Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO (S-0126/14) Ciudad de Buenos Aires, 5 de Marzo de 2014. Señor Presidente del H. Senado de la Nación Lic. Amado BOUDOU Su Despacho De mi mayor consideración: Me dirijo al señor Presidente a los efectos de solicitarle la reproducción del expediente S-3172//12, proyecto de ley estableciendo que las normas reglamentarias que dicte el PEN en materia de hidrocarburos se condicionen a la previa adhesión por parte de cada una de las jurisdicciones provinciales, de mi autoría y de los señores Senadores di Perna y Romero. Asimismo, a sus efectos se acompaña copia del proyecto original y soporte informático. Sin otro particular, saludo a Usted atentamente. Carlos A. Verna.PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,… Artículo 1°: La vigencia y aplicabilidad de las normas reglamentarias que dicte el Poder Ejecutivo Nacional en materia de hidrocarburos, que afecten en forma directa las funciones de contraparte de las provincias en los permisos de exploración, las concesiones de explotación y de transporte de hidrocarburos o de cualquier otro tipo de contrato de exploración, explotación y/o transporte de hidrocarburos, o aquellas que de alguna manera faculten al Estado Nacional a intervenir en las actividades de control y fiscalización de los referidos permisos, concesiones o contratos de exploración y/o explotación de hidrocarburos que ellas administren, se condicionará a la previa adhesión por parte de cada una de las jurisdicciones locales. Artículo 2°: Comuníquese al Poder Ejecutivo. Carlos A. Verna.FUNDAMENTOS Señor Presidente: El artículo 124 de Nuestra Carta Magna establece, con absoluta contundencia, que son las provincias las que detentan el “…dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio. …”, ello en concordancia con las modernas Constituciones Provinciales. Esto significa que se les ha reconocido la propiedad originaria de los mentados recursos y su administración resaltándose el federalismo, pues tales facultades se asocian en forma directa con la posibilidad del desenvolvimiento económico local y regional. Es decir, dicha cláusula constitucional ha reconocido e insertado el concepto referido a la propiedad de los recursos naturales en favor de las provincias. Complementando dicho marco Constitucional, este Congreso dictó la Ley 26.197, más conocida como “Ley Corta”, por la que se modificó el artículo 1º de la Ley 17.319, que dispuso que los yacimientos de hidrocarburos líquidos y gaseosos situados en el territorio de la República Argentina y en su plataforma continental pertenecen al patrimonio inalienable e imprescriptible del Estado nacional o de los Estados provinciales, según el ámbito territorial en que se encuentren. En este marco constitucional y legal, de pleno ejercicio del dominio originario por parte de los Estados Provinciales, también se les reconoció la administración sobre los yacimientos de hidrocarburos que se encontraren en sus respectivos territorios y en el lecho y subsuelo del mar territorial del que fueren ribereñas, con ello, se erigieron en virtud de ese bloque normativo, en autoridades concedentes de todos los permisos de exploración y concesiones de explotación de hidrocarburos, explotación y/o transporte de hidrocarburos, así como cualquier otro tipo de contrato de exploración y/o explotación de hidrocarburos, y de todas las concesiones de transporte cuyas trazas comiencen y terminen dentro de una misma jurisdicción provincial y que no tengan como destino directo la exportación. Tanto ello es así, aún entendiéndolo ocioso debido a que resultaba una derivación lógica del marco constitucional y legal antes expuesto, se les reconoció en forma expresa a las Provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la facultad de determinar sus Autoridades de Aplicación en la materia, con pleno ejercicio de las funciones de contraparte de los permisos de exploración, las concesiones de explotación y de transporte de hidrocarburos y/o de cualquier otro tipo de contrato de exploración y/o explotación de hidrocarburos. Dichas facultades incluyeron el ejercicio de poderes -en forma plena e independiente- en las actividades de control y fiscalización de los referidos permisos y concesiones; por ejemplo, en lo referente a las posibilidades de exigir el cumplimiento de las obligaciones legales y/o contractuales que fueran de aplicación en materia de inversiones, explotación racional de los recursos, información, y pago de cánones y regalías; las referidas a disponer la extensión de los plazos legales y/o contractuales; y las de aplicar el régimen sancionatorio previsto en la Ley 