Informe Tributario - Revista Asesor Empresarial

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S ECCIÓN
TRIBUTARIA
INFORME
• Criterios generales para la deducción de gastos ................................................................................................
5
OPERATIVIDAD TRIBUTARIA
• Tratamiento tributario y contable de los contratos de colaboración empresarial .................................................
• ¿A partir de cuándo se aplica el saldo a favor del Impuesto a la Renta del Ejercicio 2010? .................................
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PRÁCTICA TRIBUTARIA
• Sobre los sistemas de pagos adelantados del I.G.V .............................................................................................
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CONSULTORIO TRIBUTARIO
• Impuesto Temporal a los Activos Netos – ejercicio 2011 ...................................................................................
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JURISPRUDENCIA TRIBUTARIA
• ¿Qué condiciones deben cumplirse para que la presentación de un recurso de reclamación contra una orden
de pago suspenda la cobranza coactiva? ............................................................................................................
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LEGISLACIÓN COMENTADA AL DÍA ...................................................................................................................
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SUMILLAS INFORMES SUNAT
• Aplicación del saldo a favor del Impuesto a la Renta ..........................................................................................
26
SÍNTESIS JURISPRUDENCIAL
• ¿A partir de cuándo se aplica el saldo a favor del Impuesto a la Renta? ..............................................................
26
INDICADORES TRIBUTARIOS ..............................................................................................................................
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Informe Tributario
Criterios generales para la deducción de gastos
C.P.C. Fernando Effio Pereda / Maestría en Política y Administración Tributaria /
Asesor y Consultor Contable Tributario / Miembro del Staff de la Revista Asesor Empresarial.
1. CUESTIONES GENERALES
Comenzando un nuevo ejercicio, las personas vinculadas con el quehacer contable,
tienen nuevamente la preocupación de verificar si los gastos que están considerando
en el 2011 cumplen con las condiciones
para su deducción. Estas condiciones tienen
que ver con criterios generales, los cuales
son aplicables a todos los gastos de manera
general, y en criterios específicos, los cuales
son aquellos que regulan la deducción de
cada gasto de manera particular.
Sobre el particular, y tratándose de los primeros (criterios generales), podemos citar
como ejemplo al principio de causalidad, a
la acreditación fehaciente de las operaciones, o a la obligación de bancarizar. En tanto, tratándose de los segundos, podemos
poner como ejemplo al límite cuantitativo
del 0.5% sobre los ingresos brutos previsto
para los gastos de representación.
Como se observa de lo anterior, a efectos de
deducir los gastos, resulta importante conocer estos criterios, pues ello redunda en la
seguridad para la deducción de los mismos.
Más aun debemos recordar que ello también tiene incidencia en el Impuesto General a las Ventas (IGV) pues recordemos que
para utilizar el IGV de adquisición como crédito fiscal se debe cumplir entre otros requisitos que los bienes o servicios adquiridos,
sean deducibles para efectos del Impuesto a
la Renta. En ese sentido, si éstos no son deducibles (por que no cumplen con los criterios
para su deducción), no podría tomarse crédito
fiscal alguno.
Considerando lo antes señalado, y mostrada la importancia del tema, a continuación
desarrollamos cada uno de los criterios
generales que se deben considerar para la
deducción de gastos, señalándose además
diversa jurisprudencia relacionada con cada
uno de ellos.
2. PRINCIPIO DE CAUSALIDAD
El Principio de Causalidad ha sido desarrollado en el primer párrafo del artículo 37º
de la Ley del Impuesto a la Renta, señalándose que son deducibles como gastos
aquellos que cumplan con dos requisitos
fundamentales:
• Que sean necesarios para producir la renta
• Que sean necesarios para mantener la fuente
PRINCIPIO
DE CAUSALIDAD
Los gastos deben
ser necesarios para
producir la renta
Los gastos deben
ser necesarios para
mantener la fuente
Bajo este principio, sólo son deducibles
aquellos gastos que guarden una relación
causal directa con la generación de la renta o con el mantenimiento de la fuente en
condiciones de productividad. Es decir, no
es necesario que se cumplan las dos condiciones, sino que basta que se cumpla con
una de ellas para poder deducir el gasto.
