rdávtadect d3raleseath Wadaddet Yema' f Ca "A Do re sa N ° 15.324 -Sala IIila, S.L.; Barrera A.; ínguez, F.B. s/ urso de casación" RO N° jcip. 9 93. klANiRJIMENAMO SECRETARIADEC ÁMARA ///la ciudad de Buenos Aires, a los 31 días'del mes de,/ // mayo del año dos mil doce, se reúne la S Federal de Casación Penal integrada por el doctor Alejandro W. Slokar como Presidente, y las doctoras A a María Figueroa y Angela E. Ledesma como Vocales, asistidos or la Secretaria de Cámara, abogada María Jimena Monsalve, con el objeto de dictar sentencia en la causa n° 15.324 caratul da: "Avila, Leandro; Barrera, Alicia y Domínguez, abiana Beatriz s/ recurso de casación", con la intervención d 1 representante del Ministerio Público Fiscal ante esta Cama a, Ricardo Gustavo Wechsler y de la defensora oficial Mariana Grasso. Habiéndose efectuado el sorteo p ra que los señores jueces emitan su voto, resultó designado pa a hacerlo en primer término la doctora Figueroa y en segundo y tercer lugar los doctores Ledesma y Slokar, respectivamente La señora jueza doctora Ana. Marí Figueroa dijo: 1 2 ) Que la Cámara Federal de Apel ciones de la ciudad de Salta, con fecha 5 de diciembre de 20 1 resolvió: LUGAR al recurso de apelación interpuesto "HACER or el representante del Ministerio Público Fiscal, y en cons cuencia REVOCAR el auto de fs. 10/12 vta., por el que se conce ió la excarcelacíon de Silvio Leandro Avila, Alicia Barrera y Fabiana Beatriz Domínguez", procediéndose a su inmediata de ención —fojas 47/51 vuelta.-. Que para resolver como lo hizo e tribunal de grado, haciendd referencia al fallo plenario númer 13 de esta Cámara, destacó que los tres imputados fueron proc sados y se dictó la prisión preventiva de los mismos por el de ito de tenencia de estupefacientes con fines de comercializ ción -articulo 51? inciso "c" de la ley 23.737- y que en el ca o de Alicia Barrera concurría además del tipo señalado la agrav nte por servirse de 6(1( tez. una menor -artícul 5,2 inciso "c" y 11 inciso "a" de la ley 23.737-. Agregar n que la amenaza de pena influye "indefectiblemente incrementando la presunción de que los imputados eludirán la acción de la justicia" así como la forma en que se descubrió el ilícito y en este sentido, señalaron que existían en la ciud d de Tartagal expendios de drogas donde las personas incluidos menores de edad concurrían a adquirirlas, así como la "gr n cantidad" envoltorios y que de droga acondicionada en los vecinos quienes fueron denunciantes reclamaban el cese de dicha actividad, que sus hijos no podían salir de sus casas ante el "temor que les pase algo por la venta de drogas", destacando el miedo que tenían por la cantidad de delit s que se perpetraban, tales como robos, agresiones que suf ían, uso de armas, amenazas, hechos que ponen en riesgo la vida y la seguridad de los habitantes del lugar. Que ad más consideraron por lo expuesto precedentemente, co cita de la Carta de las Naciones Unidas, que era responsa ilidad del Estado adoptar las medidas preventivas para pr teger a las personas que son víctimas "de esas conductas- y q e "los nombrados realizaban en su domicilio los hechos que se le endilgan, sumado a que gozan de mal concepto entre sus vecinos, pues fueron personas de su barrio quiénes la denunci ron, a lo que cabe agregar el negativo informe socio ambie tal efectuado en los domicilios" de Barrera y Domínguez, pues frecuente jóvene de él surge que "se reunían de manera a consumir bebidas alcohólicas incrementándose los hechos delictivos, peleas y detonaciones de armas de fuego, sum do a que por comentarios de otros vecinos en los domicilios de las ambientadas se comercializaba estupefacientes". E cuanto a Avila, señalaron que "poseen una conducta abiertamen e desafiante y contraria al cumplimiento y obligaciones de la ey (como así también a las reglas sociales y morales), con 1 que para nada se puede establecer una presunción en su favor a los fines de demostrar el beneficio otorgado". Ca sa N° 15.324 -Sala II"A ila, S.L.; Barrera A.; Do ínguez, F.B. s/ re urso de casación" mARIAJMENA walrrammwoMmRA Por último, expresaron los Sres. Camaristas a fojas 47/51 vta. que la causa se encontraba pró ima a ser elevada a juicio y el Ministerio Público Fiscal requ rió su elevación en los términos del artículo 347 del rito y d acuerdo al informe de fojas 75 -suscripto por la Sra. secret ria de esta Sala-, surge que el 22 de mayo la causa ya ha ía sido elevada al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de S lta quien la había devuelto al "Juzgado Federal por encont arse pendiente la notificación del auto de elevación a juici o con respecto a la defensa particular de Julia Alejandra "permitiría Mejías", lo que que los procesados sean juz ados en un tiempo razonable". 