MOVILIDAD VOLUNTARIA E INVOLUNTARIA EN EL MERCADO DE TRABAJO ESPAÑOL Antonio Caparrós Ruiz - [email protected] Mª Lucía Navarro Gómez - [email protected] Universidad de Málaga Reservados todos los derechos. Este documento ha sido extraído del CD Rom “Anales de Economía Aplicada. XIV Reunión ASEPELT-España. Oviedo, 22 y 23 de Junio de 2000”. ISBN: 84-699-2357-9 1 Título: Movilidad voluntaria e involuntaria en el mercado de trabajo español Autores: Caparrós Ruiz Antonio Navarro Gómez Mª Lucía Organismo: Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Málaga Dpto. de Estadística y Econometría Dirección: Plaza de El Ejido s/n 29013 Málaga Correo electrónio: [email protected] [email protected] Teléfonos: 952 13 1209 952 13 1204 Abstract El trabajo realizado muestra evidencia empírica para España de los factores determinantes del cambio de empleo de los trabajadores; distinguiendo entre movilidad voluntaria, si se ha realizado como resultado de una petición de revisión salarial al alza por parte del trabajador ante la llegada de una oferta laboral, e involuntaria si el proceso de revisión (que en este caso sería a la baja) lo inicia la empresa por una pérdida de productividad del trabajador. Para lograr los objetivos anteriores se han estimado modelos de elección discreta multivariante, utilizando como datos los proporcionados en el primer y segundo ciclo del PHOGUE (INE) correspondientes a los años 1994 y 1995. 2 I. Introducción Durante la última década el mercado de trabajo en la Unión Europea ha registrado altas tasas de paro en relación a países como los Estados Unidos. Este fenómeno se intensifica si la economía objeto de comparación es la española. Ante esta situación, se ha argumentado que una de las razones del desigual comportamiento del desempleo entre Europa y los Estados Unidos es la distinta flexibilidad de ambos mercados de trabajo (Winkelmann y Zimmerman, 1998). Así, en los Estados Unidos, al contrario que en España, Gran Bretaña o Alemania, los trabajadores presentan una gran movilidad laboral a lo largo de su vida activa (Booth et al, 1997; Jung y Winkelman, 1993). La posible relación positiva entre la movilidad de los trabajadores y la disminución del desempleo puede ser explicada en términos de la asignación eficiente de los recursos de una economía. De esta forma, ante los constantes cambios tecnológicos, las fluctuaciones en la demanda de los productos y la evolución de los conocimientos de los individuos, es necesaria una adecuación y reasignación de los trabajadores hacia empleos en los cuales sean altamente productivos, con el objeto de disminuir los efectos negativos de los desajustes en el mercado de trabajo sobre el crecimiento económico (OECD, 1995). En el trabajo que se presenta a continuación se muestra evidencia empírica para España de los factores determinantes del abandono voluntario y del involuntario (por finalización de contrato y no renovación), bajo la óptica de la teoría de la rotación eficiente con flexibilidad salarial. Para ello se utiliza el primer y segundo ciclo del PHOGUE (INE) correspondientes a los años 1994 y 1995, respectivamente. El resto del trabajo se estructura así: después de presentar brevemente los antecedentes del tema en la sección II, en la siguiente se expone la modelización econométrica del mecanismo que provoca que los individuos puedan optar por abandonar la empresa o verse afectados por un abandono involuntario. La fuente de datos y variables utilizadas se describen en la sección IV, mientras que en la V se analizan los resultados de las estimaciones obtenidas de la modelización probit 3 bivariante con selección muestral especificada. Finalmente, las principales conclusiones hacen el objeto de la sección VI II. Antecedentes En España, las investigaciones sobre la movilidad laboral son recientes y escasas, debido principalmente a la falta de estadísticas adecuadas para analizar este fenómeno. No obstante, existen una serie de trabajos que ya han abordado para el mercado de trabajo español las diversas modalidades que puede presentar la movilidad. Desde el punto de vista de la movilidad interna, es decir la que tiene lugar dentro de la empresa, cabe destacar los estudios de García y Malo (1996a) y García (1999) usando la Encuesta de Conciencia y Biografía de Clase elaborada en 1991 por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta misma encuesta fue utilizada por García y Malo (1996b) para analizar la movilidad entre empresas, mientras que Sánchez et al.(1995) estudiaban el mismo fenómeno con la Encuesta de Condiciones de Vida y Trabajo realizada por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en 1985. En relación al análisis de la movilidad geográfica de los trabajadores cabe señalar el trabajo de Ahn et al. (1998) con la Encuesta de Población Activa enlazada (INE). Recientemente Caparrós et al.(1999) arrojan nueva evidencia empírica sobre la movilidad entre empresas y los determinantes de la movilidad ascendente1 haciendo uso del primer ciclo del Panel de Hogares de la Unión Europea para España (PHOGUE) realizado por el INE en 1994. En los estudios citados anteriormente que analizan la movilidad externa (movilidad entre empresas) no se hace un análisis explícito de las diferencias existentes entre los factores determinantes del cambio de empleo voluntario que se realiza por decisión del trabajador para encontrar un mejor empleo, o el cambio de trabajo causado por la finalización del contrato y la no renovación del mismo, abandono involuntario2 . 