En relación a este criterio, el Tribunal Fiscal
en diversa jurisprudencia, tales como en
la RTF Nº 9473-5-2001 (28.11.20001) ha
definido a este criterio como “… la relación
que debe existir entre los gastos incurridos
y la generación de renta o mantenimiento
de su fuente, el mismo que debe analizarse
– en cada caso particular – considerando los
criterios de razonabilidad y proporcionalidad, atendiendo a la naturaleza de las operaciones realizadas por cada contribuyente,
el volumen de éstas, etc, elementos que
pueden llegar a determinar que mientras la
adquisición de un mismo bien si constituya
un gasto deducible para una empresa, para
otra no lo sea”.
De la misma forma en la RTF Nº RTF Nº
00835-3-1999 (28.10.1999) el ente resolutor señaló que “De acuerdo a la naturaleza del Impuesto a la Renta aplicable
a las empresas, tal como está regulado en
nuestra legislación dicho impuesto debe
recaer sobre las ganancias efectivamente
obtenidas al final de un ejercicio, las que
se determinan deduciendo del total de ingresos netos obtenidos por la empresa, los
gastos y/o costos que éstos hubieran incurrido y que sean necesarios para producir
dicha renta y para mantener su fuente. Estas definiciones se fundan en el Principio de
Causalidad, el que se puede definir como
SEGUNDA QUINCENA - MARZO 2011
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SECCIÓN TRIBUTARIA
la relación que debe existir entre los gastos
y/o costos incurridos en la generación de
rentas y en el mantenimiento de la fuente
productora”.
No obstante estas afirmaciones, es importante considerar que los gastos deducibles no sólo son aquellos que ayudaron a
generar renta sino también aquellos que
estuvieron dirigidos a tal objetivo, aun
cuando no la hayan generado. En efecto, también cumplirían con el principio
de causalidad, aquellos gastos dirigidos
a generar determinada renta que no se
concluyó, pues este principio implica que
el gasto se dirija a un negocio del cual
potencialmente se obtendrá ingresos, no
siendo relevante si efectivamente éstos
se generaron o no.
3. CRITERIOS PARA OBSERVAR LA
CAUSALIDAD DE UN GASTO
El último párrafo del artículo 37º de la Ley
del Impuesto a la Renta prescribe que para
efecto de determinar que los gastos cumplen
con el Principio de Causalidad, los mismos
deben cumplir con los siguientes criterios:
a)
Normalidad
b)
Razonabilidad
c)
Generalidad para los gastos
d)
Otros
PRINCIPIO DE CAUSALIDAD
Para acreditar este principio
Esto último también ha sido considerado
por el Tribunal Fiscal en variada jurisprudencia tales como en la RTF Nº 5355-12002 (13.09.2002) en donde resolvió que
“Resulta razonable que una empresa evalúe a través de un informe técnico arquitectónico, si la inversión destinada a adquirir
un local es adecuada o favorable para sus
intereses, por lo que el gasto efectuado con
ese fin cumple con el principio de causalidad, siendo irrelevante que dicha inversión
se haya realizado”.
Asimismo en la RTF Nº 03942-5-2005
(24.06.2005) el ente resolutor consideró
que “Es insuficiente el sustento de la Administración Tributaria referido a que los
gastos efectuados (desembolsados a una
empresa que le presta servicios secretariales, de mensajería, de gestiones de compra y cobranzas) no son necesarios para
las actividades de la recurrente (basándose sólo en que tales gastos no son razonables pues el único negocio concretado
por la recurrente en el período acotado
había sido el alquiler de su planta), pues
el hecho que la recurrente no haya efectuado mayores negocios, no significa que
no haya realizado actividades dirigidas a
procurarse mayores ingresos aunque éstas no se concreten, siendo los montos
razonables”.
