Tema 4: Concepciones filosóficas sobre el ser humano

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Tema 4:
Concepciones filosóficas sobre el ser humano
1º Bachillerato Adultos
IES SÉNECA
FILOSOFÍA Y CIUDADANÍA
Curso 2014/2015
Filosofía y Ciudadanía
Unidad 2. El ser humano
Tema 5. Concepciones filosóficas sobre el ser humano
Es posible que en muchas ocasiones te hayas preguntado ¿qué somos?, ¿qué nos define
como especie humana? y todas esas preguntas que van ligadas a las anteriores, como:
¿qué sentido tiene nuestra existencia?, ¿somos realmente libres?, u otras más que se te
pueden ir ocurriendo.
Fíjate en un cosa, la mayoría de las cuestiones sobre las que debatimos cotidianamente tienen que ver con las formas que tenemos de entender o definir al ser humano. Por ejemplo,
hace poco tiempo que se ha estado debatiendo la modificación de las leyes que regulan el
aborto.
Por este motivo, es importante tener ideas claras y bien fundamentadas. Al menos así podremos tomar decisiones o debatir sobre temas que son importantes para nuestra vida.
Toda esta unidad va a girar sobre estas cuestiones. Pero te propongo que comencemos por
analizar qué es lo que la filosofía ha dicho sobre el ser humano. No para asumir sus posturas, si no para analizar lo que han dicho, ver su validez y su utilidad de cara a forjarnos una
idea más clara acerca de lo que somos. Terminaremos esta primera investigación examinando dos de los grandes problemas filosóficos relativos al ser humano: el problema de la
libertad y el problema de la naturaleza última del ser humano.
Para practicar el análisis y la reflexión personal vamos a realizar como tarea una disertación.
"Disertar" consiste en emitir una opinión elaborada y reflexiva acerca de alguna cuestión
de interés. A través de la disertación, podemos expresar nuestras opiniones, de forma razonada y argumentada, acerca de diferentes cuestiones. Es, por lo tanto, un ejercicio de filosofía práctica, en el que nos convertimos, momentáneamente al menos, en filósofos.
Al final de estos contenidos, en el apartado "Ejercicio resuelto" tienes una disertación que
puedes tomar como modelo para realizar la tarea sobre el tema que tienes que realizar.
1. Diferentes miradas sobre el fenómeno humano
Vamos a partir de un caso concreto para ver cómo es posible plantear al menos tres perspectivas diferentes. Analicemos el tan debatido tema del "Matrimonio homosexual".
Si nos fijamos, nos daremos cuenta que hay una perspectiva religiosa sobre el tema. Resumiéndola, podemos decir: esta postura considera que existe una naturaleza del ser humano
que es alterada por las relaciones homosexuales. Dicha naturaleza humana ha sido establecida por Dios y, por tanto, el comportamiento de todas las personas debe ajustarse a dicha
naturaleza humana.
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Pero también podemos observar que podemos analizarlo desde una perspectiva científica.
En este caso, no se parte desde una concepto prefijado de naturaleza humana, si no desde
un análisis del comportamiento sexual, tratando de establecer las causas o los motivos de
dicho comportamiento.
Las conclusiones de un estudio científico no son prescriptivas, es decir, no tienen un carácter normativo que deba dirigir nuestra conducta. La ciencia no nos dirá si el matrimonio
homosexual es bueno o malo, más bien nos hablará de las causas sociológicas, psicológicas
y biológicas que intervienen en este comportamiento.
Finalmente, no podemos olvidar que podemos ponernos en otra posición, la perspectiva
filosófica. Esta perspectiva aporta la característica de análisis racional y crítico sobre el problema. No aporta datos como la ciencia, ni una visión de la naturaliza humana establecida
por Dios: tiene presentes las distintas perspectivas y desde esa mirada racional y crítica intenta analizar el problema.
Su objetivo no es determinar normas de carácter universal para todos respecto al tema del
matrimonio homosexual, sino aportar luces que permitan a los seres humanos su pleno desarrollo como personas, tomando decisiones racionales, libres y respetuosas sobre su comportamiento.
Autoevaluación
1.- A continuación debes realizar esta actividad para comprobar que has comprendido lo
que acabamos de ver. Se presentan varias afirmaciones y deberás identificar en cada casilla
cuál de las tres perspectivas se identifica mejor (religiosa, científica o filosófica.
Es prescriptiva:
Se basa en el análisis racional y crítico:
Es descriptiva:
Se basa en la experimentación:
Es orientadora:
Se basa en la fe:
Intenta comprender las causas de los fenómenos:
Intenta conjugar racionalmente distintas perspectivas:
Es dogmática:
2.- Ahora vamos a "darle un poco al coco". Reflexiona durante unos instantes sobre: qué se
podría afirmar, desde cada una de las tres perspectivas que hemos hablado, sobre la eutanasia, uno de los temas candentes de la actualidad.
¿Es posible tratar este tema desde una única perspectiva?
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2. El ser humano en la historia de la filosofía
A continuación vamos a trabajar con cuatro reproducciones artísticas de cuatro períodos
diferentes de la historia (Antigüedad clásica, Edad Media, Edad Moderna y Siglo XIX) para
que los observes y aprecies, a través de ellos, de qué maneras diferentes el arte (en este
caso, la pintura y la escultura) ha reflejado la realidad humana.
Estas visiones del arte, no obstante, están íntimamente relacionadas con la filosofía y el
pensamiento, como podrás ver si lees detenidamente los textos que los acompañan.
¿Por qué he elegido solamente a estos cuatro autores? Porque cada uno de ellos es representativo de un período, de un espíritu, de una época. A través de ellos podrás darte cuenta de cómo ha ido cambiando la forma de ver al ser humano desde la antigua Grecia hasta
la Europa contemporánea.
2.1. Antigüedad: Platón
Observa detenidamente la siguiente reproducción de la Venus de
Cnido, del escultor griego Praxíteles. ¿Qué calificativos se te ocurren
que puedan caracterizar esta representación escultórica?
El filósofo que hemos elegido para este primer periodo es Platón,
uno de los más grandes filósofos de la Grecia clásica, que vivió en
Atenas en el siglo V a. de C. Platón, de familia noble, parecía llamado para la política. Sin embargo, la muerte de Sócrates, su maestro,
injustamente condenado a muerte, le hizo cambiar la orientación de
su vida. Su gran preocupación fue, a partir de entones, cómo lograr
una sociedad más justa y un ser humano más justo.
Su pensamiento persigue lograr esos ideales de armonía, equilibrio,
justicia y belleza. Platón concebía al ser humano como una mezcla
de alma inmortal y cuerpo material. Era, pues, dualista.
Para Platón, el alma se dividía, a su vez, en tres partes:
Alma racional, la verdaderamente inmortal, cuya misión consistía en dominar y guiar al ser humano en su tránsito por esta vida.
Alma irascible, sede de la voluntad y de los impulsos activos,
que deben ponerse al servicio del alma racional.
Alma concupiscible, sede de las pasiones más corporales, que
debe ser dominada por el alma racional con la ayuda del alma
irascible.
Aristocles de Atenas,
Platón
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Platón concebía que en el ser humano lo más importante era el alma.
Su idea era que debía darse un equilibrio o armonía entre esas tres partes del alma,
equilibrio y armonía que tendrían su reflejo en la sociedad. Así, Platón pensaba que la
sociedad ideal debía ser gobernada por los filósofos-gobernantes (parte racional), a
cuyo servicio estaría la clase de los soldados guardianes (parte irascible), que se ocuparía de la defensa de la ciudad, quedando para la clase de los artesanos (parte concupiscible) la tarea de proveer de bienes materiales a la sociedad en su conjunto.