29.) Que contra dicha decisión, i terpuso recurso de casación la defensa oficial, la cua afirmó que el pronunciamiento cuestionado no se ajust ba a la doctrina plenaria que al respecto había dictado e ta Cámara, que se hizo "mérito exclusivamente de la escala pu itiva prevista para los delitos endilgados, sin efectuar una evaluación de los peligros procesales"; que sus asistidos no poseen antecedentes penales; que rige el principio de ino encia; se explayó respecto de la obligatoriedad de los'fallo resolución es plenarios; que 41a "nula de nulidad absol ta MOTIVACION, debido que, a la par por FALTA DE de ,remitirse a otra resolución, violándose así el princ pio procesal de autosuficiencia" y finalmente, concluyó que no había riesgos de "presunción de fuga" e hizo expresa reserv del caso federal. 39) Que dicho recurso fue conc dido a fojas 61/62 vuelta, siendo mantenido a fojas 63. 49) Que a fojas 67, se fijó audie cia a los fines del artículo 465 bis del CPPN, en función de os artículos 454 y 455 del mismo ordenamiento legal. Celebra a la audiencia, la Sra. Defensora Oficial "mantuvo el recu so e hizo uso del derecho que la norma le confiere de presen ar breves notas". 1º) Que como fuera señalado recedentemente, el vila, Barrera y Domínguez es el previsto en delito imputado a el artículo 59 in iso "c" de la ley 23737 y en el caso de agravante del artículo 11 inciso "a" del Barrera concurre e mismo ordenamiento legal. artiendo de los parámetros que estableciera 22) Que al emitir mi voto en la causa n° 14.855 "Islas, Benjamín Gustavo; Amarilla, Osvaldo Darío s/recurso de casación e inconstitucionalid d", registro número 19.553 del 12 de diciembre de 2011, advierto que más allá de los esforzados efensa para poner en crisis la decisión argumentos de la cuestionada, advie to que el a quo ha analizado los elementos de convicción mínim s y necesarios para el adecuado tratamiento de la cuestión, d fijados y en cumpl' conformidad con los lineamientos antes iento de la pauta aludida. Lo reseña o, se ve confirmado con las referencias a los legajos de pe sonalidad, agregados a los incidentes de excarcelación resp ctivos, que dan cuenta en lo que hace a Silvio Avila que s su familia, "a bien se trata de un chico colaborador con r íz de malas amistades actúa de manera diferente fuera de su domicilio"; Alicia Barrera, cuya vecina manifestó que "en se domicilio se juntan numerosas personas tanto masculinas omo femeninas ocurre en horario incrementaron los peleas, discusione de la hechos desconocidas, esto síempre noche y que a raíz de delictivos, esto se también se escuchan y detonaciones de arma de fuego" y finalmente concluyó que allí "se comercializan drogas". Otro elem nto, que no puede dejarse de lado el que fue considerado por el tribunal de grado, a estos fines, es que en la denuncia for ulada por una vecina puntualiza que en el barrio Picapiedra raíz de la venta de droga ocurren robos, asaltos, se agrede físicamente en la calle a cualquier hora del día, no respeta nada y que cuando quieren "hacer algo para cambiar todo esto, on amenazados, le apedrean /a casa y hasta van y le hacen tiro (disparos con arma de fuego) en /a puerta de la casa". En consec encia, no cabe duda que el a quo dio Penal Ca u/k. D re sa N° 15.324 -Sala /Tila, S.L.; Barrera A.; ínguez, F.B. s/ urso de casación" respuesta a todas las cuestiones que deb n ser contempladas para estos casos según la legislación la jurisprudencia aplicables y de acuerdo a lo fallado por la suscripta en la causa nro. n° 14.855 "Islas Benjamín Gusta ; Amarilla, Osvaldo Darío s/recurso de casación e inconstituc onalidad" (Reg. n° 19.553 del 12/12/11). Por ello, en definitiva, propicio al acuerdo rechazar el recurso de casación interpuesto, con co tas. Tal es mi voto. La señora juez Angela Ester Lede ma dijo: a. La impugnación se dirige cont a