la institucibn a favor de los pobres

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LA INSTITUCIBN A FAVOR DE LOS POBRES
J o ~ éAntonio Cohricho Gómez
1.
JUSTIFICACION DEL TEMA
En fechas recientes he tenido conocimiento de dos casos que tienen como
característica común el que los beneficiarios de la herencia de una persona son
los pobres de una determinada población. En un testamento otorgado en Jerez
de la Frontera por don Andrés Sánchez de Alva y Sánchez de Alva instituye
como herederos a los pobres de la ciudad de Lebrija, entendiendo por tales a
todos aquellos vecinos de su domicilio que, siendo mayores de edad, no paguen
contribución rústica ni urbana o que, si la pagan, lo sea en cuantía insignificante
y no dejen de ser considerados de público como tales pobres l . Por otra parte,
los medios de comunicación social se han ocupado del legado de don Clemente
Villa destinado a los pobres madrileños, evaluado en veinte millones de pesetas
y que se ha repartido entre Cáritas y el albergue de San Isidro, establecimiento
benéfico del municipio de Madrid 2 .
Estos hechos han determinado que considere oportuno examinar la regulación del Código Civil de la herencia a favor de los pobres que se concreta en los
artículos 749, 992 y 671 y en lo preceptuado por la Ley de Enjuiciamiento Civil
en los artículos 1129, dado que la doctrina apenas se ha ocupado del problema y
que a mi juicio se plantean, entre otras, cuestiones que considero interesantes
como la condición de herederos o legatarios de los pobres, el papel de albaceas
legales que parece reservarse al Párroco, al Alcalde y al Juez, el problema de la
aceptación de la herencia a beneficio de inventario y las actuaciones que deben
llevarse a cabo por los encargados de cumplir ia voluntad del testador.
1 Véase la fundación Andrés Sánchez de Alva, Historia del proyecto de una obra social en
Lebrija, de Manuel Vilaplana Montes y María Alejandra López Ollero, Sevilla, 1986.
2 Véase el diario El País correspondiente al martes 3 de febrero de 1987, pág. 17.
11.
ANTECEDENTES HISTORICOS
El precedente remoto de la institución a favor de los pobres está en la Ley
49, Título 111, Libro 1 del Código de Justiniano cuyo parágrafo 1 dice «pero
también si ciertamente hubiere instituido herederos a los pobres y no se hallara
un hospicio de pobres determinado a los pobres de una iglesia cierta, en quienes
el testador hubiere pensado, sino que con incierta palabra hubieren sido instituido herederos los pobres, mandamos de igual modo, que también sea válida
semejante institución».
El parágrafo 3 dispone «donde indistintamente fueron instituidos herederos
los pobres, allí adquiere de todos modos la herencia el hospital de peregrinos de
aquella ciudad, y por el encargado del hospital de peregrinos se hace la distribución del patrimonio entre los enfermos, conforme a lo que hemos establecido
respecto a los cautivos, o mediante el empleo de rentas anuales, o por medio de
la venta de los bienes muebles o semovientes para comprar con el precio de
ellos, bienes inmuebles, y procurar a los enfermos el sustento anual».
Los parágrafos 5 y 6 establecen criterios complementarios para llevar a
efecto el reparto y el parágrafo 7 precisa que amandamos que todo esto tenga
lugar, cuando no se hizo por el testador la designación de un cierto hospital de
peregrinos, o de un determinado hospicio de pobres, o de cierta iglesia, sino que
está incierta su intención. Más si se hubiere referido a una persona cierta, o a
una cierta venerable casa, mandamos que solamente a ella competa la herencia o
el legado, sin que tampoco en este caso medie Falcidia alguna».
La Ley 20, Títuto 111, Partida 6 recoge lo más sustancial de la regulación del
Código ya que dispone «Diziendo el testador establezco por mis herederos a los
pobres de tal Cibdad, o de tal Villa; o: Mando por mi anima, que sean dados
3 García del Corral, Código, Cuerpo de Derecho Civil Romano, 1, 1982, págs. 80 y 81. 1. Sed et si
pauperes quidem scriserit heredes, et non inveniatur certum ptochotrophium ve1 certae ecclesiae
pauperes, de quibus testador cogitaverit sed sub incerto vocabulo pauperes fuerint heredes instituti,
simili modo et hiusmodi institutionem valere decernimus. 3. Ubi autem indiscrete pauperes scripti sunt
heredes, ibi xenonem eius civitatis omnimodo hereditatem nancisci, et per xenodochum in aegrotantes
fieri patrimonii distributionem, secundum quod in captivis constituimus, ve1 per redituum annalium
erogationem, ve1 per venditionem rerum nobilium ve1 sese moventium, ut ex his res immobiles comparentur, et annuus victus aegrotanibus accedat. Quis enim pauperior est hominibus. qui et inopia tenti
sunt et xenone repositi, et suis corporibus laborantes, necessarium victum sibi non possunt afferre?
5. Sin autem ampliores in civitate xenones ve1 ptochotrophia sint, ne incerta videatur pecuniarum
datio, tunc ei xenoni ve1 ptochotrophio, qui pauperior esse dignoscitur, easden res ve1 pecunias assignari
sanciomus; hoc videlicet discutiendo a viro reverendissimo locuorum antistite et sub eo constitutis
clericis. 6. Sin autem nullus xenon in civitate inveniatur, tunc secundum de captivis sanctionem
protem, pore oeconomus sacrosanctae ecclesiac ve1 epis copus hereditatem accipiat, et sine Falcidiae
ratione pauperibus qui in civitate sunt ve1 penitus mendicantes, ve1 alia sustentatione egentes, eaedem
pecuniae distribuantur. 7. Haec tamen omnia locum habere sancimus, quando non certi xenonis ve1
certi ptochotrophii ve1 certae ecclesiae nominatio a testatore subsecuta est, sed incertus est eius sensus.
