Losdestinos - Antroposmoderno

LOS DESTINOS DE LO SIMBOLICO
EN LA POSMODERNIDAD
Cristina R. Nudel
Carlos A. Saavedra
INTRODUCCION
El lenguaje construye el orden donde la cultura se separa radicalmente de la
naturaleza.El análisis estructural, llevado a su culminación por la Escuela de Praga
(Trubetzkoy, Jacobson), muestra que el fonema es una función de parejas de
oposición, formadas por los mas pequeños elementos discriminativos de la
semántica. Levi-Strauss aplica este modelo a la Etnología y descubre que los
sistemas de parentesco, en ultimo análisis, están estructurado como un lenguaje.
Lacan postula la misma tesis para el inconciente. La ley del hombre es la ley del
lenguaje. Las palabras crean las cosas. Allí donde opere, el lenguaje produce
oposiciones: Alianza\Consanguinidad; Prescripcion\Prohibicion. Freud, leído por
Lacan desde esta perspectiva, señala, en una oposición vocálica (O-A) la alternancia
Ausencia\Presencia, fuente subjetiva de la función simbólica.
Nos interesa desarrollar, a partir de este punto, la descripción y critica del paradigma
de la posmodernidad. El eje desde el que se ordena el planteo es la oposición entre
inclusión y exclusión del orden simbólico, culminando en uno de los efectos cruciales
de este modelo cultural: la reaparición de los modos mas primarios de violencia y
desamparo.
ORDEN SIMBOLICO Y POSMODERNIDAD
La propuesta del posmodernismo, como modo de pensamiento, es correlativa a la
caída del Pacto de Varsovia. Se impone la idea de que la desaparición de uno de los
términos resuelve la contradicción existente entre los modos de producción
capitalista y socialista. La extensión, ya ilimitada, de un capitalismo extranacional
implicaría el "fin de las ideologías", en tanto sistemas de oposición. El
posmodernismo representa esta misma lógica en el campo de las ideas: la perpetua
reduplicación de uno de los términos "resuelve" toda contradicción. Pretendemos
demostrar que solo la encubre.
En "Las estrategias fatales", Jean Baudrillard presenta el paradigma de la
posmodernidad como una "escalada a los extremos". Reivindicando el carácter
antagónico de la cultura, consigna que estamos ante la victoria absoluta de la
seducción del objeto por sobre el sujeto y su deseo. Lo cultural, aun en sus aspectos
mas obscenamente violentos, se presenta a través de los medios como un
espectáculo continuo, predominantemente visual. Todo es transparente, todo puede
verse, todo es efímero, se agota en el vértigo de la mirada.
Los eventos necesarios para este modo de "hacerse ver" son las catástrofes. En ellas
faltan las lineas de unión que marcan la incidencia del tiempo en la producción de los
sucesos. Aparecen rotundamente, de un solo golpe. No se puede avanzar demasiado
en sus causas ni elaborar sus consecuencias. Una nueva catástrofe las reemplaza en
los medios. Imágenes impactantes, vaciadas de sentido. El reconocimiento del
tiempo nos remite a la diferencia (antes de, ahora, después de). La inmediatez de la
catástrofe nos hunde en la indiferencia y la parálisis. No hay modo de reflexionar,
dado que la velocidad de la información produce un abrumador efecto de éxtasis.
La operación del orden simbólico se define por la oposición presencia\ausencia. Allí
donde una imagen aparece, sabemos que un vacío queda encubierto. La imagen
oculta y muestra, al mismo tiempo, el hueco sobre el que se instala. En la
posmodernidad, la reduplicación infinita de la imagen tiende a borrar ese hueco.
El "fin de la historia" coincide con el "fin de las ideologías" . El paradigma impone
pensar que hemos atravesado el punto limite de reversibilidad ("no se puede volver
al pasado"), de contradicción, de puesta en discusión.
Lo paradójico de este planteo aparece al observar que la caída de un sistema
socialista que "unificaba" a un conjunto de países, produjo una agudización de las
contradicciones que esa "unidad" encubría. Las oposiciones son ahora entre países.
Dentro de un mismo país, entre etnias (serbios, bosnios, croatas) o religiones
(católicos, musulmanes) y, aun, como en Ruanda, entre tribus, quizá las mas
primitivas. Estas oposiciones ya no son ideológicas ni políticas, son mortíferas.
La posmodernidad muestra los acontecimientos como anomalías sin consecuencias,
que no dependen de ninguna ley. Eventos en los que coinciden causa y fin. hechos
cerrados sobre si mismos, ininteligibles. Se nos enfrenta a los hechos como si fuera
posible acceder a ellos desconociendo el orden significante. Un humano no puede
encontrarse con los hechos como tales. Siempre los hallara ordenados según las
leyes del lenguaje. El hablante esta separado de los hechos por el orden simbólico.
Sostenemos que la posmodernidad no implica el borramiento de este orden sino su
desconocimiento. Los signos se distorsionan al limite, pero las oposiciones no se
destruyen. Al encontrar bloqueado el camino de su expresión verbal, reaparecen de
un modo mas primitivo, como actos , en general violentos.