la decisión de la Cámara Federal de Salta, que revocó la el juez que había excarcelado a Silvio Leandro Ávila, Fabiana Beatriz Domínguez y Alicia Barrera (cfr. fs. 10/12 vta.). S imputa a los dos primeros el delito de transporte de est efacientes y a la última de las nombradas igual calificación más la agravante de haberse servido de menores de edad (arts. 5, inc. "c", y 11, inc. "a", ley 23.737). b. He de señalar que, en lo a inente a la medida cautelar, el artículo 280 del CPPN (regla general) establece que la libertad personal sólo podrá ser restringida en los límites absolutamente indispensables ara asegurar el descubrimiento de la verdad y la aplica ión de la ley. Se receptan de este modo los principios i stituidos por los artículos 18, 14 y 75 inciso 22 de la CN, y 8 CADH y 9 y 14 PIDCyP. Es así que, toda decisión jurisd ccional tendiente 'a privar provisionalmente de la libertad 1 imputado deberá necesariamente indicar las razones obje ivas que permitan sostener que aquél obstruirá los fines d 1 proceso. De tal suerte, "si los magistrados que entienden e la causa no tienen la posibilidad de demostrar que existe suf ciente evidencia de una eventual intención de fuga u oculta iento, la prisión preventiva se vuelve injustificada" (I forme 2/97 de la Comisión IDH, párr. 30). En esta dirección, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que "las autoridades nacionales deben ofrecer los fundara ntos suficientes que permitan conocer los motivos por los cuales se mantiene la restricción de /a libertad, la cual, ara que sea compatible con el artículo 7.3 de la Convención Am ricana, debe estar fundada en la necesidad de asegurar que el etenído no impedirá el desarrollo eficiente de las investigaci nes ni eludirá la acción de /a justicia." (Caso Bayarri vs Ar entina, resuelto el 30/10/08, por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con cita de la causa "Chaparro vs. Ecuad r" del mismo Tribunal). En conse uencia, los jueces podrán disponer una medida cautelar máx ma -encarcelamiento- de acreditarse razones suficientes que ustifiquen la presunción contraria al principio de perman ncia en libertad. c. Los f ndamentos de la resolución recurrida (ver fs. 47/52) se basan en diversas cuestiones. En primer lugar, la Cámara sostuvo que "la figura en que se subsumió 1 conducta de los causantes contiene una escala penal eleva a, que si bien no es determinante para presumir un futuro menoscabo para los fines del proceso y admite prueba en co trario, la conminación penal considerable influye indefectibl mente incrementando la presunción de que los imputados eludi án la acción de la justicia, dado que ante la mayor punibilida del delito, mayor será el riesgo de que el potencial excarcelado con su fuga impida la culminación del proceso y la eventu 1 condena" (fs. 48 vta./49). Ahora bie , el quantum de la pena en expectativa ipo penal resulta insuficiente para el prevista para el mantenimiento de la medida cautelar (cfr. mi voto en la causa de la Sala III nr . 10.003, "Peralta, Carlos Alberto s/ recurso de casació ", reg. nro.: 1628/08, rta: 19/11/2008, entre muchas otras ; de modo que resultan necesarios otros criterios para mant ner la detención cautelar. En esa lí ea, en la resolución bajo examen se agregó que "el objeto orig n de autos constituye un delito relacionado deicrith SrukaomMUNOA SECRETARIA DE C Ca "A Do re sa N ° 15.324 -Sala IIila, S.L.; Barrera A.; ínguez, F.B. S/ urso de casación" con el comercio de estupefacientes, debie do ponderar el modo en que se produjo el descubrimiento del ilícito, originado cuando personal del Drogas Peligrosas lu go de haber tomado conocimiento que en distintos domicilio de la ciudad de Tartagal existían expendios de drogas onde las personas incluidos menores de edad concurrían a adquirirlos, logró detener a los imputados con una gran canti ad acondicionada en envoltorios, lo que indicaría que a Si vio Leandro Ávila, Alicia Barrera y Fabiana Beatriz Domíngu z se les impondrá un[a] pena de elevado monto que refuerza 1 a presunción de que en caso de proseguir en libertad intent rán sustraerse del proceso y evitar el juicio oral" (fs. 49). Al respecto, debo decir que las características del hecho, enunciado del modo en que se hizo n la decisión bajo examen, no constituyen más que una alega