Es importante mencionar que el criterio
de causalidad debe necesariamente acreditarse, pues de no ser así, inhabilitaría
la deducción del gasto. Esto también ha
sido expuesto por el Tribunal Fiscal en la
RTF N° 4379-2-2002 (02.08.2002) en la
que resolvió que “La recurrente indica que
las adquisiciones reparadas se efectuaron
para realizar trabajos de mantenimiento y
refacción fuera del domicilio fiscal, sin embargo, no identifica el lugar donde tales
labores se realizaron ni si correspondía a
un establecimiento o instalación utilizado
en el desarrollo de sus actividades comerciales generadores de renta gravada, en
consecuencia, al no haberse acreditado la
relación de causalidad del gasto, procede
mantener el reparo”.
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ASESOR EMPRESARIAL
Deben ser normales
Deben ser razonables
Deben ser generales
(cuando corresponda)
Otros
En ese sentido, de lo anterior resulta relevante analizar cada uno de estos criterios,
verificando cuándo se cumple con ellos.
a) Normalidad
El primer criterio a observar para el cumplimiento del principio de causalidad, es
el de Normalidad. Según este criterio, los
gastos deben ser normales para la actividad que genera la actividad gravada.
En relación a este criterio, es muy importante señalar que la normalidad
dependerá de cada caso en particular,
pues lo que podría ser normal para una
empresa, no lo podría ser para otra. Un
ejemplo ilustrará mejor este criterio. En
la extracción pesquera, es normal que
los grifos que proveen de combustible
a las empresas que extraen los recursos
hidrobiológicos, se comprometan a trasladarlo directamente a las embarcaciones de ésta, en alta mar, para lo cual,
utilizan embarcaciones menores denominadas “chatas”, las que podrían ser
de propiedad del grifo o alquiladas de
terceros. En ese caso, el gasto por el alquiler de las chatas será normal para la
actividad gravada1.
El Tribunal Fiscal también ha considerado
importante este criterio, pues en la RTF
N° 1215-5-2002 del 06.03.2002) consideró que “La labor realizada por los promotores y vendedores de la recurrente
1
Esta situación también fue considerada por el Tribunal Fiscal, quien
en la RTF Nº 02726-5-2003 (23.05.2003) señaló respecto de un caso
similar que resultaba razonable que para la prestación del servicio
pactado, la recurrente necesitara de una embarcación como la “chata” para transportar la carga desde mar adentro hasta tierra firme.
exige que los trabajadores se movilicen
de un lugar a otro constantemente y
se mantengan comunicados con la
empresa en todo momento (…), de lo
que se concluye que tales pagos constituyen condición de trabajo en tanto, se trate de montos entregados al
trabajador para el desempeño de sus
funciones y no constituye beneficio o
ventaja patrimonial directa para el trabajador”.
Asimismo, en la RTF Nº 06392-2-2005
(20.10.2005) decidió que “A fin de
analizar la razonabilidad y proporcionalidad de un gasto, deben considerarse criterios adicionales, como que los
gastos sean normales de acuerdo con
el giro del negocio, o que éstos mantengan cierta proporción con el volumen de las operaciones, entre otros,
cuando la propia norma no disponga
parámetros distintos ni los límite, criterios en función a los cuales es posible
que pueda ocurrir que ante un gasto similar efectuado por dos empresas, éste
no sea deducible para una de ellas y sí
para la otra”.
b) Razonabilidad
La razonabilidad de un gasto está vinculada estrechamente a la proporcionalidad del mismo. Esto es así, pues para
que un gasto sea deducible, el mismo
debe ser razonable en relación con los
ingresos del contribuyente, lo que debería implicar que exista una proporcionalidad con estos últimos.
