CNCP Sala II alarma social, prueba de peligro a cargo MPF, voto

Anuncio
rdávtadect d3raleseath Wadaddet Yema'
f
Ca
"A
Do
re
sa N ° 15.324 -Sala IIila, S.L.; Barrera A.;
ínguez, F.B. s/
urso de casación"
RO N° jcip. 9 93.
klANiRJIMENAMO
SECRETARIADEC ÁMARA
///la ciudad de Buenos Aires, a los 31
días'del mes de,/ //
mayo del año dos mil doce, se reúne la S
Federal de Casación Penal integrada por el doctor Alejandro W.
Slokar como Presidente, y las doctoras A a María Figueroa y
Angela E. Ledesma como Vocales, asistidos
or la Secretaria de
Cámara, abogada María Jimena Monsalve, con el objeto de dictar
sentencia en la causa n° 15.324 caratul da: "Avila,
Leandro; Barrera, Alicia y Domínguez,
abiana Beatriz s/
recurso de casación", con la intervención d 1 representante del
Ministerio Público Fiscal ante esta Cama a, Ricardo Gustavo
Wechsler y de la defensora oficial Mariana Grasso.
Habiéndose efectuado el sorteo p ra que los señores
jueces emitan su voto, resultó designado pa a hacerlo en primer
término la doctora Figueroa y en segundo y tercer lugar los
doctores Ledesma y Slokar, respectivamente
La señora jueza doctora Ana. Marí
Figueroa dijo:
1 2 ) Que la Cámara Federal de Apel ciones de la ciudad
de Salta, con fecha 5 de diciembre de 20 1 resolvió:
LUGAR al recurso de apelación interpuesto
"HACER
or el representante
del Ministerio Público Fiscal, y en cons cuencia REVOCAR el
auto de fs. 10/12 vta., por el que se conce ió la excarcelacíon
de Silvio Leandro Avila, Alicia Barrera y Fabiana Beatriz
Domínguez", procediéndose a su inmediata de ención —fojas 47/51
vuelta.-.
Que para resolver como lo hizo e
tribunal de grado,
haciendd referencia al fallo plenario númer
13 de esta Cámara,
destacó que los tres imputados fueron proc sados y se dictó la
prisión preventiva de los mismos por el de ito de tenencia de
estupefacientes con fines de comercializ ción -articulo 51?
inciso "c" de la ley 23.737- y que en el ca o de Alicia Barrera
concurría además del tipo señalado la agrav nte por servirse de
6(1( tez.
una menor -artícul
5,2 inciso "c" y 11 inciso "a" de la ley
23.737-. Agregar n que la amenaza de pena influye
"indefectiblemente
incrementando la presunción de que los
imputados eludirán la acción de la justicia" así como la forma
en que se descubrió el ilícito y en este sentido, señalaron que
existían en la ciud d de Tartagal expendios de drogas donde las
personas incluidos menores de edad concurrían a adquirirlas,
así como la "gr n cantidad"
envoltorios y que
de droga acondicionada en
los vecinos quienes fueron denunciantes
reclamaban el cese de dicha actividad, que sus hijos no podían
salir de sus casas ante el "temor que les pase algo por la
venta de drogas",
destacando el miedo que tenían por la
cantidad de delit s que se perpetraban, tales como robos,
agresiones que suf ían, uso de armas, amenazas, hechos que
ponen en riesgo la vida y la seguridad de los habitantes del
lugar.
Que
ad más
consideraron
por
lo
expuesto
precedentemente, co cita de la Carta de las Naciones Unidas,
que era responsa ilidad del Estado adoptar las medidas
preventivas para pr teger a las personas que son víctimas "de
esas conductas- y q e "los nombrados realizaban en su domicilio
los hechos que se le endilgan, sumado a que gozan de mal
concepto entre sus vecinos, pues fueron personas de su barrio
quiénes la denunci ron, a lo que cabe agregar el negativo
informe socio ambie tal efectuado en los domicilios" de Barrera
y
Domínguez, pues
frecuente jóvene
de él surge que
"se reunían de manera
a consumir bebidas alcohólicas
incrementándose los hechos delictivos, peleas y detonaciones de
armas de fuego, sum do a que por comentarios de otros vecinos
en los domicilios
de las ambientadas se comercializaba
estupefacientes". E
cuanto a Avila, señalaron que "poseen una
conducta abiertamen e desafiante y contraria al cumplimiento y
obligaciones de la
ey (como así también a las reglas sociales
y morales), con 1
que para nada se puede establecer una
presunción en su favor a los fines de demostrar el beneficio
otorgado".