1 Se entiende como movilidad ascendente la que implica obtener un empleo mejor al que tenía anteriormente el trabajador. 2 Dentro de la movilidad involuntaria aparecen los casos de los trabajadores que cambian de empleo por cierre del negocio o quiebra. No obstante, en la literatura sobre rotación laboral no se ha abordado este fenómeno ya que es independiente de la calidad del emparejamiento, de la productividad del trabajador y de los deseos de cambio del mismo, siendo los factores determinantes de esta movilidad las características del mercado y el tipo de gestión realizado en la empresa. 4 En el inicio de la literatura económica sobre rotación laboral (Becker, 1962; Parsons, 1972) la distinción entre abandono voluntario e involuntario se fundamentaba en un contexto de modelos con rigideces salariales, en los cuales la variable fundamental era la inversión que bien la empresa o bien el trabajador realizaban en capital humano específico. A partir de estos modelos, en primer lugar, se verificaba empíricamente, desde un punto de vista macroeconómico, que si la financiación de la formación específica recaía en su mayor parte sobre el trabajador, la probabilidad de abandono voluntario disminuía. En segundo lugar, cuanto menor fuera la formación específica financiada por el empresario, la probabilidad de que se produjeran rupturas de la relación laboral iniciadas por el empresario (abandono involuntario) aumentaba. Posteriormente, bajo un nuevo enfoque de la movilidad laboral con rotación eficiente y flexibilidad salarial (Burdet, 1978; Jovanovic, 1979; McLaughlin, 1988; y Mortensen, 1988), se silenciaba la distinción entre abandono voluntario e involuntario. Esto es debido a que si el salario es flexible tal distinción pierde sentido, en la medida que siempre existirá algún nivel salarial para el cual la empresa decidirá no despedir o renovar el contrato al trabajador, aunque este último finalmente pudiera decidir abandonar la empresa. No obstante, la evidencia empírica nos muestra que las características de los nuevos empleos que se obtienen tras el cambio son diferentes entre los trabajadores que abandonan el empleo para encontrar otro mejor y los que lo hacen por finalización de contrato, al igual que las características personales de dichos trabajadores. Ante este hecho, McLaughlin (1991) bajo la óptica de la teoría citada anteriormente, rotación eficiente y la flexibilidad salarial, modeliza las causas del abandono voluntario y del involuntario. Concretamente, señala que el primero se podrá producir ante una mejora de las oportunidades laborales del individuo, mientras que el segundo estará relacionado con un empeoramiento en las condiciones del anterior empleo. Este será el enfoque que sigue este trabajo. 5 III. Modelización econométrica del mecanismo de cambio de empleo El mecanismo que rige los abandonos de los trabajadores y su catalogación como voluntarios o involuntarios que se presenta a continuación se basa en el modelo teórico formulado por McLaughlin (1991). En este modelo se supone que existen un conjunto de empresas y trabajadores, ambos heterogéneos. En cada periodo t los trabajadores mantienen relaciones laborales con alguna de las empresas, siendo las productividades de los mismos conocidas por el empresario y pudiendo variar entre las distintas empresas y a través del tiempo. Centrándonos en el caso de un único trabajador y dos empresas3 , dicho individuo en el periodo t recibe de su empresa actual un determinado salario, Wt . En el periodo siguiente, t+1, la productividad del trabajador con su actual empresa es wt+1 , mientras que con la otra empresa sería rt+1 . Los valores de tales productividades son variables aleatorias, cuyas realizaciones son conocidas por el empresario y diseñadas a partir de una función de densidad conjunta g(wt+1 ,rt+1 ); para el trabajador dichas productividades son desconocidas. Las ofertas salariales en cada periodo (Wt+1 , Rt+1 ) están relacionadas con los valores de esas productividades (wt+1 , rt+1 ). Bajo este contexto, en el periodo t+1, bien los trabajadores o bien las empresas pueden pretender revisar el salario Wt . Si el abandono del trabajador se produce por una propuesta suya de revisión salarial al alza, se dice que éste es voluntario, mientras que si es consecuencia de una propuesta de revisión salarial a la baja por parte del empresario, el abandono es involuntario. Si ni el trabajador ni la empresa iniciasen la revisión salarial, el individuo no cambiaría de empleo y el salario no variaría, Wt = Wt+1 , pudiendo ser Wt+1 <wt+1. La revisión salarial será iniciada por el trabajador si la oferta de la otra empresa en t+1, Rt+1 , supera al salario recibido en su actual empresa en t, Wt . Si Rt+1 < wt+1 , la empresa acepta la revisión salarial y contrarresta la oferta de la otra empresa pagando al trabajador un salario superior a Wt , que puede ser como mucho igual a wt+1 . Si Rt+1 > 3 Las predicciones que se derivan de este modelo no varían si el análisis se generaliza a N empresas y N trabajadores (McLaughlin, 1991). 