En relación con estos criterios, el Tribunal Fiscal en reiterada jurisprudencia ha confirmado este criterio. Así por
ejemplo en la RTF Nº 9473-5-2001
(28.11.20001) resolvió que “El principio de causalidad es la relación que
debe existir entre los gastos incurridos y
la generación de renta o mantenimiento
de su fuente, el mismo que debe analizarse – en cada caso particular – considerando los criterios de razonabilidad y
proporcionalidad, atendiendo a la naturaleza de las operaciones realizadas por
cada contribuyente, el volumen de éstas, etc, elementos que pueden llegar a
determinar que mientras la adquisición
de un mismo bien si constituya un gasto
deducible para una empresa, para otra
no lo sea”.
Así también en la RTF Nº 014651-2005
(08.03.2005) tuvo similar criterio al resolver que “La legislación del Impuesto
a la Renta recoge el Principio de Causalidad como regla general para admitir
la deducibilidad o no de los gastos y así
determinar la renta neta de las empresas, debiendo merituarse si el monto
del gasto corresponde al volumen de
las operaciones del negocio correspondiendo examinar la proporcionalidad y
SECCIÓN TRIBUTARIA
razonabilidad de la deducción así como
el “modus operandi” de la empresa”.
Como se observa de lo anterior, a efecto
de deducir un gasto, se debe verificar
si el mismo es razonable de acuerdo al
nivel de ingresos del contribuyente. Ello
significa por ejemplo que si un determinado gasto cumple con el principio de
causalidad, pero el monto del mismo,
no es razonable en relación con los ingresos del contribuyente, el gasto sólo
sería deducible hasta lo que se entienda
por razonable.
Sin embargo, debe recordarse que además de la razonabilidad, los gastos deben guardar cierta proporción entre el
monto de estos conceptos y el volumen
de operaciones, es decir deberían ser
proporcionales.
c) Generalidad
Los incisos l) y ll) del artículo 37º de la
Ley del Impuesto a la Renta señala que
son deducibles de la Renta Bruta de tercera categoría, a fin de determinar la
Renta Neta, entre otros gastos:
• Los aguinaldos, bonificaciones,
gratificaciones y retribuciones que
se acuerden al personal, incluyendo todos los pagos que por cualquier concepto se hagan a favor
de los servidores en virtud del vínculo laboral existente y con motivo
del cese.
• Los gastos y contribuciones destinados a prestar al personal servicios
de salud, recreativos, culturales y
educativos; así como los gastos de
enfermedad de cualquier servidor.
Adicionalmente, serán deducibles
los gastos que efectúe el empleador
por las primas de seguro de salud del
cónyuge e hijos del trabajador, siempre que estos últimos sean menores
de 18 años, a menos que éstos se
encuentren incapacitados.
Tratándose de estos gastos, el último
párrafo del artículo 37º de la Ley del
Impuesto a la Renta establece que a
fin de deducirlos debe evaluarse si los
mismos, además de ser normales y razonables (y proporcionales) en relación
con la actividad del contribuyente y los
ingresos del contribuyente, respectivamente, cumplen con el criterio de generalidad.
Sobre el particular debe indicarse que
el criterio de generalidad, no implica
otorgar los beneficios antes señalados a
todos los trabajadores, sino que el contribuyente debe determinar quiénes son
los beneficiarios, tomando en consideración la especial posición o condición
que tuvieran dentro de la empresa.
Así por ejemplo, si una empresa desea
otorgar una gratificación extraordinaria
por aumento en la utilidad a determinados trabajadores, se cumplirá con el
criterio de generalidad si éstos, desde su especial posición o condición
contribuyeron efectivamente a generar los mayores beneficios para la
empresa.
Así también lo considera el Tribunal
Fiscal. Así, en la RTF 01752-1-2006
(31.03.2006), resolvió que “Las Gratificaciones Extraordinarias para que
cumplan con el principio de generalidad
tienen que haber sido otorgadas con carácter general a todos los trabajadores
que se encuentren en condiciones similares, para lo cual deberán tomarse en
cuenta entre otros, la jerarquía, nivel,
antigüedad, rendimiento, área, zona
geográfica”.