Ca sa N° 15.324 -Sala II"A ila, S.L.; Barrera A.;
Do ínguez,
F.B.
s/
re urso de casación"
mARIAJMENA
walrrammwoMmRA
Por último, expresaron los Sres. Camaristas a fojas
47/51 vta. que la causa se encontraba pró ima a ser elevada a
juicio y el Ministerio Público Fiscal requ rió su elevación en
los términos del artículo 347 del rito y d acuerdo al informe
de fojas 75 -suscripto por la Sra. secret ria de esta Sala-,
surge que el 22 de mayo la causa ya ha ía sido elevada al
Tribunal Oral en lo Criminal Federal de S lta quien la había
devuelto al "Juzgado Federal por encont arse pendiente la
notificación del auto de elevación a juici o con respecto a la
defensa particular de Julia Alejandra
"permitiría
Mejías", lo que
que los procesados sean juz ados en un tiempo
razonable".
29.) Que contra dicha decisión, i terpuso recurso de
casación la defensa oficial, la cua
afirmó que el
pronunciamiento cuestionado no se ajust ba a la doctrina
plenaria que al respecto había dictado e ta Cámara, que
se
hizo "mérito exclusivamente de la escala pu itiva prevista para
los delitos endilgados, sin efectuar una evaluación de los
peligros procesales"; que sus asistidos no poseen antecedentes
penales; que rige el principio de ino encia; se explayó
respecto de la obligatoriedad de los'fallo
resolución es
plenarios; que 41a
"nula de nulidad absol ta
MOTIVACION, debido que, a
la par
por FALTA DE
de ,remitirse
a otra
resolución, violándose así el princ pio procesal de
autosuficiencia" y finalmente, concluyó que no había riesgos de
"presunción de fuga" e hizo expresa reserv
del caso federal.
39) Que dicho recurso fue conc dido a fojas 61/62
vuelta, siendo mantenido a fojas 63.
49) Que a fojas 67, se fijó audie cia a los fines del
artículo 465 bis del CPPN, en función de
os artículos 454 y
455 del mismo ordenamiento legal. Celebra a la audiencia, la
Sra. Defensora Oficial "mantuvo el recu so e hizo uso del
derecho que la norma le confiere de presen ar breves notas".
1º) Que como fuera señalado
recedentemente, el
vila, Barrera y Domínguez es el previsto en
delito imputado a
el artículo 59 in iso "c" de la ley 23737 y en el caso de
agravante del artículo 11 inciso "a" del
Barrera concurre e
mismo ordenamiento legal.
artiendo de los parámetros que estableciera
22) Que
al emitir mi voto en la causa n° 14.855 "Islas, Benjamín
Gustavo; Amarilla,
Osvaldo Darío s/recurso de casación e
inconstitucionalid d", registro número 19.553 del 12 de
diciembre de 2011,
advierto que más allá de los esforzados
efensa para poner en crisis la decisión
argumentos de la
cuestionada, advie to que el a quo ha analizado los elementos
de convicción mínim s y necesarios para el adecuado tratamiento
de la cuestión, d
fijados y en cumpl'
conformidad con los lineamientos antes
iento de la pauta aludida.
Lo reseña o, se ve confirmado con las referencias a
los legajos de pe sonalidad, agregados a los incidentes de
excarcelación resp ctivos, que dan cuenta en lo que hace a
Silvio Avila que s
su familia, "a
bien se trata de un chico colaborador con
r íz de malas amistades actúa de manera
diferente fuera de su domicilio"; Alicia Barrera, cuya vecina
manifestó que "en
se domicilio se juntan numerosas personas
tanto masculinas
omo femeninas
ocurre en horario
incrementaron los
peleas, discusione
de
la
hechos
desconocidas,
esto síempre
noche y que a raíz de
delictivos,
esto se
también se escuchan
y detonaciones de arma de fuego"
y
finalmente concluyó que allí "se comercializan drogas".