Estas tres clases debían estar en armonía para lograr una sociedad verdaderamente
justa.
Autoevaluación
Saca tus propias conclusiones de las siguientes afirmaciones, que aunque Platón nos las
formuló exactamente así, sí trasmiten su pensamiento:
1.
Lo más importante del ser humano es el alma. El cuerpo es solo una cárcel para el alma. Hay que centrarse en los aspectos espirituales de la vida, evitando los materiales.
2.
El cuerpo y su tendencia hacia lo material, junto con nuestra imperfección del alma
racional, que no es capaz de dirigir a las otras dos partes del alma, nos precipita hacia
el mundo material de las cosas y nos dificulta conseguir estar en el mundo perfecto e
inmaterial de las Ideas. Todo lo que tiene que ver con lo material, con las pasiones,
con los sentidos, es malo y debe ser evitado.
3.
Si hay tres clases sociales, es porque existen tres tipos de individuos, según predomine
en ellos una de las partes del alma. Debido a ello ,cada uno debe realizar las tareas
más ajustadas a sus características. Así, unos gobernarán, otros realizarán funciones
militares y otros serán los artesanos y trabajadores. Sólo los más perfectos deben dirigir el Estado y las vidas de los demás y, por tanto, los imperfectos deben ser privados
de toda posibilidad de participación en el Estado, y dedicarse a sus funciones productivas.
¿No crees que algunas de las ideas de Platón sobre el ser humano tienen otras consecuencias para nuestra vida? ¿Te animas a pensar en ello?
Una visión parecida, aunque desde otra perspectiva, y desde una orientación crítica, la
puedes encontar en la novela Un mundo feliz, escrita por Aldous Huxley y publicada en
1932. Si tienes ganas y tiempo de seguir pensando sobre este asunto, puedes leer la novela.
Si no, al menos puedes consultar este resumen.
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2.2. Edad Media: Santo Tomás
Seguro que recuerdas algunas de las características de la Edad Media y por tanto recordarás la importancia que la religión ,y más en concreto la religión cristiana, tuvo en ese momento.
Seguro que has visto El nombre la la rosa, una película basada en la novela del mismo título. Recuerda como en el mundo medieval predominaba una visión religiosa de la vida y
cómo la filosofía estaba impregnada de esa visión religiosa.
Todo ello marcó una forma de entender el ser humano y evidentemente tuvo serias consecuencias en la vida social y moral de esa época. Recuerda que era difícil disentir de la doctrina oficial; los herejes eran perseguidos y algunos quemados en la hoguera. Incluso hoy
en día seguimos manteniendo algunas ideas que fueron forjadas en esta época.
El filósofo que hemos elegido para ilustrar el pensamiento de esta época es, claro está, un
pensador cristiano, y además uno de los más importantes, cuyo pensamiento es, en muchos aspectos, pensamiento oficial de la Iglesia Católica: el monje dominico Tomás de
Aquino.
Santo Tomás de Aquino (1225/1274) fue uno de los más importantes filósofos de la Edad
Media. En este período la filosofía estuvo subordinada a la religión cristiana. Por tanto, la
visión que la filosofía tenía del ser humano se inspiraba directamente en la fe.
Para Santo Tomás, el ser humano forma parte del plan divino. De entre todas las criaturas, no es ni la más perfecta (ángeles y arcángeles en sus diversos grados) ni la más
imperfecta (animales). Pero el ser humano puede perfeccionarse a sí mismo, elevarse
sobre sus imperfecciones y alcanzar la santidad. Para ello, el ser humano debe obedecer los mandatos divinos, los principios emanados de la bondad y sabiduría de Dios y
que están inscritos en los seres humanos en forma de ley natural.
Esta ley natural es parte de la Ley Cósmica, que es la ley que rige toda la creación. De
ahí se deduce que el ser humano está armoniosamente integrado en la Creación. El
ser humano, en esta concepción, está investido de dignidad, pues ha sido creado por
Dios para que goce de la felicidad eterna, y de igualdad, pues la ley natural es igual
para todos.
Ahora bien: el ser humano puede obedecer la ley natural o desobedecerla. Está, pues,
dotado de libre albedrío, de la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Aunque su
conciencia le dice lo que está bien y lo que no, tiene libertad para decidir, no está determinado ni predestinado.
Estos rasgos, libertad, dignidad e igualdad, son aportaciones de la filosofía cristiana al
pensamiento antropológico.
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Autoevaluación
1. ¿Qué te sugiere este cuadro de inspiración religiosa?
En este cuadro de Giotto, pintor italiano del siglo XIII, puedes observar
a san Francisco de Asís elevándose sobre el suelo, ascendiendo materialmente hacia las alturas, hacia las regiones celestiales, desde las que
un amoroso Jesús tiende al santo una mano solícita. Abajo, la comunidad de los monjes franciscanos observa la escena con asombro.
Así, ¿qué concepción de lo humano te sugiere esta imagen?
Si lo piensas detenidamente, verás cómo el ser humano aparece aquí
personificado en el santo, como una criatura a medio camino entre lo
terrenal y lo celestial. Como criatura material, por una parte, dotada de
cuerpo, pero capaz de elevarse a las alturas, de ascender hacia la fuente divina de donde ha brotado.
El mundo, la realidad, aparece así ordenada jerárquicamente, entre un plano espiritual, divino, y otro material, creado, contingente.
2. ¿Te atreves a sacar algunas consecuencias de la concepción del ser humano de Sto.
Tomás?
3. Contesta a las siguientes preguntas, señalando verdadero o falso según proceda.
La Filosofía Medieval es independiente de la religión cristiana.
Según Santo Tomás, la Ley Natural es parte de la Ley Cósmica.
Según Santo Tomás, el ser humano no es libre, pues está predestinado por Dios.
¿Quieres saber más sobre la antropología (ser humano) en Tomás de Aquino?.
Si en la Edad Media se entendía que todo estaba sometido a una ley natural divina, que había que obedecer, ¿no crees que es lógico, que algunos tuvieran la tentación de obligar a todo el mundo a cumplir con dicha ley?
No obstante, considera que la filosofía cristiana de la época también aportó una
idea muy interesante, como es la del libre albedrío. Lástima que se tuviera poco
en cuenta, aunque marcó en un futuro el desarrollo de conceptos importantes,
como libertad, dignidad e igualdad, que con el tiempo fueron tenidos más en
cuenta en la sociedad.
Fíjate como, incluso hoy en día, algunas de estas concepciones siguen existiendo;
incluso como algunos quieren que todo el mundo las siga. Ten presente algunas
plémicas, por ejemplo, la de los matrimonios homosexuales, y te darás cuenta de
cómo argumentaciones similares se siguen utilizando.
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2.3. Edad Moderna: David Hume
En la Edad Moderna la concepción del ser humano se ha materializado, o mejor dicho ha
ido adquiriendo caracteres materiales a costa de ir perdiendo esa dimensión tan espiritual
del mismo. Esto no quiere decir que la dimensión religiosa haya perdido su sentido, sino
que la dimensión natural o física del ser humano ha adquirido mayor importancia.
En esta nueva concepción han tenido mucho que ver los filósofos de la época y toda la nueva concepción de la ciencia (revolución científica). Pero no debes olvidar que todo esto fue
posible porque el ambiente cultural también lo permitió.
Para este período, hemos elegido a David Hume (1711/1776). ¿Por qué razón?
Por su audaz manera de romper con los dogmatismos y prejuicios filosóficos de la época.
En la Edad Moderna, la mirada de la filosofía se vuelve hacia el propio ser humano, que
aparece escindido entre el cuerpo, material, extenso, mortal, una máquina cuyo funcionamiento debe ser desvelado por la ciencia, y el espíritu, mente o consciencia, sede del pensamiento.