17.319 y su reglamentación (sanciones de multa, suspensión en los registros, caducidad y cualquier otra sanción prevista en los pliegos de bases y condiciones o en los contratos), como así todas las otras facultades derivadas del poder concedente emergentes de la Ley 17.319 y su reglamentación. Queremos recordar que al debatirse en este recinto la denominada Ley Corta se ubicó y centró claramente el sentido de esa norma, cual fue la de reglamentar la parte final del artículo 124 de la Constitución Nacional, que establece con absoluta claridad que corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en sus territorios. El miembro informante afirmo en forma contundente en aquella oportunidad que “…El texto es claro y preciso y no admite, de ningún modo, interpretaciones en contrario. …” (Versión provisional Sesión ordinaria del 22 de noviembre de 2006 - Pág. 40, in fine). El debate fue prolífico en el sentido que se argumentó en forma clara y contundente que es la Manda Constitucional de 1994 la que fija una verdadera política de Estado en materia hidrocarburífera, cual es, que el dominio y la administración de dichos recursos está en poder de las provincias, y con ello va incluido -indudablemente- el ejercicio de poderes -en forma plena e independiente- en las actividades de control y fiscalización de los referidos permisos y concesiones, como claramente lo establece la norma, atendiendo a un fuerte criterio federal y confiando en la madurez y la responsabilidad de las provincias. Con ello, el desenvolvimiento normativo de los contratos que involucran las concesiones o explotaciones de áreas hidrocarburíferas se da en el marco del derecho público local, y en ese contexto son los estados provinciales, quienes definen los alcances, modo y forma de otorgar dichas concesiones. Entonces, si bien es responsabilidad del Poder Ejecutivo Nacional “… El diseño de las políticas energéticas a nivel federal …” (art. 2°, in fine, Ley 26.197), de ninguna manera dicho compromiso puede interpretarse como una posibilidad de que las normas que en su consecuencia se dicten se inmiscuyan en forma directa en las relaciones contractuales individuales, formalizadas entre las provincias y los beneficiarios de cualquier tipo de contrato de exploración, explotación y/o transporte de hidrocarburos. Efectivamente, ni aun reconociendo que es una facultad indelegable del Poder Ejecutivo Nacional dictar normas que establezcan políticas en materia de hidrocarburos a nivel federal, de ninguna manera puede interpretarse que tal facultad implica afectar o avasallar facultades reconocidas en la materia a las jurisdicciones provinciales por Nuestra Carta Magna. Y en ese contexto constitucional, ni la Ley 26.197 ni la Ley 26.741 otorgaron al Poder Ejecutivo Nacional facultades para interferir en forma directa en las actividades de control y fiscalización de los referidos permisos y concesiones, en el sentido de subrogar a las provincias en sus funciones de autoridades concedentes de todos los permisos de exploración y concesiones de explotación de hidrocarburos, así como cualquier otro tipo de contrato de exploración y/o explotación de hidrocarburos, y de todas las concesiones de transporte cuyas trazas comiencen y terminen dentro de una misma jurisdicción provincial y que no tengan como destino directo la exportación. Por ello, advertimos con muchísima preocupación que, con la excusa de cumplir con altos objetivos referidos a políticas nacionales fijadas en la materia, el Poder Ejecutivo Nacional pretende avasallar elementales principios de la organización federal del País, dictando normas reglamentarias con graves transgresiones constitucionales. Efectivamente, excusando facultades otorgadas por las Leyes Nros. 17.319, 26.197 y 26.741 (último considerando), el Poder Ejecutivo Nacional dictó, con fecha 25 de Julio de 2012, el Decreto N° 1.277/2012; por el mismo se ha arrogado facultades hasta rescisorias –las llama “Nulidad o caducidad de las concesiones o permisos”, cfr. Art. 31, último apartado del ANEXO I –“REGLAMENTO DEL REGIMEN DE SOBERANIA HIDROCARBURIFERA DE LA REPUBLICA ARGENTINA”)- de contratos que vinculan a la provincias con los concesionarios de áreas hidrocarburíferas, en flagrante contradicción a expresas mandas constitucionales. Entonces, sin perjuicio que las provincias afectadas puedan o no incorporar normas nacionales a su derecho local, es una obligación institucional de este Poder del Estado corregir cualquier desviación que en tal sentido se advierta. Por ello solicitamos de nuestros pares, nos acompañen con su voto al momento de tratar esta iniciativa en el recinto. Carlos A. Verna.-