Otro elem nto, que no puede dejarse de lado el que
fue considerado por el tribunal de grado, a estos fines, es que
en la denuncia for ulada por una vecina puntualiza que en el
barrio Picapiedra
raíz de la venta de droga ocurren robos,
asaltos, se agrede
físicamente en la calle a cualquier hora
del día, no respeta
nada y que cuando quieren "hacer algo para
cambiar todo esto,
on amenazados, le apedrean /a casa y hasta
van y le hacen tiro
(disparos con arma de fuego) en /a puerta
de la casa".
En consec encia, no cabe duda que el
a quo
dio
Penal
Ca
u/k.
D
re
sa N° 15.324 -Sala /Tila, S.L.; Barrera A.;
ínguez, F.B. s/
urso de casación"
respuesta a todas las cuestiones que deb n ser contempladas
para estos casos según la legislación
la jurisprudencia
aplicables y de acuerdo a lo fallado por
la suscripta en la
causa nro. n° 14.855 "Islas Benjamín Gusta
; Amarilla, Osvaldo
Darío s/recurso de casación e inconstituc onalidad" (Reg. n°
19.553 del 12/12/11).
Por ello, en definitiva, propicio al acuerdo rechazar
el recurso de casación interpuesto, con co tas.
Tal es mi voto.
La señora juez Angela Ester Lede ma dijo:
a. La impugnación se dirige cont a la decisión de la
Cámara Federal de Salta, que revocó la
el juez que había
excarcelado a Silvio Leandro Ávila, Fabiana Beatriz Domínguez y
Alicia Barrera (cfr. fs. 10/12 vta.). S imputa a los dos
primeros el delito de transporte de est
efacientes y a la
última de las nombradas igual calificación más la agravante de
haberse servido de menores de edad (arts. 5, inc. "c", y 11,
inc. "a", ley 23.737).
b. He de señalar que, en lo a inente a la medida
cautelar, el artículo 280 del CPPN (regla general) establece
que la libertad personal sólo podrá ser
restringida en los
límites absolutamente indispensables
ara asegurar el
descubrimiento de la verdad y la aplica ión de la ley. Se
receptan de este modo los principios i stituidos por los
artículos 18, 14 y 75 inciso 22 de la CN,
y 8 CADH y 9 y 14
PIDCyP.
Es así que, toda decisión jurisd ccional tendiente 'a
privar provisionalmente de la libertad
1 imputado deberá
necesariamente indicar las razones obje ivas que permitan
sostener que aquél obstruirá los fines d 1 proceso. De tal
suerte, "si los magistrados que entienden e
la causa no tienen
la posibilidad de demostrar que existe suf ciente evidencia de
una eventual intención de fuga u
oculta iento, la prisión
preventiva se vuelve injustificada" (I forme 2/97 de la
Comisión IDH, párr. 30).
En esta
dirección, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos ha dicho que "las autoridades nacionales deben
ofrecer los fundara ntos suficientes que permitan conocer los
motivos por los cuales se mantiene la restricción
de /a
libertad, la cual, ara que sea compatible con el artículo 7.3
de la Convención Am ricana, debe estar fundada en la necesidad
de asegurar que el etenído no impedirá el desarrollo eficiente
de las investigaci nes ni eludirá la acción de /a justicia."
(Caso Bayarri vs Ar entina, resuelto el 30/10/08, por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, con cita de la causa
"Chaparro vs. Ecuad r" del mismo Tribunal).
En conse uencia, los jueces podrán disponer una
medida cautelar máx ma -encarcelamiento- de acreditarse razones
suficientes que ustifiquen la presunción contraria al
principio de perman ncia en libertad.
c. Los f ndamentos de la resolución recurrida (ver
fs. 47/52) se basan en diversas cuestiones.
