Eleccion social y conducta individual

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Elección social y conducta individual
Capitulo 11
Desarrollo y libertad
Valentina Rey, Joaquín Urroz.
El objetivo principal de este capítulo es examinar la relevancia de los valores y el
razonamiento para aumentar las libertades y lograr el desarrollo.
En este capitulo el autor analiza los obstáculos que otros pensadores han ido oponiendo
a la idea de que se puede conseguir un determinado progreso mediante las elecciones
razonadas de los individuos de una sociedad. Para basar nuestras decisiones en la razón,
se necesita un buen método de evaluación e instituciones que promuevan nuestros
objetivos y nuestros compromisos valorativos, así como unas normas de conducta y un
razonamiento que nos permitan lograr lo que deseamos.
Escepticismos contra el progreso razonado.
Existen tres tipos de escepticismo que ponen en duda la posibilidad de obtener un
progreso razonado, este texto trata de soslayar estos problemas y construir de esta
manera una teoría sólida.
El primer obstáculo trata sobre la heterogeneidad de las preferencias y de los valores
que tienen los diferentes individuos dentro de una sociedad, que no permiten disponer
un de marco coherente para realizar una evaluación social razonada.
Para defender este argumento se utiliza el “teorema de la imposibilidad” de Arrow,
dicho teorema demuestra que es imposible hacer una elección social racional a partir de
una reducida clase de información, como seria basarse en las preferencias individuales
Un conocido ejemplo de aplicación de este teorema es la “paradoja de la votación”, en
la cual se utiliza la regla de la mayoría para la toma de decisiones, este mecanismo
según Arrow conduce a incoherencias, infelicidad, etc.
Esta regla, además, es limitada e insuficiente para hacer valoraciones sobre problemas
económicos de bienestar ya que no se puede hacer valoraciones sociales con tan poca
información. El ejemplo que utiliza Sen para demostrar dicha insuficiencia es el de la
torta. Esta es dividida entre tres personas y demuestra que siempre podemos conseguir
una “mejora para la mayoría” reduciendo una parte de una persona y repartiéndola entre
las otras dos. Esta manera de “mejorar” el resultado social funcionaria dado que la
evaluación social se toma de acuerdo con la regla de la mayoría incluso aunque la
persona perjudicada sea la más pobre de las tres.
En cuanto a justicia social se refiere, unas reglas sociales aceptables tenderían a tener en
cuenta toda una variedad de hechos relevantes para valorar el reparto de la torta, por
ejemplo quien es mas pobre, quien sale ganando.
Cuando hacemos valoraciones económicas, tendemos a utilizar tipos de información
mucho más amplios (que los mecanismos compatibles con el modelo de Arrow), que
permiten disponer de criterios coherentes y compatibles para realizar este tipo de
valoraciones.
Además de ampliar la información, se deberá tener en cuenta el desarrollo de las
preferencias y las normas individuales, es importante que dichas preferencias se
desarrollen mediante la interacción social.
También es importante reconocer que las instituciones sociales y las medidas
económicas y sociales adecuadas no requieren que haya una única “ordenación social”.
Los acuerdos parciales también sirven para distinguir las opciones aceptables y una
solución viable puede no estar dada por una absoluta unanimidad social.
Al mismo tiempo las valoraciones de la “justicia social” no requieren demasiada
precisión, sino un acuerdo sobre algunas cuestiones básicas que permitan identificar las
situaciones sumamente injustas o faltas de equidad.
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El segundo escepticismo se basa en un argumento que pone en duda la capacidad para
tener lo que pretendemos tener, pues sostiene que la historia esta plagada de
“consecuencias inintencionadas”, cuestiona la posibilidad de realizar mejoras razonadas
e intencionadas. Al observar los grandes cambios que ocurren en el mundo se advierte
que muchos de ellos son fruto de consecuencias inintencionadas.
Sin embargo Sen entiende que esto no genera problema alguno al enfoque racionalista
en el que se basa su obra. Si bien existen los efectos inintencionados, y estos a veces
contribuyen al desarrollo (descubrimiento de la penicilina), aquellos intentos razonados
de introducir cambios sociales consiguen mejores resultados. Para conseguir estos es
importante el aprendizaje basado en la experiencia, gran aliado del reformador
racionalista.