Sin autem in personam certam venerabilemve certam domun respexerit, ei tantummodo hereditatem ve1
legatum competere saucimus, nulla Falcidia nec in hac parte intercedente.
todos mis bienes a pobres: porque dubdarian aigunos, en quales pobres denen
ser departidos los bienes del que fiziesse su testamento en esta manera, queremoslo departir, e mostrar. E dezimos, que los deuen auer, e dar, a aquellos que
fuessen fallados en aquellos hospitales, de aquella Cibdad, o Villa, que el testador mando; e señaladamente a aquellos, que por algunas enfermedades en que
yazen, non pueden salir de los hospitales, a pedir de que binan; assi como
contrechos, o los coxos, o los ciegos, o los niños desamparados que crían en
ellos, o los muy viejos. o los que ouiessen otras enfermedades atales por que non
pudiesen andar, ni salir de los hospitales: porque estos lo han mas menester que
los otros, que pueden andar a pedir onde biuan. E si por auentura, el testador
non señalasse los pobres, de qual Cibdad, o del qual Villa son, deuen ser departidos entre los pobres de aquel lugar do fiziesse el testamenton.
El proyecto de 1851 se ocupa del tema en los artículos 910 y 61 1. El artículo
610 dice que <<lasdisposiciones hechas a favor de los pobres en general sin
designación de personas ni de pueblo, aprovechan sólo a los del domicilio del
testador en la época de su muerte, si no constare claramente haber sido otra su
voluntad. La calificación se hará por el Alcalde y Párroco, y la distribución por
los mismos, si no hay albaceas; y si los hay se hará por éstos: lo mismo se
observará cuando el testador haya dispuesto a favor de los pobres de una parroquia o pueblo determinado*. Según el artículo 61 1 «la disposición universal o de
una parte alícuota de los bienes que el testador haga en favor de su alma, sin
determinar la aplicación, o simplemente para misas, sufragios, usos u obras pias,
se entiende hecha a favor de los pobres en los términos del artículo anterior» 4.
El artículo 746 del Proyecto de Código Civil de 1882 establece que <<las
disposiciones hechas a favor de los pobres en general, sin designación de personas ni de población, se entenderán limitadas a los del domicilio del testador en la
época de su muerte, si no constare claramente haber sido otra voluntad. La
calificación de los pobres y la distribución de los bienes se harán por la persona
que haya designado el testador, en su defecto por los albaceas, y si no los
hubiere, por el Párroco, el Alcalde y el Juez municipal.
Esto mismo se hará cuando el testador haya dispuesto de sus bienes en favor
de los pobres de una parroquia o pueblo determinado».
111.
LA INSTITUCION .4 FAVOR DE LOS POBKES EN ALGUNAS LEGISLACIONES EXTRANJERAS
Según el artículo 910 del Código Civil francés las disposicionev entre vivos o
por testamento, en provecho de los hospicios, de los pobres de un municipio, o
4 García Goyena, Concordancias, motivos y comentarios del Código Civil Español, 11, 1852. págs.
57 y 58.
de establecimientos de utilidad pública no surtirán su efecto sino en cuanto sean
autorizados por una ordenanza real (un decreto) S .
El origen del artículo 910 se encuentra en el antiguo derecho francés, ya que
el poder real, temiendo el gran desenvolvimiento de los bienes de las manos
muertas, ha vigilado siempre las adquisiciones hechas por las corporaciones y
comunidades laicas y corporaciones 6 . Un edicto de 1749, redactado por
D' Aguessau, declaraba que las corporaciones y comunidades no podrían adquirir
herencia alguna a título gratuito ni oneroso sin obtener la autorización real antes
de la adquisición.
El artículo 910 inserto en el título segundo del libro tercero del Código Civil
en el capítulo dedicado a la capacidad de disponer o de recibir por donación
entre vivos o por testamento, entendiendo la doctrina que las liberalidades hechas a los pobres pueden ejecutarse y no deben asimilarse a las liberalidades
hechas a personas inciertas '.
La jurisprudencia francesa es abundante en materia de legados en favor de los
pobres Se han planteado dudas de interpretación cuando el legado se ha hecho
de forma genérica y sin determinar quiénes son los beneficiarios de tal disposición testamentaria. Unas veces se entendió que tales beneficiarios eran los pobres del municipio en que el disponente se hallaba aI testar. Otras veces se
prefería el lugar del domicilio del testador 9. En otras ocasiones, al tratarse de
una cuestión de hecho, los tribunales han resultado según las circunstancias l o .
El artículo 630 del Código Civil italiano de 1942 prescribe que las disposiciones a favor de los pobres y otras similares, expresadas genéricamente, sin que se
determine el uso o el instituto público en cuyo beneficio se hacen, se entienden
hechas a favor de los pobres del lugar en el cual el testador tenía el domicilio al
5 Artículo 910. Les dispositions entre vifs ou par testament, au profil des hospices, des pauvres
d'une commune, ou d'etablissements d'utilité publique, n'auront leur effet qu'autant qu'elles seront
autorisées par une ordonnace royale (un décret).
El artículo 937 se ocupa de la aceptación de las donaciones diciendo que las donaciones hechas en
provecho de hospicios, de los pobres de un municipio, o de establecimientos de utilidad pública serán
aceptadas por los administradores de estos municipios o establecimientos después de haber sido
debidamente autorizados para ello.
6 Colín y Capitant, Curso Elemental de Derecho Civil, VII, anotado por De Buen, 1949, pág. 446.
7 Mazeaud, Droit Civil, IV. 1963, págs. 1.060 y 1061.
8 Fucier-Herman, Code Civil Annoté, 11, 1891, pág. 483 y
910, pág. 12.
SS.
Imbert, en Juris Classeur, artículo
9 Demolombe, Cours de Code Civil, IX, 1863, pág. 207. Laurent, Principes de Droit Civil, X1,1874,
pág. 428.
10 Planiol-Ripert, Tratado Práctico de Derecho Civil Francés, traducción de Díaz Cruz, V , 1946,
pág. 950.
tiempo de su muerte, y los bienes se transfieren al ente municipal de asistencia ' '.
El citado artículo 630 está en el título 111 del libro segundo del Código Civil
italiano en el capítulo dedicado a la institución de heredero y a los legados y
tienen como finalidad, según De Martino IZ,suplir la incompleta manifestación
de voluntad del testador, cuando éste ha dejado su patrimonio o una cuota a los
pobres y no ha indicado cuáles criterios deben ser escogidos los beneficiarios.
También se aplica la misma disposición cuando la persona encargada de darle
destino a los bienes puede o no quiere hacerlo 13.
Según el parágrafo 2072 del Código Civil alemán si el causante ha designado a
los pobres sin más precisa determinación, en la duda ha de entenderse que está
designada la caja pública de beneficiencia del Municipio en cuyo distrito ha
tenido el causante su último domicilio, con el deber de distribuir lo atribuido
entre los pobres 14. También en este caso estamos ante una regla interpretativa
tendente a precisar la voluntad del causante 1 5 .