En primer lugar, la Cámara sostuvo que "la figura en
que se subsumió 1 conducta de los causantes contiene una
escala penal eleva a, que si bien no es determinante para
presumir un futuro menoscabo para los fines del proceso y
admite prueba en co trario, la conminación penal considerable
influye indefectibl mente incrementando la presunción de que
los imputados eludi án la acción de la justicia, dado que ante
la mayor punibilida del delito, mayor será el riesgo de que el
potencial excarcelado con su fuga impida la culminación del
proceso y la eventu 1 condena" (fs. 48 vta./49).
Ahora bie , el quantum de la pena en expectativa
ipo penal resulta insuficiente para el
prevista para el
mantenimiento de la medida cautelar (cfr. mi voto en la causa
de la Sala III nr . 10.003, "Peralta, Carlos Alberto s/
recurso de casació ", reg. nro.: 1628/08, rta: 19/11/2008,
entre muchas otras ; de modo que resultan necesarios otros
criterios para mant ner la detención cautelar.
En esa lí ea, en la resolución bajo examen se agregó
que "el objeto orig n de autos constituye un delito relacionado
deicrith
SrukaomMUNOA
SECRETARIA DE C
Ca
"A
Do
re
sa N ° 15.324 -Sala IIila, S.L.; Barrera A.;
ínguez, F.B. S/
urso de casación"
con el comercio de estupefacientes, debie do ponderar el modo
en que se produjo el descubrimiento del ilícito, originado
cuando personal del Drogas Peligrosas lu go de haber tomado
conocimiento que en distintos domicilio
de la ciudad de
Tartagal existían expendios de drogas
onde las personas
incluidos menores de edad concurrían a
adquirirlos, logró
detener a los imputados con una gran canti ad acondicionada en
envoltorios, lo que indicaría que a Si vio Leandro Ávila,
Alicia Barrera y Fabiana Beatriz Domíngu z se les impondrá
un[a] pena de elevado monto que refuerza 1 a presunción de que
en caso de proseguir en libertad intent rán sustraerse del
proceso y evitar el juicio oral" (fs. 49).
Al respecto, debo decir que las características del
hecho, enunciado del modo en que se hizo n la decisión bajo
examen, no constituyen más que una alega ión genérica de la
cual no es posible inferir el ento pecimiento de la
investigación o la fuga por parte de lo imputados. He de
señalar que "no es legítimo invocar las necesidades de la
investigación de manera general y abstract para justificar la
prisión preventiva", (Comisión IDH, Inform
2/97, S§ 33 y 34).
Ello es así pues -tal como se desprende de la argumentación de
la Cámara-, la enunciación de la gravédad d 1 hecho reconduce a
la cuantía de la pena con la que se conmin
la conducta y, por
lo tanto, a las consideraciones reali adas anteriormente
respecto de la insuficiencia de ello para ecidir la cuestión
aquí planteada.
Además, es apropiado señalar
que el Comité de
Derechos Humanos (órgano de aplicación del P.I.D.C.P.), en el
caso de una persona de la que se so pechaba que había
participado en delitos graves (conspira ión para importar
cocaína), sostuvo que "se deben respeta
los derechos que
tiene esa persona con arreglo al Pacto" (Co
N° 193/1985, Giry
v. República Dominicana, 20/07/1990, § 5. 3). Por lo tanto,
resultaba necesaria una mayor fundamentaci n para concluir por
qué ese tipo de delitos representarían una gravedad tal por la
cual no serían aplicables los parámet os del art. 9.1,
P.I.D.C.P.
Luego, el tribunal de apelaciones agregó que "no
puede perderse la s tuación de la vecina denunciante [-], que
reclamaba la cesaci n del tráfico de drogas que se realiza en
el lugar, al manifestar que se encontraba cansada de que sus
hijos no puedan sa ir de su casa ante el temor que les pase
algo por la venta d drogas, y que veía muchos menores de edad
que transitan 1 s calles drogados y en busca de
estupefacientes, se alando, además, el miedo de ella y otros
vecinos por los d litos, robos, agresiones y amenazas que
sufrían"; por lo ue cabía "evitar que la denunciante sea
objeto de represali s" (fs. 49).