Y, ¿en qué consiste ese "espíritu"? Para este filósofo escocés, la cuestión es extremadamente difícil de resolver. Hume fue, a este respecto, un escéptico.
Pensaba que el "yo", "espíritu" o "alma" no existía realmente, sino que era una mera idea,
una creencia fruto de la costumbre. Solamente podemos estar seguros, argüía Hume, de
aquello que percibimos a través de nuestros sentidos.
Puesto que no tenemos ninguna experiencia sensorial del "yo", éste no existe.
Solamente tenemos la creencia de que existe basándonos en nuestros recuerdos.
Si lo piensas bien, te darás cuenta de que esta postura escéptica abre la puerta para
una concepción puramente materialista del ser humano.
Puesto que solamente podemos estar seguro de lo que percibimos, entonces el ser
humano debe ser nada más un cuerpo material, un cuerpo dotado de ciertas cualidades y con la capacidad de pensar y percibir. Pero nada justifica nuestra creencia en el
alma, ni en Dios.
Muchas de las modernas concepciones del ser humano brotan de esta crítica de
Hume sobre la existencia del "yo". Hasta Hume, pues, la filosofía había sido mayoritariamente dualista respecto al ser humano (aunque con excepciones). Pero Hume y el
empirismo inglés suponen una ruptura con la tradición mayoritaria de la filosofía y el
comienzo de una nueva forma de mirar al ser humano.
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Autoevaluación
1. Este cuadro es del pintor flamenco Rembrandt van
Rijn (1606/1669) , titulado La lección de anatomía del
doctor Nicolaes Tulp.
¿Qué te resulta más llamativo en esta impresionante
obra del barroco flamenco?
2. ¿Te atreves a reflexionar sobre las consecuencias de
algunos de los planteamientos de Hume que hemos
comentado?
Posturas como las de Hume y las de la ciencia moderna debilitan los argumentos defendidos anteriormente.
Cuando las ideas dejan de basarse en el dogmatismo de la fe y se intenta buscar la respuesta y los porqués a partir del conocimiento científico y de la experiencia sensible, ese dogmatismo deja de tener fuerza, las mentes humanas se abren a otras posibilidades y se enriquece el pensamiento. Esto no quiere decir que se anularan las ideas anteriores, si no que se abren nuevas posibilidades, que con el paso del
tiempo darían pie a posturas mucho más radicales en la época contemporánea. La visión del mundo moderno sobre el ser humano es mucho más abierta, menos dogmática. Todo ello posibilita una mayor libertad, no solo de pensamiento, si no también de acción.
3. Contesta las siguientes cuestiones, señalando verdadero o falso según proceda.
La postura filosófica de David Hume conduce al escepticismo.
Pese a su escepticismo, Hume pensaba que el "yo " o "alma" existe, y que podemos
conocerla por la observación propia.
¿Quieres saber más sobre el mundo, el alma y Dios en Hume?
2.4. Edad Contemporánea: Freud
¿Por qué hay guerras, violencia y demás maldades en el mundo? ¿Es el ser humano tan
bueno y tan racional por naturaleza, como se ha afirmado en algunas ocasiones? ¿Cómo
podemos responder ante la cuestión del mal en el mundo?
Estas y otras más, no son preguntas novedosas en en esta época. Ya se habían dado algunas soluciones al respecto. Pero la filosofía contemporánea nos va a ofrecer una nueva visión del ser humano bastante diferente.
Prácticamente en todas las épocas la racionalidad ha sido una de las características fundamentales del ser humano y, sobre todo en la filosofía moderna ,la racionalidad fue el elemento fundamental en el que se confió para conseguir un mayor progreso humano.
Pero, ¿realmente ese progreso ha existido?, ¿ha posibilitado la racionalidad mayores cuotas
de progreso?
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La filosofía moderna, al menos en el siglo XIX, va a descubrir que no. Tras esa supuesta racionalidad que mueve el mundo y en la que confiaban mucho los modernos, se esconde
otra realidad que se disfraza de racionalidad y que hay que tratar de desenmascarar. Surgen
aquí los grandes maestros de la sopecha: Marx, Nietzsche y Freud.
Para el período contemporáneo, hemos elegido al psiquiatra austríaco Sigmund Freud
(1856/1939). ¿Por qué razón?
Porque abrió una nueva dimensión, desconocida hasta entonces, en la comprensión del ser
humano. En efecto, Freud fue quien introdujo en la psicología, y a través de ella en la cultura y en la visión contemporánea del ser humano, la noción de inconsciente.
"Inconsciente" es aquel contenido mental del que no somos conscientes pero que, pese a
ello, afecta profundamente a nuestra vida, a nuestra conducta. Con la noción de inconsciente, Freud produjo una ruptura con la visión plana, racional, luminosa y hasta cierto
punto ingenua que predominaba en la época acerca del ser humano.
Para Freud, el inconsciente, además, está poblado de fuerzas instintivas, de impulsos
atávicos y primitivos: el impulso erótico y el impulso destructor o tánatos (del griego
thanatos, que significa muerte).
Esos impulsos son una amenaza para el entramado social, y para el frágil ego del ser
humano. Deben ser reprimidos. Así, la represión de nuestros instintos, según Freud,
nos libra, al menos aparentemente, de nuestra animalidad... hasta que los instintos
buscan otra manera de expresarse, de manifestarse.
Aparecen, así, las neurosis o trastornos del carácter. Y Freud cree que el ser humano
puede curarse de sus neurosis tras un profundo y difícil proceso terapéutico: el psicoanálisis.
Freud analiza al ser humano desde esta visión teórica profundamente turbadora: por
debajo de nuestra aparente racionalidad, late la presencia de oscuras y amenazadoras
fuerzas.
¿Puede el hombre ser feliz? Según Freud, a lo máximo a lo que puede aspirar es... a
no ser desgraciado, a no sufrir, a adaptarse a la "normal" vida social, a las normas de
la cultura.
¿Quieres saber más sobre:
La alienación en Marx.
Nietzsche y la mala conciencia.
Freud y la cultura?
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En este cuadro de Van Gogh (1853/1890) podrás apreciar rasgos
enteramente nuevos en la representación de la figura humana. No
tan solo por la audacia formal, por la ruptura con el academicismo,
sino porque a través del rostro del pintor se nos muestran las huellas profundas de un psiquismo atormentado, de una vida interior
sinuosa y desgarrada.
Observa cómo, rodeado por una especie de halo, de líneas curvas
que parecen emanar de y fundirse con el cuerpo, el ser humano
aparece afectado por fuerzas interiores, por emociones abruptas,
por extraños sentimientos. El rostro, anguloso, transmite tensión, desequilibrio, movimiento. Y la mirada, lejos de la serenidad y placidez del clasicismo griego, o del arrobamiento
místico de la pintura medieval, parece mirar más hacia dentro que hacia fuera, conectar
más con la realidad psíquica que con el mundo aparentemente objetivo de los fenómenos y
los objetos.
Autoevaluación
1.
¿Se te ocurren algunas consecuencias, o algunas relaciones con problemas actuales,
que pueden ser interpretados desde una perspectiva freudiana o similar.? Explícalas.
2.
Contesta a las siguientes preguntas, señalando verdadero o falso según proceda.
Freud pensaba que el ser humano era un ser racional y feliz por naturaleza.
Según Freud, las neurosis o trastornos de la personalidad son consecuencia de la represión de los instintos.
2.5. Reflexionando con textos
Las cuatro formas de ver y concebir al ser humano son las siguientes:
En la Antigüedad, una visión basada en la idea de armonía, de equilibro.
En la Edad Media, una visión basada en la fe, que concibe al ser humano como
criatura creada por Dios libre y con dignidad.