Por último el Código Civil portugués es mucho más genérico ya que no se
refiere a los pobres en concreto, sino que dice en su artículo 2225 que las
disposiciones a favor de una generalidad de personas, sin cualquier otra indicación, se consideran hechas a favor de las existentes en el lugar en que el testador
tenía su domicilio en la fecha de su muerte l b .
11 Artículo 630. Disposizioni a favoere die poveri. Le disposizioni a favore dei poveri e altre simili,
espresse genericamente, senza che si determini I'uso o il pubblico istituo a cui beneficio sono fatte,
s'intendono fatte in favore dei poveri del luogo in cui il testatore aveva il domicilio al t m p o della sua
morte, e i beni sono devoluti all'ente comunale di assistenza.
La precedente disposizione si applica anche quando la persona incaricata da1 testatore di determinare
I'uso o il pbblico instituto con puó o non vuole accettare I'incarico.
El artículo 832 del Código Civil italiano de 1865 dice: le disposizioni a favore dei poveri, od altre simili
espresse genericamente senzache sia determinato l'so, i'opera pia o il pubblico istituto in cui favore
sieno fatte, o quando la persona incaricata da1 testatore di determinarlo non possa o non voglia accetare
I'incarico, s'intendono fatte in favore dei poveri del luogo del domicilio del testatore al tempo di sua
morte, e sono devolute all'istituto locale di caritá.
12 De Martino, Commentario teórico-práctico al Codice Civile, 11, 1973, pág. 236. Perlingieri,
Codice Civile Annotato, Libro secondo, 1984, pág. 303 y siguientes.
13 Marini, s.v. Poveri (disposizioni a favore dei), Novissimo Digesto Italiano, Pág. 519 y siguien-
tes.
14 Parágrafo 2.072 del B.G.B.
Hat der erblasser die armen ohne nahere bestimmung bedacht, so ist im H Zweifel anzunehmen, dab die
offentliche armenkasse der gemeinde, in deren bazirk er sinen letzten wohnsitz gehabt hat, unter der
auflage bedacht ist, das zugewendete unter arme zu verteilen.
15 Leipold, en Münchener Kommentar züm Bürgerlichem Gesetzbuch. Band 6, 1982, pág. 719.
16 Artigo 2.225 (Disposicao a favor de una generalidade de pessoas).
A disposiáo a favor de una generalidade de pessoas, sem qualquer outra indicao considera-se feita a
favor das existentes no lugar en que o testador tinha o seu domicilio a data da morte.
IV.
1.
ANALISIS DE LA REGULACION DEL CODIGO CIVIL DE LA INSTITUCION A FAVOR DE LOS POBRES
Las disposiciones a favor de los pobres en general
Sabido es que el Código Civil español no somete a formalidades especiales la
institución de heredero o legatorio, ya que basta cualquier forma reveladora de
la voluntad de instituir, de acuerdo con los dispuesto en el artículo 668.
Lo que sí requiere para que tenga eficacia la institución, de acuerdo con el
artículo 772, es que la persona designada sea determinada y cierta o bien determinable. Si no fuera posible conocer la persona favorecida, el artículo 750 decreta la invalidez de la disposición testamentaria.
No obstante la exigencia del artículo 750 respecto a la certeza del instituido,
el Código admite la validez de algunos supuestos en los que el beneficiario no es
designado de manera precisa por el testador. Los casos a los que se hace referencia son la institución genérica a favor de los parientes de acuerdo a lo previsto en el artículo 747 y cuando los favorecidos son los pobres en los términos
del artículo 749. Por lo que concierne a los dos últimos artículos citados hay que
señalar que la incertidumbre es muy distinta en la institución en favor del alma y
en la institución en favor de los pobres. En el primer caso estamos ante la
imposibilidad de ser persona el favorecido y consiguientemente no puede disfrutar bienes y derechos. En el segundo caso en el desconocimiento de los
designados, en la imposibilidad de que, al hacerse el testamento, pueda el testador disponer en favor de determinados individuos de muy difícil precisión.
Según el artículo 749 del Código Civil «las disposiciones hechas a favor de
los pobres en general, sin designación de personas ni de población, se entenderán limitadas a las del domicilio del testador en la época de su muerte, si no
constare c!aramente haber sido otra su voluntad.
La calificación de los pobres y la distribución de los bienes se harán por la
persona que haya designado el testador, en su defecto por los albaceas, y, si no
los hubiere, por el Párroco, el Alcalde y el Juez municipal, los cuales resolverán,
por mayoría de votos, las dudas que ocurran.
Esto mismo se hará cuando el testador haya dispuesto sus bienes en favor de
los pobres de una parroquia o pueblo determinado».
La razón legal que ha inspirado los Códigos es que puedan aprovecharse de
las disposiciones testamentarias tanto los pobres como los establecimientos beneficos ". Sin embargo siendo expresión de un principio de evidente justicia, ni
ese principio se halla cumplidamente desenvuelto, ni rodeado de las garantías
necesarias para que se respete el derecho de los beneficiarios 1 8 .
17 Manresa, Código Civil Espaiíol, VI, 1951, pág. 35.
18 Sánchez Román, Estudios de Derecho Civil, VI-l.O, 1910, pág. 624.
Por otra parte, el precepto contenido en el párrafo primero de este artículo,
no es otra cosa sino una regla de interpretación de la clausula muy usada mediante la cual se hacen instituciones y con más frecuencia legados en favor de los
pobres sin hacer mayor aclaración. La voluntad claramente expresada del testador es lo que debe cumplirse y en otro caso se interpretará la cláusula en los
términos que dice la Ley 1 9 . El Tribunal Supremo ha entendido que los artículos
747, 748 y 749 se han dictado para subsanar las deficiencias del testador 2 0 .
En el Código Civil se emplea la expresión disposiciones hechas a favor de los
pobres para abarcar tanto Ia hipótesis de que los pobres sean herederos como
que sean Iegatorios. La Sentencia de 7 de octubre de 1980 estableció que si iin
testador dispuso de sus bienes distribuyendo una gran parte en legados y ordenando que el remanente líquido de la venta de sus bienes se distribuyese entre
los pobres de tina localidad, en dicho testamento hay verdadera institución a
favor de ¡os pobres 2 1 .