Señaló qu "[1]as circunstancias expuestas evidencian
una situación que
requiere de una especial tutela de los
órganos jurisdiccio ales intervinientes, para evitar que los
reclamos de justici de la sociedad queden desahuciados" (fs.
49 vta.).
En la mi ma línea de razonamiento expuso que los
acusados "gozan de mal concepto entre sus vecinos [y] el
negativo informe so io ambiental efectuado en los domicilios de
Alicia Barrera y Fa iana Beatriz Domínguez pues de él surge que
se reunían de man ra frecuente jóvenes a consumir bebidas
alcohólicas increm ntándose los hechos delictivos, peleas y
detonaciones de arm de fuego, sumado a que por comentarios de
otros vecinos en
los domicilios de las ambientadas se
comercializaba[n]
stupefacientes. Asimismo, del
realizado en el do icilio de Sergio Alejandro Ávila,
los vecinos manif staron que no tenían problemas
informe
si bien
con el
nombrado, sostuvier n que a raíz de las malas amistades actuaba
de manera diferente fuera de su domicilio". Según la Cámara,
nferir que poseen una conducta abiertamente
desafiante y contra ia al cumplimiento y obligaciones de la
ley (como así tambi n de las reglas sociales y morales), con lo
todo ello "permite
que para nada se pu de establecer una presunción en su favor a
los fines de demost ar el beneficio otorgado" (fs. 50).
Ninguna d
esas consideraciones son válidas pues,
elt<ZI
MAMAMMENAMO
Ca
"A
Do
re
sa N° 15.324 -Sala IIila, S.L.; Barrera A.;
ínguez, F.B. s/
urso de casación"
SECRETARIA DF CAMARA
como lleva dicho la Corte Interamericana
Derechos Humanos,
"[1]as características personales del
puesto autor y la
gravedad del delito que se le imputa no
on, por sí mismos,
justificación suficiente de la prisión pr ventiva" ("Bayarri
vs. Argentina", Serie "C", Nro. 187, rta.: 30/10/2008, S 74),
por lo que las opiniones que de él, o el a en nuestro caso,
tengan terceras personas no constituyen un elemento lícito
sobre el cual se pueda inferir la exist ncia de un riesgo
procesal.
Sin embargo, resultan necesarias otras apreciaciones
si con esa afirmación se estuviese hac endo alusión a la
probabilidad de la comisión de nuevos deli os por parte de la
acusada. Es del caso recordar que "se debe desechar todos los
demás esfuerzos por fundamentar la prisión durante el proceso
basados, por ejemplo, en fines preventivos omo la peligrosidad
del imputado, la posibilidad de que cometa elitos en el futuro
o la repercusión social del hecho, [...] orque se apoyan en
criterios de derecho penal material, no pro esal, propios de la
respuesta punitiva" (cfr. Comisión IDH, In . 35/2007, "Peirano
Basso vs. Uruguay", S84).
También se deben descartar de p ano los argumentos
relacionados con la "alarma social". Al respecto, tiene dicho
la Comisión IDH que "estándares como 'alarma social',
'repercusión social', 'peligrosidad' o lgún otro [-] se
fundamentan en criterios materiales, desvi túan la naturaleza
cautelar de la prisión preventiva al onvertirla en una
verdadera pena anticipada, pues el predic mento de que todos
los culpables reciban pena presupone, prec 'samente, la previa
declaración de su culpabilidad" (Info e 35/07, "Peirano
Basso", S141). Entonces, "[q]ueda claro [...] que la alarma
social generada por el hecho objeto del pro eso jamás puede ser
considerada un criterio legítimo en la t ma de la decisión
acerca de la privación de la libertad" (Bovino, Alberto,
Problemas del derecho procesal penal compa rado,
Buenos Aires,
Del Puerto, 1998, p. 173).
Otro de los argumentos utilizad s por la Cámara de
Apelaciones para r
adoptar las medidas
personas que son v
jurisdicción median
vocar la libertad, es que "corresponde
preventivas para asegurar al Estado y a las
ctimas de esas conductas el derecho a la
e la persecución penal de los responsables
y, en su caso, la
efectiva imposición de pena, obligación
do Nacional y cuyo incumplimiento puede
jurídico
orden
al
frente
acarrear respons bilidad
internacional" (fs. 49 vta.).
