Rememoración, acción y trascendencia

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FICHA TÉCNICA
“Hasta la última gota”
MARÍA MARTICORENA
“Hasta la última gota”, 2006 y 2010.
Performance art
Duración aprox. 30’
Objetos: Consta de tres bandejas metálicas modificadas, cubiertos y tres naranjas.
Simbología: Las naranjas son usadas como referente a una moralidad mecánica; reflejando un organismo
vivo que rebosa de jugo y dulzura.
Tiempo: Consta de dos fases intercaladas que se desarrollan cíclicamente. En un primer momento, la
“bandeja –máscara” marca el sonido. En segundo lugar la “bandeja-aureola” indica la pausa y el silencio.
Acción: Puesta la bandeja superior a modo de máscara, la performer encoge sus brazos hacia el interior de su
pecho, “dando cuerda” al exprimidor con uno de los cubiertos. Tras esto, la acción consiste en el golpeteo
rítmico y sonoro que los cubiertos experimentan sobre la bandeja inferior. A continuación, los cuelga mediante
imanes ocultos dando paso a la fase siguiente. Así, saca la bandeja superior y la coloca a modo de aureola sobre
su cabeza, de manera que con la mano izquierda sujeta la bandeja de su pecho, mientras que la mano derecha
cae para agarrar la mitad de la fruta que hasta ese momento estaba colgada. Cuando la exprime, el zumo
desciende hasta la bandeja de sus rodillas. Una vez extraído el jugo, lo bebe, devuelve la naranja a su posición
anterior y coloca la bandeja superior a modo de máscara. Y así repetidas veces hasta que agota el preciado jugo.
Evocando engranajes metálicos, el “latir” de este metal, se entremezcla con lo corpóreo y con lo natural. El
resultado es la simbiosis un cuerpo vivenciado en si mismo, que debido a su diseño logra plasmar una imagen
que transmite pura belleza. Sólo con la “mascara,” se sugieren aspectos de la figura de la performer como a la
de un oficiante de nosotros mismos, el cual ha actuado y actuará numerosas veces en lo que de vida nos quede.
Así, una especie nueva y ecléctica se sincera ante una realidad que adquiere potencia, en base a la posición de
las bandejas: están en reposo, de repente el sonido comienza, y el ciclo concluye al exprimir la naranja. En ese
momento, la posición reclinada cobra su sentido. Sutilmente, toca con las manos los bordes de sus nuevos
apéndices y la introspección se humaniza ya que la forma global se torna esférica y equilibrada. Los
movimientos son armónicos y rítmicos y fluyen según los diferentes modos energéticos. Al exprimir la naranja.
palpa el zumo, y traspasa la barrera que hay entre la dimensión orgánica y la dimensión orgásmica. És, ese
silencio que ella toca, el que fija el desarrollo del proceso abriéndose así totalmente al espectador.
Rememoración, acción y trascendencia. Combate conmemorativo o preparatorio, iniciático de algún
modo. Patente claro y firme, evoca el papel y el poder de la acción directa, de la figura a la que invoca
ahora y de la que quiere que emane el proceso.
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