6 wt+1 , la empresa rechaza el incremento salarial solicitado por el trabajador y entonces se produce un abandono voluntario. Por otro lado, la empresa también puede decidir iniciar un proceso de revisión salarial, si la productividad del trabajador en el periodo siguiente cae. La empresa ofrecerá al trabajador un salario en t+1 inferior al que recibe en t, si la caída de la productividad es de tal cuantía que provoca que wt+1 < Wt . Ante la revisión salarial a la baja que planea realizar la empresa, el trabajador abandonará el trabajo si Rt+1 > wt+1 . No obstante en este caso, Rt+1 es menor que Wt , ya que en caso contrario el trabajador hubiera iniciado el proceso de revisión. De este manera en este contexto, las variables relevantes en el análisis del mecanismo de cambio para cada trabajador son Wit+1 ,Rit+1 y Wit . No obstante, en este proceso también hay que valorar los inconvenientes por cambiar de empleo, Z1it+1 , que pueden ser generados por circunstancias familiares, por la incertidumbre sobre el éxito en el nuevo trabajo o por la adaptación al nuevo entorno laboral. Estos costes serán ignorados o asumidos en mayor medida, conforme aumente el deseo del individuo de cambiar de empleo para obtener una mayor remuneración debido a necesidades de financiación del hogar. Por otra parte, la distinción entre abandono voluntario e involuntario dependerá también de la calidad de los trabajadores y de sus características productivas, Z2it+1 . Dado el planteamiento anterior para cada individuo i en el periodo t+1, es posible construir las siguientes funciones: (1) I1 i t+1 = Ri t+1 - Wi t +1 - Z1it+1 (2) I2 i t+1 = Ri t+1 - Wi t - Z2i t+1 donde los valores de Wit+1 , Rit+1 y Wit son conocidos tanto por el trabajador como por el empresario. Por el contrario, para todos los trabajadores bien si cambian de empleo como si no, el investigador sólo conoce el salario en t, Wit. Sin embargo, se puede suponer que los valores de Wit+1 y Rit+1 para todas las observaciones son generados a partir de las siguientes expresiones: 7 (3) Wit+1 = X'1it β w + ε 1it+1 (4) Rit+1 = X'2it β r + ε 2it+1 siendo X1it un vector que recoge, por un lado, las características individuales al final del periodo t, como el nivel educativo, la experiencia en el mercado de trabajo, la inversión en formación específica y el nivel de ingresos en el empleo anterior, el sexo, el estado civil; por otro lado, también se tienen en cuenta las características del mercado de trabajo en el cual están ubicados los empleos. Por su parte X2it estará compuesto por las variables anteriores exceptuando la formación específica, ya que cabe esperar que no ejerza influencia sobre la oferta salarial que se reciba en el nuevo empleo. Con respecto a los costes asociados con el cambio de empleo, se puede especificar la siguiente función: (5) Z1it+1 = F'it β f + ε 3it+1 donde Fit es un vector que recoge al final del periodo t las características personales, como el sexo y el estado civil, así como las familiares, como la renta en el hogar, la existencia de niños dependientes en el hogar u otros miembros distintos a la pareja. Por último, se especifica una función lineal para captar otros posibles factores que pueden estar relacionados con la productividad de los individuos, como puede ser el hecho de que el individuo haya cambiado antes de empleo, lo que sería una señal de la calidad del trabajador: (6) Z2it+1 = G'it β g + ε 4it+1 Dadas las especificaciones anteriores, las ecuaciones (1) y (2) quedan expresadas de la siguiente forma: (7) I1 i t+1 = X'2it β r - X'1it β w - F'it β f + θ1it+1 (8) I2 i t+1 = X'2t β r - Wit - G'it β g + θ 2it+1 8 siendo θ1it+1 = ( ε 2it+1 - ε 1it+1 - ε 3it+1 ) y θ 2it+1 = (ε 2it+1 - ε 4it+1 ). Se asume que (ε 1it+1, ε 2it+1 ,ε 3it+1 , ε 4it+1 ) es aleatorio con realización desconocida y que se distribuyen conjuntamente como una normal multivariante con esperanza nula y matriz de covarianzas igual a Σ. Por lo que, (θ1it+1,θ2it+1 ) se distribuye como una normal bivariante con esperanza nula y matriz de covarianzas igual a: σ11 σ21 Por último, se supone que el par σ12 σ22 (θ1it+1,θ12it+1 ) se distribuye idéntica e independientemente a través del tiempo y entre los trabajadores. El mecanismo de cambio de empleo se caracteriza a través de las siguientes reglas: • El individuo cambiará de empleo, Sit+1 =1, si I1 it+1 > 0; en caso contrario permanecerá en su actual empleo, Sit+1 =0. • El abandono será voluntario, Qit+1 =1, si I1 it+1 > 0 y I2 i t+1 > 0; en otro caso, Qit+1 =0. • El abandono será involuntario, Lit+1 =1, si I1 it+1 > 0 y I2 it+1 < 0; de otra forma, Lit+1 =0. Las funciones probit asociadas al mecanismo de cambio expuesto anteriormente son las siguientes: (9) Pr(Sit+1 = 1) = Pr(I1 i t+1 > 0 ) = 1 - Φ (K 1 it+1 ) (10 Pr(Q it+1 =1) = Pr(I1 it+1 >0 y I2 it+1 >0) = 1 - Φ (K 1 it+1 ) - Φ (K 2 it+1 ) + Φ (K 1 it+1 ,K2 t+1 ) (11) Pr(Lit+1 =1) = Pr(I1 i t+1 >0 y I2 it+1 <0)= Φ (K 2 it+1 ) - Φ (K 1 it+1 ,K2 it+1 ) 9 con K1 it+1 = (F'it β f +X'1it β w-X'2it β r) / σ1/2 11 , K2 it+1 = (G'it β g +Wit -X'2it β r)) / σ1/2 22 . Φ(.) y Φ(.,.) representan las funciones de distribución de la normal estandar univariante y bivariante, respectivamente. Para una muestra de N individuos, el logaritmo de la función de verosimilitud para cada periodo t es: q N = ∑ (1 − S ) log Φ( K1 ) + ∑ Q + 1 log( 1 − Φ( K1 ) − Φ(K 2 ) + t +1 it + 1 it + 1 it it + 1 it + 1 i i l Φ(K 1 ,K 2 + 1) + ∑ L log( Φ ( K 2 ) − Φ ( K 1 ,K 2 ) it + 1 it + 1 it + 1 it + 1 it + 1 it + 1 i (11) log L siendo q el número de trabajadores que cambian de forma voluntaria y l los que realizan un abandono voluntario. La maximización de la expresión anterior, que corresponde a la función de verosimilitud de un probit bivariante con selección muestral, permitirá obtener las estimaciones de los parámetros desconocidos. IV. Datos y variables utilizadas La información estadística utilizada aquí se ha obtenido a partir del PHOGUE (INE,1995,1999), que proporciona además el estudio de las condiciones de vida de la población y el análisis de los cambios y transiciones entre diferentes situaciones sociales de los individuos. La existencia hasta el momento de sólo dos ciclos del PHOGUE ha provocado que nuestro análisis de la movilidad externa de los trabajadores en España se realice únicamente para el periodo comprendido entre 1993 y 1995, ya que es el intervalo para el cual podemos conocer las características personales, familiares y laborales que van a afectar a la decisión de cambio de empleo de dichos trabajadores. La estructura de panel de la encuesta es adecuada para este tipo de análisis, ya que proporciona información relativa a una misma persona en diferentes momentos de su trayectoria laboral. 