A pesar de la opinión del Tribunal Supremo, algún sector de la doctrina más
moderna es tajante en el sentido de no considerar herederos a los pobres. Así
19 Navarro Amandi, Cuestionario del Código Civil Reformado, 111, 1890, pág. 191.
20 Según la Sentencia del Tribunal Supremo de 31 de mayo de 1928 previene el Código Civil en el
articulo 675 que toda disposición testamentaria se debe entender en el sentido literal de sus palabras, a no
ser que aparezca claramente que fue otra la voluntad del testador y para esta duda todavía establece que
debe ser resuelto en la forma que parezca más conforme a la intención del testador, según el tenor del
mismo testamento; y la jurisprudencia constante de este Supremo Tribunal ha consagrado este respeto
absoluto a la voluntad revelada en el testamento, si bien para los casos en que la realidad haga
indispensable acudir a la interpretación de la voluritad de! testador, porque éste la expusiera en forma o
condiciones insuficientes, o porque ella fuese susceptible de ser entendida de modos diversos, ha
declarado que debe prevalecer el criterio de los Tribunales de instancia, siempre que no aparezca con
evidencia que es equivocado o erróneo, por contrariar de modo manifiesto la voluntad del testador,
cuyas deficiencias ha procurado suplir la propia ley en las reglas que contienen los articulo 747,749 y 751
del mismo Código Civil, aplicables a todos los casos en que las palabras del testamento suficiente a
revelar el destino asignado a los bienes por el testador dejan indeterminados a los directamente
beneficiados.
21 La sentencia del Tribunal Supremo de 7 de octubre de 1890 resuelve que si un testador, en
Cataluña, dispuso de todos sus bienes distribuyendo una gran parte en legados y ordenando que el
remanente líquido de la venta de bienes muebles e inmuebles se distribuyese entre los pobres de una
determinada localidad. es evidente que no murió inteslado y testado en parte, puesto que dispuso de
cuando le pertenecía:
Que tampoco infringe dicha sentencia las leyes 9.a, párrafo noveno, 48, párrafo tercero y 77, título 5 . O
libro 28, Digesto, De heredibus instituendis, pues el testador destinó el remanente de sus bienes,
pagados !os legados. a los pobres, no ofreciendo duda esta designación de heredero, que es por si válida,
segitn lo dispone el Código de Justiniano en la 49 De episcopis, párrafo primero.
Por su parte la Dirección General de los Registros y del Notariado en Resolución de 24 de mayo de 1901
establece que ordenándose por el testador la distribución de una parte alícuota de sus bienes entre casas
necesitadas y pobres vergonzantes de la parroquia, a disposición del Párroco y administradores de
vergonzantes, dichas entidades son las instituidas realmente herederas. En este supuesto es indudable
que los representantes legítimos de los establecimientos pobres indicados son los llamados a adquirir la
expresada participación para distribuir su importe entre los mismos.
Díez-Picazo y Gullón 2 2 dicen que todo el proceso inventario, permiten deducir
que los pobres beneficiarios con la distribución no son herederos.
Por su parte Lacruz y Sancho 2 3 y Puig Brutau 2 4 , opinan que el artículo 749
representa un supuesto de indeterminación del favorecido y !a solución legal en
que la institución de heredero pierde su significado propio. Apenas lo son los
pobres concretos que perciben el subsidio (a menos que se pudiera determinar
directamente su individualidad con los datos aportados en el testamento), ni
pueden serlo los pobres in genere. Concluyen afirmando que aquéllos no podrían
suceder en los derechos personalísimos de! causante y éstos ni siquiera son
sujeto de derecho.
Creo que en efecto los pobres no son herederos porque en puridad no suceden al testador, lo que se produce es que éste quiere darle una finalidad a sus
bienes, y la ley, respetando esa voluntad, establece el procedimiento o criterio
que ha de seguirse para distribuir los bienes y señalar las personas que han de
considerarse beneficiadas 2 5 .
Esto puede decirse también si lo que reciben son bienes concretos cual si
fueran legatorios, aunque a juicio de Díaz Fuentes 26 tampoco les sirven tal consideración, entre otras razones porque la entrega de la dotación no se realiza por
el heredero como establece el artículo 859, ni siquiera se requiere su beneplácito de
acuerdo con e! artículo 902-2, sino que se ejecuta por tercera persona 2 7 . A pesar
de esta opinión parece lógico que existiendo un legado a favor de los pobres en
general o de unos pobres determinados, los herederos de acuerdo con el tenor
del artículo 859 pongan los medios para el cumplimiento de tal disposición y si
no hubiera tercera persona encargada de ello o albacea promuevan la constitución de la junta de autoridades para que lleven a cabo las funciones que le asigna
22 Diez-Picazo y Gullón, Sistema de Derecho Civil, IV, 1983, pág. 485.
23 Lacruz-Sancho, Elementos de Derecho Civil, V, 1981, pág. 257
24 Puig Brutau, Fundamento de Derecho Civil, V-2, 1977, pág. 306
25 Ossorio Morales, Manuel de la sucesión testada, 1957, pág. 196.
26 Díaz Fuentes, Excepciones legales al personalísimo de las disposiciones mortis causa, Anuario
Derecho Civil, 1965, pág. 152.
27 Distinto es el caso contemplado en el artículo 788 para el cual será válida la disposición que
imponga al heredero la obligación de invertir ciertas cantidades periódicamente en obras benéficas,
como dotes para doncellas pobres, pensiones para estudiantes o en favor de los pobres o de cualquiera
establecimiento de beneficiencia o de instrucción pública, bajo las condiciones siguientes:
Si la carga se impusiere sobre bienes inmuebles y fuere temporal, el heredero o herederos podrán
disponer de la finca gravada, sin que cese el gravamen mientras que su inscripción no se cancele.
Si la carga fuere perpetua. el heredero podrá capitalizarla e imponer el capital a interés con primera y
suficiente hipoteca. La capitalización e imposición del capital se hará interviniendo el Gobernador Civil
de la provincia y con audiencia del Ministro público.