En la Edad Moderna, una visión dualista, escindida entre lo mental o alma y lo material o cuerpo mortal.
En la Edad Contemporánea, una visión del ser humano como problema.
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Asigna a cada una de las siguientes citas, el autor (de entre los que hemos visto) que consideres que ha podido escribirla.
"El hombre difiere de las criaturas irracionales en tener dominio de sus actos... Este dominio
de sus actos lo tiene por la razón y la voluntad; por eso el libre albedrío se llama ‘facultad
de la voluntad y la razón’."
"La neurosis venía a ser la solución de una lucha entre los intereses de la autoconservación
y las exigencias de la libido, una lucha en la que el yo, si bien triunfante, había pagado el
precio de graves sufrimientos y renuncias."
"Conocen, en efecto, los deseosos de saber que cuando la filosofía se hace cargo del alma,
ésta se encuentra sencillamente atada y ligada al cuerpo, y obligada a considerar las realidades a través de él, como a través de una prisión."
"Si hubiera alguna impresión que diera origen a la idea del yo, tal impresión habría de permanecer invariable a través del curso total de nuestra vida (...) Sin embargo, no hay impresiones constantes e invariables. (...) Luego la idea del yo no puede derivarse de ninguna de
estas impresiones, ni tampoco de ninguna otra cosa. Y en consecuencia, no existe tal idea."
3. El problema de la libertad
Es bastante probable que tengas mas o menos claro un significado del término libertad ,algo así como este: somos libres cuando nuestros actos son elegidos por nosotros en
ausencia de toda coacción exterior. Sin embargo, si profundizamos un poco en la cuestión,
tu misma te darás cuenta que el concepto o idea de libertad encierra algo más de complejidad.
Pongamos un ejemplo y hablemos de las votaciones electorales: tenemos el derecho y cierta obligación moral en votar. Si tu fueras menor de edad o estuvieras viviendo en la época
de la Dictadura Franquista, me dirías: "¡Yo no puedo votar!". En este ejemplo existirían
unos factores o coacciones externas que limitarían tu acción de voto. En este caso y, o en
otros similares, estamos hablando de libertad externa.
Pero, ahora imagina que tu me dices: "¡No puedo votar con libertad!, porque no tengo información suficiente, o porque los medios de comunicación y los partidos no hacen más
que propaganda". En este ejemplo no existen circunstancias ni coacciones externas, pero sí
carecemos de posibilidades de votar libremente, porque no disponemos de la suficiente o
ajustada información, para tomar la decisión que desearíamos si la tuviéramos. En este caso y, o en otros parecidos, nos estamos refiriendo a la libertad interna.
A continuación (apartados 3.1 y 3.2), te invito a que examines, a partir de dos textos muy
sencillos, las dos posturas más importantes que existen acerca del problema de la libertad:
el determinismo (o negación de la libertad) y el indeterminismo (afirmación de la libertad
humana).
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3.1. El determinismo
Lee detenidamente el siguiente texto:
“Los hombres se equivocan al creerse libres, opinión que obedece al solo hecho de que son
conscientes de sus acciones pero ignorantes de las causas que lo determinan. Y, por tanto,
su idea de ‘libertad’ se reduce al desconocimiento de las causas de sus acciones, pues todo
eso que dicen de que las acciones humanas dependen de la voluntad son palabras, sin idea
alguna que les corresponda.”
(Baruch Spinoza, Ética).
1. Comenta el texto de Spinoza señalando:
El tema del que trata.
La idea fundamental que quiere transmitir.
2. Contesta a la siguiente cuestión señalando si es verdadera o falsa.
Según el texto de Spinoza, el ser humano es verdaderamente libre pese a que no conozca las causas de sus actos.
Baruch de Spinoza
Imagina que levantas tu brazo. Seguramente dirás que lo haces voluntariamente. Sin embargo si yo te digo, que dicho acto obedece a una
serie de causas psicomotoras, reflejos nerviosos, etcétera, entonces se
podría decir que no lo hacemos “libremente”, sino llevados o impulsados por el modo de funcionar nuestro organismo. Pero, al no percatarnos de todas esas causas internas, creemos simplemente que lo hacemos “por decisión propia”. Esa “decisión propia” no es más que una
fórmula verbal vacía.
Con este ejemplo te estoy mostrando el determinismo filosófico, el cual se asienta, fundamentalmente, en el llamado principio de causalidad. Según este principio, todo cuanto ocurre, incluidas nuestras decisiones y voliciones, nuestros deseos y actos, obedece a una causa. Esta es la doctrina de Spinoza, autor del texto que has leído al comienzo, y cuyo retrato
puedes ver en esta imagen.
Ahora ponte en la siguiente circunstancia. Supón que conociésemos minuciosamente el estado del Universo en un momento dado y todas las leyes que lo rigen. En este caso, podríamos predecir con exactitud su estado futuro. Por tanto, no habría libertad, ya que de alguna forma todo estaría determinado por causas mecánicas. La afirmación anterior es de Laplace (físico y matemático francés del siglo XIX) y se corresponde con el denominado el determinismo mecanicista o físico, que es un determinismo de corte científico.
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La ciencia nos ha proporcionado una imagen de la naturaleza como un gigantesco mecanismo en el que todo está regulado y programado, y todo ocurre mecánicamente. No obstante, esta hipótesis es inverificable, dada la ingente cantidad de datos y variables que habría
que tener en cuenta.
Vamos a ponernos en otra circunstancia. Consideramos ahora que todos nuestros comportamientos están prefijados en nuestros genes, por lo que la libertad es, de hecho, imposible. No es una idea descabellada (aunque si discutible), pensemos en todo lo que conocemos del comportamiento animal a través de los documentales televisivos. Nos encontramos en este caso con otra variante del determinismo científico denominada determinismo
genético. Según esta forma de determinismo, el comportamiento del ser humano está programado Así, Richard Dawkins, un conocido sociobiólogo, afirma: “Somos máquinas de supervivencia, autómatas programados a ciegas con el fin de perpetuar la existencia de los
egoístas genes que albergamos en nuestras células”.
Otras propuestas científico-filosóficas deterministas serían:
Determinismo economicista (formulado por Marx): todo está condicionado por factores económicos .
Determinismo ambiental (defendido sobre todo por los conductistas): todo el comportamiento humano es fruto de un condicionamiento social.
Determinismo teológico (defendido por algunas corrientes protestantes, como el calvinismo): el destino del hombre ha sido decidido de antemano por Dios, y todo cuanto
nos ocurre está predestinado a ocurrir.
¿Cuáles son los fundamentos en los que se asienta el determinismo filosófico ?
3.2. El indeterminismo
“Estoy condenado a ser libre, lo cual significa que no es posible encontrar a mi libertad más
límites que ella misma, o, si se prefiere, que no somos libres de dejar de ser libres (…). Para
la realidad humana, ser significa elegirse: nada le viene de fuera o de dentro que pueda recibir o aceptar. El hombre está enteramente abandonado, sin ayuda alguna, a la insostenible necesidad de hacerse ‘ser’ hasta en el menor detalle. El hombre no podría ser libre en
unos casos y esclavo en otros: o es libre siempre y todo entero libre, o no es nada.”
(Jean-Paul Sartre, El ser y la nada)
1. Comenta el texto, determinando:
El tema de que trata.
La idea fundamental que defiende el autor.
2. Según Jean Paul Sartre, es imposible que el ser humano eluda su libertad: V / F
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En contra del determinismo se suelen alegar diversas razones. La primera de ellas apunta al
principio de causalidad. En efecto, todo tiene una causa, pero eso no significa que la causa
conduzca inevitablemente a la acción. Por ejemplo, un picor en la nariz conduce inevitablemente a un estornudo, pero una situación de peligro no conduce inevitablemente a huir. Ni
el hambre conduce inevitablemente a comer.