10 Concretamente, el análisis se sitúa en el año 1995 y se observan a los trabajadores asalariados y su relación con la movilidad laboral. En dicho año, la encuesta señala la existencia de 4697 asalariados que están trabajando 15 o más horas a la semana lo que representa el 75,5% de los ocupados en la muestra en dicho año (Tabla 1). De este conjunto de trabajadores, la encuesta nos permite conocer a los individuos que cambiaron de empleo entre 1993 y 1995 y la causa por la que tomaron dicha decisión. En efecto, según muestra dicha tabla, el 21,3% de los trabajadores asalariados habían realizado al menos un cambio de empleo entre 1993 y 1995. Dentro de las razones de la movilidad, se observa que la mayor proporción corresponde a la finalización del contrato (el 48,9% de los individuos que se mueven) seguida del cambio para conseguir un trabajo mejor o más adecuado (el 21,5% de los trabajadores móviles). Tabla 1 Distribución de los asalariados en 1995 según su relación con la movilidad entre 1993 y 1995 Número de Porcentaje trabajadores Han cambiado de empresa Razones: Conseguir un trabajo mejor o más adecuado Obligado por el empleador (Cierre o exceso de empleados) Finalización del contrato Venta o cierre del negocio propio Nacimiento de un hijo o necesidad de cuidar a los niños Estudios, servicio militar, etc Otras razones 1000 21,3 215 135 489 28 7 25 101 4,6 2,9 10,5 0,6 0,1 0,5 2,1 No han cambiado de empresa Total Fuente: PHOGUE(INE) 3697 4697 78,7 100 Como se indicó anteriormente, la definición de cambio adoptada impide considerar la movilidad por razones ajenas a la relación del trabajador con su empresa y el resto de empresas, como son el nacimiento de un hijo o la necesidad de cuidarlos, el efectuar estudios o la realización del servicio militar o prestación social sustitutoria; de igual forma, se excluyen también del análisis a los trabajadores que han estado forzados a cambiar de empresa independientemente de su deseo de cambio y de sus características productivas. Esta movilidad forzosa ha podido ser debida bien al cierre de la empresa bien por el inicio de un proceso de reconversión y reestructuración de 11 plantilla provocado, por el cambio tendencial en la demanda de las industrias y ocupaciones (Lilien, 1980). La información correspondiente a las variables explicativas que se utilizan en la estimación tendrá como referencia temporal, para los individuos que cambian de trabajo. el periodo inmediatamente anterior al inicio del nuevo empleo4 . Para los trabajadores que no cambian de empleo, las variables estarán referidas al inicio del periodo objeto de análisis, es decir 1993, excepto para los que inicien el empleo en 1994 o 1995 en cuyo caso se usará, respectivamente, la información observada en dichos años. El análisis descriptivo de las variables utilizadas en las distintas estimaciones aparecen en la tabla 2. La mayoría de las variables son ficticias, excepto las correspondientes a la experiencia potencial en el mercado de trabajo, la renta per capita en el hogar5 , los ingresos en el empleo anterior o actual si no ha cambiado de empleo el individuo y la tasa de paro de la comunidad donde reside. La experiencia en el mercado de trabajo se ha calculado como la diferencia entre la edad del individuo en el momento de tomar la decisión de cambiar de empleo y la edad en la que inició su vida laboral. La renta del hogar creada para recoger la influencia de otras rentas existentes en el hogar diferentes a las obtenidas por el individuo en su empleo, se ha construido por diferencia entre la renta total mensual del hogar y los ingresos mensuales del individuo en su empleo antes de tomar la decisión de cambiar de empresa. A esta diferencia se le ha aplicado la escala de Oxford empleada por la OCDE, que pondera de diferente forma a los miembros del hogar para recoger la posible existencia de economías de escala en el consumo. Concretamente, la expresión de dicha escala es la siguiente: (1+ 0,7 (N 1 -1) + 0.5 *( N2 - N1 )) 4 Por ejemplo, si un trabajador ni icia el empleo en 1994 se observa sus características personales, familiares y laborales al final de 1993. 5 La renta per cápita en el hogar aun cuando no aparece de forma explícita en la especificación econométrica que nos muestra los factores determinantes del cambio voluntario frente al involuntario, es introducida para evitar sesgos en la estimación debido a la apreciable diferencia entreun grupo y otro observada en el análisis descriptivo. 