En todo caso, cuando el testador no hubiere establecido un orden para la administración y aplicación de
la manda benéfica, lo hará la Autoridad administrativa a quien corresponda con arreglo a las leyes.
el artículo 749. En cualquier caso hubiese sido más lógico que en el caso que
nos ocupa los encargados de cumplir el legado a favor de los pobres fueran los
herederos. Está claro, por otra parte, que los encargados de cumplir la voluntad
del testador deberán instar a los herederos a cumplir este legado si pusiesen
obstáculos para ello.
En relación al térniino pobres, la doctrina discrepa sobre el alcance que debe
conferírsele. En cuanto a quien hay que considerar como tales y se sostiene que
debe ser la persona encargada de cumplir la voluntad del testador en relación a
la calificación de los pobres y la distribución de los bienes la que los determine 2 8 . Esto puede apoyarse en que el Código a diferencia del Código justinianeo
o de las Partidas no establece criterio alguno. El artículo 749 modifica lo dispuesto por la Ley 20, título 3 . O de la Partida 6.a, por lo que no hay que guardar la
preferencia que ésta concede, sino que la persona a quien corresponde hacer la
distribución será la que elija y califique libremente a los pobres, sin tener que
sujetarse en su actuación a otras reglas que las consignadas en el testamento 2 y .
En sentido contrario puede pensarse que no hay que conceptuar pobres en
sentido legal, para los efectos del caso, a los que pululan por las calles mendigando, sino a los que están albergados en los hospicios, hospitales y casas de
socorro tal como fijaban los precedentes del Código Civil 'O, siendo a d e c u a d o
que los encargados de distribuir los bienes tengan en cuenta los criterios establecidos en las Partidas ''.
Creo que efectivamente los encargados de calificar y distribuir los bienes tienen que cumplir la voluntad del testador, pero parece que a falta de esa voluntad
expresada van a tener que acudir a esas instituciones sitas en el domicilio del
testador en la época de su muerte o de una parroquia o pueblo determinado para
distribuir los bienes correctamente.
Parece claro a la vista del primer inciso del artículo 749, que si el testador ha
designado unas personas o ha designado los pobres de una denominada población ellos serán los beneficiarios de los bienes de aquél. Si por el contrario no ha
efectuado concreción alguna porque ha designado los pobres en general, se
establece que los beneficiarios de tales disposiciones testamentarias se entenderán limitadas a los del domicilio del testador en la época de su muerte. El criterio
legal de fijación de domicilio viene establecido en el artículo 40 del Código Civil
que dispone que para el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las
obligaciones civiles, el domicilio de las personas naturales es el lugar de su
28 Scaevola, Código Civil, XIII, 1943, pág. 299.
29
Manresa, loc. cit. supra. n. 17, pág. 36.
30 Bonel, Código Civil Español, 111, 1890, pág. 329. En ei mismo sentido parece pronunciarse
Bofarull, El Código Civil Español, 1888, pág. 238.
31 Sánchez Román, loc. Cit. supra, n. 18.
quiso introducir algún tipo de matiz
quiso decir lo mismo.
37.
A mi modo de ver con ambos términos se
Dice Puig Ferriol 3 8 que el albacea puede ostentar además de las funciones
propias del cargo, la de calificar a los pobres y distribuir los bienes, pero sólo en
defecto de que el testador no designe persona para verificar la elección o distribución, la cual no es reputada albacea por el artículo 749. Y esto es lógico, sigue
diciendo, porque la misión del albacea no es otra que la de ejecutar las disposiciones ordenadas por el testador, mientras que la persona designada con la única
misión esencialmente distinta de la de un ejecutor testamentario, cual es la de
integrar parcialmente la disposición de última voluntad, y por ello la condición
jurídica de la misma ya no puede ser la de un administrador del caudal hereditario, sino la de un arbitrador.
Así pues las funciones que el artículo 749 encomienda a las personas allí
designadas exceden de las normales de los albaceas, pero no está regulada en el
derecho español esta figura del arbitrador, que es definida por Díez Picazo 3 9
como la persona a quienes las partes encomiendan la decisión sobre un extremo
del negocio o a quien remiten la realización de una concreta actividad negocial,
por lo cual las normas del albaceazgo habrán de aplicarse a los arbitradores en la
medida que ello sea posible y dado que no hay figura con mayor similitud. Las
personas mencionadas en el artículo 749 tienen las dos notas que se confieren a
los arbitradores ya que sustituyen al testador en la calificación de los pobres y
distribución de los bienes y, además, deben emitir un juicio sobre una actividad
incierta y dudosa, por lo cual el arbitrador se sitúa en la zona intermedia entre la
pura sustitución y el puro enjuiciamiento 4 0 .
Si el testador ha nombrado persona para calificar solamente a los pobres,
pero no para distribuir entre ellos los bienes, parece más conforme con la voluntad del testador que sea ella quien también los distribuya, en lugar del albacea, si existe, o del Juez Municipal Párroco y Alcalde 4 1 .
En segundo lugar, en caso de que el testador no haya encomendado a un
tercero las funciones de calificar a los pobres y distribuir los bienes, serán los
albaceas, si los hubiere, los que llevarán a efecto tales funciones. En tal caso,
dice Albaladejo 4 2 , los albaceas ya sean particulares o universales, porque el
37 Diaz Fuentes, loc. cit. supra, n. 26, pág. 160 y 161.
38 Puiz Ferriol, El albaceazgo, 1967, pág. 147 y 148.
39 Díez-Picazo, El arbitrio de un tercero en los negocios jurídicos, 1957, pág. 169. Puede verse
también roca Juan, Determinación indirecta de la prestación en la relación obligatoria (Notas sobre la
determinación al arbitrio de tercero), 1952.
40 Díez-Picazo, loc. cit. supra, n. 39, pág. 171 y 172.
41 Díez-Picazo y Gullón, loc. cit. supra, n. 22.
42 Albaladejo, El albaceazgo, 1967, pág. 269.
artículo 749 no distingue, ven incrementadas sus atribuciones porque la ley les
concede unas facultades más amplias que las que tienen normalmente.
El artículo 907-2 dice que si hubieren sido nombrados, no para entregar los
bienes a herederos determinados, sino para darles la inversión o distribución que
el testador hubiese dispuesto en los casos permitidos por derecho, rendirán sus
cuentas al Juez. Surge la cuestión de si el albacea que califique a los pobres y
distribuya los bienes deberá rendir cuenta al Juez. Parece claro que si dado que
sus funciones son las descritas por el artículo 907-2.