No obstante esto, debe entenderse
que en razón de estos criterios (jerarquía, nivel, antigüedad, rendimiento,
área, zona geográfica, entre otros), es
posible que el beneficio corresponda
a un solo trabajador. Esto también ha
sido observado por el Tribunal Fiscal quien en su RTF 02230-2-2003
(15.04.2005) señaló que “La generalidad del gasto observado debió verificarse en función al beneficio obtenido
por funcionarios de rango o condición
similar, dentro de esa perspectiva, bien
podría ocurrir que dada la característica de un puesto, el beneficio corresponda sólo a una sola persona, sin que
por ello se incumpla con el requisito
de generalidad”.
4. EL DEVENGO
Otra de las condiciones que debe cumplirse
para que un gasto sea deducible, es que el
mismo se haya devengado. Así lo señala,
el artículo 57º de la Ley del Impuesto a la
Renta según el cual, las rentas así como los
gastos de la tercera categoría se imputan
en el ejercicio en que se devengan. Sobre el
particular, debe considerarse que la norma
tributaria, no ha efectuado una definición
de este concepto.
No obstante lo anterior, es preciso considerar que la norma contable si efectúa
una definición del término “devengado”.
Así según el párrafo 22 del Marco Conceptual para la Preparación y presentación de los estados Financieros, se señala
que por el devengo, “los efectos de las
transacciones se reconocen cuando ocurren y no cuando se cobran o se pagan,
asimismo se registran en los libros contables y se informa sobre ellos, en los estados financieros de los ejercicios con los
cuales se relacionan”.
Para efectos tributarios, la definición de
devengado no varía mucho, pues se toma
como criterio de devengo al momento en
que nace la obligación a un pago, aunque
no se haya hecha efectiva, es decir, la sola
existencia de una obligación a efectuar el
pago de una renta, lleva a considerarla
como devengada y por ende imputable a
ese ejercicio.
Lo anterior significa que tratándose de gastos, el principio de lo devengado se aplica
considerándoseles deducibles cuando nace
la obligación de pagarlos, aunque no se hayan pagado ni sean exigibles.
Así también lo ha definido el Tribunal Fiscal
en variada jurisprudencia. Así por ejemplo
en la RTF Nº 04032-1-2005 (28.06.2005)
resolvió que “Según el criterio de lo devengado, los ingresos, los costos y los gastos se
reconocen cuando se ganan o se incurren
y no cuando se cobran o se pagan”. Igual
posición tuvo en la RTF Nº 01652-5-2004
(19.03.2004) “El concepto de devengado
supone que se hayan producido los hechos sustanciales generadores del ingreso o del gasto y que el compromiso no
esté sujeto a condición que pueda hacerlo
inexistente”.
Es más en la RTF Nº 1652-5-2004
(19.03.2004) hizo una definición mucho
más amplia al resolver que “Doctrinariamente, se ha señalado que el concepto
del devengado reúne las siguientes caracteristicas:
a) Requiere que se hayan producido los
hechos sustanciales generadores del ingreso o del gasto.
b) Requiere que el derecho al ingreso o
compromiso no esté sujeto a condición que pueda hacerlo inexistente al
momento de cumplirse lo comprometido; c) No requiere actual exigibilidad
o determinación o fijación, en término
preciso para el pago, ya que puede ser
obligación a plazo y de monto no determinado”.
Conforme lo anterior, para deducir un gasto de la tercera categoría, es necesario que
éste se encuentre devengado en el ejercicio, vale decir cuando se haya incurrido en
el mismo, ello independientemente al pago
de la obligación.
5. LA FEHACIENCIA DE LAS OPERACIONES
Además de los criterios antes señalados,
durante un proceso de fiscalización, la Administración Tributaria exige para la deducción de los gastos, el que éstos sean “fehacientes”.
Sobre el particular debe considerarse que la
fehaciencia de un gasto tiene que ver con
elementos que prueben que efectivamente
el gasto fue consumido o utilizado por la
empresa. Estos elementos pueden incluir
desde comprobantes de pago y demás
documentos pertinentes, guías de remisión, contratos, hasta informes internos o
externos respecto del efectivo consumo o
utilización de ese gasto.