12 siendo N1 el número de miembros mayores de 14 años en el hogar y N2 el tamaño del hogar. Esta renta, al igual que los ingresos mensuales del individuo, son per cápita y vienen expresados en 104 ptas. de 1992. Tabla 2 Análisis descriptivo de las variables explicativas utilizadas en las estimaciones Total No cambian Cambian Voluntario Involuntario Media Desv. Sexo Varón Mujer Estudios Primarios Secund.ler Nivel Secund, 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios (Ciclo corto) Universitarios (Ciclo largo) Estado civil Con pareja estable Sin pareja Experiencia (En años) Rasgos familiares Parejas solas Pareja con hijos Pareja con otros miembros Renta del hogar per capita(104 ptas de 1992) Formación específica Financiada por el empresario Financiada por el individuo Ingresos(10 4 ptas de 1992) Tasa de paro Más de un cambio entre 1993 y 1995 Sí No Nº Observaciones Media Desv. Media Desv. Media Desv. Media Desv. 0.66 0.34 0.29 0.29 0.65 0.35 0.48 0.48 0.71 0.29 0.46 0.46 0.73 0.27 0.44 0.44 0.70 0.30 0.46 0.46 0.33 0.26 0.14 0.08 0.09 0.10 0.47 0.44 0.35 0.27 0.30 0.30 0.30 0.25 0.15 0.08 0.10 0.12 0.46 0.43 0.35 0.09 0.31 0.31 0.42 0.28 0.13 0.05 0.07 0.05 0.49 0.45 0.32 0.22 0.24 0.23 0.34 0.23 0.19 0.08 0.06 0.10 0.48 0.42 0.38 0.26 0.25 0.31 0.47 0.31 0.08 0.04 0.06 003 0.50 0.47 0.27 0.20 0.24 0.16 0.67 0.33 19.61 0.47 0.47 12.42 0.70 0.30 20.39 0.46 0.46 12.44 0.54 0.46 15.40 0.50 0.50 11.49 0.50 0.50 13.87 0.50 0.50 10.80 0.56 0.44 16.36 0.50 0.50 11.80 0.08 0.47 0.12 0.27 0.49 0.34 0.08 0.49 0.13 0.27 0.50 0.34 0.07 0.40 0.07 0.25 0.49 0.26 4.56 4.72 4.67 4.71 4.01 4.72 5.00 5.10 3.41 4.40 0.06 0.03 13.62 0.21 0.24 0.17 8.08 5.65 0.07 0.03 13.98 0.21 0.26 0.17 8.03 5.56 0.00 0.04 11.69 0.23 0.07 0.20 8.08 5.86 13.25 0.21 0.20 0.80 11.10 5.32 10.74 0.23 5.32 6.09 0.40 0.40 0.27 0.73 0.45 0.40 4054 3415 639 241 398 Fuente: PHOGUE y EPA (INE) En la tabla 2, se destaca que la muestra inicial de asalariados se ha reducido a 4054 individuos. Esto es debido a los criterios de selección utilizados en la elección de los trabajadores que cambian de empleo mencionados anteriormente y a la existencia de valores perdidos para algunas de las variables explicativas usadas en el análisis, especialmente los correspondientes a los ingresos que obtiene el trabajador en el empleo antes de tomar la decisión de cambiar o permanecer en la empresa. Dentro de ellos son 398 trabajadores los que cambian de empleo por finalización de contrato, que se les incluye en la categoría de cambio involuntario. Del resto de individuos que cambian, el 70% lo hace por encontrar un mejor empleo o más adecuado, estando el 30% restante compuesto por otras razones o venta del negocio propio. 13 Como rasgos descriptivos principales, en la tabla 2, se observa, en primer lugar, que son mayoritariamente los varones los que cambian de trabajo (70% frente al 30% de mujeres) y además representan una mayor proporción en relación a los que permanecen en su empleo. En segundo lugar, los trabajadores que no tienen una pareja estable y los de menor nivel educativo están más representados dentro de los individuos que cambian de empresa, en relación a los que no lo hacen, pero este cambio es sobre todo involuntario. En efecto, el 78% tienen estudios iguales o inferiores al de 1er Nivel de Secundaria, 21 puntos más de los que lo hacen voluntariamente. De igual manera, donde aparecen el mayor número en términos relativos de trabajadores que han cambiado más de una vez en el periodo analizado, es dentro del colectivo que han tenido movilidad involuntaria. En relación a la formación específica6 , si ésta es financiada por el empresario, los trabajadores mayoritariamente no realizan movilidad interempresas, sin embargo no hay un comportamiento diferenciado si la formación la paga el individuo. Por su parte, con respecto a la renta del hogar per capita y a los rendimientos del trabajo antes de que se tome la decisión de permanecer en la empresa, son los que no cambian de empleo los que tienen por término medio unos valores más altos. Por el contrario, la tasa de paro por comunidad media es más alta en el grupo de trabajadores que cambian. Finalmente, se observa que los individuos que cambian de empleo tienen por término medio una menor experiencia potencial en el mercado de trabajo que los que no lo hacen. Para recoger el distinto comportamiento de esta variable con respecto a la movilidad laboral, se ha construido el gráfico 1, en el que se constata que en los primeros años de actividad laboral del individuo, los porcentajes de trabajadores que cambian de empleo son muy superiores a los que no varían de empresa. Conforme aumenta la experiencia laboral, esta diferencia disminuye hasta que se invierte el comportamiento, y es la proporción de individuos que permanecen en la empresa la que supera a la correspondiente a los que cambian de empleo. 6 La formación específica puede ser o no financiada por el emp resario, y se recogen con 2 variables ficticias ambas modalidades de financiación. 14 Dada la evolución expuesta anteriormente y para captar de forma más adecuada la influencia de la experiencia laboral sobre la probabilidad de cambio, se ha distinguido distintos tramos dentro de esta variable. Concretamente, se han diferenciado los individuos con menos de 10 años de experiencia de los que tienen entre 10-30 y más de 307 . Gráfico 1 Porcentaje de individuos según años de experiencia y relación con la movilidad 7 6 5 Mov. (%) 4 3 2 1 No cambio 0 Cambio 10 20 30 40 50 Años de experiencia Fuente: PHOGUE (INE,1995,1999) V. Resultados de las estimaciones En la tabla 3 se muestran los resultados obtenidos al estimar el probit bivariante con selección muestral especificado en la sección III. En ella, cabe destacar, en primer lugar, que la mayor parte de las variables explicativas utilizadas en las estimaciones son significativas y presentan los signos esperados. También el valor de la razón de verosimilitud acepta holgadamente el modelo adoptado. 