La ley no es el hecho, aluda a otro orden que lo determina. La norma, en cambio,
señala Baudrillard, es un promedio que surge de los hechos mismos, hechos de uso
corriente, que terminan creando habito. La anomalía se presenta como distorsión en
un campo aleatorio, estadístico. De Allí que los eventos anómalos aparezcan como
inexplicables o hiperexplicados, en búsqueda de una "verdad ultima", donde se
pierde el sentido, son sucesos sin consecuencias. La posmodernidad funda una ética:
todo puede hacerse, decirse, mostrarse. No hay Juicio Final, hay Punto Final,
obediencia debida (ejemplo de hiperexplicación), es decir: completa impunidad. Se
instala una cultura de la desaparición, no hay muertos, hay desaparecidos, no hay
culpables, hay indultados.
La ilusión ya no es posible como freno a lo real. Asistimos al desencadenamiento de
lo real, consigna Baudrillard, en un mundo sin ilusión.
LA FAMILIA
La familia humana emerge como producto cultural, regulando una situación
básicamente hostil. Se funda en una regla de reciprocidad, que impone el
intercambio de mujeres, a partir del tabú del incesto. Esta operación no es sin
consecuencias, crea una oposición siempre al borde del conflicto, dado que la ley
fundante de la estructura es la incompatibilidad entre alianza y consanguinidad.
Cual es el efecto sobre la familia de la instauración del paradigma cultural
contemporáneo?
La estructura familiar se sostiene por la mediación de orden simbólico. La
posmodernidad distorsiona este orden. La relación de alianza se debilita y, con ella,
el lugar paterno.
La hipertrofia mediática (65 canales al alcance de cualquier presupuesto), la imagen
fragmentaria, los video-games, la informática, son los medios privilegiados de
"culturización" del sujeto. La circulación de la palabra pierde su valor en beneficio de
la imagen. La familia pierde su lugar en esta función.
El "proyecto vital compartido" es cuestionado en todos sus términos. "Proyecto" se
vacía de sentido ante la inmediatez de la oferta posmoderna. "Compartido" pierde su
contenido, salvo que aquello que compartamos sea la seducción de un objeto, por
ejemplo: la droga. Esta mención no es azarosa. A los psicoanalistas nos preocupan,
en este fin de siglo, las "patologías del acto". Esta destitución de la palabra pone en
jaque nuestro instrumento privilegiado. El "borramiento" que la posmodernidad
impone sobre la función mediadora de la familia, cuya especificidad es establecer los
primeros lazos afectivos y moderar, a través de las palabras, la violencia que la
cultura ejerce sobre el sujeto, tiene efectos devastadores. La violencia reaparece en
sus formas mas crueles, como destrucción del otro y, sobre todo, como
autodestrucción. El desamparo se manifiesta no solo en el aflojamiento de los lazos
afectivos, sino, por sobre todo, en la absoluta inconsistencia del sujeto para afrontar
un modelo que pivotea sobre los objetos y anonada el deseo.
UNA RESPUESTA ETICA
Utilizando categorías qu constituyen el pensamiento psicoanalítico, hemos podido
criticar a una modelo que se distingue por anular toda critica. Es en la experiencia
analítica donde se anudan las tres dimensiones: Real, Simbólico, Imaginario. Desde
allí sabemos que anular el registro Simbólico implicaría destruir lo que funda la
cultura y, mal que les pese a los teóricos de la posmodernidad, este modelo es
cultural. En la formula freudiana Wo Es war, soll Ich werden, de cuyas diversas
traducciones, Jacques-Alain Miller elige:"donde Ello era, Yo debo advenir" aparece el
deber. Allí se define el sujeto como ético. Donde Ello (impersonal) goza, dirá Lacan,
el Yo (je) que habla debe advenir. El esfuerzo del sujeto se define así como un deber
decir. El hablante debe hacerse cargo de lo que dice, ser capaz de juzgar lo dicho y
lo hecho, hacerse responsable de esto. En ultima instancia, hacernos cargo de lo que
somos y de lo que no ,somos. El sujeto barrado del psicoanálisis se opone al sujeto
borrado de la posmodernidad.
La ética del Psicoanálisis confronta lo efímero con lo fundante. Opone el "tiempo de
comprender" a la inmediatez de la mirada. Etica que, al definir nuestro lugar en la
neutralidad y la abstinencia, crea un espacio al deseo en oposiciones a lo mortífero
del goce. Etica que reconoce el valor de la palabra en oposición a la crudeza del acto.
Etica, al fin, que sujetándonos al orden significante, haga limite a nuestra capacidad
de autodestrucción.
BIBLIOGRAFIA
-BAUDRILLARD, Jean- "LAS ESTRATEGIAS FATALES" - ANAGRAMA (4ta Ed. 1994)
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-FREUD, Sigmund- "EL MALESTAR EN LA CULTURA"
-----"MAS ALLA DEL PRINCIPIO DE PLACER" - OBRAS COMPLETAS - BIBLIOTECA
NUEVA (Reimpr. l983)
-GEORGIN, Robert- "DE LEVI-STRAUSS A LACAN" - NUEVA VISION (l988)
-LACAN, Jacques- "FUNCION Y CAMPO DE LA PALABRA Y EL LENGUAJE EN
PSICOANALISIS" - ESCRITOS 1-SIGLO XXI (l98l)
-LACAN, Jacques- "LA ETICA DEL PSICOANALISIS"- EL SEMINARIO -PAIDOS (4ta.
Reimpr. l992)
-LIPOVETSKY, Gilles - "LA ERA DEL VACIO" - ANAGRAMA (6TA. eD. 1993)
-MILLER, Jacques-Alain- "LOGICAS DE LA VIDA AMOROSA" - MANANTIAL (1991)
-NOCETTI, Juan Carlos - "PSICOANALISIS DE LAS RELACIONES FAMILIARES" TORRES AGUERO (1983)