Este arg mento, en verdad, no se vincula con la
internacionales
cuestión a decidi , pues los compromisos
asumida por el Est
adoptados en nada i fluyen respecto de las evaluaciones que los
jueces deben hacer -sujetándose exclusivamente a la ley- en
de riesgos procesales que
relación con la ex stencia, o no,
del imputado (art. 280,
ameriten la deten ión ,cautelar
explicó por qué no serían
C.P.P.N.). En tal entiglo, no se
aplicables los arts. 9.1, P.I.D.C.P ("nadie podrá ser privado
ley") y
de su libertad, sa vo por las causas fijadas por la
7.2, C.A.D.H. ("Nad' e puede ser privado de su libertad física,
salvo por las causa y en las condiciones fijadas de antemano
por las Constituci nes Políticas de los Estados Partes o por
las leyes dictadas onforme a ellas").
Finalment , en la resolución puesta en crisis se
de que la causa se encuentre próxima a ser
agregó que "el hech
elevada a juicio (a t. 346 del C.P.P.N.) indica que existe en
su contra un grado e presunción de culpabilidad que deriva de
la prueba acumulada
prima facie
en su contra que lo[s] sindica como autores
bles del hecho que se le[s] endilga, lo que
respons chas de que se sustraerán de la justicia,
acrecienta las sosp
sar que los encartados poseen una mayor
pues es lógico pe condenados por lo que preferirán evadirse
probabilidad de ser que someterse a él o concurrir ante el
del proceso antes
llamado de la justi ia" (fs. 51).
En este p nto, por tratarse de cuestiones que hacen
al derecho materia
y escapan del ámbito procesal de las
las consideraciones de la Cámara se
medidas cautelares
presentan desprovistas de todo análisis respecto del caso en
MAMAMENAND
Ca sa N° 15.324 -Sala II"A ila, S.L.; Barrera A.;
Do ínguez, F.B. s/
re urso de casación"
SITSFMSMnfeMMRA
concreto, pues no se fundamentó cómo se i fiere de ello que,
puestos en libetad, los imputadob in entarán fugarse o
entorpecer la investigación; específicamen e, no surge de las
constancias de la causa que la so tura conlleve
el
amedrentamiento de testigos, tal que pu iera en riesgo
la
investigación que, por otro lado y dado el estado procesal del
asunto, se encuentra concluida (cfr. mi vo o en la causa de la
Sala III, 11.708, "Pérez Miranda, María aulina s/ rec. de
casación", reg. nro.: 37/10, rta.: 10/02/2 10).
Antes de finalizar, considero ne esario referirme a
la consideración de que "[a]sí las c sas, los extremos
expuestos y considerados en conjunto const' tuyen un obstáculo
excluyente para que Silvio Leandro Ávila
Alicia Barrera y
Fabiana Beatriz Domínguez permanezcan e
libertas, por el
riesgo procesal que implicaría sus soltura " (fs. 51).
Al respecto, es preciso mencionar que la demostración
de los factores vinculados con la posibl existencia de los
riesgos procesales de elusión del proces
, se encuentran en
cabeza del Ministerio Público Fiscal. P r lo que no puede
atribuírsele al imputado la falta de elem ntos objetivos que
demuestren su arraigo o que no entorpecerá
la investigación.
En efecto, es ilustrativo señalar que en esta instancia, el
representante de la vindicta pública no se presentó a la
audiencia correspondiente (ver constanci s de fs. 76), ni
aportó pruebas que permitan inferir los ex remos que autorizan
el encarcelamiento preventivo.
En este sentido, conviene recor ar que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos ha4ad ertido que "no es
legítimo invocar las necesidades de la inv stigación de manera
general y abstracta para justificar /a p isión preventiva-,
sino que "dicha justificación debe fundame
tarse en un eli ro
efectivo de que el proceso de investigació será impedido por
la liberación del acusado" (Informe Nro.: 2
97, 5 34; subrayado
agregado). También la Corte Interamericana de Derechos Humanos
ha dicho que "la restricción de la liber
ad, [...] debe estar
fundada en la necesidad de asegurar que el
etenido no impedirá
el desarrollo efici ente de las investigaciones ni eludirá la
acción de la justi cía" (Caso "Bayarri vs. Argentina", rto:
30/10/2008, con ci ta de "Chaparro vs. Ecuador" del mismo
Tribunal; subrayado agregado).