Igual cuestión debe plantearse para la persona que haya designado el testador
de acuerdo con los artículos 671 y 749-2. Lo razonable es que también deba dar
cuentas al Juez, ya que si una persona de confianza del testador como es el
albacea, ejecutor de la voluntad testamentaria, debe rendir cuentas también
deberá hacerlo el tercero designado para funciones que tienen alguna similitud.
En caso de que no se haya encargado a un tercero o que no exista albacea,
los encargados de calificar los pobres y distribuir los bienes serán el Párroco, el
Alcalde y el Juez Municipal. Parece contrario a la voluntad del testador que tales
personas sean herederos del testador aunque con el modo de distribuir los bienes
entre los pobres 4 3 . Si no son herederos el tercero y el albacea, tampoco lo son la
junta de personas que están llamadas a reemplazarlos, y que pueden calificarse
como albaceas legales 44.
En relación a los integrantes de la citada junta hay que señalar que la referencia al párroco será correcta siempre que el testador sea católico, ya que si
.profesara una religión distinta tendría que ocupar el lugar del párroco la autoridad religiosa competente 4 5 . En caso de haber más de un párroco o de un juez
serán competentes las personas cuyo ámbito de actividad comprenda el domicilio del testador 46.
Está claro que la referencia a jueces municipales hay que entenderla referida
a los de Distrito 4 7 .
El Código se limita a decir que los integrantes del organismo de liquidación y
43 Díez-Picazo y Gullón, loc. cit. supra, n. 22.
44 Castán Tobeñas, Derecho Civil Español Común y Foral, 6-2, 1979, pág. 198. Dice Castán que
tales personas actúan como albaceas universales.
45 Albaladejo refiriéndose a la institución en favor del alma dice que el espíritu actual del artículo
747, si el testador no era católico, es que la mitad de los bienes que, de serlo, habría que entregar al
Obispo, deban de darse a la autoridad religiosa de la confesión que profesase. Albaladejo, Curso de
Derecho Civil, V, 1982, pág. 240. Creo que estos argumentos son de aplicación al artículo 749.
46 Galindo Pardo, Explicación doctrinal y práctica del libro 111 del Código Civil, 1986, págs. 725 y
726.
47 Véase el Real Decreto 2.10411977, de 29 dejulio, por el que se aprueba el texto articulado parcial
de la Ley de Bases Orgánica de la Justicia 4211974, de 28 de noviembre, fundamentalmente artículo 1,
disposición adicional primera 2 y disposición final segunda.
atribución resolverán por mayoría de votos. las dudas que ocurran. Sin embargo,
Scaevola 48 plantea diversos interrogantes que reflejan su desconfianza respecto
a un funcionamiento adecuado de la junta de personas llamadas a calificar a los
pobres y distribuir los bienes. Por ejemplo quién cita a los integrantes de tal
junta. Quién ia preside. En qué forma deben consignarse los acuerdos.
Parece claro que esta Junta al estar compuesta, entre otros, por un Juez, no
deberá rendir cuentas en los términos del artículo 907-2.
El último inciso del artículo 749 establece que cuando el testador haya dispuesto de sus bienes a favor de los pobres de uan parroquia o pueblo determinado, regirá lo ordenado en dicho artículo respecto de las personas llamadas a
cumplir la voluntad del testador en relación a los pobres es general.
LA ACEPTACION DE LA HERENCIA A FAVOR DE LOS POBRES
V.
De acuerdo con el artículo 992-3 la aceptación de la herencia que se deje a los
pobres corresponderá a las personas designadas por el testador para calificarlas
y distribuir los bienes, y en su defecto a las que señala el artículo 749, y se
entenderá aceptada a beneficio de inventario.
Según Clemente de Diego 4 V e este precepto lo único necesario es que la
aceptación se entenderá hecha a beneficio de inventario, porque exigir la aceptación como requisito formal es infundado, ya que podría operarse por ministerio
de la ley. y porque las personas ejecutoras de la disposición testamentaria no
pueden renunciar la herencia dado que no son ellos los herederos ni tampoco son
representantes suyos.
La Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de mayo de 1897 dice que la
aceptación de la herencia que el testador dejara a los pobres en general, sin
designación de persona determinada, en uso de la facultad que para ello le otorga
el articulo 749 dei Código Civil, se rige por lo dispuesto en el artículo 992, según
el cual, no siendo posible a los agraciados aceptarla por sí mismos, corresponde
la aceptación, en primer término, a las personas encargadas por el testador de
distribuir sus bienes, y se entiende siempre aceptada a beneficio de inventario,
siguiéndose de ello que las personas llamadas por la ley para aceptar la herencia
carecen de facultades para aceptarla libremente, y por consecuencia de la aceptación pueden los pobres resultar favorecidos, mas nunca perjudicados. Por su
parte, la doctrina es mayoritaria respecto a que no cabe la facultad de renunciar,
se
y algunos resaltan la inmoralidad de tal renuncia ' O . Sin embargo, Peña
48
Scaevoia, loc. cit. supra n. 28, pág. 301.
49 Clemente de Diego, instituciones de Derecho Civil, 111, 1959, pág. 126
50 Puig Peña, Tratado de Derecho Civil español; V-2, pág. 243. Manresa, Cúdigo Civil Español,
VI1, 1943,pag. 369. Scaevola, loc. cit. supra n.25, pág. 302.
51
Peña Bernaldo de Quiros. La herencia y las deudas del causante, 1967, pág. 167
cilestiona por qué asumir herencias cuyo pasivo es notoriamente superior al
activo. A su parecer justamente la sentencia de 25 de mayo de 1897 plantea un
curioso caso en el que se ve como a los pobres les interesa la renuncia: la
testadora. que dejó su propia herencia para dotar a doncellas pobres, falleció
antes de aceptar o renunciar la herencia de su madre, por lo que los albaceas de
la testadora aceptaron ambas herencias y luego resultó que hubo que litigar para
evitar que por las deudas de la madre no fueran embargados los bienes de la
herencias de la hija.
En sentido contrario puede pensarse que la aceptación en el caso que estamos comentando no es sino un molde sin contenido, una fórmula vacía 5 2 . Sánchez Román considera la aceptación en este caso como un requisito meramente
formal que convendrá desaparezca en la revisión del Código j 3 .