Autores de renombre, como Adam Smith, Cari Menger y Friedrich Hayek sostienen que
muchas de las cosas buenas que ocurren suelen ser el resultado inintencionado de actos
humanos. La tesis de las consecuencias inintencionadas se desprende del escepticismo
de Smith sobre los principios morales de los ricos. Para Smith, los egoístas y los avaros
son llevados “por una mano invisible” a “promover los intereses de la sociedad”,
lográndolo “sin pretenderlo, sin saberlo”. De esta manera los propietarios ricos no
buscan nada más que satisfacer “sus vanos e insaciables deseos”, sin embargo en
muchas ocasiones otros pueden beneficiarse de sus actos, ya que estos pueden ser
productivamente complementarios. Citando a Smith en “La riqueza de las naciones”:
“No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la que nos procura
el alimento, sino la consideración de su propio interés. No invocamos sus sentimientos
humanitarios sino su egoísmo...”. A pesar que dichos individuos se basan en sus
intereses personales, promueven un fin que no estaban en sus intenciones (ayudar a
otros).
Otra forma de analizar el mismo asunto, es que no se trata de que algunas consecuencias
sean inintencionadas o no sino que las mismas sean razonablemente predecibles. Ej. El
carnicero puede predecir que el intercambio de carne por dinero no solo lo beneficia a el
sino también al comprador de carne, por lo que se puede esperar que la relación
funcione para ambos y por lo tanto pueda continuar. Una consecuencia inintencionada
no tiene porque ser impredecible. La confianza de cada una de las partes en que
continúen esas relaciones de mercado se basa justamente en que se hagan esas
predicciones o que se presupongan de manera implícita.
En síntesis, la idea de las consecuencias inintencionadas no es de ninguna manera
contraria a la posibilidad de introducir reformas racionalistas. El razonamiento
económico y social puede tener en cuenta consecuencias no intencionadas, pero que son
el resultado de mecanismos institucionales.
Para comprender las consecuencias inintencionadas se toman algunos ejemplos de
China. Como consecuencia inintencionada negativa: las medidas coercitivas de
planificación familiar (un solo hijo por familia) adoptadas en 1979 para reducir la tasa
de natalidad no han contribuido a reducir la mortalidad infantil, sobre todo la de las
niñas; de hecho ha aumentado el abandono y la mortalidad de las mismas y se ha
incrementado el numero de abortos de fetos femeninos. Los creadores de las reformas
no pretendían producir efectos negativos en la mortalidad infantil, tampoco querían
fomentar los abortos selectivos, solo pretendían reducir la fecundidad.
Como consecuencias no intencionadas positivas tenemos la reforma maoísta, estas
contaban con cambios en la estructura agraria, la alfabetización, difusión de la asistencia
sanitaria publica, etc. las cuales influyeron significativamente en el crecimiento
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económico de China, debido a que además de mejorar las condiciones humanas para
llevar una vida justa y saludable aumentaron la productividad y la capacidad de obtener
mejores empleos.
En síntesis, la previsión de las consecuencias inintencionadas forma parte de un enfoque
racionalista de la reforma organizativa y del cambio social. Las ideas de los autores
mencionados nos indican cuan importante es estudiar los efectos inintencionados de las
acciones humanas como también los intencionados.
El tercer argumento esta relacionado con el escepticismo que tienen muchas personas
sobre la variedad posible de valores humanos y normas de conducta.
Además del interés personal, que es un motivo importante, también hay otros actos que
reflejan valores con claros componentes sociales y que van más allá de la conducta
egoísta del individuo.
Estos componentes sociales generan un razonamiento socialmente responsable, que
junto con la idea de justicia esta estrechamente relacionado con la libertad individual.
Los valores sociales han contribuido de manera notable al éxito de algunos tipos de
organizaciones sociales, entre los cuales se destacan los mecanismos de mercado, la
política democrática, la provisión de bienes públicos básicos, etc.
Si bien cada persona interpreta de forma diferente la idea de justicia social, las ideas
básicas de la justicia no son ajenas a los seres sociales, se preocupan por sus propios
intereses pero también son capaces de pensar en su familia, allegados y otras personas.
Los valores juegan un rol muy importante dentro del sistema capitalista, a pesar que se
considera que este sistema funciona debido a la codicia, su funcionamiento eficiente
depende en gran medida de poderosos sistemas de valores y normas.
Los mercados que logran funcionar con éxito lo hacen gracias a las sólidas instituciones
y a la ética de conducta. Además, el desarrollo y el uso de la confianza en las palabras y
las promesas de los demás contribuyen al éxito del mercado.
Para algunos autores como Montesquieu y Stuart el capitalismo significo la sustitución
de las pasiones por el interés, de esta manera se buscaba el interés personal de manera
inteligente y racional.
Por otro lado, la ética capitalista se ve profundamente limitada en algunos aspectos, en
especial en lo que refiere a las cuestiones relacionadas con la desigualdad económica, la
protección del medio ambiente y la necesidad de cooperar fuera del mercado. Haciendo
a un lado estos aspectos, el capitalismo funciona eficazmente por medio de un sistema
ético que proporciona la confianza necesaria para utilizar satisfactoriamente los
mecanismos de mercado y las instituciones relacionadas con él.