Antes de concluir es
necesario señalar que la
l os
cuestión fue analiz da en forma conjunta respecto de todos
aquí imputados. La particulares circunstancias que rodean a
como la naturaleza del bien jurídico
comprometido (liber ad), tornan inviable cualquier análisis que
prescinda de las particularidades de cada uno de los
cada persona así
ue sólo pueden ser generados por personas,
involucrados. Dado
lós riesgos para
el proceso
(reitero, únicos fundamentos
válidos para restri gir la libertad), deben estar referidos a
ellas en forma indi idual.
En sínte is, mediante afirmaciones dogmáticas el
tribunal incurrió
n un supuesto de arbitrariedad (Fallos
316:321 y 1285, 318 2299 y 2424; 319:1741; 322:2067; 323:1989)
que priva de efecto
En efecto
al acto.
lo precedentemente expuesto me permite
sostener que corres onde mantener la libertad dispuesta por el
juez instructor. La solución aquí propuesta, se enmarca en los
lineamientos sentad s por esta Cámara en el plenario nro. 13
"Díaz Bessone, Ram n Genaro s/ recurso de inaplicabilidad de
ley", resuelto el 3 /10/08.
d. Sin p rjuicio de ello, resulta procedente la
imposición de una c ución personal en los términos del artículo
322 del CPPN, con rreglo a lo dispuesto en el artículo 320,
último párrafo ibí em y de toda otra medida conducente para
asegurar de manera suficiente la sujeción al proceso y la
realización del jui io, tales como la obligación de comparecer
periódicamente ante la sede del tribunal, la prohibición de
salida del país, en re otras (arts. 310 del CPPN).
En consec encia, corresponde hacer lugar al recurso
de casación interpu sto a fs. 53/61 vta., casar la resolución
de fs. 47/52 y man ener la excarcelación concedida a Silvio
Leandro Ávila, Fabi na Beatriz Domínguez y Alicia Barrera bajo
'retar-ara
thsed4 Waaaorktn Yettai
Ca sa N° 15.324 -Sala /I"A ila, S.L.; Barrera A.;
Do ínguez,
F.B.
si
re urso de casación"
caución personal, sin costas (artículos 14, 18, 75 inc. 22 de
la CN, 7, 8 de la CADH, 9, 14 del PIDCyP, 123, 168, 280, 320,
322, 456 inc. 2°, 471, 530 y 531 del CPPN)
Tal es mi voto.-
El señor juez Dr. Alejandro W. S okar
dijo:
Adhiero en lo sustancial a la sol ción propiciada por
la juez Ledesma en orden a mantener la e carcelación de los
imputados dispuesta por el juez de gr
do, junto con las
restricciones consideradas en el punto d)
e su voto.
Es mi voto.
Por ello, en mérito al resul ado habido en la
votación que antecede, por mayoría, el tri unal RESUELVE:
HACER LUGAR al recurso de casaca
n interpuesto, SIN
COSTAS, CASAR la resolución de fs. 47
52 y MANTENER la
excarcelación concedida a Silvio Leandro Áv la, Fabiana Beatriz
Domínguez y Alicia Barrera bajo caución per onal (arts. 14, 18,
75 inc. 22 de la CN, 7, 8 de la CADH, 9,
4 del PIDCyP, 123,
168, 280, 320, 322, 456 inc. 2°, 471, 530
531 del CPPN).
Regístrese, hágase saber y remít nse las actuaciones
a la Cámara Federal de Apelaciones de 1
ciudad de Salta,
provincia de Salta, sirviendo la present
envío.
de atenta nota de
ALEJANDRO W. SLOKAR
Dra. ANA MARIA MUERDA
Ante mí:
nt\l
04ARIAJIMENANIONSALVE
SECRETARtADECANIARA
ELA ESTER LEDESMA
.
I
Descargar