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SECCIÓN TRIBUTARIA
La aplicación de este criterio, también lo ha
reconocido el Tribunal Fiscal en variada jurisprudencia. Así por ejemplo en la RTF Nº
5732-1-2005 (20.09.2005) esta entidad
observó que “Para deducir gastos, no basta
con acreditar que se cuenta con comprobantes de pago que respaldan las operaciones realizadas, ni con el registro contable
de las mismas, sino que debe mostrarse
que estas operaciones se han realizado.
Para observar la fehaciencia de las operaciones, la Administración debe investigar
todas las circunstancias del caso, actuando
los medios probatorios pertinentes siempre
que sean permitidos en el ordenamiento
tributario valorando en forma conjunta y
con apreciación razonada”.
De igual forme en la RTF Nº 120-5-2002
(11.01.2002) resolvió que “Para sustentar el crédito fiscal en forma fehaciente
y razonable, el adquirente no sólo debe
cumplir con tener comprobantes de pago
por adquisiciones que en teoría cumplan
con los requisitos sustanciales y formales
establecidos en la Ley del IGV, sino que
fundamentalmente es necesario que dichos comprobantes correspondan a operaciones reales”.
Un aspecto importante que debe considerarse en relación a este punto, es verificar
quién debe acreditar esta fehaciencia. Pues
bien, en principio la misma debe corresponder a la propia Administración Tributaria, entidad que debe agotar todos los medios que permitan demostrar tal situación.
Así también lo ha considerado el Tribunal
Fiscal, como por ejemplo en la RTF Nº 3723-97 (28.04.1997) en la que resolvió que
“Corresponde a la Administración efectuar
la inspección, investigación y control de las
obligaciones tributarias, con el objeto de
determinar la certeza de las operaciones
que desarrollan el supuesto de hecho previsto en la norma”.
Igual criterio tuvo en la RTF Nº 0667-32002 (06.02.2002) en donde señaló que
“No cabe duda que siendo el tema de las
operaciones no reales uno sumamente delicado y de implicancias graves, en la medida
que ello involucra simulación absoluta del
acto jurídico, corresponde probar al ente
administrativo que no se ha efectuado la
operación, agotando todos los medios que
permitan demostrar tal situación, es decir
que la carga de la prueba le compete exclusivamente al órgano administrador de
tributos y no al contribuyente”.
6. LA BANCARIZACIÓN
Como se ha señalado en las cuestiones generales de este informe, además de todos
los criterios antes desarrollados, la normatividad tributaria obliga a que, para que un
gasto sea deducible, debe haber cumplido
con las normas de bancarización, en caso
corresponda, pues de no ser así, el gasto
no será deducible.
8
ASESOR EMPRESARIAL
Sobre el particular, debe recordarse que según estas normas, la obligación de utilizar
medios de pago, es aplicable cuando las
obligaciones (que se cumplan mediante el
pago de sumas de dinero), sean superiores
a S/. 3,500 ó US$ 1,000.
En ese sentido, de no haberse cumplido
con este requisito, el costo o gasto no será
deducible, lo que implicará de por sí que el
IGV que haya gravado la operación, tampoco podrá ser tomado como crédito fiscal
para efectos del este impuesto, aun cuando
el desembolso haya cumplido con el requisito de causalidad, y con los demás criterios
antes señalados.
Esta consecuencia, ha sido confirmada por
el propio Tribunal Fiscal quien en su RTF Nº
04131-1-2005 (01.07.2005) resolvió que
“el recurrente se encontraba obligado a
utilizar cualquiera de los medios de pago
señalados en la Ley N° 28194, a fin de
cancelar las adquisiciones realizadas en el
periodo abril a julio de 2004, dado que sus
importes superaban el monto a que hace
referencia el artículo 4° de la Ley N° 28194
y al no haber cumplido con ello, el desconocimiento del crédito fiscal de tales adquisiciones se encuentra arreglado a ley”.