Ser libre, pues, implica no ser un autómata, aunque tampoco implica una absoluta indiferencia hacia los condicionamientos, de cualquier tipo, que actúan sobre nosotros.
Por otra parte, se alega a favor de la libertad que es un presupuesto básico, una especie de
axioma indemostrable de nuestra conducta, del cual tenemos una convicción íntima inquebrantable. De ella nace, por ejemplo, el sentido de la responsabilidad moral. Si no fuéramos libres, no tendríamos responsabilidad moral sobre nuestras acciones, ¡pero todo el
mundo, todas las sociedades y sistemas penales se fundamentan y tienen sentido precisamente porque creemos que existe la responsabilidad!
Incluso el formular una teoría determinista solamente es posible si asumimos que el autor
es libre! En efecto, ¿qué valor tendría la doctrina de R. Dawkins, si él no fuera un sujeto libre, que piensa libremente? ¡Ninguno!
Muchos autores, incluso, llegan a la conclusión paradójica de que estamos condenados a
ser libres (así, el existencialista Jean Paul Sartre), pues, aun en las situaciones más condicionadas que quepa imaginar, siempre hay un resquicio para decidir libremente.
Algunos filósofos, como Karl R. Popper, argumentan a favor del indeterminismo: la naturaleza, afirma, es creativa, y tan compleja de hecho, que es imposible saber qué va a pasar a
continuación. Puesto que es de hecho imposible predecir hasta el suceso absolutamente
nimio, como si va a salir cara o cruz al arrojar una moneda ¿cómo va a estar determinado
un suceso complejo, como una guerra o un descubrimiento científico?
En la libertad, entendida como ausencia de coacción, podemos encontrar dos dimensiones, una externa y más superficial, y otra interna y más problemática.
El determinismo es la doctrina que niega la libertad humana, afirmando que todos
nuestros actos están determinados por diversos factores de los que no podemos escapar. Hay doctrinas deterministas de carácter filosófico, científico y religioso.
El indeterminismo es la doctrina que afirma la libertad humana, basándose en nuestra intuición directa y en la posibilidad de que el ser humano actúe en contra de sus
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4. El problema mente/cerebro
El siguiente vídeo nos presenta el enfoque científico de la cuestión con un enfoque bastante cercano a lo que posteriormente denominaremos monismo materialista.
la Ciencia de la Mente
(el Estudio del Cerebro)
1.
Según el vídeo, la mente y el cerebro son inseparables: V / F.
2.
Cada función mental tiene lugar en diferentes circuitos de distintas partes del
cerebro: V / F.
El problema mente/cerebro es una versión moderna y científica de un viejo problema filosófico, de hondo calado: ¿es el ser humano material o hay en él un principio inmaterial o
espiritual?
Los filósofos han especulado acerca de ello durante siglos. Veamos algunas de las más importantes posturas al respecto :
Posturas dualistas, según las cuales la realidad humana consiste en la integración de dos
principios contrapuestos, uno material (el cuerpo) y uno espiritual (la mente, espíritu o
conciencia). En general, cabe decir que los dualismos dan preeminencia al principio espiritual sobre el material. El principal problema de estas posturas radica en la siguiente cuestión: ¿cómo se integran funcionalmente dos principios en apariencia absolutamente distintos, regidos por leyes diferentes?
Posturas monistas, según las cuales dicha dualidad es ilusoria, y el ser humano tiene una
naturaleza no dual. En general (salvo algunas concepciones filosóficas orientales, que son
de carácter no-dualista y espiritualista), el monismo equivale a una postura materialista, es
decir: el ser humano es un ser material, y todo cuanto en él es de apariencia inmaterial no
es más que un conjunto de fenómenos que son el resultado del modo de funcionar de
nuestra naturaleza material. Así, por ejemplo, un “pensamiento”, de naturaleza inmaterial
en apariencia, es el resultado de una serie de reacciones neuroquímicas que tienen lugar
en nuestro cerebro, y la conciencia es, también, un fenómeno “material”. A estos fenómenos se les conoce como epifenómenos, o fenómenos que surgen “alrededor de” o como
consecuencia del funcionamiento de la base material (el cerebro, en este caso). El monismo
lo reduce todo, pues, a una base material. El problema consiste en explicar convincentemente el modo en que, por ejemplo, la consciencia surge o brota como “epifenómeno” cerebral, cuestión que, por ahora, está lejos de ser resuelta científicamente. Así, se habla de
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“monismo emergentista” para aludir al hecho de que estas propiedades o fenómenos de
carácter material “emergen” de la base material pero que, al hacerlo, gozan de y adquieren
propiedades nuevas, que no pueden ser explicadas por su origen material.
Pongamos un ejemplo: es evidente que el lenguaje humano tiene un asiento material, una
sede cerebral. Si se lesiona cierta parte del cerebro, se pierde la capacidad de hablar, o de
entender. Eso parece claro. Sin embargo, a través del lenguaje se pueden crear obras maestras de la literatura. Se puede escribir El Quijote, o una hermosa poesía, o se puede crear
una gran visión filosófica. Y todos esos logros tienen que ver con propiedades estéticas y
comunicativas del lenguaje que son absolutamente nuevas con respecto a la susodicha base cerebral.
¿Quieres saber más sobre el problema cuerpo / mente?
El problema mente/cuerpo es el planteamiento contemporáneo de un viejo problema filosófico.
El dualismo consiste en postular la existencia de dos principios diferentes en el
ser humano: uno material (el cuerpo, del que forma parte el cerebro), y otro inmaterial (mente, alma o espíritu).
El monismo es la doctrina según la cual en el ser humano hay un sólo principio
constitutivo (generalmente, hablamos de monismo materialista).
Dentro del monismo hay que mencionar el monismo emergentista, que explica
que las funciones de la mente emergen o brotan de una base material.
1. El principal problema del dualismo filosófico es:
Decidir cuál de los dos principios es más importante: la mente o la materia.
Cómo integrar funcionalmente dos principios opuestos, mente y materia.
Explicar el origen del cuerpo material a partir de la mente o espíritu.
2. Según el monismo materialista:
Un pensamiento es independiente del cerebro donde se produce.
Un pensamiento es una mezcla de funcionamiento del cerebro y un elemento inmaterial.
Un pensamiento no es más que un epifenómeno derivado del funcionamiento del cerebro.
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5. Ejercicio resuelto
Con el fin de que puedas contar con un modelo en el que puedas inspirarte para la realización de la tarea propuesta para este tema , vamos a proponerte a continuación una disertación en la que recogeremos y desarrollaremos los elementos básicos de toda disertación
filosófica.
El tema sobre el que vamos a trabajar es el siguiente: "Violencia en las aulas".
En esta disertación abordaremos, pues, el creciente problema de la violencia en las aulas,
pero no mediante una mera exposición del mismo. Disertar significa exponer de forma argumentada una opinión respecto a un tema, es decir, decantarse y tomar partido, convencer, y aun más: atacar las opiniones contrarias. Pero ten en cuenta que ha de hacerse siempre desde el respeto y la razón, dialogando y nunca imponiendo, y exponiendo las opiniones no de un modo dogmático, ni mediante la descalificación personal, sino a través de argumentos y razones.
Así pues, hablaremos de la violencia en las aulas, pero lo haremos tratando de exponer una
teoría explicativa acerca de la misma, es decir, opinando acerca del fenómeno, sus causas y
sus posibles soluciones.
Presta atención a los diferentes elementos de la disertación:
1.
Justificación del tema, en la que sentaremos la importancia del tema elegido, lo presentaremos y explicaremos qué posturas caben en torno al mismo. La presentación
debe ser amena y cumplir un cometido esencial: motivar y despertar el interés del lector, la curiosidad y el deseo de conocer la opinión del autor. La justificacón del tema
puede hacerse mediante interrogantes, o a través de algún tema de actualidad que
conecte con el interés potencial del lector.
