niveles de ansiedad y depresión similares a la población normal.
Metodología: Estudio de casos-controles: 33 pacientes con EC,
tratados con azatioprina y con remisión clínica de 6 meses. Controles: 66 individuos sanos y 14 pacientes con EC activa. Se evaluó la
CV con el cuestionario SF-36 y los niveles de ansiedad y depresión
con la escala de Hamilton de ansiedad y la escala de Hamilton de
depresión de 17 ítems. Se compararon los datos utilizando el análisis de la varianza.
Resultados: No se observaron diferencias significativas en ninguno de los parámetros de CV evaluados, ni en las puntuaciones de
ansiedad y depresión, entre el grupo de pacientes en remisión y los
controles sanos. En cambio, los pacientes con EC activa presentaron puntuaciones significativamente inferiores en todos los ítems
de CV del SF-36 y puntuaciones significativamente más altas en
los scores de ansiedad y depresión de Hamilton.
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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
Conclusiones: Los resultados del presente estudio inducen a una
reflexión sobre la ubicación de las diferentes patologías orgánicas
en un modelo biopsicosocial moderno, en el que se tengan en cuenta los nuevos tratamientos biológicos. Bibliografía: 1) Casellas F,
López-Vivancos J, Badia X, Vilaseca J, Malagelada JR. Influence
of inflammatory bowel disease on different dimensions of quality
of life. Eur J Gastroenterol Hepatol. 2001;13(5):567-72. 2) Maunder RG.Evidence that stress contributes to inflammatory bowel disease: evaluation, synthesis, and future directions. Inflamm Bowel
Dis. 2005;11(6):600-8. 3) Review. Guthrie E. Psychological treatment in Crohn’s disease.J Psychosom Res. 2004;56(6):697.
SÍNDROME DE GANSER. ¿REALIDAD O FICCIÓN?
J. García-Albea Martín y M. Navas Tejedor
Introducción: El síndrome de Ganser ha ido, a lo largo de la historia pasando de un epígrafe a otro en las distintas clasificaciones, y
en muchas ocasiones no se ha respetado el trabajo del propio autor,
utilizando incorrectamente el llamado síndrome de Ganser para referirse a trastornos de muy distinta índole llegando a realizar una
falsificación histórica del mismo, y por eso ya no se entiende qué
es. Todos los autores, posteriores a Ganser que han intentado llegar
a la misma conclusión que este, se han encontrado con importantes
problemas de clasificación, diagnóstico y conceptualización, lo
cual lleva a pensar o bien que el síndrome no puede ser definido de
modo adecuado porque los síntomas que lo componen no son claros, o son extremadamente generales y difusos como para poderlos
considerar una entidad diferente.
Objetivos: Se hizo una revisión de la literatura desde la descripción del término acuñada por el propio Ganser en 1897, analizando
las aportaciones de los distintos autores que han estudiado este
trastorno hasta la fecha. El objetivo es tratar de conceptualizarla
bien, como entidad nosológica primaria bien, como síntoma de una
enfermedad de base. Así mismo, se tratará de ubicarla nosológicamente, de acuerdo con el material revisado, ya que se trata de una
enfermedad de límites continuos y poco precisos.
Metodología: Como fuentes de investigación para realizar esta revisión histórico conceptual se han revisado textos encontrados a
través de la biblioteca del Hospital Clínico San Carlos, Hospital
Príncipe de Asturias y Universidad Complutense de Madrid, en dichos lugares conseguimos textos clásicos y artículos sobre dichos
textos. Contactando con el CSIC fue posible obtener el trabajo original de Sigbert. Ganser, además de otras fuentes para continuar la
investigación y múltiples referencias bibliográficas. Gracias al capítulo de Beatriz de Quintanilla “Problemas de clasificación del
síndrome de Ganser” del libro Historia de la Psiquiatría en Europa,
la bibliografía más actualizada de este cuadro.
Resultados: De todos los casos publicados de síndrome de Ganser
y analizados por diversos autores desde mitad de siglo pasado hasta la actualidad, se encontraron 72 casos ampliamente descritos. De
los 72 casos, 29 (40,28%) eran criminales y 43 (59,72%) no lo
eran. Como factor precipitante del cuadro en 30 pacientes (41,7%)
se encontró un factor orgánico, siendo el más llamativo el daño cerebral (29,39%), seguido de las convulsiones (4,17%); el segundo
factor precipitante a tener en cuenta, y más predominante, fue el
estrés psicosocial, lo presentaron 35 pacientes (48,6%) y en 7 pacientes no se demostró ningún factor. El diagnóstico de síndrome
de Ganser como diagnóstico único se reportó en 13 casos
(18,05%). En el resto de los casos el principal diagnóstico otros entre los que se encuentran: Tr. psicóticos, Tr. por simulación, Tr.
neuróticos y Tr. Afectivos.
Conclusiones: Según pasan las décadas el interés va cediendo, utilizando, como ya he mencionado en otras ocasiones, el término
síndrome de Ganser de forma incorrecta, hasta que llega un momento que deja de ser considerado un síndrome para pasar a ser un
síntoma de Ganser o Ganser-like cuando aparecían pararrespuestas,
independientemente de sí el paciente tenía más clínica o no. El debate sobre la etiología continua, pero en las últimas décadas este
síndrome se balancea entre la pseudodemencia, el trastorno facticio
y la simulación, perdiendo todo tipo de autonomía, de tal forma
que ya no se sabe con claridad a qué nos referimos cuando habla-
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mos del síndrome de Ganser. Finalmente, en las últimas clasificaciones, el término de Ganser ha desaparecido (la CIE-10 lo conserva), y se engloba en “otros trastornos disociativos.
TRASTORNO DE SOMATIZACIÓN VERSUS
TRASTORNO FACTICIO: A PROPÓSITO DE UN CASO
M.D. Izquierdo Tuñón, N. Fort Pelay, J.M. Ribé Buitrón
y E. Rybak
Introducción: Por la creciente medicalización de la sociedad, se
ha descrito la aparición de pacientes con enfermedades “complejas” que durante años son atendidos en diversas instituciones, demandan gran cantidad de recursos e increpan a los profesionales de
la salud por no resolver sus quejas y enfermedades.
Objetivos: Establecer las bases diferenciales de los aspectos clínicos del Trastorno de somatización y el Trastorno Facticio y analizar las dificultades encontradas durante el proceso diagnóstico.
Metodología: Se realiza una extensa revisión bibliográfica de los
trastornos de somatización y del trastorno facticio.
Resultados: Basándonos en el caso clínico de una mujer frecuentadora de diferentes consultas especializadas en el ámbito de la sanidad pública, se exponen los criterios de sospecha en la práctica
clínica diaria para el trastorno somatomorfo y trastorno facticio,
grupos de riesgo, cuadro clínico, modus operandi, consecuencias
adversas, tratamiento y pronóstico para este tipo de trastornos.
Conclusiones: Según el DSM-IV, es infrecuente observar síntomas facticios o simulación junto a otros síntomas no provocados de
manera intencionada, debiéndose diagnosticar en estos casos tanto
el trastorno por somatización como el trastorno facticio o simulación. Un diagnóstico precoz evitaría el elevado gasto sanitario ocasionado por las exploraciones innecesarias y el deterioro sociolaboral y familiar del paciente.
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