Puede argumentarse que el efecto de la aceptación es garantizar la formación
del organismo liquidador de la herencia 5 4 . También que la aceptación determina
el paso de la herencia yacente con posibilidades para toda la cadena de posibles
llamados, a la herencia aceptada en la que desaparecen aquellas posibilidades
Ciertamente el patrimonio persiste, pero eso ocurre siempre tras la aceptación,
tras la cual será la distribución entre los pobres en los términos ordenados por el
testador o suplidos por la ley 5 5 .
Cabe plantearse el sentido que tiene el que tengan que aceptar la herencia a
favor de los pobres otras personas distintas de los beneficiarios. Quizá la solución sería que tal aceptación se considerase realizada por ministerio de la ley a
beneficio de inventario, porque así podría evitarse que por la falta de aceptación
de los llamados a hacerlo se deje sin efecto la herencia a favor de los pobres.
En el caso de los legados a favor de los pobres parece que de acuerdo con la
doctrina general sobre los legados '%o es necesario la aceptación por las personas mencionadas en el artículo 749 para que produzcan efecto. El valor del
legado será el límite para responder por deudas o cargas del testador de acuerdo
con el artículo 858-2, aunque si toda la herencia se distribuye en legados habrá
que estar a lo dispuesto por el artículo 891 que ordena prorratear las deudas y
gravámenes de ella entre los legatorios a proporción de sus cuotas, a no ser que
el testador hubiera dispuesto otra cosa. En tales casos las personas encargadas
de cumplir las disposiciones testamentarias a favor de los pobres deberán pagar
las deudas y cancelar los gravámenes en la parte correspondiente antes de proceder a la distribución de los bienes entre los pobres.
5 2 Díaz Fuentes, loc. cit. supra n. 26, pág, 154.
53
Sánchez Román. loc. cit. supra n. 18. pág. 251
54
Lacruz-Sancho. loc. cit. supra n. 23.
55
Peña Bernaldo de Quiros, loc. cit. supra n. 51.
56 Albaladejo. loc. cit. supra n. 45. pág. 286 y siguientes. Diez Picazo y Gullón loc. cit. supra n. 22,
pág. 534 y siguientes.
VI.
DISTRIBUCION DE BIENES
El procedimiento para la adjudicación de bienes a personas innominadas
regulado en los artículos 1101 a 1129 de la Ley de En.juiciamiento Civil, es
aplicable, entre otros casos, cuando un testador haya ordenado que todo o parte
de sus bienes se distributa entre sus parientes hasta cierto grado, entre los
pobres u otras personas que reúnan ciertas circunstancias, pero sin designarlas
por sus nombres. En cambio, no es aplicable dicho procedimiento cuando el
testador encomienda a un tercero la distribución de las cantidades que deje en
general a clases determinadas, como a los parientes, a los pobres o a los establecimientos de beneficiencia, así como la elección de las personas o establecimientos de beneficiencia, así como la elección de las personas o establecimientos a quienes dichas cantidades deban aplicarse, ya que en estos casos hay que
proceder en la forma ordenada por el testador y sólo en el evento de que dichas
personas no hayan podido cumplir el encargo podrá acudirse al referido procedimiento 5 7 . Tampoco se aplicará el citado procedimiento cuando se trate de una
disposición hecha a favor de los pobres en general y el testador no hubiere
designado las personas encargadas de hacer la calificación de los pobres y la
distribución de los bienes, ya que las funciones se desempeñan por los albaceas
o por el Párroco, Alcalde y Juez de Distrito. En estos casos en los que no cabe
emplear el procedimiento de la Ley de Enjuiciamiento Civil, el Código Civil, en
cuanto lex posterior, ha establecido algunos pi-ocedimientos extrajudiciales que
implícitamente vienen a sustituir o a completar el establecido por la Ley de
Enjuiciamiento Civil s 8 .
En los casos en los que no se aplica el procedimiento para la adjudicación de
bienes a personas innominadas habrá que efectuar el reparto de los bienes en la
forma ordenada por el testador y en caso de que el testador no se hubiera
pronunciado al respecto las personas designadas en el artículo 749 habrán de
decidir por sí mismas. Este artículo no ofrece criterio alguno sino que se limita a
decir tanto la calificación de los pobres como la distribución de los bienes se
harán por las personas mencionadas en tal artículo. Se nota la ausencia de un
criterio como el recogido en el artículo 747 para la herencia en favor del alma, en
el que se dispone que a falta de que el testador especifique su aplicación, los
albaceas venderán los bienes y distribuirán su importe, dando la mitad al Diocesano para que los destine a sufragios y a las atenciones y necesidades de la Iglesia
y la otra mitad al Gobernador civil correspondiente para los establecimientos
benéficos del domicilio del difunto, y en su defecto, para los de la provincia5'.
Ante la ausencia de tales criterios el margen de actuación del tercero, albacea o
57 Gómez Orbaneja y Herce Quemada, Derecho Procesal Civil, 11, 1979, pág. 374 y 375.
58 Prieto Castro, Dei-echo Concursa1 Procedimientos Sucesorios, Jurisdicción Voluntaria, Medidas Cautelares, 1986, pág. 174.
59 h e d e verse sobre el tema Maldonado, Herencias en favor del alama, 1944, pág. 210 y siguientes.
junta de autoridades es amplísimo. En primer lugar estas personas habrán de
pagar los créditos y legados si los hubiere. Será de aplicación el artículo 1030 del
Código Civil que establece que cuando para el pago de aquéllos sea necesaria la
venta de bienes, se realizará ésta en la forma establecida en la Ley de Enjuiciamiento Civil respecto a los abintestatos y testamentarias, salvo si todos los
herederos, acreedores y legatorios acordaren otra cosa. Se pagarán también lás
costas del inventario y demás gastos a que dé lugar la administración de la
herencia de acuerdo con el artículo 1033 del Código Civil. Una vez efectuadas
estas operaciones de liquidación habrá que repartir los bienes entre los beneficiarios.
Esta operación puede resultar ciertamente problemática. Como ya se ha dicho si el testador ha ordenado la forma de hacerlo habrá que cumplir su voluntad. En caso de no hacerlo los problemas prácticos pueden ser importantes. Si el
domicilio del testador es una población pequeña los beneficiarios podrán ser
determinados, pero si el domicilio del testador es una población grande la calificación de los pobres planteará serias dificultades. Respecto a la distribución de
los bienes cabe la doble opción de entregar bienes del testador o proceder a su
venta y repartir la cantidad resultante de dicha operación. Esta segunda posibilidad es mucho más factible.