2.
Exposición de nuestra tesis o idea central. En este apartado expondremos clara y concisamente nuestra opinión al respecto. Se trata de exponerla del modo más claro y
contundente posible, y con brevedad.
3.
Defensa de nuestra tesis. A continuación, pasaremos a exponer las razones y argumentos mediante los que vamos a defender nuestra tesis u opinión. Nos basaremos
en datos, estadísticas, estudios científicos a ser posible, argumentos, ejemplos... todo
aquello que pueda esgrimirse en defensa de nuestra idea. También podemos recurrir,
de ser necesario, a la crítica de las opiniones contrarias, mostrando sus puntos débiles, sus contradicciones, o aquello que en nuestra opinión las descalifique. Pero ten en
cuenta, una vez más, en que ha de mantenerse siempre el respeto a las personas, y no
usar la descalificación personal como argumento.
4.
Resumen y cierre. Cerramos nuestra disertación volviendo a nuestra tesis central, remarcándola, u ofreciendo, en su caso, posibles soluciones.
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Ejercicio resuelto
Justificación del tema (No hace falta titular cada epígrafe).
¡Violencia en las aulas! Alumnos que agreden a sus compañeros y graban las agresiones
con las cámaras de sus móviles; agresiones a profesores; grupos o pandillas que atemorizan
a los más débiles, o a los extraños, con un ensañamiento que a veces lleva a las víctimas a
la depresión, incluso al suicidio (recordemos el caso de Mikel, el joven que se suicidó porque no soportaba el asedio continuo de sus compañeros). Un clima extraño que se adueña
de algunos centros y aulas, haciendo imposible la convivencia y la enseñanza.
¿Qué está ocurriendo? ¿es un fenómeno nuevo, cualitativamente nuevo, o se trata simplemente de un fenómeno de "toda la vida", solo que amplificado por los medios de comunicación?
Exposición de nuestra tesis o idea central
En nuestra opinión, nos encontramos ante un fenómeno completamente nuevo. No se trata, pues, de algo "de toda la vida", como sostienen algunos autores, sino de algo que obedece a causas y a circunstancias novedosas. Para decirlo de un modo resumido, veremos
cómo la violencia en las aulas es consecuencia de un fenómeno cultural y social más amplio, del fenómeno que hemos denominado como "justificación ideológica de la violencia",
transmitido y propagado a través de diferentes instrumentos de difusión cultural: televisión, cine, videojuegos...
Defensa de nuestra tesis
La institución escolar no es una institución cerrada en sí misma, sino abierta y porosa. Los
jóvenes son especialmente influenciables: se encuentran en una etapa de construcción de
la identidad personal, y en este período se buscan modelos de conducta que sirvan de pauta y ejemplo. Si antiguamente esos modelos provenían de los adultos, en las sociedades
modernas ha surgido toda una iconografía en torno a la imagen del joven rebelde.
Esta iconografía no es en sí misma precursora de la violencia. Sin embargo, se ha asociado
demasiado frecuentemente con la violencia. Se propone un modelo de personalidad basado en la fuerza, y no en el diálogo o el respeto. La violencia genera imágenes impactantes,
atractivas desde un punto de vista icónico. Conectan con la necesidad de autoafirmación
del joven, y se presentan como una válvula de escape ante una situación social que puede
llegar a ser frustrante.
La violencia no es natural al ser humano, como pretenden algunos teóricos. La conducta
violenta es aprendida. Si bien hay una violencia de origen biológico que sí es natural, dicha
violencia tiene, en el resto de las especies, una función adaptativa, y una serie de pautas
que la desencadenan y la detienen cuando ha cumplido su cometido (de no ser así, la violencia entre animales de una misma especie podría ser perjudicial para la misma especie).
En el ser humano la violencia no es adaptativa; no se desencadena automáticamente ante
un estímulo; puede ser y de hecho es controlada.
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En resumen: para que la conducta violenta se desarrolle en el ser humano, debe darse un
aprendizaje. Este aprendizaje es cultural.
A esto hay que añadir otra circunstancia de carácter social: una situación de difuminación
de las normas, que la escuela como institución sufre especialmente. Los viejos modelos autoritarios han desaparecido, y se ha pasado a la construcción de modelos de convivencia
más igualitarios. Las normas han perdido peso y relevancia. El individualismo como pauta
cultural ha ganado terreno, y entretanto se produce un ajuste al nuevo modelo de convivencia, que respete las libertades y derechos individuales de los alumnos, se pierden de vista los deberes y las responsabilidades. En pocas palabras: la escuela es un contexto social
muy vulnerable a los cambios sociales, al impacto de los nuevos iconos, que a veces están
al servicio de ideologías que están interesadas en promover la violencia frente al diálogo y
la tolerancia.
Resumen y cierre
Nos encontramos ante un nuevo fenómeno de carácter no solo escolar, sino social y cultural. La violencia como modelo de conducta ha impregnado a nuestros jóvenes y ha llegado
a la escuela. Tenemos que encontrar la manera de atajar el problema, antes de que altere
de modo irreversible la convivencia en nuestros centros educativos.
Pero, al tratarse de un problema que trasciende a la propia institución educativa, y que atañe a familias y poderes del Estado, la solución deberá pasar necesariamente por un diálogo
entre todas las partes implicadas.
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6. Otros ejemplos de dualismos (ampliación)
6.1. Descartes
En la Edad Moderna, el racionalista Descartes mantuvo un dualismo psicofísico radical.
Sostiene que cuerpo y alma son dos sustancias diferentes con capacidades y funciones
dispares. El alma, espiritual e inmortal, es la sustancia pensante (primera gran certeza a la que
llego por medio del razonamiento); su atributo es el pensamiento, que abarca entendimiento
y voluntad, y sus modos son la ideas; además, es libre. El cuerpo material es la sustancia
extensa, caracterizada por la extensión y con un funcionamiento puramente mecánico y, por
tanto, sometido al rígido determinismo que rige para el resto de la naturaleza.
La unión entre estas dos sustancias tan dispares planteó un serio problema tanto a Descartes
como a sus sucesores. El francés lo resolvió alegando que tal unión se producía a través de la
glándula pineal, situada en el cerebro (en esta época arrancaban los primeros estudios de
anatomía cerebral). Sin embargo, esta solución dejó problemas sin resolver (conocidos como
“aporías”): ¿cómo puede algo inextenso, como el alma, alojarse en una glándula física de
pequeño tamaño? ¿puede el alma inextensa afectar al cuerpo y viceversa? ¿cómo se produce
tal relación? ¿cómo es posible que las pasiones, surgidas en el cuerpo, lleguen afectar al alma?
A raíz de estos problemas se fue desarrollando el Racionalismo posterior.
6.2. Dualismo interaccionista: Eccles y Popper.
El neurólogo J. Eccles y el filósofo K. R. Popper defienden un dualismo de mente y cerebro,
como dos realidades que interaccionan. Esto se debe a que creen que el cerebro no es una
estructura lo bastante compleja como para explicar los fenómenos relacionados con la
conciencia, por lo que hay que admitir la existencia de la mente como instancia independiente,
no material ni orgánica, que ejerce la función de interpretación y control de los procesos
neuronales.
El fundamento de esta tesis es la teoría de los tres mundos de K. R. Popper
Mundo 1
Realidad física
Mundo 2
Estados mentales
Mundo 3
Productos culturales
Objetos naturales
(orgánicos o inorgánicos) y
artificiales
Percepciones,
sentimientos, estados de
conciencia, recuerdos
Mitos, teorías científicas,
herramientas, instituciones
sociales, obras de arte.