Cuando se carecen de estos elementos se producen verdaderos obstáculos para lograr
crecimiento económico. Debido a esto, un código básico de buena conducta empresarial
es algo así como el oxigeno: “solo nos interesa cuando no existe”. Estos problemas, de
falta de ética empresarial se desarrollan principalmente en economías precapitalistas,
estas deben contar con estructuras de motivación más complejas que la pura
maximización de beneficios. Ejemplo de una economía que no solamente busca la
maximización de beneficios encontramos a Japón, además de la búsqueda del interés
personal encuentran en el trabajo desinteresado y la lealtad a la empresa elementos que
elevan la productividad, y promueven el éxito económico.
Otro de los problemas que enfrenta la ética empresarial es el relacionado con los
códigos de conducta, dentro de los cuales se encuentra la corrupción económica y los
vínculos con la delincuencia organizada. Hay ciertas funciones sociales que una
organización como la mafia puede realizar en aquellos sectores primitivos de la
economía para defender las transacciones mutuamente beneficiosas. Los papeles que
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desempeñan este tipo de organizaciones dependen de cuan desarrollada este la
economía legal. Para lograr el crecimiento económico es necesario un sistema de
mercado que impida que una de las partes contratantes no cumpla lo acordado con otras.
Este sistema esta formado por mecanismos, dentro de los cuales se encuentra la ley y su
aplicación o la confianza mutua y un sentido implícito del deber.
Cuando no se han generado estos principios de la ética de mercado y no se ha creado un
perfecto clima de confianza empresarial puede resultar difícil cumplir con los contratos,
para solventar este problema se puede recurrir a la mano dura.
Aunque la mafia es una organización odiosa, en determinadas economías, es una
actividad funcional al sistema económico. Este atractivo funcional desaparecería cuando
la influencia conjunta de la aplicación legal de los contratos y de la conducta acorde con
la confianza mutua y los códigos normativos, hicieran que el papel de la mafia en este
terreno fuera redundante. Existe una correlación negativa entre el poder de las normas y
la delincuencia organizada.
Medio ambiente, regulación y valores.
Un ejemplo en el cual las reglas de mercado, las reglamentaciones públicas y los
incentivos (impuestos y subvenciones) juegan un rol importante es la protección del
medio ambiente. Al mismo tiempo es relevante la conducta ética, en el sentido que
deben establecerse unas normas favorables al medio ambiente. Estas consideraciones
fueron analizadas por Adam Smith en su obra “La teoría de los sentimientos morales”.
Según este autor existen actividades realizadas por “despilfarradores y los aventureros”
que con sus inversores no eran capaces de hacer mucho por la vida del planeta.
Sen utiliza el termino “despilfarradores y aventureros” como una analogía para hacer
referencia a la contaminación del medio ambiente.
El problema del medio ambiente se relaciona con su carácter de bien público, que al ser
disfrutado por varios consumidores no todos lo utilizan con la debida responsabilidad.
Para solucionar esto, además de la intervención del estado se requerirá un desarrollo de
los valores sociales y de un sentido de responsabilidad a favor del medio ambiente.
Simpatía y compromiso: conducta racional.
Como hemos venido esbozando, a menudo se utiliza el termino “elección racional” para
hacer referencia a la elección basada únicamente en la ventaja personal. Con esta
definición se restringe demasiado el concepto de elección racional por lo tanto es
necesario tomar en cuenta la búsqueda de la simpatía y la promoción de la justicia como
partes integrantes de este termino.
Una vez alejados de la conducta estrictamente interesada, se distinguen dos tipos de
alejamientos de esa conducta: la “simpatía” y el “compromiso”. Haciendo referencia a
la simpatía, nuestra concepción por el interés personal puede comprender nuestro interés
por los demás. En cuanto al compromiso, un individuo puede estar dispuesto a hacer
sacrificios en pos de otros valores, como la justicia social, el nacionalismo o el
bienestar de la comunidad. Un ejemplo puede aclarar las diferencias de dichos términos,
si ayudamos a una persona indigente porque su situación nos entristece, esa acción esta
causada por la simpatía. Sin embargo, si la presencia del indigente no nos entristece
pero nos motiva a tomar la decisión de cambiar un sistema que nos parece injusto,
entonces esta acción esta causada por un compromiso.
Cuando hablamos de simpatía, no sacrificamos significativamente ni interés personal ni
bienestar (ayudando a un indigente podemos mejorar nuestro bienestar si sufrimos con
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su sufrimiento). Por otro lado, la conducta comprometida entraña un sacrificio personal,
ya que ayudamos debido a nuestro sentido de la injusticia, más que por nuestro deseo de
aliviar nuestro propio sufrimiento solidario.