7 La distinción de estos tramos se ha fundamentado en la aplicación de test de independencia de la chicuadrado entre los distintos intervalos de experiencia construidos y la variable dependiente que nos muestra si el individuo cambia o no de empresa. Todos los resultados obtenidos rechazan la igualdad de medias entre el grupo de individuos que cambian frente a los que no lo hacen. 15 Tabla 3 Estimación probit bivariante con selección muestral Constante Sexo Mujer Estudios Secundarios 1er Nivel Secundarios 2º Nivel FPII y módulo 3 de FP Universitarios. (Ciclo corto) Universitarios. (Ciclo largo) Estado civil Sin pareja Probabilidad de cambio de empresaa Probabilidad de cambio voluntariob Coeficiente Desv. Standard Coeficiente Desv. Standard -0.541*** 0.114 1.046*** 0.218 -0.239*** 0.057 0.064 0.087 -0.255*** -0.401*** -0.597*** -0.465*** -0.588*** 0.065 0.089 0.114 0.114 0.121 0.140* 0.538*** 0.629*** 0.327** 0.655*** 0.140 0.538 0.147 0.327 0.655 0.109 0.089 -0.183** -0.082 Experiencia Entre 10 y 30 años Más de 30 años -0.392*** -0.611*** 0.066 0.092 0.236** 0.369** 0.024 0.369 Rasgos familiares Pareja con hijos Pareja con otros miembros Renta del hogar per capita(104 ptas de 1992) Renta del hogar al cuadrado -0.703 -0.268** -0.011 0.001 0.080 0.110 0.009 0.000 0.056*** -0.002** 0.019 0.084 Formación específica Financiada por el empresario Financiada por el individuo -0.886** 0.182* 0.224 0.116 Ingresos(10 4 ptas de 1992) Ingresos al cuadrado -0.035*** 0.001*** 0.810 0.150 0.020*** 0.006 Tasa de paro 0.024*** 0.464 -0.026*** 0.005 -0.068 -0.952*** 0.062 0.000 Más de un cambio entre 1993 y 1995 ρ 12 Razón de verosimilitud 326.531*** 337.534*** (a) El individuo de referencia es varón, tiene un nivel educativo similar a primario, sin estudios o analfabeto, vive sólo con su pareja, tiene una experiencia laboral inferior a 10 años y no ha recibido formación específica. (b) La categoría de referencia corresponde a un individuo varón, con estudios primarios, sin estudios o analfabeto, tiene pareja estable, tiene un nivel de experiencia inferior a 10 años y no ha realizado más de un cambio entre 1993 y 1995. La variable es significativa : al 1%. (***), al 5%. (**) y al 10% (*). Son los varones los que tienen más probabilidad de separación. A este respecto, la literatura económica que ha abordado la influencia del sexo sobre la rotación laboral, debido al distinto comportamiento que presentan los varones y las mujeres a lo largo de su ciclo laboral, muestra resultados contradictorios. Por un lado, Besson (1998), Blau y Kahn (1981) y Viscusi (1980) observan que, en general, las mujeres tienen una mayor propensión a cambiar de empleo dado que sus trabajos en la mayoría de los casos son remunerados con bajos salarios. Por otro lado, los resultados que muestra Meitzan (1986) están en concordancia con los obtenidos aquí, en ellos se indicaban que las mujeres tenían una menor probabilidad de abandono. Esto puede deberse, bajo la óptica 16 de la teoría de la calidad del emparejamiento (Jovanovic, 1979), a que los varones se incorporan antes al mercado laboral y, por consiguiente, puede que no hagan el más adecuado proceso de selección al inicio de sus empleos, mientras que las mujeres quizás realicen un mayor filtro teniendo en cuenta la posible discriminación laboral que pueden sufrir. A estos factores hay que añadir los resultantes de la peor adaptación posible de las mujeres en otros empleos, en términos de distancia al centro del trabajo y horarios, con la realización de otras tareas, como por ejemplo las del hogar y el cuidado de los hijos, lo cual puede provocar una menor intensidad en la búsqueda de nuevos trabajos. Con respecto a la distinción entre cambio voluntario e involuntario, el sexo no es una variable determinante. Este resultado puede ser explicado en la medida que la distinción entre ambos tipos de movilidad se ha determinado por la pérdida de productividad del trabajador en la empresa, con lo cual el sexo en principio no debe ser una variable determinante. En relación a la influencia del nivel educativo sobre la probabilidad de abandono, la literatura económica indica diferentes predicciones. Por una parte, si los altos niveles educativos están caracterizados con un alto grado de especialización ocupacional, los individuos más educados mostrarán una menor propensión al cambio. Además, puede que existan ocupaciones que requieran un elevado grado de inversión en capital humano, con lo cual parte del proceso de búsqueda de empleo ya se inicie en el sistema educativo con la elección del campo de estudio. Por otra parte, la teoría de la búsqueda (Burdet, 1978) es ambigua sobre el efecto de la educación sobre la movilidad laboral; aunque, finalmente, la teoría de la trayectoria ocupacional (Sicherman, 1990) señala que si la trayectoria de los trabajadores más educados está caracterizada por pocas ocupaciones, existirá una correlación negativa entre movilidad y educación. Los resultados obtenidos en este trabajo respecto a la educación muestran una relación negativa con la movilidad laboral interempresas, siendo son coherentes así con el mecanismo de empleo reseñado, así como con las estimaciones obtenidas por Sicherman (1990), y más recientemente por Klein et al. (1991). Concretamente, todos los niveles de estudios especificados aquí presentan una menor probabilidad de cambio en relación a la categoría de referencia, es decir que son los individuos con mayores niveles de estudios los que serán retenidos por la empresa ante ofertas de otras 17 empresas. Las razones argumentadas en el trabajo de Klein et al. (1991) son que los factores inobservados heterogéneos que provocan