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Por consiguiente, mente y cerebro son dos entidades distintas (la una perteneciente al Mundo
2 y la otra al Mundo 1 pero entre ambas existen interacciones:
1) Las experiencias de la mente autoconsciente están en relación con los procesos neuronales
que tienen lugar en las áreas asociativas del córtex cerebral pero no son idénticas a ellos como
afirma la teoría de la identidad mente-cerebro.
2) Las informaciones procedentes de los órganos sensoriales son transmitidas al cerebro, pero
sólo en la mente se transforman en las experiencias perceptivas, que son distintas a los
procesos cerebrales.
3) La mente autoconsciente es capaz de actuar sobre los procesos cerebrales desencadenando
procesos neuronales: recordar algo, hacer un cálculo mental, buscar la frase apropiada para
expresar una idea, etc.
En definitiva, la mente autoconsciente selecciona las informaciones procedentes de multitud
de centros cerebrales y los integra en un todo unitario, ejerciendo una función superior de
interpretación y control de los procesos neuronales. La unidad de la experiencia consciente
es producto de la mente y no de los procesos cerebrales.
7. Otras concepciones sobre el ser humano en la filosofía contemporánea
Al margen de las concepciones monistas o dualistas, a lo largo de la historia del pensamiento
se han dado otras posturas respecto al ser humano. Nos vamos a centrar en aquellas que se
han dado en el pensamiento de los siglos XIX y XX, especialmente por su influencia en nuestra
concepción actual:
7.1.- El humanismo marxista
La filosofía marxista pretende ser, ante todo un humanismo. El principal interés de Marx es
averiguar cuál es la explicación de la injusticia y la pobreza en las sociedades humanas y
hacerlo sin recurrir a causas sobrenaturales o conceptos como los de pecado y castigo divino.
Desde el punto de vista de Marx, si la realidad es, ante todo, material, el ser humano se ha de
entender en términos materiales. Esto significa que los seres humanos somos realidades
corporales, materiales, no una conciencia, un alma inmortal o una máquina. Ser una realidad
corporal significa que los seres humanos han de entenderse a partir de lo que hacen y no
desde una posible personalidad o realidad interior que establece lo que hacemos y cómo lo
hacemos. En otras palabras las personas nos realizamos a partir de las relaciones que
establecemos con el medio y las personas que nos rodean. La conciencia, la personalidad por
tanto, no es una esencia previa y permanente sino un resultado de la acción humana de tres
formas distintas: el trabajo, la sociedad y la historia:
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- Trabajo: Las actividades que realizamos en relación con el medio le denominamos trabajo. A
través del trabajo se modifica el medio adaptándolo a las necesidades corporales. En este
proceso de modificación del medio mediante el trabajo el ser humano se modifica a sí mismo,
es decir, se construye como persona.
- Sociedad: El ser humano no se relaciona solo con la naturaleza sino se encuentra con otros
seres humanos. Estos otros seres humanos se pueden convertir en competidores (puesto que
buscan los mismos recursos que nosotros) o en colaboradores (nos ayudamos mutuamente en
el trabajo). Tanto en uno como otro caso se está formando la sociedad de la cual nosotros
somos tanto el resultado como los productores.
- Historia: El trabajo y la sociedad no se producen de manera abstracta y en condiciones
ideales. Ambas realidades son también materiales y concretas. Esto quiere decir que no existe
un modelo de actividad o de sociedad ideal sino que tanto una como la otra cambian con el
tiempo. Ni el ser humano ni las sociedades permanecen estables a lo largo del tiempo sino que
se transforman de acuerdo a fuerzas y leyes sociales similares a las que se pueden observar en
la naturaleza.
7.2.- El fin del hombre (Nietzsche)
Nietzsche propone una nueva forma de entender al hombre que resulta de la muerte de
Dios: el superhombre. El proceso que lleva hacia el superhombre Nietzsche lo describe
metafóricamente con tres imágenes:
 El camello, para Nietzsche es la persona que ha generado la cultura occidental. Es la
persona que está agobiada por el peso del cumplimiento de los deberes, normas que se
le imponen. El camello es por lo tanto la imagen que responde a la moral de esclavos: la
sumisión a la autoridad, el servilismo, etc.
 El león representa para Nietzsche la persona que se rebela contra las normas impuestas,
contra la autoridad, que quiere ser libre y autónoma, pero que no es capaz de dar una
forma concreta a esa libertad. Es una persona que está a la defensiva, intenta que nadie
le imponga nada pero no alcanza a comprender como ejercer esa libertad para
configurar otra forma nueva de ver al ser humano. Representa la ilustración, el
pensamiento crítico que se refleja contra el autoritarismo de la Iglesia y de la sociedad
tradicional.
 El niño es la figura que representa esta nueva forma de entender al hombre. Nietzsche
asocia a la imagen del niño la del juego, como actividad libre y creadora
El tipo de hombre en el que Nietzsche piensa es aquel que toma la vida como un juego: se
siente completamente libre y lucha por mantenerse libre, y ejerce esa libertad creando y
destruyendo valores. Por lo tanto el superhombre es la persona que ejercer su libertad
ejerciendo sus instintos en la creación de nuevas formas de vida, sin permanecer en ninguna
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de ellas, sino buscando siempre superarse a sí mismo. El superhombre es el que ejerce de
forma más radical la voluntad de poder de una forma directa, sin disfraces porque es el que
actúa en coherencia con sus instintos naturales.
El superhombre está vinculado según Nietzsche a una forma cíclica de entender la tiempo y la
historia. El eterno retorno es por lo tanto una idea complementaria necesaria para que el
proyecto de superhombre sea viable. Frente a la noción lineal y finalística del tiempo,
Nietzsche defiende una noción cíclica, el eterno retorno. ¿Cómo podemos interpretar este
idea del eterno retorno? Nietzsche intenta liberar plenamente al hombre la preocupación
por el pasado y por el futuro. Esta preocupación es una de las causas de que el hombre no sea
auténticamente libre. Porque está culpabilizado por lo que ha hecho mal en el pasado, por las
equivocaciones que cometió, o está preocupado por el futuro, por elegir correctamente, por
cumplir con su deber etc. La cultura occidental ha plateado la existencia de un futuro mejor
para el hombre (vida eterna, paraíso comunista, etc.). Para alcanzar ese futuro mejor el
hombre debe sacrificarse y cumplir sus obligaciones. Si, en cambio, si ya ha sucedido y siempre
sucede igual, nos libramos de la preocupación por actuar correctamente y por lo tanto
podemos centrarnos en el presente y actuar libremente. El superhombre puede dedicarse a
crear y destruir valores si está convencido de que su vida está ya determinada y por lo tanto
que no tiene sentido preocuparse por el futuro.
7.3.- El existencialismo (Sastre)
La pregunta sobre la naturaleza humana ha encontrado una respuesta paradójica en el siglo
XX: nuestra naturaleza consiste en no tener naturaleza. Esta es la tesis central del
existencialismo, un movimiento filosófico amplio y plural que rechaza que haya una “esencia”
de lo humano, un modelo que debamos realizar, y sitúa en la libertad el valor más importante
del ser humano. Desde el nacimiento, el ser humano es libertad pura: no es nada y puede serlo
todo. Por eso no hay un camino marcado de antemano, sino que cada uno va formando el
suyo en función de las decisiones que toma. Al negar la esencia, el existencialismo pretende
centrarse en la existencia real, concreta y particular de cada hombre. Este debe ser para los
existencialistas el verdadero objeto de la filosofía y cualquier otra cosa será un intento de
distraer la atención, de divagar y esconderse en concepciones abstractas que no nos ayudan a
comprender no ya qué somos, sino fundamentalmente quiénes somos.