ión genérica de la cual no es posible inferir el ento pecimiento de la investigación o la fuga por parte de lo imputados. He de señalar que "no es legítimo invocar las necesidades de la investigación de manera general y abstract para justificar la prisión preventiva", (Comisión IDH, Inform 2/97, S§ 33 y 34). Ello es así pues -tal como se desprende de la argumentación de la Cámara-, la enunciación de la gravédad d 1 hecho reconduce a la cuantía de la pena con la que se conmin la conducta y, por lo tanto, a las consideraciones reali adas anteriormente respecto de la insuficiencia de ello para ecidir la cuestión aquí planteada. Además, es apropiado señalar que el Comité de Derechos Humanos (órgano de aplicación del P.I.D.C.P.), en el caso de una persona de la que se so pechaba que había participado en delitos graves (conspira ión para importar cocaína), sostuvo que "se deben respeta los derechos que tiene esa persona con arreglo al Pacto" (Co N° 193/1985, Giry v. República Dominicana, 20/07/1990, § 5. 3). Por lo tanto, resultaba necesaria una mayor fundamentaci n para concluir por qué ese tipo de delitos representarían una gravedad tal por la cual no serían aplicables los parámet os del art. 9.1, P.I.D.C.P. Luego, el tribunal de apelaciones agregó que "no puede perderse la s tuación de la vecina denunciante [-], que reclamaba la cesaci n del tráfico de drogas que se realiza en el lugar, al manifestar que se encontraba cansada de que sus hijos no puedan sa ir de su casa ante el temor que les pase algo por la venta d drogas, y que veía muchos menores de edad que transitan 1 s calles drogados y en busca de estupefacientes, se alando, además, el miedo de ella y otros vecinos por los d litos, robos, agresiones y amenazas que sufrían"; por lo ue cabía "evitar que la denunciante sea objeto de represali s" (fs. 49). Señaló qu "[1]as circunstancias expuestas evidencian una situación que requiere de una especial tutela de los órganos jurisdiccio ales intervinientes, para evitar que los reclamos de justici de la sociedad queden desahuciados" (fs. 49 vta.). En la mi ma línea de razonamiento expuso que los acusados "gozan de mal concepto entre sus vecinos [y] el negativo informe so io ambiental efectuado en los domicilios de Alicia Barrera y Fa iana Beatriz Domínguez pues de él surge que se reunían de man ra frecuente jóvenes a consumir bebidas alcohólicas increm ntándose los hechos delictivos, peleas y detonaciones de arm de fuego, sumado a que por comentarios de otros vecinos en los domicilios de las ambientadas se comercializaba[n] stupefacientes. Asimismo, del realizado en el do icilio de Sergio Alejandro Ávila, los vecinos manif staron que no tenían problemas informe si bien con el nombrado, sostuvier n que a raíz de las malas amistades actuaba de manera diferente fuera de su domicilio". Según la Cámara, nferir que poseen una conducta abiertamente desafiante y contra ia al cumplimiento y obligaciones de la ley (como así tambi n de las reglas sociales y morales), con lo todo ello "permite que para nada se pu de establecer una presunción en su favor a los fines de demost ar el beneficio otorgado" (fs. 50). Ninguna d esas consideraciones son válidas pues, elt<ZI MAMAMMENAMO Ca "A Do re sa N° 15.324 -Sala IIila, S.L.; Barrera A.; ínguez, F.B. s/ urso de casación" SECRETARIA DF CAMARA como lleva dicho la Corte Interamericana Derechos Humanos, "[1]as características personales del puesto autor y la gravedad del delito que se le imputa no on, por sí mismos, justificación suficiente de la prisión pr ventiva" ("Bayarri vs. Argentina", Serie "C", Nro. 187, rta.: 30/10/2008, S 74), por lo que las opiniones que de él, o el a en nuestro caso, tengan terceras personas no constituyen un elemento lícito sobre el cual se pueda inferir la exist ncia de un riesgo procesal. Sin embargo, resultan necesarias otras apreciaciones si con esa afirmación se estuviese hac endo alusión a la probabilidad de la comisión de nuevos deli os por parte de la acusada. Es del caso recordar que "se debe desechar todos los demás esfuerzos por fundamentar la prisión durante el proceso basados, por ejemplo, en fines preventivos omo la peligrosidad del imputado, la posibilidad de que cometa elitos en el futuro o la repercusión social del hecho, [...] orque se apoyan en criterios de derecho penal material, no pro esal, propios de la respuesta punitiva" (cfr. Comisión IDH, In . 