que el individuo permanezca más tiempo en el sistema educativo son los mismos que generan una mayor permanencia en el empleo, dentro de estos factores podríamos señalar el mayor grado de satisfacción que pueden obtener los trabajadores con más nivel educativo en su empleo. Por otra parte, los individuos con menores niveles educativos serán los que en alguna medida sean más proclives a pérdidas de productividad, por lo que podrán estar sujetos a revisiones salariales a la baja por parte de la empresa. En cuanto a la diferenciación entre abandono voluntario e involuntario, también la educación es significativa; en particular, todos los individuos con niveles educativos superiores al primario tienen una mayor probabilidad de cambio voluntario. Este resultado es el esperado, pues una vez que el trabajador ha cambiado de empresa, serán los que tienen mayor nivel de estudios los que han podido decidir iniciar un proceso de revisión salarial ante la llegada de nuevas ofertas. El estado civil, por su parte, aun cuando no es significativo si presenta el signo correcto. En efecto, dada la incertidumbre y los costes asociados al cambio de empleo, cabe esperar que los individuos con pareja tengan más aversión al posible riesgo generado por la movilidad que aquellos que no la posean. Además, dentro de los sujetos con pareja, se observa que son los que tienen algún miembro en el hogar distinto al de niños dependientes8 los que muestran una menor probabilidad de cambio, lo cual se debería quizás a una menor necesidad de financiación, dada la aportación económica que pueden realizar estos miembros al hogar. No obstante, dada la aversión al riesgo de cambio señalada anteriormente, se constata que una vez que se ha efectuado el cambio, son los individuos con pareja los que muestran una mayor probabilidad de movilidad voluntaria. Probablemente esto se deba a que las mayores necesidades económicas de estos sujetos hace que busquen activamente mejores empleos. 8 Se consideran niños dependientes económicamente según la clasificación de la encuesta, a los menores de 16 años y a los que tienen 16 y más años, pero menos de 25 siempre que el padre/madre viva en el mismo hogar y que la situación del hijo en la actividad sea parado, desanimado o económicamente inactivo. 18 Otro rasgo familiar determinante en la decisión de cambio es la renta per capita en el hogar, dada su importancia en la financiación de los gastos familiares y del individuo. Los resultados indican a una baja significatividad, que los sujetos con menores rentas en el hogar, al tener una mayor necesidad de financiación compensan los costes asociados a la movilidad incrementando su actividad de búsqueda, de tal forma que cambiarán más de empleo. La citada necesidad de financiación irá disminuyendo conforme aumente su renta en el hogar, lo que señala el signo positivo del cuadrado de la variable. En relación a la probabilidad de cambio voluntario, se observa que los trabajadores con mayores rentas en el hogar son los que tienen una menor posibilidad de cambio involuntario, aunque en disminución conforme aumenta la renta. Por otra parte, cabe esperar que la movilidad disminuya con el tiempo transcurrido en el mercado de trabajo por razones puramente estadísticas, ya que dado cualquier proceso por el cual las ofertas salariales se generen, el valor esperado de la máxima oferta recibida (el actual empleo) es más alto para los trabajadores que más han buscado (Burdett, 1978). Este resultado, predicho por la teoría de la búsqueda, es inconsistente con aquella que considera al empleo como un bien que se experimenta (Jovanovic, 1979), ya que si la información que existe sobre los potenciales empleos es idéntica ex ante, los nuevos empleos no serán sistemáticamente más estables que los anteriores. No obstante, bajo esta última teoría, es cierto que cuanto mayor antigüedad tenga el trabajador en el empleo mejor será su emparejamiento, ya que en caso contrario se hubiera roto en el inicio de la relación laboral. Bajo la óptica de los modelos que suponen la existencia de heterogeneidad en la propensión de los trabajadores para cambiar de empleo, tampoco se considera que la experiencia influya en la probabilidad de cambio9 (Blument et al, 1955). Las estimaciones obtenidas aquí son coherentes con la teoría de la búsqueda, pues que cuanto mayor es la experiencia en el mercado de trabajo menor es la probabilidad de cambio. No obstante, la probabilidad de cambio voluntario aumenta, ya 9 Bajo esta teoría se supone que existen dos tipos de trabajadores diferenciados por su propensión al cambio, λ1 λ2 . Los trabajadores del tipo 1 son relativamente más móviles de forma que λ1 >λ2 . Estas probabilidades de rotación se consideran fijas a través del tiempo para cada trabajador por lo que son independientes de la experiencia laboral. 