Para el existencialismo, por tanto, la antropología filosófica debería disolverse en un estudio
de la existencia, de los problemas y dificultades que encuentra cada uno en su vivir cotidiano.
Y la libertad, que es la mayor de nuestras cualidades, puede vivirse también de un modo
problemático: estamos obligados a ser libres, no podemos dejar de elegir. Hemos sido
arrojados a la existencia sin ningún tipo de orientación sobre qué o quiénes debemos ser, ni
mucho menos sobre cómo hemos de vivir. El ser humano incluye así una dimensión trágica: sin
haber elegido la libertad con la que cargamos, hemos de resolverla cotidianamente en cada
una de nuestras acciones.
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Nuestra vida es un problema pero esto inesperadamente nos da ventaja, ya que el resto de
seres vivos no pueden elegirse. J.P. Sartre lo interpretará de otro modo: estar siempre por
hacer tiene que ser una manera de realzar la figura humana, y aunque su existencialismo
incorpora ideas muy críticas con el género humano (“el infierno son los otros”) no pierde de
vista un componente ético. En El existencialismo es un humanismo defiende el compromiso y
la responsabilidad como conceptos inseparablemente unidos a la libertad, destacando que su
ateísmo no implica una degradación o un desprecio hacia el ser humano: antes bien, asumir
que Dios no existe y que no hay ningún modelo de ser que tengamos que realizar es una
manera de destacar la dignidad y la grandeza del ser humano que ha de convertirse en el
auténtico dueño de su propia vida
7.4.- El psicoanálisis de Freud
El psicoanálisis es una teoría psicológica creada por Sigmund Freud (1856-1939) sobre el
desarrollo y la estructura de la personalidad así como una psicoterapia diseñada para el
tratamiento clínico de la neurosis a través de la interpretación de los sueños, la asociación libre
de ideas, la interpretación de los actos fallidos y la función de la transferencia de las
emociones ocultas al psicoanalista.
El psicoanálisis ha ejercido una notable influencia sobre la concepción del ser humano
que tenemos en la actualidad ya que, del mismo modo que el evolucionismo de Charles
Darwin acabó con la concepción fijista del ser humano y el materialismo histórico de Karl
Marx acabó con la imagen esencialista del ser humano, Freud acabó con presupuesto
racionalista al establecer que la estructura de la mente humana tiene una parte racional,
consciente y controlable, y una parte irracional, inconsciente e incontrolable.
Algunos de los postulados básicos del psicoanálisis sobre la personalidad son:
Existen en la mente procesos inconscientes muy profundos cuya existencia el sujeto
ignora por completo, pero que son muy activos en nuestra vida. Podemos decir que la
personalidad es como un iceberg, con una pequeña parte visible sobre de la superficie.
La parte que sobresale es el consciente, y la sumergida, el inconsciente. El inconsciente
es dinámico y ejerce presiones e influencias sobre lo que una persona piensa, siente y
hace, por tanto, en gran medida, nuestra conducta escapa a nuestro control consciente,
racional y voluntario.
El ser humano está movido por la interacción de fuerzas pulsionales e instintivas.
La infancia es un periodo muy significativo en el desarrollo de la personalidad.
Freud estableció varias etapas del desarrollo psicosexual: oral, anal, fálica y genital, en las
que diferentes zonas erógenas son la fuente de satisfacción de las pulsiones, por tanto,
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de placer y construcción de la personalidad.
La personalidad se organiza en tres estructuras: Ello, Yo y Superyo
La terapia se basa en la asociación libre, que supone dejar que el paciente exprese lo
primero que acuda a su mente y así pueda recuperar y liberarse de recuerdos y
experiencias dolorosas, originadas en la infancia. Si expone el drama de su propia
vida, el paciente puede terminar por liberarse de la neurosis.
Las pulsiones o instintos fundamentales que mueven al ser humano son de dos tipos:
o Pulsiones de vida o Eros: incluye dos pulsiones fundamentales, la autoconservación del yo y la sexualidad. La pulsión de autoconservación está
relacionada con las necesidades fisiológicas básicas como el hambre o la sed. Las
pulsiones sexuales, a cuya energía se le denomina libido, están dispersas en
distintos órganos corporales, y durante la adolescencia se unificarán en la
genitalidad. Ambas determinan los comportamientos que tienden a unir lo que
está disperso y armonizar aquello que es diferente. Son impulsos de amor y
sexuales que inducen a los humanos a buscar la compañía, el reconocimiento y la
comprensión de los demás.
o Pulsión de muerte o Thanatos: Son los impulsos de agresividad y destrucción que
enfrentan a los humanos contra sí mismos y contra los demás. Determina los
comportamientos que tienden a separar y disgregar lo que está unido.
Los estratos de la personalidad son: Ello, Yo y Superyo. Son tres estructuras psíquicas
conflictivas entre sí, que determinan toda la vida psicológica y que no son entidades separadas
con límites definidos.
o El Ello es la parte inconsciente de la personalidad. Es también la parte más
primitiva de la mente humana y consiste en la energía psíquica formada por las
pulsiones y tendencias instintivas (supervivencia, reproducción, agresión…). Se
rige por el principio del placer: la tendencia humana a conseguir placer y evitar el
dolor, reducir tensiones y sufrimiento. Su función es, por tanto, la satisfacción
inmediata e irrenunciable de las pulsiones instintivas pues es esa satisfacción la
que proporciona placer y es su no satisfacción la que provoca tensión y
sufrimiento. Los seres humanos ya no podemos concebirnos como seres
racionales, sino como criaturas sexuales y agresivas, impulsadas por nuestras
emociones irracionales y por nuestros deseos inconscientes de placer. El Ello está
compuesto también de experiencias desagradables y peligrosas que han sido
reprimidas, que rara vez acceden a la conciencia y cuando lo hacen es de forma
encubierta o simbólica, por ejemplo en los sueños o en los actos fallidos. Esto se
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debe a que la censura, un mecanismo de defensa del yo, se relaja durante el
sueño. Por eso, el psicoanálisis concede gran importancia a la interpretación de
los sueños.
o El Yo es la parte consciente, racional y realista de la personalidad. Se refiere a los
procesos mentales que el sujeto controla, lo que percibimos, aprendemos,
recordamos, opinamos, decidimos de modo consciente. Se rige por el principio de
realidad. Su función es adaptar al individuo a la sociedad y al entorno físico en el
que vive, preservarlo del fracaso, canalizar las tendencias instintivas y
transformar la energía de los instintos en conductas aceptadas y socialmente
útiles. El principio de realidad indica que el Yo, que trata de adaptarse al
ambiente, regula los impulsos sexuales y agresivos en función de la cultura. El
orden social se desarrolla, justamente, a partir de las restricciones impuestas a
nuestras dos fuerzas rectoras: el sexo y la agresividad. Del yo forman parte los
mecanismos de defensa que son inconscientes.
o El Superyo es la estructura que da lugar a nuestra conciencia moral y a nuestro
ideal de yo. Es la parte normativa de la personalidad y se rige por el principio de
perfección. Se refiere a los aspectos obligatorios de la cultura que el sujeto
interioriza a través del proceso de socialización. Este aprendizaje social
comienza en el seno de la propia familia donde la necesidad de afecto y
reconocimiento y el miedo al castigo obligan al niño y a la niña a aceptar las
normas paternas y sociales, en contra de sus íntimos deseos. Las normas
interiorizadas conforman la conciencia moral. El objetivo del Superyo es presionar
al Yo, señalarle cómo debe comportarse para mantenerse dentro de las normas
establecidas por la sociedad, suscitando sentimientos de culpa si no cumple sus
exigencias, e inhibir las pulsiones agresivas y sexuales del Ello.
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