35/2007, "Peirano Basso vs. Uruguay", S84). También se deben descartar de p ano los argumentos relacionados con la "alarma social". Al respecto, tiene dicho la Comisión IDH que "estándares como 'alarma social', 'repercusión social', 'peligrosidad' o lgún otro [-] se fundamentan en criterios materiales, desvi túan la naturaleza cautelar de la prisión preventiva al onvertirla en una verdadera pena anticipada, pues el predic mento de que todos los culpables reciban pena presupone, prec 'samente, la previa declaración de su culpabilidad" (Info e 35/07, "Peirano Basso", S141). Entonces, "[q]ueda claro [...] que la alarma social generada por el hecho objeto del pro eso jamás puede ser considerada un criterio legítimo en la t ma de la decisión acerca de la privación de la libertad" (Bovino, Alberto, Problemas del derecho procesal penal compa rado, Buenos Aires, Del Puerto, 1998, p. 173). Otro de los argumentos utilizad s por la Cámara de Apelaciones para r adoptar las medidas personas que son v jurisdicción median vocar la libertad, es que "corresponde preventivas para asegurar al Estado y a las ctimas de esas conductas el derecho a la e la persecución penal de los responsables y, en su caso, la efectiva imposición de pena, obligación do Nacional y cuyo incumplimiento puede jurídico orden al frente acarrear respons bilidad internacional" (fs. 49 vta.). Este arg mento, en verdad, no se vincula con la internacionales cuestión a decidi , pues los compromisos asumida por el Est adoptados en nada i fluyen respecto de las evaluaciones que los jueces deben hacer -sujetándose exclusivamente a la ley- en de riesgos procesales que relación con la ex stencia, o no, del imputado (art. 280, ameriten la deten ión ,cautelar explicó por qué no serían C.P.P.N.). En tal entiglo, no se aplicables los arts. 9.1, P.I.D.C.P ("nadie podrá ser privado ley") y de su libertad, sa vo por las causas fijadas por la 7.2, C.A.D.H. ("Nad' e puede ser privado de su libertad física, salvo por las causa y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituci nes Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas onforme a ellas"). Finalment , en la resolución puesta en crisis se de que la causa se encuentre próxima a ser agregó que "el hech elevada a juicio (a t. 346 del C.P.P.N.) indica que existe en su contra un grado e presunción de culpabilidad que deriva de la prueba acumulada prima facie en su contra que lo[s] sindica como autores bles del hecho que se le[s] endilga, lo que respons chas de que se sustraerán de la justicia, acrecienta las sosp sar que los encartados poseen una mayor pues es lógico pe condenados por lo que preferirán evadirse probabilidad de ser que someterse a él o concurrir ante el del proceso antes llamado de la justi ia" (fs. 51). En este p nto, por tratarse de cuestiones que hacen al derecho materia y escapan del ámbito procesal de las las consideraciones de la Cámara se medidas cautelares presentan desprovistas de todo análisis respecto del caso en MAMAMENAND Ca sa N° 15.324 -Sala II"A ila, S.L.; Barrera A.; Do ínguez, F.B. s/ re urso de casación" SITSFMSMnfeMMRA concreto, pues no se fundamentó cómo se i fiere de ello que, puestos en libetad, los imputadob in entarán fugarse o entorpecer la investigación; específicamen e, no surge de las constancias de la causa que la so tura conlleve el amedrentamiento de testigos, tal que pu iera en riesgo la investigación que, por otro lado y dado el estado procesal del asunto, se encuentra concluida (cfr. mi vo o en la causa de la Sala III, 11.708, "Pérez Miranda, María aulina s/ rec. de casación", reg. nro.: 37/10, rta.: 10/02/2 10). Antes de finalizar, considero ne esario referirme a la consideración de que "[a]sí las c sas, los extremos expuestos y considerados en conjunto const' tuyen un obstáculo excluyente para que Silvio Leandro Ávila Alicia Barrera y Fabiana Beatriz Domínguez permanezcan e libertas, por el riesgo procesal que implicaría sus soltura " (fs. 51). Al respecto, es preciso mencionar que la demostración de los factores vinculados con la posibl existencia de los riesgos procesales de elusión del proces , se encuentran en cabeza del Ministerio Público Fiscal. P r lo que no puede atribuírsele