La vía que será más fácil de seguir por los encargados de calificar los pobres
y distribuir los bienes, a falta de criterio del testador, será la de entregar los
bienes o la cantidad líquida resultante de su venta a una institución benéfica para
que los acogidos a ella sean los beneficiarios de la herencia. .tal como ya estableció el Código Justiniano.
En aquellos casos en los que se aplique el procedimiento de adjudicación de
bienes a que están llamadas varias personas sin designación de nombres, como
órgano jurisdiccional ha de intervenir en este proceso el Juez de primera instancia del domicilio del testador, por aplicación de las reglas 6.a y5." del artículo 63
de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Están legitimadas para promover el procedimiento aquellos que se crean con
derecho a la titularidad hereditaria y el Ministerio fiscal en representación del
Estado, según los artículos 1103 y 1109 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. La
doctrina opina que la referencia al Ministerio Fiscal hay que entenderla efectuada al Abogado del Estado 6 1 . La legitimación pasiva se refiere a todos aque60 Guasp, Derecho Procesal Civil, II - PKARTE Especial, 1977, pág. 542. Manresa y Navarro.
Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento Civil. Y , 1956, pág. 277 y siguientes.
61 La referencia al Ministerio Fiscal hay que entenderla hecha al Abogado de1 Estado, conforme a
lo dispuesto en el artículo 8 del Estatuto de la Dirección General de lo Contenciuso y el Cuerpo de
Abogados del Estado, aprobado por Real Decreto-ley de 21 de enero de 1923, y articulo 55-2 del
Reglamento Orgánico de la Dirección General de lo Contencioso del Estado y del Cuerpo de Abogados
del Estado, aprobado por Decretode 27 dejulio de 1943. Hay que tener en cuenta el articulo 447 de la Ley
Orgánica 611985, de 1 de julio, del Poder Judicial que dispone que la representación y defensa del Estado
corresponderá a los letrados integrados en los servicios jurídicos del Estado.
llos que se enfrentan o pueden enfrentarse con la pretensión del demandante.
En realidad el procedimiento regulado e n los artículos 1101 y siguientes de la
Ley de Enjuiciamiento Civil se limita a que se declare la titularidad hereditaria,
porque el artículo 1123 dice que habrá de procederse por los trámites establecidos para los juicios de testamentaría para el reparto del patrimonio hereditario,
por lo que hay que tener en cuenta lo dispuesto por los artículos 1054 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Según el artículo 40 de la Ley reguladora de Impuesto de Sucesiones de 6 de
abril de 1967 las mandas en favor de los pobres en general ordenadas innominadamente por el testador, los legados dispuestos nominativamente al beneficio de
mutilados absolutos de guerra mediante invocación en el testamento por este
motivo, así como las transmisiones que por herencia o legado causen los religiosos profesos en beneficio de la Orden, Congregación o Comunidad a que pertenezcan se gravarán por el número 1 de la Tarifa y, en su caso, por la letra A) del
número b h 2 .
Respecto a la inscripción de la institución a favor de los pobres en el Registro
de la Propiedad. dice González Porras 6 5 que la persona designada en el testamento, el albacea testamentario o los componentes de la Junta, tienen todas las
caracteristicas de unos titulares fiduciarios a los que se hace la adjudicación de
los bienes de la herencia para liquidar el patrimonio. En cierto modo -sigue
diciendo- y si el testador ha dispuesto del total de su patrimonio a favor de los
pobres y no hay otros interesados, la posición de los fiduciarios es parecida a la
del heredero único; por lo que no cabe destacar la posibilidad de inscripción de
los bienes con una simple instancia descriptiva, teniendo en cuenta el artículo 14
de la Ley Hipotecaria y 7 del Reglamento Hipotecario.
La verdad es que parece innecesario proceder a inscribir los bienes a nombre
de los encargados de calificar los pobres y distribuir los bienes, en caso de que
se haya dispuesto del total de la herencia a favor de los pobres. No obstante,
puede efectuarse tal inscripción de acuerdo a lo establecido en el artículo 2,
apartado 3 , de ia Ley Hipotecaria. que dispone que en los Registros se inscribirán los actos y contratos en cuya virtud se adjudiquen a algunos bienes inmuebles o derechos reales. aunque sea con la obligación de transmitirlos a otro o de
invertir su importe en objeto determinado. La vía a seguir será la establecida en
el artículo 80 apartado I letra b del Reglamento Hipotecario, que establece que
para obtener la inscripción de adjudicación de bienes hereditarios, o cuotas
indivisas de los mismos, se deberá presentar escritura de manifestación de herencia, debiendo tenerse también en cuenta el artículo 82 de los encargados de
62 La Sala 3,"del Tribunal Supremo en Sentencia de 21 de octubre de 1907 resolvió que el legado en
favor de los pobres no debe entenderse>a los efectos del impuesto, como legado efectuado en favor del
alma, sino legado hecho a favor de personas extrañas al testador y sujetas a tributacibn.
63 Gonzalez Porras. Comentarios al Código Civil dirigidos por Albaladejo, X-1, 1987, pág. 73.
calificar los pobres y distribuir las bienes, pero con la finalidad de cumplir la
voluntad del testador de que los beneficiarios de ellos sean los pobres.
Lo más lógico será no inscribir a favor de los encargados de calificar los
pobres y distribuir los bienes, sino que en caso de venta de los bienes a terceros
se proceda de acuerdo con el artículo 20, inciso cuarto, de la Ley Hipotecaria,
que dice que no será necesaria la previa inscripción o anotación a favor de los
mandatarios, representantes, liquidadores, albaceas y demás personas que con
carácter temporal actúen como órganos de representación y dispongan de intereses ajenos en la forma permitida por las leyes. Los terceros adquirentes de los
bienes podrán inscribir presentando la escritura de compraventa en la que se
habrá dejado constancia de las circunstancias que concurren en tal transmisión.
Si no se ha dispuesto del total hereditario a favor de los pobres. para inscribir
habrá que presentar, de acuerdo con el artículo 80, apartado l.(', letra a del
Reglamento Hipotecario, escritura de partición, escritura o, en su caso, acta de
protocolización de operaciones particionales formalizadas con arreglo a las leyes, o resolución judicial firme en la que se determinen las adjudicaciones a cada
interesado, cuando fuesen varios los herederos.
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