19 que a menor experiencia mayor es la posibilidad de que el individuo no sea altamente productivo y esté sujeto a un cambio involuntario. Con respecto a la formación específica financiada por el empresario, los resultados son acordes con las predicciones teóricas (Hashimoto, 1980 y Parsons, 1972) que señalan una incidencia negativa de dicha variable sobre la movilidad. En efecto, por una parte, el empresario intentará que los trabajadores que han recibido formación no cambien de empresa, dados los costes de aprendizaje y de producción asociados a la contratación de nuevos empleados; por otra parte, para el individuo la movilidad será más difícil, ya que tendrá una menor probabilidad de recibir ofertas de trabajo, dada la baja aplicación de estos conocimientos a esos empleos. No obstante, si esta formación es financiada por el individuo probablemente adquiera conocimientos menos específicos y más aplicables a otros empleo, con lo que aumenta su probabilidad de cambio. En cuanto a los ingresos que recibía el individuo en el empleo antes de tomar la decisión de cambiar de empresa, los resultados obtenidos están en concordancia con los obtenidos por Topel y Ward (1992) por ejemplo. En dicho trabajo se constata que un salario más alto incrementa el valor del empleo y el salario de reserva del individuo, lo cual implica que disminuya la probabilidad de recibir ofertas salariales superiores. No obstante, cabe esperar que para trabajadores muy cualificados, aunque posean salarios muy altos, tengan una mayor posibilidad de cambiar de empresa (Lazear, 1986), como muestra el signo positivo de la variable ingresos al cuadrado, ya que las empresas rivales intentarán contratar a los empleados con alta productividad ofreciéndoles salarios superiores a los que obtienen en su actual empleo (Garen, 1986). Por otra parte, la relación entre la variable ingreso y la probabilidad de movilidad voluntaria es positiva, indicando que los trabajadores con una mayor remuneración serán más productivos, con lo que la probabilidad de que el cambio se haya producido por una caída de la productividad es menor. En relación a las características laborales de los trabajadores, se observa que los que han movido más de una vez entre 1993 y 1995 tienen una mayor probabilidad de haber realizado un cambio involuntario. Esta variable puede actuar como una señal de 20 que el trabajador es poco productivo, lo cual provoca que la ruptura de las relaciones laborales sean iniciadas por el empresario, no obstante esta variable no es significativa. Finalmente, los rasgos del mercado de trabajo de la comunidad en la que reside el trabajador, muestran que mayores tasas de paro provocan una mayor probabilidad de separación, posiblemente debido a que sea en estas comunidades donde exista un mayor desajuste entre la demanda y la oferta de empleo, con lo cual aumenta la posibilidad de obtener un mal emparejamiento laboral. Por su parte, la probabilidad de cambio voluntario es negativa, lo que complementa el argumento anterior, en cuanto que una comunidad con una menor tasa de paro posiblemente sea más rica y exista una mayor probabilidad de encontrar mejores empleos y una menor posibilidad de desajustes en el mercado de trabajo. VI. Conclusiones En este estudio se han analizado los factores determinantes del cambio de empleo y de que dicho abandono sea catalogado como voluntario o involuntario (finalización de contrato y no renovación), mediante la aplicación de modelos de elección discreta multivariante. Para ello, se ha utilizado el primer y segundo ciclo del PHOGUE correspondientes a los años 1994 y 1995, respectivamente. El mecanismo de cambio de empleo está basado en el propuesto por McLaughlin (1991). Dicho mecanismo señala que un abandono deberá ser catalogado como voluntario, si se ha realizado ante una petición de revisión salarial al alza por parte del trabajador, y será involuntario si el proceso de revisión lo inicia la empresa, aunque en este caso sería a la baja. Los principales resultados que se obtienen nos muestran, en primer lugar, que los individuos varones son los que tienen más probabilidad de cambio; aunque el sexo no ejerza influencia en la distinción entre abandono voluntario e involuntario. En segundo lugar, son los trabajadores menos educados los que tienen más probabilidad de abandono, aunque dentro de ellos son los que tienen menor nivel de enseñanza los que cambian voluntariamente. En tercer lugar, se observa que los individuos con menores rentas en el hogar son los que tienen mayor probabilidad de cambio, debido a sus 21 mayores necesidades de financiación, lo cual les compensará de los costes asociados a la movilidad. No obstante, los individuos que cambian voluntariamente son los que tienen mayores rentas en el hogar. Por otra parte, la experiencia en el mercado de trabajo influye positivamente en la probabilidad de permanencia en el empleo, aunque dentro de los individuos que cambian son los que tienen más experiencia los que lo hacen voluntariamente. Igual efecto tiene la formación específica si es financiada por el empresario, ya que disminuye la probabilidad de cambio; por el contrario, si los costes de dicha formación son asumidos por el trabajador, entonces éste presenta más posibilidad de moverse de empresa. Por último, se constata que a mayor ingreso obtenido en el empleo anterior, el individuo tiene menor probabilidad de cambio, sin embargo para aquellos que se mueven sí les afecta positivamente a su probabilidad de movilidad voluntaria. Por último, se ha contrastado que la condiciones laborales del entorno en el cual reside el individuo afectan a las decisiones de separación del individuo y a que ésta sea voluntaria o involuntaria. Bibliografía Ahn, N. Rica, S. y Ugidos, A. (1998): "Willingness to move for work and unemployment duration in Spain". Documento de trabajo CEMFI, Nº 9801. Becker, G. (1962): "Investmen in Human Capital: A Theoretical Anallysis". Journal of Political Economy, 70, pp, 9-49. Beeson, A. (1998):"Job-to-job and job-to-nonemploment turnover by gender and education level". Journal of Labor Economics, vol.16, Nº2, pp. 392-443.. Blau, F. y Kahn, L(1981): "Causes and consequences of layoffs". Economic Inquiry 19, pp. 270-296.. Blumen, I. et al. 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