al imputado la falta de elem ntos objetivos que demuestren su arraigo o que no entorpecerá la investigación. En efecto, es ilustrativo señalar que en esta instancia, el representante de la vindicta pública no se presentó a la audiencia correspondiente (ver constanci s de fs. 76), ni aportó pruebas que permitan inferir los ex remos que autorizan el encarcelamiento preventivo. En este sentido, conviene recor ar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha4ad ertido que "no es legítimo invocar las necesidades de la inv stigación de manera general y abstracta para justificar /a p isión preventiva-, sino que "dicha justificación debe fundame tarse en un eli ro efectivo de que el proceso de investigació será impedido por la liberación del acusado" (Informe Nro.: 2 97, 5 34; subrayado agregado). También la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que "la restricción de la liber ad, [...] debe estar fundada en la necesidad de asegurar que el etenido no impedirá el desarrollo efici ente de las investigaciones ni eludirá la acción de la justi cía" (Caso "Bayarri vs. Argentina", rto: 30/10/2008, con ci ta de "Chaparro vs. Ecuador" del mismo Tribunal; subrayado agregado). Antes de concluir es necesario señalar que la l os cuestión fue analiz da en forma conjunta respecto de todos aquí imputados. La particulares circunstancias que rodean a como la naturaleza del bien jurídico comprometido (liber ad), tornan inviable cualquier análisis que prescinda de las particularidades de cada uno de los cada persona así ue sólo pueden ser generados por personas, involucrados. Dado lós riesgos para el proceso (reitero, únicos fundamentos válidos para restri gir la libertad), deben estar referidos a ellas en forma indi idual. En sínte is, mediante afirmaciones dogmáticas el tribunal incurrió n un supuesto de arbitrariedad (Fallos 316:321 y 1285, 318 2299 y 2424; 319:1741; 322:2067; 323:1989) que priva de efecto En efecto al acto. lo precedentemente expuesto me permite sostener que corres onde mantener la libertad dispuesta por el juez instructor. La solución aquí propuesta, se enmarca en los lineamientos sentad s por esta Cámara en el plenario nro. 13 "Díaz Bessone, Ram n Genaro s/ recurso de inaplicabilidad de ley", resuelto el 3 /10/08. d. Sin p rjuicio de ello, resulta procedente la imposición de una c ución personal en los términos del artículo 322 del CPPN, con rreglo a lo dispuesto en el artículo 320, último párrafo ibí em y de toda otra medida conducente para asegurar de manera suficiente la sujeción al proceso y la realización del jui io, tales como la obligación de comparecer periódicamente ante la sede del tribunal, la prohibición de salida del país, en re otras (arts. 310 del CPPN). En consec encia, corresponde hacer lugar al recurso de casación interpu sto a fs. 53/61 vta., casar la resolución de fs. 47/52 y man ener la excarcelación concedida a Silvio Leandro Ávila, Fabi na Beatriz Domínguez y Alicia Barrera bajo 'retar-ara thsed4 Waaaorktn Yettai Ca sa N° 15.324 -Sala /I"A ila, S.L.; Barrera A.; Do ínguez, F.B. si re urso de casación" caución personal, sin costas (artículos 14, 18, 75 inc. 22 de la CN, 7, 8 de la CADH, 9, 14 del PIDCyP, 123, 168, 280, 320, 322, 456 inc. 2°, 471, 530 y 531 del CPPN) Tal es mi voto.- El señor juez Dr. Alejandro W. S okar dijo: Adhiero en lo sustancial a la sol ción propiciada por la juez Ledesma en orden a mantener la e carcelación de los imputados dispuesta por el juez de gr do, junto con las restricciones consideradas en el punto d) e su voto. Es mi voto. Por ello, en mérito al resul ado habido en la votación que antecede, por mayoría, el tri unal RESUELVE: HACER LUGAR al recurso de casaca n interpuesto, SIN COSTAS, CASAR la resolución de fs. 47 52 y MANTENER la excarcelación concedida a Silvio Leandro Áv la, Fabiana Beatriz Domínguez y Alicia Barrera bajo caución per onal (arts. 14, 18, 75 inc. 22 de la CN, 7, 8 de la CADH, 9, 4 del PIDCyP, 123, 168, 280, 320, 322, 456 inc. 2°, 471, 530 531 del CPPN). Regístrese, hágase saber y remít nse las actuaciones a la Cámara Federal de Apelaciones de 1 ciudad de Salta, provincia de Salta, sirviendo la present envío. de atenta nota de ALEJANDRO W. SLOKAR Dra. ANA MARIA MUERDA Ante mí: nt\l 04ARIAJIMENANIONSALVE SECRETARtADECANIARA ELA ESTER LEDESMA . I