Igualmente, la Administración Tributaria ha
sentado su posición sobre esta obligación
en los siguientes informes:
Obligación de Utilizar Medios de Pago
1. En caso que un sujeto domiciliado pague
una obligación a favor de un sujeto no domiciliado cumpliendo válidamente con la
exigencia legal de utilizar Medios de Pago
contenida en el artículo 3° de la Ley N°
28194, el mencionado pago tendrá efectos tributarios en el Perú; siempre que,
adicionalmente, se cumplan con todos
los requisitos que exigen las normas que
regulan cada uno de los derechos mencionados en el artículo 8° de dicha Ley.
(…)
3. En tanto se haya cumplido válidamente
con la exigencia legal de utilizar Medios
de pago -independientemente que el
supuesto se encuentre gravado o no con
el ITF o que se hubiera cumplido o no
con la obligación de pagar este impuesto-, el mencionado pago tendrá efectos
tributarios, siempre que, adicionalmente, se cumplan con todos los requisitos
que exigen las normas que regulan cada
uno de los derechos mencionados en el
artículo 8° de la Ley.
En caso contrario, de haberse efectuado un pago incumpliendo con la
obligación de utilizar los Medios de
Pago, no dará derecho a deducir gasto, costo o créditos, a efectuar compensaciones ni a solicitar devoluciones
de tributos, saldos a favor, reintegros
tributarios, recuperación anticipada,
restitución de derechos arancelarios;
independientemente de si se hubiera
cumplido con la obligación de pagar el
ITF, de corresponder.
Informe Nº 096-2004-SUNAT/2B0000
Utilización de medios de pago en pagos parciales
- Tratándose de una obligación que se cumple con pagos parciales y que genera la
exigencia legal de utilizar medios de pago,
si el sujeto obligado omite usar dichos
medios en uno o más de los pagos, no
tendrá los derechos tributarios a que hace
referencia el artículo 8° de la Ley respecto
de tales pagos, manteniendo dichos derechos respecto de los pagos que se efectúen utilizando los referidos medios.
- En el caso de una obligación, para cuyo
pago se ha pactado una cuota única,
que es cancelada mediante la realización de, al menos, dos pagos, uno en el
que se utiliza un Medio de Pago y otro
que se hace en efectivo, podrán ejercerse los derechos que se mencionan en
el artículo 8° de la Ley por el monto de
la obligación que se paga utilizando un
Medio de Pago, mas no podrán ejercerse respecto del saldo de dicha obligación
pagado en efectivo.
Informe Nº 041-2005-SUNAT/2B0000
IMPORTANTE
La obligación de utilizar Medios de pago no
implica necesariamente cancelar la obligación al emisor del comprobante de pago,
sino que puede ser cancelado a un tercero
designado por éste. En efecto ni la Ley ni
el Reglamento de la Ley de bancarización
prevén que la cancelación deba ser realizada obligatoriamente al acreedor de la
deuda. Esto también ha sido reconocido
por la Administración Tributaria quien en
el numeral 6 del Informe N° 282-2005SUNAT/2B0000 señalo que:
6. Cuando en virtud de una instrucción
del proveedor, se cancele total o parcialmente una obligación mediante la
transferencia del monto respectivo a la
cuenta de una tercera persona abierta
en una ESF, se cumple con la exigencia
legal de utilizar Medios de Pago contenida en el artículo 3° de la Ley.
Igualmente, en el Informe Nº 048-2009SUNAT/2B0000 se ratificó esta posición
al señalar que “Se considera depósito en
cuenta, y por ende cumplida la obligación de utilizar Medio de Pago, cuando a
fin de cancelar las obligaciones se emiten
cheques sin las cláusulas “no negociables”,
“intransferibles”, “no a la orden” u otra
equivalente.
a) Los cheques son depositados por el emisor del cheque en las cuentas bancarias
del proveedor, o de un tercero designado por este último”.
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