Adam Smith analizo la necesidad de simpatía y compromiso, y concluyo que la persona
racional esta situada en compañía de otras por lo que es necesario la concordia entre los
sentimientos del agente y los de la sociedad.
En síntesis, los valores desempeñan un importante papel en la conducta humana, y
negarlo limita el concepto de racionalidad. Es la razón la que nos permite considerar
nuestras obligaciones e ideales, nuestros intereses y ventajas.
Los valores que nos influyen.
Hay cuatro tipos de valores que influyen en la conducta de un individuo: en primer
lugar encontramos aquellos que son frutos de la reflexión y el análisis. Las reflexiones
se relacionan directamente con nuestras preocupaciones y responsabilidades, o
indirectamente con los efectos de la buena conducta (Ej. las ventajas de tener una buena
reputación y de fomentar la confianza). En segundo lugar, los valores pueden derivarse
de nuestra disposición a seguir las convenciones y a pensar y a actuar conforme a las
costumbres establecidas. En tercer lugar, la formación de valores esta influenciada por
el debate público. Por ultimo, se encuentra la selección evolutiva. Las pautas de
conducta pueden sobrevivir y evolucionar gracias a su trascendental papel.
La lucha contra la corrupción.
Se conoce que la corrupción es uno de los principales obstáculos que impiden el
progreso económico, un elevado nivel de corrupción puede implicar que la política
económica y social sea ineficaz y que se desvíen inversiones y actividades económicas
productivas hacia actividades turbias de gran rendimiento (la corrupción puede dar lugar
a la presencia de la mafia).
Una conducta corrupta implica la violación de las reglas establecidas para obtener
ganancias y beneficios personales. Para erradicarla no alcanza con pedir a los individuos
que sean o más o menos interesados sino que tiene que haber una razone específica para
sacarificar una ganancia personal.
Sen propone tres formas de eliminar la corrupción: en primer lugar, la existencia de un
sistema de reglas y castigos, así como la aplicación rigurosa de estas reglas, pueden
influir significativamente en la lucha contra la corrupción. En segundo lugar, algunos
sistemas de reglas que otorgan un poder discrecional a los funcionarios fomentan la
corrupción, ya que estos pueden conceder a otros favores que le reporten mucho dinero.
Por ultimo, los niveles de corrupción son muy altos cuando los funcionarios tienen
mucho poder pero son relativamente pobres.
Estos métodos para eliminar la corrupción presentan ciertas limitaciones: los sistemas
para capturar a las personas corruptas a menudo no funcionan, debido a que no se los
remunera con los correctos incentivos a los supervisores. En segundo lugar, la
descentralización del poder puede llevar al abuso del mismo. En tercer lugar, incluso los
funcionarios ricos tratan de enriquecerse aún más y muchas veces optan por la
corrupción.
La forma más eficiente de terminar con la corrupción es mediante el cumplimiento de
los códigos de conducta más que con incentivos económicos.
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Sin embargo estos códigos de conducta no son inmutables. La forma en que se
comportan los individuos depende de cómo vean y crean que se comportan otros
individuos. El argumento de que “otros hacen lo mismo” fue un de las razones mas
frecuentes para explicar la conducta corrupta en el parlamento italiano.
Un tema de especial importancia es la conducta de los altos funcionarios, si estos
acuden a la corrupción, difícilmente otros funcionarios actúen correctamente.
Desde el año 122 A.c. en un escrito chino se exponían estas ideas: “... si el gobernante
es sincero y recto, serán funcionarios honrados los que sirvan en su gobierno, y los
sinvergüenzas, irán a esconderse, pero si el gobernante no es recto, los malvados se
saldrán con la suya, y los leales se retiraran.”
En síntesis, para entender mejor el problema de la corrupción, se debe abandonar el
supuesto de que lo único que mueve a los individuos son los beneficios personales, y
que los valores y las normas no cuentan. Al tratar de modificar el clima de conducta,
con el fin de erradicar la corrupción, se genera un círculo virtuoso, en el cual la
corrupción se ve debilitada, pero este mismo círculo se invierte sino se toman las
medidas correspondientes.
Conclusiones personales
A nuestro entender, es posible aumentar las libertades y así lograr un mayor desarrollo
sobre la base de elecciones razonadas.
Asimismo estas elecciones no solo se basan en la búsqueda del interés personal sino que
incluyen valores sociales, normas de conducta, ética empresarial e instituciones que
regulen el accionar en sociedad.
Para lograr el desarrollo, no debemos pensar en el individuo como una persona aislada,
sino que sus actos invocan la presencia de otros y el individuo no esta disociado del
público. De esta forma, es necesario tomar al público como participante activo del
cambio y no como receptor pasivo.
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